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INTRODUCCIÓN

Para hablar de división y partición es necesario acercarnos previamente al concepto de


“copropiedad”. La copropiedad, que significa que un mismo predio tiene como titulares
a diversos dueños, conlleva como uno de sus fundamentos la existencia de armonía
entre los copropietarios; pero, cuando esta armonía desaparece, se pierde la razón de
ser de la copropiedad y por ello cualquiera de los copropietarios puede pedir en
cualquier momento la división del bien inmueble común.

Una de las causas de extinción de la copropiedad de bienes es la división del objeto


común. Cuando la totalidad de un inmueble se divide en dos o más porciones, cada una
de estas porciones se inscribe como una nueva unidad generando su propia partida
registral dejando constancia o anotación en la partida matriz

En ese sentido, la acción de división y partición está dirigida a extinguir la copropiedad


de un bien inmueble entre los copropietarios. Esto implica un acto traslativo de dominio
que puede ser realizado en forma convencional, arbitral o judicial. De este modo, cada
propietario cede los derechos que tiene sobre los bienes que no se le adjudican a cambio
del derecho que le conceden los demás propietarios, sobre los bienes que sí se le
adjudican.

DIVISIÓN Y PARTICIÓN DE HERENCIA

Debe entenderse como división y partición de herencia, al procedimiento a través del


cual, los activos, restados los pasivos del patrimonio dejado por el causante (persona
fallecida), son distribuidos entre sus herederos.

La partición es un negocio jurídico que consiste en definitiva en repartir los bienes


hereditarios entre los interesados en la herencia, bien por los criterios que haya
establecido el testador, o bien, a falta de que este lo hubiera previsto, se seguirán por
los criterios establecidos en la ley. La partición efectuada por el testador se refiere
exclusivamente a sus bienes propios, que sean transmisibles y no los bienes conyugales
comunes.

La partición de la herencia es el reparto de los bienes del fallecido entre los herederos
en proporción a la cuota que a cada uno de ellos corresponde. La partición deberá
hacerse una vez que se ha acreditado con el testamento o con la declaración de
herederos quiénes son las personas con derecho a la herencia y una vez que dichas
personas han aceptado la herencia.

En consecuencia, para poder entender esta figura legal, debe distinguirse en primer
término, las modalidades y formas de suceder admitidas por el ordenamiento jurídico:

Así, debe diferenciarse entre, a) sucesión testamentaria y) sucesión intestada.

En el caso de la sucesión testamentaria, en tanto acto manifestado por el causante,


podrá ser éste quien, en su testamento, realice la asignación de los beneficiarios de
determinados bienes, produciéndose en la ejecución, la división y partición de la
herencia en sentido estricto.

En los casos en los que el testamento no ha resuelto la división y partición de los bienes,
así como en los casos de sucesión intestada, serán los herederos declarados los que
deberán proceder a realizar la división y partición, la cual, en caso de acuerdo unánime,
podrá ser formalizada a través de la vía notarial. En caso de falta de acuerdo de los
herederos, sin embargo, cualquiera de ellos podrá requerir judicialmente.

LA NATURALEZA JURÍDICA DE LA DIVISIÓN Y PARTICIÓN:

(Figueroa 2013)

a. Para algunos la acción es de carácter real, pues se extingue un derecho real:


copropiedad.

b. Para otros, la acción tiene carácter personal, pues tiende al ejercicio del derecho
personal que tienen los copropietarios de requerir de los otros copropietarios, la división
de la cosa común.

c. Tesis mixta.

Según Lacruz (2001: 41) nos señala que la doctrina considera que partición o división de
la herencia es el negocio jurídico que impide o pone fin a la comunidad hereditaria
mediante la distribución entre los coherederos de las titularidades activas contenidas
en la herencia.
LO QUE DICE LA LEY SOBRE LA DIVISIÓN Y PARTICIÓN DE LA HERENCIA EN PERÚ

Si bien conforme se refirió, en el testamento, el causante puede manifestar su decisión


de dividir y partir su patrimonio de la manera que considere y siempre que respete los
límites establecidos por Ley, en el caso de las sucesiones intestadas, las reglas de división
y partición deben corresponder a las que se establecen para la copropiedad.

Así, el artículo 844 y 845 del Código Civil establecen que, si hay varios herederos, cada
uno de ellos es copropietario de los bienes de la herencia en proporción a la cuota que
tenga derecho a heredar, y a su vez, que el estado de indivisión hereditaria se rige por
las disposiciones relativas a la copropiedad.

