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El autor: Biografía Elio Antonio de Nebrija (Lebrija, ¿1444?

-Alcalá,
1522). Perfil biográfico
La lengua, compañera de todos los saberes

 Su pequeña patria (¿1444?-¿1456?)


 El estudiante decepcionado (¿1457?-¿1462?)
 En Bolonia en brazos del Humanismo italiano (¿1463?-1470)
 Su primer mecenas (1470-1473)
 Carrera académica (Salamanca, 1475-1487). Las Introductiones, su primer best seller
 Su segundo mecenas (1487-1504). La Gramática sobre la lengua castellana
 Contra los teólogos. Deza contra Nebrija (a partir de 1502)
 Carrera académica (Salamanca, 1505-1513). Los nuevos diccionarios
 Carrera académica (Alcalá, 1514-1522). Los trabajos sobre las escrituras y la medicina

Su pequeña patria (¿1444?-¿1456?)

Antonio Martínez de Cala y Xarana es el nombre que nuestro


humanista sustituyó por el latino Aelius Antonius Nebrissensis. El praenomen elegido por Nebrija no
fue arbitrario. Lo tomó de una familia ilustre de la Bética, cuyo testimonio había quedado grabado en
las inscripciones que él mismo había podido leer en los mármoles de las antigüedades que yacían
en aquellos campos andaluces. Como había nacido en Lebrija, antigua Nebrissa, quiso dejar
memoria del hecho en su cognomen. Además, Nebrija se jactó de que éste aludía a una conocida
plaza fuerte, citada por historiadores antiguos, que había gozado de prestigio. Parece que Nebrija
nació en 1444 en ese lugar, hijo de Juan Martínez de Cala e Hinojosa y de Catalina de Xarana y Ojo.
Su año de nacimiento no queda totalmente claro por las declaraciones que el propio autor hizo en
diferentes lugares, siendo el más relevante de éstos la dedicatoria a don Juan de Zúñiga que
estampó al frente de su Vocabulario español-latino (¿1495?,fols. 2r.-4r.), texto decisivo para conocer
la biografía de Nebrija. En Lebrija permaneció hasta los quince años (el poema Salve, parva
domusalude a ese ambiente), cuando se instaló en Salamanca.

El estudiante decepcionado (¿1457?-¿1462?)

En la Universidad castellana tuvo ocasión de conocer a los


profesores de mayor nombradía del momento, según él mismo narró en los preliminares del
mentado diccionario. Sin embargo, el joven Nebrija se percató de que, aunque sabios, estos
maestros habían preterido la expresión elegante («aunque no en el saber, en el decir sabían poco»,
dejó dicho el humanista andaluz) en beneficio de una jerga casi ininteligible. Tal fue la decepción
experimentada por Nebrija, que éste decidió salir de Castilla, y dirigirse a Bolonia, con diecinueve
años, según la declaración del autor en los folios que dedicó a Zúñiga en el Vocabulario.
En Bolonia en brazos del Humanismo italiano (¿1463?-1470)

En esas mismas páginas confesó a sus lectores que no había ido a Bolonia «por la causa que
otros van: o para ganar rentas de Iglesia; o para traer fórmulas de derecho civil y canónico; o para
trocar mercaderías». La estancia italiana ha sido interpretada, sin embargo, de otra manera. Se
duda de la explicación de Nebrija, y se ha propuesto, en su lugar, que tal vez el humanista

pretendiera ingresar en el clero. Aunque no se conoce con exactitud


el año en que Nebrija llegó a Bolonia, sí sabemos, según las indagaciones de J. Gil, que se inscribió
en el Colegio de los españoles de la ciudad italiana el 2 de marzo de 1465. Según las declaraciones
de Nebrija en las palabras que sirven de pórtico al Vocabulario, se marchó a Italia a los 19 años y
permaneció allí durante diez años. El problema de datación es mayor porque tampoco conocemos la
fecha exacta de publicación del Vocabulario. Si damos por bueno que Nebrija nació en 1444, el
humanista de Lebrija habría dejado España en 1463, por lo que los diez años que él mismo dice que
duró su estancia, quedarían reducidos a siete. Nuestro autor estuvo en Italia hasta 1470, tiempo de
sobra para familiarizarse con la obra de Valla (sobre todo con los Elegantiarum linguae latinae libri
sex), de Poliziano, de Pomponio Leto y de otros humanistas que defendían la restitución de la
pureza de la lengua latina así como la edición crítica de textos de autores antiguos. La experiencia
italiana sirvió al humanista andaluz, en cualquier caso, para reafirmarse en sus propias
observaciones sobre la postración en que se hallaba la lengua latina en aquel momento. Tales ideas
se fueron haciendo fuertes en Nebrija precisamente cuando éste escuchaba expresarse en la lengua
de Cicerón a sus maestros salmantinos, cuyos nombres recuerda en el Vocabulario: Apolonio
(Matemáticas), Pascual de Aranda (Filosofía natural) y Pedro de Osma (Filosofía moral).

