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ACLARACIÓN
Vanguardia Nacional aclara que es un centro de estudios que expone publicaciones libres
e independientes sin filiación de ninguna clase a partidos políticos o algún movimiento, a
su vez, que es meramente académico y cultural, abanderando el estudio científico y objeti-
vo tan necesario para las ciencias sociales, políticas y económicas. El fin es rescatar ele-
mentos válidos de estudios objetivos de las teorías emergentes en la modernización,
adaptando alternativas a contextos nacionales, como es a Colombia▲
V A N G U A R D I A N A C I O N A L
Sin duda alguna una obra en la cual nos hemos fundamentado en el Centro de Estudios Políticos
para la Colombianidad, tan amplia que merece su atención y que nosotros recomendamos en una
lectura fácil de digerir y que servirá para este gran proyecto nacional.
SOBERANÍA
ÉTICA Y COLOMBIANIDAD
ELEMENTOS PARA LA CONCEPCIÓN DE
UN NUEVO ESTADO-NACIÓN COLOMBIANO
“Es fácil comprobar que la historia colombiana tiene renacimientos y letargos, albora-
das y crepúsculos, según predomine el conductor Bolivariano o se impongan los nota-
bles granadinos. Con aquel el país despierta y con estos se echa a dormir”
Gilberto Alzate Avendaño
En la fase actual de globalización económica y conver- lógico que pivota sobre tres grandes categorías: sobe-
gencia cosmopolita de los pueblos, concurrimos a la ranía, ética y colombianidad. Como pretensión final del
transformación generalizada de los Estados nacionales artículo se desarrolla una reflexión integrada sobre la
hacia una estructuración multiescalar de poderes que soberanía en tanto eje problemático, como esbozo de
ha transmutado las relaciones entre lo local y lo global un nuevo entendimiento sobre la misma, todo ello en
en una nueva integración político-económico-cultural función de preparar una propuesta alternativa de con-
hace necesario una reelaboración filosófico-política del Sobre soberanía han hablado numerosos autores como
objeto en cuestión, por lo que se abordan los paradig- numerosas han sido sus visiones y propuestas frente a
mas “espirituales” del Estado desarrollados en la mo- uno de los elementos más relevantes de la evolución
dernidad como vía a la creación teórica de un nuevo política en la modernidad. Si rastreamos sus nombres
Estado ético bajo elementos epistemológicos de la no podemos sino encontrarnos con los padres mismos
cuarta teoría política. Esta concepción se ensalza sobre de la modernidad política: Hobbes, Bodino, Maquiavelo,
una reflexión metapolítica a diferentes niveles y en Locke, Rousseau, Sieyès, entre otros. Este concepto -
torno a un entendimiento específico sobre el hombre, la esencialmente moderno- tiene multiplicidad de acepcio-
historia, el Estado y las identidades colectivas como nes. Desde aquellos que sostienen que la soberanía
elementos necesarios para la configuración teórica del está en el pueblo, hasta quienes la comprenden en el
Estado; de la concepción de la soberanía por derecho bal, la sociedad de riesgo, la sociedad civil transnacio-
divino devenida en la figura del monarca, a la sobera- nal, <<nuevos movimientos sociales, políticas de identi-
nía que anida en la nación. Aun así, más allá de la di- dad que unen a grupos étnicos, de género, religión,
versidad teórico-política que con el tiempo ha adquirido generación, entre otros>>[1]. Además del auge de las
la soberanía, la mayoría de analistas convienen en ad- autoridades múltiples en torno a ideas, identidades,
vertir que la soberanía del Estado-nación en la fase problemas de área y mercados, ilegales, étnicas, y de
actual de globalización está en crisis, que cuando me- comunidad internacional [2]. En efecto el Estado-nación
nos esta perturbada y los más moderados hablan de se ve sobrepasado –por debajo, a lo largo, por encima-
nuevas articulaciones de poder, una soberanía mutada. por grupos e instituciones que condicionan y alteran su
Investigadores como la colombiana Clara Inés Arambu- otrora soberanía monolítica. Estas entidades van desde
ro Siegert, señalan como las dinámicas de la globaliza- la legalidad (DIH, ONU, OEA, OTAN) hasta la ilegalidad
ción afectan el poder, autonomía y soberanía del Esta- del crimen internacional (terroristas, bandas armadas,
do. A este respecto la autora indica tres enfoques: narcotráfico). De las entidades económicas transnacio-
1) el debilitamiento de la autoridad soberana del nales como el FMI, el Banco Mundial, y las corporacio-
Estado; 2) el refuerzo o fortalecimiento de la autoridad nes multinacionales; al ejercicio de la dominación por
estatal; 3) la emergencia de nuevas organizaciones de parte de las potencias militares y la hegemonía esta-
cooperación y alianza entre los Estados nación; el sur- dounidense. En términos culturales el mundialismo o
gimiento de ensamblajes conformados con componen- cosmopolitismo devenido por la integración global del
tes de orden global, y del Estado (…) y de componen- capitalismo y la tecnología de la comunicación se ha
tes de nivel subnacional (Siegert Aramburo, 2013, desenvuelvo en fenómenos como el multiculturalismo,
p.198). el turismo masivo, la hiperconectividad, el flujo interna-
Como factores deconstructivos la autora señala - cional de bienes y personas y las migraciones masivas
citando al sociólogo Michael Mann- el capitalismo glo- inducidas por la guerra y la desestabilización de las
naciones del mal llamado tercer mundo. Frente a este
estado de cosas la nación como integridad cultural y
unidad identitaria se acerca progresivamente al mito o
espectro fúnebre pues la regla hoy es la open society y
el laicismo radical. Surge por lo tanto la necesidad de
una nueva reivindicación de la nación y el Estado en la
forma de un nuevo nacionalismo como alternativa a la
dinámica unipolar de globalización y en función a la
visión geopolítica de un mundo multipolar. Nos pregun-
tamos por lo tanto ¿Cuáles deben ser los fundamentos
teórico-políticos para la constitución de un nuevo nacio-
nalismo que procure la soberanía política, económica y
cultural de Colombia en los tiempos de globalización
contemporánea? En el presente ensayo sostenemos
que el camino hacia esta nueva soberanía debe ser
configurada por el eje primordial: nuevo Estado ético,
identidad nacional y comunidad organizada.
Identidad nacional, Estado ético y comunidad
organizada
EL ESPÍRITU DEL ESTADO: ¿CONFESIONAL, tud cualitativa como valor en la consecución del bien
LAICO O ÉTICO? común. Así quedó estipulado gracias a la ley estatuta-
Uno de los conflictos capitales en la construcción de ria 133 de 1994:
los modernos Estados nacionales ha sido la elección Ninguna iglesia o confesión religiosa es ni será estatal.
de su constitución espiritual, esto es, si este ha de ser Sin embargo el Estado no es ateo, agnóstico o indife-
rente ante los sentimientos religiosos de los colombia-
confesional o laico. En el confesional el Estado brinda nos. El poder público protegerá a las personas en sus
creencias, así como a las iglesias y confesiones reli-
un espacio central a la religión oficial gobernando se- giosas y facilitara la confesión de estas y aquellas en
gún los preceptos morales de la iglesia y de la mano la consecución del bien común. De igual manera man-
tendrá relaciones armónicas y de común entendimien-
con esta. En el secular o laico por el contrario se procu- to con las iglesias y confesiones religiosas existentes
en la sociedad colombiana [5].
ra la division del Estado y la iglesia sin imposición de
alguna religión oficial a los ciudadanos. A este conflicto Paralelamente al modelo de Estado secular se
del clericalismo/anticlericalismo Colombia no fue ajena, desarrolla el paradigma ético, intrínseco a la evolución
pues el primer siglo de vida de la nación estuvo condi- del Estado moderno. Según el filósofo y jurista católico
cionado por la guerra civil entre los partidarios del esta- Miguel Ayuso la construcción moderna del Estado se
do confesional –generalmente los conservadores-, y los desarrolla a través de cuatro hitos: 1) La ruptura religio-
liberales que defendían el modelo de Estado secular. sa del luteranismo – división de la gracia y la naturale-
Con la victoria de la regeneración conservadora se im- za. El príncipe debe gobernar como príncipe y no como
pone la constitución de 1886 donde se concebía a la un fiel de su religión. 2) Ruptura ética de Maquiavelo –
nación como fundamentalmente católica. La iglesia te- división de la moral y la política. El gobierno es consi-
nía un rol central en el ordenamiento social y la educa- derado en el sentido netamente técnico y se abstrae de
ción además de contar con exención fiscal y jurisdic- la ética. 3) Ruptura política de Bodino – el gobernante
ción eclesiástica. El problema de esta constitución es no depende de otra instancia más que de su espada.