La regulación relativa a la copropiedad por otro lado, refiere que los copropietarios
están obligados a hacer partición cuando uno de ellos o el acreedor de cualquiera lo
pida. Es decir, que en el caso de que uno solo de los herederos requiera la división y
partición de los bienes heredados, los demás copropietarios deberán proceder a acordar
los términos en los que tal hecho se producirá. En caso de falta de acuerdo para
formalizar la división y partición de la herencia, cualquiera de los copropietarios podrá
requerir mediante un proceso judicial

La acción de partición es imprescriptible, es decir, no posee un plazo que extinga el


derecho de recurrir al órgano jurisdiccional competente para poder requerirla.

MODALIDADES DE LA PARTICIÓN HEREDITARIA

En la partición de la herencia puede darse el supuesto de la partición total de la herencia,


en la que el alcance es todos los bienes y derechos de la comunidad hereditaria o la
partición parcial que sólo comprenda algunos bienes y derechos quedando los restantes
para otra partición. Además podemos distinguir cinco clases de partición:

a. La partición por el mismo testador.

b. La partición por contador partidor.

c. La partición efectuada por los herederos.

d. La partición judicial.
e. La partición arbitral.

Que a su vez podemos agrupar en partición extrajudicial, y por otro lado la judicial y la
arbitral.

¿QUIEN PUEDE SOLICITAR O LLEVAR A CABO LA PARTICION DE LA HERENCIA?

Como se refirió, de acuerdo al ordenamiento jurídico peruano, debe distinguirse entre


sucesión testamentaria y sucesión intestada.

En el caso de la sucesión testamentaria, en tanto acto manifestado por el causante, será


el causante o testador quien podrá realizar por acto unilateral la división y partición de
la herencia, la misma que surtirá efectos con la ejecución del testamento una vez
producida su muerte.

En los casos de sucesión intestada, serán los herederos quienes podrán realizar la
división y partición de los bienes. Para tales efectos, podrán formalizar el acuerdo
tomado de manera unánime, a través de escritura pública. En caso contrario, cualquiera
de los herederos podrá solicitar la división y partición de la herencia por vía judicial.

Debe tenerse en cuenta, asimismo, que el artículo 984 del Código Civil, admite la
posibilidad de que, en ausencia de acuerdo de división y partición, podrá ser igualmente
el acreedor de cualquiera de los coherederos quien inicie la acción correspondiente

Es decir:

1. El de cujus, quien la puede dejar establecida en su testamento.


2. Los sucesores, en su calidad de condóminos, estando obligados a practicarla
cuando uno de ellos o el acreedor de cualquiera lo exija, a menos que se esté
ante un estado de indivisión forzosa (por acto jurídico o ley que fije plazo para la
partición: art. 984 del C.C.)
3. Los acreedores de la herencia o de alguno de los sucesores (arts. 984 y 854 inciso
2 del C.C.)

Es de destacar que no pueden exigir la partición los legatarios.


LOS REQUISITOS PARA UNA DIVISIÓN Y PARTICIÓN DE LA HERENCIA

Toda vez que en los casos de división y partición de herencia por vías de testamento en
las que el causante haya dispuesto la forma en que ésta se producirá, no se exigirá más
requisito que la ejecución del testamento; en los demás casos, deberán distinguirse
entre:

Requisitos para la división y partición de la herencia extrajudicial: En el caso de división


y partición de herencia en vía extrajudicial, se requerirá la minuta en la que conste el
acuerdo de división y partición suscrita por todos los coherederos en los que se refiera
de forma detallada la modalidad en la que se distribuirá el patrimonio heredado.

Requisitos para la división y partición de la herencia judicial: En caso se pretenda iniciar


un proceso de división y partición de herencia en la vía judicial, se requerirá acreditar,
en primer término, que se agotó de forma previa la posibilidad de dividir y partir el bien
de mutuo acuerdo. Tal hecho se verificará a través del acta conciliatoria por no acuerdo
que a su vez deberá ser adjunta a la demanda a ser interpuesta. La demanda, en segundo
término, deberá cumplir con todos los requisitos que el Código Procesal Civil establece
para su admisión.

TIEMPO DE LA PARTICION

La partición, en cuanto al tiempo en que se efectúa, puede ser inmediata, mediata y


estar sujeta a suspensión.

La primera, puede realizarse en cualquier momento, a no ser que el causante hubiese


dispuesto en su testamento el estado de indivisión, o ésta haya sido acordada por los
sucesores, o que se trate de indivisión forzosa. Puntualizamos que en los dos primeros
supuestos puede ser ordenada por la autoridad judicial a solicitud de cualquiera de los
herederos y mediando circunstancias graves que lo justifiquen. Así lo determina el
artículo 850 del Código Civil.

La partición mediata se da cuando debe transcurrir el plazo fijado por el testador o por
los herederos, o cuando se trata de un estado de indivisión necesario.

