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Conceptos de anatomía y fisiología

INTRODUCCIÓN

Antes de entrar en si al estudio de las enfermedades que afectan los huesos uno necesita
revisar la estructura de los huesos y las características propias que tienen cada uno de
ellos.

Seria inútil empezar a hablar de algunos detalles anatómicos si no conocemos en


general la composición del esqueleto humano para en los capítulos posteriores ir
explicando cada uno de los detalles anatómicos que contiene.

En este capitulo iniciaremos el estudio con un recuento de la estructura de los huesos y


las principales particularidades anatómicas que presentan lo que le permitirá al lector
hacerse una idea de que hueso se trata un ejemplar que le presenten.

Posteriormente pasaremos a hacer un recuento básico de como se unen estos huesos,


que si bien en material arqueológico es muy difícil encontrar elementos articulares el
osteopatologo tiene que tener presente para comprender la dinámica de los sucesos
mórbidos que pudieron afectar el material de estudio.

Después pasaremos a repasar los orígenes embrionarios del esqueleto asi como su
estructura osea normal esto nos permitirá entender la dinámica del esqueleto y la fuente
de errores en estos complicados procesos que dieron origen a alguna alteración que
podemos detectar en los huesos ya secos.

PRINCIPIOS DE ANATOMÍA

Creo importante mencionar que si bien el osteólogo ve el esqueleto como algo vivo y
muchas veces se refiere a posiciones anatómicas el esqueleto para estudiar está
totalmente desarticulado puesto que al pasar el tiempo enterrado se van
descomponiendo las partes blandas y se van sustituyendo gradualmente por tierra .
Dando como resultado que los huesos que se le presentan para estudio están separados y
se tienen que extender en las mesas de laboratorio para poder inventariarlos o contarlos.

En la figura siguiente presento un esqueleto entero cosa que en ocasiones resulta


sumamente complicado puesto que sobre todo son fáciles de perder los huesos pequeños
de las manos y los pies por el proceso de excavación.
Antes de empezar a revisar el esqueleto tenemos que presentar aunque sea de manera
somera la clasificación del esqueleto.

Por sus dimensiones podemos clasificar los huesos en tres grandes grupos, los huesos
largos están en las extremidades brazos y piernas y predomina la longitud sobre la
anchura como veremos en el capítulo de biología su estructura permite que el individuo
crezca y alcance su altura adulta.

Los huesos cortos son más anchos que largos.

Los huesos planos se caracterizan por ser de mediana superficie pero sobre todo por ser
muy planos.
Otra forma de dividir los huesos es por su relación filogenética o sea podemos hablar de
un esqueleto axil que se conforma por el cráneo y su continuación con la columna
vertebral así como los órganos de las cavidades torácica y abdominal.

El esqueleto apendicular esta compuesto por los miembros.


La cabeza se puede dividir en tres partes: el neurocráneo, formado por los huesos que
recubren el cerebro; el vicerocráneo, formado por los huesos faciales[3]y la mandíbula.
El neurócraneo se constituye por: los frontales, que son los huesos de la frente
(fusionados generalmente los adultos, sin fusionar en los individuos infantiles)[4]; los
parietales, que forman el techo de la bóveda craneana, posteriores al frontal con el que
se articulan en la sutura coronal; y el occipital, que ocupa la cara posterior e inferior del
cráneo y se articula con los parietales en la sutura lamboidea.

El cráneo facial o vicerocráneo está formado principalmente por los maxilares --que se
unen al frontal en las apófisis del mismo nombre y contribuyen a formar tanto las
órbitas como la nariz y la boca-- y los zigomáticos que forman el pómulo y contribuyen
a formar la pared externa de la órbita.

La mandíbula es un hueso independiente de la cabeza que se articula con el cráneo en la


articulación temporomandibular.

Esta conformada por dos ramas que se unen con el cuerpo formando un ángulo cercano
al recto en dicho punto.
Tanto los maxilares como la mandíbula portan dientes. Existen dos tipos de dentadura,
la decídua o "de leche" y la permanente. Comúnmente se nombran las piezas dentales
para solo uno de los lados (hemimandíbula) derecho o izquierdo de cada una de las
arcadas (inferior y superior).

La dentadura decidua se nombra así porque los dientes son remplazados por dientes
permanentes. Esta compuesta de 5 piezas en cada hemimandíbula (20 en total) que son:
incisivos central y lateral, canino y primero y segundo molares.

La dentadura permanente tiene dos tipos de piezas, las sucecionales, que son las que
substituyen a sus homólogos de la dentadura de leche y las accesionales, que son piezas
dentarias que se agregan y no sustituyen a otras. Esta compuesta por ocho dientes en
cada hemimandíbula: dos incisivos (central y lateral), un canino, dos premolares
(primero y segundo) y tres molares (primero, segundo y tercero).
Antes de seguir nuestro camino con el resto del esqueleto necesitamos detenernos un
momento en un hueso pequeño y que muchas veces no se encuentra en las excavaciones
arqueológicas que es el hioides.

Este hueso es fundamental para la inserción muscular de piezas muy importantes para el
habla y la respiración.

Contiene un cuerpo y dos pares de astas las mayores y las menores y se localiza en la
región anterior del cuello.

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