que no reconocía la identidad cultural de otras pobla- Todos los poderes de la sociedad quedan concentra-
ciones como las indígenas y negras que no adscribían dos en la figura del monarca. 4) Ruptura jurídica de
al catolicismo como fuente vital de su identidad ances- Hobbes – vaciamiento de la sustancia comunitaria del
tral. Se debe además señalar que los derechos de los orden político por el contrato social [6].
nacionales estaban en función de su confesión religio- El Estado moderno se construyó sobre la pretensión
sa y moral, practicando el Estado la censura a quienes de alcanzar la neutralidad política negando la morali-
consideraba enemigos morales de la patria. Con la dad cristiana inherente a ella en la época medieval para
constitución de 1991 el Estado cambia de paradigma al generar un artefacto centralizado de control y orden
asumirse en una “sana laicidad” [3] que reconoce la social y no tanto como proyección de las relaciones
libertad de consciencia e igualdad de cultos: sociales comunitarias y los principios morales que les
Artículo 19: Se garantiza la libertad de cultos. Toda regia. El modelo ideal fue el Estado ético, moralmente
persona tiene derecho a profesar libremente su reli-
neutro pero al tiempo monopolizador y generador único
gión y a difundirla en forma individual o colectiva. To-
das las confesiones religiosas son igualmente libres de la ética. Si bien Rousseau fue el primer teorizador
ante la ley [4].
del Estado ético, su máximo desarrollador fue Hegel:
Sin embargo la constitución del 91 da un paso ade- El Estado es la realidad de la idea ética; es el espíritu
lante al imperante paradigma del Estado neutro liberal. ético en cuanto voluntad patente, claro por sí mismo,
sustancia que se piensa y se conoce, y que cumple lo
Frente al laicismo radical que pretende negar los valo- que él sabe y como lo sabe. En lo ético, el Estado
tiene su existencia mediata, y esta consciencia de si
res religiosos y morales de los ciudadanos en la partici- por medio de los sentimientos, tiene su libertad sus-
pación política, el Estado reconoce los sentimientos tancial en él, como su esencia, fin y producto de su
actividad (Hegel, 1968, §257, P.212).
religiosos tradicionales de los colombianos en su pleni-
El Estado es la realización fáctica del espíritu ético
de la sociedad civil. La ética ya no es solo una ideali-
dad sino realidad, entidad de hecho que cuenta con
sus propios medios materiales a través del Estado.
El Estado, como la realidad de la voluntad substancial
que esta tiene en la autoconsciencia particular elevada
a su universalidad, es lo racional en sí y para sí. Esta
unidad sustancial, es autofinalidad absoluta, inmóvil,
donde la libertad llega a su derecho supremo, así co-
mo este fin último tiene el más alto derecho frente a
los individuos, cuyo deber supremo es el de ser miem-
bros del Estado (Hegel, 1968, §257, P.212).
En el Estado ético hegeliano se sintetiza la idea de cialista pretendía abstraerse de la moral cristiana y la
derecho formal, que proviene de una concepción gené- religión -opio de las masas según Marx- declarándose
rica del hombre y las relaciones jurídico-sociales, y la no solo ateo sino radicalmente anticlerical, perseguidor
desembocando en las relaciones sociales como reco- Por su lado el Estado fascista -al contrario de la típi-
nocimiento mutuo de las voluntades que mediadas por ca opinión de la historiografía marxista ortodoxa que
la costumbre y las tradiciones comunes se realizan de concebía al fascismo como reacción de la burguesía-
manera superlativa en el Estado, entendido este como también seguía la línea hegeliana del Estado. La con-
proyección jurídica de la voluntad del pueblo quien es- cepción fascista era la del Estado ético totalitario, pro-
tablece así el contenido de su libertad. El Estado es yección política institucional de la consciencia histórica
DEL NUEVO ESTADO relación con aquello que lo rodea y posibilita su existir.
La creación de este nuevo paradigma del Estado No existe una radical diferencia entre el hombre y el
colombiano se basa en la articulación multiescalar y mundo como sostenían la metafísica clásica y la teolo-
vertical de tres niveles metapolíticos: 1) el universal gía cristiana; el ser no es ente absoluto, indeterminado
metapolítico conformado por una concepción total del y metafísico. El ser del hombre no es inmóvil y finaliza-
hombre y la historia [14]; 2) el metapolítico nacional que do de una vez por todas, por el contrario el hombre es
comprende el espíritu y la identidad de la nación; 3) el proyecto inacabado –solo se acaba en la muerte-, vo-
metapolítico Estatal o fundamento filosófico-político del luntad que siempre está construyéndose a sí misma
Estado ético. A su vez de estos tres niveles surge una como posibilidad infinita. No existe el ser por fuera del
axiología propia que se sintetiza en el Estado ético na- hombre pues el hombre es el portador del ser como
“Edén”. Esta historiografía se revela en la modernidad pero él es el único –en nuestra visión secular- construc-
mucho más marcada esta teleología histórica: la histo- Aparte del biológico-físico el histórico es el tiempo más
ria es la sucesión de estadios de sistemas productivos propio de la humanidad. No habrá fin de la historia en
donde el hombre se libera progresivamente de la alie- tanto el hombre exista, ni tampoco está determinada
nación económica, la explotación del hombre por el metafísicamente sino que es producto y principio de la
hombre. De la etapa prehistórica a la barbarie, del feu- humanidad. Al hablar del hombre implícitamente referi-
dalismo al mercantilismo, del capitalismo hacia la uto- mos a la diversidad en las formas de ser por lo cual
pía socialista. El partido comunista se presenta como cada civilización posee su propio “tempo” o ritmo de
en el “paraíso comunista”. Esta escatología secular del La temporalización se manifiesta en la diversidad de los
modos de ser. A la inversa, la diversidad en el Dasein y
marxismo es herencia tanto del protestantismo como los modos de ser entraña una diversidad en los modos
de temporalización (Alsina Calvés, 2017).
de la filosofía histórica hegeliana que predicaba el fin
de la historia como una época de sistematización gene- Paralela a la historicidad del Dasein reivindicamos
Para decepción de los marxistas este “fin de la historia” dad de la historia expresada en dos teorías: la esferici-
no la declaró el socialismo sino el capitalismo liberal y dad del tiempo histórico de Giorgio Locchi, la teoría
su victoria en 1991 como promesa de único modelo ocasionalista sostenida por Aleksandr Duguin [17]. La
económico exitoso en traer libertad y prosperidad mate- concepción esférica del tiempo historico que inspirada
rial a la humanidad. Por lo pronto no existen pruebas en Van der Bruck sostiene Locchi propone una tridi-
empíricas de un progreso histórico determinado metafí- mensionalidad de la historia en tanto que las dimensio-
sicamente y por fuera la voluntad y las dinámicas socio- nes del tiempo (pasado, presente, y futuro) se realizan
lógicas del hombre, no existe un telos histórico cómo fin enteramente en la dimensión de la conciencia humana
sa obra apologética del capitalismo y el neoliberalismo ¿Qué es la conciencia humana, en tanto que lugar de
La concepción de la historia por nosotros entendida tros? Es, sobre la dimensión personal de lo acaecido,
como más coherente es aquella ligada al concepto an- memoria, es decir, presencia del pasado; es sobre la
teriormente mencionado de Dasein. El hombre es en dimensión de la actualidad, presencia del espíritu para
situación, esta imbuido en unas condiciones históricas la acción; es sobre la dimensión del porvenir, presencia
específicas y por lo tanto su ser-ahí muta según su si- del proyecto y del fin perseguido, proyecto y fin que
espíritu epocal. La condición fundamental del ser es el acción en curso (Locchi, 1990, p.31) [18].
La historia que para usos de representación se en- del progreso historico reforzada por la idea hegeliana
tiende de manera lineal como lo devenido, lo actual y lo del espíritu absoluto que ha alimentado metapolítica-
por devenir, en realidad se viven como una existencia mente a las ideologías políticas de la modernidad.
presente en la conciencia personal pero que está inte- Este concepto finalista o lo que podríamos llamar una sote-
riología teleologicista de las tres principales teorías políti-
grada en sus tres dimensiones. La tesis nominalista de cas de la modernidad, de acuerdo a Duguin, es lo que no
Locchi plantea que la historicidad de cada existencia se permite alcanzar una categoría de pluralismo político, ya
que la idea de modernidad ha sido enfrascada en una uni-
basa en una elección libre de la misma y que acarrea la direccionalidad de la historia y una irreversibilidad del tiem-
po. Retornar a una etapa o estadio anterior se manifiesta
configuración en tiempo presente del propio pasado y como una idea de retroceso y obstáculo a la moderniza-
futuro de forma simultánea dada la unidad de las di- ción, cuando en realidad la misma idea de progreso y mo-
dernización es en sí relativa y no absoluta (Lira, 2018,
mensiones históricas en la conciencia. p.32).