La partición sujeta a suspensión se configura en los siguientes casos:


1) Estando concebido un heredero, en cuyo caso deberá suspenderse hasta su
nacimiento (art. 856 del C.C.)
2) Por acuerdo de los sucesores o por resolución judicial por un plazo que no debe
exceder de dos años, siempre que la partición inmediata haga peligrar el valor
de la herencia, o también si es indispensable la suspensión para asegurar la
cancelación de las deudas que hubieren y de los legados (art. 857 del C.C.)
3) Por acuerdo unánime.

PARTICION TESTAMENTARIA

Acerca de la partición de la masa hereditaria hecha en testamento, el Código Civil, en su


artículo 852, prescribe lo siguiente:

A) No hay lugar a partición cuando el testador la ha dejado hecha en el testamento,


pudiendo pedirse, en este caso, sólo la reducción en la parte que excede lo
permitido por la ley.
B) No obstante lo señalado en el párrafo precedente, no cabe en ningún supuesto
la partición en tanto permanezca vigente el procedimiento concursal al que se
encuentra sometida la sucesión indivisa, de ser el caso que ello ocurra.

La partición de los bienes hereditarios hecha por el propio testador hace innecesaria
después de la apertura de la sucesión otra partición, a no ser que no haya comprendido
la totalidad de los mismos, ya que no se encontraban en el dominio del testador cuando
dispuso la partición pero si en el momento de su muerte. En este caso, la partición
testamentaria no se invalida, no se anula, ni aún en el supuesto en que la operación no
se hubiera adecuado a las cuotas proporcionales de los destinatarios. Si la partición
testamentaria no incluyó todos los bienes entonces tal situación da lugar a una partición
complementaria, en donde se distribuirán los bienes no comprendidos, de conformidad
a la ley. En cambio, si la partición testamentaria no fue equitativa, dará lugar, cuando
fallezca el testador, a una reducción en la parte que exceda lo permitido por la ley.

PARTICION EXTRAJUDICIAL (ART. 853)

El Código Civil en su artículo 853, regula la partición hecha por todos los coherederos de
modo voluntario y al margen de todo procedimiento judicial. Señala que debe hacerse
por escritura pública cuando se trata de bienes inscritos en los registros públicos y, en
caso contrario, hasta que se haga en documento privado con firmas notariales
legalizadas. Como implica un acto de disposición, requiere del voto unánime de todos
los copropietarios (art. 971 del C.C). Este es el caso de la partición convencional en
donde todos los participantes son personas capaces legalmente.

La partición convencional es la más recomendable desde todo punto de vista: se


mantiene la armonía entre los coherederos, es más económica, es más breve su solución
y se evita, en fin, muchas molestias e incomodidades.

PARTICION JUDICIAL (854 Y 855)

Según se colige de los artículos 852, primer párrafo y 853 del Código Civil, cualquiera de
los coherederos puede pedir la partición judicial de la herencia cuando:

 No exista partición testamentaria.


 No exista tampoco partición convencional (o extrajudicial)
 No exista un régimen legal de indivisión.

El artículo 854 señala que la titularidad de la acción judicial que se tramita por las reglas
del proceso contencioso abreviado (de acuerdo al inciso I de la IV Disposición final del
texto único ordenado de D. Legislativo 768. Código Procesal Civil de 1992) corresponde:

 A cualquier heredero.
 A cualquier acreedor de la sucesión o de cualquiera de los herederos.

Los titulares de la acción podrán ejercitarla cuando lo decidan, porque es


imprescriptible, como señala el artículo 985 del C.C.

La acción judicial debe promoverse cuando no haya más remedios, porque, como ya
señalamos, la partición extrajudicial es más recomendable. Según el artículo 855 del
Código Civil, la partición judicial es obligatoria (tramitándose a través del proceso
abreviado, conforme lo ordena el inciso 1 de la Cuarta Disposición Final del Código
Procesal Civil) en los siguientes casos:

1. Cuando hay heredero incapaz, a solicitud de su representante.


2. Cuando hay heredero declarado ausente, a solicitud de las personas a quienes
se haya dado posesión temporal de sus bienes.
El artículo 850 del Código Civil prevé otra hipótesis en que opera la partición judicial de
la masa hereditaria. En efecto, conforme al indicado precepto legal, el juez puede
ordenar, a petición de cualquiera de los herederos, la partición total o parcial de los
bienes hereditarios antes del vencimiento del plazo de indivisión, si sobrevienen
circunstancias graves que la justifiquen.

