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Tema 1.

La madera y los productos de la


madera: Características, propiedades,
defectos y anomalías.
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Índice

1. Historia de la madera.
1.1. La madera
1.2. Estructura macroscópica de la madera.

2.Propiedades de la madera.
2.1. Propiedades físicas.
2.2. Propiedades acústicas.
2.3. Propiedades electricas.

3.Anomalías y defectos.
3.1. Defectos morfológicos del tronco.
3.2. Defectos provocados por aportación cambial irregular.
3.3. Defectos provocados por la disposición de las fibras.
3.4. Figuras producidas por la impregnación desigual e la madera.
3.5. Defectos causados por la estación.
3.6. Defectos provocados por agentes meteorológicos y accidentes.
3.7. Heridas.
3.8. Madera de reacción.
3.9. Entrecascos.
3.10. Acebolladura.
3.11. Fendas radiales por desajustes híbridos.
3.12. Bolsa de resina.
3.13. Otros defectos.

4.Especies, definiciones, características y procedencia.


4.1. Coníferas.
4.2. Frondosas.
4.3. Las frondosas boreales o templadas
5.Conversión de la madera.
5.1. Proceso de aserrado.

6.Principales productos de la madera.


6.1. La chapa de la madera.
6.2. Tableros de madera.
6.3. Propiedades de la madera.

 1. Historia de la protección de
la madera

La madera es el único material que el hombre ha usado de forma ininterrumpida


desde los albores de la Prehistoria hasta nuestros días. El primer testimonio del
uso de este material data del 250.000 a.C aproximadamente. El primer hallazgo
de un utensilio en madera fue la Lanza de Taxus Baccata L. (tejo) encontrada en
Alemania y que había experimentado un tratamiento para su mayor eficacia,
puesto que estaba endurecida al fuego.

La protección de la madera ha sido objeto de estudio desde tiempos remotos con


el fin de conseguir una mejor conservación frente a los agentes degradadores, ya
sean bióticos o abióticos, puesto que la madera es susceptible de acabar
degradándose al tratarse de un elemento vivo. Debido a la valía que la madera ha
supuesto para el hombre en la fabricación de productos de gran importancia para
su desarrollo como han sido las armas, embarcaciones, estructuras, etc., siempre
ha buscado protegerla para aumentar su durabilidad natural mediante el empleo
de aceites, pinturas, lacas, betunes, resinas, alquitranes, tratamientos por calor
etc. Aunque las prácticas citadas carecieron de base científica, ya que no fue
hasta principios del siglo XIX cuando tuvo lugar el verdadero desarrollo de la
industria de la protección maderera, y con ello las primeras formulaciones de
protectores con base científica.

Para poder comprender por qué se trata la madera es preciso explicar que se trata
de un ser vivo y, por tanto, sus propiedades físico-químicas dependen de las
células que la componen y concretamente de la pared celular formada a su vez
por tres capas S1, S2, S3, que a su vez se compone de tres elementos: lignina,
celulosa y hemicelulosa. La celulosa es un polímero de glucosa que se dispone en
forma de microfibrillas formando el esqueleto de cada una de las capas. Estas
microfibrillas quedan embebidas en un molde de hemicelulosas que son
polisacáridos y todo ello queda cementado por la lignina, polímero tridimensional
con anillos aromáticos no hidrolizable, es decir, es el elemento de trabazón que
aporta a la pared la cohesión.
aporta a la pared la cohesión.

La composición química de la madera tiene una gran importancia patológica


porque los compuestos que presenta la pared sirven de nutrientes para los
organismos degradadores de la madera como son los xilófagos.

Si realizamos un corte transversal en la madera se puede ver dos grandes zonas,


albura: parte conductora fácilmente atacable y generalmente de color más claro,
y el duramen: apenas conductor, lignificado (endurecido y rico en tejido leñoso),
resistente ante ataques de organismos abióticos y bióticos y con incrustaciones de
diversas materias que dependen de la especie (taninos, resinas, etc.).

Los tratamientos actuales que se utilizan para la protección de la madera son


formulados químicos que la protegen de ataques de organismos xilófagos y
hongos, y que aportan mayor resistencia ante incendios e incrementan su
estabilidad frente al agua, la humedad, etc.

Las posibilidades en cuanto a la protección de la madera han evolucionado mucho


durante el siglo XX. Hasta el año 1960 aproximadamente, se utilizaban protectores
orgánicos naturales, de los cuales uno de los más conocidos son las creosotas
(compuesto químico derivado del destilado de alquitranes procedentes de la
combustión de carbones grasos (hulla) a temperaturas comprendidas entre 900 y
1200ºC. La destilación se realiza entre 180 y 400º), que se caracterizan por su
eficacia incluso en condiciones extremas como son el contacto con el suelo y el
contacto con agua dulce o salada. No obstante, las creosotas son muy tóxicas por
su alto contenido en bezo (a) pirenos y fenoles. Y aunque su aplicación ha caído en
desuso en determinadas circunstancias. Estos protectores se siguen utilizando en
el tratamiento preventivo de la madera. El avance de la industria química ha
mejorado la composición de este biocida hasta obtener una creosota
estandarizada como lo exige la Unión Europea según el CEN EN 13991 en el que se
especifica la concentración permitida de Benzo (a) pirenos (inferior a 0,005%) y
fenoles (3%).

Los protectores hidrosolubles han sido otro de los biocidas que han tenido un
importante empleo a lo largo de la historia en cuanto a la protección de la madera
se refiere. Estos protectores han sido utilizados desde inicios del siglo XIX, pero no
fue hasta 1830 cuando empezaron a comercializarse con el tratamiento masivo de
postes de tendido eléctrico. Los protectores hidrosolubles, basados en sales
metálicas, aparecen como alternativa a las creosotas puesto que son un fitotóxico
(venenoso para las plantas) y no desprenden olores desagradables.

La evolución en la industria protectora de sales hidrosolubles ha provocado la


paulatina desaparición de aquellos compuestos tóxicos para la salud humana y el
medio ambiente como el cloruro de mercurio, de zinc, arsenito de cobre o
dinitrofenol, quedando reducido en la actualidad el empleo de estos compuestos a
las sales de cobre, permitidas por el ministerio de Sanidad y Consumo.

En la década de los cincuenta, con el desarrollo de los sistemas de autoclaves por


vacío-vacío comenzaron a comercializarse los protectores orgánicos, muy
empleados actualmente en el mundo de la madera de construcción por su grado
de protección para las clases de exposición de la madera clases de uso 1,2 y 3
principalmente, no añaden color a la madera y tampoco la hinchan, con lo que no
sufre cambios dimensionales. Estos protectores están formados por compuestos
orgánicos de síntesis que son introducidos en la madera mediante disolventes
orgánicos por protectores orgánicos en base acuosa, evitando así la emisión de
partículas a la atmósfera provenientes de disolventes orgánicos (petróleo).

Clase de uso 1: Maderas para interior con una humedad inferior al 20%.

Clase de uso 2: Maderas para interior con una humedad ocasionalmente


superior al 20%.

Clase de uso 3.1: Maderas para exterior sin contacto con el suelo y protegidas de
las intemperies, con una humedad que puede superar 20% de manera ocasional.

Clases de uso 3.2: Maderas para exterior sin contacto con el suelo y no
protegidas de las intemperies, con una humedad que supera frecuentemente el
20%.

1.1. La madera

La madera es un material ortótropo encontrado como principal contenido del


tronco de un árbol. Los árboles se caracterizan por tener troncos que crecen cada
año y que están compuestos por fibras de celulosa unidas con lignina. Las plantas
que no producen madera son conocidas como herbáceas.
La madera es un tejido exclusivo de los vegetales leñosos que, como tales, tienen
diferenciados y especializados sus tejidos. Están formados por células que se
pueden asemejar a tubos huecos, en el que la pared del tubo se correspondería
con la pared celular y el interior hueco con el lumen de la célula. De forma simple
y general se puede decir que la madera está formada principalmente por la unión
de estas células; su tamaño, forma y distribución junto con otros elementos
anatómicos, como los radios leñosos, la presencia de canales resiníferos o de
vasos, etc. son los que dan lugar o definen las diferentes especies de madera.

Esta estructura tubular es la que confiere las propiedades que tiene la madera,
que depende en gran medida de las propiedades de la pared celular.

• Son plantas vasculares, es decir, tienen tejidos conductores especializado


s como el xilema y el floema. El xilema se encarga de trasladar la savia desde
la raíz hacia la parte proximal de la planta, conocida como savia bruta, que s
e compone en su mayor parte de agua e iones inorgánicos, aunque puede presenta
r compuestos orgánicos. El floema es el tejido especializado encargado de la c
onducción de sustancias nutritivas, llamada savia elaborada, para la fotosínte
sis de la planta. El xilema está lignificado y constituye la madera del vegeta
l.
• Son plantas que viven durante un cierto número de años.
• Poseen un tallo principal que persiste de un año para otro, conocido como
tronco.

Las plantas leñosas se caracterizan principalmente porque además del


crecimiento axial presentan un crecimiento secundario que es independiente del
longitudinal, es decir, un crecimiento en diámetro.