La elección del pasado existe en relación con el proyecto Relativa y no absoluta en tanto que la moderniza-
del porvenir (…) la elección de lo devenido no es otra
cosa, por así decirlo, que la memoria misma del porvenir ción y el progreso son reales [20] pero dentro del desa-
proyectado y a la vez la actualidad que en el revive, vive
y se apresta a vivir (Locchi, 1990, p.32). rrollo de una civilización concreta, y no como sentido
absoluto de la historia [21]. Estas categorías forman
En otras palabras, elegir un origen historico significa
parte de las nociones epistemológicas de los pueblos, y
al tiempo escoger un proyecto de futuro, una visión de
son más bien entendidas por Duguin como conceptos y
futuro implica concebir una ascendencia histórica espe-
preconceptos dentro de un logos diferenciado. En tanto
cífica. Esta elección de la propia historicidad fundamen-
que elecciones de la voluntad –como expone Locchi-
ta una actitud vital donde el tiempo no es concebido
se realizan dentro del desarrollo cíclico material y espi-
como destino fatal –tal como se revela en la concep-
ritual que rige la evolución socio-histórica de las comu-
ción unidireccional- sino que fluye en cualquier direc-
nidades humanas. Una civilización nace, se desarrolla
ción. De esta forma el pasado no solo no se presenta
y muere en relación con la vitalidad creativa de las ca-
como determinación absoluta del destino personal, sino
tegorías –conceptos, preconceptos- que conmueven su
también, lo acaecido no tiene la necesidad de
obra y pensamiento. Esta visión de la historia tiene por
desecharse en el olvido en función del progreso pere-
ventaja tanto la tolerancia de la pluralidad política, co-
ne, todo estriba en la voluntad de historia del hombre
mo la preservación o retorno de la herencia histórica
quien decide el curso de su devenir. Esta libre direccio-
por cuanto las categorías e ideas históricas pueden
nalidad por ejemplo, le permite al hombre “preservar”,
surgir y resurgir sin el condicionamiento de un telos
“recuperar”, “devolver” a la vida lo que se creía deste-
historico.
rrado de la historia regenerándola como un nuevo inicio
(Ex Novo). Más que hablar de un “retorno” de la histo-
2-Metapolítico nacional: está constituido por el
ria en un sentido literal es recrear o regenerar el pasa-
contenido ético del pueblo expresado en sus valores,
do como proyección a futuro: <<El denominado pasado
tradiciones, costumbres, códigos, raíces, usos, creen-
histórico es materia devuelta al estado bruto, materia
cias, conocimientos, instituciones, lenguas, principios,
bruta ofrecida a cada uno de nosotros para construir su
leyes etc. Así mismo como por la consciencia del desa-
propia historia. Esta ambigüedad del pasado se ofrece
rrollo histórico de la nación, sus factores constitutivos,
siempre en modo tanto más concreta a nuestra decisi-
patrimonio, problemas y necesidades. Es el espíritu del
va significación>> [19].
pueblo, el volkgeist hegeliano, forjado por las condicio-
Complementario a la tesis de la esfericidad del tiem-
nes específicas de su historia, en suma la identidad de
po histórico la propuesta ocasionalista de Duguin re-
la nación. Por lo tanto en materia de identidad simbóli-
fuerza la postura reversalista de la historia. El ocasio-
ca y características axiológicas cabe preguntarse
nalismo es la alternativa critica a la ideología dominante
¿Cuáles han sido los principales componentes cultura- mos construido un Estado débil, una sociedad anómica,
les que han configurado los rasgos identitarios de la una economía rezagada pero principalmente una
nación colombiana? Sin duda alguna la respuesta se “identidad nacional” ambigua, superflua, fragmentada y
haya en las tres grandes matrices civilizatorias que han sobre la base del desconocimiento profundo del devenir
interactuado históricamente en la construcción de la histórico y de la integridad de las vicisitudes de la so-
cultura nacional: la hispánica europea, la indigena ame- ciedad colombiana, en suma, una falta de consciencia
ricana, y la africana. Como sabemos el hoy territorio histórica de su volkgeist que en el actual panorama de
colombiano estaba habitado por diversidad de etnias globalización se profundiza estrepitosamente como
indígenas que pueden agruparse en tres grandes fami- desarraigo de la identidad comunitaria y situada, gene-
lias lingüísticas: Chibchas, Caribe, y Arawak. Con la rando lo que Heidegger nos advertía como el olvido del
conquista y colonización europea inicia un proceso de ser, en nuestro caso, del ser colombiano. El resultado
dominación, conversión e integración de las etnias indí- es la incapacidad de construir un fecundo proyecto de
genas al imperio español entendido este como expre- nación prospera, unitaria, ordenada y soberana. Retor-
sión de la cristiandad y por ende de occidente. La cos- namos necesariamente a la pregunta de ¿Qué es la
movisión panteísta indigena queda absorbida y mimeti- nación? y a la cual Lira nos responde bajo conceptos
zada en menor o mayor grado al paradigma de civiliza- puros en la forma de dos acepciones: nación cultural y
ción occidental, al monoteísmo judeo-cristiano, al mer- nación jurídico-política [22]. La primera expresada so-
cantilismo, la filosofía, la ciencia y al derecho hispano- meramente la define como una comunidad histórica
romano. El tercer elemento identitario es la población unificada por una cultura común y rasgos identitarios –
africana traída en calidad de mano de obra esclava raza, lengua, etnia- compartidos. La segunda es la inte-
para trabajar la minería y los campos. Proveniente del gración de esta comunidad bajo un orden político pro-
áfrica subsahariana esta población se asentó principal- pio que expresa su voluntad a través del derecho y la
mente en el caribe, la costa pacífica, Antioquia y valle constitución nacional. Por lo tanto ¿cómo comprender
del cauca. Bajo el liderazgo civilizatorio de la hispani- la existencia de una identidad nacional colombiana? si
dad, blancos, mestizos, indios y negros construyeron, aparte de las vicisitudes del proyecto nacional, su com-
en el marco de relaciones complejas y jerarquizantes, posición cultural es de un variopinto contraste de socie-
la sociedad colombiana en sus distintas fases de mo- dades, algunas veces antagónicas entre sí, derivando
dernización. Dado el agudo descenso demográfico de en lo que expresa Lira como “trastorno de identidad
la población indigena, su organización más primitiva múltiple poli-fragmentada” [23]. Los varios proyectos
frente a los imperios inca y azteca, la geografía diversa históricos de construcción de identidad nacional han
del territorio y las dinámicas socio-raciales del periodo girado en torno al hispanismo conservador, el moder-
colonial, la joven nación colombiana se ha configurado nismo anglo-afrancesante liberal, y el discurso neo-
como un país esencialmente mestizo, multipoblacional, izquierdista de las identidades subalternas del indige-
acrisolado culturalmente y regionalista, expresado ge- nismo y afrocolombianismo proletario. Pero al momento
néricamente en el campesino pobre y católico. Durante estos discursos solo han reivindicado una identidad
los doscientos años de historia republicana, la cons- colombiana univoca, fragmentada y sobretodo en per-
trucción del Estado-nación se ha visto truncada por manente conflicto intestino, pues son incapaces de
fenómenos como el caudillismo, el regionalismo, el ga- concebir un proyecto identitario integral, conciliativo y
monalismo clientelista, la partidocracia bipartidista, la positivo que armonice de forma unitaria la diversidad
violencia social, la concentración usurpadora de la tie- cultural de la nación. Ante la imperativa necesidad de
rra, el narcotráfico y el conflicto armado. En efecto he- este proyecto identitario se presenta como alternativa
viable y coherente la naciente teoría del sino por el contrario afirmación transcultural que articu-
“Crisolismo” [24]: la la diversidad en una unidad de destino. Tomando
(…) Esta nueva teoría política –que trata de enarbolar- apunte de este proyecto y afirmándolo como positivo, el
se como la superación que hay de negativo en las
anteriores teorías, rescatando lo mejor de todas para nuevo discurso identitario colombiano debe construirse
crear un nuevo concepto ya ajeno a las mismas- resu- sobre la base de su propio crisolismo tomando la forma
me el espíritu nacional en un neologismo creado para
dichos efectos y que se compone a su vez por una sintética de colombianidad: unidad de la hispanidad,
dicotomía consustancial conformada por la acción
conjunta entre nacionalismo y democracia, ya desde la andinidad y africanidad. Es una nueva empresa que ya
praxis popular son entendidos como medios o vehícu- empieza a tener precedentes en jóvenes autores como
los para la superación de todos los viejos esquemas y/
o fantasmas (indigenismo, hispanismo, liberalismo, Ubaque que elaboran un nuevo abordaje de la colom-
comunismo, fascismo, etc.), en tanto su esencia prag-
mática y metapolítica se ajusta a las nuevas necesida- bianidad en el marco de la cuarta teoría política:
des de una nueva teoría política peruana. Esta sínte- La disputa entre el poder legislativo y el ejecutivo por
sis de nacionalismo y democracia, se enarbola con el el control al Gobierno ha enseñado que en Colombia
nombre de crisolismo, en alusión precisamente, a que el sistema republicano fundado en 1819 ha llegado a
la sociedad peruana se configura como un crisol de su fin. La corrupción endémica del sistema durante
ideas, etnias y culturas, que con lo mejor de sus parti- casi dos siglos de república ha generado plutocracia,
cularidades conforma el concepto de peruanidad, co- desgobierno y corrupción. Es hora de fundamentar la
mo superación de las fragmentaciones propiciadas por “colombianidad” como teoría política. No obstante, la
todas las teorías ya mencionadas. Siendo así que ya misma descomposición de la política y el Estado ha
no se habla de indigenismo o hispanismo, sino de venido generando una conciencia colectiva en acción,
peruanismo (Lira, 2017, p.9). que va mucho más allá del posliberalismo (tercera
vía), el posfascismo (Alt-Right), y el posmarxismo
El crisolismo es una incipiente teoría científica y filo- (progresismo), y que espera realizarse en una teoría
sófico-política que pretende superar en la metodología práctica a nivel nacional. Por tal razón se formula el
proyecto de iniciar la construcción de una cuarta teoría
de la síntesis dialéctica y en el marco de la cuarta teo- política colombiana, basada exclusivamente en los
hechos circunstanciales sociopolíticos y económicos
ría política, uno de los principales factores problemáti- en las que se ve inmerso Colombia, porque solamente
cos en la consolidación de las identidades nacionales logrando manifestar la única cohesión de la nación en
conceptos puros y universales, como planteará esta
latinoamericanas: el multiculturalismo mestizo. A dife- teoría, basada en la unidad identitaria y las demandas
del pueblo colombiano, que llamo “colombianidad”,
rencia de clásica dicotomía hispanismo-indigenismo estaremos ad portas de un hecho genuino para el co-
que reivindica un modelo identitario lisiado, el crisolis- lombiano y toda la nación (Ubaque, 2018) [25].
