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MÓDULO ÚNICO
CARRERA: ABOGACÍA
CURSO: 3º AÑO
AUTOR:
Dra. MARÍA ROSA AYALA DE YÁÑEZ
PROF.: Dr. ROBINSON RODRÍGUEZ
SALTA - 2013
1
2
Educación
A DISTANCIA
AUTORIDADES DE LA UNIVERSIDAD
CANCILLER
Su Excelencia Reverendísima
Mons. MARIO ANTONIO CARGNELLO
Arzobispo de Salta
RECTOR
VICE-RECTOR ACADÉMICO
VICE-RECTOR ADMINISTRATIVO
SECRETARIO GENERAL
3
4
Indice general
2.1. Clasificación de los contratos ................. 59 4.7. Los inhabilitados .................................. 104
2.3. Contratos unilaterales y bilaterales 4.9. Incapacidad relativa de derecho ........... 105
(art.1138 CC) ........................................... 66 4.10. Capacidad para los pequeños
2.4. Contratos a Títulos Oneroso y a Título contratos ................................................ 107
Gratuito (ART. 1.139 CC) ......................... 67 4.11. Nulidad por incapacidad ..................... 107
2.5. Contratos consensuales y rerales .......... 71 4.12. Efectos de los contratos en razón
2.6. Contratos formales y no formales........... 72 de las distintas incapacidades ................ 109
2.7. Contratos nominados e innominados ..... 72 4.13. Efecto de la nulidad por incapacidad .. 109
4.14. Quien puede pedir la nulidad por
incapacidad de hecho ............................ 110
UNIDAD III
3.1. Consentimiento ...................................... 77
UNIDAD V
3.2. Proceso de formación del
consentimiento ......................................... 82 5.1. Prestación ............................................ 116
5
5.2. Requisitos del Objeto ........................... 117 UNIDAD X
5.3.Valor patrimonial del objeto .................... 119 10.1. Excepción de cumplimiento ................ 223
5.4. Existencia de la cosa ........................... 120 10.2. Señal o arras ...................................... 229
5.5. Pactos de institución, de renuncia 10.3. Pacto comisorio: (Ver Arts. 1203,
y de disposición ..................................... 121 1024 Y 1374 CC) ................................... 231
5.6. Bienes futuros en la donación .............. 121 10.4. Pacto comisorio legal ......................... 234
5.7. Cosas litigiosas, prendadas ................. 122 10.5. Pacto comisorio convencional ............ 235
10.6. Evicción ............................................. 235
UNIDAD VI 10.7. Vicios Redhibitorios............................ 241
6.1. La causa .............................................. 127
6.2. Causa del acto jurídico y de la UNIDAD XI
obligación ............................................... 127
11.1. Interpretación de los contratos ........... 247
6.3. Presunción de la existencia de causa .. 134
11.2. Materia ............................................... 248
6.4. Falsa causa ......................................... 134
11.3. Objeto ................................................ 248
6.5. Causa ilícita ......................................... 134
11.4. Criterio del Código Civil ...................... 250
11.5. Clases de interpreación...................... 251
UNIDAD VII 11.6. Caracteres de las reglas de
7.1. Forma de los contratos ........................ 139 interpretación ......................................... 253
7.2. Conversión del negocio jurídico ........... 140 11.7. Interpretación filologicas, según las
palabras ................................................. 253
7.3. Documento y declaración ..................... 141
11.8. El espíritu de la norma ........................ 254
7.4. Formalidad del doble ejemplar .............. 141
11.9. Interpretación según la buena fe......... 255
7.5. Análisis del Art. 1.184 del Cód. Civil ..... 145
11.10. Interpretación Factica ....................... 256
7.6. Contratos que debiendo ser hechos en
esctritura pública se extendieren en 11.11. Interpretación conservadora ............. 256
documentos privados o verbalmente ...... 146 11.12. Interpretación a favor del deudor ...... 257
7.7. Boleto de compraventa ........................ 149 11.13. Integración del contrato .................... 259
7.8. Naturaleza jurídica del boleto de
compraventa .......................................... 153
LA LEY 17.711 ............................................ 181
UNIDAD XII
12.1. Extinción de los contratos .................. 289
12.2. Revocación ........................................ 291
UNIDAD VIII
12.3. Nulidad ............................................... 293
8.1. Prueba ................................................. 195
12.4. Desistimiento ..................................... 294
12.5. Teoría de la imprevisión (Excesiva
UNIDAD IX onerosidad sobreviniente) ...................... 296
9.1. Efecto de los contratos ........................ 205 12.6. Dirigismo contractual - Crisis del
9.2. Sucesores universales ........................ 205 contrato .................................................. 300
9.3. Efectos de los contratos entre las 12.7. Lesión ................................................ 301
partes y terceros .................................... 212
UNIDAD XIII
1. Contrato de compraventa ........................ 309
6
2. Críticas a la definición legal ..................... 309 14.4. Emancipados ..................................... 346
3. Transmisión de dominio .......................... 310 14.5. Incapacidades para comprar
(artículo 1.361) ....................................... 347
4. Compraventa civil y comercial ................ 310
14.6. Obligaciones y Derechos del
5. Caracteres del contrato de compraventa 311
Vendedor................................................ 350
6. El problema de la forma ........................... 312
14.7. Lugar de la entrega de la cosa ........... 352
7. Diferencias del contrato de compraventa con
14.8. Facultad resolutoria del vendedor de
otros contratos ....................................... 314
cantidades de cosas .............................. 354
8. Consentimiento ....................................... 318
14.9. Régimen de los plazos ....................... 357
9. Compraventas forzosas o necesarias .... 318
14.10. Obligaciones y Derechos del
10. Cosas que pueden ser vendidas. Comprador ............................................. 357
Requisitos .............................................. 320
11. Venta de cosas total o parcialmente
ajenas .................................................... 324 UNIDAD XV ...................................... 361
12. Cosa futura ........................................... 325
13. Modalidades de la venta de cosas UNIDAD XVI
muebles ................................................. 325 Cesión de Créditos ..................................... 365
14. Efectos de la aceptación de la cosa ...... 329
15. Efectos de falla ..................................... 329
UNIDAD XVII
16. Venta por junto ...................................... 330
17.1. Locación de cosas ............................. 373
17. Venta por peso, cuenta o medida .......... 330
17.2. Obligaciones del locatario .................. 381
18. Formas usuales en la venta de
17.3. La autorización para mejoras ............. 385
inmuebles: Venta ad corpus, o sin
indicación del área por un precio único ... 331 17.4. Los pagos adelantados ...................... 386
19. Venta de un inmueble con indicación 17.5. Cesión y sublocación ......................... 388
de su área y por un precio único: 17.6. Conclusión de la locación ................... 390
(por ejemplo cuando se vende un
terreno de 400 m2 por “x” $) ................... 332
20. Venta de un inmueble sin indicación UNIDAD XVIII
del área a razón de un precio por
18.1. Locación de servicio .......................... 395
unidad de medida ................................... 332
18.2. Obligaciones de las partes ................. 396
21. Venta de un inmueble por indicación
del área a razón de un precio por 18.3. Comparación con otras figuras .......... 396
unidad de medida ................................... 333
22. Venta de varios inmuebles .................... 334 UNIDAD XIX
23. PRECIO ............................................... 336
19.1. Locación de obra ................................ 403
19.2. Sistemas de contratación de obras
UNIDAD XIV públicas y privadas ................................ 404
14.1. Capacidad para celebrar el 19.3. Recepción provisional de la obra ........ 417
Contrato de Compraventa ...................... 345 19.4. Recepción definitiva de la obra ........... 418
14.2. Prohibición de la compraventa entre 19.5. Existencia de vicios o defectos .......... 418
cónyuges ............................................... 345
14.3. Prohibición de contratar los
representantes legales con los UNIDAD XX
incapaces ............................................... 346 20.1. Sociedad ............................................ 431
7
20.2. Forma y prueba del contrato de UNIDAD XXIII
sociedad y su existencia ........................ 433
23.1. Fianza ................................................ 507
20.4. Obligaciones de los socios respecto
de la sociedad ........................................ 437
20.5. Son del dominio de la sociedad .......... 438 UNIDAD XXIV
20.6. La prestación de uso y goce .............. 438 24.1. Contratos aleatorios ........................... 521
20.7. Derechos y obligaciones de la 24.2. Renta vitalicia ..................................... 523
sociedad respecto de terceros ............... 438
20.8. Derechos y obligaciones de los UNIDAD XXV
socios entre sí ........................................ 440
25.1. Depósito ............................................. 531
20.9. La sociedad por tiempo ...................... 441
20.10. La renuncia ...................................... 442
20.11. Derechos y obligaciones de los
UNIDAD XXVI
socios respecto de terceros ................... 442 26.1. Mutuo o prestamo de consumo .......... 543
20.12. Las obligaciones .............................. 443
20.13. Disolución de la sociedad ................. 445 UNIDAD XXVII
20.14. Liquidación de la sociedad y 27.1. Comodato .......................................... 551
partición de los bienes sociales .............. 447
20.15. Elementos de la sociedad ................ 451
UNIDAD XXVIII
20.16. Sociedades civiles y comerciales .... 451
28.1. Cuasi Contratos ................................. 559
UNIDAD XXI
21.1. Donación ............................................ 455
21.2. El Donante ......................................... 456
21.3. Capacidad .......................................... 456
21.4. Forma ................................................ 458
21.5. Prueba ............................................... 458
21.6. Donaciones hechas con cargo ........... 459
21.7. Derechos y Obligaciones del donante 460
21.8. Derechos y obligaciones del donatario 460
21.9. Reversión de las donaciones ............. 462
21.10. Revocación de las donaciones ........ 462
UNIDAD XXII
22.1. Mandato ............................................. 489
8
CURRICULUM VITAE
DATOS PERSONALES:
ESTUDIOS CURSADOS:
ACTIVIDAD DOCENTE:
ACTIVIDAD PROFESIONAL:
* “Seminario de Derecho Civil, Parte Gral.”: dictado por el Dr. José A. Buteler Cáceres,
año 1.963.
9
* “Seminario sobre Nulidades del Acto Jurídico” Instituto de Derecho Civil Henoch
de Aguilar, a cargo del Director del Instituto Dr. José Buteler Cáceres.
* Seminario en el Instituto de Derecho Civil Henoch de Aguilar sobre Responsabili-
dad Extracontractual, a cargo del Dr. José A. Buteler Cáceres.
* Concurrente por el Instituto de Derecho Civil Henoch de Aguilar de la Facultad de
Derecho y Ciencias Sociales al 5º Congreso Internacional de Derecho Procesal,
realizado en Salta.
* Miembro Titular del Instituto de Investigaciones de la Universidad Católica de
Salta desde 1988.
* Trabajo realizado con el Dr. Eduardo González sobre “La Clasificación y Naturale-
za de las Nulidades en el Código Civil”.
* Trabajo realizado juntamente con el Dr. Américo Atilio Cornejo “La Ley 17.801 y el
Régimen Registral”.
* En la Sociedad Argentina de Cirugía de Urgencia Médica, 1ª Jornadas Argentinas
Médicas de Accidentes de Carreteras, aspectos Jurídicos de la misma, Salta,
abril de 1.980.
* Régimen de pagarés hipotecarios.
* Disertante en las Jornadas sobre la Reforma de la Legislación Civil y Comercial
realizadas por el Colegio de abogados de la Provincia de Salta, Junio de 1.994.
* “Filosofía y Hermenéutica de la Ley 23.264 sobre Patria Potestad y Filiación”.
Boletín Judicial del Colegio de Abogados.
* “Aplicación del Desagio en el Canon Locativo”. Boletín Judicial del Colegio de
Abogados.
* “El Divorcio en el Derecho Comparado Latinoamericano”. Doctrina Jurídica T. II.
* “La Constitución Nacional y su Reforma”. Doctrina Jurídica T. IV.
* “El Recurso de Amparo en el Caso Capparelli de Chibán vs. Provincia de Salta”.
Doctrina Jurídica T. V.
10
7º) Disertación en el Colegio de Abogados de Salta, sobre el tema: “Nulidades Sus-
tanciales y Formales”, Abril de 1.992.
8º) Miembro designado por el Colegio de Abogados y Procuradores de la Provincia
de Salta, como “CONCILIADOR Y ARBITRO”, el 29 de Agosto de 1.992 a la
fecha.
9º) Miembro del 6º encuentro de Abogados Civilistas del Instituto de Derecho Civil
del Colegio de Abogados de Santa Fe, en Setiembre de 1.992.
10º)Coordinador en las Jornadas sobre Reforma y Unificación de la Legislación Civil
y Comercial desarrolladas por el Senado de la Nación Argentina y la Facultad de
Ciencias Jurídicas de la Universidad Católica de Salta.
11º)Disertante de las Jornadas sobre la Reforma y Unificación de la Legislación Civil
y Comercial desarrolladas por el Colegio de Abogados de Provincia de Salta,
Julio de 1.994.
12º)Post Grado en Derecho Procesal Constitucional de la Facultad de Derecho y
Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Tucumán, Noviembre de 1.994.
13º)Miembro integrante de la Misión Académica del Primer Encuentro de “Giuriste
Italiani Incontrato I Colleghi Argentini”. Sobre Cuestiones que Suscita en el Dere-
cho Privado, la Existencia del Mercado Común”, 21 de Febrero de 1.995.
11
12
IMPORTANTE
Puede que suceda que no exista una correspondencia total entre puntos del nuevo
programa y los temas desarrollados en el módulo. Este inconveniente fue subsanado
por el Prof. Tutor.
13
14
Carrera: Abogacía
Curso: 3º Año
Materia: Derecho Civil - Contratos
Profesor: Dr. Robinson Rodríguez
Año Académico: 2014
I. Programa de la asignatura
BOLILLA I
1. El Contrato: concepto. Análisis del art. 1137 del Código Civil y de sus fuentes.
Tesis amplia y tesis restringida del contrato. Examen de ambas posturas en nuestra
doctrina. Importancia de la cuestión. El concepto de contrato en el derecho comparado.
2. Ubicación del contrato en la teoría general del derecho. Naturaleza jurídica del
contrato. Contrato y acto jurídico. El contrato como fuente de las obligaciones. Contra-
to, convención y pacto: caracterización en el derecho romano. En el Código Civil. El
contrato y los derechos reales. El contrato y los derechos personalísimos. El contrato y
los actos jurídicos familiares: ¿el matrimonio es un contrato? El contrato y los dere-
chos sucesorios. El contrato y el cuasicontrato. Distinción del contrato con la Ley. El
acto administrativo y la sentencia.
3. Función económica del contrato. Elementos del contrato. Las relaciones contrac-
tuales de hecho. Los elementos del contrato. Los requisitos del contrato. La división
clásica: elementos esenciales, naturales y accidentales. Otra clasificación: a) Los pre-
supuestos; b) Los elementos; c) Las circunstancias.
BIBLIOGRAFÍA
15
BOLILLA II
BIBLIOGRAFÍA
BOLILLA III
16
to en que se concluye. Teorías de la declaración, de la expedición, de la recepción y de
la información. Teorías que adopta el Código Civil.
BIBLIOGRAFÍA
BOLILLA IV
BIBLIOGRAFÍA
BOLILLA V
Capacidad. Representación.
17
2. Nulidad por incapacidad; carácter de la nulidad según cada caso, quien puede
pedir la nulidad; efectos. Análisis del artículo 1164 del Código Civil.
BIBLIOGRAFÍA
BOLILLA VI
Objeto. Causa.
BIBLIOGRAFÍA
BOLILLA VII
Forma. Prueba.
18
Contratos que deben instrumentarse en escritura pública (art. 1184). Inobservancia
de la obligación de escritura (art. 1185). Doctrina y jurisprudencia elaboradas al res-
pecto.
BIBLIOGRAFÍA
BOLILLA VIII
Efectos.
2. Efectos de los contratos con relación a las personas: Partes y sucesores. Suce-
sores universales y particulares. Herederos y legatarios. Hipótesis de obligaciones
propter rem. Efecto obligatorio y efecto real: el art. 577 del Código Civil. El principio de
la relatividad del contrato. Los terceros: terceros con o sin interés legítimo. La inoponi-
bilidad.
19
4. Efectos particulares y vicisitudes de los contratos. 1º) Exceptio non adimpleti
contratus. Excepti non rite adimpleti contractus. Requisitos de procedencia y aplica-
ción de cada una de ellas. 2º) Resolución por incumplimiento. El pacto comisorio. Ante-
cedentes históricos. Clases: legal, convencional. Resolución judicial y extrajudicial.
Requisitos. Efectos, análisis de la jurisprudencia elaborada sobre el tema.
BIBLIOGRAFÍA
BOLILLA IX
BIBLIOGRAFÍA
20
- López de Zavalía, F. Teoría de los contratos. Pte. General, ed. Zavalía, Bs.As., 3ª
edición, 1984.
- Spota, G., Instituciones - Contrato.
BOLILLA X
BIBLIOGRAFÍA
BOLILLA XI
21
b) Indemnizar al gestor; c) el art. 2300 del Código Civil. Pluralidad de dueños. La prueba
de la gestión. Régimen.
BIBLIOGRAFÍA
BOLILLA XII
Responsabilidad contractual.
BIBLIOGRAFÍA
SEGUNDA PARTE
LOS CONTRATOS EN PARTICULAR
BOLILLA XIII
22
2. La teoría del título y el modo. La compraventa como título. Sistema Argentino y
sistema Francés, comparación. Compraventa y forma. Transferencia del dominio según
la naturaleza de las cosas: Automotores, aeronaves, buques. El consentimiento: as-
pecto sobre los que debe versar. Compraventas forzosas: Distintos supuestos. Natura-
leza de cada una de las figuras.
BIBLIOGRAFÍA
BOLILLA XIV
23
3. La promesa de compraventa: Unilateral y Bilateral. El boleto de compraventa in-
mobiliaria. Concepto. Importancia de la figura. Su naturaleza jurídica. Diversas teorías:
a) La tesis formalista. El boleto como contrato preliminar. Opinión de López de Zavalía.
b) La tesis aformalista. El boleto como contrato definitivo. Importancia practica de la
cuestión. Nuestra jurisprudencia. Boleto y cesión. Boleto y tercerías: de dominio, de
posesión y de mejor derecho. Los derechos emergentes del boleto frente al concurso
del vendedor (art. 1185 bis). La protección del adquirente. Requisitos. El debate en la
doctrina y la jurisprudencia.
5. El contrato de permuta. Historia. Definición. Método del Código Civil. Afinidad con
la compraventa. Caracteres. Capacidad. Objeto. Cosas que pueden permutarse. Efec-
tos de la permuta. Obligaciones que genera. Evicción y vicios redhibitorios. Anulación y
rescisión del contrato.
BIBLIOGRAFÍA
BOLILLA XV
2. Forma y prueba del contrato. Forma: Regla General. Derechos litigiosos o dudo-
sos, a lo orden del portados o al portador. Prueba: Régimen. Los efectos del contrato.
Entre partes: a) Transmisión del derecho (momento consumativo). Función del título; b)
Obligaciones del cesionario para con el cedente; c) Obligación de garantía; d) Medidas
conservatorias.
3. Efectos con relación a terceros. ¿Quiénes son los terceros en la cesión? Necesi-
dad de la notificación al deudor cedido o de su aceptación. Efectos de la cesión anterior
a la notificación o aceptación: a) Respecto del deudor; b) De los acreedores del ceden-
te; c) Del cesionario; d) Del cedente.
24
5. El contrato de cesión de derechos. Concepto. Reglas aplicables. Objeto. Efectos.
Cesiones sin fines de trasladar la propiedad. La cesión de derechos hereditarios. Con-
cepto. Método del Código Civil. Caracteres.
BIBLIOGRAFÍA
BOLILLA XVI
2. Efectos del contrato. Las obligaciones del locador: a) De entregar la cosa y acce-
sorios. Estado en que debe estar la cosa. Lugar, tiempo y gastos de entrega. Incumpli-
miento; b) De conservar la cosa; c) De garantía, por evicción y por vicios redhibitorios;
d) De pagar mejoras y gastos hechos por el locatario. Mejoras que el locatario puede
realizar. Casos en que el locador debe reembolsar. Efectos de esta obligación; e) De
pagar cargas y contribuciones.
3. Efectos del contrato. Obligaciones del locatario: a) De pagar el precio. Pagos anti-
cipados. Acción ejecutiva y derecho de retención del locador; b) De usar y gozar la
cosa. Responsabilidad del locatario por los daños, deterioros, obras nocivas, omisión
de mejoras y abandono. Eximentes de responsabilidad; c) De restituir la cosa; d) De
comunicar las novedad dañosas.
25
BIBLIOGRAFÍA
BOLILLA XVII
26
BIBLIOGRAFÍA
BOLILLA XVIII
3. Los socios ¿Quiénes tienen esa condición? Socio ostensible y socio oculto. Here-
deros y legatarios de derechos sociales. Régimen jurídico. Administración de la socie-
dad: a) Administración prevista en el contrato. Socio administrador. Designación. Admi-
nistración por un tercero; b) Administración no prevista en el contrato. Poderes del
administrador. Derechos y obligaciones de los administradores. Responsabilidad.
27
BIBLIOGRAFÍA
BOLILLA XIX
2. Elementos: 1°) Forma: a) Donaciones formales. Análisis del art. 1810. Distintas
especies; b) Donaciones no formales; c) Donaciones manuales. Concepto, requisitos.
La tradición como elemento de la donación. Polémica en torno a su validez. 2°) Prueba:
Donaciones presuntas. Donaciones de cosas muebles. 3°) Contenido y causa: substi-
tuciones, nuda propiedad y usufructo. Condiciones permitidas y prohibidas. Causa.
28
BIBLIOGRAFÍA
BOLILLA XX
29
BIBLIOGRAFÍA
BOLILLA XXI
BIBLIOGRAFÍA
BOLILLA XXII
30
4. Contrato oneroso de renta vitalicia. Definición y caracteres. Rentas personales y
reales. Forma. Capacidad. Objeto. Personas en cuya cabeza puede sur constituida la
renta. Personas vitalicias. Obligaciones a cargo del vitaliciante: a) de dar las segurida-
des prometidas; b) de pagar la renta.
BIBLIOGRAFÍA
La misma indicada para las unidades 15 y 16. Para los contratos de juegos de
apuesta: Ibáñez, C.M., El juego y la apuesta, loterías y rifas, ed. por la facultad de
Derecho de la Universidad Nacional de Tucumán; para las rentas reales: López de
Zavalía, F., Las rentas reales «Revista Jurídica» n° 2 de la Facultad de Derecho de la
UNT.
BOLILLA XXIII
BIBLIOGRAFÍA
- La misma indicada para las unidades 15 y 16. Además: Jordano Barea, Juan, la
Categoría de los Contratos Reales, ed. Bosch, Barcelona, 1958.
31
TERCERA PARTE
LA CONTRATACIÓN EN MASA - OTROS CONTRATOS
BOLILLA XXIV
BIBLIOGRAFÍA
32
BOLILLA XXV
3. IV) Las tarjetas de crédito. Las relaciones contractuales que se establecen. Con-
cepto. El funcionamiento del sistema. Naturaleza jurídica. Caracteres. Régimen legal
que le es aplicable. El consentimiento. La formación del contrato. Objeto y causa. Forma
y prueba. El problema de la vía ejecutiva: Jurisprudencia. Efectos. Obligaciones de la
entidad emisora. Obligaciones del usuario titular. Obligaciones del proveedor adherido.
Responsabilidad civil. Cláusula limitativas de responsabilidad. Facultades de los jue-
ces. Jurisprudencia. Obligaciones contraídas en el exterior mediante el uso de tarjetas.
Régimen.
BIBLIOGRAFÍA
- Stiglitz, R., y Stinglitz, G., Contratos. Teoría General, t. I, pág. 209 y pág. 179.
- Ghersi, C., y Boietti, Cristina, en Ghersi, Contratos, cap. XXXV, pág. 595.
33
• Ghersi, Carlos, y colaboradores, Contratos Civiles y Comerciales. Parte General
y Especial (Figuras Contractuales Modernas), ed. Astrea, Buenos Aires.
• Garrido, Roque F. Y Zago, Jorge A., Contratos Civiles y Comerciales, t. I, «Parte
General» y t. II, «Parte especial», ed. Universidad, Buenos Aires.
• Santos Britz, Jaime, La Contratación Privada, ed. Montecorvo. Madrid, 1966.
• Tablón de anuncios
• Foro de la materia
• Cuadros de regularización publicados en la página web
Manténgase atento!!!
Será esencial que paralelamente al estudio doctrinario de los autores que tratan el
tema de “Contratos”, se corrobore lo dicho por la jurisprudencia, para lo cual y desde
ya, es fundamental que las obras jurisprudenciales y las revistas jurídicas las manejen,
consulten y analicen, destacando los fallos que hagan a la materia en cuestión, anotan-
do cada detalle que contradiga o avale alguna postura doctrinaria, como así también,
todos aquellos que signifiquen una modificación o adelanto respecto a lo dicho por los
autores.
Los alumnos deben utilizar los módulos como una guía metodológica que implica
una orientación básica para la consulta de los temas que componen las unidades del
programa, debiendo recurrir -evidentemente-, a las obras de la bibliografía general
cuanto a las específicas de los temas que se consideran trascendentales. Debiendo,
además, seguir las pautas pre-indicadas en el párrafo anterior en orden a la consulta
permanente de jurisprudencia, acostumbrándose a la importancia de los fallos judicia-
les y las enseñanzas de los mismos.
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En el sentido apuntado precedentemente, no se desarrollarán en los módulos las
bolillas punto por punto sino que, como es lógico, tratándose de una guía de estudio y
no de unos apuntes con carácter de resúmenes, se elegirán los temas relevantes o que
ofrezcan algún tipo de importancia o dificultad; y en todo caso, los más importantes.
Queda claro que el estudio deberá basarse en la guía pero fundarse en las obras de la
bibliografía.
35
36
DIAGRAMA DE CONTENIDOS - UNIDAD I
EL CONTRATO
Actos Elementos
Colectivos Naturales
Naturaleza
Jurídica
Acto Jurídico: bilateral, en-
tre vivos, patrimonial
Definición del art. 1137 C.C:
Noción
Concepción Requisitos
Art. 1137 C.C. - Crítica De existencia
Diferencia y analogía con: De validez
Convención, Pacto
37
38
V. Guía de estudios
UNIDAD I
Esta introducción debe guiar nuestro estudio a modo de tener bien claro el ámbito de
actuación jurídica de cada uno (no son pocos los casos donde se confunden las esfe-
ras de cada uno, por ejemplo, cuando tratemos el tema del objeto de los contratos).
En este punto cabe señalar que, es la más de las veces, fuente de las obligaciones
motivo por el cual, con este último y solo alcance jurídico se lo ha reglado en algunas
legislaciones positivas considerándolo como una especie de convención, la que, evi-
dentemente, tiene un alcance jurídico más amplio; (así el Cód. Civil de El Salvador (art.
1309), de Puerto Rico (art.1202) y de Colombia (art. 1495).-
En tal sentido, el art. 1101 del Cód. Civil Francés lo establece cuando expresa:
“Contrato es una convención en virtud de la cual, una o varias personas se obligan con
relación a una u otras a dar, hacer o no hacer una cosa" Entonces en el Cód. Civil
Francés el contrato es la convención que origina obligaciones.
39
1.2. CONTRATO - PACTO
Si nos remontamos al Derecho Romano vemos que el contrato era un acuerdo so-
lemne entre las partes al que se le reconocía eficacia jurídica otorgándole acción; el
pacto por el contrario, carecía de formalidades y no tenía acción, aunque en ciertos
casos se los invocaba como defensa. Con el correr del tiempo el contrato en su evolu-
ción histórica, dejó de ser solemne paulatinamente, y los pactos -a su vez- fueron adqui-
riendo por obra del pretor, validez a través de la teoría de los contratos innominados y otros
recursos técnicos, reconociéndoseles las acciones que podían emerger de los mismos.
Siguiendo a Lafaille podemos decir que, en nuestro Derecho no es ese el sentido que
debemos darle al “pacto” ya no tiene razón de ser tal diferenciación). Para nuestro
Código y las modernas legislaciones:
El pacto se aplica tan solo a las cláusulas accesorias que producen -no
obstante- consecuencias de importancia, susceptibles de modificar los
efectos normales de la relación principal.
Podemos decir que contrato y pacto son términos equivalentes, LOS PACTOS SON
CONTRATOS INSERTOS EN OTRO CONTRATO PARA MODIFICAR LOS EFECTOS
PROPIOS DE ESTE ULTIMO.
Son cláusulas que las partes convienen para subordinar a condiciones o modificar,
como lo juzguen conveniente, las obligaciones que nacen de los contratos (cláusulas
que les son permitidas a los contratantes ver: art. 1363 en la compraventa).
Sufre el contrato en nuestros días el fuerte embate de la teoría del acto o negocio
jurídico, en plena expansión. Como consecuencia de tal enfrentamiento se perfilan dos
posturas extremas y una intermedia:
1a.) Aquella que, sintiendo el peso de la tradición jurídica legisla sobre los actos en
general, abarcando disposiciones que son comunes a los negocios jurídicos,
genéricamente considerados(1).
2a.) Contraria a la anterior, la otra posición extrema dice que para armonizar con la
evolución social y económica a la cual asistimos, y para evitar el riesgo de
estampar fórmulas vacías de sentido y sustancia, (dada la importancia que
tiene hoy en día el acto jurídico), debe invertirse la fórmula de la anterior posi-
ción y declarar que las reglas generales, convenientes a la formación, ejecución
y extinción de los actos jurídicos, son aplicables a los contratos, a menos que lo
contrario surja de la voluntad de las partes o la disposición de la ley. Podemos
señalar que esta tesis no tiene consagración legislativa hasta la fecha pero
avanza notablemente en el ámbito doctrinario (2).
1. Se origina moderadamente en el derecho francés, en el código civil francés recibiendo consagración
expresa en el código civil suizo.
2. Hay autores que al hablar de los contratos omiten referirse a la parte general remitiéndose a la teoría
del acto o negocio jurídico y entrando directamente a las figuras especiales.
40
3a.)La postura intermedia parte del reconocimiento de la utilidad y conveniencia de
ambas teorías; el contrato como especie de mayor importancia en la vida econó-
mica y de más frecuente celebración y el acto o negocio jurídico, que es el
género de una muy grande variedad de figuras (este es el criterio de Freitas
seguido por nuestro codificador y por la gran mayoría de los códigos modernos).
Quienes participan de esta teoría intermedia (la más acertada a nuestro criterio ),
aún disienten acerca de como dividir el material que es común a los actos o negocios
jurídicos y al contrato. Algunos, como nuestro codificador, ubican en la teoría del acto
jurídico un número exiguo de preceptos; otros prefieren extender al máximo esta teoría
incluyendo temas como la “declaración negocial” o declaración de voluntad, modalida-
des de esa declaración, forma, interpretación e integración, representación, etc., que
toman -por lo común- de la teoría del contrato (es lo que ocurre con el código de
Portugal). Aún cuando sea acertado legislar sobre el negocio jurídico, pensando en los
destinatarios de los códigos y su función eminentemente práctica, parece más adecua-
do no hacerlo así.
41
5- de administración: cuando tienen por objeto producir a los bienes los beneficios
que normalmente pueden obtenerse de ellos, respetando su naturaleza y destino,
por ej. locación de cosa.
6- de conservación: el acto que simplemente tiene por fin preservar un bien patri-
monial de un inminente peligro de perderse por ej. depósito.
7- El contrato puede ser acto jurídico gratuito u oneroso según que existan venta-
jas correlativas o no.
8- Será acto jurídico solemne formal o no, según que se exijan o no, al momento de
su celebración, ciertas solemnidades.
Según el art. 1137 ”habrá contrato cuando varias personas se pongan de acuerdo
sobre una declaración de voluntad común destinada a reglar sus derechos “. Este
artículo, copiado íntegramente de Savigny, identifica el contrato con el acto o negocio
jurídico bilateral.
42
El proyecto de modificación de 1.936 no definió al contrato limitándose a dar la
siguiente regla general: “Salvo precepto expreso de la ley, la constitución o modifica-
ción de obligaciones por los actos jurídicos entre vivos, solo puede tener lugar median-
te contrato”.
Otros códigos definen el contrato, la mayoría siguiendo de los lineamientos del Códi-
go Civil francés cuando en su art. 1.101, dice que: “El contrato es la convención por la
cual una o más personas se obliga, con una u otras, a dar, hacer o no hacer alguna
cosa”.
1.4.1. Crítica
El contrato tal como se encuentra legislado en el Código, asienta sus bases sobre
dos principios fundamentales:
1) el de la autonomía de la voluntad, y
a) que el individuo es libre tanto para celebrar contratos como para no hacerlo (ej.
art. 1324);
c) que tiene la libertad de contratar sin conformar el contrato a las formas tipos
previstas por el Cód. Civil.
d) que pueden darle a los contratos los efectos que ellas crean convenientes (art.
1197);
43
e) que pueden, libremente, dejar sin efecto el vínculo jurídico creado por el contrato
y convenir libremente cómo pueden quedar desobligados (art. 1200); y, por último,
44
Actividad Nº 1
Obligaciones:
Contrato:
Convención:
Pacto:
45
CONTRATO
Autonomía Libertad
de la de las
Voluntad formas
arts. 1.137 y
1.197 C.C.
orden
público
LIMITES
arts. 21 y
953 C.C.
buenas
costumbres
46
el individuo es LIBRE
1) para celebrar o no el contrato;
2) para discutir el contenido del contrato;
LA AUTONOMIA 3) para no conformar el contrato a las formas
DE LA tipo previstas en el Cód. Civil.
VOLUNTAD 4) para dar a los contratos los efectos que pre-
tenden;
presupone
5) para disponer dejar sin efecto el vínculo jurí-
que
dico creado y disponer cómo pueden quedar
desobligados;
6) para adoptar “al momento de la celebración”
las formas que crean más convenientes.
Para la existencia del contrato hay requisitos que hacen a su “existencia” y otros que
hacen a su “validez”.
a) Pluralidad de partes: según la definición del 1137 hay contrato “cuando varias
personas se ponen de acuerdo”. Para que en la relación jurídica contrato, se llegue al
acuerdo de declaración de voluntad común, se exige que concurran en ambos lados,
personas distintas, por lo menos dos. Personas en el sentido de entes capaces de
emitir una declaración de voluntad; ya sea -esta declaración- la exteriorización de la
47
voluntad de una sola persona, ya sea la exteriorización de varias personas unidas por
un mismo interés o propósito, que constituyan en conjunto una de las partes del contra-
to; pudiendo la otra parte, a su vez, ser una sola o varias personas que emitan también
su declaración de voluntad coincidente. (Ver fallo publicado en La Ley tomo 124 pág.
1.173). Esta sería la concepción clásica psicológica de la formación del contrato donde
los contratantes son los que emiten la declaración de voluntad. La opinión contraria u
opuesta admite que :
- que el acuerdo de voluntad común se emita a través de una sola persona, que
represente intereses contrapuestos, y de la que emanan dos declaraciones de
voluntades (caso del mandatario).
Pero es necesario que esas partes que se ponen de acuerdo tengan intereses
contrapuestos, encontrados, intereses que regulan con la declaración de voluntad
común.
Sin la existencia de esa declaración de voluntad común no hay contrato (Ver fallos
publicados en: L.L. 104 pág. 197 y 297).
c) Destinada a reglar sus derechos: según este tercer elemento de existencia del
contrato, la declaración de voluntad común, que tiene exteriorización propia, debe ten-
der a reglar derechos de las partes; si no tiene esa finalidad no hay contrato.
Estos requisitos no están reflejados en normas conjuntas del Código Civil sino dis-
persas en distintos capítulos. Estos elementos son:
- la capacidad
48
- objeto lícito
- forma
- causa
En realidad, aún cuando no hay coincidencia entre los autores, lo cierto es que, por
lo general, la capacidad es considerada como presupuesto del consentimiento. La for-
ma entendida como exteriorización de la voluntad o expresión de la misma, no puede
faltar en ningún contrato y como tal, es también presupuesto del consentimiento.
A su vez, los contratos típicos o tipos (aquéllos previstos en el código civil o leyes
especiales que les dan un régimen jurídico específico) para que sean tales, deben
reunir ciertas exigencias, es decir, deben contener los elementos esenciales de cada
uno de ellos (por ej. en la compraventa se requiere que haya cosa vendida y precio en
dinero).
Aquellas “ Cláusulas especiales” que las partes pueden incluir antes, en el momento,
o después de la celebración del contrato, para condicionar las obligaciones que de él
emergen o modificar como lo juzguen conveniente sus efectos propios (por ej. pacto de
retroventa, cláusula de no enajenar, pacto comisorio expreso, etc.).
Sintetizando:
Patrimonial- creditorio
1) Derecho Privado
no Derecho Público (como lo sostiene Savigny)
49
3) Obligaciones (arts. 1167 y 1169, no 953) leer nota: exceso, porque los jueces
romanos “debían hacer la condenación que pronunciaban sobre una suma de di-
nero” ——> intereses y bienes que tengan valor pecuniario.
Ihering = condena pecuniaria para todos los interese que el Derecho reconocía
como necesitados y dignos de protección.
Papiniano = otros bienes que el hombre les concede valor y son protegidos por el
Derecho.
Art. 1169 = en vez de “apreciación pecuniaria” que haya un interés digno de ser
protegido.
Convención = género
Contrato = especie
esenciales
accidentales
a) Pluralidad de partes
b) Declaración voluntad común
c) Destinada a reglar derechos de los interesados.
50
Teorías modernas:
- acto interno
Savigny:
51
contrato: relaciones de derecho de familia
* Acto jurídico
* bilateral
* entre vivos
* patrimonial (contenido económico)
de disposición
NATURALEZA * puede ser de administración
JURIDICA
de conservación
* gratuito u oneroso
* formal o no solemne
* directo o indirecto (negocio judiciario)
* declarativo (transacción) o constitutivo
(compraventa).
autonomía de la voluntad
52
Voluntad de los participantes: supuesto de hecho para que la ley actúe brindando
fuerza obligatoria a lo pactado.
igualdad jurídica
Parte de dos postulados básicos
libertad de las formas
dirigismo contractual
publicización
publificación (3).
3. NOTA: Imprescindible leer el artículo del Dr. Sánchez Urite titulado: “Noción y delimitación del
concepto de contrato en nuestro Cód. Civil”, publicado en E.D tomo 26 págs. 866 a 874.
53
Actividad Nº 2
PARA INVESTIGAR
54
1.9. ACTOS JURÍDICOS PLURISUBJETIVOS
Los actos plurisubjetivos son actos en los cuales las voluntades de los participantes
en el acuerdo pueden: unirse o fundirse; en los actos plurilaterales las voluntades se
“contraponen” o se “cruzan”.
(Ej: actos de los consorcios). Al no haber fusión sino unión podemos saber cuál
voluntad ha sido convergente y cuál divergente, existe un solo acto pero son reconocibles
las voluntades de cada uno de sus integrantes.
55
Actividad Nº 3
- plurisubjetivos
- plurilaterales
- colectivos.
56
DIAGRAMA DE CONTENIDOS - UNIDAD II
Código Civil
Unilaterales y bilaterales
Onerosos y gratuitos Utilidad
Consensuales y reales
Nominados innominados
CLASIFICACIÓN
DE LOS
CONTRATOS
Otras clasificaciones
Conmutativos y aleatorios
Simples, mixtos y complejos Según sus funciones
Discrecionales y de adhesión económicas y sociales
Principales y accesorios
Individuales y colectivos
57
58
UNIDAD II
En este punto del programa deben los alumnos detener su atención ya que por lo
general, no perciben su importancia, cometiendo luego errores a lo largo del programa
cuando tienen que analizar los distintos contratos. Debe vincularse la clasificación de
los contratos a los problemas prácticos que se derivan de cada uno de los tipos con-
tractuales, es decir, relacionarlo con los efectos derivados de cada clasificación.
Partimos del concepto de contrato determinado por el art. 1137 del Código Civil:
“Hay contrato cuando varias personas se ponen de acuerdo sobre una declaración
de voluntad común, destinada a reglar sus derechos.”