Los vegetales leñosos pueden dividirse en dos órdenes: Gimnospermas y


Angiospermas. Dentro de los primeros se encuentran las coníferas. Por su parte,
las Angiospermas se subdividen a su vez en Dicotiledóneas, que son las que
producen madera, y las Monocotiledóneas, que no producen madera debido a que
carecen de crecimiento secundario.
La madera se caracteriza porque no es un material homogéneo debido a que está
formado por un conjunto de tejidos que están especializados en tres funciones
vitales de los vegetales, la conducción de la savia, la transformación y
almacenamiento de los productos vitales y el sostén del vegetal.
La madera es un material:

• Anisótropo, sus propiedades varían según la dirección que se considere.


• Higroscópico, capacidad de tomar y ceder moléculas de agua con el medio qu
e la rodea.
• Posee buenas propiedades mecánicas, sobre todo si se compara con su peso.
• Crea facilidades para mecanizarse y procesarse.
• Impregnable, con lo que puede protegerse de la acción de agentes degradado
res.
• Características estéticas que le confieren una especial belleza.

1.2. Estructura macroscópica de la madera.

Para poder estudiar la estructura de la madera macroscópica o microscópica es


necesario realizar tres secciones debido a su heterogeneidad.

1. Transversal, plano perpendicular al eje de la rama o del tronco.


2. Tangencial, plano que pasa paralelo a un plano tangente al tronco o al anillo
de crecimiento.
3. Radial, plano que pasa por el eje y un radio de la rama o del tronco.
Al examinar las tres secciones principales de un tronco se pueden observar las
siguientes estructuras características:

• La corteza externa o corteza propiamente dicha, constituida por células mu


ertas.
• Corteza interna o líber, por donde circula la savia.
• Cambium, capa delgada de células vivas generadoras del crecimiento en espe
sor del árbol, produciendo hacia el interior xilema y hacia el exterior cortez
a.
• Leño o tejido leñoso, que forma la mayor parte del tronco. Puede observars
e los anillos de crecimiento, anuales en las maderas de la zona boreal y anill
os estacionales en las maderas tropicales coincidiendo con las estaciones clim
áticas marcadas. En el corte transversal puede apreciarse en los anillos de cr
ecimiento de la madera formada en primavera, llamada madera de verano. Ambas s
e diferencian en el color, ya que en la de la primavera es más claro.
• Radios leñosos, que están constituidos por células cuya función es la de t
rabazón de las fibras longitudinales.
• La medula, que es la parte central del árbol y discurre por el eje de éste
. Posee propiedades físicas y mecánicas muy deficientes con lo que suelen ser
descartadas de procesos de elaboración.

La madera posee dos zonas que por lo general en las maderas boreales suelen
estar diferenciadas, el duramen en el interior del tronco del árbol y el albura, en el
exterior. La formación del duramen se caracteriza por modificaciones anatómicas
y químicas. Estas modificaciones tanto en frondosas como en coníferas son
debidas a la obturación total o parcial de los tejidos encargados de transportar la
savia. Las modificaciones químicas tienen lugar al impregnarse las células con
otros productos naturales producidos en el árbol (resinas, aceites, taninos, gomas,
etc.) que al oxidarse le confieren un color oscuro.

La madera de duramen además es más densa y resistente a los ataques de origen


biológico, sin embargo la madera de albura es más porosa y blanda. No obstante,
desde el punto de vista de los tratamientos, la albura suele ser más fácil de tratar y
de trabajar en la mayor parte de los procesos de elaboración.

 2. Propiedades de la madera

La madera está formada por diferentes tejidos que realizan distintas funciones y
que originan que su estructura no sea homogénea. Esta heterogeneidad se refleja
en sus propiedades físicas y mecánicas, y es la causa de algunos de sus defectos y
también de algunas de sus ventajas. Esta heterogeneidad da lugar a lo que se
conoce como anisotropía, que es el diferente comportamiento de sus propiedades
físicas y mecánicas según la dirección que se considere.

Fácil de trabajar y conformar por corte y labra. Por otra parte, es combustible, de
volumen inestable (higroscópica) y atacable por insectos y ataques orgánicos
(putrefacción).

2.1. Propiedades físicas

Las propiedades físicas son aquellas que determinan el comportamiento de la


madera frente a los distintos factores que intervienen en el medio natural normal,
sin producir modificaciones mecánicas o químicas en su estructura.

Las propiedades físicas se pueden agrupar de la siguiente forma:

1. Posibilidad de emitir partículas gaseosas o tener productos que puedan


disolverse, lo que determina el olor, el gusto y toxicidad de las maderas.
2. Propiedades que determinan el comportamiento de la madera ante la
iluminación: color, brillo y textura, grano y veta.
3. Propiedades que determinan el comportamiento a la acción de la gravedad:
peso específico y densidad.
4. Otras propiedades como la dureza y el desgaste.

Olor, gusto y toxicidad.

Posibilidad de emitir partículas gaseosas o tener productos que puedan disolverse,


lo que determina el olor, gusto y toxicidad de las maderas

Olor y gusto

Para que una madera tenga olor debe tener la capacidad de emitir moléculas
libres al aire. Los productos que componen la estructura leñosa de la madera no
tienen olor, por lo que el olor que se perciba de algunas de las maderas es debido
a los productos que impregnan la misma o los producidos por la acción de
microrganismos. Existen productos de reserva que se encuentran ene l
parénquima como los hidratos de carbono, proteínas, ceras, etc. Que se pueden
descomponer produciendo olor.

La exposición prolongada al aire y el secado en cámaras amortigua o hace


desaparecer este olor.

El olor de las maderas puede ser una ventaja o un inconveniente. Un ejemplo es la


sabina que emite un olor que repele a los insectos.

El gusto es similar al olor. Existen muchas especies con gusto marcado, sin
embargo son muy difíciles de describir.

Toxicidad de la madera

Existen sustancias que impregnan o se depositan en la madera que pueden


ocasionar enfermedades o molestias en el hombre. Estas se presentan durante la
elaboración primaria, aserrado principalmente, ya que al refrescar las superficies
se facilita la liberación de los productos causantes. En la mayoría de los casos su
acción desaparece al transcurrir cierto tiempo.

Color, brillo y textura; grano y veta

Color

La madera está compuesta principalmente por celulosa, componente químico que


no tiene color. El color característico que presentan las maderas se lo confieren
las sustancias que se encuentran en su lumen celular o impregnando las paredes
de las células. Estas sustancias son taninos, resinas, gomas u otros productos que
a su vez pueden variar con el tiempo por oxidación. Además, la madera como
material fibroso que es puede estar sometida a efecto de reflexión-refracción
según la incidencia de la luz sobre las fibras, pudiéndose observar en los vetados
que presenta.

El color depende de la especie, de la edad, condiciones de crecimiento y del clima.


Las especies de clima templado y fríos tienen colores pálidos, mientras que las
tropicales por lo general tienen colores oscuros.

La albura de la mayoría de las maderas varía de un color amarillento al rojizo o


parduzco. Según crece la madera se va transformándose en duramen, los tonos se
hacen más oscuros siendo más visibles los radios.

La madera de la mayoría de las especies se oscurece con la exposición directa al


aire y a la luz, debido a los procesos de oxidación y reducción que sufren sus
procesos químicos de la pared y el lumen celular.

El color de la madera es una de las características más apreciadas por la industria


de la carpintería y ebanistería por sus usos en interiorismo y mobiliario.

En la actualidad existen tratamientos que permiten modificar el color y la


tonalidad de una madera, destacan los productos químicos como tintes, sales
minerales…utilizadas en la industria del mueble.

Es importante señalar que la madera atacada por hongos producen en ciertas


maderas coloraciones y tonalidades características, tales como el pasmo en el
haya, el azulado del pino, el corazón rojo del haya, etc.

Brillo

Es una característica poco importante para la industria maderera puesto que


mediante diferentes técnicas como pulimiento, encerado o barnizado permiten
modificarlo sin afectar a otras características de la madera y en particular al color.

Hay ciertas especies como el roble, haya y caoba en las que el despiece se hace
radial y deja ver grandes superficies de radios leñosos, conocidos como
espejuelos.

Textura, grano y veta

La madera está formada por elementos anatómicos diferentes. Así, para el caso
de las frondosas encontramos vasos y para las coníferas traqueidas. El diámetro
relativo de estos elementos es lo que se conoce por los industriales del sector
como grano de la madera.

La dimensión, colocación aspecto o calidad visible de las células alargadas que


constituyen la madera dan lugar a la fibra o veta de la madera.

La relación que existe entre el ancho en la zona de verano, dentro del anillo de
crecimiento, y el ancho total del anillo, es lo que se conoce como textura.

Peso específico y densidad

Peso específico y densidad

El peso específico es la relación peso a volumen, y la densidad es la relación


masa-volumen, ambos distintos pero que suelen utilizarse en las industrias de
forma similar ya que vienen expresadas en las mismas unidades.

Peso específico= Peso/Volumen= P

El caso de la madera, el volumen y el peso de la probeta vienen influidos por la


humedad de la misma. Por este motivo, es necesario especificar las condiciones
de humedad en las que se efectúan las mediciones, generalmente las de 0% y
12% de humedad, conocidas como peso específico anhidro y normal,
respectivamente.