mo comprende la identidad nacional como síntesis ar- Esta colombianidad entendida como crisol de cultu-
mónica de las principales matrices civilizatorias que ras, estilos y formas de ser nación, aún permanece ex-
han construido históricamente las naciones latinoameri- presada como una idealidad fragmentada pero no co-
canas contemporáneas. El crisolismo se erige sobre la mo una realidad inmediata en la forma de un destino,
base del reconocimiento y la exaltación de la identidad consciencia, sentir e identidad común. Parafraseando a
mestiza que se afirma –además- en el enraizamiento Álvaro pablo Ortiz (2016) no hemos logrado hacer de la
en la herencia de las civilizaciones que han integrado expresión “unidad en la diversidad” más que una frase
su ser. En el caso de lira esta unidad es expresada sin- de cajón [26]. ¿Cómo transformar esta diversidad en
téticamente como Peruanidad. unidad? En este punto entra en escena el siguiente
Es la andinidad nuestro padre, pero a su vez la euro- nivel metapolítico.
peidad y en ello, la hispanidad nuestra madre, ambos
componentes indisolubles de lo que llamamos perua-
nidad. No somos españoles, aunque algo tengamos
3-Metapolítico estatal: como hemos mencionado
de ellos, tampoco somos Incas, aunque algo tenga-
mos de ellos, sino peruanos (Lira, 2018, p.7). nuestra idea de Estado es el paradigma ético hegeliano
En el crisolismo solo se puede entender la identidad descrito líneas arriba. El Estado ético es pues la supre-
mestiza en la afirmación de sus raíces ancestrales aho- ma síntesis de los valores de un pueblo erigida tanto a
ra situadas en la historia en una nueva forma civilizato- máxima ley política como moral y existencial. El Estado
ria. El crisolismo no es homogenización desarraigante como la instancia suprema de la autoridad política sub-
sume todas las relaciones, costumbres e instituciones encuentra la concordia, la seguridad y la paz, además
del pueblo y las supraordena en una realidad orgánica de la autonomía y la libertad [27]. En la razón el Estado
total en función de alcanzar la plena autarquía funcio- encuentra el sentido de su existencia, tanto como orde-
nal. Pero el Estado no es solo instrumento del orden nador y garante supremo del derecho, como institución
sino también conciencia e inteligencia del pueblo. La racionalizante del hombre y sus relaciones. A través de
ley política y el ordenamiento institucional existen en los códigos, las normas y la coacción el Estado cons-
función y subordinadas a la ley moral o ethos de la na- truye el ambiente estructural racionalizante de las rela-
ción. El Estado convierte la eticidad como fenómeno ciones comunitarias como garantía de la perfectibilidad
ideal a plena realidad inmediata a través de la interpre- humana, la estabilidad y la armonía del orden social
tación y el ordenamiento de las escalas axiológicas. [28]. Este fundamento racionalista (filosófico y científi-
Como máxima realidad ética culminada, la persona, la co) del Estado le da la capacidad de interpretar los va-
familia, el trabajo, el sindicato, la corporación, la acade- lores y necesidades de la comunidad histórica estable-
mia, la religión, se comprenden como fases intermedias ciendo un orden jurídico, una justicia y una educación
de desarrollo ético-político cuyo fin último es el Estado por y para sus ciudadanos. En nuestra idea del Esta-
entendido este como portador de una misión histórica. do, el pueblo –entendido de manera cualitativa- es
Por lo tanto el Estado en nuestra teoría política es la el fundamento moral del estado ético, mientras la
columna que vertebra los otros dos órdenes metapolíti- razón es el fundamento del gobierno en tanto que
cos (universal y nacional) en la unidad de valores sinte- nos situamos en una concepción sofocrática del
tizada en el Estado nacional. En este punto debemos Estado. El fundamento racionalista no solo existe
preguntarnos ¿cuál es la cualidad que da al Estado su en nuestro sistema axiológico como fundamento orde-
vocación de aglutinar diversas escalas axiológicas en nador del derecho y la estabilidad social, sino también
una unidad ético-política? como inteligencia que se auto conoce. En el Estado y
sus instituciones científicas culturales el colombiano
3.1-Fundamento Racionalista del Estado: según debe hallar el contenido de su consciencia histórica
nos expone Lira, uno los fundamentos metapolíticos de nacional, base fundamental para cualquier transforma-
la teoría crisolista es la relación existente entre filosofía ción social hacia los puertos del desarrollo nacional
y política. Desde los clásicos y más aún desde los mo- integral. En la inteligencia del Estado el colombiano
dernos teóricos de la política, la filosofía mantiene una encuentra el saber de su historia, su presente y su de-
relación con la política como un deber ser, una sistemá- venir; de sus virtudes pero además de sus defectos. La
tica que ilumina el correcto proceder de la política en- razón es voluntad correctiva del pathos de la sociedad
tendida esta como arte o doctrina que tiende a la orga- colombiana. En el autoconocimiento proporcionado por
nización de las sociedades humanas. El objeto central la inteligencia del Estado la nación desarrolla su perfec-
de esta relación es la conducción de los asuntos huma- cionamiento.
nos según el orden más racional posible. El Estado La relación, en la tesis filosófico-política, entre el indi-
viduo, sociedad y Estado, seria de evolución de la
natural de las relaciones humanas en sociedad, la inter- consciencia política, entendida esta última como toma
subjetividad, es por lo general de irracionalidad, funda- de decisiones para el perfeccionamiento y evolución
de la característica individual y colectiva del ser hu-
mentada en sentimientos, costumbres, y dinámicas mano, y al Estado como máxima expresión de dicha
complejidad ascendente (Lira, 2017, p.16).