Este concepto debe ser recordado a lo largo de este módulo. Pasa el Código a dar
una clasificación técnica o jurídica, inspirada en un afán didáctico. Es que los contra-
tos como todo acto jurídico, pueden clasificarse en distintos grupos o categorías y
desde distintos puntos de vista.-
CONTRATOS
UNILATERALES COMBINAR
REALES BILATERALES
CLASIFICACIÓN
DE LOS
CONTRATOS
TÍPICOS GRATUITOS
ATÍPICOS ONEROSOS
CONSENSUALES
59
- Otros opinan que pertenecen a la legislación positiva.
- Una tercera opinión entiende que si bien es algo propio de la elucubración doctrinaria,
también pueda ser objeto de la legislación positiva cuando la clasificación tenga un
carácter normativo; es decir cuando la ley diga concretamente en qué momento un
contrato determinado se perfecciona, cuándo surge a la vida jurídica y qué efectos son
protegidos por la ley (por ej. los contratos contractuales y reales).
Si tenemos en cuenta los contratos que clasifica el Código vemos que éstos son:
Proyectos de modificación del Código como el de Bibiloni expresan que son defini-
ciones exclusivamente doctrinarias de orden didáctico cuando se limitan a reproducir
corrientes de la doctrina sin modificarlas y sin establecer precepto alguno legislativo.
A esto se añade que los distingos doctrinales quedan sometidos al avance y cons-
tante perfeccionamiento de la ciencia jurídica (la ley que emprende un camino que no le
atañe pretendiendo sustituirse al libro de enseñanza así como a la obra jurídica, pronto
queda superada).
6. Cabe preguntarse si esta clasificación legal tiene alcance normativo (y decimos que tiene alcance
normativo una norma de derecho cuando esta cuenta con contenido imperativo, prohibitivo o
permisivo, es decir, que implica mandatos del legislador o autorizaciones que confiere al regular o
reglamentar una materia jurídica
60
ofrecen medios valiosos para conocer mejor el alcance de las figuras contractuales de
la personas, en ejercicio de su libertad contractual, pueden dar vida con aquella fuerza
obligatoria a la que se refiere el art. 1197 del C.C.
La ley indica que para que un contrato real se perfeccione (surja a la vida jurídica y
produzca efectos) es necesario que medie, además del consentimiento, la tradición de
la cosa. Los art. 1140 a 1142 son, por lo tanto, *PERCEPTIVOS, imponen una condi-
ción, un requisito legal (de ahí que el Proyecto de Reforma al Código Civil de 1.936
suprima todas las clasificaciones de los contratos, pero mantiene esta). Los Códigos
modernos suprimen las clasificaciones de los contratos (así el Cód. portugués, el
italiano de 1942, el alemán, el Código Federal de las Obligaciones suizo). Cabe señalar
que, el Proyecto de 1.936 habla también de los contratos nominados e innominados
pero no incurriendo en la inocua definición del art. 1143 del C.C, sino que establece una
directiva legal para interpretar los contratos innominados o atípicos, norma ésta que, a
pesar de contener una directiva por demás diminuta (es que, a veces es necesario un
examen comprensivo de la finalidad socio - económica que no concuerda con el resul-
tado de la extensión analógica), tiene un indudable propósito normativo.-
61
Es innegable que, con un CRITERIO ESTRICTO en cuanto a la técnica legislativa,
RESULTA IMPROPIO DE UN CODIGO (que debe limitarse a lo preceptivo) QUE CON-
TENGA CLASIFICACIONES, pero NO DEBE PERDERSE DE VISTA LA CONVENIEN-
CIA DE UN ORDENAMIENTO EN MATERIA DE TANTA VASTEDAD ( así mantienen la
clasificación otros códigos modernos como el venezolano, el mexicano y el Proyecto
franco - italiano de las obligaciones y contratos).
Esquematizando:
CLASIFICACION LEGAL
- contratos unilaterales.
Art. 1138 C.C.
- contratos bilaterales (sub-especie o 3ª categ.= plurilaterales.
conmutativos
aleatorios (def. art. 2.051)
Art. 1.139 C.C.
- contratos gratuitos
juego
oneroso de renta vitalicia vta. C.C.
aleatoria:
- contrato oneroso
seguro préstamo a la gruesa: fuera
C.C.
62
Art. 1.140/1142 formales
- contratos consensuales
no formales
- contratos reales
compraventa
- contratos típicos permuta
(nominados) mandato
Art. 1143 C.C.
locación
conmutativas
aleatorias
principales
accesorios
simples
mixtos
complejos
OTRAS CLASIFICACIONES
de ejecución instantánea
sucesiva
escalonada
discrecionales
de adhesión
individuales
colectivos
etc.
63
Actividad Nº 4
64
2.2. CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS SEGÚN SUS
FUNCIONES ECONÓMICAS Y SOCIALES
Según Betti: “la ley tutela los intereses típicos que se asientan en los contratos
porque satisfacen típicas funciones de colaboración en la vida social”:
mutuo
CONTRATOS
comodato
DE
renta vitalicia
PRESTAMO
depósito irregular
depósito
CONTRATOS DE contenido de garage
CUSTODIA Caja de Seguridad en Banco
CONTRATOS fianza
DE GARANTÍA constitución de derechos reales
mandato
CONTRATOS DE locación de obra
COLABORACIÓN locación de servicios
sociedad
65
renta vitalicia
CONTRATOS DE
PREVISIÓN - sobre hechos del asegurado
seguros - sobre riesgos de las personas
- sobre riesgos de las cosas.
juego
CONTRATOS DE DISPLICENCIA
(función de recreación,
apuesta de azar
entretenimiento o recrea-
suerte de destreza
tivos)
Los contratos unilaterales sólo dan acción a favor de la parte acreedora, los bilatera-
les tienen dos acciones para garantizar ambas obligaciones.
En los bilaterales:
66
- A los fines de la prueba, deben redactarse en tantos originales como partes hayan
con un interés distinto (art. 1201 CC).
La teoría de la lesión (art. 954 C.C) y de la imprevisión (art. 1198 C.C) siempre es
posible en los bilaterales.
“...son a título oneroso cuando las ventajas que procuran a una u otra de las partes,
no le es concebida si no por una prestación que ella le ha hecho, o que se obliga a
hacerle. Son a título gratuito cuando aseguran a una u otra de las partes alguna ventaja
independiente de toda prestación de su parte”.
Estos pueden ser unilaterales o bilaterales según que la ventaja que una de las
partes recibe, le es debida a la ventaja que ya proporcionó o se obliga a proporcionar a
la otra (por ej. depósito oneroso, el mutuo, según que el mutuario esté obligado a pagar
intereses o no).
En cuanto a la teoría del error: el error de las personas en los contratos a título
gratuito es esencial y causa de nulidad (art. 925), no así en los contratos a título
oneroso.
67
La garantía de evicción y de los vicios redhibitorios: se da como elemento natural
de los contratos onerosos (arts. 2.089 y 2.097 CC) no así en los contratos a título
gratuito (a. 2145, 2.146).
Los a título gratuito son atacables por acción de colocación y reducción, no así los
título oneroso (a. 1.831 CC ).
Cuando se sujeta un contrato oneroso a condición ilícita es nulo el contrato (art. 530
CC), cuando es a título gratuito se anula la cláusula.
La ley exige mayor capacidad a las partes para los contratos a título gratuito.
Las formas se exigen con mayor rigor para los contratos a título gratuito que en los a
título oneroso.
El art. 2051 habla de los contratos aleatorios como aquellos en que los que las
VENTAJAS o PERDIDAS para una o ambas partes contratantes, dependen de un ACON-
TECIMIENTO INCIERTO.
Por el contrario, son conmutativos cuando las ventajas o pérdidas para una o am-
bas partes contratantes, no dependen de ningún acontecimiento incierto previsto en el
contrato como parte integrante de él. Las VENTAJAS en este caso son inmediatas y
ciertas.
Los contratos aleatorios sujetan las ventajas a un acontecimiento incierto que puede
ser pasado o futuro (lo que diferencia de la condición porque en la condición, además
de incierto, necesariamente debe ser futuro).
68
El elemento aleatorio del contrato puede ser convenido entre las partes en forma
suspensiva (juego) o puede tener los efectos de la condición resolutoria (renta vitali-
cia onerosa).
69
Actividad Nº 5
70
2.5. CONTRATOS CONSENSUALES Y REALES
Según los arts. 1140/1143 CC son consensuales “sin perjuicio de lo que se dispusiere
sobre las formas”.
Cuando los contratos quedan concluidos para producir sus efectos propios
desde que las partes hubiesen recíprocamente manifestado su consentimiento.
Quedan concluidos desde qué una de las partes hayan hecho a la otra, tradición de
la cosa sobre la que versare el contrato.
Esta clasificación agrupa a los contratos según el momento en que quedan perfec-
cionados.
Reales: no quedan perfeccionados sino desde el momento en que las partes hagan
tradición de la cosa que es objeto del contrato, hasta ese momento no queda concluido
el contrato para producir sus efectos propios (aún cuando hay entre las partes un
acuerdo sobre una declaración de voluntad común tal acuerdo, de por sí, no perfeccio-
na el contrato. El solo acuerdo de las partes no da a las mismas derecho para exigirse
el cumplimiento del contrato).
Esta clasificación no tiene relación con la forma de los contratos, es decir, con las
solemnidades exigidas por la ley en el momento de la celebración del acto, a menos
que la entrega de la cosa sea considerada como una solemnidad; en cuyo caso ello
hace a la existencia y esencia del contrato, y de no cumplirse, no queda concluido el
mismo ni las partes pueden exigirse mutuamente el cumplimiento de tal solemnidad. El
acto queda como una simple promesa que no da derecho alguno para exigir la forma-
ción del contrato. El simple acuerdo en los contratos reales -lo que constituye la prome-
sa recíproca según el Código Civil- no da acción para exigir su cumplimiento mientras
la cosa no sea entregada. Así lo establece el CC respecto al comodato (art. 2256),
mutuo (2190), donación manual (1816), contrato oneroso de renta vitalicia (a. 2071);
constitución de prenda (a. 3205), anticresis (art. 3240).
El art. 1142 enumera los contratos reales: mutuo, comodato, depósito, constitución
de prenda y anticresis. Aún cuando dicha norma no menciona al contrato oneroso de
renta vitalicia (art. 2071) y a la donación manual (art. 1816), también lo son por disposi-
ción de las respectivas normas citadas.
No debe confundirse los contratos reales con los contratos con efectos reales, por
ejemplo, algunos contratos como el depósito irregular, el mutuo, tienen efectos reales
71
porque perfeccionados con la entrega de la cosa, ésta pasa a propiedad de la otra.
Importancia práctica de la clasificación: Está dada por los efectos que la ley asigna a
la omisión en el cumplimiento de las solemnidades.
Según el art. 1143 del CC son nominados aquellos contratos a los que la ley
asigna una denominación especial e innominados aquellos que no la tienen asig-
nada.
NOMINADOS: son los que aparte de tener una denominación especial tienen en el
Código Civil o en las leyes especiales, un tratamiento que regla su formación y efectos,
es decir un régimen particular. Son los contratos tipo o típicos (están tipificados).
72
Contienen una disciplina propia. La ley establece sus elementos esenciales y efectos
naturales (en razón de que son los más comunes en el orden de las relaciones huma-
nas).
Los efectos de los contratos en ausencia de una norma especial válida convenida
por la parte, se reglan por las disposiciones de los contratos típicos que resulten más
análogas por aplicación del art. 16 CC, los principios generales del contrato o los
principios generales del orden jurídico.
73
Actividad Nº 6
74
DIAGRAMA DE CONTENIDOS - UNIDAD III
Aceptación Oferta
Modalidades Requisitos
Obligatoriedad Clases
Caducidad Caducidad
CONSENTIMIENTO
Acepciones
Como manifestación
unilateral de la voluntad.
Como acuerdo de dos
o más voluntades
75
76
UNIDAD III
3.1. CONSENTIMIENTO
- b) como acuerdo de dos o más voluntades sobre un mismo punto sobre los ele-
mentos estructurales del contrato (junto al objeto y la causa ). El estudio de la
voluntad común que ocurre a la formación del contrato debe ir precedido del aná-
lisis de la manifestación negocial.
7. Se discutía entre una parte de doctrina que la voluntad negocial se dirige a obtener los efectos
jurídicos del negocio - entre Windscheid y Savigny- y la otra parte de la doctrina, los llamados
corifeos, afirmaban que la voluntad negocial se dirige a los fines prácticos o empíricos que resultan
tutelados por el derecho; dan el ejemplo de quien compra pan no busca contratar ni sabe que lo está
haciendo sino que pretende sencillamente satisfacer su apetito.
8. Según el art. 913 ningún hecho tendrá el carácter de voluntario , sin un hecho exterior por el cual,
la voluntad se manifiesta; hecho anterior que, se considerará voluntario si fue ejecutado con
discernimiento, intención y voluntad según lo dispuesto por el art. 897, los que no fueron ejecutados
con esos requisitos no producen por sí obligación alguna, tal como se dispone el art. 900. A su vez,
la manifestación de esa voluntad puede consistir en la ejecución de un hecho material consumado
o comenzado, o simplemente en la expresión positiva o tácita de la voluntad - art. 914.
77
La expresión de la voluntad puede ser :
- b) Tácita: Cuando la voluntad resulta de actos por los cuales se puede conocer
con certidumbre la existencia de ella (siempre que no se requiera una expresión
positiva o cuando no haya una propuesta o declaración expresa contraria o pro-
testa- art.918).
Así, diciéndolo con otras palabras pero en el sentido apuntando al comienzo, los
modos de expresión de esa voluntad, según el art. 1.145 y en concordancia con los
arts. 917 y 918 son:
78
Ambos modos de exteriorizar la voluntad pueden producirse mediante una declara-
ción o comportamiento declaratorio o bien mediante un comportamiento no declarativo.
Será comportamiento declarativo el que recurre como medio de comunicación al len-
guaje por símbolos (fonéticos, gráficos o mímicos, así tenemos la palabra hablada, la
escritura y los gestos). En la manifestación directa de la declaración resulta excepcio-
nal (por ej. la enajenación de la cosa legada revela la inteción de revocar el legado).
Silencio: según el principio general consagrado en el art. 919 el que calla no conce-
de nada; por excepción, vale como manifestación de voluntad afirmativa en la materia
contractual (prescindiendo de las relaciones de familia y los casos en que la ley le
impone expedirse) cuando el marco de las circunstancias que lo acompañen, asume la
significación segura de la voluntad del sujeto. “a causa de una relación entre el silen-
cio actual y las declaraciones precedentes”.
Los fallos de jurisprudencia al respecto, aluden acerca de que para que el silencio
valga como manifestación tácita de voluntad, debe resultar de él, con certidumbre, la
inequívoca voluntad de quien calla en un sentido coherente con los intereses en juego
(Sala A CNacCiv en E.D. tomo 57 pág. 335). Barbero nos habla de una disposición legal
en el Estado de Nebraska, EE.UU., por la cual ninguna persona que reciba diarios o
revistas por correo ante su silencio, pueda considerarse que admitió la suscripción,
aún en contra de lo que expresamente se consigne en las revistas remitidas.
Para lograr el acuerdo sobre una declaración de voluntad común, al decir del art.
1137, se requiere una resultante que es la integración recíproca de esas voluntades en
un negocio unitario.
79
Consentimiento será EL ACUERDO DE DOS DECLARACIONES DE VOLUNTAD
QUE PARTIENDO DE DOS SUJETOS DIVERSOS, SE DIRIGEN A UN FIN COMUN,
FUNDIENDOSE.
c) Teoría mixta: como regla general debe prevalecer la voluntad interna o real, pero
por excepción prevalece la declarada en dos supuestos: 1) cuando la divergencia
es imputable a la culpa de quien emite la declaración; 2) cuando la parte destina-
taria de la declaración haya procedido de buena fe y así lo exija la seguridad del
comercio, siendo el negocio oneroso (Proctección de la buena fe y la seguridad
jurídidad).
80
Actividad Nº 7
- Voluntad positiva:
- Voluntad psicológica:
- Voluntad tácita:
- Comportamiento no declarativo:
- Declaración presunta:
81
3.2. PROCESO DE FORMACIÓN DEL CONSENTIMIENTO
Si resulta difícil determinar cuáles son los puntos o cuestiones en discusión, para
apreciar la existencia de una conformidad total o parcial, deberá recurrirse a la oferta o
propuesta de contrato y comparar sus cláusulas con la minuta -si existe esta-; en la
duda debe estarse a la no existencia de contrato, o sea que las partes no entendie-
ron aún estar vinculadas.
Para la teoría de la punktation -en cambio- la coincidencia sobre las cláusulas esen-
ciales, aunque no exista acuerdo en las secundarias, hace que el contrato quede con-
cluido.
82
3.4. CONTRATOS PREVIOS
Los contratos preliminares obligan a la celebración del contrato futuro (son la prome-
sa y opción: los preparativos reglamentarios o normativos) no obligan a esta celebra-
ción. Tienen en común su función de preparar la concertación de otro u otros contratos
que serán los definitivos.
b) vinculada a la anterior doctrina está la corriente que le niega toda utilidad práctica.
c) corrientes positivas:
Los que adhieren a este postura dejan a salvo que la concepción debe limitarse al
campo de actuación de las promesas bilaterales, estos contratos preliminares sólo
pueden existir como previos a contratos consensuales no a los contratos reales respecto a
los cuales su existencia no es jurídicamente posible; ni frente a los formales absolutos.
83
3.5. CONTRATO DE OPCIÓN
Acuerdos destinados a dar origen a futuros contratos tipo, en base a una reglamen-
tación de carácter imperativo por estar de por medio el orden público, de la cual las
partes no pueden separarse bajo pena de nulidad. Constituyen fuente creadora de
normas jurídicas. (Spota afirma que en nuestro derecho tan sólo se lo puede considerar
contrato normativo al contrato de trabajo.)
84
Actividad Nº 8
TIPOS DE CONTRATOS
CONCEPTO FUNCIONES
85
3.9. RESPONSABILIDAD PRECONTRACTUAL
Cuando ambas partes coinciden sobre una declaración de voluntad común destina-
da a reglar sus derecho, el contrato queda perfeccionado y desde entonces nace para
ellos, la responsabilidad contractual. Pero puede ocurrir que antes de coincidir las
partes en esa declaración de voluntad común, inicien una serie de tratativas tendientes
a obtener ese resultado, es lo que se denomina tratativas previas (pour parler para los
franceses).
En este proceso previo se establece una relación entre las partes donde cada una
guarda una conducta determinada. Si el proceso concluye con el contrato, se origina la
responsabilidad contractual pertinente, pero si no se obtiene el contrato pretendido
porque no ha habido acuerdo de las partes, en un proceso desarrollado normalmente,
los intervinientes no tienen ninguna responsabilidad. Si por culpa de uno de ellos se
llega una resultado negativo o a un contrato nulo, nace para aquel una responsabilidad
precontractual o extracontractual.
Culpa in contrahendo no es otra cosa que una culpa contractual en una espe-
cial dirección: la de la formación de un contrato válido.
86
- Para que haya culpa in contrahendo debe haberse emitido una oferta (las meras
tratativas anteriores a la promesa no son susceptibles de originar responsabilidad
basada en esa especie de culpa).
3.10. OFERTA
87
a) Debe ser dirigida a persona o personas determinadas (requisito que enuncia el
art. 1148 del C.C. y que es coincidente con el art. 454 del Código de Comercio,
como así también con el Proyecto de Reforma del 1.936, art. 795). las declaracio-
nes dirigidas al público en general o a un grupo de personas constituyen - en
realidad-, una invitación a ofertar.
b) Debe ser completa o autosuficiente: requisito que surge también del art. 1148 y
ha sido interpretado como el primero de los recaudos que debe contener la oferta.
De él se deriva que la mera aceptación basta para formar el consentimiento.
a) Las alternativas, que tiene por objeto uno entre varios contratos independientes y
distintos, o cosas que pueden separarse dentro de un mismo contrato, en cuyo
caso la aceptación de uno de los términos sirve para formar el consentimiento.
Según el art. 1150 las ofertas pueden ser retractadas mientras no hayan sido acep-
tadas, a no ser que el que las hubiere hecho, renuncie a la facultad de retirarlas, o se
obliga al hacerlas, a permanecer en ellas hasta una época determinada.
88
a) cuando el oferente hubiese renunciado a la facultad de revocarla,
89
Actividad Nº 9
90
3.11. CADUCIDAD DE LA OFERTA
Según lo dispone el art. 1149 la oferta quedará sin efecto alguno si alguna de
las partes falleciere o perdiere su capacidad para contratar.
3.12. ACEPTACIÓN
Debe coincidir en todo y cada unos de los puntos de la oferta para que se pueda
considerar formado el acuerdo de voluntades, cualquier modificación implicará la pro-
puesta de un nuevo contrato.
Rige la libertad de las formas. Pero puede ser que el oferente, para asegurar la
validez del contrato, imponga a la aceptación, determinadas modalidades (por ej. que
se haga por escrito, por carta certificada, etc.).
El aceptante puede retractarse antes de que llegue a conocimiento del ofertante (art.
1155). Si pretende retractarse cuando ya ha llegado a conocimiento del ofertante incu-
rrirá en responsabilidad civil (el art. 1155 2ª parte habla de pérdidas e intereses).
91
3.13. CONSENTIMIENTO ENTRE PRESENTES
b) Por correspondencia epistolar: se han expuesto varias teorías siendo las cuatro
principales:
92
telegrama por parte del oferente pero se la puede completar con la presun-
ción que la recepción de la aceptación importa la información). EXTREMA.
Sistema adoptado por el Código Civil Argentino. Atento las necesidades del tráfico
jurídico nuestro codificador adoptó un sistema mixto sobre la base de la teoría de la
emisión, moderando el rigor de sus consecuencias con la teoría de la información.
93
Actividad Nº 10
ACEPTACION
Concepto
Modalidades
Obligatoriedad
Caducidad
b) Enumere las distintas formas que puede adoptar al consentimiento entre presen-
tes.
94
DIAGRAMA DE CONTENIDOS - UNIDAD IV
Contratos
celebrados
por incapaces
Concepto Inhabilitados
Incapaces
CAPACIDAD DE Legitimación
Absolutos
HECHO para contratar
Relativos
Capaces
Absolutos Capacidad
Relativos Contractual
por detracción
por adición
Idoneidad
95
96
UNIDAD IV
b) relativos (en otra época esta categoría abarcaba a los menores adultos y a las
mujeres casadas) luego de la 17.711 son los menores adultos (art. 55 C.C.).
El menor a partir de los 18 años de edad adquiere capacidad para celebrar contrato
de trabajo (art. 128 segunda parte C.C.) e independientemente de la edad (por lo que la
teoría abarca también al menor impúber incapaz absoluto), si ha obtenido un título
capacitante: adquiere capacidad con la idoneidad para el ejercicio de su profesión (art.
128 3ª parte C.C.) formándose con el producido de su trabajo un peculio propio que
puede administrar y disponer libremente.
1) Capaces relativos por detracción: los que habiendo sido capaces absolutos se
vieron privados de parte de la capacidad, por ej. los inhabilitados y los incapacita-
dos por condena.
97
4.2. CAPACIDAD DE DERECHO: (jurídica o de goce)
c) La incapacidad de clérigos de órdenes sagradas para ser fiadores (art. 2011 inc. 6).
1. Mientras la capacidad es la aptitud para un acto que se realiza por sí o por medio
de otro, la idoneidad es aptitud para una función o cargo en cuyo ejercicio se
realizan actos. Así son supuestos de falta de idoneidad y no de incapacidad, los
del art. 398 (que indica quiénes no pueden ser tutores); el menor es incapaz de
hecho pero es hábil para actuar como apoderado voluntario (art. 1897).. El mayor
es capaz para actuar por sí pero en algunos casos no es idóneo para hacerlo por
98
otros, cuando la ley confiere atribuciones especiales para determinada clase de
personas (art. 1896).
Piantoni entiende que se trata de un elemento de validez del contrato juntamente con
el objeto lícito y la forma. Define la capacidad como LA APTITUD O GRADO DE APTI-
TUD QUE TIENE TODA PERSONA PARA SER TITULAR Y EJERCER, POR SI O POR
OTROS, DERECHOS Y DEBERES.
Carnelutti dice que la Capacidad Jurídica, entendida como APTITUD PARA ADQUI-
RIR DERECHOS O CONTRAER OBLIGACIONES QUE ESTE CODIGO REGLA EN
LOS CASOS, POR EL MODO Y EN LA FORMA QUE EL DETERMINA, (art. 31 C.C.) es
“la medida de la personalidad”, el índice de participación que se da al hombre en el
ordenamiento jurídico. Ambos conceptos de personalidad y capacidad se hallan vincu-
lados, ligados y de allí también, que la capacidad jurídica general sea la regla y las
limitaciones a esa capacidad la excepción.
99
respecto a un objeto determinado, que impide establecer una relación jurídica “contra-
tar”, porque la ley lo prohibe de una manera expresa.
La capacidad jurídica admite grados, desde la mínima aptitud de las personas por
nacer hasta la máxima de las personas físicas, pasando por la intermedia de las perso-
nas jurídicas.
Esa aptitud para el ejercicio de los derecho por sí mismo se refiere al cuidado de los
intereses propios y no debe confundirse con el poder de obrar para cuidar intereses
ajenos, que puede recaer incluso en una persona que sea incapaz de obrar.
La incapacidad de derecho no puede ser nunca absoluta sino relativa para ciertos y
determinados actos, tampoco se puede afirmar que una persona sea absolutamente
capaz de derecho, pues no se puede concebir persona alguna que sea capaz de ser
titular de todos los derechos existentes o a existir.
2) Incapacidad de hecho relativa: quien está impedido por la ley de realizar por sí
determinados actos o hechos jurídicos o una serie de ellos.
Las causas por las cuales la ley determina las incapacidades de derecho son ajenas
a la capacidad intelectual de la persona, mientras que la incapacidad de hecho se funda
en el grado de madurez del sujeto, en su madurez mental porque siempre el acto o
hecho jurídico, son actos voluntarios, que para poder ser ejecutados válidamente, re-
quieren que se realicen con intención, discernimiento y libertad y sólo pueden hacerlo
100
quienes tengan la madurez psíquica-mental que les permita querer, discernir o ejecutar
libremente el acto o hecho jurídico concreto.
El C.C. en el capítulo II del Título I de la Sección III, bajo el rubro “De los que pueden
contratar” enumera en el art. 1160 los que no pueden hacerlo válidamente (el título
debería decir “de los que no pueden contratar” ya que la capacidad general se presume
salvo disposición expresa en contrario).
Art. 1160: “No pueden contratar los incapaces por incapacidad absoluta, ni los inca-
paces por incapacidad relativa en los casos en los que les es expresamente prohibido,
ni los que les es expresamente prohibido con personas determinadas, o respecto de
cosas especiales, ni aquellos a quienes les fuese prohibido en las disposiciones relati-
vas en cada uno de los contratos, ni los religiosos profesos de uno u otro sexo sino
cuando comprasen bienes muebles a dinero de contado, o contratasen por sus conven-
tos, ni los comerciantes fallidos sobre bienes que correspondan a la masa del concur-
so, si no estipularen concordatos con sus acreedores”.
Las limitaciones y por ende las incapacidades de obrar pueden ser absolutas o
relativas -general o limitada- según que abarque todos los actos o una determinada
esfera de ellos. Puede ser plena cuando excluya toda actividad del sujeto para el cum-
plimiento relevante del acto o atenuada cuando se hace necesaria la intervención de
otras personas.
Causas de incapacidad:
- minoridad
- interdicción
- inhabilitación
101
Art. 54 C.C. “Tienen incapacidad absoluta: 1) las personas por nacer, 2) los menores
impúberes, 3) los dementes, 4) los sordomudos que no saben darse a entender por
escrito”.
Art. 55 C.C. “Los menores adultos sólo tienen capacidad para los actos que las leyes
les autorizan otorgar”.
Spotta la define como “la posición en que una persona se halla con respecto a un
patrimonio ajeno, en cuya virtud la declaración de voluntad de aquel sujeto tiene conse-
cuencias jurídicas respecto al titular de dicho patrimonio”.
Entre los supuestos de legitimación para contratar estudia Spotta los que le brinda el
mandato representación, la gestión de negocios y los contratos sobre cosas ajenas.
Todos ellos son absolutamente incapaces de hecho para celebrar por sí algún con-
trato, deben actuar por medio de sus representantes legales.
- Incapacidad relativa: el art. 1160 continua “... los incapaces por incapacidad rela-
tiva, en los casos que les es expresamente prohibido...”. Según Piantoni aquí el
artículo se refiere a la incapacidad relativa de hecho, casos que el viejo art. 55
enumeraba. La ley 17.711 ha sustituido el art. 55 por el siguiente: “los menores
adultos sólo tienen capacidad para los actos que las leyes les autorizan otorgar”.
En la forma que está redactado este nuevo artículo 55 se invierten los términos: la
incapacidad de los menores adultos es la regla, la capacidad la excepción.
102
El menor adulto es el mayor de 14 años y menor de 21 años (art. 127) por lo que para
analizar la capacidad contractual de los mismos hay que ver las disposiciones referen-
tes en la parte general sobre los menores adultos.
“El menor puede administrar y disponer libremente los bienes que adquiera con el
producto de su trabajo y estar en juicio penal o civil por acciones vinculadas a ellos”. El
menor adulto tiene capacidad para celebrar por sí contrato de trabajo en actividades
honestas, es decir, locaciones de servicios. Como la ley no distingue sobre qué bienes
tienen la libre administración y disposición, resulta que pueden ser bienes muebles
como inmuebles siempre que los haya adquirido con el producto de su trabajo. Como
tampoco la ley discrimina sobre qué actos de disposición pueden realizarse debe en-
tenderse que se trata de actos de disposición a título gratuito como a título oneroso. La
única dificultad que tiene el menor es acreditar el origen de los bienes.
El art. 128 también establece que, “El menor adulto se infiere (puesto que el menor
impúber es incapaz absoluto de hecho) que hubiere obtenido título habilitante para el
ejercicio de previa autorización”. Al igual que en el caso anterior este menor adulto
puede administrar y disponer libremente de los bienes adquiridos con el producto de su
profesión y estar en acción penal o civil por acciones vinculadas a ellas. Puede cele-
brar con terceros contratos de locación de obras y servicios, de lo que se desprende
que este menor de 21 años y mayor de 14 posee más capacidad que el anterior, menor
de 21 y mayor de 18 que sólo puede celebrar contrato de locación de servicios.
Queda por dilucidar la capacidad del menor de 18 y mayor de 14 años sin título
habilitante. La capacidad general de los mismos comprende lo dispuesto por los arts.
280, 281, 283 y 284 C.C. en virtud de los cuales, los padres requieren del asentimiento
de ellos para contratar en su nombre locaciones de servicios, los menores necesitan
autorización de los padres para celebrar esos contratos, autorización que se presume
si ejercieren algún empleo público, alguna profesión o industria, si el menor estuviere
ausente de la casa paterna con autorización del padre, en el extranjero o en algún lugar
remoto de la República Argentina -y tuviere necesidad de recursos para su alimenta-
ción u otras necesidades urgentes.
3) afianzar obligaciones.
103
Los emancipados que adquieren capacidad para administración y disposición de sus
bienes respecto a los bienes adquiridos a título gratuito, antes o después de la emanci-
pación, no pueden disponer de ellos sin previa autorización judicial.
Por lo tanto, todo contrato de disposición les está vedado hacerlo sin la conformidad
del curador, sólo pueden realizar contratos de administración, salvo aquellos expresamente
prohibidos en la sentencia de inhabilitación por las especiales circunstancias del caso.
104
Paintoni entiende que si bien la protección a estos enfermos mentales es una aspira-
ción de nuestra doctrina que concuerda con la corriente de la moderna legislación
positiva, estima que la forma como se ha previsto en la ley 17.711 adolece de graves
deficiencias que deberán ser revisadas oportunamente.
El art. 1276 C.C. establece luego de la reforma de la 17.711 que “Cada uno de los
cónyuges tiene la libre administración y disposición de sus bienes propios y de los
gananciales adquiridos con su trabajo personal o por cualquier otro título, con la salve-
dad prevista en el art. 1277. Si no se puede determinar el origen de los bienes o la
prueba fuera dudosa, la administración y disposición corresponde al marido, salvo
también lo dispuesto en el artículo siguiente. Uno de los cónyuges no podrá administrar
los bienes propios o los gananciales cuya administración le está reservada al otro sin
mandato expreso o tácito conferido por éste. El mandatario no tendrá obligación de
rendir cuenta.
El art. 1160 C.C. continúa diciendo: “... No pueden contratar ... los que están exclui-
dos de poder hacerlo con personas determinadas o con respecto a cosas especiales,
ni aquellos a quienes les fuese prohibido en las disposiciones relativas a cada uno de
los contratos”.
1. Los padres no pueden contratar con los hijos que están bajo su patria potestad,
igual prohibición de los tutores y curadores respecto a sus pupilos;
2. Los padres, tutores y curadores no pueden adquirir cosas de sus hijos y pupilos;
3. Los que tienen orden sagrada, cualquiera sea su jerarquía no pueden ser fiadores
a no ser que los sean por sus iglesias, por otros religiosos o personas desvalidas.
105
Sigue el art. 1160 diciendo: “No pueden contratar... ni los religiosos profesos de uno u
otro sexo, sino cuando comprasen bienes muebles a dinero de contado o contratasen
para sus conventos...”.
Los religiosos profesos son aquellos que ingresan a una orden sagrada haciendo
votos de castidad, obediencia y pobreza. La orden constituye una comunidad dotada de
capacidad jurídica y habilitada para contratar en la forma que establecen sus estatutos.
Los religiosos profesos constituyen el clero regular, diferente del clero secular, estos
últimos, desde el punto de vista jurídico son plenamente capaces, -sin perjuicio de ser
incapaces de derecho por su condición de religiosos en determinados casos.
Freitas ubicaba a los religiosos profesos entre los incapaces relativos de hecho y les
designaba representante necesario en la persona de los superiores de los claustros o
conventos. El Código suprime el régimen de incapacidad relativa general y reduce la
incapacidad del religioso profeso al ámbito contractual, contado y contratar por sus
conventos.
Comerciantes fallidos: El art. 1160 concluye diciendo: “No pueden contratar... ni los
comerciantes fallidos sobre los bienes que corresponden a la masa del concurso si no
estipularen concordatos con sus acreedores”.
106
- Spota sostiene que el quebrado es un incapaz de contratar, sin perjuicio de que
sus actos jurídicos resulten inoponibles a la masa de acreedores en la medida en que
pretenda dañarla activa o pasivamente y no se trate de aquellos supuestos de excep-
ción que autoriza la misma inoponibilidad.
Los penados: (Art. 12 C.P.) Para Piantoni y Mosset Iturraspe se trata de una incapa-
cidad de hecho la de los penados, ya que no pueden celebrar contratos de administra-
ción ni de disposición sobre sus bienes, sometiéndose a la curatela. Esta incapacidad
subsiste mientras dure la condena y siempre que haya sido penado por más de tres
años de prisión o reclusión.
Esta incapacidad de hecho cesa cuando cesa la causa de ella, su razón, es decir,
cuando el penado recobra legítimamente la libertad.
107
Es el caso de: -contratos otorgados por incapaces de obrar.
Ahora bien, existe NULIDAD ABSOLUTA cuando se trasgrede el orden público (un
interés cuya guarda está confiada a la ley por una razón de seguridad jurídica o de bien
común), esta nulidad fundada en el orden público, en la moral y buenas costumbres no
es confirmable, ni susceptible de prescripción, tampoco es renunciable.
Hay NULIDAD RELATIVA cuando está de por medio un interés particular. Esta nuli-
dad está dada en interés exclusivo de la parte y por ello es confirmable, prescriptible y
subsanable por confirmación.
Los contratos celebrados por incapacidad de obrar, sean absolutos o relativos, re-
visten nulidad meramente relativa. Los efectuados en violación de la prohibición legal,
en los supuestos de incapacidad jurídica o de derecho, serán de nulidad absoluta en
razón del fundamento de la incapacidad y del interés tutelado sin perjuicio de encontrar
supuestos de nulidad meramente relativa.
108
4.12. EFECTOS DE LOS CONTRATOS EN RAZÓN
DE LAS DISTINTAS INCAPACIDADES
3. Si el acto es realizado por una persona que necesita para actuar ya sea por sí o
por otro, de una autorización o de la asistencia de otro, el acto será nulo o anulable
si resulta ostensible el vicio o no.
“La nulidad pronunciada por los jueces -dice el art. 1050 vuelve las cosas al mismo o
igual estado a que se hallaban antes del acto anulado” Una de las consecuencias más
importantes del principio es la consagrada por el art. 1052 “la anulación del acto obliga
a las partes a restituirse mutuamente lo que han recibido o percibido en virtud o por
consecuencia del acto anulado”.
Respecto de los incapaces se consagra una importante excepción por el art. 1165
que condiciona la restitución de lo dado o el reembolso de lo pagado o gastado, a la
prueba de la subsistencia en el patrimonio del incapaz al tiempo de iniciación de la
demanda, o a la prueba de que redundó en su provecho de manera manifiesta. Prueba
que corre por cuenta de la parte capaz.
La ley consagra un verdadero “privilegio” a favor del incapaz que se justifica sólo a
medias, si restringimos su alcance a los incapaces de obrar, excluyendo a la incapaci-
dad jurídica a mérito de su inferioridad física o mental. Se ha querido evitar así que la
sanción de nulidad provocara el empobrecimiento del incapaz y que tal situación obstara
a la demanda de nulidad a la que tiene derecho.
109
4.14. QUIEN PUEDE PEDIR LA NULIDAD POR
INCAPACIDAD DE HECHO
Cuando la nulidad sea absoluta, la pueden alegar todos los que tenga interés en
hacerlo, incluido el Ministerio Público excepto el que ha ejecutado el acto, sabiendo o
debiendo saber el vicio que lo invalidaba, y si es nulo por ser ostensible, puede y debe
ser declarada por el Juez.
Cuando la incapacidad de hecho genera una nulidad relativa, pueden alegar la nuli-
dad del contrato:
b) sus representantes (mientras la persona sigue siendo incapaz) es decir, los pa-
dres, tutores o el Ministerio de Menores.
Cuando la incapacidad de hecho genera una nulidad absoluta, pueden alegar la nuli-
dad del contrato:
a) incapaz
b) sus representantes
c) herederos
d) terceros interesados
e) Ministerio Público
f) el Juez de oficio (admitido por la jurisprudencia).
Excepción: “Si el incapaz hubiese procedido con dolo para inducir a la otra parte a
contratar, ni él ni sus representantes o sucesores tendrán derecho para anular el con-
trato”.
Sin embargo, el incapaz puede alegar la nulidad aún cuando obró con dolo cuando el
dolo consistiese en la mera ocultación de la incapacidad o cuando el incapaz fuere
menor impúber.
110
JURISPRUDENCIA DE CONSULTA NECESARIA
- Principio de autonomía de la voluntad: L.L. 1979-D-578; L.L. 1982-A 133; L.L. 1983-
B218 con nota de Manuel Antonio Laquis; L.L. 1985-C-508.
- Precontrato: Rep. L.L. XLII, A-I, 466-sum.1, sum.2, sum.3; L.L. 1985-C-508; Rep.
L.L. XLIII, A-I, 466 7, sum. 8; L.L. 1985-C-508; Rep. L.L. XXXIX, A-I, 389 sum. 17;
Rep. L.L., A-I, 605 sum. 25.
- Formación del consentimiento: Oferta: Rep. L.L. XLIV, A-I, 440 su.6; Rep. L.L. XLI,
A-I, 603 sum. 10.
Rep. LL XLI, A-I, 603 su.9; Rep. L.L. XL, A-I, 470 sum. 5; Rep. L.L. XXXIX, A-I, 389
su. 18; L.L. 1980-B-420; L.L. 1984-B-422; L.L. 1981-C 345; L.L. 1981-B-223; L.L.
1984-C-217 (aceptación tácita) con nota de Fernando Highton; L.L. 1979-C-489
con nota de Federico Fleitas Ortiz de Rozas; L.L. 1979-D-322.