Dureza y desgaste

Dureza

Es la resistencia que presenta un cuerpo a la penetración por otro. En la madera la


dureza tiene una especial importancia, en relación con la mayor o menor
dificultad que presenta para ser trabajada con las diferentes herramientas.

Desgaste

La resistencia al desgaste de una madera es la propiedad que está íntimamente


relacionado con la resistencia al aplastamiento y la resistencia al corte, pero que
también varía debido a la fuerte influencia de la estructura y el contenido de
humedad y el rozamiento.

Propiedades térmicas

Los coeficientes de dilatación de la madera son muy bajos (3 a 6:10 en la


dirección paralela y de 30 a 70:10 en la perpendicular), por lo que puede decirse
que Apenas se dilata.

La madera es un mal conductor del calor debido a la escasez de electrones libres.


El calor específico de la madera es bajo, varía entre 0,4 a 0,7 Kcal/Kg ºC, lo que
permite que cuando la madera entra en combustión se forme una capa de carbón
en las capas externas, creando una barrera térmica que actúa como aislante. La
zona interior de la pieza no sufre apenas modificaciones y conserva intactas sus
propiedades mecánicas. La velocidad de carbonización es de 0,7 mm/min.

2.2. Propiedades acústicas

Las propiedades acústicas en la madera permiten, además de la fabricación de


instrumentos, su utilización en la construcción si se conoce su comportamiento y
sobre todo cómo diseñar e instalar los elementos de la madera.

Los materiales fabricados con madera absorben hasta más del 90 % del sonido y
reflejan el resto. La madera evita la reverberación del sonido debido a su
porosidad, es decir, absorbe las ondas sonoras.

2.3. Propiedades eléctricas

La madera en estado seco es un aislante excelente por su resistencia óhmica


desciende bruscamente al aumentar la proporción de agua.

 3. Anomalías y defectos

Se considera defecto del árbol cualquier cambio o modificación de su forma recta


y cónica. Se pueden dividir en función de su origen o naturaleza, defectos
morfológicos del tronco, provocados por la disposición de las fibras, causados por
aportación cambial irregular, por la estación, debido a agentes meteorológicos
accidentales, heridas, madera de reacción, nudos, acebolladura, por contenido
celular anómalo. A continuación se describen los defectos más importantes que
podemos encontrar en las maderas comerciales y que son tratadas.

3.1. Defectos morfológicos del tronco

Curvatura del tronco

Los árboles, como respuesta al estímulo de la búsqueda de luz solar para realizar
las funciones vitales propias de este ser vivo, provoca un crecimiento de fustes
rectos pero que en ocasiones, como consecuencia de la espesura, viento
dominante, peso de la nieve, etc. Provoca que el árbol desarrolle una cierta
curvatura que limita su uso para aserrado y desenrollo.

Estos fustes curvos durante cientos de años han sido utilizados para la
construcción naval.

La curvatura ha de especificarse si es simple o doble. En caso de curvatura simple


viene expresada en tanto por ciento en función de la fecha y el diámetro menor,
siendo:
Curvatura= f/d=100

Para el caso de la curvatura doble es la relación existente entre la suma de las


fechas dividida por el diámetro menor, en tanto por ciento, resultando:

Curvatura= f1 + f2/d X 100

Conicidad

Es la diferencia entre el diámetro máximo D y el mínimo d de las testas, referida


en tanto por ciento a la longitud de la pieza. El crecimiento natural de los fustes
suele ser cónico pero se considera anómalo cuando supera unos valores.

Conicidad= D – d/1 X 100

Por encima de 2 ó 3 son considerados fustes con defecto.

3.2. Defectos provocados por aportación cambial irregular.

Se debe a razones genéticas. Es conocido en el género Juniperus (enebros). Los


fustes lobulados como consecuencia de un anormal funcionamiento del cambium
dando lugar a zonas abultadas o hinchadas en el tronco (actividad cambial
intensa) o zonas deprimidas (actividad cambial ralentizada).

Es muy común encontrar este tipo de crecimiento anómalo en la coz de muchas


especies sobre todo tropicales, estas formas son debidas a los enormes esfuerzos
a los que se ven sometidos especies de gran aporte en zonas tropicales.

Anillos festoneados

No es común que se presente en las especies, pero cuando lo hacen dan lugar a
un veteado muy apreciado, conocido como avellanado. Es una ondulación anular
de los anillos de crecimiento. La madera que presenta estas características es
especialmente apreciada para la fabricación de instrumentos musicales,
especialmente si procede de abeto rojo.

Corazón excéntrico

Es también un defecto que origina irregularidades en la estructura y crecimiento


de los anillos. Se produce a causa de un crecimiento asimétrico debido a la
diferente fertilidad del suelo, ya que el árbol tiende a equilibrar el efecto del suelo
tratando de ganar el lado más fértil. También puede causarse el efecto de corazón
excéntrico a raíz del viento, la pendiente del terreno o la asimetría de la copa.
3.3. Defectos provocados por la disposición de las fibras.

Veteado de la madera

El crecimiento de conos superpuestos que presenta la madera hace que la


obtención de cortes paralelos al eje longitudinal del árbol ofrezca vistosos dibujos
en forma de U y V, que reciben el nombre de veta. Este tipo de dibujo es típico de
todas las coníferas y de la mayoría de las frondosas boreales. El dibujo otorgado
por especies como el castaño se denomina flameado. Lo diámetros de los vasos
de primavera en especies de anillo poroso (como el fresno, castaño, roble u olmo)
proporcionan a sus maderas importantes propiedades de tinción, ya que mediante
procesos de teñido realzan el fondo del poro.

Sin embargo, la extracción de tablones perfectamente tangenciales se limita a un


pequeño número de ejemplares, de manera que en su despiece encontraremos
desde piezas tangenciales hasta piezas radiales pasando por todos los estados
intermedios.

Las frondosas boreales, por su parte, ofrecen espectaculares despieces radiales


debido a la magnitud de sus radios leñosos. Sin embargo, son las frondosas
tropicales las que en mayor número dan lugar a este tipo de despieces.
En las maderas de frondosas boreales a los dibujos producidos por los radios
leñosos en sus despieces radiales se les llama espejuelos, mientras que los
producidos por las frondosas tropicales se les conoce como mallas.

Defectos provocados por la forma irregular de las fibras

Cuando las fibras de la madera no siguen la dirección del eje del árbol pueden
originar una serie de figuras que den lugar a maderas de gran valor.

Una anomalía típica de especies tropicales se produce cuando la madera presenta


fibra entrelazada, consistente en la disposición de las fibras unas en sentido
dextrógiro y otras, en sentido levógiro, de manera que los despieces darán lugar a
piezas que responderán de manera distinta a la luz incidente, según la orientación
de sus fibras en cada zona.

En otras ocasiones las fibras producen ondulaciones dentro de las formas en


hélice. Cuando esto se produce las chapas radiales presentan listas que se
entrecruzan y cortan y que se extienden en longitudes variables a lo largo de la
fibra. Si las longitudes de estas listas sobrepasan los 30 centímetros se las
conocerá como jaspeados; en el caso de que sean de un tamaño inferior se les
denominará piel de corzo o nacarado.

3.4. Figuras producidas por la impregnación desigual de la madera.

Se conoce como efecto de veteado por impregnación o pigmentación a las


maderas que presentan una desigual impregnación de los tejidos, apareciendo
zonas de la madera de un color más oscuro que las restantes.

El veteado de impregnación es muy común en la madera de Liquidambar


styraciflua, constituyendo el denominado liquidambar veteado. Entre las especies
más características que presentan dicha disparidad cromática se encuentra la
madera de cebra, procedente del África Occidental.

3.5. Defectos causados por la estación.

Los principales causantes de anomalías en la forma de los árboles son el viento y


la nieve. La nieve, como elemento casual de deformaciones, provoca –en el árbol-
excentricidades en el tronco de los pies, dando lugar a troncos frutescentes,
rastreros o muy inclinados. La acción de la nieve puede ser tan intensa que cause
fisuras longitudinales que dividan el pie en dos.

El viento, por su parte, incide en la curvatura en el árbol debido al crecimiento


anormal del tronco. La acción del viento sobre una parte específica del árbol
puede provocar la aparición desigual de anillos, siendo alta en la parte protegida
por el viento y mucho más limitada la parte que sufre su influencia. Esta influencia
causa tanto fendas longitudinales como transversales. Éstas últimas son
especialmente peligrosas, puesto que –en materia de construcción- puede
provocar el colapso de la estructura sin previo aviso.

Cuando el viento alcanza valores muy intensos como el caso de huracanes, la


parte del árbol que más sufre es el fuste, que puede presentar una rotura sin que
sea perceptible exteriormente. La fuerza del viento provoca tensiones de tracción
que genera la citada rotura del fuste, mientras que si la tensión producida es de
compresión, es habitual que desencadene un crecimiento anómalo de las fibras,
especialmente propenso a la acebolladura.

En estaciones pantanosas, por su parte, son comunes los defectos basales que
causan zonas engrosadas y acanaladas o estriadas en la parte inferior, como es el
caso del Taxodium distichum. A este grupo pertenecen las atrofias de numerosas
especies de manglar, como son las asociadas a formaciones de várzea o igapos.