psicosociales de masa. El resultado lógico es una idea
justicia basada en el capricho y la aleatoriedad del jue- De la virtud razón deviene el segundo elemento capital
go de fuerzas desiguales. En la razón –expresa Lira de la teoría crisolista Liriana, “la identidad nacional”
Dimensión axiológica estatal: el Estado es así marco de una concepción cuantitativa -no cualitativa- y
mismo un espacio autónomo –pero no indeterminado- aritmética de la sociedad. La crítica contra el contrac-
de valores éticos. El primero de ellos es la justicia, tualismo Roussoniano se basa en la relación asimétrica
compuesto por el mencionado plexo axiológico (orden, de la propiedad y el poder entre individuos que sumada
seguridad, poder, paz, solidaridad, cooperación). Más a la fragilidad arbitraria del contrato configura un Esta-
do donde se legitima la injusticia social. Acá entra en- triota, mi igual en la diferencia y junto al cual construyo
tonces a jugar la idea máxima de justicia pues en el la identidad de la nación. El problema radica en la di-
Estado -según Hegel- se deben resolver las contradic- versidad de tradiciones y expresiones culturales de co-
ciones sociales. El Estado es árbitro de las relaciones, munidades más o menos contrastantes en el marco de
es garante de la realización de la justicia y el dere- un Estado nacional pues definir un espíritu de la nación
cho, además del bienestar social. Pero esta idea de en un pueblo que -de manera real o presumida- se con-
justicia no es solo principio axiológico-jurídico de cibe como pluricultural muchas veces termina en formu-
la socialidad en el Estado, sino también principio laciones forzadas ad hoc o en nivelaciones poco sus-
moral de los individuos educados por el sistema tantivas. Peor aún es cuando esta nación realza su re-
pedagógico-ético estatal, es la síntesis de lo ideal y gionalismo –muchas veces localismo- enfrentándose a
lo real que deviene en la eticidad. Volviendo a Bolí- la otredad no como referencia de la mismidad sino co-
var Blanco: mo ajenidad. Por lo tanto, y es acá donde expresamos
Por encima de la oposición entre realidad y moralidad la tesis central del ensayo: es el Estado que a través
se da la síntesis de eticidad, que es justamente la mo-
ralidad no subjetiva e ideal, sino efectiva, realizada, de sus facultades axiológico-políticas de la justicia,
real”; ahora en crisis, donde “la historia tiene siempre
la razón y la libertad [36], el que debe realizar la sín-
la razón y constituye el único tribunal que pueda legíti-
mamente condenar o absolver, así la eticidad trans- tesis de los valores nacionales a través de una em-
portada al plano transpersonal y fundida en el curso
histórico, reabsorbe el deber ser en el ser y sobrepasa presa conjunta que reconcilie las identidades co-
toda posible contradicción [35].
lombianas en una verdadera síntesis existencial, la
En la plena idea de justicia como pilar del Estado colombianidad. En la razón encuentra la facultad de
ético, el crisol colombiano debe encontrar la herramien- la organización efectiva y la conciencia de su identidad
ta para resolver la contradicción y la injusticia social, el y devenir históricos. Esta inteligencia interpreta y reali-
bienestar y la seguridad física, el orden y la paz para el za la síntesis de los valores como un ethos o ley supe-
desarrollo armónico de su voluntad, la solidaridad y la rior de existencia reuniendo todas aquellas cualidades
cooperación para la creación conjunta de un nuevo or- éticas que nos son comunes y formulando un crisol
den social colombiano en base a la idea de comunidad axiológico que exprese de manera superlativa lo que
y la fraternidad inspirados en su idea de lo Justum co- significa ser colombiano. En la justicia, la idea y la fuer-
mo máxima aspiración nacional. za que movilice la realización social a través del orden,
En síntesis la paz, la seguridad, y el poder como armonizadores de
Como mencionamos líneas arriba el universal como la voluntad nacional. En la solidaridad y la cooperación
espíritu de la historia solo se realiza de manera fáctica el establecimiento de lazos efectivos, afectivos y reales
y real en los volkgeist, en los pueblos como identidades guiados por la idea de construcción unitaria de la ecú-
colectivas situadas en un espacio y tiempo específico. mene colombiana. Y en el derecho nacional la realiza-
La identidad nacional es encontrar en la otredad mi ción de su potencia y su voluntad como horizontes de
propia mismidad. La conciencia en el Estado se con- su libertad. En el Estado se reúne la idea ontológica del
vierte en un valor moral en tanto que el Estado mis- Dasein como el ser del hombre en el mundo, como to-
mo se comprende como sujeto realizador de una talidad espiritual constructora de la historia, es el hom-
misión histórica, una revolución axiológica que bre real situado; y la identidad nacional como la multi-
consiste en el reencuentro con el ser de la colom- plicidad ética y cultural cual dato real del espíritu colom-
bianidad. El Estado es ético por cuanto configura biano. El Estado para nosotros es la consciencia y la
una atmosfera moralizante que consiste en la concien- inteligencia de la nación, pero a su vez es el moldeador
cia ética sobre la humanidad del otro que es mi compa- de la misma, en lo que Lira llama proceso de nacionifi-
cación [37], que sin homologar la diversidad la reconci- junto del pueblo y el Estado como expresión de su
lia en un proyecto identitario único. El Estado como consciencia política en constante progresión. Así el
aparato superior y común a todo el territorio colombiano pueblo está en el Estado y el Estado en el pueblo.
debe integrar todas sus formas culturales, sociales, Debe ser el pueblo que a través de sus asociacio-
económicas y políticas, a través de sus recursos institu- nes políticas, económicas, sociales y culturales
cionales, jurídicos, académicos, militares e ideológicos luche por preservar y perfeccionar sus tradiciones
en un proyecto unitario basado en la idea de colombia- e identidades y el Estado debe ser tanto garante
nidad como síntesis espiritual en la forma de un ethos como empoderamiento trascendente en la colom-
nacional, consciencia y ley existencial del pueblo que bianidad como realidad identitaria unificante y et-
revalorando la diversidad la reúne no en “una unicidad hos existencial. No debemos confundir, nuestro
totalizante negadora del pluralismo cultural, sino como Estado es secular en esencia, pero a diferencia de la
unicidad diferenciante, o unidad en lo diversifican- religión cívica Roussoniana o el Estado confesional, el
te” [38]. En la tridimensionalidad axiológico-metapolítica Estado ético emula la identidad y valores nacionales en
del nuevo Estado se reúnen las tres fases del Estado una unidad política que verdaderamente sea propiedad
ético hegeliano [39]: el universal en-si en la axiología de los colombianos. El Estado es el poder y la cons-
jurídica del Estado [40]; el universal para-si en la con- ciencia del pueblo en tanto que se conoce a sí mismo y
cepción antropológica existencial del Dasein [41] (ser- eleva su identidad como potencia e imperium frente a sí
ahí) como condición ontológica del hombre; el particular mismo y a los demás pueblos. La principal función del
para-si en la eticidad del pueblo y el individuo [42]; el Estado ético es inculcar en el individuo la consciencia
resultado es el universal concreto en-si-para-si en el cívica y moral de su colombianidad –en ella está me-
Estado ético como sintetizador y realizador de la etici- diada la eticidad del Estado- que como identidad matriz
dad en la forma de la Colombianidad como volkgeist o ilustra su deber histórico para la construcción y perpe-
Dasein nacional. Acá la doctrina Joseantoniana adquie- tuación de su pueblo. Es el derecho de existencia co-
re todo su sentido pues la nación se convierte en la lombiana guiada por el ideal de justicia suprema, la
unidad de destino en lo universal. El ethos de la identidad nacional y la libertad como principio y destino
colombianidad será nuestra universalidad, unidad de de su universal.