Por otro lado, en lo que atañe al órgano jurisdiccional que tiene competencia para
conocer del proceso de partición judicial de la masa hereditaria, cabe indicar que el
artículo 19 del Código Procesal Civil prescribe al respecto que en materia sucesoria, es
competente el Juez del lugar en donde el causante tuvo su ultimo domicilio en el país,
siendo tal competencia improrrogable. El artículo 19 del Código Procesal Civil guarda
concordancia con lo señalado en el artículo 663 del Código Civil, que preceptúa que
corresponde al juez del lugar donde el causante tuvo su último domicilio en el país,
conocer de los procedimientos no contenciosos y de los juicios relativos a la sucesión.

CASOS DE SUSPENSION DE LA PARTICION (art. 856 y 857)

Estas disposiciones contienen cinco casos en los que la partición judicial debe
suspenderse:

a) Cuando la partición debe comprender los derechos de un heredero concebido,


se suspenderá hasta el nacimiento de este. Mientras tanto, la madre disfrutará
de la herencia en cuanto tenga necesidad de alimentos.
b) La necesidad de la madre es el motivo determinante para el amparo de este
derecho de disfrute, porque todo aquello que puede afectar la salud de la madre
redundara en detrimento de la salud del hijo por nacer. Los principios de
humanidad y de solidaridad, especialmente en esta materia familiar, sustentan
al artículo 856 del C.C.
c) Difiere o se suspende la partición respecto de todos los bienes o parte de ellos,
por acuerdo de todos los herederos (artículo 857), sin necesidad de justificación
alguna, porque los coherederos son libres de hacerlo; ya que son titulares
exclusivos de la propiedad común, salvo resolución judicial que ordene la
partición, como en los casos de los artículos 859 y 857 del C.C. por sobrevenir
circunstancias graves o por necesidad de proteger a los acreedores de la
herencia.
d) Por resolución judicial y por un plazo no mayor de dos años, cuando la ejecución
inmediata pueda ocasionar notable perjuicio al patrimonio hereditario( art. 857)
e) También se suspende por resolución judicial cuando es preciso para asegurar el
pago de deudas o legados( art. 857 y 875)

La justificación se encuentra en el derecho de protección económica que asiste a los


acreedores de la sucesión y que constituye uno de los tres fundamentos que
sustentan el derecho sucesorio.

NECESIDAD DE OTORGAMIENTO DE GARANTIA EN LA PARTICION

El artículo 858 tiene carácter excepcional porque ordinariamente la partición de una


herencia no requiere de esta exigencia legal para su eficacia jurídica. Solo será necesaria
en tres casos:

 Cuando hay desacuerdo entre los herederos sobre los derechos de alguno de
ellos.
 Cuando el desacuerdo incide sobre la obligación de colacionar por parte de
algunos o algunos de ellos.
 Cuando el desacuerdo versa sobre el valor de los bienes colacionables.

La garantía es pecuniaria y se constituye como reserva de parte de la herencia a partirse,


a no ser que pueda ser sustituida con otros bienes diferentes que garanticen de modo
seguro y efectivos los derechos hereditarios cuestionados.

La constitución de garantía procederá solo a petición de parte, en principio, de oficio,


excepcionalmente cuando se trate de preservar los intereses de un incapaz o de las
personas por nacer para resguardar sus derechos legitimarios, dada la función tuitiva
del juzgador, en tales casos.

REGLAS A TOMAR EN CUENTA EN LA PARTICION

A) ¿Cómo se adjudican los bienes hereditarios?


El artículo 859 señala que se adjudicaran en especie a cada uno de los herederos, es
decir, los bienes mismos existentes en la herencia serán repartidos entre todos ellos de
acuerdo a sus cuotas. Si no fuera posible por no existir suficientes bienes para entregar
a cada cual, entonces el valor de sus cuotas les serán pagadas en dinero. Si no hubiera
dinero suficiente, habrá que liquidar los bienes que resulten necesarios a fin de que con
su importe se haga el pago correspondiente a los coherederos (art. 860).

El segundo dispositivo resulta complementario del anterior. El artículo 989 concede


derechos de preferencia a los copropietarios en caso de venta del bien o bienes comunes
en pública subasta. Así podrá adquirirlo cualquiera de ellos, pagando en dinero el precio
de la tasación efectuada en la proporción que corresponda a los demás coparticipes.

B) Venta de bienes hereditarios para el pago de la adjudicación

El artículo 860 se pone en el caso de que no sea posible la adjudicación en especie a cada
uno de los coherederos y tampoco haya dinero suficiente para pagar a los que
corresponda el valor de sus respectivas cuotas.

Tal situación determinará la venta de los bienes hereditarios que sean menester, previo
acuerdo mayoritario de los herederos y con aprobación judicial. Las concordancias las
encontramos en los artículos 787, incisos 7 y 971 del C.C.