L.L. 62-72; L.L. 130-836; L.L. 45-807; L.L. 127-1204; L.L. 122-1140 L.L. 64-222
(“Los límites de la autonomía de la voluntad” Antonio Orgaz)
111
Actividad Nº 11
- A través del análisis de la jurisprudencia citada anteriormente (por los menos 2),
realice la transferencia de los contenidos conceptuados.
112
DIAGRAMA DE CONTENIDOS - UNIDAD V
PRESTACIÓN COSAS
LITIGIOSAS
OBJETIVOS DE
REQUISITOS PACTOS
LOS CONTRATOS
VALOR EXISTENCIA
PATRIMONIAL DE LA COSA
113
114
UNIDAD V
EL objeto, consentimiento y causa son los elementos estructurales del contrato, los
que se encuentran íntimamente relacionados entre sí, a punto tal que el concepto que
se tenga de uno de ellos condiciona los restantes (Veremos que algunos autores am-
plían el concepto de objeto abarcando a la causa y otros, por el contrario, en el concep-
to de causa abarcan lo que otros entienden por objeto).
Ha habido quienes afirman que del análisis jurídico surge que un contrato no tiene
objeto sino que tiene efectos y tales efectos consisten en la producción de obligacio-
nes, siendo esas obligaciones las que tienen un objeto (Ripert y Boulanger).
El contrato es un acto jurídico que tiene por fin inmediato reglar derechos
entre las partes, adquirirlos, modificarlos, transferirlos o extinguirlos.
Por ello, no puede exceder de la esfera de acción de todo acto jurídico, y siendo una
especie de acto jurídico, el objeto de los contratos es una especie de los objetos de los
actos jurídicos; de allí que las normas generales que reglan el objeto de los actos
jurídicos se aplican a los contratos; disponiéndolo así, expresamente, el art. 1167 C.C.
Además, al decir de este mismo autor, siendo el contrato una de las principales
fuentes de las obligaciones, todo lo reglado sobre las obligaciones en general, rige
respecto de los contratos (principio también sentado por el art. 1167).
Cabe puntualizar que el objeto del contrato no debe identificarse con los efectos, así
como tampoco es admisible sostener que el contrato y la obligación tienen un mismo
objeto. El contrato es fuente de relaciones jurídicas obligacionales. La obligación tiene
por objeto la prestación: de dar, hacer o no hacer; y la prestación, finalmente, tiene por
objeto las cosas o servicios debidos.
Así, los arts. 1.168 del C.C. confunden el objeto de la obligación -la prestación- con
el objeto del contrato (leer atentamente dichos artículos). Por otra parte, los arts. 1.170
y concordantes de igual cuerpo legal, hablan de “las cosas objeto de los contratos”,
cuando -como se dijo- las cosas, junto con los servicios, constituyen el objeto de las
prestaciones.
115
Siguiendo a Mosset Iturraspe (quien sigue los lineamientos de los Mazeaud) dire-
mos que el objeto de los contratos es:
Si sostenemos que el objeto del contrato son las obligaciones que de él nacen,
incurrimos en el equívoco entre los efectos y el objeto del instituto jurídico examinado.
Ahora bien, cabe tener presente que la libertad de las partes para contratar sobre el
objeto -operación jurídica destinada a la creación, modificación, trasmisión o extinción
de relaciones jurídicas obligacionales- que más convenga a sus intereses, “autonomía
de la voluntad”, se encuentra limitada en consideración a los particulares que concu-
rren a la celebración del negocio y en atención al interés de la comunidad.(1)
Contestando la teoría de Spota se dice que, tanto el objeto (que responde a la pre-
gunta “quid debetur”) como la causa (que responde al cui debetur) indagan el por qué
de la formación del vínculo contractual y ambos, admiten una consideración individual
y otra social, pero no justifica que identifiquemos uno con otro.
Como el contrato generalmente origina obligaciones y éstas tienen como objeto a las
prestaciones, el art. 1.168 establece que: toda especie de prestación puede ser objeto
de un contrato, sea que consista en la obligación de hacer, sea que consista en la
obligación de dar alguna cosa y, en este último caso, sea que se trate de una cosa
presente, o de una cosa futura, sea que se trate de la propiedad, del uso o de la
posesión de la cosa.
5.1 PRESTACIÓN
1. Según la teoría de Spota esos dos aspectos salientes del objeto del contrato serán el “objeto fin
individual” y el “objeto fin social” con la particularidad de que dicho autor, aún cuando hace un
importante aporte en cuanto a la concepción solidarista del derecho, da un sentido amplísimo del
objeto aprehendiendo en él la idea de la causa-fin, entendida ésta como motivo determinante.
116
tado distinguir un objeto inmediato de la obligación constituida por la prestación y un
objeto mediato, constituido por la cosa, el hecho del deudor o su abstención.
La operación jurídica que las partes quieren celebrar puede ser lícita o ilícita, confor-
me con el ordenamiento jurídico o contraria a él.
Así como el pacto sobre “herencia futuras” encuadra dentro del supuesto enunciado
con a), por ser una operación jurídica contractual vedada por la ley, la violación al
orden público (inc. b anteriormente detallado), no se halla subordinada a la violación de
ningún texto en particular, sino que contradice los principios fundamentales e intereses
generales sobre los cuales descansa el ordenamiento jurídico. En cuanto a las buenas
costumbres, cuya trasgresión vuelve inmoral el contrato, se identifican con la moral.
La moralización del contrato como el imperio del orden público se logra, más que
con reglas destinadas a señalar uno a uno los objetos que contrarían aquella finalidad,
con preceptos, que -como el art. 953 C.C.-, se limitan a contener un standard o prototi-
po de conducta.
117
Actividad Nº 12
118
5.2.2 Objeto Posible
Según lo dice el art. 1.148 C.C. (en la parte referida a la oferta), no puede haber
contrato si el objeto no es una operación jurídica determinada. Por su parte, los arts.
1.170 y 1.171 se refieren a la determinación con relación al objeto de la prestación: los
bienes.(2)
El requisito de la posibilidad surge del art. 953 C.C. volviendo al tema los arts. 1.172,
1.173, 1.174, 1.177, 1.178 y 1.179.
En una opinión muy interesante y precisa, Mosset de Espanés entiende que, desde
el punto de vista del objeto del contrato y no desde el punto de vista del objeto de la
prestación, la posibilidad del objeto es lo relativo a la idoneidad de la cosa o la conducta
para ser objeto de un tipo de negocio, o sea, con relación a cada negocio singular en
concreto. Por ej., las cosas ajenas no pueden ser objeto del contrato de compraventa
pero pueden darse en locación, depósito, etc. Las cosas futuras pueden ser objeto de
los contratos, pero no pueden donarse. La locación de cosas, el depósito regular y el
comodato no pueden darse sobre cosas fungibles o consumibles, ocurriendo lo contra-
rio respecto al mutuo. Las cosas fuera del comercio pueden darse en arrendamiento.
Para algunos seguidores de esta tesis no era suficiente para acordar acción al acreedor
de una obligación, que el objeto fuera en sí mismo susceptible de apreciación pecunia-
2. En este punto autores como Piantoni confunde el objeto de las obligaciones con el de los contratos.
119
ria, sino que exigían además, que presentara para aquél, una ventaja apreciable en
dinero. Debía darse la patrimonialidad en el objeto de la prestación y el interés del
acreedor.(3)
Un criterio totalmente opuesto es el que sostenía Ihering para quien, un interés serio
y legítimo debía ser suficiente para que el derecho amparara al acreedor, prescindiendo de
la patrimonialidad o no del objeto. (siguieron esta tesis en nuestro país Babiloni y Colmo)
La existencia de la cosa influye sobre la suerte del contrato. El contrato puede enca-
rar la cosa como existente o prever su existencia para el futuro.
120
Similar razonamiento cabe cuando las cosas futuras son objeto de una promesa de
dar la que queda sujeta al hecho “si llegase a existir” (art. 1.173):
I.- Los pactos de institución: es decir, las convenciones por las cuales los contra-
tantes persiguen instituir o designar legatarios a un tercero, a uno de ellos o hacerlo
recíprocamente (art. 3.618).
II.- Los llamados pactos de renuncia: de los que se derive una abdicación a una
herencia futura, prescripto por la doctrina que surge de los arts. 3.311, 3.312 (este
principio, extensivo a la legítima, encuentra una excepción en el art. 3.604).
III.- Los pactos de disposición que implican una aceptación actual de una herencia
futura y al mismo tiempo negociación sobre ella (prohibidos por las disposiciones de
los arts. 1.175 y 1.176).
4. Es que la cosa donada no puede una vez aceptada la donación, quedar a la suerte de la voluntad
del donante de incorporarla o no a su patrimonio; sería una facultad que desvirtuaría la donación
puesto que el donante podría dar y quitar, lo que no es admitido ya que la donación es actual e
irrevocable.
121
5.7. COSAS LITIGIOSAS, PRENDADAS:
De los arts. 1.174 y 1.179 surge que las cosas litigiosas dadas en prenda o en
anticresis, hipotecadas o embargadas, pueden ser objeto de la obligación, contenido
material de la prestación a que se obliga a cumplir el deudor en virtud del contrato.
Entre las partes es válido ese contrato pero el que dispone de esa cosa, responde de
todas las pérdidas e intereses que el contrato irrogue al tercero, contraparte en el litigio
o titular de la prenda, de la anticresis, de la hipoteca, del embargo, ya no sólo por el
hecho propio, sino también, por el hecho que provenga de su contratante. Todo ello, si el
contrato ha sido sobre esas cosas en las condiciones mencionadas y con el pleno
conocimiento de ambas partes sobre las condiciones sujetas de la cosa. Pero si se ha
dispuesto de la cosa como si fuera libre, actuando de mala fe y la otra parte lo ha
aceptado de buena fe, el que dispuso de mala fe como si fuera libre comete el delito de
estelionato (estafa del Cód. Penal art. 179 inc. 9º) respondiendo también por los daños
y perjuicios que sufra su contratante.
122
Actividad Nº 13
PACTOS
123
124
DIAGRAMA DE CONTENIDOS - UNIDAD VI
Evolución
Concepción clásica
El Anticausalismo
Doctrina Nacional
CONCEPTO CAUSA
ILICITA
LA CAUSA
FALSA
CAUSA
125
126
UNIDAD VI
6.1 LA CAUSA
Aparece así la causa como subjetiva, concreta y variable en cada negocio jurídico,
aún en los de la misma especie.
Variable: porque tratando de apreciar el móvil que ha guiado a las partes será distin-
ta en cada contrato.
Más que hablar de causa del contrato corresponde aludir a la “causa del acto jurídi-
co” en general, pues, concebida como la razón que determinó la voluntad del otorgante,
127
es aplicable a todos los negocios jurídicos, con prescindencia del número de partes
intervinientes y de tratarse de actos entre vivos o de última voluntad.
Los arts. 500, 501 y 502 que legislan con respecto a la causa -fin lo hacen con
referencia al contrato (según Mosset de Espanés eso no debe extrañarnos si tenemos
en cuenta el carácter de categoría invasora que reviste en el Cód. Civil).
No podemos identificar la causa con los motivos puramente personales, por lo co-
mún numerosos, variables hasta el infinito y las más de las veces, reservados en la
mente de las partes. Causa y motivo, aún siendo de la misma sustancia psicológica, no
se confunden.
128
Reales: la causa equivale a la prestación que se anticipa y acepta y deja fundado el
derecho a exigir otra prestación en correspondencia a la primera.
Estas enseñanzas fueron recogidas por el Cód. Civil de 1.804, incluyendo a la causa
entre los elementos esenciales del contrato.
Bonnecase sintetiza el concepto expuesto por la doctrina clásica diciendo que: “la
causa es el fin abstracto, idéntico en todos los actos jurídicos pertenecientes a la
misma categoría, que persiguen fatalmente al autor o autores de un acto jurídico deter-
minado”.
a) Falsa: porque en los contratos onerosos una de las prestaciones no pueden ser la
causa de la otra porque la causa precede naturalmente al efecto y las dos obliga-
ciones nacen al mismo tiempo; en los contratos reales la entrega de la cosa no es
la causa de la obligación de restituir sino que es la causa eficiente, generadora; en
los a títulos gratuitos se basa en una confusión entre la causa y los motivos.
129
Freitas se muestra contrario al concepto de causa en los contratos.
Para Capitant (llamado el precursor de estas teorías por la proximidad con la doctri-
na clásica, algunos piensan que por ello se detuvo a mitad del camino) la causa del
contrato residía en la causa de las obligaciones definiéndola como la “consideración
del fin” a cumplir por el negocio. En algunos contratos, como la compraventa, la causa
es siempre la misma, la voluntad de obtener la ejecución de la obligación asumida por
el otro contratante o sea de lograr el cumplimiento. En las donaciones la causa es la
intención de efectuar una liberalidad, el motivo determinante, y será lícita cuando am-
bas partes lo han tomado en consideración y han manifestado tal circunstancia.
Videla Escalada la define como: “finalidad o razón de ser del negocio jurídico,
entendida en el doble sentido de la causa categórica de la figura en cuestión y de los
130
motivos psicológicos relevantes, admisibles para el derecho, que en la hipótesis con-
creta, hayan impulsado a las partes a concluir el acto”.
Machado y Colmo distinguen con nitidez la causa eficiente del art. 499 de la causa
fin de los arts. 500/02, enrolándose en el causalismo clásico de Domat y Demolombe.
Para Risolía el concepto de causa fin estaría ubicado dentro del concepto de con-
sentimiento o en el objeto.
Llambías sigue similar concepto para su consideración del derecho vigente pero
propugna apartarse de quienes compenetran objeto y causa en el anteproyecto de
1.954.
Spota afirma la inutilidad del concepto de causa-fin entendiendo que todo lo que se
predica sobre él cabe perfectamente dentro de la noción de objeto del acto jurídico, y
por tanto de la obligación, sea el objeto fin individual o el objeto fin social.
131
La concepción neocausalista dualista es sostenida por Borda y Videla Escalada.
Borda afirma que comparte el criterio subjetivo de la causa pero, “nos guardamos bien
de caer en subjetivismos estériles -afirma- que no hacen sino que desprestigiar esta
teoría” agrega que “la causa está integrada por todo lo que ha, sido determinante de la
voluntad del sujeto, siempre que esta finalidad esté incorporada expresa o implícita-
mente al acto mismo, comprendiendo:
López de Zavalía indica que está con los causalistas en cuanto sostienen la utilidad
y necesidad lógica -a su entender- del concepto de causa, pero mientras ellos sólo se
ocupan de la causa de algunos fenómenos y con referencia a la obligación sólo inquie-
ren por la causa fuente, la causa fin y la ocasional, él entiende que el tema abarca
todos los fenómenos y que las causas concretas pueden ser tantas, que su estudio
desborde de todas las clasificaciones conocidas. Alude a que cada vez que nos encon-
tremos con la palabra “causa” en algún artículo del Cód. Civil, tendremos que verificar
especial análisis para indagar a qué problema concreto se está aludiendo. Y está con
los anticausalistas en tanto entiende que muchos de los problemas que los causalistas
entienden resolver con la causa, se solucionan directamente con los preceptos concre-
tos que la ley trae en ciertos temas, como por ej. el objeto y el consentimiento.
Discrepa con ellos en cuanto piensa que no usar la palabra no equivale a renunciar
al concepto; si un problema concreto se decide según las reglas de la ley sobre el
objeto, no es porque la causa carezca de interés sino porque se ha llamado “objeto” a
una de las causas constitutivas del acto.
132
Actividad Nº 14
Concepción
sobre el Doctrina
concepto Nacional
de causa
133
6.3 PRESUNCIÓN DE LA EXISTENCIA DE CAUSA
Según el art. 500 del CC: “Aunque la causa no esté expresada en la obligación (acto
jurídico o contrato), se presume que existe, mientras el deudor no pruebe lo contrario”.
Ello tiene especial importancia en cuanto al error sobre la causa principal del contra-
to, puesto que uno de los contratantes es susceptible de equivocarse sobre la existen-
cia o móvil que le hace obrar, en cuyo caso la inexistencia del móvil entraña la nulidad
del contrato por falta de causa. (art. 926)
“La obligación (acto jurídico o contrato) será válida aunque la causa expresada en
ella sea falsa, si se funda en otra causa verdadera”.
Esta cuestión planteada por una causa que oculta otra existente, real o lícita se
vincula con el problema de la simulación. Interesa la real y no la aparente (simulación
relativa) pero hay que tener en cuenta que el art. 459 dice que: “Los que hubieren
simulado un acto -el motivo determinante- con el fin de violar las leyes o de perjudicar
a un tercero, no pueden ejercer acción alguna el uno contra el otro, sobre la simulación
, salvo que la acción tenga por objeto dejar sin efecto el acto y las partes no puedan
obtener ningún beneficio con la anulación”.
“La obligación (acto jurídico o contrato) fundada en una causa ilícita es de ningún
efecto. La causa es ilícita cuando es contraria a las leyes o al orden público”.
Aún siendo lícito el objeto, por ej. la compraventa, o locación de inmuebles, la nuli-
dad puede provenir de la causa ilícita -la finalidad perseguida- e igualmente, un objeto
ilícito como puede ser el contrato sobre herencias futuras, puede estar motivado en
una causa lícita como lo sería el evitar dificultades o litigios entre los futuros herede-
ros.
Estando de por medio un interés público la nulidad acarreada por la causa ilícita no
es susceptible de confirmación, es absoluta (Explicación: si es absoluta es inconfirmable
134
y ello ocurre cuando está de por medio un interés público. Es anulable, porque se
necesita descubrir el fin perseguido). La necesidad de descubrir el fin perseguido
permite calificar al contrato de anulable.
135
136
DIAGRAMA DE CONTENIDOS - UNIDAD VII
Documentos y
Declaraciones
137
Art. 1.184 del C.C.
Boleto de
Compraventa Su análisis
En sentido genérico podemos decir que la palabra “forma” designa a cualquier medio
exteriorizante de la voluntad, en tal sentido podemos decir que todo contrato tiene una
forma, a la que llamaríamos “forma esencial”.
De acuerdo con esto y teniendo presente que todos los contratos tienen forma,
habría que decir que son contratos formales los que tienen una forma impuesta y no
formales los que no la tienen.
La finalidad del formalismo de los pueblos antiguos era producir en los contratantes
una impresión profunda, herir sus sentidos para hacer más duradero el recuerdo del
contrato. La forma estaba impuesta en beneficio de las partes.
139
ción de las circunstancias, aseguramiento de la prueba) tiene en cuenta sus inconve-
nientes: lentitud en la conclusión de los negocios, onerosidad, nulidades pronunciadas
en razón de la omisión de formas, etc.
Son ejemplos de formas impuestas por la ley la escritura, que el acto sea realizado
por oficial público o por escribano público, con el concurso del juez del lugar. En cuanto
a las formas libres las partes pueden acudir y utilizar las que consideren más conve-
nientes.
Cuando por defecto de forma prescripta “ad substantiam” no surge un negocio jurídi-
co sino que se engendra otro diferente, con efectos parcialmente distintos, ocurre lo
que se denomina “conversión del negocio jurídico”.
En nuestro derecho encontramos ejemplos como el art. 1.185 que respecto a los
contratos que debiendo ser hechos por escritura pública fuesen hechos por instrumen-
tos particulares, prescribiendo que:
“No quedan concluidos como tales pero quedarán concluidos como contratos en que
las partes se han obligado a hacer escritura pública. En el ámbito del contrato de
sociedad (arts. 1184 inc. 3º y 1.663 y ss) permite convertir en sociedad irregular o de
hecho, el negocio social celebrado con omisión de la escritura públicas dispuesta por la
140
ley. En la donación, cuando no es actual sino condicionada al fallecimiento del donante,
será nulo como contrato y sólo valdrá como testamento cuando esté hecha con las
formalidades de estos actos jurídicos”.
En algunos supuestos bastará la declaración cuando la ley no exige una forma deter-
minada.
Según el art. 1.021 CC. los actos que contengan convenciones bilaterales deben ser
redactados en tantos ejemplares, como partes hayan con un interés distinto.
La finalidad es exigida “ad substantiam”, o sea, para la validez del contrato, pero
probada la documentación, puede probarse o demostrarse por otros medios, el conte-
nido a su tiempo documentado.
Omitido el requisito del doble ejemplar, se vuelve ineficaz el documento único (aún
cuando mantengan validez las declaraciones en él contenidas. El contrato podrá pro-
barse por otros medios pudiendo servir el documento de principio de prueba por escrito
(art. 1.092 C.C.)
141
CONTRATOS FORMALES
Ejemplo 1 Ejemplo 2
En rigor, según la definición de contrato formal sólo serían “formales” las “ad
solemnitatem”.
Entre las “ad probationem” se incluyen a “las que tengan por objeto una cantidad
superior a los diez mil pesos” (art. 1.193) y a la fianza (art. 2.006). La doctrina tradicio-
nal incluye en esta categoría a los contratos que, pese a tener dispuesta una forma
(art. 1.184), cuando ella es omitida, producen los efectos del art. 1.185; ejemplificando
con la compraventa de inmuebles.
142
Otros autores (Mosset Iturraspe por ej.) piensan que: “lo que permite ubicar a los
contratos solemnes en una u otra categoría es la expresa referencia legal a la privación
de todo efecto civil o del efecto dispuesto por el art. 1.185”.
Dice Piantoni que la modificación introducida al art. 1.185 por la ley 17.711, al supri-
mir la frase “bajo pena de nulidad”, implica que el artículo exige la escritura pública
como requisito formal pero sin determinar la consecuencia jurídica para el caso de
omisión. Por esto debe entenderse que los efectos de tal omisión deberán buscarse en
la parte que el Código dispone el tratamiento especial de cada uno de los contratos que
allí se enumeran, para saber si la ley exige la forma “ad solemnitatem” o “ad probationem”,
conforme se la sancione con nulidad o no.
De lo que se desprende de la redacción del art. 1.184 surge que se exige escritura
pública para los actos y contratos allí enumerados, salvo que fuesen celebrados en
subasta pública. Ahora bien, no todos los actos o contratos enumerados en dicha
norma se pueden celebrar por remate judicial.
Además, siendo la subasta pública una forma de contratación, no todo contrato que
se celebre por este medio está eximido de la formalidad de la escritura pública (por ej.
la subasta pública privada) porque la especie de subasta pública a la que se refiere el
art. 1.184 es el remate judicial, realizado con intervención de la justicia con las forma-
lidades de la ley de procedimientos, siendo prueba de tal contrato, (remate judicial) las
copias del expediente debidamente autenticadas o las constancias del mismo.
6. Por lo que algunos entienden que debería haberse colocado la salvedad al finalizar el inc. 1º y había
un error de redacción o transcripción.
143
Actividad Nº 15
144
7.5 ANALISIS DEL ART. 1.184 DEL COD. CIVIL
Abarca distintos actos jurídicos, contratos, pero todos referidos a derechos reales
sobre inmuebles. En tales supuestos la forma es exigida en algunos supuestos “ad
solemnitatem” y en otros “ad probationem”. Para saber cuándo es un caso u otro aduce
Piantoni que debe estarse a lo que alude cada contrato en particular. Por ej. en el
contrato de compraventa nada se dispone al respecto, luego la escritura se requiere
“ad probationem”; en el contrato de donación de inmuebles el art. 1.810 dispone la pena
de nulidad, en cuyo caso la formalidad es “ad solemnitatem”.
Inciso 2º: luego de la reforma de la ley 17.711 no hay duda que las particiones
pueden hacerse extrajudicialmente en instrumento privado presentado al juez de la
sucesión, quien podrá exigir ratificación ante el mismo o la autenticidad de la firma de
los intervinientes. (Se discute si, por analogía, se aplica igual solución para el caso de
desistimiento que lo dispuesto en el art. 838.)
Inciso 3º: también reformado por la ley 17.711, exige en todos los contratos de
sociedad civil y sus prórrogas la escritura pública; exigencia “ad probationem”.
Inciso 4º: referido a las convenciones matrimoniales y constitución de dote (la ley
17.711 eliminó la última parte referida a “que pase de mil pesos”). El art. 1.223 sanciona
con nulidad y el art. 1.241 declara que la promesa de dote no puede probarse más que
con escritura pública; por la que la forma es exigida “ad solemnitatem”.
Inciso 5º: se refiere al contrato de renta vitalicia, entendiendo Piantoni que, como en
el art. 2.071 se dispone para los contratos onerosos de renta vitalicia la nulidad; la
escritura pública, es exigida “ad solemnitatem”. Mosset Iturraspe, coincidente con su
criterio, entiende que relacionando ambos artículos (el 1.184 y el 2.071) celebrado este
contrato por escrito o verbalmente, vale como promesa o “boleto” que obliga a cumplir
con la escrituración según el art. 1.185.
- cesión: acto por el cual un heredero transmite a otros los derechos que le corres-
ponden en una sucesión;
- repudiación: acto por el cual la persona llamada a recoger una herencia rehusa
su aceptación; y
- renuncia: cuando una persona hace abandono o abdica derechos hereditarios que
había aceptado.
145
Ha interpretado la jurisprudencia que la escritura pública no puede ser suplida por el
acto judicial ni por la protocolización de un instrumento privado.
Inciso 7º: se refiere a los poderes generales o especiales para ser presentados en
juicio, los poderes para administrar, y cualquier otro que tenga por objeto un acto
redactado o que deba redactarse en escritura pública.
Inciso 9º: su omisión queda sujeta a la suerte del acto principal donde consten las
acciones o derechos cedidos, y por tanto el carácter “ad solemnitatem” o “ad probationem”.
Inciso 10: deben hacerse por escritura pública todos los actos accesorios de contra-
tos redactados en escritura pública, siguiendo su suerte en cuanto a los efectos de la
omisión (Por ej.: la aceptación de donación de inmueble realizada por separado debe
hacerse por escritura pública.)
La formalidad se exige “ad probationem” con los efectos del art. 1.185.
En estos casos, si la solemnidad es exigida por la ley o por las partes “ad
solemnitatem”, haciendo a la esencia del acto, serán nulos y no tendrán eficacia jurídi-
ca, a menos que una disposición expresa admita su conversión.
146
La conversión es la transformación de un negocio nulo en un negocio válido
con efectos más limitados que el negocio válido.
No debe confundirse la conversión del acto, permitida por la ley, con la reiteración
del acto que las partes pueden disponerse a realizar nuevamente como si se tratara de
una nueva e independiente operación.
La conversión debe estar autorizada por la ley o las partes “ad probationem”, rige el
art. 1.185 salvo que -según lo dispone el art. 1.186- las partes hayan declarado en
instrumento particular que sin la escritura el acto no valdrá.
A su vez, el artículo 1.187 dispone que la obligación de que habla el art. 1.185, será
juzgada como obligación de hacer y la parte que se resistiere a hacerlo podrá ser
demandado por la otra para que otorgue la escritura pública, bajo la pena de resolverse
la obligación en el pago de pérdida e intereses.
147
Actividad Nº 16
1) Determine la forma estipulada por el art. 1.184 para los siguientes casos. (Si es
con efectos “ad solemnitatem” o “ad probationem”.)
- contrato de donación:
- constitución de la dote:
148
7.7 BOLETO DE COMPRAVENTA
SPOTA, con claridad expresa: “El Boleto de compraventa responde a una necesidad
económica, una necesidad argentina. No es un círculo inútil. El boleto es un instituto
nuestro, argentino. Hasta el nombre es nuestro, argentino. Los maestros se abstenían
de emplear la palabra Boleto. Hablaban de la promesa bilateral de compraventa. Hablar
de Boleto era incorrecto. Hoy nuestra ley ha superado esos escrúpulos. Se habla de
Boleto, implicando una terminología legal, dos veces, en el art. 1.185 bis y en el art.
2.355.
7. Se omiten aspectos de suma trascendencia para el curso superior cuando en Reales se estudie el
tema; reservándose para tal oportunidad, lo relativo a los efectos del boleto compraventa, la
posesión derivada del boleto de compraventa y el boleto en relación a la Ley 14.005.
149
Lo cierto es que compramos con simples Boletos sin interesarnos los Registros de
la propiedad, sin interesarnos la inmediata escrituración (por lo demás imposible de
obtenerla al instante) y, después vienen los problemas. Es la conducta argentina, un
poco desordenada. Pero, un jurista francés, JEAN CRUET, en “La vida del derecho y la
impotencia de la Ley”, decía que mucho desorden es anarquía, pero un poco de desor-
den es progreso. Dentro de estas disposiciones hay progreso. Se quiere poner un poco
de justicia en éstas adquisiciones”.
Tan importante se vislumbra el tema que nos ocupa, que la Ley 17.711, al reformar el
código, coloca como art. 1.185 bis en desigualdad de situación a los distintos acreedo-
res de un determinado sujeto que ha caído en quiebra o concurso. Ya que si por igual-
dad de condiciones nos debiéramos regir deberíamos colocar al comprador por Boleto
junto a los demás acreedores quirografarios del fallido.
Tan es así, que autores como SAJON Y LEO GOMEZ han tildado de inconstitucional
la norma por ir contra el principio de igualdad de los acreedores. Claro que en defensa
de tal acusación se levantaron voces como la de AUGUSTO MORELLO considerando
que tal distinción obedece a razones de interés general y no al mero arbitrio del legisla-
dor. Al respecto, la Corte Nacional tiene reiteradamente resuelto que el precepto del
art. 16 de la Constitución Nacional no impone una rígida igualdad (Fallos v. 238, p. 60) ni
responde a un propósito de hostilidad contra determinada persona o grupo de personas
(Fallos v. 205 p. 68.)
Pero la “realidad del tráfico transita” por otras sendas, y así posteriores exigencias
socio-económicas traen por consecuencia división de la tierra por fraccionamiento y su
venta en lotes y a plazos. Nace la propiedad horizontal, toma auge la contratación y el
tráfico jurídico. Demora más el proceso notarial de escrituración por el aumento de
deberes fiscales, y ello trae aparejado dotar al Boleto de Compraventa de la extraordi-
naria vigencia con que hoy cuenta como instrumento del tráfico jurídico (cita de MARIO
ZINNY.)
150
realiza o materializa con el acto escrituario y el posterior cumplimiento de otros requi-
sitos legales, relativos a la publicidad de la enajenación.
Cabe acotar, en respaldo de la tesis del Dr. ORGAZ que califica a un acto de dispo-
sición como aquel que ... compromete su porvenir -del capital- por largo tiempo. Tanto
que llegó a considerar en doctrina, en tiempos de leyes de emergencia de locación, que
dar en alquiler o arrendamiento una finca, local o viviendo por largo tiempo, implicaba
un acto de disposición.
“El Boleto de Compraventa, con el sólo pago de la seña, es el título que determina la
naturaleza del bien, según la fecha de su adquisición. Las fechas de posesión y de
escrituración son inoperantes para determinarla. Siempre quedará a favor de la socie-
dad conyugal un crédito, por el dinero que perteneciéndole se hubiera invertido en el
pago del saldo del dinero”.
Es dable destacar que en el día de hoy son tantos y tan frecuentes los problemas
que ha suscitado el Boleto de Compraventa que nadie puede permanecer ajeno a su
importancia trascendental. Y digo trascendental porque en el caso que me ocupa el
Boleto de compraventa inmobiliaria, se está poniendo en juego uno de los bienes que
mayor importancia tiene en la riqueza del hombre de nuestros días. Con él se pone en
juego las más de las veces la vivienda de un sujeto.
151
Actividad Nº 17
2) Especifique las causas que generan el surgimiento y las consecuencias que pro-
duce el Boleto de Compraventa.
152
7.8 NATURALEZA JURÍDICA DEL BOLETO DE COMPRAVENTA
7.8.1 Introducción
Lo grave es, al decir de este autor, que todos tienen al respecto su posición tomada
y nadie está dispuesto a escuchar nada, no hay diálogo, a menos que pueda llamarse
tal, al que se entabla entre sordos.
De manera que tendremos que enfocar este tema desde las distintas posturas de los
autores -y que son muchos-, apreciando conjuntamente sus argumentos, fundamen-
tos, y las críticas que han merecido.
Para comenzar este tema vamos a tratar la posición sostenida por este autor en su
libro: “Teoría de los contratos, Parte General”.
Encuadra el tema de la siguiente manera: “Antes que nada -se pregunta- debemos
saber cuál es el código que nos rige. Por ello nos dice que existen dos escuelas:
a) La encabezada por Llambías que sostiene que la Ley 17.711 ha sustituido algu-
nos artículos, modificados otros, agregado algunos y derogado expresamente
muy pocos artículos del Código Civil.
b) La encabezada por Borda que sostiene que además, la ley ha derogado tácita-
mente todo el resto del CC. que no entre en armonía con la reforma.
153
posiciones acerca de la derogación que sufre el CC. con la reforma. Expresa: “Es
preferible que los jueces nos juzguen por las leyes y no con las convicciones íntimas”,
con lo que ya está tomando partido en una teoría formalista.
El 1.185 decía que si deben ser hechos por escritura pública y esto no se cumplía,
no quedan concluidos como tales contratos y el valor que tienen, es dar acción para
obtener la escrituración.
La Tesis formalista tenía más argumentos pero creía que con esos dos artículos tan
expresos era bastante. (“Cándida inocencia la de los partidarios de la tesis formalista,
porque los aformalistas eran igualmente sencillos en su razonamiento”).
154
Con la Ley 17.711 se quita la frase “bajo pena de nulidad” con lo cual parece triunfar
los aformalistas. Pero en lugar de ese argumento los formalistas esgrimieron otros
nuevos y la disputa sigue igual.
Recurre a las fuentes, diciendo que nuestro arts. 1.184 y ss, están tomados del
1.929 del Esbozo de Freitas, no de García Goyena. Nos dice, sí, que la promesa de
venta vale venta, pero agrega: “Siempre que la promesa esté revestida de las formali-
dades exigidas para la venta”. Es decir que para que nuestra promesa de venta, según
García Goyena, valiera venta, tendría que estar revestida también de escritura pública.
Entonces ya el Boleto de Compraventa no vale absolutamente nada.
Cita la nota expresa de Vélez al art. 4.012, donde pone como ejemplo de título nulo al
actual boleto de compraventa.
Por ello expresa que hay que buscar la voluntad que vive autonóma en el seno de la
Ley, interpretar la Ley y no las fuentes.
Parafraseando a ALL ROSS dice: “Uno de los más preciosos elementos para inter-
pretar las leyes son los antecedentes y las fuentes, cuando nos dan la razón los
invocamos y sino los ocultamos. Pero cuando se quiere hacer ciencia del derecho hay
que decir la verdad, y las fuentes no tienen valor ni cuando nos niegan la razón ni
cuando nos la dan”.
El Boleto de Compraventa obliga a escriturar, sin embargo en los 111 arts. que tiene
el CC, sobre el contrato de compraventa a partir del art. 1.323, no se establece la
obligación de escriturar como emergente de la compraventa, sino que emerge del con-
trato por instrumento privado o Boleto de Compraventa Entonces, la tesis aformalista
equipara la promesa de venta a la venta, pese a un texto expreso de la ley (CC.) que
establece la distinción (1.324 inc. 2º)
155
A pesar de que se sacó la expresión “bajo pena de nulidad” del texto del art. 1.184,
sigue siendo argumento. No hace falta que un texto sancione expresamente con la
nulidad, si de su redacción surge un mandato legal; “Deben ser hechos ...”. Y quien no
cumple con el mandato legal en materia civil sobre las formas de realización de un acto
tiene como sanción la nulidad.
En segundo lugar porque este art. sigue estando en el Cap. IV de “las Formas de los
Contratos”, y sabemos que la inobservancia de las formas acarrea la nulidad.
En tercer lugar porque siguen estando los arts. 1.182 y 1.183 que legislan expresa-
mente sobre las consecuencias que se siguen de la inobservancia de las formas y que
remiten a las disposiciones generales de “Las formas de los Actos Jurídicos”.
Los que invocan la modificación del 1.184 borran con el codo lo que escriben con la
mano, ya que aún está el 1.810 que al hablar de las donaciones que deben ser hechas
por escritura pública “bajo pena de nulidad”, y que respecto a los casos allí previstos,
no regirá el 1.185. Es decir que mencionan aquí al contrato que es nulo pero que no se
convierte.
Hace la aclaración que el art. 1.185 al decir “no quedan concluidos como tales ...” se
refiere al momento de la concertación y no al momento de la ejecución que es el
cumplimiento del contrato.
"El Contrato así no será juzgado como compra y venta, aunque las partes así lo
estipulen, si para ser tal, le faltase algún requisito esencial".
En su “Teoría de los contratos Parte Especial” el Dr. Lopez de Zavalía considera que
“Boleto de Compraventa es el contrato parcialmente típico, concluido por escrito,
que según su contenido impuesto o declarado, obliga recíprocamente a las partes
a escriturar una compraventa inmobiliaria y que entre tanto, sólo genera por sí,
obligaciones naturales de dar la cosa y pagar el precio”.
De tal manera que para este autor la naturaleza jurídica del Boleto de Compraventa
revestiría una doble esencia; participaría del carácter de compraventa nula por
defecto de forma y de preliminar válido bilateral. El Boleto de Compraventa es
UNA COMPRAVENTA NULA POR DEFECTO DE FORMA pero UN PRELIMINAR
BILATERAL VALIDO.
156
Actividad Nº 18
157
2) POSTURA DEL Dr. DALMIRO ALSINA ATIENZA
“La solución que me propongo exponer aspira a distinguirse por una interpretación
finalista del CC. que respetando por igual sus normas y la finalidad práctica de los
contratantes, las armonice dentro de un prudente eclecticismo (pues cada día más me
convenzo de que nadie puede aspirar al monopolio de la verdad”.)
158
Expone las distintas tesis sobre el Boleto de Compraventa:
Considera que la omisión de la reforma sobre el “bajo pena de nulidad” del art. 1.184
es intrascendente. Y que el 1.185 posibilita la conversión del contrato de venta de
inmuebles inconcluso e inválido como tal, en un contrato que genere la obligación de
escriturar.
Por ello el art. 1.185 distingue entre dos figuras jurídicas distintas el Boleto de Com-
praventa y el contrato formal de venta de inmuebles. Con ello refuta las tesis que
admiten una total igualdad entre ambos ya que una cosa no se puede convertir en otra
cosa que es igual a ella.
159
El art. 1.184 inc. 1º exige la forma notarial pues esos contratos aspiran a transmitir el
dominio o a constituir cualquier derecho real, sobre inmuebles. (9)
Según este autor: De los artículos 1.184 inc. 1 y 1.185 resulta de modo irrefutable,
que el simple Boleto de Compraventa no es el “contrato de venta de inmuebles”, y que
tanto éste último como el título de dominio, sólo quedan concluidos mediante la
escrituración.
Critica a los autores que pretenden una total identificación entre Boleto de Compra-
venta y compraventa de inmuebles, rebatiendo todos sus argumentos.
Rebate la tesis de los que sostienen que la escritura pública es exigida “ad
probationem”, ya que la escritura pública se exige en el art. 1.184 inc. como “forma del
contrato”, que es el acto jurídico instrumentado, y no como forma del acto instrumentante.
Si no hay escritura es nulo “como tal”, es una forma legal y no una forma para la prueba.
Explica que no tiende a proteger a las partes, pues -uno de sus tantos argumentos-
sino no admitiría la conversión.
160
Considera que la forma del art. 1.184, inc. 1 no obsta a que las partes estipulen sus
obligaciones recíprocas (precio, entrega de la posesión, escrituración, etc).
Pero su fuerza vinculante entre partes no se reduce a valer como tal “promesa de
contrato”, sino que tiene para ellas un alcance aproximado al de un contrato de venta
común (consensual e informal), en cuanto les impone las obligaciones recíprocas pro-
pias de éste último.
No todas las obligaciones son exigibles inmediatas sino que en ausencia de conve-
nio al respecto se difieren al tiempo de la escrituración la de pagar el precio y entregar
el inmueble.
Aún entre partes el Boleto de Compraventa no es igual a la venta común pues sólo
por estipulaciones accesorias se le asemeja.
161
Se rige:
a.- Por su cláusulas
162
Actividad Nº 19
163
3) POSTURA DE LOS DRES. GATTI Y ALTERINI
Opina al igual que Molinario, que el art. 1.185 significa que el Boleto de Compraventa
importa un contrato en el que las partes se obligan válidamente a celebrar un contrato
de compraventa de inmuebles. Es un contrato verdadero firme, serio, definitivo y per-
fecto, pero no como contrato de compraventa, sino como contrato que obliga a concluir
el de compraventa. Tiene importantes efectos propios distintos a los de la compraventa
(pagar el precio, entregar el inmueble), y se presenta con respecto al de compraventa
como un contrato puro, intermedio, como un antecontrato.