destino conformada por los principios-fines de identi-
dad, justicia, y libertad. La construcción de la ética na- REFLEXIONES SOBRE SOBERANÍA
cional se realiza de manera biunívoca en un trabajo Llegamos entonces al problema que nos convocó en
conjunto entre el pueblo y el Estado. Si bien en este primera instancia y con el cual iniciamos éste ensayo:
paradigma de la cuarta teoría política el resurgimiento la cuestión de la soberanía. La actual mutación de los
de la consciencia espiritual de los pueblos no pasa tan- estados nacionales que desplaza la soberanía del esta-
to por una construcción estatal, como una reconfigura- do-nación –y por ende de los pueblos- hacia instancias
ción cultural en grandes espacios geopolíticos autóno- superiores inter y transnacionales, es una consecuen-
mos, en nuestra teoría resulta imperativa la acción del cia lógica del mismo proyecto moderno liberal del Esta-
Estado como configurador de la nación y como expre- do que ha desarrollado de manera superlativa la con-
sión superior de la misma. Pero se aleja de los postula- tradicción interna sobre la que se funda, esto es, pro-
dos del Estado totalitario en tanto que el pueblo es clamar la soberanía popular al tiempo que separa la
dueño de sus escalas axiológicas y el deber del moral -entendida esta de manera nietzscheana como
Estado es el de protegerlas al tiempo que corregir o cosmovisión y ejercicio de poder- de la política, elucu-
perfeccionarlas si es necesario en un trabajo con- bración intelectual iniciada por Maquiavelo y atizada
por las rupturas mencionadas por Ayuso. Abstraída la pactos internacionales, al tiempo que la injerencia de
moral de la política y por lo tanto el fundamento las mismas instancias al interior de los Estados preten-
metapolítico y metajurídico del Estado, queda dre- den arrebatar la soberanía desde abajo presentándose
nada la sustancia jurídica que alimenta los dere- como garantes de los derechos individuales, en lo que
chos fundamentales del pueblo en beneficio de un Aramburo y otros autores han denominado como lo
entendimiento meramente positivista del derecho y glocal. La recuperación de un concepto que ya pasa
por lo tanto unívocamente coactivo-represivo. En como un vestigio de la teoría política moderna, necesa-
segunda instancia el reino-nación y luego el Estado- riamente requiere de la evocación genuina del pueblo
nación nacieron como instrumentos centralizadores del como titular de la soberanía, pero no ya bajo la tesis
poder en función de la guerra, por lo cual los antiguos individualista del liberalismo que concebía al pueblo
fueros feudales y las corporaciones fueron eliminados como la suma de los integrantes de un territorio y a la
en beneficio del poder central por lo cual los individuos soberanía como agregado de la voluntad general, ni
y grupos sociales solo pueden participar del poder polí- tampoco como la soberanía clasista del socialismo. De
tico a través de la representación de funcionarios y par- la mano de Alain de Benoist y Aleksandr Duguin
tidos. Luego, el proyecto antropológico individualista del sostenemos que el concepto de soberanía debe ir
liberalismo que “rechaza” cualquier coacción sobre el ligado al de identidad por lo cual entendemos al
individuo generó un Estado de derecho que solo legisla pueblo de manera cualitativa orgánica como Etnos,
para individuos promoviendo una visión del hombre es decir como calidad moral diferencial e histórica. Para
como desarraigado de sus marcos de pertenencia, los de Benoist ambos conceptos –soberanía e identidad-
pueblos solo son entendidos como mera agregación de deben compartir una relación simbiótica, no se debe
individuos. La persona se ve enfrentada sola a la coac- entender el uno sin el otro pues la identidad es el senti-
ción del Estado y solo participa del poder político a tra- do de la acción soberana, es decir, por quien, para que,
vés del sufragio. Mas el golpe contundente al derecho de qué forma y para quien va dirigido el super omnia o
de existencia y autodeterminación de los pueblos lo poder supremo.
realiza la creación de instancias jurídicas supranaciona- La soberanía sin la identidad es una cascara vacía, la
identidad sin soberanía tiene todas las posibilidades
les y el derecho humanismo internacional, proyecto de convertirse en un ectoplasma. No hay que separar-
iniciado con la abolida “sociedad de las naciones” y las pues. La una y la otra a fin de cuentas son trascen-
didas en la libertad. Ser soberano es ser libre de de-
luego con la “organización de naciones unidas”. A este terminar por sí mismo tu política. Conservar su identi-
dad implica, para un pueblo, poder decidir libremente
respecto Carl Schmitt nos expone: las condiciones de su reproducción social (Alain de
En relación con este género de actividad internaciona- Benoist, 2017).
lista, surgió también una teoría adecuada a él. Su
“escuela” procedía de Viena. Quería ser “pura” doctri- Aludir al etnos es reclamar una soberanía de cuño
na jurídica, pero concebía, sin embargo, el derecho de nacional, la soberanía reside en la nación como comu-
una manera absolutamente positivista como mera
norma coactiva. Luchaba contra el concepto de sobe- nidad histórica organizada. Al respecto Alba Flores
ranía del Estado y a favor de una construcción escalo-
nada general del derecho concebida normativamente, Gaxiola expone:
a la cabeza de la cual debían encontrarse las normas La soberanía nacional quiere significar cosa distinta;
del derecho internacional, en lugar de ver en ella un no son los individuos, sino la colectividad, anterior y
orden concreto de pueblos que existen concretamen- superior a ellos, no simple suma aritmética, sino com-
te, como un sistema de normas con una “constitución”, plejo orgánico, quien resulta titular de la soberanía.
pensada de igual modo, normativamente, cuya “norma Hay frente el concepto atomizador, disolvente, de la
fundamental” debía ser la frase “pacta sunt servan- mera soberanía popular, un principio integrador, agluti-
da” (Schmitt, 1933, p.4). nante, representado por la nación, todo substancial,
perdurable en el tiempo y enraizado en la tradición
De esta forma la falaz soberanía popular del Estado (Gaxiola Flores, 2013, p.33).
nacional –que desde el inicio estaba viciada- queda
Es necesario aclarar, esta concepción hoy día sufre
drenada por arriba por el derecho humanismo y los
diferentes problemas sobre su legitimidad teórica. Si la de manera orgánica conquista de nuevo la facultad de
potestad del soberano es la capacidad de legislar, crear legislar sin la necesidad imperante de delegar de ma-
normas, la nación entendida como “corpus mysticium” nera absoluta su poder, sino que este es recuperado
solo puede realizarse políticamente en dos sentidos las por cada comunidad en la forma de una democracia
más de las veces concebidos como antagónicos: la orgánica.
tradición y la ley [43]. A su vez la tradición comprende 3- La nación de esta forma no se reduce a la mera
una forma particular de comportase socialmente y que forma o uso cultural, a la mimesis o reproducción sim-
solo comparte una parte de la población, mientras que bólica, a la identidad colectiva como simple imaginario
la ley, de facto, es voluntad del legislador, y puede ir social; sino como ejercicio factico del poder necesaria-
contra la misma tradición. Para completar la crítica a mente guiado por los valores culturales. El pueblo eje-
esta noción, la soberanía debe ser entendida como cuta su voluntad y la nación se convierte en el sentido –
<<acción, ejercicio; su esencia no es la potencialidad, en tiempo real- de las condiciones de reproducción so-
sino actividad en concreto, esto es, ejerciendo el impe- cial y simbólica.
rium que le es propio>> (Gaxiola Flores, 2013, p.37). 4- El sentido de la soberanía como ejercicio del po-
La pretendida identidad en el marco de una democracia der supremo en una comunidad política debe ser la
netamente representativa donde el pueblo delega el autarquía o autosuficiencia en la preservación –y ex-
poder, queda relegada a una simple veleidad teórica pansión- de las condiciones de existencia de dicha co-
siendo que la ley y el ejercicio de la misma la realiza el munidad. Esta autosuficiencia abarca la reproducción
derecho, el Estado, los funcionarios y la norma consti- de sus condiciones materiales de subsistencia, la re-
tucional, en suma la division entre el derecho y el poder producción de su población, la reproducción del poder
de hecho. Es sobre esta división sobre la que se funda político y la reproducción de sus símbolos y escalas
nuestra reflexión y que exponemos en los siguientes axiológicas.
puntos: 5- siendo la subsistencia y el bienestar del pueblo el
1- La nación en sus dimensiones políticas, económi- sentido de la soberanía, el ejercicio y protección de la
cas, sociales y culturales debe volver al poder público a misma debe recaer en la instancia político-jurídica que
través de cuerpos sociales intermedios, es decir, bajo pueda garantizar la sobrevivencia del bienestar colecti-
la disciplina corporativa, en lo que consideramos como vo. El individuo, la familia, el municipio o la corporación
el ejercicio de una verdadera democracia participativa. no pueden por si solos garantizar las condiciones inte-
En las corporaciones las comunidades aplican de facto grales de existencia señaladas arriba, por lo que y des-
su sentido moral a las políticas que deben satisfacer de un enfoque clásicamente republicano concebimos la
sus necesidades, por lo cual la tradición no se reduce a soberanía del pueblo-nación delegada en el Estado
un discurso performativo y exclusivista del Estado sino como suprema instancia del poder político. El Estado
a una acción de facto realizada por cada comunidad y guiado por una constitución soberana garantiza el or-
sus valores correspondientes. den normativo, político, social, cultural y económico del
2- Este corporativismo como verdadera democracia pueblo. Solo a través del Estado el pueblo puede reali-
participativa es un modelo descentralizado del poder zar su soberanía. Pero –recordamos- esta delegación
pero que no incurre en el neo-feudalismo. La comuni- debe realizarse bajo el paradigma participativo de la
dad nacional organizada a través de asociaciones del democracia en la que el pueblo a través de sus corpo-
más diverso rubro se articula de manera ascendente y raciones se liga fuertemente al Estado sin confundirse
vinculante con el poder del Estado hasta alcanzar la con él –según la expresión de Alain de Benoist-, en la
instancia legislativa. La nación-pueblo, entendida así forma del Estado ético nacional corporativo.