Su primer mecenas (1470-1473)

A su vuelta, el Arzobispo de Sevilla, a la sazón Alonso de Fonseca, lo hizo secretario y


preceptor de su sobrino Juan Rodríguez de Fonseca, a quien tuteló hasta la muerte del Arzobispo.
El propio Nebrija cuenta que, después de servir al Arzobispo, decidió ir a Salamanca para
enfrentarse a quienes deturpaban la lengua latina, igual que San Pedro y San Pablo se dirigieron a
Atenas y a Antioquía con el fin de extender el Cristianismo y contribuir al descrédito de las creencias
paganas. Nebrija debió de pensar que, rendida Salamanca, el resto de centros del saber de la
península recibiría de buen grado las nuevas ideas, de la misma manera que las enseñanzas de
Valla habían ido cuajando en Italia. Así inició nuestro autor su batalla contra los bárbaros.

Carrera académica (Salamanca, 1475-1487). Las Introductiones, su primer best seller

Tras la muerte de Fonseca, Nebrija volvió a Salamanca, donde inició en 1475 su carrera
académica como lector de Elocuencia y Poesía. Un año después ganaría la Cátedra de Prima de
Gramática. Fue mediante el ejercicio de las funciones propias de su puesto como llegó a atisbar la
necesidad de renovar los fundamentos de la enseñanza de la lengua

latina. En este contexto hay que incardinar la creación de


sus Introductiones latinae (1481), que gozaron de gran éxito, como se demuestra por el hecho de
que los mil ejemplares de la primera edición se agotaran en un abrir y cerrar de ojos; así como por el
número de ediciones y reimpresiones que fueron saliendo de las prensas de 1482 en adelante,
según confirman todos los estudios bibliográficos. A partir de la segunda edición (circa 1485), la
gramática latina se dividió en cinco libros. También el texto se acompaña, desde la primera edición,
de un vocabulario latino-español que se suele llamar Lexicon seu parvum vocabularium [in quo
breviter invenies vocabula scolasticis valde necessaria]. Este vocabulario fue creciendo en sucesivas
ediciones hasta el punto de que la portada de la de Burgos (1512) ya anunciaba la impresión de diez
mil nuevas voces, que se hizo efectiva en la impresión salmantina del año siguiente. En esta edición
se añadió también el Oppidorum [...] nomina (una especie de diccionario geográfico de ciudades,
ríos, montañas, etc.). En 1495 apareció la tercera redacción de las Introductiones, que constituye la
versión definitiva de la obra. A ésta se añade una serie de comentarios de tipo gramatical sobre los
cinco libros de la gramática. Va precedida de un prólogo laudatorio dirigido a la Reina Católica.

En 1485 leyó su primera Repetitio, hoy perdida, titulada De


membris et partibus grammaticae. La repetitioera un género de disertación que debía pronunciar
cada catedrático de la Universidad de Salamanca sobre la materia que enseñaba. La
segunda Repetitio [De corruptis Hispanorum ignorantia quarundam litterarum vocibus] data del año
1486 y sus catorce hojas se solían añadir a las Introductiones, por tratar sobre la pronunciación del
latín. Ese año fue importante para Nebrija, porque, aprovechando la estancia de los Reyes Católicos
en Salamanca, dio muestra a la Reina de su futura Gramática sobre la lengua castellana al tiempo
que leyó ante ella, a instancias de su benefactor, fray Hernando de Talavera, el poema
titulado Ferdinandi ac Helisabethae Hispaniae regum clarissimorum profectio ad divinum Iacobum,
que venía a cuento de que Isabel y Fernando acababan de dejar Santiago de Compostela.