El efecto propio del boleto para ambas partes, consiste en la obligación de otorgar la
escritura pública, o sea, de conformar el título suficiente para transmitir el dominio, una
verdadera obligación de hacer con la eficacia del art. 1.187 CC. El promitente de com-
pra tampoco esta sujeto a la obligación de pagar el precio.
Pero no obsta para que si las partes lo convienen, expresa o tácitamente, se agre-
guen a aquella otras obligaciones, como la del promitente de venta de hacer tradición
de las cosas (tradición traslativa de tenencia o posesión) o del promitente de compra
de pagar todo o parte del precio.
Opinión del Dr. ALTERINI en el caso “P de Giampietro, en Arcuri, Oscar P. v. Balbarani R”.
164
I. Esquema de Vélez: El punto importante es el art. 1.184 inc. 1 al exigir la escritura
pública. El art. referido junto a otros -975 a 978 y 1.140 CC.- desvirtúa la opinión que la
escritura pública es una mera formalidad “ad probationem”. Refuta esto en cuanto no es
susceptible de ser suplido por otras formas de prueba. Considera que se trata de una
solemnidad intermedia, una forma “ad solemnitatem” según los distintos ángulos en que
nos coloquemos, según que apuntemos a la no producción de efectos propios del
contrato de compraventa, o la producción de efectos intermedios que conducirán forzo-
samente a los definitivos y típicos de la compraventa.
Está dado por la presunción del legislador de que quienes suscriben un Boleto de
Compraventa tienen en mira que se concrete finalmente la compraventa a la que aspi-
ra, y como esa voluntad es presumida, no interesa que sepan o no que el objeto
perseguido sólo se alcanzará con el posterior contrato de compraventa que, para ser
tal, ha menester de la escritura pública, máxime que no es invocable aquí el error de
derecho.
Esto se corrobora con la previsión del art. 1.186 CC., normas cuyas proyecciones
generalmente omite meritar la doctrina, en función del cuál la voluntad tácita de la ley
puede desaparecer mediante una expresa declaración de voluntad contraria.
Reitera que se trata de una venta forzosa, siendo su fuente (la del art. 1.324 inc. 2) el
art. 1.972 inc. 2 del Esbozo que remite al art. 1.730, el que se corresponde con nuestro
art. 438 inc. 6 CC, si la venta es forzosa por el incapaz por haberla prometido su
antecesor con mayor razón lo sería para este último.
165
El art. 1.323 define al contrato de compraventa del que nace la obligación de transfe-
rir la propiedad de una cosa, pero esa obligación consiste en la tradición de la cosa y
no en el otorgamiento de la escritura y NO PUEDE HABER TRADICION TRASLATIVA
DE DOMINIO SIN QUE EXISTA ESCRITURA PUBLICA. Se descarta que pueda haber
contrato de compraventa de inmuebles sin escritura pública.
Crítica la posición del Dr Cifuentes (también del mismo fallo) quien sostiene que “la
escritura pública transfiere la propiedad”, es la “transferencia dominial”. Sostiene que
por el art. 577 CC no es posible sostener tal posición, sólo aceptable en el derecho
francés en donde no se exige la tradición constitutiva del derecho real.
El Boleto de Compraventa legitima a las partes a exigirse todas y cada una de las
obligaciones de “comprador” y “vendedor”, y no sólo la de otorgar escritura pública.
Pues las mayorías de las compraventas nacidas con Boleto de Compraventa desem-
bocan en la escrituración y el resto no da lugar a contienda sobre su validez, aunque sí
sobre su eficacia, o tramos de ejecución.
166
Crítica del Dr CALATAYUD (Cam. nac. civ., E, 28-9-73, Der. v. 53 fallo Nº 24.054):
Desde que los tribunales han resuelto que el comprador por Boleto de Compraventa
tiene derecho a exigir el cumplimiento del contrato de venta, debiendo otorgar el juez la
escritura en caso de resistencia del vendedor, carece de sentido considerar al Boleto priva-
do como una simple promesa y no como un contrato definitivo y perfecto de compraventa.
Cumplida la escrituración, sea por el dueño, sea por el juez, el dominio queda trans-
ferido, de tal modo que no es necesaria una nueva demanda de cumplimiento del con-
trato como lo sería si la escritura fuera sólo un requisito formal para tener por concluido
el contrato.
La concepción del boleto como simple promesa, implica escindir el proceso del
consentimiento en dos etapas; en la primera se consentiría sólo en escriturar; en la
segunda, se consentiría en vender.
Pero ello sería artificioso. Cuando dos personas suscriben un boleto privado entien-
de la una vender y la otra comprar. No tienen en mira la escritura sino la cosa y el
precio. La escritura es el cumplimiento mismo, como que a partir de su otorgamiento se
habrá operado la transferencia del dominio.
Justifica la omisión del “bajo pena de nulidad” del anterior art. 1.184, con el argumen-
to de que a su entender era “equivoco” porque el art. 1.185 -que subsiste hasta hoy- les
reconocía validez a los contratos comprendidos en aquel art. 1.184. De ahí deduce que
la forma requerida era “ad probationem” y que la referida omisión quiso dar a entender
esto último y nada más.
167
RESUMEN: El Boleto de Compraventa se trata de un contrato definitivo y perfecto de
compraventa, siendo la escritura pública un requisito de la transmisión de la propiedad.
No comparte la idea de que ese instrumento privado significara una simple promesa,
precontrato o contrato preliminar de compraventa, siendo conscientes de que sus obli-
gaciones nacen de ese contrato que es el que quisieron realizar y no otro preparatorio.
Entiendo que la interpretación que considera que es con la escritura pública donde
se celebra el contrato de compraventa, desnaturaliza el concepto del art. 1.323, pues
en verdad con ella se ejecuta el contrato pero no se celebra.
El Boleto no es más que la manifestación concreta del art. 1.323 CC. lo que no
impide sostener que, acorde con otras disposiciones, para la ejecución de las obliga-
ciones concertadas en él, deba cumplirse con formalidades prescriptas por la ley.
La forma exigida por el art. 1.184 es “ad probationem” o “ad solemnitatem relativa”,
entonces el contrato que no cumple con la forma del art. 1.184 tiene validez.
Apoyado en la omisión del art. 1.184 con la reforma, opina que a los efectos del
contrato, en nuestro caso transmitir el dominio del bien inmueble, debe otorgarse la
escritura pública, pero no para la esencia del acto como contrato. La escritura pública
es forma requerida para el cumplimiento de la obligación que asumió en el contrato.
Pero al no observársela, su omisión no ataca la validez del acto, sino que opera
sobre la producción de los efectos de ese mismo acto, o para la necesidad de su
prueba. Para dar ejecución al acto se requiere el “instrumento público de transferencia
dominial”. Se apoya en la interpretación que da al art. 1.185, al opinar que no quedan
168
“concluidos como tales”. O sea, por voluntad de las partes no es posible eludir las
formas que la ley exige para transferir la propiedad inmueble, lo que no importa soste-
ner que la ley exige esa forma para celebrar el contrato de compraventa.
Sostiene, apoyado en el art. 1.186 que si las partes se han obligado a que el contrato
no valdrá sin escritura pública, allí será el acto nulo como contrato, valiendo sólo como
promesa de contrato de compraventa, pero si nada dijeron, el contrato vale como tal.
Tanto es así que la ley en el art. 1.185 bis no habla de promitentes sino de comprado-
res y vendedores, quedando aquella expresión para la antología teórica.
Los actos de disposición que realice el promitente después de la firma del Boleto son
en principio inatacables, salvo simulación o fraude.
Aquél continua siendo propietario hasta que se perfeccione o consume la venta con
la escrituración. El promitente no se despoja de ninguno de sus derechos reales. Sigue
siendo promesa aunque se entregue la posesión.
Mientras no haya escritura pública, las demás obligaciones no son exigibles entre
las partes, ni podrá demandarse al respecto. Si no se escritura en el plazo que da la
sentencia, se resuelve el contrato aunque haya entrega de posesión.
169
Reconoce que hay arts. del CC. que sólo le son aplicables al contrato de compraven-
ta perfecto, pero que la jurisprudencia aplica tales pautas a los Boleto de Compraventa.
Haciéndose valer una promesa regida por los arts. 1.185 y 1.187 y no una compra-
venta de inmueble celebrada por escritura pública, hasta que esa escritura no se sus-
criba la compraventa no queda concluida y sólo existe para las partes una mera obliga-
ción de hacer, de suerte que aplicar los arts. 1.412 y 1.413 antes que el negocio se
consume definitivamente es un contrasentido. (LL t. 38 p. 960)
Aduce que la actuación diaria a cargo de nuestros Tribunales de éstas nuevas figu-
ras -cláusula resolutoria implícita y teoría de la imprevisión- al caso de compraventas
documentadas a través de B. privados, no importa sino un reconocimiento cabal de
status de verdaderos y propios contratos que aquellos revisten.
Recuerda que para la transferencia del dominio se requiere título y modo. También
expresa que la forma requerida con la escritura pública es “ad probationem”, por lo que
el acto subsistirá independientemente del instrumento. Pero para la adquisición del
dominio, la escritura pública es constitutiva, como elemento que concurre a caracteri-
zar el modo de adquisición, aunque sea meramente “ad probationem” respecto del título
o dato de instrumentación del contrato de compraventa inmobiliaria.
Para su oponibilidad erga omnes la transferencia del dominio debe estar inscripta en
los Registros de Propiedad (para un sector, ya que otros opinan lo contrario conside-
rando inconstitucionales los registros provinciales al respecto). Por ello es que en el
Tercer Congreso Nacional de Derecho Civil reunido en Córdoba se aprobó, con fecha
11 de Octubre de 1.961, la siguiente recomendación: que mientras se realice la revisión
general del CC, se sancione una ley que disponga agregar el siguiente artículo: Art.
4.052 “La tradición requerida para la adquisición o transmisión de derechos reales
sobre inmuebles, solamente se juzgará perfeccionada mediante la inscripción de los
respectivos títulos en los registros inmobiliarios de la jurisdicción que corresponda, y
170
en todos los demás casos, esas adquisiciones o transmisiones no serán oponibles a
terceros mientras no estén registradas....”.
El acreedor por Boleto era meramente quirografario frente a la quiebra del deudor.
Critica la teoría del Boleto de Compraventa como contrato preliminar porque ya con
el Boleto las partes han quedado enlazadas como verdaderos comprador y vendedor,
en razón de haberse dado expresa y recíproca conformidad respecto de la cosa y el
precio. El otorgamiento de la escritura pública no hace sino ejecutar el contrato de
compraventa ya concluido el que, para nuestro sistema positivo, aún tratándose de
inmuebles no deja de ser consensual.
TIENE NO TIENE
2.Si hubo tradición: Modo legal para ad- 2. Justo título (falta legalidad formal
quirir la posesión (1.185 bis) para alegar prescripción decenal.
171
Y además agrega otros tantos hitos importantes.
Cuando el valor del bien vendido supera los 10.000 $, el contrato ha de revestirse de
forma escrita. Tal formalidad es “ad probationem”.
Ello rige también para las compraventas de inmuebles sujetas a la ley 13.512.
Desde que la estipulación que obliga a comprar y vender está contenida en el Boleto,
estamos en presencia de un contrato de compraventa. Sostiene que quien suscribe el
boleto, no ha pensado jamás que ha hecho nada provisorio, ni sujeto a una ulterior
voluntad ni a la posibilidad de retraer esa voluntad.
172
11) POSTURA DEL Dr. SPOTA
173
15) POSTURA DEL Dr. MACHADO
En el caso de los negocios de compraventa previstos en el art. 1184 inc. 1º, donde
no obstante tratarse de contratos consensuales, en cuanto a su formación, no quedan
“concluidos como tales”; esto es, en cuanto a sus efectos, como acto constitutivo del
derecho real, sino desde que el requisito de forma se hubiere cumplido.
174
¿Qué efectos produce un antecontrato? Algunas situaciones son muy claras, como
la del art. 1185, en que se produce la consecuencia de que obligan a las partes a llenar
las formalidades o el compromiso. Entonces son verdaderos contratos que conducen, a
otros contratos. En la negociación sobre la compra de un inmueble se habría pasado
por dos etapas perfectamente deslindadas. La primera en que el interesado hace firmar
y suscribir a su vez un boleto, un anteacto perfecto en que se determinan todas las
condiciones de la venta y se comprometen a escriturar dentro de determinado plazo; y
la segunda sería cuando en cumplimiento de ese contrato se reduce a escritura pública
o se paga la indemnización si no se quiere firmar.
La concepción del Boleto como simple promesa implica escindir el proceso en dos
etapas; en la primera sólo se consentirá en escriturar en la segunda, se consentirá en
vender. Pero ésta es una escisión artificiosa, que no responde a la realidad ni a la
verdadera intención de las partes. Cuando dos personas suscriben un Boleto, entien-
den la una vender, la otra comprar. No tienen en mira la escritura sino la cosa y el
precio. Asumen, “actualmente”, el compromiso de hacerse la entrega de las prestacio-
nes recíprocas. La escritura no es para ellas el paso previo que les permitirá exigir el
cumplimiento de las obligaciones contraídas, sino el “cumplimiento mismo”, como que
a partir de su otorgamiento se habrá operado la transferencia del dominio.
175
a) Hasta la Sanción del Código de Vélez.
b) Desde la vigencia del Código hasta el plenario Cazes de Francisco c/Rodríguez
Conde.
c) Desde el plenario hasta la Ley 17.711.
d) Desde la vigencia de la ley hasta la fecha.
En esta primera etapa no pretende dar un concepto de lo que era el Boleto de Com-
praventa en el derecho patrio, sino analizar las distintas fuentes que tuvo en cuenta el
codificador;
176
Los comentadores posteriores la siguen y sostienen que si bien la promesa de venta
no es la compraventa, equivale a ella.
El contrato de compraventa siempre fue consensual, pero este a su vez puede ser
formal o a-formal.
A.4. En el Esbozo de Freitas: Sigue la línea del derecho romano, distingue la prome-
sa de venta del contrato definitivo, y en el art. 951, ap. 3, sostiene que en caso de que
alguna de las partes se niegue a cumplir con la promesa de venta, a la otra parte
“solamente” le queda una acción para resarcirse de las pérdidas e intereses.
Hace remisión a las obligaciones de hacer, personalísimas que no pueden ser cum-
plidas por personas distintas del deudor.
B. EL CÓDIGO DE VÉLEZ
Vélez, en esta misma sección, en el Título I, legisla “De los contratos en general”,
tratando: consentimiento, capacidad, objeto, forma, prueba, efectos.
El art. 1.140 define a los contratos consensuales y reales. Los primeros se perfec-
cionan con el mero consentimiento de las partes, los segundos con la entrega de la
cosa. Estos contratos consensuales pueden ser a su vez: formales o no formales. Si no
son formales, el mero consentimiento perfecciona el contrato, pero si son formales se
necesita el consentimiento de las partes y la forma requerida por la ley.
177
De acuerdo al art. 1.184 inc. 1, la compraventa inmobiliaria es un contrato consen-
sual formal, “bajo pena de nulidad”. Si no se hace mediante escritura pública, el contra-
to es nulo, porque tiene esa expresión: “bajo pena de nulidad”. Sanción que es reafirma-
da en los arts. 1.183, 1.182, 976, 977, 978.
En el art. 1.185 establece que si se hiciesen de otra forma no van a valer como tal
contrato, pero si van a valer, como un contrato en que las partes se obligan a celebrar
el contrato formal. La compraventa inmobiliaria celebrada en instrumento privado no es
compraventa inmobiliaria, pero vale como contrato en que las partes se obligan a
otorgar escritura pública.
A raíz del problema que se presenta con la venta de lotes a largo plazo y en cuotas
periódicas (si el vendedor no escritura lo único que podía pedirse eran daños y perjui-
cios a pesar de las mejoras introducidas) es que los tribunales buscan dentro de
nuestro CC una solución mas justa, comenzando COLMO, sosteniéndola BIBILONI en
su ante-proyecto y finalmente las cámaras civiles en pleno, en los autos CAZES DE
FRANCINO c/RODRIGUEZ CONDE la mayoría triunfa. Con Vélez Boleto es pre-con-
trato.
Esta nueva mayoría sostiene que en un juicio por escrituración el juez va a poder
otorgar la escritura pública por el obligado renuente. Por el juego de los arts.: 1.185,
1.187, 505, 629, 630, 631, el consentimiento por escrituración, y en cuanto a la
escrituración misma, el juez la firma por el obligado.
Por el art. 1.187 y 505, el acreedor puede en primer lugar, procurar que el deudor
otorgue la prestación; si no lo consigue, debe procurarla de un tercero a costa del
deudor; y en última instancia, pedirá la indemnización de daños y perjuicios.
En el esquema de Vélez la opción de escriturar o pagar daños era del deudor, des-
pués del plenario se la dan al acreedor: o la hace escriturar por el juez o pide daños y
perjuicios.
Sus fundamentos son: De los arts. 1.185 y 1.187 resulta que la COMPRAVENTA ES
UN CONTRATO CONCLUIDO que obliga a hacer la escritura pública.
A partir de este fallo surge una nueva postura que comienza a identificar al Boleto de
Compraventa con la compraventa en sí. También distinguen lo que es la compraventa
inmobiliaria, de lo que es la traslación de dominio. Dicen que la traslación del dominio
es una consecuencia de la compraventa inmobiliaria, por lo tanto la escritura pública no
178
hace al contrato, sino que hace a la traslación del dominio. El Boleto de Compraventa
es el verdadero contrato de compraventa, firme serio y definitivo.
Los problemas de la venta de lotes por mensualidades fueron solucionados por la ley
14.005, de la que nos interesan los arts. 4 y 6.
179
Actividad Nº 20
- Elija la postura cuyo criterio comparta y busque las que se le asemejen en cuanto
a la naturaleza jurídica del Boleto de Compraventa.
180
LA LEY 17.711
Introduce reformas en los arts. 1.185 bis, un agregado al 2.355 una modificación en
el 1.184 y el nuevo art. 2.505.
El art. 1185 bis hace oponible a la quiebra del vendedor por Boleto, este instrumento,
y que antes no podía oponerse al mismo, solución que era injusta.
De las nuevas teorías que han surgido a partir de la reforma de la ley y que tiende
otra vez a diferenciar el Boleto de Compraventa con la compraventa inmobiliaria, las
más importantes son las de GATTI Y ALTERINI, la de ALSINA ATIENZA, la de SPOTA y
la de LOPEZ DE ZAVALIA.
1. POSICION DE MORELLO
Es una obligación que pesa por igual sobre ambas partes, quienes se deben lealtad
en todo lo referente al cumplimiento del contrato.
181
También se asemeja la posición de uno de los más modernos códigos procesales
argentinos, el de la provincia de Santa Fe, y la del Anteproyecto de código procesal civil
para la provincia de Bs. As. 1.961.
Considera que se trata de una obligación indivisible, por lo consiguiente deben ac-
tuar todos los que compran y todos los que venden formándose un litisconsorcio nece-
sario.
Sostiene que el escribano puede válidamente citar y requerir a las partes a concurrir
a otorgar la escritura y que, además, tal requerimiento (el que se formula a las partes
para que otorguen la escritura en fecha cierta y determinada) valía por interpelación del
acreedor y por tanto constitutiva de mora extrajudicial.
En el caso Byrne c/ Posse el Dr. Pera apoya la sentencia que hace lugar a la deman-
da, fijando plazo para la escrituración, pero no el apercibimiento que pide el actor de
que en caso de incumplimiento la otorgue el juzgado, ya que sólo puede darse en ese
caso en daños y perjuicios conforma al art. 1.187. El voto del COLMO en el mismo
caso BYRNE sostiene que no importa que haya sentencia de primera instancia deter-
minando daños y perjuicios por la negativa del deudor a cumplir, ya que la manifesta-
ción de voluntad de demandado, en forma posterior, acerca de su no negativa a escritu-
rar, deja sin efecto tal resolución. Repudia la jurisprudencia según la cual el incumpli-
miento de un Boleto de Compraventa, en que no hay seña ni pacto resolutorio conveni-
do, como en el caso, se resuelve en la indemnización de daños. Si la parte pide que la
escritura se otorgue por el juez así debe ser. Jamás se podrá hacer decir al CC. que
una obligación que no sea personal, como la del caso, no cumplida por el deudor no
debe ser cumplida por un tercero a costa de éste. Ni que se puede liberar el deudor
dando daños y perjuicios, ni que la última posibilidad que da el CC. es los daños.
Además los pactos se cumplen. El art. 1.187 se explica -dice el Dr. COLMO- en el caso
de imposibilidad de cumplimiento de la obligación de escriturar. Además la opción no
puede ser para el deudor.
182
El Dr. REPETTO, en el caso BYRNE c/POSSE sostiene, recordando a Freitas y a
García Goyena, que la obligación de hacer del art. 1.187 es una obligación “sui generis”,
y que por consiguiente sólo puede ser cumplida por el deudor, y sino se resuelve en
daños y perjuicios.
Cita también la doctrina y legislación francesa en su apoyo. Dice: “Nada podía ser
más terminante para demostrar que la obligación de hacer escritura pública, en la
buena doctrina jurídica no es susceptible de cumplimiento en especie. Sostiene que el
sistema quedaría falseado en su esencia, pues, so color de cumplir una obligación de
hacer escritura pública, se estaría cumplimentando por el juez una obligación de dar
nula por declaración de la misma ley (art. 1.183)”.
2. VOTO DEL Dr. COLMO: Coincide con el orden en que están expuestos en la
réplica, para criticarlos. Sostiene que la fuente de Freitas no es tan palmaria, que
nuestro CC. tiene su diferencias. Además la obligación de hacer escritura pública NUN-
CA puede ser personal. También: “no sé cómo se puede razonar sobre la base de un
sistema legislativo y jurídico tan distinto del nuestro” (se refiere al francés.)
Otro argumento en su favor es la ley procesal. Dice que “la obligación de hacer del
art. 1.187 no tiene por qué correr otra suerte; puede, y debe, ser cumplida en especie”.
183
Muestra las distintas posturas, además de las anteriores, con que se enfrenta Vélez
al tiempo de redactar su código (opiniones de Marcadé, Troplong, Toullier, Demante).
Considera que los autores citados llegaron erróneamente a sus conclusiones influidos
por la tradición histórica, pues en el antiguo derecho francés, la promesa no transfería
la propiedad, y la discusión era determinar si era obligatoria su ejecución o si se
resolvía en daños e intereses.
B. VOTO DEL Dr. PODETTI: Sostiene que la sentencia que condena a escriturar,
como obligación de hacer, puede ser cumplida por el juez. Considera el asunto desde la
óptica del derecho procesal. El Boleto de Compraventa cuya firma ha sido reconocida
es un título ejecutivo.
La opinión del Dr. Podetti es sostenida en forma similar por Alsina, Chiovenda, Jofré.
Cita algunos arts. del CC, pero su razonamiento es totalmente procesalista, conclu-
yendo en la posibilidad de escrituración por el juez.
184
La sentencia por de pronto no sería a nuestro juicio, una verdadera condena. Es la
proposición aparentemente subordinada (“bajo apercibimiento de escriturar el juzga-
do”) la que contiene en realidad el elemento fundamental. La escrituración por el deudor
deja de ser el centro o foco de la nueva situación y pasa a constituirse en una alterna-
tiva eventual y sin trascendencia. La no escrituración posterior a la sentencia no com-
portaría respecto del deudor la comisión de un delito de desobediencia a la autoridad
(art. 239 C. Penal) tal como sucedería si el real contenido de la orden judicial estuviera
dirigido a imponer y conminar la actividad escrituraria. Y todo esto es así porque la
resolución judicial se integra con una segunda parte que la transforma (si el deudor no
escriturara, escriturará el juzgado) en cuya virtud la efectiva escrituración por la mano
del deudor ha perdido antijuricidad substancial.
A nuestro juicio hay que ir más allá que Colmo y Podetti, la sentencia confiere al
ganador derechos actuales “sobre” la cosa aunque no sean todavía derecho de domi-
nio. El vencedor tiene un título que emana de acto de autoridad y no de simple conven-
ción privada: es adjudicatario de ella en los términos del art. 2.610 y ser adjudicatario
es más que ser simple acreedor. Similares razones respecto al 2.610 dan: Machado,
SEGOVIA, SALVAT, LAFAILLE.
Concluye:
185
4. Los actos materiales de escrituración son tan poco personales como los actos
materiales de entrega de la cosa. Así como estos se desapodera al deudor y se
entrega la cosa en su nombre, nada impide que en la escrituración se lo sustituya
y se la otorgue en su nombre.
6. Los derechos del comprador quedan amparados por la fuerza de la cosa juzga-
da. Por derecho adquirido en los términos de la Constitución Nacional.
186
Actividad Nº 21
- Analizando las fallas referidas, elabore una opinión crítica acerca de la posibilidad
de escriturar por el juez, códigos procesales vs. código civil. ¿Hay inconstitucionalidad?
187
IV) OPONIBILIDAD DEL BOLETO A LA MASA DE ACREEDORES
Del juego de los arts. 1.185 bis y 150 de la ley 19.551, determina que sólo es
aplicable al caso de inmuebles destinados a vivienda.
Establece que dependerá del arbitrio del juez el que determine si se escriturará o no
por la facultad dada en la expresión “podrá” del art. 1.185 bis CC. El juez se fundará en
razones de equidad, por ejemplo, si el inmueble tiene un destino doble: lucro y vivienda,
si predomina el primero, podrá negar la escrituración.
El art. 1.185 bis del CC. exige el pago de la cuarta parte del precio y la buena fe. No
exige fecha cierta.
3. Nuestra opinión:
B) Esquema de la Reforma: El art. 1.185 bis tiene de positivo que protege a los
adquirentes por B., pero sus aspectos negativos son:
188
- Significa un retroceso en el régimen previsto por Vélez, porque:
- Es absurdo:
El Dr. Borda, apoyado por el Dr. Brevia no advierten la diferencia en que haya o no
posesión, pues de cualquier manera, ese crédito es oponible a la masa.
189
Halperín considera que el Boleto de Compraventa es un precontrato, mientras que
ROSSI, lo considera un contrato de Compraventa perfecto, en el que lo único que está
pendiente es la ejecución de un contrato que ya está celebrado.
Esta es la situación hasta la ley 17.711. Mientras tanto, Spota opina que el Boleto no
sólo es oponible a la quiebra, sino también a un acreedor hipotecario. Prevalece la
opinión de Borda.
Con el art. 1.185 bis se presenta la cuestión de quien tiene la posesión pero le falta el
25% del precio, haya o no posesión. No requiere fecha cierta, requisito incluido por la
jurisprudencia.
Con el art. 150 de la ley 19.551 se restringe el ámbito del 1.185 bis a los inmuebles
destinados a vivienda.
190
Actividad Nº 22
Art.150 Art.1185
Ley bis Jurisprudencia
19551 Cod.Civil
191
192
DIAGRAMA DE CONTENIDOS - UNIDAD VIII
CONCEPTO INSTRUMENTOS
PÚBLICOS
PRUEBA
CLASIFICACIÓN
DE LOS MEDIOS JERARQUÍA
PROBATORIOS
193
194
UNIDAD VIII
8.1. PRUEBA
El derecho procesal estudia la las modalidades con que cada uno de los medios
debe y puede ser prácticamente actuado en el curso del proceso.
195
De esta surge que quien alega la existencia de un contrato, el incumplimiento de una
o más obligaciones de él nacidas, tiene la carga de probarlo. Si el demandado reconoce
la vigencia de la relación pero afirma que el incumplimiento no le es imputable o que se
encuentra liberado, debe demostrar lo hechos en que se funda.
El art. 1.190 contiene una enumeración de los medios probatorios por los cuales se
demuestra la existencia del contrato, respetando los modos que dispongan los códigos
procesales de las provincias.
Instrumentos Públicos: (ver arts. 1.109; 979 a 996; 997 a 1.011). Medio preconstituido
cuyo fundamento está en la confianza, proporcionan plena prueba. La confianza deriva
de la presencia del funcionario y el cumplimiento de las formas exigidas por la ley. La
fuerza probatoria emanada de ellas puede destruirse por acción civil o criminal.
196
El Código se ocupa de ellos desde el art. 1012 al 1036.
Ello así porque tramitan una declaración unilateral. Entre las partes (destinatario y
remitente) ambos pueden ofrecerla como prueba (entre los corresponsales no hay
secretos) y hacen plena prueba.
Nadie puede valerse de una carta obtenida por un medio doloso o fraudulento.
La moderna doctrina ubica a la confesión entre los medios que excluyen la prueba
puesto que si la necesidad de probar proviene del contraste entre afirmaciones dis-
puestas y discrepantes y con la confesión desaparece el contraste o la controversia;
se supera la necesidad de suministrar prueba.
197
La confesión extrajudicial es la hecha fuera del juicio, por escrito o verbalmente,
frente a la parte contraria o a quien la represente. Hace plena prueba siempre que sea
acreditada por los medios establecidos por la ley.
Presunciones legales o judiciales: dan por admitida la realidad de los hechos an-
tes de cualquier demostración de ahí que, en cierta medida, excluyen la carga probato-
ria o modifican la carga ordinaria; o bien, remiten al discernimiento del juez que puede
ponerlas como base de su convicción en defecto de pruebas directas.
El art. 1.193 no admite la prueba por testigos -ni por presunciones- para demostrar la
existencia de contratos cuyo objeto tenga un valor superior a los diez mil pesos.
198
prueba pudo obtenerse al momento de la celebración no puede presentársela por la
pérdida o destrucción del instrumento.
Principio de prueba por escrito: puede probase por cualquier medio un contrato cuando
hubiere “principio de prueba por escrito”. Según el art. 1.192 es “cualquier documento
público o privado que emane del adversario, de su causante o de parte interesada en el
asunto y que tendría interés si viviera, y que haga verosímil el hecho litigioso”.
Se aplica a los contratos que puedan hacerse por instrumento privado y es un medio
indirecto, presuncional de la existencia del contrato.
Existencia de vicios: según el art. 1.121 si la cuestión versare sobre los vicios de
error, dolo o violencia, fraude, simulación o falsedad de los instrumentos donde constaren,
pueden probarse por cualquier medio. En realidad, de la lectura de la excepción vemos
que no corresponde a la materia de prueba de los contratos sino a vicios del consenti-
miento y a actos simulados o falsos.
Principio de ejecución: la existencia del contrato se prueba por los hechos realiza-
dos en cumplimiento de las obligaciones que surgen del mismo.
Los hechos que importen un principio de ejecución deben ser de tal naturaleza que
pueda deducirse verosímilmente de ellas la existencia del contrato. Se da mucho en los
casos de locaciones. Es una cuestión de hecho que debe resolverse según las modali-
dades propias de cada caso.
El art. 1.194 (concordante con lo dicho por el art. 996) establece que el documento
privado que alterare lo que se hubiere convenido en un instrumento público, no produci-
rá efectos contra terceros.
Se ha dicho que la inoponibilidad del contradocumento sólo puede invocarse por los
terceros de buena fe, es decir, quienes no conocían su existencia o la de la simulación.
El sentido de ambos arts. (996 y 1.194) es de protección a los terceros que confían
en el instrumento de mayor jerarquía, tendiendo a darles seguridad, de allí que nada
199
obsta a que esos terceros, sucesores a título singular o no, invoquen a su favor los
documentos privados que modifiquen lo convenido en el instrumento público.
200
Actividad Nº 23
a) INVESTIGUE:
1) ¿Existe discrepancia entre los artículos 1012 y 1190 inc.2º C.C.?, ¿Cómo solu-
cionaríamos la misma?
2) ¿Qué es la “carga probatoria” según los códigos procesales? ¿Qué deben pro-
bar el acto y qué el demandado?
201
Actividad Nº 24
202
DIAGRAMA DE CONTENIDOS - UNIDAD IX
SUCESORES
UNIVERSALES
Excepciones
Tercetos
Aspecto objetivo
Aspecto subjetivo
Autonomía de la voluntad
Dirigismo contractual
EFECTOS DE LOS
CONTRATOS
ENTRE PARTES
Y TERCEROS
Contrato a fovor de terceros
A cargo de terceros
Cesión del Contrato
203
204
UNIDAD IX
Como pauta de orientación en este tema, relativo al efecto de los contratos, pode-
mos señalar que existe un PRINCIPIO DE EFECTO RELATIVO (el principio y sus
limitaciones arts. 903 y 1195 C.C.). Los contratos no obligan sino a las partes y no
tienen efectos contra terceros.
Se las llama también otorgantes del acto. No debe confundírselos con los “signata-
rios”. El signatario puede ser el otorgante (ello ocurre siempre que actúe directamente
y en su propio derecho), pero puede ser también un representante suyo, suscribe el
acto sin ser tocado por sus efectos jurídicos.
También se considera como si fueran parte los sucesores universales de los otor-
gantes, que a la muerte de éstos vienen a ocupar su lugar. Los efectos de los contratos
se extienden activa y pasivamente a ellos (art. 1195 C.C.).
9.2.1. Excepciones
205
c) Si la aceptación de la herencia goza de beneficio de inventario, la responsabilidad
de los herederos por las deudas del causante se limita al monto de los bienes
dejados por éste, no responde ilimitadamente como la parte.
Los sucesores universales ocupan el lugar del causante desde el mismo momento
del fallecimiento. Tiene importancia decisiva la llamada “posesión hereditaria”. Esta
posesión hereditaria la tienen los herederos forzosos “ipso jure” desde el mismo mo-
mento del fallecimiento; en cambio, los otros herederos la tienen si son legítimos desde
la declaratoria de herederos que les reconoce el carácter de tales; si son designados
por testamento, por el auto judicial que lo aprueba en cuanto a sus formas. Mientras no
ostentan la posesión hereditaria los herederos no pueden demandar a terceros ni ser
demandados por éstos (carecen hasta ese momento de legitimación tanto activa como
pasiva).
9.2.2. Terceros
- Canonistas: imperativo
- Ripert: moral
- Grocio: la razón humana
- Puffendorf: la fidelidad a la pala-
Fundamento de la bra empeñada.
En qué autonomía de la
ASPECTO - Kant: imperativo categórico
consisten los voluntad
OBJETIVO - Bethaw: el interés individual.
contratos
- Demogue: el interés social.
- Messineo: la aceptación por las
partes del contenido contractual.
- Dirigismo: Josserand
Crísis del
Contrato
- Publicación: Lambert
206
a) Las partes Son alcanzados en forma plena por
los efectos de los contratos.
Los contratos son acuerdos sobre una declaración de voluntad común destinada a
reglar los derechos de las partes. Mediante esa declaración de voluntad común -que es
la esencia del contrato- se establecen vínculos jurídicos obligacionales entre los con-
tratantes, con la finalidad de reglar los derechos patrimoniales de ellas. Esos vínculos
jurídicos obligacionales tienen fuerza de ley entre ellos, así lo dispone el art. 1.197
C.C..
La declaración de voluntad común, entonces, es una regla, una norma a la cual las
partes quedan sometidas como a la ley misma. Alguna jurisprudencia destaca que no
es idéntica la norma convencional a la ley, evidentemente, pero la fuerza que surge de
ambas, en el caso de los contratos, es similar en orden a sus efectos precisamente
porque así lo dispone la ley, (art. 1.198 C.C.).
207
Como norma jurídica que es, a semejanza de la norma legal, obliga a las partes
intervinientes, en todo lo expresamente establecido y las consecuencias que puedan
considerarse que hubiesen sido virtualmente comprendidas en ellas (1).
Más allá de los significados etimológicos debemos admitir que la autonomía o sobe-
ranía de la voluntad nace de una delegación del orden jurídico. El derecho objetivo
convierte el poder de hecho, en poder jurídico, en poder de generar normas jurídicas o
poder jurigenético de la voluntad. El (el acuerdo de las partes obliga), resumen del
dogma consensualista, acuerda fuerza vinculatoria a la sola palabra empeñada, ha-
ciendo privar el aspecto ético o moral en el tráfico jurídico.
Una vez que se ha decidido a contratar y ha elegido con quién es igualmente libre
para elegir sus cláusulas, según la conveniencia de sus intereses, la satisfacción de
sus necesidades, pudiendo dictarlas con plena soberanía. Es la libertad contractual,
que integra el concepto de autonomía de la voluntad.
(1)El art. 1.198 que fuera sustituido por la ley 17.711 hacía expresa alusión a ello al decir que los
“contratos obligan no sólo a lo que está formalmente establecido sino a todas las consecuencias
que puedan considerarse que hubiesen sido virtualmente comprendidas en ellos”, aún a pesar de
la sustitución podemos decir que tal afirmación tiene implícitamente aplicación en la actualidad.
208
tancia al problema argumentando que “no ha de averiguarse cuál sea ese fundamento
en términos absolutos, pues en la realidad no hay ningún problema que espere solución
en este sentido” (2).
Para los autores del derecho canónico priva un criterio de orden moral.
Para Ripert el respeto a la palabra empeñada es una de las bases del orden social.
Según Grocio (quien secularizó el derecho natural) y buscó apoyo sólo en la razón
humana) la obligatoriedad de los contratos se fundaría en un “supuesto convenio, primi-
tivo y tácito otorgado contemporáneamente a la constitución de la vida social, y por el
cual los hombres se habrían obligado a ser fieles a sus promesas”.
Benthan indica que interesa más al hombre, la observancia de los acuerdos que
llega a celebrar, que su inobservancia, ya que al producirse ésta decae la confianza
que merece a sus semejantes y es él mismo quien se perjudica.
Según Demogue los pactos son aceptados por la ley en cuanto implican la colabo-
ración a la realización de los intereses colectivos y son irrevocables porque así lo
exige la seguridad social.
Ahora bien, a través del tiempo el derecho contemporáneo ha ido dando diferente
tinte a los efectos del contrato. Está en el signo de los tiempos -dice Mosset Iturraspe-
que el cauce legal por el que transita la autonomía de la voluntad, sea cada vez más
estrecho. Así lo preconiza una tendencia socializadora cada día más arraigada (3).
La conducta de los contratantes trasciende los límites de lo privado para incidir muy
hondo en lo social. No resulta exagerado afirmar que, al igual que la propiedad, el
contrato está en función social debiendo los contratantes o celebrantes, atender al
objeto fin individual cuanto al social (tesis de Spota). Se habla por ello de “civismo
contractual”.
La Exposición de Motivos del Código Civil mexicano indica que “el principio de la
autonomía de la voluntad con su correlativa fuerza vinculante, va siendo sustituido en
el derecho contemporáneo por el de la sujeción de la actividad humana a los imperati-
vos de la interdependencia y solidaridad social, creados por la división del trabajo y la
comunidad de necesidades”.
(2)Puig Brutau.
(3)Ya Ihering, autoridad insospechada en la materia, en 1875 advertía sobre los peligros que
amenazaban a la sociedad el egoísmo individual libre de toda traba.
209
9.2.4. Dirigismo contractual
210
Actividad Nº 25
211
9.3. EFECTOS DE LOS CONTRATOS ENTRE
LAS PARTES Y TERCEROS
Los efectos de los contratos se llaman “efectos relativos” porque sólo alcanzan a los
sujetos de la relación, es decir, a las partes.
Son partes quienes se han puesto de acuerdo sobre una declaración de voluntad
común, concurriendo a la formación del consentimiento y celebración del contrato.
En cuanto a los sucesores universales valga lo dicho en cuanto al art. 1195 del CC
que, a su vez, no es más que una consecuencia de lo prescripto por el art. 3263 y
siguientes de igual cuerpo legal.
Los sucesores particulares o a título singular son aquellas personas a las cuales se
les trasmite un sólo bien que sale de los bienes de otra parte. El sucesor singular
recibe sólo bienes determinados que se desmembran del todo ideal que forma parte del
patrimonio del autor, lo que lo diferencia del sucesor universal; así también por el hecho
de que, por lo común, se trata de actos entre vivos o por actos de última voluntad (caso
de testamento).