6-El pueblo es el titular de la soberanía pues es el vértice del poder, con los máximos tribunos. No hay
más protagonista que el presidente en el escenario. El
quien posee el etnos, más en nuestra teoría del Estado parlamento al fondo actúa como una comparsa (Alzate
ético, éste también es poseedor del etnos como protec- Avendaño en Ayala Diago, 2007, p.442).
tor, portador y transformador de los valores culturales Alzate al igual que los Leopardos estimaban la figu-
de la nación. Por lo pronto partimos de una concepción ra del libertador como núcleo central de un auténtico
compuesta y no absoluta de la soberanía pero no re- nacionalismo colombiano, hispánico, andino y autorita-
ductible o divisible. Consideramos a la soberanía como rio. Era la figura del caudillo fuerte que concentra toda
producto de la integración del pueblo y el Estado, pero la dirección soberana de la nación y establece no solo
no reducible a alguno de los dos por separado. los lineamientos de un periodo administrativo, sino los
7- El Estado por lo tanto debe ser la máxima instan- rasgos mismos de un periodo histórico completo.
cia del poder por lo cual el ejercicio de la soberanía Cuando los ejércitos Grancolombianos, realizaban
homéricas empresas por el continente, y Bolívar era
legitima no puede ser condicionada por instancias ex- arbitro entre los pueblos, obedientes a su voluntad
trínsecas o superiores a él. Se niega así la emanación imperial. Eran tiempos de ciclopes, en que desde una
esquina territorial de América se podía pensar conti-
vertical del poder que comienza desde los organismos nentalmente con grandes magnitudes históricas. El
libertador, lo mismo promovía el congreso de Panamá
internacionales, para reivindicar un orden y un poder para fundar un derecho americano, que proyectaba la
erigidos desde abajo-arriba, desde adentro hacia afue- federación de los Andes, como una constelación políti-
ca con Colombia en el centro. (Alzate Avendaño en
ra. Las condiciones del sano ordenamiento internacio- Ayala Diago, 2007, p.442).
nal y de los acuerdos entre naciones deben partir – Existe pues en la sensibilidad Leoparda de Alzate
según una perspectiva Schmittiana- desde la forma de una tendencia hacia la integración americana basada
ser de cada pueblo particular. en el proyecto Bolivariano originario y que se encuentra
CORPORATIVISMO Y BOLIVARIANISMO: en concordancia con nuestra proyección continental
ALGUNOS APORTES LEOPARDISTAS DE desde la cuarta teoría. Este caudillismo en la forma de
GILBERTO ALZATE AVENDAÑO un ejecutivo fuerte y extraordinario, que Alzate combina
Es necesario aclarar que la soberanía aún constitui- con un nacionalismo patriótico y una actitud hispánica
da por los poderes legislativos, y en nuestro paradigma, de integración continental, también es compatible en su
cohabitada por una democracia más directa, participati- ideario con la tesis corporativista de la cual formula al-
va y orgánica, su verdadero y más esencial ejercicio se gunos esbozos para la creación de la democracia orgá-
realiza por el poder ejecutivo, pues en él, el mismo con- nica. Así:
cepto adquiere plenitud de realidad. Desde una lectura Aspiro a establecer si en este país de “desarrollo com-
binado” para usar la terminología marxista, donde las
Alzatista Bolivariana el presidente –dictador legal- con- clases no están suficientemente separadas y alindera-
das, es posible cierto corporativismo, no de tipo con-
centra las facultades extraordinarias que la realidad temporáneo, pues supondría la presencia de industria
histórica le concede orgánicamente por fuera del crite- pesada y la bifurcación neta de grupos sociales, sino
de vago acento medioevico, intermedio, atemperado a
rio parlamentario, tiene pleno poder sobre el territorio y nuestro estadio económico, a la falta de ordenación
vertical e clases y horizontal en profesiones. Si a eso
sus funcionarios técnicos, es el máximo comandante de agregasen las implicaciones políticas de un movimien-
las fuerzas armadas y tiene la facultad –según la tesis to semejante, quedaría totalizado mi trabajo. (Alzate
Avendaño en Ayala Diago, 2007, p.192).
de Schmitt- de establecer la realidad jurídica según la
Es sabido que la tesis corporativista de Alzate pro-
necesidad lo exija.
venía tanto del pensamiento nacionalista europeo co-
Si hay crisis económicas, un conflicto político de mag-
nitud, una tensión internacional o un pretexto cualquie- mo de la doctrina social de la iglesia católica pero que
ra, se hace investir de prerrogativas discrecionales.
Así el reparto funcional en tres órdenes es apenas un sintetizaba en el ideario Bolivariano. En las corporacio-
simulacro. Aunque el ejercicio de la soberanía se re-
nes los hombres encontraban la más noble forma de
parta nominativamente entre ellos, el ejecutivo ocupa
solidaridad para con sus camaradas del trabajo en fun- funcionalista de la sociedad, para nosotros autentica
ción de la construcción social. Este corporativismo im- forma de participación activa y organizada del pueblo,
plica tanto una articulación con el Estado como una detentador de la soberanía legitima y que en nuestra
forma de organización social más allá de él y muchas idea del estado ético culmina en un ejecutivo fuerte
veces frente a él. Lo que revela ya la idea de lo político como depositario ultimo y definitivo de la responsabili-
como una función social que rebasa al Estado. dad soberana y vertebrador unitario de las diversas
estructuras sociales. En la figura del caudillo fuerte
No necesitamos introducir ninguna tesis de los movi- bolivariano queda sintetizado todos los momentos de la
mientos contrarrevolucionarios de ultramar, porque en
Bolívar están todos los ingredientes para formar el evolución social: como supremo líder se convierte en
Estado nuevo, si se exceptúa el régimen corporativo intérprete y guía de la nación, el ser colombiano-
de la economía, ya que el dramático conflicto entre
capital y trabajo sólo se ha agudizado en los umbrales hispanoamericano. Preside la egida y la ejecución de la
de este siglo, cuando los fenómenos sociales demues-
tran que la libre concurrencia es una prima otorgada a soberanía, vertebra todas las estructuras sociales sir-
los más fuertes. El corporativismo organiza las clases viendo de árbitro a la vez que conductor, que con exce-
económicas al servicio del interés nacional. No lucha
de clases, sino colaboración de clases. Solución fas- lencia de poderes puede establecer toda una nueva
cista, pero también tesis social-católica. (Alzate Aven-
daño en Ayala Diago, 2007, p.440). tendencia epocal a través de su suprema decisión so-
berana encomendada por el pueblo. Es el “supremo
Queda así planteada la divergencia y convergencia de espécimen”, el “filosofo rey” el mejor de todos. Toda la
las organizaciones sociales con el Estado, y su expre- soberanía, la colombianidad y la eticidad- racionalidad
sión político-espacial en el regionalismo y la disputa del estado tienen su aspiración y máximo desarrollo en
centralismo-federalismo. Alzate Avendaño dibuja ape- la figura del gran caudillo nacional. Por lo cual la figura
nas los primeros rasgos de un corporativismo de orden presidencialista, democrático-liberal tiene que dar lugar
regional. a una nueva forma de liderazgo, distinto en sus funcio-
Tan funesta como la existencia de los estados federa- nes, poderes, selección, accionar, moralidad y tempo-
les, guerreando unos contra otros y dividiéndose la
túnica inconsútil de la soberanía, puede serlo una ralidad de su supremo cargo.
coerción centralista que sofoque la vida regional, qui-
tándole estímulos y recursos. Esto aflojaría la solidari-
dad colombiana, relajando sus vínculos. Las provin-
cias no van a resignarse a sudar plusvalía en beneficio PARA CONCLUIR:
de una oligarquía financiera con asiento en Bogotá.
Una forma organicista (corporativa) de la sociedad
Hay que respetar sus fueros. El regionalismo, el apego
terruñero, expresa la vitalidad del país y es blasón de como forma de participación activa del pueblo en su
una economía de productores (Alzate Avendaño en
Ayala Diago, 2007, p.355). legítimo derecho de gobernar; una constitución ética
que tenga la colombianidad y la justicia militar-social
Se habla aquí de un modelo central pero descentra- como sentido máximo de libertad; y un ejecutivo fuerte
lizado del Estado que reconoce la regionalidad de las como sintetizador y realizador de la soberanía y trans-
dinámicas socio-económicas y culturales de la nación y formación nacional: este es para nosotros una posible
que pretende un esquema estructurante del gobierno alternativa que refuerce la soberanía y la identidad de
de forma orgánica. Es el poder delegado, la autonomía, la nación ante el fenómeno de la universalización uni-
la subsidiariedad y la articulación desde abajo del pue- polar.
blo con el Estado. Hablar de corporativismo no es solo La articulación continental es igualmente necesaria
tratar de organización económica (como lo plantea Al- para configurar un nuevo polo de soberanía y desarro-
zate) sino también de organizaciones sociales y territo- llo civilizatorio. Pero esta unidad solo puede ser realiza-
riales. La forma de estructuración de todos estos orga- da por la agrupación libre de las unidades políticas y
nismos comprende una verdadera forma estructural- sobre la base Schmittiana de que el ordenamiento in-
ternacional debe partir de las características de cada Citas
nación. 1
Siegert Aramburo, Clara Inés. Producción de nuevas
En la actual fase de globalización, mimetización cul- espacialidades y cambios de autoridad. Interacción glo-
balización-conflicto armado-grupos étnicos.p.198.
tural y pérdida del sentido de la identidad nacional, el 2
Ib.P.199
nuevo Estado ético, moral y moralizante, ya no será 3
Mercado Cepeda, Pedro. Falacia laicista. El Tiempo.