Si los herederos por unanimidad acuerdan la venta de los bienes necesarios, entonces
no habrá necesidad de aprobación judicial, porque el artículo 971 inciso 1, señala que
las decisiones sobre el bien común para disponer de él se adoptará por unanimidad, lo
cual es lógico porque siendo todos ellos titulares del dominio sobre los bienes comunes,
gozan del jus disponendi sin restricción alguna.

Si no hubiera unanimidad en el acuerdo de venta, la determinación de su procedencia


respecto de los disidentes corresponderá al juez, quien la aprobara si las razones la
justifican y firmara la venta en ejecución de sentencia en sustitución de quienes se
opusieron o se negaron a hacerlo.

C) ADJUDICACION DE BIENES INDIVISIBLES

La herencia puede contener bienes cómodamente partibles y a la vez no partibles. El


artículo 861 señala que no hay inconveniente para que la partición en una primera etapa
pueda comprender a los primeros adjudicándose a cada heredero los bienes que
corresponda.

D) PRORRATEO DE EXCESOS EN LA PARTICION TESTAMENTARIA

El artículo 862 que regula este caso guarda concordancia con el 852. Así, no habrá
nulidad ni será necesaria otra partición. Tendrá eficacia jurídica, determinando solo al
prorrateo para su correspondiente reducción.

Esta situación se da cuando el testador asigna porciones que reunidas excedan el total
de la herencia, en cuyo se reducirán a prorrata, salvo lo dispuesto por el testador.

E) PARTICION DE CREDITOS

El artículo 863 del C.C. norma este punto señalando: “Los créditos que constituyen parte
del activo hereditario se dividirán entre los herederos en proporción a la cuota que
tienen en la herencia”.

F) PARTICION COMPLEMENTARIA DE BIENES OMITIDOS( ART. 864)

Tal como lo señala el artículo 864 del Código Civil, la omisión de algunos bienes en la
partición no es motivo para que ésta no continúe, para dejarla sin efecto, ni para pedir
la nulidad de la practicada. Los bienes omitidos deben ser partidos
complementariamente.

La partición no exige imperativamente que se haga en un solo proceso, sin embargo, es


indudablemente mejor, porque pone fin definitivo a la copropiedad, permite una
elección con visión integral de los bienes y valores que componen la herencia y, además,
resulta menos onerosa que si se lleva a cabo por partes. En consecuencia, se puede
realizar por partes y no puede ser motivo de rescisión ni de nulidad la ya practicada.

G) NULIDAD POR PRETERICIÓN

El artículo 865 de nuestro Código Civil vigente regula este tema:

“Es nula la partición hecha con preterición de algún sucesor, la pretensión es


imprescriptible y se tramita como proceso de conocimiento. La nulidad no afecta los
derechos de los terceros adquirientes de buena fe y a título oneroso. “
Consideramos que la preterición en la partición no es causal de rescisión, sino de
nulidad, porque excluye injustificadamente al heredero forzoso cuyo derecho
hereditario es intangible (artículo 723,729 y 233 del C.C.)

H) SANEAMIENTO POR EVICCION( ARTICULO 866)

“Nuestro ordenamiento jurídico, acerca de las obligaciones de saneamiento en caso de


partición de la masa hereditaria, establece en el artículo 866 del Código Civil que vencido
el heredero en un juicio sobre los bienes que se le adjudicaron, sus coherederos le
indemnizaran, a prorrata, el valor que ellos tenían al momento de la evicción y que si
alguno resulta insolvente, la responsabilidad la asumen los solventes y el que la pide.”
(JARA QUISPE, 2009)

El perjudicado con la evicción también goza de los demás derechos establecidos en el


artículo 1495. En caso de que algunos de los obligados no pudieran asumir el pago
respectivo, la responsabilidad será asumida por los restantes, incluyendo al que pidió la
indemnización, porque cada cual responde proporcionalmente de acuerdo a su cuota.

Así, el saneamiento por evicción es una obligación que corresponde a los copropietarios
con motivo de la partición que implica una permuta. El artículo 1484 del C.C. vigente
establece el ámbito de aplicación.

La excepción a esta regla se da en tres casos (artículo 867):

 Cuando el juicio proviene de causa expresamente excluida de la partición; es


decir que el riesgo de perderse el bien o bienes que se adjudican en la partición
a alguno de los coherederos fue previsto por acuerdo de todos los coherederos
como causal de exención de responsabilidad.
 Que la evicción se haya producido con posterioridad a la partición, refiriéndose
a la pérdida por un hecho futuro e imprevisto
 Que la evicción se produzca por culpa exclusiva del heredero a quien le fue
adjudicado el bien en la partición.

Conforme al artículo 1497 del C.C, cabe la renuncia al saneamiento por evicción; la cual
ocurre cuando se pacta que el transferente no quedará sujeto a la obligación de
saneamiento por evicción. Peri si se produce esta, debe devolver la contraprestación
que recibió, a no ser que el adquiriente renuncie expresamente a dicha devolución. No
es válida esta renuncia si el transferente actuó con dolo o culpa inexcusable.