3.6. Defectos provocados por agentes meteorológicos y accidentales.

Temperaturas extremas

Las temperaturas extremas es uno de los agentes que tiene una mayor incidencia
sobre el desarrollo anormal del árbol. La temperatura del aire, la velocidad del
viento y las radiaciones incides forman un conjunto de factores que modifican la
morfología del árbol.

Sin ir más lejos, la acción del sol en una zona determinada del árbol puede llegar a
producir la desecación de la corteza, líber y cambium, seguida de una necrosis
cortical, dejando el leño expuesto a los rayos de sol. El efecto sobre la corteza es
el surgimiento de numerosas y pequeñas fendas de desecación longitudinales. La
exposición del leño también puede causar el ataque de hongos que se desarrollan
en la herida abierta si se encuentra en u ambiente húmedo, originándose una
pudrición que puede desembocar en la aparición de cavernas en el tronco.

Las bajas temperaturas, por su parte, producen en los árboles, como en cualquier
otro elemento, una pérdida de dimensiones. Si se produce una helada muy fuerte
se enfría la superficie creando humedad entre ésta y el interior del tronco, que
deseca las zonas superficiales.

3.7. Heridas.

Las heridas provocadas por causas accidentales como piedras, golpes en el


desembosque, pedrisco, etc., originan boquetes en la corteza y defectos en la
madera por la reacción de los tejidos. Cualquier que sea la causa de la herida
conllevan un periodo de cicatrización más o menos largo, que a su vez puede
llevar aparejada la desviación de las fibras del árbol, lo que en definitiva producen
complicaciones en el proceso de mecanizado de la madera.
Asimismo, la herida abierta deja al árbol expuesto a enfermedades tales como
caries, necrosis o pudrimientos.

Daños producidos por la caída de rayos

La descargar de un rayo quema la corteza del árbol, abriendo un surco muy


característico a lo largo del tronco, presentando todos los inconvenientes de las
fendas de heladura e insolación. A veces los rayos destrozan el árbol en pedazos,
dejando inútil el provecho de su madera.

No obstante, la tipología de la corteza incide directamente en le daño del rayo. Así,


los árboles añosos de corteza rugosa dirigen la descarga –del rayo- hacia el
interior del tronco o, a lo sumo, hacia la zona entre corteza y madera.

En cambio, en especies de corteza delgada y lisa, la descarga se limita a la


periferia del árbol.

3.8. Madera de reacción

Cuando las tensiones mecánicas influyen en el crecimiento del árbol se produce lo


que se conoce como madera de reacción. De este modo, si el desarrollo del
vegetal se produce bajo la acción de una fuerza de tracción la madera se
denomina madera de tracción; si el crecimiento es bajo el efecto de una fuerza de
comprensión, se le llama madera de compresión. La madera de tracción es más
general en especies frondosas y las de compresión en coníferas.
Tantos las maderas de tracción como las maderas de compresión presentan un
crecimiento excéntrico, por tanto la madera anómala se produce en la parte en la
que los anillos de crecimiento son más anchos.

Más allá de debates, está comúnmente aceptado que lo que produce la madera de
reacción es el desplazamiento de los árboles de la posición vertical y la tendencia
de éstos a recuperar su posición natural. Asimismo, el desplazamiento de la copa
del árbol respecto a la vertical causa solicitaciones mecánicas que conllevan
tensiones de crecimiento.
Así, es lógico que la madera de reacción se produzca en árboles ubicados en
zonas de gran pendiente, sometidos al efecto del viento (ya sea permanente o
variable), en las ramas y maderas de especies de crecimiento rápido.
Las maderas de reacción se caracterizarán por la elevada merma en su sentido
longitudinal, lo que ha conducido a que también se las conozca como nerviosas.

Madera de compresión

La madera de compresión se ubica generalmente en la parte inferior de las ramas


o en la cara interna de los troncos curvos de las especies coníferas. Este tipo de
anomalía presenta crecimientos radiales mayores en el lado inferior de los troncos
en las maderas coníferas y en el superior en las maderas frondosas. Este efecto
viene causado por mecanismos de enderezamiento, ya sea fototrópico, de ladera
u otros.

La madera de compresión es de un color pardo rojizo, más oscuro que el de la


madera restante. Existe una graduación de intensidad y cuando ésta es muy
grande, los anillos de crecimiento dan la sensación de estar constituidos
grande, los anillos de crecimiento dan la sensación de estar constituidos
únicamente por maderas de verano. En cambio, cuando la diferencia es pequeña
es difícil diferenciarlas a simple vista.

3.9. Entrecasco.

El defecto conocido como entrecasco está causado por la soldadura imperfecta de


dos troncos gemelos o de dos ramas provoca la existencia de un trozo de corteza
en el interior de la madera. Se detecta fácilmente por el doble corazón que
presenta al hacerle un corte transversal. La madera que presenta entrecasco
suele ser desechada.

3.10. Acebolladura

Los esfuerzos mecánicos producidos por agentes externos como el viento, el hielo
o el sol intenso exigen un despegue producido entre anillos de crecimiento
contiguos a lo largo del eje del árbol que se conoce como acebolladura. El fuego
también es un agente externo muy recurrente en la aparición de acebolladura,
usualmente en la quema de pastizales para la regeneración de la sabana africana.
La incidencia del fuego sobre las capas exteriores provoca acebolladuras sólo
manifestadas durante su periodo de elaboración.
En las coníferas es muy frecuente la acebolladura cuando los árboles pasan de
una espesura grande a un aislamiento brusco, al cambiar la fuerza de elementos
meteorológicos sobre los mismos árboles.

Las acebolladuras se producen principalmente en los troncos de los abetos de


grandes dimensiones. En los pinos es menos corriente, y si aparecen suelen ser en
diámetros más reducidos. Más bien es típica de maderas tropicales de grandes
dimensiones, condicionando el precio de la madera si ésta presenta
acebolladuras.

Las ramas, y más concretamente los puntos de inserción en el tronco son las zonas
en las que suelen presentarse acebolladuras, ya que trabajan constantemente a
flexión. El efecto en dichos puntos tiene menor trascendencia, pues las ramas no
se usan con fines comerciales, mientras que la raíz suele emplearse en ebanistería
y chapa.

La acebolladura es apreciada en función de su longitud, localización y


profundidad. Cuando esta anomalía se produce en el segmento circular
comprendido entre el diámetro de la troza D y los 9/10 D, se llama de corona;
cuando está situado dentro del círculo 9/10 D, se llama de núcleo.

3.11. Fendas radiales por desajustes híbricos.

Las fendas radiales por desequilibrios hídricos en el fuste suceden la madera de


los fustes de coníferas que crecen en espacios donde el balance hídrico de los
árboles no es del todo satisfactorio. Este fenómeno similar al de secado produce
pequeñas fisuras radiales que pueden ocupar todo el espesor del anillo anual o
limitarse a la madera de primavera. Estas fisuras suelen tener formas romboides,
lenticulares o aplastadas, pudiendo la longitud en le sentido axial sobrepasar los
10 ó 15 centímetros.

3.12. Bolsas de resina.

Este fenómeno suele producirse en los fustes de las coníferas. La presencia de


estas bolsas se debe a factores traumáticos, que por lo general se producen como
respuesta a un agente extraño. El aspecto que producen es el de unas cavidades
llenas de resina dispuestas longitudinalmente.

Estas bolsas, que se hallan de forma discontinua, implican una ausencia de masa
que merma las características de la madera. Por tanto, el mecanizado de la
madera será más dificultoso y la calidad de la madera será notablemente más
bajo debido a sus cualidades –o deterioro- estéticas.

3.13. Otros defectos.

Fracturas de apeo

Las conocidas como fracturas de apeo se produce al troncharse el árbol antes de


su corte o bien por la caída de los árboles de copa bifurcada, cuando chocan
contra una piedra o elemento similar, y el entrecasco que suele existir en su
horquilla actúa de cuña rajando el tronco en sentido longitudinal.

Cuadranura
Su forma es la de una pequeña cruz en el corazón sano de un árbol, de entre 10 y
15 centímetros. Este defecto no impide el aprovechamiento de la madera al poder
ser esta forma extirpada en el proceso de corte o bien suprimiendo el corazón.

La cuadranura se origina por las presiones tangenciales, usualmente en árboles


de gran diámetro y sometidos a fuertes tensiones en su crecimiento.

Corazón estrellado

Se presenta mediante las rajas, tanto radiales como transversales, dejando inútil
la utilización comercial de la madera. El aprovechamiento requiere que se
suprima el corazón, que además de las rajas suele presentar una incipiente
pudrición.

Para ser considerado como defecto de corazón no debe sobrepasar el círculo


concéntrico del árbol, de diámetro igual a una quinta parte del mismo. Por su
parte, se considera defecto de superficie a aquellos que se encuentran en la
corona exterior de anchura igual a una quinta parte del diámetro.