Su segundo mecenas (1487-1504). La Gramática sobre la lengua castellana

En 1487, Nebrija pudo dejar de enseñar en Salamanca gracias al mecenazgo de don Juan de
Zúñiga, que había sido discípulo suyo y que ahora brindaría «ocio y sosiego» a la vida del
humanista andaluz, según él mismo confesó. Probablemente antes se casara con doña Isabel
Montesinos de Solís, con la que tuvo siete hijos. Fue este un período especialmente fructífero en la
producción científica de Nebrija, quien, supongo que para justificar lo invertido por su protector, no
oculta la satisfacción por los libros que había conseguido acabar en este tiempo. Lo dejó dicho en
las palabras que dedicó a Zúñiga en el Vocabulario: «Y porque toda la cuenta de estos siete años,
después que comencé a ser vuestro, vos sea manifiesta [continúa relacionando las

obras]». Y a Nebrija no le faltaban razones para estar contento. En


1488 se publicó una edición bilingüe de sus Introductiones, a iniciativa de la Reina y con el objeto,
según declara el autor, de que las religiosas pudieran aprender algo de latín sin precisar de la ayuda
de varones. Principalmente a partir de las Elegantiae de Valla, Nebrija coleccionó una nómina de
sinónimos que publicó bajo el rótulo de Differentiae ex Laurentio Valla, Nonio Marcello et Servio
Honorato Exceptae (¿1489?). En 1491, el bachiller Vivanco publicó veintidós poemas latinos de
Nebrija. En un balance sumario de éstos, despuntan dos recurrencias temáticas: la adulación a los
Reyes Católicos −así son la «Felicitación de Año nuevo al Rey», la «Profectio», citada antes−; y la
admiración por la Antigüedad −que se ve en los poemas dedicados a las ruinas de Lebrija o de
Mérida−. Al año siguiente se imprimió la Gramática sobre la lengua castellana. Al contrario de lo que
había ocurrido con las Introductiones, la primera gramática consagrada a una lengua romance no
tuvo mucho eco en su tiempo y hubo de esperar hasta el siglo XVIII para que fuera objeto de
atención. Del mismo año data el Diccionario latín-español, en cuya dedicatoria, Nebrija se jactó sin
ninguna modestia de ser el primero en abrir «tienda de la lengua latina». Probablemente en 1495
salió de las prensas salmantinas el Vocabulario español-latín, cuya edición aumentada, «con más de
diez mil vocablos», ya anunciada en la portada de la de Burgos (1512), volvió a imprimirse en
Salamanca en 1513. De 1495 probablemente sean también las Elegancias romanzadas, atribuidas a
Nebrija, pero no con total seguridad debido a que existen ediciones anteriores debidas a mano
diferente. Se editó allí un manojo de sentencias, en su versión castellana, de Stefano Fieschi, cuyo
nombre latinizado fue Stephanus Fliscus. Posiblemente al año siguiente aparecieron los Vafre dicta
philosophorum, otro repertorio, pero esta vez de sentencias filosóficas de Diógenes Laercio. En
1498 salieron de las prensas salmantinas In Cosmographiae libros [de Pomponio Melo], en que
Nebrija se hizo eco de las ideas de Ptolomeo al amparo de las cuales defendió que la Tierra
ocupaba el centro del universo. Entre los muchos temas de que da cuenta aquí nuestro autor, se
halla el estudio de las diferencias en la magnitud de los días, que luego tratará en laTabla de la
diversidad de los días y las horas (¿1516-1517?). No se dejó Nebrija en el tintero la inclusión de un
vocabulario de cosmografía, que ocupaba el último capítulo y que pasaría a formar parte de una
obra mayor que quedó inédita a la muerte del autor.

Al morir el titular de la Cátedra de Prima de Gramática de la Universidad de Salamanca, la


institución castellana pidió a Nebrija que éste optara a ocuparla. Sin embargo, aunque lo hizo y la
ganó, no se llegó a incorporar para no renunciar al mecenazgo de Zúñiga. Publicó en ese tiempo De
vi ac potestate litterarum (1503), donde retoma el asunto principal de su Repetitio segunda (1486).
Nebrija se ocupó en esta obra por un lado de temas generales de ortografía; y por otro de la
comparación de la ortografía de las lenguas griega, hebrea y latina. Del mismo año es el comentario
crítico a Persio; y probablemente de unos años atrás, 1500, el consagrado a Prudencio.