I) IMPROCEDENCIA DEL SANEAMIENTO POR INSOLVENCIA DEL DEUDOR

El artículo 868 de nuestro Código Civil constituye un caso especial de improcedencia del
saneamiento por insolvencia del deudor de un crédito adjudicado en la partición a
alguno de los herederos, si el estado de insolvencia se ha realizado con posterioridad a
dicha partición. Este es el riesgo propio que todo adquiriente de derechos crediticios
asume, no pudiendo extender la obligación del saneamiento a los restantes
coherederos, a no ser que hubieren actuado con dolo o culpa frente a una situación
razonablemente previsible que ocultaron.

CARGAS Y DEUDAS DE LA HERENCIA

1. CARGAS

La herencia comprende los bienes, derechos y obligaciones del patrimonio del causante
que es transmitido con motivo de su muerte a los causahabientes.

Las cargas de la herencia, son los gastos ocasionados por la muerte del causante y por
los trámites de la respectiva sucesión. La diferencia entre deudas y cargas de la herencia
está en que las primeras provienen de obligaciones contraídas por éste, anteriores por
consiguiente a su muerte, mientras las cargas son gastos posteriores a su fallecimiento.
(JARA QUISPE, 2009)

1.1. CARGAS DE LA HERENCIA

El artículo 869 tiene un contenido enunciativo y señala tres casos:

a) Los gastos de sepelio o de incineración de los restos del causante, cuyo pago es
preferencial por razón de su necesidad.
b) Gastos provenientes de la última enfermedad del causante, que responden, más
que nada, a la costumbre que ha terminado por imponerse; empero, no podría
limitarse a un periodo de tiempo.
c) Los gastos de administración (artículo 869, inciso 3), que comprenden la
retribución del albacea, los honorarios profesionales y los gastos judiciales, entre
otros.

1.2 BENEFICIO A PERSONAS QUE VIVIERON CON EL CAUSANTE (ART.870)

El causante, según nuestra legislación no puede privar a los beneficiarios de este


derecho, pero estos si pueden renunciar a él.

El derecho a este beneficio tiene una duración de tres meses (artículo 870 del C.C.), lo
cual no impide que el causante por testamento pueda extenderlo, a través de su cuota
de libre disposición, a un periodo mayor.

2. DEUDAS
2.1 DEUDAS DE LA HERENCIA

Son las obligaciones patrimoniales generadas en vida por el propio causante y que no
fueron cancelas. Estas pueden tener un origen contractual que provenga, por ejemplo,
de un mutuo o de cancelación de precio en un contrato de compra venta. Puede también
originarse en un acto de responsabilidad extracontractual de naturaleza civil o penal.
(FERNÁNDEZ ARCE, 2014)

Es decir que, mientras la herencia permanece indivisa la obligación de pago de aquellas


deudas, recae sobre la masa hereditaria pero una vez efectuada la división y partición
de la herencia, constituye obligación de todos los herederos que recibieron sus cuotas
porque esas deudas tienen valor privilegiado en toda sucesión hereditaria.

El artículo 781 señala que “Cuando la herencia esta indivisa la deuda del causante gravita
sobre la masa hereditaria”, y lo hace debido a que los herederos no pueden ser
emplazados individualmente para satisfacer los créditos que existen contra la herencia,
porque estos son copropietarios solo en cuotas ideales, mas no de partes materiales.
Por tanto, mientras perdure la indivisión de la herencia, se deberá exigir la deuda en
forma conjunta a la totalidad de herederos, por ser todos estos, sin excepción, los
cotitulares del patrimonio hereditario en su integridad. Esto es también una exigencia
de carácter procesal por constituir un litisconsorcio necesario y si no se cumple este
requisito, el juez suspenderá la tramitación del proceso hasta que se establezca
correctamente la relación procesal.

Asimismo, aun cuando el causante haya sido un deudor solidario, esta solidaridad no se
trasmite a sus herederos, ya que estos asumen la deuda en proporción a sus respectivas
participaciones en la herencia.

Finalmente, es conveniente recalcar que aunque la herencia permanezca indivisa ningún


heredero puede ser requerido de forma individual a satisfacer la totalidad de una deuda
que gravita sobre la masa hereditaria, debido a que la responsabilidad de este solo se
limita a la porción de su cuota en la herencia, es decir, de manera mancomunada (art.
661 C.C.)