Nudos

Un nudo es el punto donde se inserta la hoja con la yema lateral que se forma en
su axila. Estas formas vegetativas dan origen a los ejes laterales llamadas ramas.
En otro sentido, se entiende por nudo el conjunto de tejidos leñosos que una rama
inserta en un tronco. Estos tejidos están orientados de distinta manera al xilema
del fuste, lo que provoca una discontinuidad en la forma de crecimiento de las
capas anuales.

Así, cada año se generan nuevas capas de madera que se entrelazan entre sí,
siendo rodeadas por la corteza sin presentar discontinuidad. Así, la espesura en la
que viven los árboles será la que caracterice la tipología del nudo.

Cabe señalar que la variación en el precio entre una madera que presenta nudos y
otra que esté ‘limpia’ será grande. No obstante, mediante una pertinente
intervención se puede limitar la presencia de nudos en el fuste.

La formación de los nudos puede deberse a diferentes causas, destacándose entre


ellas la poda natural de las ramas, la que la mano del hombre ha efectuado o por
la acción de fenómenos meteorológicos accidentales como viento o nieve.

La eliminación de las ramas que surgen en el fuste del árbol nada más producirse
permitirá la obtención de fustes limpios. Esto redundará en la mayor
consideración comercial de la madera, ya que la clasificación cualitativa de ésta
viene determinada entre otras características por la presencia o ausencia de
defectos estéticos. Así, cuantos menos anillos estén afectados por nudos mayor
clasificación tecnológica tendrá la madera.

 4. Especies, definición,
características y procedencia

Como ha sido señalada anteriormente, la madera es un elemento exclusivo de los


vegetales leñosos que se caracterizan por ser tejidos diferenciados y
especializados. El tamaño, forma y distribución de los tejidos a lo largo del árbol es
lo que nos va a dar la textura o grano de la madera que a la postre será lo que nos
permita diferenciar la especie de madera.

Grano y textura son términos que, aun siendo diferentes en el sentido técnico,
tienen a aplicarse de forma indistinta y pueden intercambiarse. No obstante,
conviene definirlos para evitar ambigüedades y otorgarles un significado
concreto:

Textura: se refiere, en la terminología industrial, a la proporción de crecimiento o


anchura de los anillos anuales y al peso y dureza correspondientes. Sirva de
ejemplo la nominación de textura suave o fina para referirse a madera producida
por un crecimiento lento o por árboles viejos.

Es preciso señalar que en la gran mayoría de las especies se tiende a identificar la


madera más inestable y ligera con el crecimiento rápido del árbol. Por el contrario,
los árboles de crecimiento más lento tienen una textura más fina y producen una
madera más fuerte, pesada y dura, cuyo grano o fibra presenta diferencias y
características particulares.

Las condiciones fisiográficas de la zona de crecimiento van a ser fundamentales


para determinar la calidad de la madera del árbol. Las condiciones naturales del
suelo en el que crezcan, tales como la fertilidad, la humedad, la competencia
entre árboles y la altitud tienen un fuerte impacto sobre la textura y otros factores
que determinan la calidad de la madera. Como ejemplo, la madera de árboles que
estén desarrollándose a una distancia de apenas un kilómetro pueden ser
semejante o por el contrario altamente diferencia, en función de las condiciones
anteriormente mencionadas. Es por ello que el mayorista, a la hora de comprar
madera, se preocupe muy mucho de la ubicación y condiciones exactas en la que
el árbol se ha desarrollado. Volviendo al ejemplo anterior, la calidad de la madera
de un árbol en la cara norte de una montaña será notablemente distinta que otra
en la cara sur, pues las condiciones meteorológicas pueden ser mucho más
agresivas en unos sitios que en otros.

A grandes rasgos, se puede decir que todas las especies de árboles de los que se
puede extraer madera forman parte del grupo de las coníferas o frondosas.
También se habla a la hora de clasificar las maderas de duras o blandas, ya que
esto constituye uno de los rasgos esenciales dentro de las familias de coníferas o
frondosas, aunque existen coníferas mucho más duras que algunas frondosas.

Yendo un poco más lejos, la diferencia entre coníferas y frondosas se haya en la


estructura microscópica de la madera.

Las coníferas sólo tienen dos tipos de células, fibras longitudinales de madera
denominadas traqueidas y células de rayos transversales. Asimismo, las coníferas
carecen de los vasos que tienen las frondosas para el transporte del agua,
realizando esta función a través de las traqueidas. Otra característica particular de
las especies coníferas como pinos, abetos y alerces es la presencia de canales de
transporte de resina que sirve como defensa contra las lesiones.

4.1. Coníferas.

Las coníferas (nombre científico Pinidae), son el grupo más ecológica y


económicamente importante de gimnospermas. Los miembros de este grupo son
llamados coníferas porque la mayoría lleva las semillas en estructuras
especializadas llamadas conos. Los conos protegen a los óvulos y después a las
semillas, y facilitan la polinización y la dispersión.

La mayoría de las coníferas son árboles de porte monopódico, a menudo con una
copa en forma de cono, lo que ha conducido a múltiples interpretaciones erróneas
acerca de su nombre, pero también hay arbustos y matas entre la familia de las
coníferas, como es el caso del enebro.

Algunas características de las especies coníferas:

• Son las especies dominantes en climas fríos de las latitudes altas y de la


s altas montañas de latitudes medias e incluso tropicales.
• La gran mayoría son de hoja perenne, aunque existen algunas de hoja caduca
como el alerce.
• Engloban a los árboles y arbustos más antiguos del planeta, superando los
290 millones de años de antigüedad. Una de sus especies, la secuoya, ostenta l
os récords de longevidad, puede vivir más de 2.000 años, y de altura, llegando
a alcanzar los 140 metros.
• La polinización se produce por la acción del viento, que transporta el pol
en desde las piñas masculinas hasta las femeninas, donde se encuentran las sem
illas.
• Las coníferas, por lo general, son fáciles de trabajar y especialmente apr
eciadas por el hombre.
• Gran variedad de usos. Su materia prima se utiliza para la construcción, p
ero también en la elaboración de mobiliario, molduras, puertas y ventanas, pro
ducción de papel y para diversos tipos de tableros (aglomerado, mdf, algunos c
ontrachapados etc.).
• Las especies comerciales más comunes: abeto. Cedro Rojo del Pacífico, Heml
ock Oriental, Pino Amarillo del Sur, Pino Oregón y Pino Silvestre.

4.2. Frondosas

La especie de las frondosas pertenecen a la división de las angiospermas


dicotiledóneas, es decir semillas encerradas en ovarios que tras la fertilización se
desarrollan en plantas con flor.

En principio y salvo excepciones, las maderas frondosas son más densas y duras
que las maderas coníferas, aunque existe tal variedad en las maderas frondosas
que entre ellas se encuentra la que posiblemente sea la madera ligera (madera de
balsa, de unos 160kg/m3) y maderas sumamente pesadas (guayacán, 1250
kg/m3).
Las especies frondosas son, más que comunes, muy valoradas por el hombre por
sus valores estéticos. Así, el precio de la madera de algunas especies de frondosas
puede duplicar e incluso triplicar el de la madera de las coníferas.

La dureza y las tensiones de su estructura hacen que la madera de las frondosas


sea usualmente difícil de trabajar, por lo que requiere de técnicas de trabajo e
incluso herramientas especiales.

Las especies frondosas se pueden dividir en dos tipos a raíz de su diferente


ubicación, las frondosas tropicales y las boreales o templadas.

Las frondosas tropicales

Son originarias principalmente de África, Asia y Sudamérica.


Entre ellas, como las más comerciales en nuestro país, pueden figurar las
comúnmente llamadas “maderas rojas” o “Abebays”, que por tendencias
estéticas, han sido las de mayor consumo a finales del siglo XX en nuestro país.
Éstas engloban al sapelly, sipo, Ukola, Lauan, bossé, bubinga, etimohe, Doussié, y
otras maderas de similar tonalidad.

También las maderas frondosas tropicales, en especial las de mayor densidad,


tradicionalmente se han venido utilizando para tarimas y parquets. Su gran
dureza, aumenta la durabilidad mecánica (hundimientos por impacto, desgaste
por abrasión, Etc.) -maderas como Merbau, Elondo, Jatoba, Ipé, Cumarú y Sucupira
entre otras. Estas maderas ocasionalmente adquieren mala fama (dicen de ellas
“rabiosas” debido a una equivocada comercialización, ya que se compran
elaboradas en origen a altos grados de humedad y luego se estabilizan a zonas de
la España seca, o mismamente al ambiente de una casa calefactada, dando lugar
a severas fendas y torceduras incluso a posteriori de la instalación en obra. Como
estas maderas son muy fuertes, ocurre en ocasiones que levantan incluso los
sistemas de fijación y arrancando soleras.

Sin embargo debido a tan extensa familia, encontramos maderas de lo más


dóciles por su baja densidad, como el la Samba o el Ayous, muy utilizadas para
listonaje y molduras de pequeñas secciones.

Las frondosas tropicales se presentan generalmente en forma de troncos de


grandes dimensiones. Con facilidad se pueden conseguir piezas largas y anchas
exentas de defectos (así como, según el proceso de aserrado, piezas medianas y
pequeñas).