Contra los teólogos. Deza contra Nebrija (a partir de 1502)

A principios del nuevo siglo se había publicado asimismo la


colección de himnos eclesiásticos tituladaHymnorum recognitio cum aurea illorum
expositione (1501), que a partir de la edición de 1502 se imprimieron bajo el rótulo de Aurea
expositio hymnorum. A los textos, Nebrija añadió un comentario gramatical de las estrofas con el fin
de precisar su sentido. En ese tiempo y al amparo del cardenal Cisneros, Nebrija formó parte del
equipo encargado de la confección de la Biblia políglota. Sin embargo, por los hechos que
conocemos, las opiniones de Nebrija no fueron siempre del gusto de los teólogos que participaban
en la preparación de la Políglota. Mientras que nuestro humanista pretendía revisar el texto de la
Vulgata, los teólogos que participaban en esta empresa pensaban que éste debía permanecer
inalterable. Se llegó al extremo de denunciar a nuestro autor ante la Inquisición, de cuya acción
logró zafarse gracias a la intervención de Cisneros. Por fortuna hemos conservado una carta dirigida
por Nebrija al Cardenal en que el humanista andaluz da cuenta de lo ocurrido. De este momento es
su Apología (1507), opúsculo en que justifica sus comentarios a la Sagrada Escritura. Hasta 1516, y
en tercer intento, Nebrija no pudo publicar estos comentarios lexicográficos y gramaticales. Ambas
obras pudieron salir de la imprenta gracias a que el inquisidor Deza, principal enemigo de Nebrija,
había sido sustituido.

Carrera académica (Salamanca, 1505-1513). Los nuevos diccionarios

Obligado por las circunstancias, sobre todo por la muerte acaecida en 1504 de su principal
protector y mecenas don Juan de Zúñiga, volvió a Salamanca, en cuya Universidad tomó posesión
en 1505 de la misma cátedra a que había renunciado recientemente, cuyo titular había muerto
prematuramente. Al año siguiente leyó su tercera Repetitio: De peregrinarum dictionum accentu; y
publicó el Diccionario de Derecho civil (Iuris Civilis Lexicon) en el mismo volumen que otros trabajos

suyos de la misma materia. La obra conjunta se llamóAenigmata


Iuris Civilis, aunque no todos los ejemplares conservados de esta primera edición contienen el
conjunto de obras a que acabo de aludir. En 1507 pronunció su cuarta Repetitio: De etimologia
dictionis, que probablemente no se llegó a publicar. De litteris hebraicis y De litteris graecis son
también de ese año. Ambos trataditos se consagraron principalmente a asuntos de fonética,
ortografía y pronunciación del hebreo y el griego, respectivamente. En 1508 pronunció
su Repetitio quinta De analogia hoc est proportione. Al año siguiente se declaró vacante la cátedra
que ocupaba, tras estar ausente desde el año anterior. Tal vez para compensarlo, ese mismo año
fue nombrado cronista real, y enseguida tomó posesión, en octubre de 1509, de una nueva cátedra,
esta vez de Retórica. Se dio la circunstancia de que, al presentarse Nebrija ante el Rey para
agradecerle el nombramiento como cronista, el secretario real, Miguel de Almazán, pidió a nuestro
autor un tratado que le sirviera para la educación de sus hijos. Ese es el origen de la obra
manuscrita titulada De liberis educandis. Entre 1510 y 1512 pronunció sus últimas repetitiones: la
sexta De mensuris (1510); la séptima De ponderibus (1511); la octava De numeris (1512) y la
novena De accentu latino aut latinitate Donato (1513). Como se aprecia por los títulos, la sexta,
séptima y octava están relacionadas en su contenido y forman una unidad, por lo que no extraña
que años más tarde se publicaran juntas bajo el rótulo De ponderibus (1527).

En 1510 se publicó el comentario crítico al poema de Sedulio Paschale, obra que ya contaba
con los comentarios de Juan Sobrarias, aunque Nebrija mejoró mucho éstos aludiendo a nuevas
fuentes y pasajes antiguos que el primer comentarista había pasado por alto; en 1511 las Opera de
Anglería y al año siguiente, posiblemente, los Carmina ex diversis auctoribus, in calendarium
rationem collecta, repertorio formado por veintiséis axiomas compuestos en verso en lengua latina
tomados de diferentes autores.