Quiere decir que deuda persigue los bienes; primero, en propiedad del causante,
después, en condominio en propiedad individual de cualquiera de ellos cuando se
efectúa la partición. Lo más importante de la nueva disposición es que declara la
mancomunidad de los herederos, principio que fluía sin expresarse en el ordenamiento
derogado. No hay, pues, solidaridad entre los herederos. Por tanto, es aplicable el
artículo 1172 que expresa que cada uno de los acreedores sólo puede pedir la
satisfacción de la parte del crédito que le corresponde; en tanto que cada uno de los
deudores se encuentra obligado a pagar únicamente su parte de la deuda. Pero si la
obligación es indivisible, es pertinente lo expuesto en el artículo 1176, que expresa que
cualquiera de los acreedores puede exigir, en ese caso, la ejecución total de la obligación
a cualquiera de los deudores. A esto se refiere el artículo 877 cuando manifiesta que "el
heredero que hubiere pagado una deuda de la herencia debidamente acreditada, o que
hubiere sido ejecutado por ella, tiene derecho a ser resarcido por sus coherederos en la
parte proporcional que a cada uno de ellos corresponda".Quiere decir que deuda persigue
los bienes; primero, en propiedad del causante, después, en condominio en propiedad
individual de cualquiera de ellos cuando se efectúa la partición. Lo más importante de la
nueva disposición es que declara la mancomunidad de los herederos, principio que fluía sin
expresarse en el ordenamiento derogado. No hay, pues, solidaridad entre los herederos. Por
tanto, es aplicable el artículo 1172 que expresa que cada uno de los acreedores sólo puede
pedir la satisfacción de la parte del crédito que le corresponde; en tanto que cada uno de los
deudores se encuentra obligado a pagar únicamente su parte de la deuda. Pero si la obligación
es indivisible, es pertinente lo expuesto en el artículo 1176, que expresa que cualquiera de los
acreedores puede exigir, en ese caso, la ejecución total de la obligación a cualquiera de los
deudores. A esto se refiere el artículo 877 cuando manifiesta que "el heredero que hubiere
pagado una deuda de la herencia debidamente acreditada, o que hubiere sido ejecutado por
ella, tiene derecho a ser resarcido por sus coherederos en la parte proporcional que a cada
uno de ellos corresponda".

2.2 DISTINCIÓN ENTRE CARGAS Y DEUDAS.

En principio, conceptual mente, la carga va unida a la persona o bien, por el solo hecho de
existir, en virtud de lo cual su procedencia puede ser independiente de la voluntad individual.
Es por ello que puede decirse que se trata de una consecuencia de algo, como en el caso de la
sucesión, que es consecuencia de la muerte del causante, por lo que se les denomina cargas
de la sucesión a las obligaciones originadas por el fallecimiento del causante (GONZÁLEZ
GARCÍA, BORDA).

Esto lleva a deducir que, en rigor, estas cargas no se transmiten sucesoriamente, porque no
eran obligaciones previas del causante que aun constituyendo pasivos de la masa no hay en
ellas sucesión mortis causa OTHIER), naciendo ellas directamente para los herederos.

Es preciso señalar que el pago de las cargas de la sucesión tiene preferencia respecto al pago
de las deudas. Si bien las deudas son de mayor antigüedad en el tiempo (por haber sido
contraídas por el causante cuando éste vivía) que las cargas, la razón de su orden de prioridad
secundario respecto de éstas reside en que sería sumamente engorroso y dificultoso realizar
los trabajos relativos al funeral o sepelio del causante, así como administrar (con los gastos
que ello conlleva) la sucesión en sí, de no ponerse a estas cargas como de reembolso
preferente.

2.3 ORDEN DE PREFERENCIA DE PAGO (ART. 872)

Este precepto legal consagra un principio fundamental del Derecho sucesorio; los
acreedores del causante deben ser pagadas de modo preferente con la masa hereditaria
antes que los acreedores de los herederos.

2.4 PAGO DE DEUDAS ANTES DE LA PARTICION (ART. 873)

Deriva del derecho preferencial de pago que tienen los acreedores del causante si
carecen de garantía real concreta. La ley les reconoce que el derecho a solicitar su pago
difiera la partición, mientras no sean pagadas sus créditos o asegurados los mismos si
aún no fueron exigibles.
Este dispositivo legal se justifica como necesaria medida de protección a los acreedores
que lo soliciten. Recordemos que uno de los fundamentos del Derecho sucesorio es
velar por la protección de los acreedores del causante concediéndoles un derecho
preferencial de pago.

Se puede encontrar concordancia con este dispositivo legal en el artículo 857 del C.C.

2.5 PGO DE LA DEUDA ALIMENTARIA (ART. 874)

Constituye una deuda de la herencia. Se refiere a otra de las obligaciones que afecta a
la sucesión hereditaria de una persona que ha fallecido dejando hijos alimentistas, los
que no tienen la calidad legal de herederos (art. 417). Estos hijos alimentistas a que
alude el mencionado artículo 417 son aquellas que no han sido reconocidas por el
progenitor ni exime resolución declarativa de paternidad.