El polvillo y el serrín de algunas especies tropicales (por ejemplo, la Mansonia,


Bossé, Iroko y Ukola) en ocasiones irritan la piel y mucosas de ciertas personas.
Esto es evitable fácilmente con una buena ventilación de las instalaciones y en
algunos casos el empleo de mascarillas; nada que exceda de los requerimientos
mínimos en seguridad laboral.

En cuanto al pintado o barnizado de las tropicales, no se encuentra ningún


problema. Absorberán más o menos dependiendo directamente de la
impregnabilidad intrínseca de cada madera. Solamente la madera de Iroko
requiere precauciones especiales, ya que contiene un antioxidante enérgico, la
cloroforina, que dificulta el secado de los aceites. La pintura, en ocasiones, se
agrieta y toma un color pardo. Para esta madera se deben utilizar pinturas sin
aceites secantes o eliminar la capa superficial de estos antioxidantes para así
dejar polimerizar al protector superficial o decorativo.

Las frondosas boreales o templadas.

Las frondosas boreales o templadas provienen de Norteamérica o de Europa.


Entre ellas destacan maderas de tradicionalmente de gran consumo como son el
Roble, Haya, Cerezo, Castaño y Nogal, así como otras de menor consumo como
Fresno, Maple, Aliso, etc.

Estas maderas habitualmente tienen su homólogo transoceánico. Así tenemos el


Roble Americano y el Europeo, con sus subespecies y de igual manera el Fresno,
Nogal, Castaño, etc.

Su apariencia es similar, pero su comportamiento, grano y estructura diferentes.

Las frondosas templadas son los habituales en carpintería de interior, por su no


muy alta densidad, facilidad de trabajo y por tener conocimientos sobre ellas más
experimentados.

Además, por el menor diámetro de sus troncos, aparece menor limpieza, por lo
que se encuentra en varias clasificaciones para su mayor aprovechamiento.

 5. La conversión de la madera

La mayor parte de la madera usada por el hombre proviene del tronco de los
árboles. También se puede emplear el material de las ramas, pero presenta unas
desventajas tales como la asimetría en el crecimiento que da lugar a maderas
inestables que se deforman y agrietan con facilidad que conduce a que el hombre
tienda a desechar las ramas.

Una vez que se han realizado las tareas de talaje del árbol, la madera se corta en
rollizos y es trasladada a las serrerías para su transformación. Los rollizos de
mayor con grandes y uniformes fustes, que suelen ser los de mayor calidad, por lo
general se emplean en la elaboración de chapas.

5.1. Proceso de aserrado


La operación de descortezado consiste en separar la corteza de la madera, al
tiempo que se eliminan las ramas del tronco. La corteza puede resultar de
especial interés como en el caso del alcornoque, o servir como materia prima
para la elaboración de productos derivados como tableros artificiales, combustible
en los hornos del propio aserradero, acondicionador de suelos para jardinería, etc.

Los objetivos que se pretenden conseguir con el descortezado son varío, entre los
que tenemos: Facilitar el aserrado, con lo que las máquinas aserradoras tienen un
mayor rendimiento; controlar el desarrollo de insectos que anidan en la corteza;
acelerar el proceso de secado de la madera verde; hacer posible su
aprovechamiento para la obtención de partículas de madera.

La primera transformación de los rollizos de madera se realiza mediante cortes


con sierres de cinta o sierras circulares de gran tamaño. Cuando no existían estas
técnicas el corte de madera se realizaba a mano con una sierra larga con doble
empuñadura. Uno de los aserradores se situaba en un foso bajo el rollizo y el otro
aserrador se colocaba sobre éste. Accionando la sierra hacia arriba y hacia abajo
iban transformando el rollizo en tablones o vigas.

Con los métodos modernos, los principales tipos de corte que se obtienen se
conocen como ‘corte tangencial y ‘corte radial’.

La madera de corte tangencial es aquella en la que los anillos de crecimiento


aparecen con un ángulo inferior a 45 grados.

Por otra parte, la madera radial constituyen las piezas en las que los anillos de
crecimiento se encuentran en un ángulo inferior a 45º con respecto a la cara de la
pieza.
Dichos cortes también se conocen como pieza rameada en la cara (corte
tangencial) y pieza mallada en la cara (corte radial).

Las piezas radiales o malladas presentan mayor estabilidad debido a que no hay
diferencia de tensiones entre cada cara. Sin embargo, en la madera tangencial o
rameada, aunque sí que presenta tensiones entre las caras, es muy apreciada por
su valor estético.

En este sentido, la estabilidad y el aspecto de la madera vienen determinados por


el corte en relación a los anillos anuales de crecimiento.

 6. Principales productos de la
madera

En el punto anterior hemos visto el proceso de aserrado de la madera para su


utilización industrial. Por medio de otras manipulaciones se obtienen diversos tipos
de productos de mayor o menor complejidad dependiendo del fin que se quiera
obtener y de las cualidades de la madera en cuestión.

6.1. La Chapa de la madera


Las chapas de madera son láminas u hojas de madera muy delgadas que son
cortadas a partir de un rollizo con fines estructurales u ornamentales. Los rollizos
de los que se extrae para uso decorativo por lo general son los mejores en cuanto
a grano y dimensiones, aunque también se extraen láminas de menor calidad
para zonas de trabajo no visibles, contrabalanceados, etc,.

La proliferación de chapas de madera permite utilización de forma rentable dic


ho elemento.

La fabricación de chapas exige unos conocimientos de especialista en el


comprador de la madera, ya que el comprador de rollizo ha de tener habilidad
suficiente para determinar la utilidad de un rollizo en concreto para ser convertido
en chapas viables desde el punto de vista comercial. Basándose en su
conocimiento y experiencia, tiene que evaluar cuál es el estado de la madera del
interior del rollizo a partir de un examen superficial.

Mirando las testas del rollizo, el comprador debe ser capaz de determinar la
calidad de la madera, el previsible veteado de la chapa, el color, y la relación
entre el duramen y la albura aparte de la existencia e importancia de cualquier
mancha y de cualquier vicio o defecto, como acebolladuras, corteza encarnada, o
nudos excesivos o conductos o bolsas de resina.
En cuanto a lo que se refiere a la persona o personas encargadas de la
manufacturación de los rollizos en láminas o chapas, se encargará en un primer
estadio en valorar el sistema más apropiado de corte para obtener el mayor
número posible de chapas de calidad.

El proceso de tratamiento empieza con la inmersión del tronco en un sistema de


cocción o en agua caliente durante un periodo de días o semanas, hasta dejar la
madera lo suficientemente blanda para facilitar el corte. En el caso de las
maderas claras este procedimiento no se lleva a cabo debido a la posibilidad de
que la madera pierda su color original a tenor de este proceso.

En cuanto al corte de la chapa, en la actualidad es realizado principalmente de


dos maneras posibles: a la plana o por desenrollo.

Corte a la plana: consiste en deslizar longitudinalmente una cuchilla de corte e ir


sacando chapas. Hay dos máquinas para operar ambas de gran precisión, ya que
es necesario señalar que capa chapa tendrá unos 0,6mm de grosor. La primera
máquina mueve la cuchilla deslizándose por el tronco, mientras que la otra
máquina mueve el tronco deslizándolo contra la cuchilla.

Usualmente se van cortando la chapa a la plana, el resultado se va apilando por su


orden de corte, donde pasan a un proceso de secado antes de su clasificación. Se
recuadran en una guillotina y se clasifican atendiendo a la presencia de defectos
naturales o de sierra, grosor, tipo de veteado y color.
Las chapas de mayor calidad se conocen como ‘chapas de cara’, y serán más
caras que las ‘chapas de cruz’, que serán más pobres o estrechas.

Corte por desenrollo: se usa más para la extracción de chapas para la fabricación
de tableros contrachapados. Se opera en un gran torno horizontal. Primero se
calibra el tronco hasta que tenga el mismo diámetro a todo el largo a modo de
torno convencional. A continuación se acerca la cuchilla al torno levantando unas
primeras capas gruesas hasta que empieza a salir la madera de calidad. Entonces
se comienza a sacar las chapas a gran velocidad desenrollando en continuo y
deslizándolas por una cinta.

Las aplicaciones de las chapas de madera, cualquiera que sea su corte, van desde
el uso industrial en la fabricación de tableros rechapados y contrachapados,
puertas y perfiles como moldaduras y cercos, hasta la ebanistería fina como los
chapados en marquetería y grecados.

6.2. Tableros de madera

Los tableros de madera surgen con la necesidad de cubrir superficies de mayor o


menor tamaño dentro de la carpintería, ya que hasta la invención de los primeros
contrachapados a principios del siglo XX, se tenía que recurrir a empalmar tablas
por canto y la precisión de estas uniones dependía en gran medida de la destreza
del carpintero. Además, se requerían herramientas muy precisas, por ello la
llegada tan tardía al mundo de la carpintería.

Un tablero se podría definir como un plano de material, generalmente madera, de


grandes dimensiones de largo y ancho respecto al grueso.

Tableros contrachapados

Está formado por un número impar de chapas encoladas, dispuestas


simétricamente y de manera que la dirección de la fibra de una chapa sea
perpendicular a la siguiente. De esta forma se consigue un material con
propiedades mecánicas parecidas en todas las direcciones del plano del tablero.
Los adhesivos empleados son resinas fenólicas o de resorcina. Es el tablero para
uso estructural más típico. El uso más frecuente es portante y de arriostramiento
en elementos superficiales para muros, entrepisos y cubiertas.

