Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
PHOENIX: Los científicos de Mayo Clinic en Arizona y del Instituto Banner Sun
para Investigación sobre la Saluddeterminaron que analizar una parte de la
glándula submaxilar de una persona puede ser una manera de diagnosticar
pronto la enfermedad de Parkinson. El estudio se publicó este mes
en Movement Disorders (Trastornos del Movimiento), la revista oficial de la
Sociedad Internacional de la Enfermedad de Parkinson y de los Trastornos del
Movimiento.
“El presente estudio brinda la primera prueba directa respecto al uso de las
biopsias de la glándula submaxilar como análisis de diagnóstico en pacientes
vivos con enfermedad de Parkinson en etapa temprana”, afirma el Dr. Adler. “El
resultado puede ser sumamente útil para los enfermos de Parkinson en etapa
temprana porque la exactitud del diagnóstico en esos pacientes no es ni
remotamente igual de buena que en quienes la padecen por más de 10 años”.
“Se sabe que cuando hay mutaciones en ambas copias de PINK1, el párkinson
normalmente aparece antes de los 45 años de edad. Este estudio reveló que
cuando alguien hereda una mutación específica en solamente uno de los genes
PINK1, la enfermedad puede desarrollarse hacia los 55 años de edad. En
cambio, los tipos no familiares y más comunes de la enfermedad de Parkinson
se desarrollan alrededor de los 65 años”, comenta el investigador principal del
estudio, Dr. Wolfdieter Springer, doctor en investigación y neurocientífico de la
sede de Mayo Clinic en Florida.
Los estudios genéticos plantearon que una sola mutación en el alelo PINK1
podría conllevar un riesgo enorme de desarrollar la enfermedad. Fue preciso un
trabajo “de sinergia muy eficaz” de biólogos clínicos, estructurales y celulares,
junto con genetistas y datos de miles de pacientes afectados, para demostrar
cómo esto condujo al desarrollo precoz de la enfermedad, dice el
Dr. Springer. “Se necesitó una colaboración internacional para resolver este
enigma”, añade.
El PINK1 funciona con otro gen, el PARKIN, para garantizar que las
mitocondrias permanezcan sanas en las neuronas. Las mitocondrias son las
centrales eléctricas de las células y muchos trastornos cerebrales, incluido el
párkinson, se caracterizan por alterar la producción de energía en las
neuronas.
“Las mitocondrias son como una central de energía nuclear de la célula que
provee de increíble energía cuando funciona bien; no obstante, cuando algo
anda mal, el resultado puede ser catastrófico para la célula cerebral y
ocasionar degeneración neurológica”, explica el Dr. Springer
Este estudio reveló que una mutación específica (p.G411S) en una copia de
PINK1 perjudica considerablemente a la misma vía al inhibir la proteína
producida por otros alelos PINK1 sanos. “El efecto que esta rara mutación
conlleva es enorme y los niveles restantes de la proteína PINK1 funcional no
bastan para hacer frente a las mitocondrias dañadas”, señala el Dr. Springer.
Sin embargo, hay algo que quizás no haya escuchado: el ejercicio aeróbico
continuo puede lentificar el avance de la enfermedad de Parkinson, que es un
trastorno degenerativo del sistema nervioso.
“Hacer ejercicio aeróbico significa realizar alguna actividad vigorosa que sube
la temperatura corporal, hace sudar y cansa”, explica el Dr. J. Eric Ahlskog,
neurólogo de Mayo Clinic. Ese tipo de ejercicio incluye actividades como
caminar rápido o usar la máquina elíptica.
Los Estados Unidos, como sociedad, cada vez se vuelven más sedentarios y,
para los enfermos de Parkinson en particular, es un problema empezar a hacer
ejercicios aeróbicos y continuar haciéndolos. “Allí es donde los fisioterapeutas
podrían desempeñar un papel fundamental para ayudar a contrarrestar el
avance de la enfermedad de Parkinson, porque identificarían el tipo de ejercicio
que sería más adecuado para alguien, iniciarían el plan de ejercicios y servirían
de entrenadores”, dice el Dr. Ahlskog.