212
contratos “no pueden perjudicar a terceros” (o sea, la relatividad de los efectos de los
contratos) no significa que el contrato no existe frente a ellos, o que no les es oponible;
ya que el contrato es oponible frente a todos (4).
Los terceros pueden invocar la existencia del contrato, las obligaciones engendra-
das, su incumplimiento, etc., y no tienen derecho a desconocer tales vínculos, a pre-
tender ignorarlos o interferir en el derecho de crédito.
Existe contrato a favor de tercero cuando una parte denominada “estipulante”, con-
viene en su propio nombre y a mérito de un interés digno de tutela que la contraparte
“promitente”, quede obligada hacia un tercero, designado como beneficiario, a cumplir
una prestación que aceptada se estabiliza a su favor.
Una primera relación une al estipulante con el promitente y una segunda relación al
promitente con el tercero beneficiario. Siendo que el estipulante actúa a su nombre y
para sí mismo, actuando en su nombre y con interés personal, su quehacer escapa al
de un mero representante, al menos en sentido estricto o directo. El beneficiario es un
tercero ajeno al contrato entre estipulante y promitente al que se busca beneficiar o
favorecer, al margen de toda intervención suya en el negocio base.
(4)No en los términos de los derechos reales sino porque toda relación jurídica debe ser respetada por
los terceros y su violación apareja responsabilidad.
213
Actividad Nº 26
- Investigar la tres teorías que se dan respecto a la naturaleza jurídica del derecho
del beneficiario.
214
La sola aceptación por el tercero de la ventaja estipulada en el contrato a su favor
antes de ser revocada, le da derecho a exigir su cumplimiento; pero es necesario que la
aceptación se haya hecho saber al obligado, es decir, al prominente.
La solución dada por el código ha sido criticada puesto que es distinto el caso en que
el que promete el hecho ajeno garantice o no el resultado, el éxito de la promesa, que
de garantía del éxito o bien se límite a asegurar la ratificación de la promesa.
Cabe tener presente aquí lo dicho por el art. 1177 CC referido a las cosas ajenas
como objeto de los contratos.
215
El sólo hecho de prometer la prestación de un tercero, sin constituirse en garante no
obliga al promitente.
216
Actividad Nº 27
217
Las partes en la cesión de contrato son cedente y cesionario, el contratante cedido
no es parte, limitándose a dar su asentimiento expreso o tácito, el que sirve para hacer
eficaz la cesión respecto del cedido.
Nuestro código no ha reglado la figura de la cesión del contrato pero la amplitud del
art. 1444 acoge en su seno una serie de figuras típicas de cesión o trasmisión de la
posición contractual. Donde más se siente la falta de una regulación es en la compra-
venta, especialmente en lo relativo a las promesas bilaterales de compraventa.
218
Actividad Nº 28
219
220
DIAGRAMA DE CONTENIDOS - UNIDAD X
VICIOS
REDHIBITORIOS
221
Cumplimiento Legal
Simultáneo Convencional
Incumplimiento de gravedad
suficiente
SEÑAL O PACTO
Que no puede imputarse
ARRAS COMISORIO
incumplimiento al
excepcionante
Concepto Concepto
Especies Fundamento
Efectos
Conformatoria Naturaleza Jurídica
Diferencias
Penitencial Sistema del Código
Arras penitenciales Civil
Entre "exceptio non adimpleti
Cláusula "como seña y a cuenta de
contractus" y el pacto
precio"
comisorio
Entre "exceptio non adimpleti
contractus" y derecho de
retención
222
UNIDAD X
Como consecuencia del acuerdo de voluntad nacen los derechos correlativos para
exigirse, recíprocamente, el cumplimiento de cada prestación. Por ello, ante el incum-
plimiento, la partes pueden recurrir a los medios legales para que el otro le procure
aquello a lo que se ha obligado, para hacérselo procurar por otro a costa del deudor y/
o para obtener del deudor las indemnizaciones correspondientes.
El art. 1201 CC establece que “en los contratos bilaterales una de las partes no
podrá demandar su cumplimiento si no probase ella haberlo cumplido u ofreciese
cumplirlo, o que su obligación es a plazo”.
Ello importa decir que, cuando así no lo hiciese y ejercitara la acción persiguiendo el
cumplimiento de la prestación a cargo de la otra parte, ésta puede enervar esa preten-
sión alegando incumplimiento del accionante, con respecto a su obligación correlativa.
A esta norma de enervar aquella acción es a lo que se ha dado en denominar “exceptio
non adimpleti contractus” o excepción de incumplimiento.
A pesar del nombre dado, no es romano su origen; en realidad, aún cuando el dere-
cho de alegarse el cumplimiento fue bastante aceptado en materia de contratos
sinalagmáticos, el principio general nunca fue expuesto allí. Fueron los canonistas los
que las dedujeron del principio de la correlación entre las obligaciones recíprocas,
nacidas de una misma relación jurídica y los postglosadores los que construyeron la
teoría de la excepción a la cual dieron ese nombre.
Esta teoría subsistió entre los germanos, no así en el antiguo derecho francés.
Nuestro Código Civil se inspiró en este punto en la obra de Freytas, en el Código de
Chile y los principios de Domat, sancionándose el art. 1201. Con posterioridad a nues-
tro código la incluyeron el Código Civil alemán, el brasilero, el peruano, el francoitaliano
y el italiano, manteniéndolo Bibiloni y el Anteproyecto de 1936.
Entre las diversas causas dadas para fundar la excepción se destaca la interdepen-
dencia o causalidad recíproca de las prestaciones; en la injusticia que sería permitir
223
que una parte reclame el cumplimiento de las obligaciones a cargo de la otra parte, sin
que por su lado cumpla las que el contrato ha puesto a su cargo. Otro fundamento de
importancia es simplemente, la voluntad de las partes. Es que, las partes al contratar
celebrando un contrato bilateral, sin concertar cláusula expresa, condicionan el res-
pectivo cumplimiento al cumplimiento simultáneo de la otra.
Por ello, si una de las partes cuando pretende exigir el cumplimiento de la otra sin
haber ella cumplido, ofrecido cumplir, o demostrado que su obligación es a plazo, no
condiciona la acción a lo que fue voluntad de ambas. La ley al reconocer el derecho de
la demandada para paralizar la acción del reclamante mediante esta excepción no hace
más que darle fuerza legal a esa voluntad condicionada.
La condición a la que nos estamos refiriendo interesa sólo a las partes por lo que el
Juez no puede aplicarla de oficio. Puede ser renunciada táctica o expresamente por las
partes.
- Es una verdadera excepción o defensa que debe ser opuesta por el demandado
por cumplimiento, accionado, pudiendo el actor -mientras tanto- guardar silencio
sobre su propia obligación.
224
10.1.2. Requisitos de procedencia:
10.1.3. Efectos
Quien demanda por cumplimiento debe demostrar haber satisfecho las obligaciones
a su cargo, impuestas por el contrato bilateral. El accionado que opone la excepción de
incumplimiento debe acreditar exclusivamente la existencia del contra productor de las
obligaciones recíprocas.
a) Rechazar la acción (sin que se prejuzgue sobre los derechos en cuestión que el
demandante podrá hacer valer en otro procedimiento, una vez cumplida la presta-
ción);
225
b) Acoger la acción, previo pago de la prestación pendiente a cargo del actor.
En la retención lo que se rehusa es la entrega de una cosa que es propiedad del otro
(art. 3030 C.C), se exige la condición de conexión entre la deuda y la cosa; en la
excepción basta que la obligación derive de un contrato bilateral y la correlación o
conexión que se exige es de las obligaciones y su cumplimiento simultáneo que confi-
guran una relación sinalagmática; en el derecho de retención se rehusa la entrega aún
en el caso de contratos unilaterales. La defensa de incumplimiento es una excepción, el
derecho de retención puede ejercerse como acción. El derecho de retención supone
créditos recíprocos y/o conexos pero éstos son independientes entre sí, por cuanto no
es el uno la causa jurídica del otro, en cambio, en la excepción además de relación
sinalagmática, un crédito es la causa jurídica del otro, si entre los créditos faltase la
relación de causalidad no se daría la relación sinalagmática y la excepción carecería
de fundamento.
226
de ese modo, en cambio, el que recurre a la excepción de incumplimiento, se aprove-
cha de un defecto del contrato y, por ende, de una consecuencia de su crédito.
227
Actividad Nº 29
228
10.2. SEÑAL O ARRAS
10.2.1. Especies
El sistema del Código Civil es contrario al de Comercio (ver art. 1202 CC). La norma
general es la seña penitencial que faculta al arrepentimiento, la excepción -salvo prue-
ba en contrario- es la seña confirmatoria o de prueba de la existencia del contrato.
229
Convenida la seña como penitencial, debilita el vínculo contractual, porque cualquie-
ra de las partes puede arrepentirse tanto el que dio la seña como el que la recibió, el
primero perdiendo lo que dio y el segundo devolviendo lo recibido con otro tanto igual,
ello como total y única indemnización por arrepentimiento (al igual que las cláusulas
penales).
El arrepentimiento puede ejercerse por ambas partes, salvo existencia de una cláu-
sula especial en el contrato que estableciera la facultad para una sola de ellas.
En el Código civil (art. 1202) la estipulación de una seña comporta un acto de displi-
cencia, que autoriza a ambas partes a ejercer la facultad de arrepentirse, privando al
contrato de sus efectos. La seña, además de enervar la eficacia del contrato, por el
pacto de displicencia que implica, equivale a una indemnización convencional fijada
anticipadamente por las partes, tendiente a resarcir los daños sufridos por la contraria
en caso de mediar arrepentimiento.
b) Que siendo los daños superiores al valor de la seña -o al doble- debe abonarse la
diferencia a fin que la indemnización sea integral.
230
Ahora bien, si no media arrepentimiento sino incumplimiento de la obligación, la
indemnización, no obstante existir señal o arras en el contrato se rige por los principios
generales, sin limitarse al importe de la seña.
La seña penitencial (según la especie adoptada por el art. 1202 CC) permite a las
partes arrepentirse y con ello separarse del contrato, la dación o entrega a cuenta de
precio, al significar un principio de ejecución, constituye, por el contrario, un obstáculo
al retiro unilateral y una confirmación del negocio celebrado.
Luego, entre las expresiones “como seña” y “a cuenta de precio” existe un claro
antagonismo cuando se usan en forma conjuntas amalgamadas en la frase del acápite.
Dicha cláusula resulta contradictoria conceptual y jurídicamente.
Puede tener como fuente la ley o una convención. La facultad se concede a la parte
cumplidora frente a la incumplidora una vez producido el incumplimiento injustificado
de la obligación. Presupone la existencia de un contrato válido con prestaciones recí-
procas.
231
Tal facultad nace desde que la parte incumplidora incurre en mora y tiene por finali-
dad no cuestionar la validez o existencia del contrato sino resolver el vínculo contrac-
tual válido, de hacer volver las cosas al estado anterior al momento de la celebración
del contrato, con la obligación por parte de la incumplidora de satisfacer daños y perjui-
cios.
No se trata de una sanción ante la conducta antijurídica del deudor porque no requie-
re la imputabilidad moral o subjetiva y procede incluso ante un incumplimiento no cul-
poso.
10.3.3. Sistema del Código Civil: Resulta interesante en este punto observar la
antigua redacción del art. 1204 CC y la modificación introducida por la Ley 17.711. Esta
ley distingue entre pacto comisorio legal y pacto comisorio contractual; el art. 1204 CC
fue tomado íntegramente del art. 216 del Código de comercio (modif. por Dec.Ley 4777/
63).
232
Actividad Nº 30
confirmatoria
1) señal
penitencial
2) pacto comisorio
233
10.4. PACTO COMISORIO LEGAL
LA PRIMERA PARTE DEL ART. 1204 ESTABLECE QUE: “En los contratos con pres-
taciones recíprocas se entiende implícita la facultad de resolver las obligaciones”.
Si opta por la resolución puede hacerla valer por dos vías: judicial o extrajudicial. Si
prefiere la judicial la resolución del contrato se produce recién cuando se dicta la
sentencia. Si quiere llegar a la resolución por vía extrajudicial, la parte cumplidora tiene
que conminar a la incumplidora extrajudicialmente para que cumpla con la obligación,
dentro de un plazo que nunca podrá ser menor de quince días (salvo que los usos o una
convención expresa fijara un plazo menor).
Hecha la conminación del cumplimiento la suerte del contrato queda a cargo del
deudor que puede:
(5)Estos son únicamente los bilaterales perfectos y contratos con prestaciones recíprocas incluye
también los bilaterales imperfectos.
234
Es claro que -como dijimos- la suerte del contrato está a la voluntad del deudor
puesto que, aún cuando lo que se pretenda sea conminar para el cumplimiento, eligien-
do la vía extrajudicial, si el deudor no lo prefiere así, el contrato se resolverá de pleno
derecho porque así lo prefirió el deudor que optó por la resolución.
Está previsto en la tercera parte del artículo. Esta facultad está reglada en forma
distinta a la legal. Se puede llegar a la resolución de pleno derecho, extrajudicialmente,
sin que la parte cumplidora emplace a la deudora que cumpla dentro del término antes
dicho de quince días (o menor si correspondiere), con sólo comunicarle en forma feha-
ciente su voluntad de resolver el contrato.
Pero la ley no prevé dentro de qué término debe el acreedor formular la declaración,
de ahí que se hayan originado dos corrientes contradictorias. La una que sostiene que
puede hacerlo antes de que se prescriba la obligación, la otra que entiende que debe
hacerlo dentro de un término prudencial para que no se presuma su renuncia.
De esto resulta que la resolución de pleno derecho en el caso del pacto comisorio
legal se produce en distinta forma y en distinto tiempo que la resolución de pleno
derecho en el pacto comisorio expreso. En el primer caso no basta la mora y el reque-
rimiento sino que debe vencer el plazo de quince días después de la intimación (o el
menor si corresponde). En el caso de la facultad resolutoria expresa, recién cuando el
acreedor comunique al incumplidor en forma fehaciente su voluntad de resolverlo. En
ambos le corresponde al deudor el derecho de oposición, en cuyo caso, alegando la oposi-
ción, la resolución deberá resolverse por vía judicial, declarándose su procedencia o no.
10.6. EVICCIÓN
A todos los que dividen bienes comunes con otro, o que a título oneroso trasmite
derechos, la ley impone el beneficio del copartícipe o adquirente, la obligación de
asegurarle la existencia, legitimidad y ejercicio del derecho; el goce y la posesión del
bien dividido o trasmitido, conforme lo que como objeto del acto de división o trasmi-
sión, y los responsabiliza por los perjuicios que aquéllos sufran como consecuencia de
las pretensiones de derecho de un tercero por los que la turbe o prive total o parcial-
mente, de esos bienes en razón de un vicio inherente del derecho o de una carga que lo
grave, lo que existía con anterioridad o concomitantemente al momento de la celebra-
ción del acto y cuya existencia, entonces, era desconocida por el copartícipe o adquirente.
235
carga que lo grava cuya existencia era anterior y desconocida por el
turbado en el momento de la celebración del acto de división o trasmisión.
En consecuencia:
La evicción es un elemento natural impuesto por la ley que se hizo obligatorio como
consecuencia de la frecuente repetición del pacto de garantía que las partes concerta-
ban para conseguir la finalidad del acto, no para garantizar el cumplimiento sino para
garantizar el negocio que se realiza. A tal punto que la garantía así concebida por la ley
no se pone en movimiento por el incumplimiento sino por un evento futuro que consiste
en la pretensión del derecho de un tercero que turba o priva al adquirente en razón de
que el derecho que ejerce es preferente al derecho del turbado, a raíz de un vicio
inherente del derecho trasmitido, anterior o concomitante al acto de la trasmisión y
desconocido por el adquirente.
236
10.6.1. Naturaleza jurídica de la evicción
Es un elemento natural dado en interés de una de las partes que preserva la identi-
dad del negocio que se tuvo en mira celebrar siendo de interés de una de las partes,
cae dentro de la órbita de lo que puede ser materia del principio de autonomía de la
voluntad que consagra el art. 1197 CC con las limitaciones impuestas por el orden
público, la moral y las buenas costumbres.
1º) Existencia de un negocio jurídico válido que tenga por objeto la trasmisión de un
derecho o la división de derechos comunes.
4º) Que es privación total o parcial del bien lo sea en virtud de una sentencia.
6º) Que la turbación o privación o se haya originado por causa del adquirente o
copartícipe.
7º) Que la especie de evicción sufrida no haya sido exceptuada por cláusula especial
o expresa en el acto de transferencia o división.
237
Actividad Nº 31
238
10.6.3. Quién debe la garantía: El que trasmitió el derecho o lo dividió con otro, ya
se trate de una persona física o jurídica, obligación que se extiende a sus herederos o
continuadores en la persona del enajenante o copartícipe.
- Que la adquisición haya sido a título oneroso (el donante, salvo casos de excep-
ción frente a los subsiguientes adquirentes). Ver art. 2096 CC..
10.6.5. En qué medida se debe esta garantía: Esta garantía se debe en la medida
del derecho trasmitido, salvo convención especial. Tal derecho es el que pone límite al
deber de garantía. (Ej.; si trasmitió el derecho pleno de propiedad, se responde por
cualquier turbación de derecho sobre su existencia, legitimidad, ejercicio pleno del
derecho y libertad de cargas ocultas. Si se enajenó un derecho de propiedad menos
pleno, con un vicio que no puede servir de causa para la turbación de derecho, porque
no reúne las condiciones de tal, por lo que se trasmitió un inmueble sometido a servi-
dumbre pasiva, se garantiza sobre toda turbación de un tercero menos la que pueda
provenir del ejercicio de dicha servidumbre).
10.6.6. Con qué clase de obligaciones se integra la garantía: Se integra con tres
clases de obligaciones
10.6.7. Obligaciones de no hacer: estas obligación del que debe garantía compren-
de el deber de abstenerse de realizar cualquier acto que turbe o prive al adquirente del
derecho trasmitido o dividido. Esta obligación se extiende a los herederos del garante, y
se la denomina “garantía por los hechos personales del vendedor”.
239
Esta obligación de hacer es de carácter indivisible y si fueren varios los herederos
del enajenante, cualquiera de ellos tiene el deber y puede ejercer el derecho de salir en
defensa por la totalidad del derecho trasmitido o dividido, (art. 2107 CC).
1. No turbar al adquirente.
Son obligaciones 2. Acudir en defensa del adquirente ante el reclamo
del judicial (promovido por un tercero titular de un su-
enagenante: puesto mejor derecho de la cosa trasmitida).
3. Indemnizar los gastos y perjuicios.
240
10.6.12. Cesación de la responsabilidad
Según el art. 2164 CC son vicios redhibitorios los “defectos ocultos de la cosa cuyo
dominio, uso o goce, se trasmitió por título oneroso, existentes al tiempo de la adquisi-
ción que la hagan impropia para su destino, si de tal modo disminuyen el uso de ella
que de haberlos conocido el adquirente no la habría adquirido o habría dado menos por ella”.
El vicio o defecto debe ser de tal entidad que se traduzca en la posibilidad de “dejar
sin efecto el contrato” volviendo la cosa al enajenante y restituyéndole éste el precio
pagado.
10.7.1. Requisitos
241
Se puede restringir, renunciar o ampliar la responsabilidad por vicios redhibitorios.
El comprador (art. 2175) podrá intentar una u otra acción pero no tendrá derecho
para intentar una de ellas después de haber sido vencido o de haber intentado la otra.
En los módulos respectivos se verá cómo funcionan los vicios redhibitorios en los
contratos en particular, en especial en la locación de obra donde cabe tener presente
que no se puede dispensar totalmente la responsabilidad por ruina total o parcial y que
la recepción de la obra de conformidad obsta a cualquier reclamo por vicios “aparentes”
y respecto a los ocultos, el término varía según que se trate de edificios u obras en
inmuebles destinados a larga duración (art. 1646) o de otras especies de obras (art.
1677 bis).
242
Actividad Nº 32
Evicción
243
244
DIAGRAMA DE CONTENIDOS - UNIDAD XI
INTERPRETACIÓN
DE LOS
CONTRATOS
La cuestión
Doctrina sobre
de la
Interpretación Jurisprudencia
Proceso de El Problema en
Declaración la Legislación
Nacional
245
246
UNIDAD XI
247
La interpretación no es un atributo exclusivo del contrato sino de todos los actos o
negocios jurídicos. Resulta un procedimiento indispensable para conocer cuáles son
los derechos y las obligaciones que emanan del negocio, y por ende, para su cumpli-
miento. Al margen de todo litigio o diferendo entre partes y prescindiendo de la claridad
u oscuridad de las cláusulas.
11.2. MATERIA
b) Este análisis también es trasladable a aquellos casos en que hay una neta sepa-
ración entre la declaración de oferta y la de aceptación. Cuando la aceptación
puede consistir en algo más que un “sí”, el sentido del contrato deberá desentrañarse
combinando las frases de la oferta con las de la aceptación. Cuando ésta última
sólo consista (o sea reductible) a un “sí”, bastará con interpretar la oferta.
11.3. OBJETO
248
López de Zavalía dice que:
2) También constituye una ilusión el suponer que las palabras y la conducta tienen
un sentido unívoco según los usos del tráfico.
Existe el fenómeno de la pluris significación, de ahí que toda palabra, toda frase y en
general toda conducta, deba ser interpretada conforme al contexto general. Juegan el
tiempo y el lugar, y un cúmulo de otras exterioridades que permiten fijar un sentido a la
declaración.
Danz opina que las reglas van dirigidas al juez y pone de resalto la estrecha vincula-
ción entre las normas de interpretación.
Para Messineo son normas dirigidas, en primer término, a las partes que son sus
únicos destinatarios y quienes formularán una “interpretación auténtica” y sólo cuando
surja algún diferendo entre ellas y el contrato sea llevado ante la justicia, el destinatario
será el juez.
249
11.4. CRITERIO DEL CÓDIGO CIVIL
El derogado art. 1198 C.C. no contenía una regla de interpretación, pese a lo afirma-
do en contrario por doctrina y jurisprudencia -afirma Mosset de Iturraspe-, el nuevo art.
1198 expresa “Los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe
... “Se incorpora así de modo expreso y a la vez con la máxima amplitud, la buena fe
como norma fundamental en la interpretación del contrato. Antes de la reforma tanto la
doctrina como la jurisprudencia nacional estimaban implícito en el ordenamiento jurídi-
co el “principio rector de la buena fe”.
Esa amplitud del concepto de buena fe está dada en primer lugar, por la admisión del
distingo entre buena fe objetiva. Lealtad y probidad y buena fe subjetiva, creencia o
confianza, relacionada con los múltiples supuestos de derecho aparente. Debe esti-
marse que en la materia de los contratos el derecho ampara la buena fe en uno como
en otro significado.
La buena fe subjetiva logra amparo cuando se protege a los adquirentes que obran
en base a la confianza que suscita un derecho aparente, cuando se protege a los
adquirentes que obran en base a la confianza que suscita un derecho aparente, cuando
se protege a quien no puede advertir un error no reconocible, cuando para la formación
del consentimiento y la interpretación del contrato se atiende a los términos que se
desprenden de la declaración y no a los que permanecen guardados en la conciencia
de los celebrantes.
11.4.1. Las reglas del Código: Entiende Mosset Iturraspe que, en virtud de lo
preceptuado por el art. 16 del Cód. Civil, las reglas de interpretación de los contratos
establecidas por el art. 218 -también 217- del Código de Comercio (repetición de las
250
contenidas en el Código de Comercio del estado de Bs. As. vigente a la época de la
sanción del Código Civil) son aplicables para la interpretación de los contratos civiles
(J.A. 1955 - II pág. 452).
Tales reglas constituyen una repetición de los principios expuestos por Pothier que
inspiraron las normas del Código Napoleón y ejercieron notable influencia sobre las
codificaciones del siglo XIX.
Así, expresa López de Zavalía que, antes de la reforma la doctrina que entendía que
existía en nuestro Código Civil una laguna en materia de interpretación de los contra-
tos, y sólo veían alguna norma aislada de este tipo, como el art. 1198 C.C., invocando
el art. 16 del C.C. los llevaba a aplicar a la interpretación de los contratos civiles las
normas que el Código de Comercio en su art. 218 traía para los contratos comerciales.
El mencionado autor sostiene que, a su entender, la regla del art. 1197 es decisiva.
Ella implica la consagración del CARACTER NORMATIVO DEL CONTRATO, el cual
debe ser interpretado del mismo modo que la ley. Indica que no hay que tomar el art. 16
como punto de partida e ir al Código de Comercio, sino como PUNTO DE LLEGADA, el
art. 16 no es una norma remisiva sino la norma a la cual remite el art. 1197. En el
análisis de nuestro sistema -expresa- veremos que, en definitiva encontramos directi-
vas similares a las del Código de Comercio, pero que son similares las reglas que
gobiernan la interpretación de todos los actos y por ende, tanto de los legislativos
como de los contractuales.
Afirma que después de la reforma el art. 1198 tiene una redacción que da una preci-
sa directiva en materia de interpretación contractual.
A) DOCTRINARIA: es la que verifican los técnicos del derecho cuando se les pide
su parecer sobre un contrato. Su actitud equivale a una predicción de lo que los
jueces puedan fallar si el caso llega a su conocimiento.
C) AUTENTICA: la que realizan las partes, ha sido llamada la “reina de las interpre-
taciones (la forma más común de interpretación auténtica es la que realizan las
partes cuando concluyen un negocio de fijación o determinación, donde estable-
cen de común acuerdo la interpretación de un contrato anterior).
251
Actividad Nº 33
concepto:
Interpretación objeto:
clases:
252
11.6. CARACTERES DE LAS REGLAS DE INTERPRETACIÓN
1.- Los que consideran que las reglas de interpretación sólo implican pautas, conse-
jos, dirigidos al juez, se ven naturalmente inclinados a considerar los juicios
hermenéuticos del mismo modo que los juicios de valoración de la prueba que se
emiten en un sistema de libre convicción. Unos y otros envuelven una “questio facti”
ajena al recurso de casación, en cuanto dependientes del libre arbitrio del juez.
Los tribunales que la recogen admiten sin embargo una relevante excepción: se abre
el recurso tratándose la materia como cuestión de derecho cuando lo impugnado es la
calificación jurídica verificada por los jueces de los hechos. (Los tribunales franceses
admiten una segunda excepción cuando ha mediado desnaturalización del contrato, lo
que acontece cuando el juez se ha apartado de una cláusula del contrato clara y
precisa).
2.- Quienes, por el contrario, sostienen que las reglas sobre interpretación constitu-
yen verdaderas normas jurídicas, no vacilan en sostener que la interpretación puede
ser revisable en casación siempre que se afirme una violación de ellas.
3.- López de Zavalía piensa que los artículos de una ley que contengan directivas
sobre hermenéutica de los contratos, son como cualesquiera otros objetos de interpre-
tación. Sólo del análisis concreto de cada cuerpo legal podrá concluirse si un determi-
nado texto envuelve un consejo o un precepto normativo. Al mismo tiempo sostiene que
los problemas sobre interpretación constituye una “questio juris” revisable por casa-
ción.
Por la primera regla de hermenéutica, para captar el sentido hay que fijarse en las
palabras del contrato. Sobre el modo de interpretar las palabras el Código de Comercio
contiene dos reglas las que, siendo aplicables a la ley lo son también a los contratos
civiles. Por el art. 217 las palabras “deben entenderse en el sentido que les da el uso
gral., aunque el obligado pretenda que las ha entendido de otro modo” y por el art. 218
253
inc. 1º “habiendo ambigüedad en las palabras, debe buscarse más bien la intención
común de las partes que el sentido literal de los términos”.
El punto de partida está dado por la interpretación literal contra la que no cabe el
sentido divergente de una de las partes pero sí el sentido divergente de ambas partes.
a) Para fijar el sentido literal hay que tener en cuenta el uso gral. de los vocablos y de
las frases, lo que depende del contexto y las circunstancias.
b) Fijado ese sentido literal no tiene interés alguno para la interpretación el probar
que una de las partes lo entendió en modo diferente. Distinto es el caso en que
todos los contratantes hayan entendido la declaración en un sentido común distin-
to, aquí sobre el sentido literal prevalece la intención común.
3) Por “uso gral.” debe entenderse el corriente en la vida de relación según las
circunstancias (en el ámbito contractual deberá atenderse primeramente al léxico con-
tractual). De entre los usos prevalece el regional, esto es, el practicado en el lugar
donde debe ejecutarse el contrato.
Quien afirme que las cláusulas, pese a su claridad, no traducen la voluntad real,
deberá producir la prueba pertinente; lo mismo sucede con quien pretenda dar a los
términos empleados en el contrato un significado distinto del que se desprende de su
acepción común y gral.
La segunda regla que dimana del art. 16 lleva a tener en cuenta el “espíritu de la ley”
contractual. La redacción de la norma no establece preeminencia entre la palabra y el
espíritu. El espíritu del contrato trasunta las palabras y éstas se explican por el espíritu
del mismo. No debe independizarse ambas normas para hacer funcionar una después
de otras sino que pueden aplicarse ambas o tomarlas conjuntamente.
Esta en el espíritu del contrato estatuir algo, el tener algún efecto, y está en su
espíritu establecer un ordenamiento justo.
a) El contrato algo estatuye. De allí que las cláusulas susceptibles de dos sentidos
de uno de los cuales resultaría la validez y del otro la nulidad del acto, deben
entenderse en el primero (Cód. Com. art. 218 inc. 3º primer precepto).
254
b) El contrato estatuye con justicia. De ello, si las significaciones posibles llevaran
todas a la validez del acto, debe elegirse “aquella que más convenga a la naturale-
za de los contratos y a las reglas de la equidad” (C. Com. art. 218 inc. 3º segundo
precepto).
El contrato establece un orden normativo que en cuanto tal deroga otro anterior. Al
ser las normas contractuales individuales, presentan un carácter de excepción que
llevan -en la duda- a una interpretación en contra del cambio.
Está en el espíritu del contrato no ser un fin en sí, sino medio para la obtención de un
fin ulterior. Corresponde en consecuencia dar a su contenido aquél significado que
mejor convenga a los fines prácticos que persiguen las partes. Entran aquí en juego las
llamadas interpretaciones especificadora, restrictiva y extensiva.
Hay quienes rechazan que la analogía tenga valor en la interpretación de los contra-
tos, pero para defenderla nos basta recordar que las leyes supletorias son susceptibles
de aplicación analógica. Si recordamos que la legislación supletoria queda incorporada
al contrato como parte de él, se deberá concluir que el contrato mismo recibiría aplica-
ción analógica y no tan sólo en la parte que se limita a repetir la letra de la legislación
supletoria, sino en todo su contexto pues aquélla por éste se explica.
El nuevo art. 1198 C.C. establece que “los contratos deben interpretarse de buena fe
y de acuerdo con lo que la partes verosímilmente entendieron o pudieron entender
obrando con cuidado y previsión”. Se trata aquí de la buena fe en la interpretación:
255
1.- Al interpretar un contrato debe operarse con él como con la ley, conceptualmente
más justo, más sabio que sus autores concretos.
Art. 218 C.Com. inc. 4º “Los hechos de los contrayentes, subsiguientes al contrato,
que tengan relación con lo que se discute, serán la mejor explicación de la intención de
las partes al tiempo de celebrar el contrato”. Proviene de los hechos de los propios
contratantes, por ello es llamada interpretación auténtica. Sólo podrá recurrirse a ella
evidentemente debiendo ambigüedad en las palabras.
No sólo los hechos posteriores interesan a estos fines, también los anteriores y los
simultáneos o coetáneos interesan a la interpretación.
La conservación del contrato permitirá a su vez, a las partes lograr el fin económico
perseguido.
256
En segunda parte del inciso apunta a una interpretación acorde con la naturaleza del
contrato y las reglas de la equidad. Por medio de la calificación del contrato se determi-
nará la naturaleza jurídica y se la clasificará tanto del punto de vista jurídico como
económico entre las categorías jurídicas existentes. La interpretación debe tomar en
cuenta la índole del contrato, si es oneroso o gratuito, etc. El juez verá en cada caso
cuál es la interpretación que -según su prudente arbitrio- se acomoda mejor con la
naturaleza del contrato y las reglas de la equidad.
El art. 218 en su inc. 7º establece que “en los casos dudosos que no puedan resol-
verse según las bases establecidas, las cláusulas ambiguas deben interpretarse siem-
pre en favor del deudor, o sea, en el sentido de liberación”.
257
Actividad Nº 34
258
11.13. INTEGRACIÓN DEL CONTRATO
Mosset Iturraspe expresa que, para conocer cuáles son los efectos que nacen de un
contrato así como para interpretarlo cabalmente es preciso integrarlo.
La integración dirigida a señalar las consecuencias jurídicas que emergen del nego-
cio, sea por voluntad de las partes, sea por voluntad del voluntad del legislador a mérito
de los elementos estructurales y de los efectos naturales, resulta también una tarea
fundamental.
No hay que perder de vista que, además de lo que las partes ponen en el contrato, lo
que allí se dice, existe lo que las partes presuponen pero que no expresan; ello no se
encuentra fuera de la voluntad sino en su voluntad del legislador a mérito de los ele-
mentos estructurales y de los efectos naturales, resulta también una tarea fundamen-
tal.
No hay que perder de vista que, además de lo que las partes ponen en el contrato, lo
que allí se dice, existe lo que las partes presuponen pero que no expresan, ello no se
encuentra fuera de la voluntad sino en su fondo y en su raíz, es el subsuelo del contra-
to. Son las consecuencias que pueden considerarse virtualmente comprendidas en el
contrato.
259
Pautas o criterios generales:
En nuestro Código Civil no hay ninguna regla interpretativa Freytas: buena fe. Los
franceses: una sección del tema en el Cód. Napoleón (con Pothier en sus famosas
reglas, influencia codificaciones S.XIX).
Vélez: se piensa que su silencio que intencional por juzgar las reglas como meros
consejos, e innecesario ponerlas porque ya las llevaban el Cód. de Com. (que ya son
repetición de las cláusulas vigentes en el Cód. de Comercio de la Provincia de Bs. As.
vigente a la sanción del Cód. Civil. Su traslación del C. Com. de la Prov. luego Cód. de
Com. de la Nación Argentina arts. 217-218).
Ambigüedad de términos:
Franceses: consejos dados al juez, normas procesales dadas al juez Doctrina dife-
rencia las dos.
260
Voluntad interna y voluntad declarada:
- Doctrina subjetiva: teoría clásica -voluntad partes que hay que interpretar- pala-
bras, gestos, escritos, mera cuestión formal accidental.
Juez integra:
- Con la voluntad presunta de las partes, pero siempre dentro de los márgenes de
la voluntad expresa o declarada.
261
I. OBJETO DE LA INTERPRETACIÓN
El acto jurídico importa por sí una declaración de voluntad emanada de una o más
personas según se trate de un acto jurídico unilateral o bilateral. La voluntad negocial
para que tenga relevancia jurídica, debe exteriorizarse, manifestarse. Sólo así puede
aprehenderla el derecho objetivo como acto jurídico.
Como dice Messineo, interpretar el contrato significa y vale como indagar la inten-
ción común, efectiva, eso es, concreta de la partes.
262
II. CONSIDERACIONES GENERALES
263
En esta obra de calificación y de interpretación se roza un punto muy importante y
que lo sería aún más. Se refiere al tema de la cuestión de hecho y de derecho en tema
de casación sobre la interpretación del contrato que más adelante veremos.
Se trata en último caso de colmar lagunas del contrato y no de establecer hasta qué
punto puede llegar por su íntima virtud la voluntad de las partes. Mediante la integra-
ción del contrato se hace surgir de éste efectos que no podía producir por la mera
interpretación ni siquiera por la integradora. Se trata como señala Von Tuhr, de un
problema de lagunas del contrato, problemas que las partes no pudieron prever ni
resolver. La frontera lógica que separa la integración y la interpretación no es muy
nítida, pero impera la tendencia de imputar a las partes, como obra de su voluntad
tácita, las decisiones a que llega el juez aplicando los principios de la equidad, general-
mente. Colagrosso añade a la referencia de Von Tuhr que en la hetero-integración del
contrato pueden llenarse los claros dejados por las partes por intermedio de la ley, los
usos y finalmente la equidad. A este particular puede librarse la implicancia de la teoría
de la imprevisión, que resulta no de lo puesto sino de los presupuesto por las partes, en
el sentir de Orgaz.
264
solamente en materia de interpretación del contrato: el juez le corresponde intervenir
en toda cuestión de derecho. Al igual que las otras normas hay que considerar que las
relativas a la interpretación contractual va dirigidas en primer lugar a las partes y luego
al juez.
Se admite sin discusión que las partes pueden dar la interpretación auténtica del
contrato; la que será motivo de un negocio denominado de determinación (negozio di
acertamento), que tiende precisamente a establecer en qué sentido debe entenderse el
contrato. Las partes entonces recurren en primer lugar al cuerpo de normas que regu-
lan la interpretación.
Aparte de matices singulares que no han hecho fortuna, dice Puig Peña, hay dos
importantes tendencias que han pretendido conquistar el campo de la interpretación.
Una la clásica, asentada firmemente en el dogma de la autonomía de la voluntad, y otra
moderan, de esencia germana, que pretende dar un nuevo sesgo al asunto.
265
La tesis de Danz fue sostenida en su libro clásico, que apareció pocos meses des-
pués de la sanción del Código alemán. La segunda edición, aparecida treinta años
después, señala la recepción de muchos de sus corolarios en la jurisprudencia. La
tesis fundamental se mantiene: la interpretación no tiene por qué preocuparse en deter-
minar las intenciones internas. Su misión es sólo aclarar las declaraciones de voluntad.
Y la interpretación es siempre la que determina los efectos jurídicos. En cierta medida
esta distinción entre las dos corrientes extremas (ya veremos luego que se ha abierto
camino una posición intermedia), responde al agrupo de ideas que se hallan en comba-
te en la clásica distinción de la doctrina alemana entablada en torno a la cuestión de
saber si el derecho objetivo acoge la teoría de la voluntad o la teoría de la declaración
de la voluntad (Wille and Willeserklarung theorie). Asimismo podemos decir que los
distintos grupos de legislación han seguido con algunas atenuaciones los dos grupos
de ideas. Es decir: la teoría clásica, la teoría asentada en el dogma de la autonomía de
la voluntad, ha venido sosteniendo la necesidad de incluir normas o preceptos referen-
tes a la interpretación. Ese criterio subjetivista arranca del Código francés, que incor-
pora las reglas de Pothier, que a su vez son las del Digesto, y es seguido por la mayoría
de sus códigos que siguieron sus aguas: el español y el italiano de 1865, entre otros.
En cambio, entre los códigos contemporáneos, el Código alemán fundamentalmente,
ha innovado sobre el sistema consagrando sólo dos reglas: los párrafos 133 y 157 sin
tener normas o preceptos formales. Representa una importantísima excepción el Códi-
go Italiano de 1942 que, pese a su fecha, sigue la corriente tradicional, si bien en sus
reglas acoge también criterios objetivos (art. 1362 y ss.).
a) De igual manera los redactores del Código Civil Francés, dan prevalecencia a la
investigación de la voluntad interna, psicológica, antes que a la expresión material de la
voluntad. Que es lo que recomiendan Demo’ombe, Aubry y Rau, Baudry-Lacantinerie y
Barde y demás expositores. En cambio, en la tendencia de los Códigos alemán y Suizo
de las obligaciones, se sigue el sistema opuesto, tendencia que se observa también en
el Código brasileño peruano venezolano. El mexicano sigue fiel al criterio tradicional.
En el primer grupo, entonces (es decir, en el grupo de la orientación clásica o subjetivista,
figuran en primer término el Código civil francés art. 1156). Este texto expresa: “En los
contratos deberá investigarse cuál ha sido la común intención de las partes contratan-
tes más bien que atenerse al significado o al sentido literal de las palabras”. La fórmula
empleada puede ser confusa o ambigua, puede existir contradicción. El Código trae,
entonces, una serie de reglas tomadas de Pothier.
La intención de las partes puede investigarse fuera de las fórmulas del contrato, en
los actos de cumplimiento, en los otros convenios y aún en cualquier otro acto entre las
mismas personas.
Cuando una cláusula es susceptible de distintos sentidos, hay que descartar aquél
que la prive de defectos o que anule el contrato aún cuando éste sea su sentido literal.