4
tanto el espacio jurídico pretendidamente neutro que Constitución política de Colombia de 1991. (pag.11).
pregonaba el liberalismo donde se desarrollaba con 2015.
5
Ley 133 de 1994. “por la cual se desarrolla el derecho
absoluta libertad cualquier expresión cultural igualada de la libertad religiosa y de cultos, reconocido en el ar-
con valor de norma a todas las demás. Sino más bien tículo 19 de la constitución política”.
6
Contenido extraído de la conferencia del Instituto de
un completo campo axiológico que establece con jerar-
Filosofía Práctica (INFIP): El Estado como sujeto inmo-
quía los contenidos culturales permitidos y frente a los ral. Llevada a cabo por el Profesor Miguel Ayuso To-
rres. Canal TLV1, Especial Nº31.
cuales la nación como Estado exalta, afirma, acepta, 7
El concepto del Estado ético en Hegel: carloseduar-
tolera o dado el caso contrario rechaza, niega o censu- doperezcrespo.blogspot.com/2007/08/el-concepto-del-
ra. Esta nueva tabla de valores que conformará la per- Estado-tico-en-hegel.html.
8
Schmitt, Carl. LA DICTADURA: Desde los comienzos
sonalidad plena del pueblo está constituida por la an- del pensamiento moderno de la soberanía hasta lucha
tropología filosófica del Dasein, una idea evolutiva de de clases proletaria. Prologo: pág. 25-26.
9
Gentile, Giovanni. ¿Qué es fascismo? Citado en: El
humanidad, la idea moral de justicia y la colombianidad
espíritu del fascismo. Carlos Videla. (pág. 102).
como ley de co-existencia, consciencia y libertad de la 10
Duguin, Aleksandr. El tercer totalitarismo (critica des-
nación colombiana. de la cuarta teoría política). Geopolitica.ru
11
Lira, Israel. Breve aproximación a los fundamentos
Será el crisol societario que dará a luz a un nuevo tipo
del crisolismo: o de la posible construcción de una
humano y social en la historia. Frente a las posturas de cuarta teoría política peruana y latinoamericana. Revis-
ta de estudios Crisolistas, Vol.Nº1. (pag.15).
la sociedad abierta Popperiana o la sociedad hermética 12
<<Nación cultural: comunidad histórica y cultural-
purista del totalitarismo, afirma una posición soberanis- mente unificada, cuyos integrantes se identifican entre
ta, la sociedad soberana, que se integra y relaciona con sí por la presencia de elementos característicos, ya
sean lengua común, tradiciones y costumbres comu-
los demás pueblos estableciendo ley de carácter donde nes, y/o raza o etnia comunes. Nación político-jurídica:
la nación consciente de sí misma evoluciona a su ritmo, comunidad unificada políticamente, cuyos integrantes
se pueden identificar a través de medios objetivos. Es
según su espíritu y decidiendo que le conviene o no decir, y para nosotros, la nación político-jurídica, es la
desarrollar en el seno de su eticidad en función de su nación cultural unificada políticamente>> (Lira, 2017.
P.13).
constante perfeccionamiento espiritual. El Estado es 13
Ibíd. Pág. 13.
14
concebido como supremo portador de una idea civiliza- Las tres grandes categorías recurrentes en la inter-
toria, una misión histórica revolucionaria: el reencuentro pretación metapolítica son las concepciones del hom-
bre, la historia y el mundo. De la última cuestión decidi-
-proyecto del ser colombiano. ▲ mos abstraernos de una reflexión exclusiva en tanto
objeto nos llevaría a reflexiones amplísimas que inquie-
ren la confrontación directa entre ciencia y religión. En
este modelo de Estado como ya el lector habrá adverti-
do hemos elegido una visión secularizada como vía a la
politización efectiva.
15
Alsina Calves, José. La dimensión colectiva del
“Dasein”. Geopolitica.ru.
16
“El fin de la historia y el último hombre”.
17
El ocasionalismo junto a la teoría de la ciclicidad de
los procesos socio-históricos postulada por Alexandre
Deulofeu son tomados en préstamo de los fundamen-
tos metapolíticos de la teoría crisolista de Israel Lira
pues estos son complementarios a nuestra visión histó-
rica hermanada con el crisolismo. El eje articulador es 40
Tomado en la esencialidad del derecho formal, pero
la reivindicación de la pluralidad política de los pueblos. nuestra axiología jurídica es una formulación propia de
18
Locchi, Giorgio. La esencia del fascismo. Edición nuestro modelo ideal de Estado como catalizador de la
traducida por Ernestina Garrido. eticidad en esta aplicación paradigmática.
19 41
Ibídem, pag.31. El Dasein es universal en tanto refiere al ser del
20 hombre. Esta condición más allá de ser un en-si se re-
Duguin citado en Lira, 2018, pag.32.
21
Ibídem vela eyectada en un ser-ahí-para-si en tanto referencia
22 arquetípica del Dasein autentico.
Véase la cita de la página 8 42
23 Cultura compartida y vivida individual y colectiva-
Lira, Israel. Crisolismo y Cuarta Teoría política: estu-
mente. De ahí el para-si como una fenomenología de la
dios propedéuticos sobre las bases metapoliticas y existencia cotidiana y comunitaria.
epistemológicas para una nueva teoría política perua- 43
na. (pág.6). Gaxiola Flores, Alba Beatriz. El concepto de sobera-
24 nía y sus transformaciones, con especial referencia al
<<El crisolismo como tal, es una idea sociopolítica caso mexicano. P.37.
científica –o pretende serlo- en construcción, y que ins-
pirada en cierta forma por la cuarta teoría política de
Aleksandr Duguin, propone un modelo político indepen- Bibliografía
diente como una contemporaneidad alternativa a los
modelos de desarrollo hegemónicos>>. Israel Lira. Ayala Diago, Cesar Augusto. (2007). El porvenir del
Ibíd. (pág.1). pasado: Gilberto Alzate Avendaño, sensibilidad Leopar-
25 da y democracia. La derecha colombiana de los años
Ubaque, Juan Camilo. ¿Hacia una cuarta teoría polí-
tica en Colombia? Las2orillas. treinta. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá D.C,
26
Serrano, Enrique. ¿Por qué fracasa Colombia? Colombia.
27
Lira, Israel. Crisolismo y Cuarta Teoría política: estu- Congreso de Colombia. (1994). Ley 133 de 1994, por la
dios propedéuticos sobre las bases metapoliticas y cual se desarrolla el derecho de la libertad religiosa y
epistemológicas para una nueva teoría política perua- de cultos, reconocido en el artículo 19 de la constitu-
na. ción política. Santa fe de Bogotá D.C. Colombia.
28
Ibídem.
29
Diéguez Méndez, Yurisander. La axiología jurídica. Constitución política de Colombia de 1991 (ed.2015).
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periencia Normativa. Acta Académica. cepción hegeliana del Estado. La filosofía política mo-
31
“Bentham, por poner un caso bien expresivo, afir- derna. De Hobbes a Marx. Atilio A, Boron. CLACSO.
mó que la ley era un mal y el gobierno una elección de Buenos Aires-Argentina.
males, puesto que creía que la ley era enemiga de la
libertad, cualquier constreñimiento de la libertad una Flores Gaxiola, Alba Beatriz. (2013). El concepto de
infracción moral. En este contexto libertad parece signi- soberanía y sus transformaciones, con especial énfasis
ficar no más que ausencia de coacción” (James Gre- en el caso mexicano. Universidad Católica San Anto-
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36
Las entendemos como imperativos categóricos y
facultades morales de un Estado entendido como suje- Lira, Israel. (2017). Breve aproximación a los funda-
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37
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38 epistemológicas para una nueva teoría política perua-
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(pag.14).
39
De manera Homologable y aproximada. No se debe Locchi, Giorgio (1991). La esencia del fascismo. Edito-
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