2.6 OPOSICION DEL ACREEDOR A LA PARTICION, AL PAGO Y A LA ENTREGA DEL LEGADO


(ART. 875)

El derecho preferencial al pago de los acreedores del causante implica el derecho a


oponerse a la partición y al pago o entrega de los legados, mientras no sea satisfecha la
deuda o asegurado su pago oportuno.

2.7 INEFICACIA DE LA PARTICION RESPECTO DEL ACREEDOR (ART.876)

La oposición a la partición de la que trata el artículo 875 es un derecho cuyo ejercicio


oportuno genera consecuencias jurídicas; determina la ineficacia jurídica de la partición
si no llego a pagarse la deuda ni se aseguró su pago.

2.8 DERECHO DE REPETICION POR PAGO DE DEUDA (ART. 877)

El artículo mencionado contempla la situación de cualquiera de los coherederos que


motu proprio (por propia voluntad) pagó una de las deudas de la herencia debidamente
acreditada o cuando ha sido ejecutado para su pago. En tales casos, se justifica su
derecho a exigir de los demás coherederos su resarcimiento en la parte proporcional
que a cada uno de ellos corresponde. Es el derecho de repetición.

2.9 PERJUICIO POR INSOLVENCIA (ART. 878)


Como consecuencia del pago de crédito a que alude el artículo 877, puede resultar que
uno de los coherederos obligado al pago sea insolventes; en cuyo caso, la parte
proporcional de la cuota del insolvente será asumida por todos los demás, a prorrata,
incluyendo al heredero que pago la integridad del crédito.

2.10 OBLIGACION Y DERECHO DEL LEGATARIO (ART.879)

De acuerdo al artículo 661 del C.C. el pago de las cargas y deudas de la herencia incumbe
a los herederos y solo hasta donde alcancen los bienes de aquella. Esta es la regla
general que admite dos excepciones:

 Cuando se trata de legatario de cuota parte y la cuota comprende


necesariamente un activo y un pasivo que asumir. Sustentar lo contrario podría
afectar el derecho legitimario de los herederos forzosos.
 Cuando se trata de legatario con cargas. Si hubiera pagado alguna deuda
debidamente acreditada y que grava específicamente el bien legado, deberá
resarcírsele por los herederos lo que hubiera pagado (art. 769 y 879 del C.C.)
2.11 CONSERVACION DE DERECHOS CREDITICIOS DEL HEREDERO

El artículo 880 establece una regla muy importante al término de la regulación del
Derecho sucesorio; el heredero o legatario, por el hecho de asumir los derechos
patrimoniales del causante a su muerte, no pierde necesariamente su condición de
acreedor de este.

CONCLUSIONES:

 La división y partición de bienes influye positivamente en la declaración de


herederos cuando hay ausencia de testamento. Hay que tener en cuenta que la
partición implica un acto traslativo de dominio que puede presentarse en forma
convencional, arbitral o judicial, cualquiera que sea la forma en que se realice,
consideramos que es un acto susceptible de valorización y el cobro de derechos
registrales, el cual debe realizarse considerándose como acto de transferencia
valorado.
 En nuestro país la mayoría de personas no acostumbran dejar testamento, lo
cual crea una serie de problemas a los herederos. Se hace necesario entonces,
difundir dicha figura jurídica, lo cual estamos seguros que dará un gran resultado,
evitando conflictos entre los beneficiados.
 La división y partición de una sucesión intestada, definitivamente implica un alto
costo para los beneficiarios, sobre todo cuando no hay acuerdo entre las partes.
Esta situación, hace necesario que los legisladores busquen una salida a esta
situación, dado que por una persona que no acepte este trámite quedará
paralizado y afectará a todos los beneficiarios.
 En la práctica, se observa que muchas veces los beneficiarios realizan la partición
y división de los bienes, desconociendo el derecho de una persona que también
le corresponde, lo cual la ley lo protege. Sin embargo, el afectado tendría que
iniciar un proceso judicial que le implicaría gasto y tiempo, pero sin la certeza de
poder recuperar lo que le pertenece.
 Las figuras de partición y división se encuentran debidamente estipuladas en
nuestro Código Civil, asimismo se señala los pasos a seguir para efectos de poder
realizar dicho procedimiento, ya sea en forma convencional, arbitral o judicial.
Sin embargo, este no es el mejor camino. Creo que, en estos tiempos, debemos
incentivar a las personas para que opten por el testamento como figura
alternativa, dado que el mismo es seguro y no generará conflictos entre los
beneficiarios.

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