En caso de duda, el contrato se interpretará en contra del estimulante y en favor del
que hubiera contraído la obligación.
266
El 1602 va más lejos: todo pacto oscuro o ambiguo se interpretará en contra del
vendedor sin distinguir entre las disposiciones que lo hagan deudor o acreedor.
Las cláusulas dudosas deben interpretarse por la que es de uso en el lugar en que el
contrato pasó.
Señalemos seguidamente que el Código Civil italiano de 1942, mantiene esta ten-
dencia (arts. 1362 a 1371). Las normas pueden distribuirse en varios grupos según que
oriente a la investigación de la intención común de las partes o que ayude a eliminar
dudas o ambigüedades. El segundo grupo comprende los artículos 1365 a 1370 y 1371
está en posición independiente y supone que el contrato ha quedado ininteligible. Los
dos grupos están en posición jerarquizada, en subordinación lógica del segundo o
primero. El intérprete puede recurrir a las reglas de interpretación objetiva cuando sea
imposible establecer la intención común, concreta de acuerdo con la primera serie de
normas.
Aquí corresponde reflexionar sobre lo que expresa Messineo: Una cosa es inter-
pretar el contrato y otra interpretar las normas de interpretación contractual. Todo trata-
do o una interpretación doctrinaria de las normas que disciplinan el contrato en general
y sólo luego de ser cumplida esta interpretación pude entrarse a la interpretación de
las disposiciones contractuales, que pasa si a ser una interpretación de segundo gra-
do.
267
no es voluntad real. Pero de esta voluntad real interna no se dice que su descubrimien-
to, constituya la finalidad de la interpretación, sino sólo que debe ser investigada en la
interpretación. Se designa como objeto de la interpretación la declaración de voluntad,
no una voluntad interna que no haya llegado a tener expresión. pero en la interpretación
de la declaración no debe desatenderse a la voluntad real, sino ser investigada o sea
tomarse también en consideración. Así, pues, el intérprete, partiendo de la declaración
y las demás circunstancias que interesan para la interpretación, ha de investigar la
voluntad real pero sólo puede considerarla decisiva en tanto en cuanto haya tenido
expresión en la declaración. En términos mucho más concretos lo dice Pollock, citado
por Dassen: “La interpretación debe buscar no la intención supuesta sino la intención
manifiesta”.
Por declaración no solamente se entienden las palabras empleadas sino todo aquello
a través de lo cual -sea por sí solo, sea con otras circunstancias- la voluntad haya
llegado a tener expresión. Evidentemente, la interpretación parte en primer término de
las palabras expresadas.
268
según Unamuno; la creación poética, según Radbruch; los personajes de Pirandello,
que cita Orgaz, van más allá de lo que sus autores pensaron).
Las pautas en la materia serían las siguientes: en primer lugar hay que suponer que
el declarante ha empleado las palabras -y el destinatario los ha entendido- en el sentido
que les asigna la generalidad. Pero es posible que también nos encontremos en pre-
sencia de un lenguaje especial, de un determinado lugar, o rama de los negocios. Si se
trata de declaraciones recepticias puede valer precisamente este concepto. Si resulta
de las circunstancias que la significación especial admitida por una de las partes tiene
que se considerada decisiva también por la otra, el negocio se ha concluido válidamen-
te en el sentido de esa significación.
Además del tenor literal, la interpretación debe tener en cuenta otros factores que
permiten inferir el sentido de la declaración: así, la total conducta de las personas al
concluir el negocio y las circunstancias de toda especie que acompañaron la contrata-
ción (las tratativas preliminares); el modo habitual de obrar de los interesados, a veces
su situación patrimonial pero muy especialmente, la finalidad del negocio, la situación
de los intereses y la conexión con otros negocios o con otras partes del mismo nego-
cio.
El acto jurídico importa una declaración de voluntad de una o más personas, según
sea unilateral o bilateral. Orgaz lo define como el conjunto de circunstancias en que se
contienen una o varias declaraciones de voluntad privada que deben producir determi-
nadas consecuencias jurídicas de conformidad con la ley y el querer de los otorgantes.
Sabido es que el artículo 944 del Código civil contiene la definición legal, de acuerdo
con el concepto de Ortolán, que cita la nota. Si definimos el acto jurídico como toda
declaración de voluntad que de acuerdo con el derecho objetivo tiene por si relevancia
legal para hacer surgir, transmitir, reconocer, modificar o extinguir derechos subjetivos,
nos plantearemos el pórtico de nuestra investigación.
269
Evidentemente, la voluntad es un requisito fundamental, esencial del acto jurídico,
conforme a la definición del artículo 944 del Código Civil. Ese acto voluntario ejecutado
conforme con las pautas del artículo 897 del Código Civil, sólo puede tener relevancia
en tanto se manifieste exteriormente la voluntad negocial. En tal sentido, el artículo 913
parte de ese principio. La exteriorización de la voluntad que el mismo exige es el
elemento material a que se refería Freytas, ya que sin él sólo estaríamos ante un hecho
interior que nadie puede conocer mientras no se traduce en signo sensible. Los hechos
exteriores, por otra parte, se establecen en el artículo 904 en su alcance legal.
He aquí, pues los dos elementos que han de tenerse en cuenta: voluntad y exteriori-
zación de la voluntad. Gráficamente lo establece Butera al enunciar los tres casos
lógicamente posibles en que media disociación de dichos elementos: un querer intenso
sin declaración de voluntad; una declaración de voluntad sin querer interno y un querer
interno y una declaración de voluntad en íntima armonía. Tales son los supuestos
computables.
b) Pero también existen aplicaciones legales de la voluntad declarada. Así, por ejem-
plo, aún los actos jurídicos que adolecen de vicios de la voluntad (error, dolo o violen-
cia) o de simulación o fraude, subsisten mientras no sobrevengan la declaración de
invalidez (arts. 1045 y 1046: además no se está frente a nulidad sino a anulabilidad.
Como recuerda Orgaz, predomina lo declarado frente a lo realmente querido en esos
supuestos de reserva mental; de error inexcusable, de dolo recíproco y de simulación
relativa a los terceros a que se refieren los artículo 923, 929, 932, 959 y 996. Otro de
los supuestos donde se reconoce la prevalencia indicada se halla en el artículo 1154 al
establecerse que el contrato se perfecciona con la aceptación de la oferta remitida
proponente a pesar de que la intención de éste ya no concuerde con su propuesta, lo
que es aún más patente el supuesto de la oferta irrevocable por haber renunciado el
oferente a ese derecho o porque se obliga a mantenerla durante un cierto plazo (art.
1150). Todo esto indica, como señala Spota cómo la voluntad se enquista en la declara-
ción, vive indisolublemente con ella.
270
¿Cuál es, entonces, nuestro sistema legal?. El derecho vigente en nuestro país no
conduce a una de las teorías exclusivamente. Ninguna de ellas ha sido aceptada en su
aspecto más extremo. Si bien la voluntad integra la definición legal del acto jurídico en
su exteriorización o declaración la que la torna relevante a los fines jurígenos. Esta
declaración de voluntad perdura mientras no medie un vicio esencial de la voluntad,
aunque existen éstos, no pueden ser alegados por quien haya incurrido en error no
reconocible o inexcusable, o entorpezca al haber obrado con dolo o violencia ni tampo-
co por quien dio motivo a que la otra parte sufriera el error. La interpretación de la
intención de los que han declarado la voluntad de los actos jurídicos bilaterales debe
orientarse a conservar la seguridad jurídica que vive de buena fe-creencia. En cambio,
la voluntad interna o real es relevante en los actos jurídicos por causa de muerte (arts.
3606, 3607, 3615, 3616 y 3619).
Nuestro derecho objetivo sigue así un camino intermedio: Por una parte afirma el
papel preponderante de la voluntad en el nacimiento de los actos jurídicos y, por otra,
propende a la seguridad jurídica a través de la declaración de esa voluntad.
271
la materia. El concepto de standard jurídico, como dice Bielsa, es el de una especie de
módulo técnico formado al margen de la regla de derecho. Couture, entiende por él una
línea de conducta general suscriptible de abarcar numerosas situaciones representati-
vas en cierta medida de comportamientos sociales. El concepto no traduce una solu-
ción revolucionaria, ni siquiera contemporánea; el Derecho romano nos ha legado nu-
merosos standars (el de buen padre de familia, de insolvencia notoria, de incapacidad
notoria, de diligencia) y en el sistema anglo-americano se ha estructurado uno de los
más preciosos: el de la razonabilidad. El Derecho procesal también ha construido con
el mismo criterio el concepto de las reglas de la sana crítica. Como expresara Bielsa, el
standard es la exteriorización y solución concreta en una cuestión de derecho que
revela un estado de conciencia jurídica, incluida del Derecho en vigor, pero con un
elemento nuevo que es el que le da su verdadero carácter. Ese elemento refleja en la
educación jurídica y en el concepto moral del intérprete; surge el standars de un estado
de conciencia jurídica, de valoración del fenómeno jurídico que pide la solución no
prevista en la regla del Derecho positivo.
1. En primer término, nos referiremos a las directivas generales que pueden ser
utilizadas en la interpretación. Comenzaremos por referirnos al principio de la buena fe
contractual.
El punto de partida es el artículo 1198, cuya nota cita a Domat, Toullier, Marcadé,
Aubry et Rau, tres leyes de la Partida 5ª y los artículos 1135 y 1124 de los Códigos
francés e italiano, respectivamente. Lafaille señala que la fuente son Aubry et Rau y el
Código francés porque ni el Código italiano ni las otras fuentes han sido modelos
inmediatos. Como destaca Segovia, el estudio comparativo del precepto con los auto-
res del “Cours”, destaca que los referidos maestros fueron más explícitos, ya que
agregaron la referencia a la equidad, el uso o a ley. Pero aunque nuestra ley civil no
contenga una referencia expresa a la buena fe en el artículo 1197, a diferencia del 1134
del Código Napoleón, de ello no debe seguirse la exclusión de ese importante elemento.
El artículo 1198, extiende los deberes contractuales a todas las consecuencias que
pueden considerarse que hubieran sido virtualmente comprendidos en los acuerdos y
en ello es pacífica la doctrina, con la importante excepción de Orgaz. Tanto el artículo
1135 del Código francés como el 1124 del Código italiano de 1865, han sido interpreta-
dos como incluyendo las consecuencias que según la equidad, el uso o la ley deban
ser considerados como habiendo sido virtualmente comprendidas en los contratos;
puede verse la obra especial de Grassetti sobre el Código italiano. Por otra parte, las
opiniones de Salvat, Fernández, Tobal. Sporta y otros autores destacan que la buena fe
-presunción básica de todo Derecho- importe un postulado implícitamente contenido en
toda la economía de nuestra ley. Ello no obstante, debe apoyarse la inclusión expresa
que hace el Proyecto de 1936, siguiendo la vibrante orientación de Bibiloni.
272
Lo cierto es que el principio de la buena fe vive en nuestro Derecho a través de
numerosas aplicaciones. No sólo se halla ínsito en el artículo 1198, sino que resulta
consecuencia del 953: resultaría contrario al objeto fin social de los actos jurídicos
prescindir de ese importante elemento, ya que importaría sostener que la ley pude
colocarse al servicio de móviles reñidos con los fines sociales y económicos en vista
de los cuales el Derecho subjetivo y las facultades jurídicas son tuteladas por el orde-
namiento jurídico.
2. Nos haremos cargo ahora de las disposiciones especiales de la ley civil que
implican especiales de la ley civil que implican directivas legales para interpretar la
voluntad declarada.
En el derecho de los contratos nos hallamos con muchas disposiciones que intere-
san a nuestro propósito:
273
En el artículo 1818, se establecen supuestos de presunción del
Donación contrato en cuatro incisos que constituyen otras tantas directivas
de interpretación.
Existen otras normas que también representan directivas para el intérprete. Así por
ejemplo, en el artículo 2323 se suministra el concepto de “muebles de una casa” esta-
bleciéndose las exclusiones a computar.
El artículo 217 establece que las palabras en los contratos y convenciones deben
extenderse en el sentido que les da el uso general, aunque el obligado pretenda que las
274
ha entendido de otro modo. Los tribunales han aplicado el texto (“J.A.”, 39-512) y espe-
cificado en muchas ocasiones sus alcances (J.A., 34-1.455 Y L.L., 46-26).
El artículo 218 contiene 7 incisos que establecen las bases de interpretación de las
cláusulas de un contrato que así lo requiera. Se trata de reglas similares a las del
Código francés, que trasvasará las directivas de Pothier:
1º Habiendo ambigüedad en las palabras, debe buscarse más bien la intención co-
mún de las partes que el sentido literal de los términos.
2º Las cláusulas equívocas o ambiguas, deben interpretarse por medio de los tér-
minos claros y precisos empleados en otra parte del mismo escrito, cuidando de
darles no tanto el significado que en general les pudiera convenir, cuanto el que
corresponde por el contexto general.
3º Las cláusulas susceptibles de dos sentidos, del uno de los cuales resultaría la
validez y del otro la nulidad del acto, deben entenderse en el primero. Si ambos
dieran igualmente validez al acto, deben tomarse en el sentido que más conven-
ga a la naturaleza de los contratos y a las reglas de equidad.
7º En los casos dudosos que no puedan resolverse según las bases establecidas,
las cláusulas ambiguas, deben interpretarse siempre en favor del deudor o sea
en el sentido de liberación.
No todas las directivas pueden conducir al mismo resultado. Existe una jerarquía
entre esas disposiciones interpretativas de la declaración de voluntad; Spota señala
que el juez no puede brindar igual valor al favor debitoris que al principio de conserva-
ción del contrato o al del máximo significado útil. El orden de prelación sería el siguien-
te:
275
5º Las reglas de la equidad.
6º El favor debitoris. Las directivas del máximo significado útil y del favor debitoris,
en el caso que una conduzca a la validez de la cláusula ambigua y la otra a su
ineficacia, no pueden aplicarse coetáneamente, salvo que la interpretación en el
sentido de la validez traiga aparejada la liberación. El favor debitoris sólo procede
en los casos dudosos que no pueden resolverse por las bases establecidas.
Para Lafaille el artículo 218 Código comercial, implica una serie de consejos para el
juez. Pero en realidad, entendemos que va mucho más allá, imponiéndole reglas de
conducta para su cometido, cuya inobservancia puede fundar la impugnación de la
sentencia. Esto se advierte singularmente en la jurisprudencia de la Suprema Corte de
la provincia de Buenos Aires, donde la transgresión de ese precepto puede dar lugar a
la apertura del recurso de inaplicabilidad de ley.
276
6º Aunque no sea Derecho positivo, señalemos que en el proyecto de reforma de
1.936 se recoge en cierto modo el aporte de la elaboración doctrinaria y
jurisprudencial, estableciéndose en el artículo 820 que las convenciones inclui-
das en los contratos son obligatorias para las partes y deben ser cumplidas de
buena fe. Ellas obligan a lo que está expresado y a todas las consecuencias
comprendidas teniendo en cuenta los usos del lugar.
Se han refundido los artículos 1.197 y 1.198 habiendo sido esa formulación elogiada
por la doctrina. Es ilustrativa la discusión del artículo por la Comisión, que refiere
Risolia.
El peligro de la deshumanización del derecho debe ser evitado sin violar ni deformar
la ley y ante las consecuencias excesivas que se pretenden deducir del principio de la
autonomía de la voluntad que consagra el artículo 1.197 C.C., el 953 del mismo sirve
de correctivo (C. Civ. 1º, La Plata, J.A. 67-12).
De los contratos nacen para las partes obligaciones expresas o implícitas y entre
las últimas está la de imponer un cumplimiento normal dentro del curso natural de las
cosas y no uno totalmente excepcional, ajeno a la intención que tuvieron los contratan-
tes al celebrarlo. (Cámara Civil 2º, Cap., 54-466).
277
b) Aplicación analógica del Código de Comercio en materia civil. Las bases que
para interpretar los contratos establece el Código comercial, especialmente en su
artículo 218, deben aplicarse por analogía en materia civil (C. Nacional Apelativo,
Civil, Cap., Sala “A”, J.A., 1.957-III-403).
c) Pacta sunt servanda. Los contratos, por constituir una regla a la cual las partes
deben someterse como a la ley misma, se formalizan para ser cumplidos. (Cáma-
ra Nacional Apelativa Com. Cap., Sala “A”, J.A., 1.954-IV-195).
278
e) Buena fe. Los contratos deben interpretarse y cumplirse de buena fe. (Cámara 2º Civil
y Com., La Plata, J.A., 1.956-III-76), 1953-IV-107, Cámara Civil 1º (Cap., 75-51).
Conforme a lo dispuesto en los artículos 1.197 y 1.198 Código Civil, los contratos
deben ejecutarse de buena fe y obligan a lo que se entienda previsto de acuerdo a la
equidad, el uso o la ley. El interprete, al valorar las cláusulas de los contratos, debe
hacerlo con arreglo a la equidad y a la justicia, porque de lo contrario se llegaría a
amparar situaciones inmorales o contrarias a las buenas costumbres o al orden públi-
co, lo que indudablemente no es el fin querido por la ley (Cámara Civil, 2º, Cap., J.A.,
1.949-I-693).
279
Si de los términos en que está concebido un contrato surge clara y expresa la
intención de los contratantes corresponde dar a las palabras el sentido usual aunque
las partes interesadas pretendan que las han empleado en otro (Cámara Com. Cap.,
J.A., 39-512).
La disposición del artículo 218, inciso 2º, C. Com., permite en general conceder
prevalencia a la expresión de una cantidad escrita en letras sobre la consignada en
guarismos (Cámara Com., Cap., J.A., 50-272).
280
Las cláusulas ambiguas de un contrato de obra deben interpretarse relacionándolas
con los términos predominantes de la convención (Cámara Com., Cap., J.A., 76-521).
En la interpretación de los contratos, para apreciar cuál fue la mente de las partes,
es preciso estar a lo que resulta de su texto general y no de una parte del mismo
(Cámara Civil, Cap., J.A., 1.949-IV-596). El alcance de las cláusulas no es el que
resulta de cada una de las cláusulas aisladamente sino del estudio correlacionado de
todas ellas (Cámara Civil 2º, Cap., J.A., 61-693).
El testimonio del escribano que otorgó una escritura donde figura una cláusula de
sentido equívoco es hábil para contribuir a esclarecer su alcance y la intención de las
partes (C. Civil 2º, Cap., J.A. 40-174).
281
j) Principio de conservación del contrato. Contraria reglas elementales de herme-
néutica jurídica la interpretación de una cláusula contractual en el sentido de que
anula a otra anterior (Cámara Civil 1ª, Cap., J.A., 43-151).
Los actos no pueden interpretarse en forma tal que autoricen a suponer que las
partes han hecho algo inútil o abusivo (Cámara Federal, Cap., J.A., 1.945-I-35).
En la duda sobre la interpretación de una convención debe estarse en favor del que
ha contraído la obligación o sea el deudor (Cámara Federal, Cap., J.A., 63-432 Y 29-
623; Cámara 2ª Civil y Com., La Plata, J.A., 55-306; Cámara Com., Cap., J.A., 2-280;
Cámara Criminalista y Correccional, Mendoza, J.A., 1.951-2-368).
A falta de contrato escrito la duda para elucidar a nombre de quien se contrató como
lo dispone el artículo 1.490 Código civil, debe ser interpretada a favor de quien alega la
existencia de contrato, por cuanto los terceros que contratan con el mandatario sólo
deben juzgar la órbita aparente que resulta de los poderes y hasta ese punto el repre-
sentante es tal (Cámara Nacional Apelativa, Resistencia, J.A., 1.956-IV-43).
Toda cláusula que autorice la resolución o desistimiento del contrato debe ser inter-
pretada restrictivamente (Cámara 1ª Civil y Com., La Plata, J.A. 1.949-I-693).
282
La intención de renunciar a las responsabilidades estipuladas por incumplimiento de
un contrato no se presumen y la interpretación de los actos que induzcan a probarla
debe ser restrictiva (Cámara Civil 2ª, Cap., J.A., 23-895).
Por generales que sean los términos de un contrato, ellos no comprenden las cosas
en que las partes no han pensado, sino aquellas por las cuales entendió convenir
(Cámara Apelativa Civil., Sala A., J.A., 1.957-III-403).
ll) Interpretación finalista. Los contratos deben interpretarse de manera que las
partes alcance los fines económicos perseguidos, debiendo el juez colmar los
vacíos, remediar los defectos de sus declaraciones de voluntad y determinar lo
que aquellas hayan omitido (Cámara Nacional, Apelativa Paz, Sala 3º, J.A., 1.957-
I-193).
Toda decisión judicial tendiente a declarar el alcance o los efectos de una conven-
ción debe tomar como punto de partida el propósito inicial de los contratantes, porque
constituye en realidad el antecedente inequívoco para determinar la naturaleza jurídica
del acto (Cámara Com., Cap., J. A. 12-373 en nota).
283
o) La interpretación contractual y el recurso de inaplicabilidad de ley en la pro-
vincia de Buenos Aires. En la interpretación de la voluntad contractual (artículo
119), son soberanos los jueces de los hechos. La Suprema Corte, que no es
tribunal de tercera instancia, no puede suplantar su criterio al de aquellos para
decidir cuestiones de la naturaleza mencionada (Sup. Corte, Buenos Aires, J.A.,
65-433).
VII. CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
284
actes juridiques privés, París, 1.925.- Ennecerus, L. y Lehmann, H., Tratado de Dere-
cho civil, “Obligaciones”, trad. de Gonzáles y Alguer, t. 1, vol. 1, Ed. Bosch.- Fernández,
R.L., Código de comercio de la República Argentina. Comentado, 2ª reimpresión, ts. 1 y
2, S. de Amorrortu e Hijos, Buenos Aires, 1.951.- Gény, F., Método de interpretación y
fuentes en Derecho privado positivo, 2ª ed., Ed. Reus.- Giovene. E., en Comentario de
D’Amelio y Finzi, Libro delle obligazioni, vol. 2.- Giorgi, J., Tratado de las obligaciones
en el Derecho moderno, t. 3, Madrid, 1.929.- Jossfrand, L., Derecho Civil, trad. de S.
Cunchillos y Manterola.
285
286
DIAGRAMA DE CONTENIDOS - UNIDAD XII
Condiciones de
aplicación
Cláusulas de
exclusión
Lesión Desistimiento
EXTINCIÓN DE
LOS CONTRATOS
Rescisión Nulidad
Bilateral
Unilateral prevista
Legal
Resolución Revocación
Automático Sentido
Facultativo Primordial
Opcional Traslaticio
Histórico
287
288
UNIDAD XII
a) RESCISIÓN:
Acuerdo de voluntades por el cual se deja sin efecto un contrato, se denomina tam-
bién DISTRACTO. Ya que el acuerdo de voluntades puede crear un vínculo jurídico,
también puede aniquilarlo o extinguirlo.
Es una forma de extinción de los contratos que opera para el futuro y depende de
causa sobreviniente.
a.2. UNILATERAL PREVISTA: Supone que las partes hayan previsto, por
cláusula especial, que cualquiera de ellas puede dejar sin efecto el con-
trato (Es el ejemplo de la llamada “rescisión unilateral” en el caso de la
nueva Ley de Locaciones Urbanas 23.901, mal llamada porque no hay
rescisión unilateral ya que se acordó la cláusula o se sometieron a ella
las partes, lo que ocurre es que una de las partes es la que está facultada
para hacerla valer, pero hubo un acuerdo previo entre ellas).
a.3. LEGAL: es la misma ley la que autoriza a una de las partes a dejar sin
efecto el contrato (ejs. 1.638, 1.767 CC).
289
rescindir o hacer un distracto implica la cesación y tiene efectos hacia el futuro porque
el contrato no existe, y hacia el pasado porque las partes deben entregarse todo lo que
con motivo del contrato anulado han recibido, hay una acción de devolución, de retro-
traer el efecto.
Cabe tener presente que todos los actos que impliquen la ineficacia de un contrato,
su frustración o su disolución tienen una sola regla de orden: los efectos respecto a
terceros son siempre hacia el futuro (ex nunc), nunca afectar a los terceros que por
regla son “res inter alios acta”.
b) RESOLUCIÓN:
El artículo 1.204 del Código Civil define la resolución. Hay acuerdo de voluntades
para determinar qué tipo de condiciones deben acontecer (obligación) y si acontecen
funcionan unilateralmente, siempre que la parte quiera hacerla valer porque es faculta-
tiva.
Este hecho puede ser imputable a la otra parte (por ejemplo el incumplimiento) o
bien extraño a la voluntad de ambas.
290
Puede darse la siguiente clasificación:
12.2. REVOCACIÓN
A diferencia de los anteriores casos es unilateral. Es la facultad que tiene una de las
partes de provocar unilateralmente la ruptura del contrato. Es una facultad que le viene
de la ley (nunca puede ser pactada).
Importa un acto de voluntad por el cual se deja sin efecto una liberalidad. Por ello
decimos que la idea de revocación está unida (se revoca una donación, un testamento)
de liberalidad. Necesita una causa jurídica que la justifique, por ello no opera ipso jure
sino que necesita, por ejemplo, que el donante, fundado en esa causa, pida la revoca-
ción.
Deja sin efecto el contrato retroactivamente (regla legal para ambas partes). Por ello,
cuando se habla de revocación del mandato en realidad es rescisión unilateral puesto
que no tiene efectos retroactivos, (los actos realizados por el mandatario en ejercicio
de su poder son válidos, las responsabilidades que surjan es otro problema).
291
Actividad Nº 35
2) Indique con una “V” o con una “F” según que cada una de las afirmaciones poste-
riores sea verdadera o falsa:
292
12.3. NULIDAD
Sanción prevista por la ley que priva a los contratos de sus efectos por un vicio
originario (anterior o concomitante con la celebración del contrato).
Los contratos nulos o anulables de nulidad relativa pueden ser expurgados por con-
firmación.
Cabe acotar en este punto que la INOPONIBILIDAD implica un contrato eficaz entre
las partes pero que no puede serlo frente a terceros. La eficacia establecida por la ley
para proteger a terceros asume el nombre de “inoponibilidad” (por ejemplo la venta de
la cosa embargada es válida entre las partes pero inoponible al acreedor embargante;
la cesión de un crédito, válida y eficaz entre las partes por el sólo consentimiento y
entrega del título, respecto a terceros que tengan interés legitimo resulta inoponible
hasta la notificación al deudor cedido. La revocación del mandato no produce efectos
frente a terceros de buena fe que ignoraban la revocación del poder).
En aras de precisar algunos conceptos relacionados con este tema diremos que, la
PRESCRIPCION no extingue el contrato pero sí la acción derivada de él. Y la CADUCI-
DAD es causa extintiva del derecho subjetivo o potestativo por sobrevenir su hecho
impeditivo durante el término fijado por la ley o por la convención (en cambio la pres-
cripción es un medio legal de extinción de los derechos por la inacción o no ejercicio
por su titular durante el tiempo establecido por el derecho objetivo)
293
12.4. DESISTIMIENTO
294
Actividad Nº 36
c) Defina: prescripción, caducidad. ¿Son iguales? ¿en caso contrario, diga en qué se
diferencian?
295
12.5.TEORÍA DE LA IMPREVISIÓN
(Excesiva onerosidad sobreviniente)
Su origen es la cláusula del derecho romano “rebus sic stantibus” que significa que
los contratos se entienden concluidos bajo la condición tácita de que subsistan las
condiciones bajo las cuales se concretó y cuando ello no ocurre y se produce una
transformación de tales circunstancias, los jueces están autorizados a revisar el con-
trato.
c) Que se produzca una alteración grave del equilibrio de las prestaciones tornándo-
se una de ellas excesivamente onerosa.
d) Que la alteración grave del equilibrio de las prestaciones tornándose una de ellas
excesivamente onerosa.
296
La parte perjudicada puede pedir la resolución del contrato, no alcanzando dicha
resolución en los contratos de ejecución continuada los efectos ya cumplidos. Pero se
brinda al demandado (beneficiado con la alteración de las prestaciones) la posibilidad
de mantener la vigencia del contrato ofreciendo mejorar equitativamente los efectos del
mismo, en cuyo caso el juez determinará cuáles son las prestaciones equitativas que
permitan la subsistencia del mismo.
Esta teoría deriva de una pregunta base: ¿es justo exigir el cumplimiento de obliga-
ciones con un alcance que no puede preverse y que hace extraordinariamente gravoso
su cumplimiento. La teoría de la imprevisión contesta negativamente a esta pregunta
sosteniendo que si entre la celebración del contrato y su cumplimiento acontece un
hecho imprevisto al momento de concretarse el contrato, que hace tremendamente
gravoso -oneroso- para el deudor el cumplimiento de la prestación, hay que reajustar
los términos del contrato para recuperar el equilibrio que se perdió ante ese grave
acontecimiento.
De los términos de la redacción del artículo 1.198 del Código Civil algunos han
entendido que acuerda al perjudicado en manera exclusiva una acción o excepción por
resolución del contrato y que, por el contrario, la revisión sea un derecho que sólo
puede ejercer el contratante beneficiado (Llambías, Masnatta).
Otros autores (Mosset Iturraspe) dicen que los argumentos vertidos para negar la
opción al perjudicado no le parecen suficientes y si bien es cierto que la ley habla de
“resolución” únicamente no niega la revisión o modificación y, más aún, se la concede
al “beneficiado”.
Indica que la extinción del contrato por la vía de la resolución, importa un remedio
mayor que debe ser, por lógica, encerrar otro menor como es la modificación y si en un
supuesto mayor como es la lesión (artículo 954 del Código Civil) se le concede al
perjudicado la opción de demandar la “nulidad o la modificación”, conceder la resolu-
ción y negar la modificación contradice el principio superior del contrato y, por último,
no resulta aceptable ni razonable colocar al “beneficiado” como arbitro de la subsisten-
cia o extinción del contrato y negar igual derecho al perjudicado, puede éste último
tener interés en que el contrato vuelva a la equidad y no en que se extinga.
Los argumentos dados por Mosset Iturraspe son atendibles y parecen razonables,
de todos modos es de señalar que la mayoría de los autores entienden que la opción
297
está dada al beneficiario demandado por resolución y es él quien puede optar por
ofrecer el reajuste que haga volver las contraprestaciones equivalentes.
Hoy en día, aún en momentos como el presente en que rige la Ley de Convertibilidad
que ha generado una cierta estabilidad monetaria y se ha prohibido específicamente el
cálculo de la depreciación a los fines de evitar los efectos de la inflación, no podemos
decir que resulte imprevisible un estallido económico que vuelva a hacer procedente lo
que ahora está prohibido por ley. En tal caso, no siendo imprevisible por las caracterís-
ticas económicas de nuestro país, la partes deben tomar los recaudos necesarios que
las protejan de tal eventualidad y, en caso de producirse, no implicaría un supuesto
comprendido en la teoría de la imprevisión.
298
Actividad Nº 37
299
12.6. DIRIGISMO CONTRACTUAL - CRISIS DEL CONTRATO
Ahora bien, este nuevo rol del Estado, inspirado en la “idea social no tiene por única
finalidad la realización de una política económica sino que alienta el deseo de proteger
a los económicamente débiles y de ese modo lograr una más justa distribución de la
riqueza.
La intervención del Estado se da por obra del legislador (leyes de emergencia, loca-
ciones urbanas, moratorias en préstamos hipotecarios) o bien por medio de los jueces
(con facultades para revisar lo acordado por las partes en los contratos invocando la
lesión, imprevisión, abuso de los derechos, etc.). Por ellos hay quienes aluden a que
los contratos han dejado de ser obra de las partes para ser de aquí en más, una obra
realizada en cooperación entre las partes y el Estado, quehacer que se inspira en una
apreciación menos individualista y más social del contrato.
Para quienes afirman y añoran una concepción liberal del contrato altamente indivi-
dualista, la que se encuentra en decadencia, afirman que tal crisis se da tanto en la
formación cuanto en los efectos del contrato y repercute en los dos grandes principios
que rigen a la institución:
a) La libertad contractual
b) La fuerza obligatoria del vínculo.
Entiende que la crisis del contrato es también crisis del derecho de propiedad y la
decadencia de ambas figuras jurídicas que se traduce en una crisis de la libertad.
No es tan así, sino que la concepción acerca del contrato responde a una nueva
concepción del derecho más atenta a la “idea social” que no implica -en modo alguno-
menoscabo o destrucción de la institución.
La crisis podrá existir en lo que respecta a los postulados o técnicas clásicas, pero
la institución en lo que se refiere a ser molde apto para satisfacer necesidades indivi-
duales, no se encuentra con crisis.
300
Así, el intervencionalismo del Estado, cuando va dirigido a restablecer el equilibrio
entre las partes y los patrimonios, sustituyendo a la igualdad jurídica por una igualdad
real, cumple un papel moralizador benefactor, distribuidor de justicia.
(Leer los fundamentos dados por la Corte Suprema de Justicia en Fallos tomo 202
página 456).
12.7. LESIÓN
La lesión subjetiva, en cambio, exige que una de las partes se haya valido de algu-
nas de las situaciones mencionadas. En nuestro Derecho ningún tratadista hizo hinca-
pié para tratar de aplicar o de implantar la lesión objetiva. (Bibiloni recepciona la con-
cepción del Der. Germánico y se acerca mucho a la figura de la lesión subjetiva que
aporta el Código Suizo de las obligaciones; pero de ninguna manera esto quiere decir
301
que se haya dado lugar en el anteproyecto a la posibilidad de entronizar la lesión
objetiva). En ese estado de discusión, los dos principales civilistas que tenía el país,
se oponían a la adopción de esta figura; sin embargo por la obra de la jurisprudencia
que más o menos a partir del año 1.952 comenzó a hacer aplicación a través del artículo
953, que se refiere al objeto de los actos jurídicos, la teoría de la lesión subjetiva(6).
(6)Uno de los primeros casos fue un caso referido a honorarios profesionales sobre una sucesión; que
se cobraron en un acuerdo extralegal, al margen incluso del juicio, por un monto varias veces
superior al que debía ser adeudado a través de la justicia. El juez en ese caso fue el D. Borda; quien
hizo repetir el pago a los profesionales que los habrían cobrado. Otro caso fue la anulación de un
contrato de compraventa que habían celebrado unos individuos de campo con respecto a una
propiedad muy importante en Avellaneda, se había vendido la propiedad en un monto de tres
millones de pesos cuando el monto estimado al tiempo de la operación era más o menos de nueve;
entonces Borda que también fue el juez en esa oportunidad, aplicó un poco la siguiente teoría que
nace de la prescripción del Código Suizo de las obligaciones (en ese Código se hace jugar una
presunción legal de que cuando existe una marcada inequitatividad entre las prestaciones de una
y otra parte, se presume que ha habido aprovechamiento de la necesidad, ligereza o inexperiencia
de la otra parte. Borda señaló que por eso es que el objeto de esa liquidación había sido ilícito, porque
había sido contrario a la moral y a las buenas costumbres. A partir de allí la jurisprudencia empezó
a elaborar soluciones parecidas, Borda falló como camarista junto con el voto de Llambías otro
caso: un profesional que había atendido a una señora de 71 años, semiciega, en un momento dado
la convence que le transfiera la nuda propiedad a cambio de una renta vitalicia. Renta vitalicia es
un contrato aleatorio, por el cual una de las partes se compromete a dar una cuota alimentaria a la
otra parte mientras viva. La renta vitalicia pactada, era realmente risible con respecto al valor de la
propiedad transferida: si bien es cierto que la señora conservaba el usufructo; en posterioridad, dos
años después, este profesional consigue obtener el usufructo también con un aumento bastante
irrisorio de la cuota, entonces los parientes de esta mujer la convencieron de que iniciase la acción
por rescisión de ese convenio, en tal supuesto se juzgó que efectivamente había habido lesión y
objeto ilícito y se anuló por el 953. Este caso fue de los que se presentó en el tercer congreso de
Derecho Civil que se celebró en Córdoba de donde salió la propuesta concreta de la fórmula que
hoy constituye el artículo 953 del Código Civil, de allí prácticamente salió la fórmula del 954 tal como
está concebida, sin embargo hubo que esperar hasta el año 1.968 en que se sancionó esta reforma,
que elabora una fórmula muy cercana a la del Código Suizo que consagra la figura de la lesión
subjetiva, es decir no sólo se necesita que haya inequivalencia de las prestaciones sino que
además haya explotación de un estado sobre todo de necesidad. El plazo corto de prescripción, es
decir cinco años, es algo común en todas las legislaciones que admiten esta figura.
(7)En otros Códigos esta posibilidad no existe, se la da solamente al comprador o al vendedor en
nuestro Derecho, es bastante equitativo porque cualquiera puede ofrecer la posibilidad del reajuste.
302
Actividad Nº 38
303
304
DIAGRAMA DE CONTENIDO DE UNIDAD XIII - A -
VENTA DE COSAS
EFECTOS DE LA MODALIDADES DE
ACEPTACIÓN DE LA TOTAL O PARCIAL
VENTA DE COSA
COSA Y TALLA
MUEBLES
AJENAS
COSA FUTURA Supuestos
VENTAS
Venta a ensayo REQUISITOS
Venta ad Costum
Por junto degustación
Por peso, cuenta o medida ad corpus mora
Posibilidad física y jurídica
aplicación Determinación o determinabilidad
Por indicación de su área y precio Existencia
único
Sin indicación de área a razón de un
precio por unidad de medida
Por indicación de área a razón de un
FORZOSAS O
CONTRATO NECESARIAS
precio por unidad de medida
DE
305
De varios inmuebles
COMPRAVENTA
Compraventa impues- Posibilidad física y jurídica
ta por negocio jurídico Determinación o deter-
CONCEPTO antecedente substa por minabilidad
ejecución judicial Existencia
Críticas a la defi-
CARACTERES
nición legal
CONSENTIMIENTO
CONCEPTO
ENTREGA DE LA
COSA SIN
TIPOS
DETERMINACIÓN
DEL PRECIO
307
PRECIO
Fijado en moneda Vil
extranjera Irrisorio
Cierto
Fijado por las partes en
el contrato
FIJADO POR
TERCERO EFECTO DE LA
ERROR EN EL
FIJACION DEL
PRECIO
PRECIO
El artículo 1.323 del Código de Comercio que inicia la extensa regulación del contra-
to expresa: “habrá compra y venta cuando una de las partes se obligue a transferir
a la otra, la propiedad de una cosa, y ésta se obligue a recibirla y a pagar por ella
un precio cierto en dinero”
Vemos que habla del contrato de “compra y venta”, al igual que códigos de otras
legislaciones. El Código de Comercio habla de “compra y venta” lo mismo que los
proyectos de reforma nacionales que han preferido unánimemente tal denominación de
“compra y venta” (la que se encuentra ampliamente difundida).
309
3. Transmisión de dominio
Conforme este contrato, surgen para el vendedor la obligación de dar para transmitir
el dominio, para el comprador, la obligación de dar dinero para satisfacer el precio. Las
partes tienen obligaciones accesorias de colaboración para inscribir en el Registro, y si
la venta se ha celebrado por instrumentos privado o verbalmente, nace la obligación de
elevar a escritura pública.
310
4.1. Compraventa unilateralmente comerciales
Una compraventa puede ser civil para una de las partes y comercial para la otra; así,
la compra de cosas muebles hecha para el consumo personal hecha en un estableci-
miento cualquiera. Es civil para quien compra y comercial para quien vende.
311
Según Molinario hay algunas compraventas que serían reales, como la compraven-
ta manual o natural (la que se realiza mano a mano) considerada por este autor como
doblemente real, porque sólo se perfecciona cuando se han realizado las dos tradicio-
nes, de la cosa y del precio.
Según López de Zavalía en estos casos la entrega no es impuesta por la ley sino
libremente elegida, y un contrato es formal o no formal, real o consensual, no por la
manera como de hecho se ha concluido, sino por la manera que debe concluirse. Otro
de los ejercicios de Molinario de las ventas reales sería el de la “venta dejación”, es
decir, la realizada por medio de máquinas para expender el producto al depositarse una
moneda o cospel.
Al respecto dice Mosset Iturraspe que la categoría de los contratos reales no entra
dentro de la compraventa, es de origen legal y constituye una serie cerrada que se
integra con los mencionados en el artículo 1.142 del Código de Comercio.