Dentro de los contrachapados se encuentran los tableros fenólicos, plywood y


algunos tipos de tableros multicapa. Se compone de tres o cinco tableros
alistonados encolados (listones de madera maciza forrados con una hoja de
madera) colocados a contrafibra. Las capas exteriores tienen por lo general de 4 a
9 mm de espesor y las interiores son de 4 a 50 mm. El tipo y calidad de la madera,
así como los diferentes grosores de las capas, determinan valores mecánicos
diferentes para tableros de igual espesor. Las dimensiones del tablero van de 13 a
diferentes para tableros de igual espesor. Las dimensiones del tablero van de 13 a
75 mm de espesor, 1,25 a 3 m de ancho y de 5 a 25 m de longitud (con empalmes
dentados).

Su uso más frecuente es como elemento portante y de arrostramiento para muros,


entrepisos y cubiertas, y en fachadas trasventiladas.

Tablero OSB o de virutas orientadas

Es un tipo de tablero de aparición más reciente y también tiene una orientación


específica para el uso estructural, aunque es frecuente su empleo como material
de revestimiento en interiores e incluso exteriores.

Está fabricado con tiras de madera alineadas entre sí, que luego son unidas y
colocadas en varias capas mediante el uso de adhesivos químicos. Estas capas,
posteriormente son prensadas de acuerdo a una orientación predeterminada,
otorgándole al tablero características de alta resistencia y rigidez.

En muchas de las aplicaciones estructurales los tableros OSB están sustituyendo a


los tableros contrachapados, al que, en cierta manera, es similar.

Un uso reciente de este material es en la fabricación de viguetas mixtas


confección en doble T sirviendo de alma a dos cabezas de madera maciza o
laminada.

Tablero aglomerado o de partículas

Es un tablero de partículas fabricado con chips, virutas de madera y aserrín, que


son mezclados con adhesivos, para luego ser prensados en grandes placas planas
de diversos tamaños y espesores. Lo ideal es que las partículas queden paralelas
al plano de superficie. Sus aplicaciones estructurales son menos frecuentes que en
los casos anteriores, ya que la mayoría de la producción se orienta a la carpintería
no estructural (puertas, muebles, etc.). Su aplicación más típica como elemento
resistente es la de base de cubiertas y a veces como cerramiento de entrepisos.

Tablero de fibras duro o duraboard

Fabricados a partir de fibras húmedas a gran presión y elevada temperatura,


empleando las resinas naturales contenidas en las mismas o adhesivos. Su
densidad varía entre 800 y 1000 kg/m3 (requiriéndose al menos una densidad de
950 kg/m3 para un uso estructural) y su espesor no supera los 5mm por lo general.

Se usa principalmente en la industria del mueble y de la carpintería de puertas. Al


igual que el tablero OSB, el hardboard se utiliza también como alma de viguetas
mixtas doble T.

Tableros MDF o de fibras de densidad media

El tablero MDF (del inglés Medium Density Fiberboard) se fabrica extrayendo la


fibra de celulosa de los chips de madera, que luego se mezcla con adhesivos y
posteriormente se prensa en caliente en grandes placas planas de distintos
formatos y espesores. Su densidad está comprendida entre 600 y 800 Kg/m3 (para
usos estructurales la densidad mínima aceptable es de 650 kg/m3). Desde el punto
de vista estructural tiene menos aplicaciones todavía que el tablero aglomerado
ya que presenta una deformación por fluencia más acusada. Es efectivo como
elemento rigidizador en muros panelizados, cubiertas y falsos techos, pero debe
despreciarse su efecto en entrepisos y paneles de cubierta.

Tableros de madera-cemento

Combinación de cemento portland y partículas de madera, que actúan como un


armado, sometida a una elevada presión. Su densidad es del orden de los 1000
kg/m3. Ejerce una función portante y rigidizadora si se emplea para revestir
elementos superficiales de madera. Con una protección adecuada puede
emplearse como revestimiento exterior. Tiene una favorable clasificación de
reacción al fuego.

Paneles sándwich y prefabricación

Los paneles sándwich son productos prefabricados formados por un alma de


material aislante (generalmente espumas sintéticas) y dos paramentos derivados
de la madera. A veces los paneles incluyen barrera de vapor y hasta un
enrastrelado para la colocación de la teja en la cubierta; en otros casos, más
simples, el panel sólo dispone de un tablero en una de las caras; y algunos tipos,
denominados paneles armados, incluyen largueros de madera maciza en el alma
del panel para conseguir una mayor capacidad de resistencia a la flexión. Su
empleo más típico es el de panel de cubierta.

La utilización de paneles de madera prefabricados de manera generalizada da


lugar a la construcción denominada panelizada (ver Nuevos sistemas en pg. 33).
Con los paneles se fabrican los cerramientos y fachadas, las cubiertas y los
entrepisos. En este caso se prefabrica toda la construcción en taller y el montaje
en obra se realiza en unos pocos días.

Madera laminada encolada

La madera laminada encolada aparece a principios del siglo XX cuando el alemán


Friedrich Otto Hetzer obtuvo su primera patente en 1901 para vigas rectas, como
resultado de una búsqueda de superar las limitaciones de la madera natural. La
estrategia que sigue es utilizar piezas de pequeña escuadría, abundantes en el
mercado, para fabricar piezas de tamaño casi ilimitado.

Debido a las restricciones que existían para el acero durante la II Guerra Mundial,
la madera constituía una alternativa muy oportuna favoreciendo enormemente el
desarrollo de la madera laminada en los EEUU. Se estima que en 1942, se
ahorraron más de 360.000 toneladas de acero estructural al construir con madera.
Se utilizó para la construcción de edificios, hangares para aviones, palets, cajas de
transporte e incluso en aviones.
La madera laminada es un componente estructural industrializado realizado
mediante encolado de láminas de madera maciza escuadrada de igual espesor
(entre 15 y 50mm), con la dirección de la fibra sensiblemente paralela. Su altura
varía entre 20 y 200 cm. Por lo general las piezas se unen entre sí por medio de
unión finger-joint3 en sentido longitudinal y una pieza sobre otra, pegadas con
adhesivo en lascaras. Esto es lo que permite tener elementos estructurales de
largos mayores a 30 m. Para vigas de entre 20 y 30 cm de canto, se usa una única
lámina por capa. Para cantos mayores, se unan dos o más láminas en una misma
capa, encolándoselos bordes en contacto.

Este tipo de producto nos permite utilizar varios tipos de madera en una misma
pieza según los requerimientos estructurales lográndose bajar los costos del
producto; por ejemplo se pueden utilizar mejores calidades de madera en los
extremos de una viga (con una resistencia mayor al esfuerzo cortante) y en el
resto de la pieza se puede utilizar una madera de menor calidad.
La madera laminada es un producto industrial que se ha utilizado en el mundo
desde hace muchos años, pero en las últimas cuatro décadas su uso se ha
incrementado notoriamente.

Este producto tiene una alta aplicación en la vida cotidiana de las sociedades
desarrolladas.

Nuevos productos industrializados de uso estructural

Hace unos 15 ó 20 años se desarrollaron en EEUU una serie de productos para uso
estructural que, bajo la denominación genérica en inglés de engineering wood
products, han invadido el mercado de la industria de la madera bajo sus siglas en
inglés: madera microlaminada (LVL, Laminated Veneer Lumber), madera
reconstituida o perfiles aglomerados de astillas (PSL, Parallel Strand Lumber),
viguetas en doble T, etc. Sus objetivos son el aprovechamiento máximo de los
rollos de pequeño diámetro y obtención de productos de alta resistencia y
propiedades con reducida variación y completamente tipificados. En este sentido
estos productos se asemejan a los productos normalizados de los perfiles de
acero.

Madera microlaminada (LVL)

Está formada por el encolado, con resinas fenólicas, de chapas con la fibra en una
misma dirección (al contrario de lo que ocurre con los tableros contrachapados).
En algunos casos se coloca una pequeña proporción de las chapas en sentido
transversal. El espesor de las chapas varía entre 2,5 y 4,8 mm y se emplean
especies coníferas (pinos). La pieza resultante tiene canto variable de entre 27 y
89 mm, un ancho máximo de 1800 mm y una longitud de hasta 26 metros.

A partir de este producto se obtienen perfiles de sección rectangular que son


utilizados como vigas, sustituyendo a los perfiles metálicos a los que era necesario
recurrir anteriormente. Su resistencia a la flexión es del orden del doble de la
resistencia de una madera maciza de calidad normal. Esta mejora se consigue
gracias al laminado que en la práctica elimina el efecto de reducción en la
resistencia que tienen los nudos y otros defectos naturales de la madera. También
se utiliza como pilares, cerchas y alas de perfiles prefabricados.
Madera reconstituida o perfiles de aglomerado de astillas (PSL)

Se obtiene por encolado, con resinas fenólicas, y prensado de grandes astillas de


madera (se utilizan especies coníferas) de 0,8 mm de espesor, 25 a30 mm de
ancho y 300 mm de largo, dispuestas en sentido longitudinal o transversal al eje
principal. Se fabrica en sección rectangular con un canto de hasta 483 mm, un
ancho de 280 mm y largos de hasta 20 metros. Sus propiedades mecánicas son
similares alas de la madera microlaminada y se utilizan como vigas y pilares en
general.