Los Oppidorum [...] nomina (¿1510?) venían a sumarse a la


serie de trabajos lexicográficos a los que se había consagrado Nebrija. En 1536, sus hijos
consiguieron publicar una versión corregida de tres de los diccionarios, el latín-español, el español-
latín y el geográfico (Oppidorum nomina). La costumbre editorial de imprimir estos tres diccionarios
juntos se ha venido denominando Diccionario triplex. Al dividirse el diccionario geográfico en dos,
éste se denominará Diccionario quadruplex. La nombradía de Nebrija hizo que algunas obras
lexicográficas como los Diccionarios latín-catalán y catalán-latín (1507), realizados por Gabriel Busa,
aparecieran atribuidos a nuestro autor. Lo mismo ocurrió con el Diccionario latín-francés (1516),
cuyo verdadero autor nos es desconocido. Estas empresas, no obstante, se llevaron a cabo
siguiendo los trabajos de Nebrija.

Carrera académica (Alcalá, 1514-1522). Los trabajos sobre las escrituras y la medicina

En 1513, al quedar de nuevo vacante la Cátedra de Prima de Gramática, por la muerte de su


titular, Nebrija optó a ella, por estar mejor pagada que la que él ocupaba, sin éxito y con cierta
vejación al serle concedida a un joven desconocido llamado García del Castillo. A partir de ese
momento abandonó Salamanca y su Universidad. Tras una breve estancia sevillana en la que ocupó
la Cátedra de San Miguel, Cisneros, que seguía apoyando a Nebrija, concedió a éste la Cátedra de
Retórica de Alcalá. Ya en su nuevo puesto, editó los Libri minores (1514), colección de obras de
autores clásicos tales como Catón, Esopo, San Bernardo, Sulpico Verolamio, etc., que había tenido
un enorme éxito en la edición veneciana de 1491 a cargo de Andrés Gutiérrez de Cerezo, quien
había sido discípulo de Nebrija en Salamanca. En 1515 publicó en Alcalá la Artis Rhetoricae
compendiosa coaptatio, en que remeda sin mucha novedad la obra de Aristóteles, Cicerón y
Quintiliano. Al año siguiente, por fin pudo ver en letras de molde la Tertia quinquagena, que contiene
los cincuenta (en las primeras ediciones falta, no obstante, uno) comentarios a las Sagradas
Escrituras realizados por Nebrija y que toparon con el Inquisidor General; de hecho tertia se debe a
que nuestro humanista consiguió su publicación después de dos intentos anteriores frustrados . En
ese mismo año aparecieron los Segmenta ex epistolis Petri, Pauli, Iacobi et Ioannis (1516), que
constituyen un texto de lectura escolar sobre todo preparado por Nebrija, quien se afanó en puntuar
y corregir fragmentos de las epístolas de los autores nombrados en el título; y
el Santuarium o Sanctorale, que contiene cuatro opúsculos que suman cuarenta y tres vidas de
santos. Intervino aquí Nebrija no siempre como autor sino como corrector en algunos casos; así
parece que ocurrió en la Passio Domini hexametris versibus composita, seguramente obra de Lucio
Marineo Sículo. De 1517 son las Reglas de Orthographia de la lengua castellana; y al año siguiente
apareció el Lexicon vocum quae ad medicamentariam artem pertinent, que se imprimió al final de la
edición de la obra de Dioscórides preparada por Nebrija.

También la Historia llamó la atención de Nebrija. Hemos


conservado el índice y algunos capítulos del primero de los cinco libros de las Antigüedades de
España, obra que no se llegó a imprimir. Ya muerto Nebrija, en 1545, se estamparon dos tratados en
que se narran las guerras de Navarra [De bello Navariense] y Granada [Rerum… gestarum decades
duae]. Ambos son traducciones libres con aportaciones personales, la primera de Luis de Correa,
aunque, como ha demostrado el profesor G. Hinojo, Nebrija utilizó también la obra de Juan López de
Palacios Rubios, además de documentos oficiales de Fernando el Católico y de la correspondencia
del monarca con Diego de Deza; y la segunda de la Crónica de Pulgar.

En 1522 prologó el poema latino de Alvar Gómez Thalichristia. Ese mismo año, el 2 de julio,
murió en Alcalá, después de dedicar su vida a la empresa de demostrar que no había saber si éste
no era expresado con propiedad léxica y elegancia del decir.

José María Ferri Coll


Universidad de Alicante

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