6. El problema de la forma
312
Actividad Nº 39
313
7. Diferencias del contrato de compraventa con otros contratos
Otros casos que pueden dar lugar a confusión son los de la venta-locación y leasing,
(lo veremos en detalle al desarrollar el tema de la locación).
314
Ahora bien, la idea de que siempre, quien ejecuta la obra pone la materia prima
constituye locación de obra, es cuestionada por la doctrina, por los menos en algunos
casos; por ejemplo si se encarga a una fábrica un artículo standard donde la labor del
artesano es indiferente.
Es claro que del artículo 1.629 no se sienta una regla absoluta y que siempre se
aplica cuando el empresario suministra el material y así el contrato deba ser conside-
rado como de obra; más bien tal contrato debería ser considerado como de venta pues
su objeto principal es la transmisión del dominio de la cosa, mientras que en los su-
puestos en que la materia principal es proporcionada por el comitente, el objeto princi-
pal es la obra (ver E.D. 73-55 voto Dr. Alterini) es que, en tales casos no se tiene en
cuenta la obra creadora del artífice o artesano.
No pueden darse reglas de pretensión de validez universal sino que será necesario
analizar cada caso en particular y las situaciones de hecho que en cada supuestos se
presentan.
4) Donación con cargo: venta y donación con cargo pueden dar lugar a cierta con-
fusión cuando consisten en el pago de una suma de dinero, la cual absorbe la totalidad
o mayor parte de la cosa donada. Para saber si hay venta o donación Salvat busca la
solución en el beneficiario de los cargos: si es propio donante parecería que hay venta;
si es un tercero la donación debe ser admitida. Según Llambías si el cargo es de la
entidad mencionada el contrato se hace oneroso cualquiera fuere la calificación que se
le haya dado (en igual sentido Mosset Iturraspe) sin que varíe la calificación del contra-
to porque el beneficiario sea un tercero (en tal supuesto es muy posible que se haya
315
empleado un medio indirecto o fiduciario y ese verdadero donatario resulte ese tercero,
ver E.D. 60-895 nota de Rivera “Acción de simulación”.
6) Contrato de suministro: ésta como la anterior son figuras del Derecho Italiano,
definiéndose a éste como el contrato por medio del cual una parte se obliga mediante
un precio a ejecutar, a favor de otra, prestaciones periódicas o continuadas de cosas,
disponiendo en seguida que se apliquen a los suministros, en cuanto sea compatibles,
las reglas que disciplinan el contrato a que correspondan las prestaciones singulares.
Sus clases son:
a) Suministro traslativo por enajenación: en el cual las cosas pasan a ser directa-
mente de propiedad del suministrado.
b) Suministro traslativo por consumo: en el que las cosas son puestas a disposi-
ción del suministrado quien se apropia de ellas según su voluntad - suministro de
fluidos, electricidad, gas, etc.
d) Suministro de goce por uso: cuando existe un destino concreto como puede ser
el vestuario en una representación teatral.
En principio, los suministros por enajenación y por consumo podrían ser subsumidos
en las reglas de la compraventa (los segundos por cuanto a partir de la reforma de la
17.711 las disposiciones sobre las cosas son aplicables a la energía y fuerzas natura-
les susceptibles de apropiación) ello, sin perjuicio de que uniéndoseles otras prestacio-
nes, podría llevar a la aplicación de las reglas sobre los contratos atípicos.
316
Actividad Nº 40
317
8. Consentimiento
Los elementos de la
compraventa son:
La cosa
El precio
El consentimiento
Dado que éste último es presupuesto de todos los contratos, podemos decir que los
otros dos, precio y cosa, son los elementos propios de este contrato.
Para algunos (Lafaille entre ellos) la cuestión entra dentro de los llamados contra-
tos necesarios siendo sus efectos civiles, idénticos a la compraventa, sin que puedan
ser denominados contratos por faltar el consentimiento (Spota).
Otros niegan que pueda hablarse de compraventas forzosas pues ello implica una
contradicción evidente en los términos, ya que si es compraventa no puede ser forzo-
sa, si es forzosa no puede ser compraventa (Borda), por lo que, como en algunos de
los supuestos de los artículos 1.324, no existe ni asomo de voluntad negocial (sólo el
remanido recurso de echar mano al contrato para explicar las más variadas institucio-
nes) sólo el apego a las ficciones (Mosset Iturraspe) justificaría este dispositivo legal,
sin perjuicios de las distinciones que caben para algunos de los casos enumerados.
318
1) Expropiación: Aún cuando en algunas obras se la incluya como paradigma de las
compraventas forzosas, hoy aparece abandonada la idea de que la expropiación pudie-
ra constituir intregralmente una institución del Derecho privado. Se afirma la tesis de
que se trata de una institución de Derecho Público, en la que si bien el efecto primordial
es el desplazamiento del dominio de la cosa del particular al expropiante, no existe
precio sino “indemnización” y en la que no puede considerarse al nuevo titular, un
sucesor particular del expropiado.
Borda, por el contrario, sostiene que el inciso se refiere al adquirente de un bien que
se compromete en el mismo acto de venderlo a un tercero, o al mismo enajenante
(pacto de retroventa).
4) Subasta por ejecución judicial: este supuesto ha suscitado más de una teoría.
Algunos dicen que se trata de un caso de compraventa forzosa, lisa y llanamente que
se explica porque el consentimiento del deudor ha sido dado al momento de contraer la
obligación (anticipadamente); así opina Salvat. Quienes critican esta postura, como
Borda, aducen que el consentimiento debe ser actual.
319
Aún cuando en la venta judicial no existe evicción, este no es un elemento esencial
en la compraventa por lo que no sería suficiente este argumento, no de la esencia de la
venta (López de Zavalía) por lo que se afirma que quien vende es el ejecutado porque
la existencia de coacciones jurídicas no vicia el consentimiento.
Hay otro sector de la doctrina que sostiene que quien vende es el órgano público,
actuando por sí en ejercicio de poderes propios y ejercitando a la vez poderes ajenos
(Borda - Mosset Iturraspe).
Jurisprudencia
Ver: J.A. 1.950-II Secc. Doctrina Página 45. L.L. 58-294- E.D. 55-658 - CSJN Fallos
238:335 - E.D. 59-558 Nº 15 - E.D. 23-529 - L.L. 55 - 125 - E.D. 50 - 563 - E.D. 80-452 -
E.D. 86-191 Nº 600.-
320
Actividad Nº 41
321
10.1. Posibilidad
La compraventa exige que su objeto mediato sea una COSA, es decir, “un objeto
material susceptible de tener valor”. Los bienes inmateriales no pueden ser objeto de
la compraventa (en caso de transmisión de un derecho inmaterial por acto entre vivos
se acude a la cesión).
Según el artículo 1.327 “pueden verse todas las cosas que pueden ser objeto de
los contratos”, es decir que rigen los preceptos de los artículos 1.167b y subsi-
guientes y 31.953. Y el mismo artículo 1.327 exceptúa las cosas que no pueden
ser vendidas por cuanto su enajenación está prohibida, lo que implica adentrarnos
en la división de las cosas según que estén dentro o fuera del comercio (artículos
2.336 a 2.338).
Están dentro del comercio las cosas cuya enajenación no fuera expresamente prohi-
bida o dependiente de una autorización pública; éstas pueden ser objeto de los contra-
tos y tienen aptitud para ser objeto de la compraventa.
Están fuera del comercio, con inalienabilidad absoluta, aquellas respecto de las cua-
les la prohibición de enajenar depende de una prohibición legal o prohibición voluntaria.
Entre las cosas cuya venta o enajenación fuere expresamente prohibida por la ley, se
encuentran las cosas del dominio público del Estado (artículo 2.340), el inmueble afec-
tado a bien de familia (artículo 37 ley 14.394), etc.
Entre las cosas cuya enajenación se hubiere prohibido por actos entre vivos o dispo-
siciones de última voluntad (cuando el Código permita tales prohibiciones) están las
donadas o legadas con cláusula de no enajenar en un plazo máximo de 10 años (artícu-
los 2.613 y 51 de la ley 14.394) las sujetas a condominio con cláusula de indivisión
forzosa por un plazo máximo de 5 años (artículo 2.693); o las cosas en comunidad
hereditaria con pacto de indivisión hasta 10 años, renovables en la hipótesis del artícu-
lo 52 de la ley 14.394.
Están fuera del comercio por inalineabilidad relativa las cosas que necesitan autori-
zación previa para su enajenación (artículo 2.338); por ejemplo las cosas del dominio
privado del Estado, las cosas de los incapaces de hecho, los inmuebles en zona de
seguridad.
322
10.2. Determinación
b) Cuando se tratare de cosa incierta y “su especie y cantidad hubieren sido deter-
minadas” (artículo 1.333). Es suficiente precisar el género (por ejemplo caballos)
y la cantidad, aunque con respecto a ésta, es suficiente que pueda determinarse
de conformidad con el artículo 1.170. La constancia de género y cantidad son
indispensables.
Cuando la cosa es indeterminable “no habrá cosa vendida” y la sanción que le cabe
es la nulidad por carencia de idoneidad en el objeto.
Tal exigencia sólo es propia de las compraventas conmutativas puesto que las
aleatorias están sometidas a otros preceptos.
La segunda parte del artículo 1.328 prevé el caso de inexistencia parcial de la cosa,
en cuyo caso sólo regirán las disposiciones del Código en el caso que la pérdida
parcial se haya consumado al tiempo de contratar, puesto que si tal pérdida es ulterior,
rigen los artículos 888 y subsiguientes.
323
- Dejar sin efecto el contrato: sería un caso de nulidad por falta de objeto (la
inexistencia parcial tiene que ser de relevancia).
El artículo 1.329 sienta la regla de que “las cosas ajenas no pueden venderse”, sin
embargo, confrontada tal regla con la amalgama del Derecho argentino debe reempla-
zarse por otra diametralmente opuesta, “las cosas ajenas pueden venderse” (Risolía).
En efecto, es que la norma del artículo 1.329 ha sido tomada del Derecho Francés
donde sí tiene sentido de ser la prohibición de venta de cosas ajenas, puesto que la
transmisión del dominio se opera con el mero consentimiento. Pero en un Derecho
como el nuestro en que rige la existencia de la tradición para la transmisión del dominio
(artículos 577 y 3.265), la invalidez de la venta de cosa ajena es inadmisible puesto
que normalmente el vendedor -sin acudir a estipulaciones extraordinarias- puede ad-
quirir el dominio y transferirlo al comprador luego del contrato; (recordar que en la
definición de compraventa se dice que una de las partes “se obliga a transferir...”).
324
- Comprador que conoce que la cosa es ajena: en tal caso se entiende que el
vendedor asume la obligación de entregarla al comprador luego de adquirirla.
- Venta hecha por el heredero aparente: la venta hecha por el heredero aparente
a quien ignora la existencia de sucesores con mejor derecho es también válida.
Como consecuencia de lo dicho vemos que el ámbito de aplicación del artículo 1.329
queda reducido y coincide con la regla de los artículos 1.177 y 1.178. Las cosas ajenas
pueden ser vendidas como ajenas pero no como propias.
Reducido a ese el campo de aplicación del artículo 1.329 ¿qué sanción cabe cuando
se da un supuesto de venta de cosa ajena como propia?.
Debe ser la nulidad puesto que se necesita de una investigación de hecho y relativa
puesto que protege intereses de índole privada.
a) Venta a ensayo o prueba: caso análogo al del artículo 455 del Código de Comer-
cio de reserva de “probar el género convenido”.
b) Venta ad gustum: el caso de las cosas que es costumbre gustar o probar antes
de revisarlas, los usos y costumbres a tomar en cuenta son los del lugar del
contrato.
325
En cuanto a las facultades del comprador para rehusar la compra, si tiene derecho o
no a guiarse por su propio arbitrio, se ha dicho que aún cuando se asuma la postura
extrema, esto es, la que enarbola la pura potestad del comprador (el derecho a guiarse
por su propio arbitrio sin sujeción a límite alguno e incluso abusivamente), se conside-
ra que no existe una condición puramente potestativa. La jurisprudencia tiene dicho que
el comprador puede rehusar la cosa según su arbitrio, sin incurrir en abuso del derecho
(L.L. 30-265) y que no puede rechazarla si tiene cualidades suficientes (L.L. 15-328).
El vendedor no tiene derecho a exigir el pago del precio por el sólo hecho de haber
puesto la cosa a disposición del comprador, pudiendo únicamente competirlo a realizar
la degustación. Una vez que el vendedor ha ofrecido las mercaderías, si el comprador
no se conforma con ellas, no puede obligarlo a presentarle otras y tal circunstancia no
compromete la responsabilidad del vendedor, a menos que haya garantizado la existen-
cia de ciertas cualidades que no existían.
13.1. Degustación
El modo de realizarla surge del artículo 1.336 y el tiempo para realizar la prueba es
el de entrega de la cosa (artículo 1.410).
b) Hay aceptación tácita cuando transcurre el plazo fijado para la degustación sin
que se la haya hecho.
De conformidad con el artículo 1.337 vemos que la venta se tiene por concluida
porque la degustación se tiene por hecha cuando el comprador fuere moroso en gustar
326
o probar la cosa. Esta disposición legal trae inconveniente porque, de no haberse
convenido plazo para la degustación, es menester acudir al procedimiento de fijación
judicial del artículo 509 3º párrafo. Por el contrario, el Código de Comercio trae un plazo
al establecer en el artículo 455 que retardándose el comprador el acto de examen o
prueba más de tres días después de la interpelación hecha por el vendedor, se consi-
derará el acto sin efecto. (De cualquier modo este procedimiento no es común en los
inmuebles y, la venta de cosas muebles -por lo general- es mercantil, aún unilateral-
mente, por lo que la cuestión queda resuelta por el plazo legal comercial).
327
Actividad Nº 42
328
14. Efectos de la aceptación de la cosa
Para algunos autores esta venta se trataría de una “venta condicional” (Segovia,
Machado, Rezzónico). Otros autores (Borda, López de Zavalía) descartan la existen-
cia de una condición: la adecuación a la calidad no es un acontecimiento futuro e
incierto, (en los términos del artículo 528) sino un presupuesto del contrato, una cir-
cunstancia que concierne a su objeto mediato y que consiste, precisamente, en deter-
minada calidad de la cosa.
329
16. Venta por junto
Según el artículo 1.339 la venta es por junto, en masa o en bloque cuando son
vendidas en masa, formando un sólo todo y por un sólo precio.
Dice el artículo 1.341 que en la venta hecha por junto el contrato es perfecto desde
que las partes estén convenidas en el precio y en la cosa. La perfección del contrato de
compraventa no significa que las pérdidas, deterioros o aumentos de la cosa benefi-
cien o perjudiquen al acreedor (comprador) sino que se aplica el sistema genérico de
las obligaciones de dar para transferir derechos reales, según el cual, antes de la
entrega es el deudor (vendedor) quien soporta las pérdidas o deterioros y se beneficia
con los aumentos.
La venta es por peso, cuenta o medida cuando necesita hacerse algunas de estas
operaciones para determinar la cosa vendida y correlativamente, el precio de la com-
praventa.
Se considera que hay este tipo de venta según el artículo 1.340, en las siguientes
hipótesis:
a) Cuando las cosas no se venden en masa o por un sólo precio (por ejemplo en la
venta de 100 kg. de harina a “x” $ el kg.).
b) Cuando siendo uno el precio no hubiese unidad de objeto (por ejemplo cuando se
venden en “x” $ 100 kg. de harina).
c) Cuando no hay unidad en el precio, aunque las cosas sean indicadas en masa (por
ejemplo la venta de todo el trigo de un galpón a “x” $ el kilo, en este caso la
operación de contar el trigo que hay es indispensable para determinar el precio
total que debe pagarse).
17.1. Efectos
Esta venta queda perfecta ni bien las cosas están contadas, pesadas o medidas
(artículo 1.342). Pero, en realidad, y atento el carácter consensual de la compraventa,
el perfeccionamiento del contrato se da cuando existe acuerdo sobre la cosa y el
330
precio; la posibilidad de determinación de la cosa y del precio que queden pendientes,
concierne no al perfeccionamiento del contrato, sino su validez (según lo previsto por
los artículos 1.133 y 1.334).
Según el artículo 1.343 el comprador está autorizado a exigir del vendedor que
“pese, mida o cuente y le entregue la cosa” y, a su vez, el vendedor puede obligar al
comprador a que reciba la cosa contada, pesada o medida y satisfaga el precio de ella.
18.1. Aplicación
* La expresión “o lo poco más o menos que haya entre límites o entre muros”, es
indicativo de que no se ha realizado la venta ad corpus
331
19. Venta de un inmueble con indicación de su área y por un
precio único: (por ejemplo cuando se vende un
terreno de 400 m2 por “x” $)
Son requisitos:
19.1. Aplicación
332
* Que se haya indicado la superficie (situación paralela a la de la venta ad corpus).
* Que sólo se haya fijado el precio de la unidad de medida, por lo cual el precio de la
compraventa exige la previa mensura.
* Que se haya indicado la superficie, esto es, que se trate de un supuesto de venta
a superficie designada.
333
Si el terreno de mayor extensión del cual debe tomarse la superficie vendida no
alcanza a ésta área, no hay propiamente venta de parte de un inmueble. En los demás
casos, cuando el inmueble al que pertenece al área vendida sea superficie para cum-
plir el objeto del contrato, sólo cabe darle ejecución. El vendedor no está obligado a
cercar la superficie vendida.
El artículo 1.344 inciso 6º: se trata de una forma de venta ad corpus sometida a las
reglas que hemos enunciado precedentemente.
El artículo 1.348: trata de la venta de dos o más inmuebles por un sólo precio, con
designación del área de cada uno de ellos, en la hipótesis de encontrar “menos área en
uno y más en otro”: la venta en bloque por un precio único legal, significa tanto como
tratar al bloque como unidad, y del mismo modo que el artículo 1.346 promedia áreas o
superficies para el caso de venta del inmueble unitario, corresponde promediar áreas o
superficies del bloque de varios inmuebles.
Se discute si la compensación del artículo 1.348 debe hacerse sobre áreas o sobre
valores. Los proyectos de reforma se decidieron por compensar valores.
334
Actividad Nº 43
- Venta ad corpus:
335
23. PRECIO
Es el que resulta despreciable, que mueve a risa; por contraposición al precio vil no
existe precio y por ende, no hay compraventa -aún cuando podría existir otro acto
jurídico encubierto, por ejemplo donación. Pero no siempre es fácil determinar la fronte-
ra entre el precio vil y el irrisorio.
El precio debe ser cierto, esto es, determinado o determinable; ello es cuando se
encuentra fijado en el contrato en una suma en dinero específica o cuando se lo deja en
arbitrio de un tercero (determinable) o cuando se lo fija en relación con el valor de otra
cosa cierta (determinable).
336
23.6. Precio fijado por las partes en el contrato
Siempre debe tratarse de un precio conocido (por ejemplo el precio por el que se
vendió la casa vecina) o corresponder a cosas de idéntica naturaleza.
Se cumple pagando en moneda nacional al cambio del día fijado para el pago; si él
difiere, se cumple pagando al cambio vigente al día del efectivo pago (Salvat, Borda,
Cám. Com. en pleno).
Otra postura afirma que si se produce la mora en el pago lo mismo debe satisfacerse
en moneda nacional al cambio del día del vencimiento de la obligación (artículo 619),
pudiendo el comprador reclamar el pago de daños y perjuicios (Colmo).
Otros autores hacen distinciones, por ejemplo Mosset Iturraspe separa los casos
en que el deudor deba pagar moneda extranjera o el precio así fijado funcione como
cláusula de estabilización. En el primer caso debe pagar en moneda nacional al cambio
del día fijado para el pago y si hay mora debe los daños y perjuicios; en el segundo de
los supuestos debe pagar el pago en moneda nacional debe hacerse el cambio del día
del efectivo pago. López de Zavalía entiende que el acreedor tiene opción para exigir el
cambio al día del efectivo pago o al día del vencimiento, aduciendo que el deudor puede
liberarse pagando en moneda nacional, siempre que exista cláusula de pago efectivo o
en moneda extranjera (ello según el artículo 44 del Decreto-Ley 5.965); solución ésta
que critica Spota por cuanto si no existe moneda extranjera en el lugar de pago el
deudor siempre puede liberarse pagando en moneda extranjera, según los artículos
610/615 del Código de Comercio. Es que, la diferencia radica en que para el Derecho
común la obligación de entregar moneda extranjera es de dar cantidades de cosas, en
el ordenamiento cambiario, que es excepcional, la moneda extranjera es dinero.
Según Llambías debe tenerse en cuenta el valor de las cantidades de cosas (mone-
da extranjera) al tiempo de la mora, pero tratándose de una deuda de valor incide en
ella, la depreciación de la moneda nacional hasta el día del pago; vale decir, el tipo de
337
cambio es el vigente al momento de la mora y el valor así obtenido debe ser reajustado
conforme a la pérdida del poder adquisitivo de la moneda nacional hasta el día del pago;
lo cual es bien distinto del valor que tenga ese día la moneda extranjera (Alterini -
López de Cabana).
Debe relacionarse este tipo con lo dispuesto por la actual Ley de Convertibilidad Nº
23.828 que nacionalizó el dólar en el sentido de que se tiene por moneda de curso legal
y en cuanto prohibió la actualización monetaria para reajuste de los efectos producidos
por la inflación, en cuyo caso cabe tener presente que la jurisprudencia ha interpretado
que corresponde la aplicación de intereses a la tasa pasiva de los Bancos oficiales.
En principio el error en el precio hace que éste no exista y, por lo tanto, la venta no se
forma ni puede ser sustituido tal precio por la fijación judicial. Algunos casos pueden
solucionarse por la doctrina que surge del artículo 927: si el que debe dar el precio ha
creído que era mayor, el contrato es válido por la cantidad menor; si entendió que era
menor que lo que la otra parte lo exigía, no hay contrato.
Según el artículo 1.349 se admite que existe precio cierto cuando se difiere su
determinación al arbitrio de una persona determinada. Este artículo es incongruente
con el dispuesto por el 1.171 que reputa que la cantidad se reputa determinable cuando
su determinación se deja al arbitrio de un tercero pero si éste no quisiere no pudiere o
no llegare a determinarla, el juez podrá hacerlo por sí o por medio de peritos si fuere
necesario a fin de que se cumpla la convención. Tal solución no es factible para la
compraventa, de conformidad con el artículo 1.350, por el cual si el tercero no determi-
na el precio la venta queda sin efecto, siendo imposible su sustitución por la determina-
ción o estimación que pudiere hacer el juez. Algunos autores entienden que como este
precepto (artículo 1.350) no es de orden público, puede ser dejado de lado por las
partes contratantes y someterse éstas a lo dispuesto por el 1.171. Se sostiene que si
las partes establecieron en forma inequívoca las bases para la determinación del pre-
cio, nada obsta para que la negativa del tercero encuentre remedio en la sentencia
judicial ya que no se trata más que de la legítima integración de voluntad de las partes
(Piantoni, Spota) y no sólo del arbitrio de ese tercero.
Siendo que los artículos 1.349 y 1.350 hablan de “persona determinada” no es válido
que el contrato en que los terceros serían individualizados posteriormente.
338
Si uno de los contratantes se niega a realizar los actos necesarios para designar al o
los terceros, incurre en culpa in contrahendo o precontractual (Lafaille) por lo que
deberá satisfacer daños y perjuicios (Salvat, Borda).
Naturaleza jurídica de este tipo de contrato; una parte de la doctrina entiende que es
una compraventa sujeta a condición suspensiva (Borda, López de Zavalía) y otra
parte de la doctrina afirma que siendo el precio un elemento esencial de la compraven-
ta, hasta tanto esa determinación no haya sido hecha, la compraventa no existe y se
trata de un contrato innominado tal convención.
Hay quienes afirman que se trata de un arbitrador (Lafaille) pues actúa como juez,
fija el precio según su criterio y una vez fijado no es objeto de recurso alguno. La mayor
parte de la doctrina lo entiende como mandatario, pero se trataría de un mandato de
naturaleza muy especial puesto que no obra en interés de ninguna de las partes, ni
responde a sus instrucciones y debe obrar conforme a su ciencia y conciencia por lo
que cumple una función mixta de peritaje y arbitraje. Una vez aceptado el mandato el
mandatario debe cumplirlo sobre la pena de incurrir en responsabilidad (pese a ello, si
el mandatario no fija el precio, a pesar de la responsabilidad en que incurre, según el
artículo 1.350 el contrato queda sin efecto).
Según el artículo 15 de la Ley 19.724 “es nula toda cláusula que deje librado el
reajuste del precio a la voluntad del propietario, vendedor, constructor o a terceros
vinculados a ellos, aunque actúen en calidad de arbitrios”.
Ya en época de Segovia consideraba que la solución del Código era irritante cuando
un tercero fijaba el precio en forma exagerada o abusiva (el Código no contemplaba el
vicio de lesión); Borda sostiene ahora que, admitiéndose la lesión, basta probar la
desproporción.
339
23.11. Efecto de la fijación del precio
Fijado el precio por el tercero los efectos del contrato se retrotraen al tiempo en que
se celebró.
El artículo 1.354 dispone que si la cosa hubiere sido entregada al comprador sin
determinación de precio, o hubiere duda sobre el precio determinado, se presume que
las partes se sujetaron al precio corriente del día, en el lugar de entrega de la cosa. Es
que si el vendedor ha cumplido con la principal obligación que es la tradición de la
cosa, se supone que hay acuerdo sobre el precio, aunque no aparezca expresado.
Es una presunción relativa puesto que cualquiera de los contratantes está habilitado
para acreditar que el precio ha sido convenido expresa o tácitamente y que su quantum
puede ser distinto del corriente, admitiéndose todo medio de prueba.
Nada dice el artículo mencionado respecto a la fecha que se toma en cuenta, pero se
entiende que se refiere al día de la entrega.
Con respecto a las cosas a las que se aplica se entiende que sólo se refiere a las
cosas muebles puesto que son las únicas susceptibles de tener “precio corriente”.
340
Actividad Nº 44
Precio en dinero:
Precio serio:
PRECIO Precio vil:
Precio irrisorio:
Precio cierto:
341
342
DIAGRAMA DE CONTENIDOS DE UNIDAD XIV
Facultad resolutoria
del vendedor Lugar de Derechos del
de cantidades entrega Vendedor
de cosas
Régimen de Obligaciones
los plazos convenio del Vendedor
Exigir la recepción
de uso
Exigir el pago
cosa cierta
Rehusar la entrega de la
Sin plazo Compraventa en el domi- cosa mientras no le sea Conservar la cosa
Con plazo nio del vendedor pagado el precio Entregarla - excepciones
esencial Recibir el precio
accidental Pagar gastos de entrega
Garantizar por evicción
CAPACIDAD Garantizar por vicios redhibitorios
Obligaciones y
343
derechos del PARA CELEBRAR
comprador CONTRATO DE
COMPRAVENTA
Nulidades
Derechos Obligaciones
Exigir entrega Recibir la cosa y extender
recibo
Rehusarse a Pagar el precio Absoluta
pagar el pre- Pagar el instrumento y los Relativa
cio si la cosa costos de recibo Incapacidad Intermedia
no se ha entre- para comprar
Prohibición de
gado conforme
a lo convenido contratar con
Prohibición entre incapaces
cónyuges Padres
Emancipados Tutores y curadores
Carácter absoluto Albaceas
Excepciones Mandatarios
Cónyuges divorciados Empleados públicos
Sanción bienes en litigio
344
UNIDAD XIV
345
14.2.2. Cónyuges divorciados
Con la introducción del divorcio vincular, el divorcio así logrado autoriza a los cónyu-
ges a celebrar compraventas entre sí (ex-cónyuges).
14.2.3. Sanción
14.4. Emancipados
346
134 y 135). Sistema de capacidad discernido para los emancipados por matrimonio y
extendido a la emancipación por edad.
* Padres.
347
Al referirse la norma a los “bienes en litigio” para una tesis comprende todos los
bienes sometidos a litigio sea voluntario o contencioso. Otros entienden que debe dis-
tinguirse según el funcionario de que se trate, así para los jueces y funcionarios judi-
ciales la prohibición comprende los bienes en litigio contencioso o voluntario y, si se
trata de los auxiliares de la justicia como abogados, procuradores, peritos, la prohibi-
ción debe limitarse al caso de que exista litigio propiamente dicho.
La incapacidad se extiende aún en los casos en que la venta ha sido ordenada por un
ministerio distinto al que se ejerce (Borda).
Los actos celebrados en violación de las prohibiciones del artículo 1.361 soluciones
distintas según la sanción que se entienda aplicable de conformidad a la teoría de la
que se participe. Así:
(criterio extremo), se desdeña tal argumento puesto que
el precepto se funda en razones de moral que impiden
- Nulidad absoluta
a la parte causante de la nulidad peticionar su declara-
ción (Lafaille).
348
Actividad Nº 45
349
14.6. Obligaciones y Derechos del Vendedor
14.6.1. Obligaciones del vendedor; fundamentalmente son éstas
b) Exigir el pago del precio (artículo 505 inciso 1º). Si no le es pagado puede reivindi-
car la cosa vendida (artículo 3.923); es acreedor privilegiado por el precio impago
(artículos 3.983 y 3.924); y en su caso tiene derecho a resolver el contrato (artí-
culo 1.203, 1.423 y 1.432).
350
14.6.3. Obligación de entregar la cosa
Cuando hay traditio breve manu (supuesto en que el comprador tenía la cosa del
vendedor y la compra, o si un tercero -por ejemplo un locatario- tenía la cosa como
tenedor a nombre del vendedor y principia a tenerla a nombre del comprador por razón
de la compraventa.
De acuerdo con el artículo 1.409 el vendedor debe entregar “la cosa vendida”, lo que
se condice con el principio de identidad del pago del artículo 740. Si el comprador se
conforma con una cosa distinta de la vendida funciona el mecanismo extintivo de la
dación en pago.
El pago debe ser íntegro (artículo 742) por lo que el vendedor tiene que entregar la
cosa que todos sus accesorios aunque en los títulos no se los mencione o se encuen-
tren separados momentáneamente de ellas. No procede imponer una entrega parcial.
La cosa debe ser entregada “libre de toda ocupación”. Concepto éste que comprende
la posesión stricto sensu, la tenencia -lo que implica que no debe haber inquilinos o
locatarios- y servidores de la posesión -caso del cuidador del campo-.
351
14.6.6. Deberes complementarios
La regla es la de ejecución inmediata (la parte final del artículo 1.427 cubre la hipóte-
sis en que no hay plazo para cumplir).
De la compaginación de los artículos 1.410 con los 747, 748 y 1.212 se determina la
existencia de una regla general y varias excepciones.
1) Lugar convenido.
2) Lugar de uso.
352
3) Cosa cierta.
4) Compraventa contraída en el domicilio del vendedor (aquél que tenía en el
momento del contrato, domicilio histórico).
El vendedor que no entrega la cosa al tiempo fijado puede ocasionar la resolución del
contrato por el comprador (artículo 1.412).
El vendedor hasta la tradición de la cosa queda sometido por los peligros y frutos a
las reglas de las obligaciones de dar (artículos 1.416 y 1.417).
El vendedor de inmueble comprado a crédito sin fijar plazo, o que no hizo tradición
vencido el plazo, deja al comprador la facultad única de exigir la entrega, depositando
judicialmente el precio, en éste último caso (artículo 1.422).
353
- La ejecución del contrato.
- Su resolución.
Resumiendo los - Obtener la cosa de un tercero a costa del vendedor.
derechos - Devolver la cosa recibida si no reúne las especificaciones es-
tipuladas.
- Exigir la inmediata devolución de lo que hubiere pagado.
354
El artículo 1.421 -en síntesis- rige antes de que las cantidades de cosas haya sido
individualizadas, y después de haber sido llevada a cabo la individualización y después
de haber sido llevada a cabo la individualización (al no innovar sobre las reglas genera-
les dadas en materia de obligaciones es un precepto sobreabundante, al entender de
varios autores). El derecho resolutorio del comprador de esta categoría de cosas surge
así mismo como alternativa a su favor, del artículo 1.412.
355
Actividad Nº 46
VENDEDOR
356
14.9. Régimen de los plazos
Dice el artículo 1.423 que lo dispuesto sobre la “mora” y sus efectos en el cumpli-
miento de las obligaciones es aplicable al comprador y vendedor, cuando no cumplie-
sen a tiempo las obligaciones del contrato o las que especialmente hubiesen estipula-
do.
OBLIGACIONES
SIN PLAZO
CON PLAZO
ESENCIAL
ACCIDENTAL
DETERMINADO
EXPRESO
CIERTO
INCIERTO
TACITO
(O DETERMINABLE)
INDETERMINADO
357
En consecuencia:
a) Pagar
- De inmueble:
358
DIAGRAMA DE CONTENIDOS - UNIDAD XV
LA
PERMUTACION
El
Concepto
359
Copermutante
Reglas Anulación
360
UNIDAD XV
El estudio de esta unidad debe centrarse en el desarrollo del siguiente cuadro sinóp-
tico:
Se puede anular:
El copermutante:
Que hubiere enajenado la cosa dada en cambio siendo de mala fe, no podrá anular el
contrato hasta que el tercer poseedor demande contra él la nulidad del contrato de
adquisición (artículo 1.488).
361
Actividad Nº 47
COMPRADOR
DEBERES DERECHOS
362
DIAGRAMA DE CONTENIDOS - UNIDAD XVi
Validez
Transmisión
363
Buena fe
Mala fe
bajo pena de
nulidad
Cesión de Créditos
- Por otra cosa con valor en sí u otro crédito, a título de permutación (artículo
1.436).
La cesión puede ser consentida y aceptada por los que tienen derecho de adquirir y
comprar si no hay prohibición de la ley (artículo 1.439) o de comprar o vender entre sí
(artículo 1.441).
- Y consentida por los menores emancipados, sino en los términos de los artículos
133 y 135.
- A favor:
365
* De particulares si son de sus mandantes.
- Por el marido, de las rentas públicas inscriptas a nombre de la mujer sin consen-
timiento de ella, si es mayor de edad, o del juez si es menor (artículo 1.450).
- Por los padres de las rentas de sus hijos, sin autorización del juez (artículo 1.451).
La cesión de créditos debe ser hecha por escrito bajo pena de nulidad:
1) Aunque el crédito sea verbal o por cualquier valor (artículo 1.454) salvo los títulos
al portador que pueden ser cedidos por tradición.
3) Puede tener forma de endoso, pero no tendrá los efectos normales de un endoso
comercial, si no son créditos a la orden (artículo 1.456).
* La propiedad por sí misma, con entrega del título, si no hay (artículo 1.457) y la
fuerza ejecutiva por sí, si existe, aún bajo forma privada.
* Los accesorios, las garantías, los intereses y los privilegios que no sean persona-
les (artículo 1.458).
366
Vale:
Respecto a los terceros que tengan interés en contestarla sólo por la notificación al
deudor cedido o su aceptación (artículo 1.459).
La notificación o aceptación:
Es válida si se hace:
No vale respecto a:
b) Otros interesados que el cesionario, si no se hace por acto público (artículo 1.467).
Causa del embargo: a favor del cesionario, aparte de la entrega de título, aún si el
cesionario anterior posee el título.
Aún sin reserva: deja al deudor el derecho de oponer todas las excepciones salvo la
compensación contra el cesionario y cedente (artículo 1.474) o presunción de pago
(artículo 1.469).
1) El deudor cedido queda libre por el pago al cedente (artículo 1.468), y los acree-
dores del cedente pueden embargar el crédito.
367
Si hay concurrencia: entre dos cesionarios, tiene preferencia el que justifica la
primera notificación o aceptación, aunque el traspaso sea posterior (artículo 1.470).
El cedente:
De buena fe:
De mala fe:
368
Actividad Nº 48
369
370
DIAGRAMA DE CONTENIDOS DE UNIDAD XVII
OBLIGACIONES TIEMPO
DEL DESALOJO
LOCATARIO
Máximo
Limitarse al uso estipulado Mínimo
Pagar el precio al locador
Conservar la cosa en buen
estado
Repasar deterioros menores
OBLIGACIONES
DEL RELACIONES CON
LOCADOR OTRAS FIGURAS
371
Comodato
do Compraventa
etc. Contratos de espectáculos
y transporte
Contrato de exposición
Hospedaje
CESION Y
JUBILACIÓN
CARACTERES
CAPACES E
INCAPACES
OBJETO
A título oneroso
Conmutativo
CONCEPTO De tracto sucesivo
Temporario
Transmisible mortis causa Cosas muebles no fungibles
De Administración Cosas fuera del comercio
Esta sujeto a resolución por le- Bienes públicos o de corporaciones
sión y por excesivo onerosidad
372
UNIDAD XVII
-de cosas
-de servicios
-de obra
Entre esos contratos median importantes diferencias. A esta crítica, referida en rea-
lidad a todo el título VI, se agrega el hecho de que contiene artículos que se los consi-
dera inútiles por ser en algunos casos, demasiado casuistas, a la par de carecer de
normas generales, y ha sido elaborado mediante una ordenación defectuosa.
Dicha legislación congeló los alquileres por tiempo a veces tan largo, que se llegó a
pensar que más que un contrato de administración, entregar en locación implicaba un
acto de disposición. Por otra parte, se prorrogaron los alquileres, con lo cual no se
vencía sino hasta que una ley nacional así lo disponía. Esta situación creó una gran
inseguridad en el mercado de las locaciones y se veía con cierta preocupación el
sostenimiento del régimen a pesar de lo cual, se sucedieron distintas leyes de emer-
gencia en materia locativa, por espacio de más de medio siglo en nuestro país.
Llegamos así a la ley 21.342 que volvió las locaciones urbanas al régimen del Códi-
go Civil paulatinamente, puesto que existían muchos años de prórroga y congelamiento,
los contratos fueron venciendo según el tiempo de las locaciones y se fue normalizan-
do este regreso al sistema del Código Civil. El art. 6º de esa ley garantizaba la libre
contratación y que las condiciones pactadas no serían alteradas por el poder público ni
éste, aplicaría medidas que deban ser cumplidas a expensas de una sola de las partes.
373
Próximos a un nuevo período constitucional, en 1.983, se creó un clima de incerti-
dumbre y expectativas en el país, puesto que nada habían dicho con certeza los parti-
dos políticos acerca de la política económica que emplearían, respecto al grave proble-
ma de escasez de viviendas (que en definitiva, fue el que motivó el dictado de las leyes
de emergencia anteriores).
Así surgían las dudas y se tejían toda clase de versiones sobre una nueva vuelta a la
legislación de emergencia. Por esta inseguridad es que se observó en ese momento
una gran recesión en el mercado de las locaciones, la gente no se atrevía a arriesgarse
hasta no saber a ciencia cierta qué es lo que iba a pasar.
Surge así la Ley 23.091 -actualmente vigente- que superó las expectativas ante la
gran tensión existente. Esta ley optó por el sistema de la incentivación para promover
el crecimiento del mercado de las locaciones, y tal incentivo deviene de una política de
desgravaciones impositivas muy importantes para que se active el mercado y además,
para construir inmuebles y entregar en locación, puesto que en este último caso, la
desgravación es mucho más importante. Es loable el camino utilizado, puesto que
anteriores legisladores optaron por obligar a entregar en locación. Aparece más ade-
cuado y menos compulsivo el sistema de esta ley.
b) Consensual.
c) Formal: puesto que la ley 23.091 requiere la forma escrita para su confección.
d) No solemne.
e) A título oneroso.
f) Conmutativo.
374
g) De tracto sucesivo: es de ejecución permanente, continuada o sucesiva, de du-
ración o generador de derechos fluyentes (en realidad sólo respecto a las obliga-
ciones de 1 locador puesto que el locatario puede pagar de una sola vez, el precio
en dinero por lo general, es lo que ocurre en las locaciones de muebles).
h) Temporario.
j) Típico o nominado.
k) De administración.
l) De cambio.
17.1.2. La locación
Se perfecciona como contrato por mutuo consentimiento con las reglas de la venta.
Comprende, si no hay reserva expresa, todas las servidumbres activas y los frutos
y productos ordinarios. No comprende los frutos extraordinarios, los terrenos acrecidos
por aluvión, salvo si el locatario hiciere un acrecimiento proporcional del alquiler o
renta.