6.3. Propiedades de la madera

Las propiedades físicas de la madera son aquellas que determinan su


comportamiento frente a los distintos factores que intervienen en el medio
natural, sin producir ninguna modificación mecánica o química. Estas propiedades
engloban a las que determinan su comportamiento:

1. A la iluminación (color, brillo y textura)


2. La posibilidad de emitir partículas gaseosas (olor)
3. Con el agua (contenido de humedad, succión, hinchazón, merma)
4. A la gravedad (peso específico, densidad, porosidad)
5. Al calor (conductividad térmica, gradiente de temperatura, dilatación
térmica)
6. A las vibraciones acústicas (conductividad del sonido, transmisión del sonido,
resonancia).
7. A la acción de la corriente eléctrica (conductividad y resistencia eléctrica,
etc.)
8. A la penetración de la energía radiante (radiaciones ultravioleta, infrarrojos,
rayos X, etc).
9. A la penetración de los gases y fluidos (permeabilidad).

Contenido de humedad de la madera

El contenido de humedad de la madera, “h”, se define como la masa de agua


contenida en la madera, expresada como porcentaje de la masa anhidra.

h = (Ph - P0) x 100 / P0

Siendo: Ph = peso húmedo de la probeta. P0 = peso anhidro de la probeta,


obtenido por desecación en estufa a una temperatura de 103 ± 2 ºC. En la fórmula
se observa que el numerador representa la masa de agua que tiene la madera.

Hinchazón y merma de la madera

La variación del contenido de humedad produce en la madera una variación de


sus dimensiones. Cuando aumenta dicho contenido se hincha, mientras que
cuando disminuye se contrae o merma. Estos movimientos sólo tienen lugar
cuando su contenido de humedad se encuentra por debajo del punto de
saturación de las fibras (aproximadamente cuando tienen una humedad del 30%),
a partir del 30% sólo se produce un aumento de peso y su volumen permanece
prácticamente constante.

Debido a su anisotropía, las variaciones dimensionales no serán las mismas en las


direcciones axial, radial y tangencial. Estas contracciones o mermas modifican
también como es natural su volumen. Para evaluarlas se han definido los
coeficientes de contracción: contracción volumétrica total, contracción tangencial
y contracción radial.

La diferencia entre la contracción radial y la tangencial es la causa por la que se


deforman las maderas durante el proceso de secado; por esa razón, en
ebanistería se emplean maderas cuyas contracciones radiales y tangenciales son
muy parecidas, siendo más apreciada la madera cuanto menor es la diferencia
entre ambas. Según sus coeficientes la madera se clasifica como: muy nerviosa,
nerviosa, moderadamente nerviosa y poco nerviosa

Densidad

La densidad de la madera se define como la relación entre su masa y su volumen,


y es necesario referirla a un determinado contenido de humedad, generalmente el
12 %. La densidad de las maderas es muy variables, de forma particular las
coníferas más utilizadas en la construcción tienen una densidad comprendida
entre 400 y 550 kg/m3 y las frondosas entre 600 y 700 kg/m3. Según su densidad
se pueden clasificar en: muy ligera, ligera, semipesada, pesada, muy pesada.

Dureza
Se define como la resistencia que opone la madera a la penetración de cuerpos
extraños como ciertas herramientas, clavos, tornillos, etc. La dureza está
relacionada con la densidad y tiene una marcada importancia en su relación con
la dificultad de su trabajo ya sea realizado manual o mecánicamente. Las maderas
se clasifican como: blandas, semiduras y duras.

Propiedades térmicas

Los coeficientes de dilatación de la madera son muy bajos (del orden de 3 a 6 A 10


6 en la dirección paralela y de 30 a 70 A 10 6 en la perpendicular), por lo que se
puede decir que apenas se dilata.

Así mismo la madera es un mal conductor del calor debido a la escasez de


electrones libres., por ejemplo el coeficiente de conductividad calorífica de la
coníferas (pino y abetos) en la dirección perpendicular varía aproximadamente de
0,09 a 0,12 kcal / mhºC.

El calor específico de la madera es bajo, varía de 0,4 a 0,7 Kcal/kgºC, lo que


significa que no necesitamos mucho calor para llegar a los 150ºC, temperatura a
la que empiezan a desprenderse gases combustibles y por tanto a aparecer las
llamas.

Una vez que la madera entra en combustión hay que tener un cuenta la formación
de carbón en las capas externas, que retrasa la difusión del calor hacia su interior
constituyendo una barrera térmica que actúa como aislante. La zona interior de la
pieza no sufre apenas ninguna modificación y conserva intactas sus propiedades
mecánicas, el acero o el hormigón se comportan de forma totalmente diferente.
La velocidad de carbonización aproximada de la madera es de 0,7 mm/mn.

A pesar de que es un material inflamable a temperaturas relativamente bajas, en


relación con las que se producen en un incendio, es menos peligroso de lo que la
gente se piensa por las siguientes razones:

1. Su baja conductividad térmica hace que la temperatura disminuya hacia el


interior.
2. La carbonización superficial que se produce impide por una parte la salida
de gases y por otra la penetración del calor.
3. Al ser despreciable, su dilatación térmica no actúa sobre las estructuras y no
las deforma.

Propiedades acústicas

Las propiedades acústicas de la madera permiten, además de la fabricación de


elementos materiales, su utilización en la construcción si se conoce su
comportamiento y sobre todo como diseñar e instalar los elementos de madera.

Absorción de sonido: Los materiales absorbentes de sonido pueden ser de dos


tipos: porosos y paneles resonantes. Los paneles de madera maciza o los tableros
derivados a la madera adheridos a superficies rígidas son pobres absorbentes del
sonido (absorben entre el 5 - 10% y reflejan más del 90%); dejando la superficie de
la madera en forma rugosa se aumenta muy ligeramente la absorción. Por el
contrario las placas acústicas porosas fabricadas con fibras
de madera pueden absorber más del 90% del sonido y reflejar el resto. Los
paneles de tableros contrachapados pueden utilizarse como paneles resonantes,
diseñados para absorber sonidos de baja frecuencia, que se colocan separados de
la superficie rígida unos centímetros.

Transmisión del sonido (tabiques o suelos) - ruido aéreo. La pérdida de transmisión


se rige por la ley de masas, cuanto mayor sea la masa por unidad de superficie del
tabique la transmisión será menor. Esta ley indica que la madera, de forma aislada
no es un buen aislante acústico; pero si las paredes o suelo constan de dos o más
elementos de madera y se incorporaran otros productos con mejores propiedades
acústicas, de tal forma que queden sin contacto entre sí
(rotura de los puentes acústicos), se consigue un buen nivel de aislamiento. El
diseño y composición del tabique o suelo es de gran importancia para mejorar sus
prestaciones acústicas.

Aislamiento de impactos (suelos - techos) - ruido de impactos. Mide el grado en


que un suelo o techo produce la transmisión del ruido de pisada u otros impactos.
Los mejores resultados se consiguen con suelos pesados y no resonantes, en
ambos casos la madera está en desventaja. Pero al igual que en el caso de
transmisión una posible solución se centraría en el diseño y composición de estos
elementos.

Propiedades eléctricas

La madera en estado seco es un aislante excelente, pero su resistencia ohmica


desciende bruscamente al aumentar la proporción de agua.

Propiedades mecánicas

Las propiedades mecánicas dependen de la especie botánica del árbol y de las


condiciones de crecimiento de éste, puesto que estos factores determinan la
velocidad de crecimiento y la presencia de defectos. Al igual que en las
propiedades físicas, el grado de humedad influye notablemente sobre las
propiedades mecánicas. Por ello, éstas se referirán siempre a maderas secas, con
un contenido del 12% en humedad. También resultará importante diferenciar los
resultados obtenidos para las diferentes propiedades, según la dirección sobre la
que se apliquen los diferentes tipos de esfuerzos.

La resistencia a la compresión: es la facilidad a ser comprimida al aplicarle un


esfuerzo, el cual puede darse en dos direcciones: paralela y perpendicular al
grano, siendo máxima la resistencia para la dirección paralela y mínima para la
perpendicular. Por otro lado, a partir de un contenido de humedad del 30%, la
resistencia a la compresión permanece constante, pero hasta el 30% la resistencia
aumenta al decrecer la humedad.

La resistencia a la tracción: se trata de medir la resistencia de la madera cuando


se aplican dos esfuerzos, en igual dirección y sentido opuesto, dirigidos hacia
fuera de la pieza en estudio. Al igual que para la compresión, esta resistencia será
muy pequeña si los esfuerzos son perpendiculares a las fibras, pero si se aplican
paralelos a éstas se observa una gran resistencia, siendo éste un comportamiento
general a la mayoría de las maderas. En cuanto a la influencia de la humedad, se
observa que al aumentar ésta, disminuye la resistencia.

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