* Las cosas fuera del comercio que no son nocivas al orden público y ofensivas a la
moral, las cuales pueden ser enajenadas o que son inenajenables sin licencia.
375
* El uso debe ser honesto y moral, bajo pena de nulidad del contrato. Puede ser
especificado, sin otro uso posible, por el locador; si no lo es, debe conformarse a
la naturaleza de la cosa y a la costumbre local. Será nula toda cláusula por la que
se pretenda excluir a los menores que se hallen bajo la patria potestad o guarda
del locatario o sublocatario.
Son capaces de alquilar o arrendar los que pueden administrar, salvo excepciones.
También son capaces como locadores los administradores de cosas ajenas, salvo
limitaciones legales.
Son incapaces:
- Como locador, el copropietario de una cosa indivisa aún para su parte, sin con-
sentimiento de los condóminos.
- Como locatarios, los que no pueden comprar ciertos bienes, aún con autorización
judicial.
El destino del arrendamiento rural debe ser la explotación agrícola, ganadera o mix-
ta. Puede ser pagado en especie (en la locación la regla es el pago en dinero de curso
legal). La ley de arrendamientos rurales requiere para que continúe el contrato respecto
a los herederos, que los parientes del arrendatario hayan participado directamente en
la explotación; requisito éste no exigible para la trasmisión del derecho locativo urbano.
Para los arrendamientos rurales se prevé la tácita reconducción, prohibida para las
locaciones urbanas.
376
posesión, el comprador tiene derecho a asignarle a la cosa el uso que quiera, después
de la tradición los riesgos de la cosa los asume el comprador, las cosas fuera del
comercio no pueden ser vendidas y los efectos que genera la compraventa no están
sujetos a plazos final a resolutorio. En la locación, en cambio, es un contrato de ejecu-
ción permanente o de duración, al locatario se lo debe mantener en el uso y goce de la
cosa asegurándole el disfrute. La cosa debe ser entregada en buen estado, acuerda
sólo la tenencia, los riesgos de la cosa están siempre a cargo del locador, las cosas
fuera del comercio pueden ser locadas, como las ajenas, los efectos a que da lugar la
locación están sujetos a plazo final o resolutorio.
377
Actividad Nº 49
b) Explique con sus propias palabras por lo menos 4 caracteres del Contrato de
Locación de Cosas.
LOCACIÓN DE COSAS
378
17.1.5. Tiempo de la locación
Mínimo: el tiempo mínimo para las locaciones urbanas con destino a vivienda lo fija
la 23.091 en 2 (dos) años y para los inmuebles destinados a comercio o industria en 3
(tres) años.
Este tiempo mínimo está dado por la ley con carácter de orden público, esto es, no
puede ser alterado por las partes.
El tiempo mínimo rige para el primer contrato, es decir, si se acuerda una prórroga o
renovación, ya no corre nuevamente el plazo mínimo legal.
Tácita reconducción: está prohibida por el Cód. Civil y enfatiza en ello la 23.091. Toda
prórroga del contrato de locación debe darse por escrito es decir, no se considerará
que existe tácita renovación del contrato si vencido el tiempo de la locación del inquili-
no, permanece en el inmueble con anuencia del locador, y los pagos que se realicen tan
sólo importan el pago de los alquileres por el tiempo de permanencia en el inmueble. La
locación subsiste con las mismas características originarias hasta tanto el locador
desaloje al locatario sin ninguna obligación de respetarle ningún tiempo mínimo en el
inmueble.
Este requisito formal ha sido atemperado por la jurisprudencia de modo tal, que si se
ha omitido y no se ha advertido en el curso del proceso, o bien no se ha cumplido con
379
todos los requisitos formales de la intimación (como indicación expresa y determinada
de los montos adeudados debidamente discriminados), sólo será admisible y proce-
dente la excepción que articule a su respecto el locatario si juntamente manifiesta su
voluntad de pagar y así lo hace; es decir, que no se lo admite como un mero recaudo
dilatorio.
Los períodos adeudados deben ser consecutivos para que proceda esta causal de
desalojo.
La ley 23.091 prohibía las locaciones en dólares como así también que se requieran
períodos adelantados, aceptando únicamente el mes adelantado y el mes de garantía.
Esto debe correlacionarse con la actual ley de Convertibilidad que estableció al dólar
estadounidense como moneda de curso legal en Argentina, por cuya circunstancia se
ha entendido que debe admitirse el pacto de locaciones en dólares. Es más, se utiliza
esta moneda como paliativo indexatorio puesto que también se han prohibido las actua-
lizaciones en base a índices.
A los fines de que proceda la mora automática debe indicarse el día del vencimiento
en el pago del canon locativo, así establecer por ejemplo, que los alquileres vencerán
entre el 1º y el 5 de cada mes, por período adelantado; o entre el 1 al 10 de cada mes
por mes adelantado. Si así no se hace no puede darse la mora automática. La indica-
ción del mes adelantado obedece a que, en caso contrario, se interpreta que es por
mes vencido.
- O fuerza mayor que afecte la cosa misma y fuese privado del uso o goce, pedir
la rescisión o cesación de pago por el tiempo del daño (1522).
380
* No puede hacer mejoras: sin autorización posterior, si el contrato prohibe todas
o determinadas mejoras (1538).
* Debe avisar al locador lo más pronto posible toda usurpación o acción contra la
propiedad o el uso, bajo pena de daños y privación de la garantía del locador
(1530).
* En los terrenos:
- De ciudad o pueblo, puede edificar, siendo de cuenta del locador las mejoras
necesarias o útiles (1535).
* Pagar el precio al locador en el tiempo convenido, según los usos locales (sin
derecho -en los predios rústicos- de pedir remisión total o parcial por pérdida o
deterioro de las cosechas).
Responder:
381
17.2.2. Obligaciones del locador
- Por caso fortuito, culpa de terceros y aún, odio al locatario (art. 1517).
- Por fuerza mayor (como guerra o pillaje), por calidad de ella, vicio o defecto del
goce estipulado (1529).
* Pagar:
382
4º) Di son útiles y necesarias en caso que se resolviese
el contrato, sin culpa del locatario no siendo el loca-
dor obligado a pagarlas o no habiéndolas autorizado.
Si existen, por el precio de 5º) Si son voluntarias y por culpa del locador se resol-
avalúo, no obstante el cos- viese el contrato.
to 6º) Si se pide la restitución de la cosa arrendada por
tiempo indeterminado, habiendo el locatario disfruta-
do de ellas (1539).
- Todas las mejoras: resolviéndose la locación por culpa suya, salvo las que no
tenía derecho a hacer el locatario (1551).
- Por culpa del locatario que no se ha obligado a pagar o las urgentes (1552)
1º) Las del nº 4 del 1539 si se estipuló que debían quedar a beneficio de la cosa
sin indemnización.
2º) Las mejoras que hizo el locatario por haberse obligado a hacerlas, aunque
no conste que recibió alguna cantidad o rebaja de precio.
3º) Las mejoras voluntarias, que autorizó o no, si no se obligó a pagarlas (1550).
* Es responsable:
383
Actividad Nº 50
a) ¿Qué condiciones deben darse para realizar el desalojo por falta de pago?
- Se destruye la cosa:
- Se deteriora:
- El locatario hace mejoras:
LOCATARIO
LOCADOR
384
17.3. La autorización para mejoras
El locatario puede:
* Si hay vicios: pedir disminución del precio o rescisión, salvo si los hubiese cono-
cido (1525).
* Retener la parte del precio correspondiente al costo de los trabajos que incumben
al locador y que éste no hace o retarda y si son urgentes, ejecutarlos de cuenta
del locador (1518).
Puede:
385
Que no paga:
Los FIADORES están obligados a los alquileres y a todas las obligaciones del con-
trato, si no hay limitación expresa (1582).
* No pueden ser anulados por fraude: por los acreedores del locatario o los adminis-
tradores de su masa fallida, salvo restitución de ellos en caso de rescindirse el
contrato.
386
EL LOCADOR puede:
* Impedir las mejoras prohibi De las que sean acabadas o exigir, al fin de la
das y demandar demolición. locación, la restitución en el estado en que se
recibió.
Para el cobro de los alquileres, con embargo de los bienes sujetos a su privilegio,
aún con fianza de pago (1.578).
387
17.5. Cesión y sublocación
En relación al locador pasan al cesionario todo o parte de los derechos del locatario
con la calidad de que, si demanda al locador, debe probar que su cedente se halla
exonerado de sus obligaciones como locatario u ofrecerse a cumplirlas.
El subarriendo:
* Es una nueva locación sometida a las reglas este contrato (1.585) y debe
juzgarse por éste nuevo convenio y no por el originario.
- De pagar todos los alquileres que el locatario dejare de pagar y cuyo pago
fuese demandado, hasta la concurrencia de lo que debe (1601) (es decir que
el locador originario tiene acción directa contra el sublocatario por lo que le
debe el sub-locador a él, claro que el sub-inquilino debe pagar hasta el monto
que él le deba al sub-locador).
388
“No impedirá al locatario ceder o subarrendar, si el cesionario o sublocatario
propuesto ofreciese todas las condiciones de solvencia y buen crédito”.
Sólo la prohibición de hacer sublocación o cesión, que puede ser total o parcial, no
puede ser soslayada judicialmente aunque el candidato reuniera las mejores condicio-
nes (según la mayoría de la doctrina, aún cuando Spota entiende que también puede
aplicarse aquí el artículo 1.071).
El cesionario tiene acción directa contra el arrendador para obligarle a cumplir con lo
que debía al locatario. Y tiene obligación directa para el cumplimiento del contrato
respecto al arrendador.
El arrendador originario debe admitir los pagos hechos al locatario por los alquileres
vencidos.
389
17.6. Conclusión de la locación
La locación termina:
* Por la conclusión del tiempo convenido por pérdida de la cosa o imposibilidad del
destino especial.
* Por los vicios redhibitorios que existiesen al momento del contrato o sobrevinie-
sen después, si no son aparentes al contratar, causados o debiendo serlo por el
locatario.
* Por los casos fortuitos que hubiesen imposibilitado principiar o continuar la loca-
ción.
* Por las culpas del locador o locatario que autoricen la rescisión (1.604).
Las mejoras que debe pagar el locador serán reputadas accesorio de la cosa y no
podrán ser separadas por el locatario, si la separación hace algún daño, o si el locador
quiere pagar su valor como fuesen separadas (1.620). Podrán ser separadas en otros
casos si se restituye la cosa en el estado en que se recibió.
390
Actividad Nº 51
- Sublocación:
- Subarriendo:
- Cesión:
391
392
DIAGRAMA DE CONTENIDOS - UNIDAD XVIII
LOCACION
DE SERVICIO
CONCEPTO COMPARACIÓN
CON OTRAS
FIGURAS
393
Con locación de obra
Con locación de cosas
Con el mandato
COMPARACIÓN
Con el depósito
CON OTRAS Con el contrato de trabajo
FIGURAS
CARACTERES
pagar los servicios
El locatario
responder de los datos
que sufra el prestador
No formal Consensual de los servicios
De duración Bilateral oneroso
Intuito personae Conmutativo prestar el servicio com-
Civil o comercial prometido
El locador
Abstenerse de actos
dañosos al locatario
394
UNIDAD XVIII
La ley 20.774 de Contrato de Trabajo regula el régimen del contrato de trabajo que
absorbe lo que el Código reguló como locación de servicios o buena parte de ello.
Coherentemente con las legislaciones modernas, Spota, tomando las directivas de la
mencionada ley (modificada por la 21.297) ensaya una definición de contrato de trabajo
en los siguientes términos:
“Convención por la cual una de las partes, llamada trabajador, se obliga a prestar por
un tiempo determinado, no superior a cinco años o indeterminado, su fuerza -intelectual
o material- de trabajo, o sea a cumplir una obligación de medios, con subordinación o
dependencia jurídica, tendiente a alcanzar un resultado -material o intelectual- pero no
el resultado mismo; y la otra parte, el empleador, se obliga a ejercer funcionalmente
(sin abuso de derecho) su poder de dirección y a pagar un precio determinado o deter-
minable en dinero argentino que satisfaga, para todo trabajador mayor de 18 años, el
salario mínimo vital, sin perjuicio de la prestación en especie o comisión, habilitación,
gratificación, o participación que se convenga conforme a la ley”.
395
18.1.1. Caracteres del contrato de locación de servicios
- Consensual
- Bilateral oneroso: nacen obligaciones recíprocas y no se presume la gratuidad
del trabajo.
- Conmutativo
- No formal: se aplica el régimen de la libertad de las formas.
- De duración: la ejecución del trabajo tiene cierta perdurabilidad en el tiempo.
- Intuito personae: consagra para el prestador del trabajo una obligación de hacer
“infungible”.
- Civil o comercial: (la material laboral tiene su regulación propia y su fuero especial).
396
Existe un criterio que distingue por el modo de remuneración: así, si el precio es
proporcional al tiempo de la prestación de la actividad, habrá locación de servicios, si,
en cambio, se lo pagara en relación a la obra, habrá locación de obra. Se le critica a
esta distinción que la proporcionalidad no tipifica ni a una ni a otra figura pero lo cierto
es que normalmente cuando se paga salario o sueldo (mensual, quincenal) se trata de
locación de servicios, mientras que la locación de obra normalmente es un trabajo
concluido y entregado. Así, si el abogado es remunerado mensualmente hay relación
de dependencia y hay locación de servicios y sino hay locación de obra, lo mismo con
las otras profesiones liberales (arquitectos, ingenieros, contadores, etc.).
Criterio que considera el objeto mediato del contrato: el objeto mediato del contrato,
esto es, “la cosa o el hecho positivo o negativo que constituye el interés del acreedor”
puede consistir en medios o en un resultado: en el primer caso el trabajador compro-
mete su actividad diligente, pero no asume concreción alguna, en tanto en el segundo,
el contenido de su prestación consiste en la obtención de un resultado y opus concreto.
Consecuentemente, cuando el contenido de la prestación son medios, habría locación
de servicios; cuando es un resultado u opus, es locación de obra.
397
c) Con el mandato: el rasgo característico y distintivo del mandato es la función
representativa del mandatario. Asimismo, cuando el mandatario obra el acto re-
presentativo, no está subordinado jurídicamente al mandante. Hay algunas situa-
ciones especiales en que ciertos empleados sujetos a contratos de trabajo, tienen
representación, como sería el caso de gerentes y algunos dependientes, pero el
criterio de diferenciación en esos supuestos extremos deriva de la causa de la
realización de las actividades de que se trata: el ejercicio de cierta representación
por quien presta un servicio no lo constituye en mandatario, y la realización de
determinadas tareas por el mandatario, no lo transforma por ello sólo es un em-
pleado.
La locación de servicios de domésticos de uno u otro sexo se juzgará por las orde-
nanzas municipales y policiales.
De agentes de transporte, por el Código de Comercio y por el Código Civil para las
responsabilidades.
Una aplicación de este principio sentado por el artículo 1.626 explica que cuando se
trata de profesionales legalmente reglamentadas, son exigibles para su ejercicio el
título habilitante y, en ciertas ocasiones la matriculación y la colegiación. La carencia
de alguno de estos requisitos subsume el ejercicio de que se trate en el artículo 1.626,
con la consiguiente carencia de derecho a la remuneración (en el Anteproyecto de
1.954 se decía expresamente que el pago de los servicios profesionales prestados por
personas carentes de habilitación constituye la satisfacción de una obligación natural).
398
La locación de servicios origina el derecho al precio: si no es de la profesión y modo
de vivir únicamente si por las circunstancias se presume que no hubo intención de
beneficiar a aquél a quien se hacía el servicio, por ejemplo, cuando no ha sido solicita-
do o que el que lo prestó habitaba en casa de la otra parte.
399
Actividad Nº 52
- Locacion de obra:
- Locación de cosas:
- Mandato:
- Depósito:
- Contrato de trabajo:
400
DIAGRAMA DE CONTENIDOS - UNIDAD XIX
RESCISIÓN DEL
CONTRATO TRABAJOS
IMPREVISTOS OBLIGACIONES
RECEPCION DE
LA OBRA
Del Empresario
Del Dueño
RESPONSABILIDAD
TIPOS DE
OBRAS
LOCACION EJECUTADAS
DE
401
RECIBO DE OBRA Por ajuste alzado
LA OBRA Por unidad de medida
Por coste y costos
Por sistemas de excep-
ción
EXISTENCIA
SISTEMAS DE
DE VICIOS CONTRATACIÓN
Obras Públicas
Administración
CONCEPTO CARACTERES DEL FORMA Y Contrato
CONTRATO PRUEBA
SUJETO Y Obras Privadas
Administración
Consensual Bilateral
OBJETO Contrato
Sucesivo Oneroso y conmutativo
402
UNIDAD XIX
Es el contrato en virtud del cual una de las partes se compromete a realizar una
obra y la otra a pagar por esa obra un precio en dinero (artículo 1.493). En el
derecho moderno se llama contrato de obra o empresa.
19.1.3. Objeto
El contrato de obra es mucho más amplio y alude a obras más diversas que sólo la
construcción u obra material, reglamentadas en el código.
El objeto debe ser lícito, posible, acorde con la moral y buenas costumbres y deter-
minado (artículo 953).
La ley no exige formalidad alguna, sólo por excepción algunos contratos de obra
deben llenar exigencias formales por ejemplo, el contrato de obras públicas que debe
redactarse por escrito.
403
19.2. Sistemas de contratación de obras públicas y privadas
1) Administración
2) Contrato
Las segundas están a cargo de terceros que construyen la obra con un documento
legal que es el contrato de locación de obras EXCLUSIVAMENTE y NO el de locación
de servicios.
1) Administración
2) Contrato
Contrato por ajuste alzado o Monto Global: hay dos tipos de contratos por Ajuste
Alzado:
404
los gastos y erogaciones que cada rendición de cuentas o planillas o resumen de
gastos o cuenta general de la obra, vaya poniendo de manifiesto (“coste de la
obra”). Se paga la “conclusión” de la obra al profesional “coste y costas” (porcen-
tajes de gastos generales y beneficios) son de precio indeterminado, el coste final
puede subir o bajar.
Unidad de Medida con Cantidad: el precio unitario y la obra total están predetermi-
nados pero total el número de unidades a ejecutar para lograr “la obra están predeter-
minadas”. El contratista se obliga a ejecutar tantas unidades como sean necesarias, y
el comerciante a pagar un precio (invariable) por cada una de esas unidades.
Ajuste Absoluto: las obligaciones de cada una de las partes están estrictamente
determinadas, sin previsión contractual alguna que permita la posibilidad de cam-
bios.
405
Obligaciones:
El Código Civil establece es el artículo 1.633 que: “aunque encarezca el valor de los
materiales y de la mano de obra, el locador bajo ningún pretexto puede pedir aumento
en el precio, cuando la obra ha sido contratada por una suma determinada, salvo lo
dispuesto en el artículo 1.198 que otorgará a la parte perjudicada por la excesiva
onerosidad sobreviniente la facultad de demandar la resolución del contrato, pudiendo
la parte demandada impedirla si ofrece mejorar equitativamente su contenido”.
Los requisitos necesarios para que el locador de obra pueda pedir aumento en el
precio fundado en la teoría de la imprevisión son:
406
a) Acontecimiento extraordinario e imprevisible: Este acontecimiento o hecho
jurídico debe ser extraordinario (no es normal que se verifique) y a la vez imprevi-
sible (el juzgado valorará las condiciones personales del locador, la naturaleza del
contrato y las circunstancias del medio ambiente) para que el locador esté facultado
para pedir una revisión en el precio. El acontecimiento tiene que escapar a la
habitual, prudente y racional previsibilidad debe ser sobreviniente, es decir, ocu-
rrir con posterioridad a la perfección del contrato de obra.
Modificaciones al Proyecto
Para considerar las modificaciones en el proyecto se crea el artículo 1.633 bis, que
en su 1º parte reafirma lo establecido por el artículo 1.197: “las convenciones hechas
en los contratos forman para las partes una regla, a la cual debe someterse como a la
ley misma”. Si la norma permitiera al contratista variar según su voluntad este principio
se echaría por tierra.
Por ello, se requiere 2 condiciones para que el locador pueda modificar el proyecto:
2) Que dichas alteraciones no hayan podido ser previstas (que escapen a la habitual
y prudente previsibilidad) al tiempo del perfeccionamiento del contrato.
407
Las variaciones serán comunicadas al comitente, lo mismo que su incidencia sobre
el precio fijado en forma fehaciente, sin pérdida de tiempo y con la diligencia pertinente.
Si las variaciones tienen que ser necesarias para el cumplimiento del contrato de
obra y el comitente no está de acuerdo, el juez quien debe fallar luego de un procedi-
miento sumario, podrá dictar sentencia constitutiva al modificar el contenido del contra-
to y declarar la absoluta necesidad de las alteraciones, la falta de negligencia del
empresario, y la incidencia de tales modificaciones en el precio.
408
Actividad Nº 53
LOCACIÓN DE OBRA
409
19.2.3. Rescisión de Contrato
El artículo 1.638 del Código Civil le concede al comitente una facultad excepcional,
la de apartarse por su sola voluntad del contrato; esto constituye una excepción al
distracto por mutuo consentimiento (artículo 1.200) y el principio de que las convencio-
nes hechas en los contratos forman para las partes, una regla a la cual deben someter-
se como la ley misma (artículo 1.197).
El derecho de desistir existirá siempre y cuando “no exceda los límites impuestos
por la buena fe, la moral y las buenas costumbres” (artículo 1.071), por lo que si el
dueño desiste de la obra no teniendo otro interés que la intención de dañar al locador,
estará ejerciendo en forma abusiva su derecho y podrá ser demandado por el empresa-
rio por los daños y perjuicios ocasionados.
- Por imposibilidad del empresario de hacer o terminar la obra, será objetiva cuando
derive de actas o acontecimientos externos a las partes y subjetiva cuando se
refiera a la persona misma del empresario.
- Por voluntad unilateral de las partes en las obras encargadas por piezas o medi-
das (debiéndose pagar la obra ya concluida).
410
19.2.4. La Recepción de la obra
La falta de conformidad con lo estipulado, los vicios aparentes (se pueden descubrir
con un examen minucioso y profundo) o los vicios ocultos (no se perciben con una
investigación cuidadosa y atenta, no son necesariamente graves y el empresario es el
culpable), deben ser indicados por el comitente antes de la recepción de la obra, enton-
ces podrá hacer valer sus derechos.
El artículo 1.647 bis otorga al propietario una garantía de 10 años después de recibi-
da la obra, durante los cuales se está en condiciones de descubrir el vicio oculto,
prescribiendo la acción a los 60 días del descubrimiento.
19.2.5. Responsabilidades
El artículo 1.646 dispone que: “la responsabilidad del empresario puede extenderse
al director de la obra y al proyectista, sin perjuicio de las acciones de regreso pertinen-
tes; sobre los 2 últimos pesa la garantía decenal cuando han celebrado un contrato de
locación de obra con el comitente o aún con el empresario en calidad de subcontratistas,
pero cuando son empleados de aquel como el contrato de trabajo es con relación de
dependencia, la responsabilidad contractual no se aplica”.
El artículo 1.647 bis, prevé una responsabilidad general y se aplica a toda clase de
obras mientras que el artículo 1.646, se refiere a una garantía especial, que comprende
411
únicamente a las construcciones de edificios o trabajos en inmuebles destinados a
larga duración.
La norma determina, para que nazca la garantía decenal (es la caducidad, no está
sometida a suspensión ni interrupción, que el edificio o la obra pertinente hayan sido
recibidas o aceptadas) por el que las encargó, constituyéndose la recepción, un requi-
sito indispensable para que existencia de la responsabilidad del constructor, estando
prohibida su dispensa, aunque sea pactada, por la ruina total o parcial de la obra; y
producida ésta existe un plazo de 1 año para que prescriba la acción. Si la obra no ha
sido pagada, no es que el constructor “no sea responsable” sino que gozará del dere-
cho de interponer la excepción de incumplimiento de contrato.
b) Vicios del plano: tienen elementos y caracteres comunes con los de la construc-
ción y con los del suelo; son sus más frecuentes expresiones, deficiencias en las
estructuras incapaces de soportar las cargas, o las indicaciones del modo de
ejecutar la obra.
c) Vicio del suelo: la calidad del suelo es incapaz de soportar determinada cons-
trucción, sea por no tener debida resistencia o por su composición química.
412
Asume la garantía por vicio del suelo, ya que antes de dibujar el plano hay que
estudiar el terreno.
- Se puede interpretar del artículo 1.646 que, producida la ruina del edificio se
impone al constructor, al proyectista y al director técnico una responsabilidad
que genera una obligación convergente, según la cual el comitente tiene el
derecho de exigir de cualquiera de las obligadas al pago íntegro de la obliga-
ción, pero que constituyen entre sí deudas independientes fundadas cada una
en forma autónoma, aunque se originan en un mismo hecho (la ruina).
a) Transferir el dominio (lo que sucede cuando proveyó también la “materia princi-
pal”).
413
b) Restituir (si, por el contrario, el empresario sólo puso su trabajo o industria en
una cosa de propiedad del comitente o de un tercero, habiendo sido un mero
tenedor de la cosa mientras realizó la obra).
Habida cuenta del principio de identidad del pago, la obra debe ser adecuada a lo que
el empresario estaba obligado a realizar, es decir, debe ser “de recibo”.
Pero puede haber en ella defectos, esto es, faltantes o vicios, vale decir, alteracio-
nes. El artículo 1.647 emplea como sinónimos los conceptos de “defectos” y “vicios” sin
efectuar distingos entre ellos.
b) Aceptarla sin reservas, con lo cual promediaría una dación en pago cancelatorio
de su derecho a reclamo.
c) Recibir la obra definitivamente sin aceptarla, esto es, con reserva del derecho a
obtener la indemnización del daño que le cause ese defecto de cumplimiento.
No debe confundirse el mero hecho material del recibo de la obra con la virtualidad
jurídica de aceptación de ella que, puede o no resultar de ese recibo. Es que, única-
mente la aceptación de la obra por el comitente es lo que libera de responsabili-
dad por los defectos o vicios.
a) Antes del recibo de la obra (por ejemplo si manifiesta su conformidad con ella
antes de serle entregada o si realiza aceptaciones parciales de tramos separa-
bles de la obra).
414
19.2.9. Modos de manifestar la aceptación
b) Aceptación tácita: resulta de actos del comitente por los cuales se puede inferir
con certidumbre la conformidad, la voluntad de aceptar. No es viable cuando las
partes previeron la necesidad de aceptación expresa o el comitente formula una
protesta o declaración expresa contraria. La recepción definitiva por el comitente
es el modo común de aceptación tácita, la mera recepción provisional excluye,
por sí sola, que puede inducirse la aceptación tácita de la obra defectuosa.
c) Aceptación inducida por el silencio: con respecto a los vicios ocultos la ley
impone al comitente la obligación de denunciarlos dentro de los sesenta días de
su exteriorización, lo cual otorga el silencio durante ese lapso la virtualidad de
hacer caducar su derecho a reclamar por ellos.
415
Actividad Nº 54
- Plazos:
- Verificación:
- Falta de conformidad:
- Defectos:
c) Elabore un cuadro sinóptico con los tipos de vicios que puede presentarse en una
obra.
416
19.3. Recepción provisional de la obra
1.- Extingue el derecho del comitente a reclamar por los “vicios aparentes”; es decir,
por todas deficiencia de la obra que pudo ser advertida en el momento de la
entrega, siempre que haya hecho aceptación expresa de la obra defectuosa.
3.- Queda intacto el derecho del comitente a reclamar por los vicios ocultos.
5.- El comitente tiene derecho a conservar el fondo de garantía que haya retenido de
los pagos hechos al empresario, el cual debe ser liberado sólo al producirse la
recepción definitiva.
6.- Si el comitente entra en posesión de la cosa, como derivación de ello corre con
sus riesgos.
417
19.4. Recepción definitiva de la obra
1.- El comitente acepta tácitamente la obra con sus deficiencias aparentes a menos
que se formule protesta o declaración expresa contraria (artículos 918, 779 y
1.647); si hubo una recepción provisoria previa, deben ser consideradas aparen-
tes al tiempo de la recepción definitiva las deficiencias que se hayan exterioriza-
do a partir de ella.
2.- El comitente conserva el derecho a reclamar por los vicios ocultos que se exte-
rioricen con posterioridad.
3.- La recepción tardía realizada sin reservas por el comitente purga la mora del
empresario.
4.- El empresario tiene derecho a que se le pague lo que haya sido retenido como
fondo de garantía.
El Código entiende por vicios los defectos de la cosa que le hagan impropia para su
destino, si de tal modo disminuyesen el uso de ella que de haberlos conocido, el adquirente
no lo habría adquirido o habría dado menos por ella; exigiéndose, por lo tanto, que sean
graves o importantes, porque los vicios pequeños no son vicios redhibitorios.
418
cunstancias de tiempo, lugar y personas, entre lo que se deberá evaluar -claro está la
eventual capacitación técnica del comitente, vicios que el adquirente conocía o debía
conocerlos por su profesión u oficio. Además, la posibilidad de la existencia del vicio, lo
que denota su aparencia, depende de cada caso: hay obras cuyo examen es imposible
por parte del comitente (limpieza de cloacas, reparación de tejados, etc.).
Si el comitente recibe la obra con vicios aparentes pero incurre en error inducido por
la mala fe o dolo del empresario, subsiste su derecho a reclamar por tales defectos no
obstante su apariencia.
El artículo 1.647 bis agregado por la Ley 17.711 puso fin a una cuestión entonces
controvertida, disponiendo que la liberación por los vicios aparentes no regirá cuando
la diferencia no pudo ser advertida al momento de la entrega o los defectos eran ocul-
tos.
19.5.4. Caducidad
El artículo 1.647 bis in fine dispone que el dueño tiene de sesenta días para denun-
ciar esos vicios ocultos “a partir de su descubrimiento”, pasado ese plazo su derecho
caduca.
419
19.5.5. Duración de la garantía por vicios ocultos
El artículo 1.647 bis no específica dentro de qué plazo desde el recibo y la acepta-
ción de la obra debe exteriorizarse el vicio oculto para el comitente tenga acción contra
el empresario.
Se considera que rige el plazo decenal del artículo 4.023, lo cual significa que dentro
de su transcurso el empresario garantiza al comitente por la aparición de vicios ocultos
de la obra, pues la prescripción decenal absorbe y purga todo.
Tampoco establece el artículo 1.647 bis cuánto tiempo dispone el comitente para
demandar desde la aparición del vicio oculto, cabe señalar al respecto que la denuncia
que le impide la ley para evitar la caducidad de su derecho no tiene efecto interruptivo
de la prescripción, de manera que el plazo debe ser contado desde que el vicio se
exteriorizó, y que si el comitente denunció el vicio al empresario y lo constituyó “en
mora” disfruta de la suspensión del plazo de prescripción prevista por el artículo 3.986
2º parte.
- Aplicar el mismo plazo de caducidad de sesenta días, lo cual choca con el carác-
ter excepcional de las caducidades.
- Considerar vigente la regla general del artículo 4.023, o sea, el plazo decenal,
porque como el artículo 4.041 sólo se refiere a la compraventa las acciones
redhibitorias propias de los demás contratos prescribirán a los 10 años (Colmo).
El artículo 2.172 excluye literalmente que ante la exteriorización de los vicios ocul-
tos, el comitente tenga derecho a otra acción que la redhibitoria, lo cual significaría que
420
sólo podría reclamar la restitución del precio poniendo la obra a disposición del empre-
sario (doctrina del 2.174, 1º parte).
60
R 1 año P v días d
10 años
A 10 años B
421
Ruina
422
Actividad Nº 55
RECEPCION DE LA OBRA
PLAZOS EFECTOS
PROVISIONAL
DEFINITIVA
423
19.5.9. Modelos de contratos de locación de obra
En la ciudad de...., a los.... días del mes.... de mil novecientos...., entre el señor....,
de nacionalidad...., documento de identidad nº...., profesión.... domiciliado en la calle....
nº.... de la localidad de.... en adelante llamado “EL COMITENTE”, y el señor...., docu-
mento de identidad nº.... en su carácter de gerente (o Presidente) de la empresa...., con
domicilio en la calle.... nº.... de la localidad de...., en adelante llamado “LA CONTRATIS-
TA”, convienen en celebrar el presente contrato de Locación de Obra que estará sujeto
a las siguientes cláusulas:
424
SEXTO: Los precios estipulados en este contrato son invariables y no se podrá
pretender modificación alguna, a excepción de lo dispuesto por el Artículo 1.198 del
Código Civil.
“A coste y costas”
CUARTA: El total de los reembolsos que por todo concepto deberá efectuar El Comi-
tente no excederá la cantidad de pesos.... ($....). En consecuencia cuando la suma de
los reembolsos llegara a ese tope, si no hubiese acuerdo de partes para su ampliación,
el contrato será considerado cumplido.
QUINTA: Tanto a los fines de la determinación del costo total, como de los reembol-
sos antes citados, La Contratista, cada.... presentará al arquitecto las planillas de
rendición de cuentas con las constancias respectivas.
425
puesto en la cláusula.... del mismo. La Contratista ofrece, y El Comitente acepta....
(igual que por unidad simple).
OCTAVA: El Comitente, o quien éste designe, podrá inspeccionar los trabajos sin
que La Contratista pueda oponerse.
DECIMOPRIMERA: Para todos los efectos legales, las partes fijan sus domicilios en
los lugares citados precedentemente, y se someten a los Tribunales Ordinarios de....
De común acuerdo se firman.... ejemplares de un mismo tenor y a un sólo efecto, en el
lugar y fecha precedentemente indicados.
Firmas
En la ciudad de...., a los.... días del mes.... de mil novecientos...., entre el señor....,
de nacionalidad...., documento de identidad nº...., profesión...., domiciliado en la ca-
lle.... nº.... de la localidad de...., en adelante llamado “EL COMITENTE”, y el señor....
documento de identidad nº...., en su carácter de gerente (o Presidente) de la empre-
sa...., con domicilio en la calle.... nº.... de la localidad de...., en adelante llamado “EL
DIRECTOR DE LA OBRA”, convienen en celebrar el presente contrato de Locación de
Obra que estará sujeto a las siguientes cláusulas:
PRIMERA: El Comitente contrata los servicios del Director de Obra, y éste lo acep-
ta, para dirigir la construcción de un edificio en el terreno ubicado en....; debiendo el
Director de Obra ajustarse al plano preparado por el Arquitecto, señor.... y al pliego de
condiciones que, si bien obra por separado, deben considerarse partes integrantes de
éste mismo contrato.
426
SEGUNDA: El Director de Obra pondrá únicamente sus conocimientos y su trabajo
al servicio de la construcción a realizarse, vigilando que éste realice de conformidad
con el plano y el pliego de condiciones citados en la cláusula anterior, y responderá
ante los organismos nacionales, provinciales y municipales por el debido cumplimiento
de las disposiciones vigentes, aplicables a la construcción.
Las cláusulas que siguen pueden ser las mismas a que se hizo referencia en el
contrato de locación de obra “con” provisión de materiales.
427
428
DIAGRAMA DE CONTENIDO S - UNIDAD XX
DEUDAS DEUDAS
EL TIEMPO
SOCIALES SOCIALES
ADMINISTRACIÓN
DISOLUCION SOCIEDAD
Determinada
Sin determinaar
429
Por contrato social
Liquidación Por convenio posterior
Pérdidas y Ganancias
CIVILES Y
COMERCIALES SOCIOS
FORMA Y PRUEBA
DE CONTRATO
Ostensibles
No ostensibles
CONDICIONES ESEN- CARACTERES DEL Cesionarios
CIALES PARA SU CONTRATO CLAUSULAS Herederos
EXISTENCIA
Pluralidad
Oneroso
Consensual Nulas
Conmutativo Válidas
430
UNIDAD XX
20.1. Sociedad
20.1.1. Condiciones esenciales para la existencia de sociedad
La sociedad existe:
* Cuando dos o más personas se obligan mutuamente a dar (capital) o hacer (in-
dustrial) (1.649), a fin de obtener una utilidad apreciable y divisible (1.648).
La sociedad es nula:
* Cuando un socio no concurre más que con su crédito o influencia, aún soportando
las pérdidas.
La sociedad es válida:
* Ningún socio puede renunciar a la sociedad o ser excluido de ella aún con justa
causa.
* Se debe restituir las partes de los capitalistas con un premio determinado, o con
sus frutos, o con una cantidad adicional haya o no haya ganancias.
* Se pagará al industrial una cantidad fija por su trabajo, haya o no haya ganancias.
Son válidas
* Las ganancias serán iguales, aún para el socio cuya prestación sea igual o mayor.
431
* Cualquier socio tenga derecho alternativo a una cantidad anual o a una cuota de
las ganancias eventuales.
* Los herederos del socio fallecido percibirán como cuota de sus ganancias, una
cuota determinada.
* El socio o socios sobrevinientes podrán quedar con todo el activo pagando, sin
afectarse la legítima de los herederos, una cantidad determinada, pudiendo
invocarse el artículo 1.198.
* La pérdida de los bienes de la sociedad quedará sólo a cargo de los otros socios,
si uno a prestado el uso y goce de una cosa.
Los SOCIOS no pueden: exigir que sus consocios les comuniquen los que hubiesen
adquirido por medios prohibidos, obrando por la sociedad o a su nombre (1.656).
No deben:
* Partir las pérdidas proviniendo del dolo de uno, aún administrador, por ser perso-
nales (1.657).
* Son solidarios de los daños que resulten de los actos ilícitos practicados en co-
mún.
* Pueden ser demandados por los terceros de buena fe, en razón de la existencia de
la sociedad sin tener derecho a oponer la nulidad, de mala fe en razón de la
misma y pueden oponer la nulidad (1.660).
432
20.2. Forma y prueba del contrato de sociedad y su existencia
El contrato de sociedad puede ser hecho verbalmente o por escrito, público o priva-
do o por correspondencia, con prueba como la de los actos jurídicos.
En las mismas circunstancias, los socios pueden alegarlas entre sí para pedir: -La
liquidación y partición de las ganancias y de lo adquirido en común, a los terceros las
obligaciones que con la sociedad hubiesen contraídos.
+ Sentencias pronunciadas en
tre los socios como tales,
sin que la sentencia en fa
vor de terceros pueda ser
prueba a favor de los so
cios entre sí (1.666).
s.
ri o r e ntre to dos los socio
to poste
a) Por contra l c o n tr ato social. m e nte autorizados.
la d e res de bida
b) Por cláusu e lo s a dministrado
ió n d
c) Por admis
433
Los socios ostensibles, por haber prestado su nombre aunque con algún interés:
* Son socios en relación a terceros con derecho contra los verdaderos, para ser
indemnizados de lo que pagasen a los acreedores de la sociedad.
* Serán juzgados socios en relación a las personas con quienes contratarán socie-
dad.
* Por su admisión, quedan obligados para con la sociedad y para con los socios y
los acreedores como el cedente (1.675), cualquiera sea la forma de la cesión.
Si la cesión:
- Produce sus efectos entre las partes, quedando el cesionario mandatario del
cedente (1.674).
434
Actividad Nº 56
- Validez:
- Nulidad:
- Existencia:
435
20.3. La administración
* Corresponde: a todos los socios y se reputa ejercida por ellos si no hay mandata-
rios, socios o no (1.676).
* No siendo determinada:
+ Oponerse a lo hecho por los demás antes de que tenga efecto legal (1.677).
Dada:
436
Confiadas a dos o más socios (sin determinación):
* Sin la expresión de la imposibilidad de obrar uno sin los otros, da a cada uno
todos los poderes separadamente con derecho a cada uno a oponerse a los actos
de los otros antes de su efecto legal (1.692).
Para actos: prohibidos en el contrato, no podrá ser autorizada aún por voto unánime (1.698).
Cada socio divergente contra la mayoría puede ejecutar a su cuenta el acto des-
aprobado por provecho personal de las ganancias (1.699).
El nombre de la sociedad:
Puede ser:
* Usado después por los herederos o sucesores de los socios si tiene relaciones
fuera de la República, con aviso a los que lo prestan, si viven (1.680).
No puede ser:
* El de uno que no sea socio, salvo para una sociedad establecida fuera de la
República que pueda usar en ella el nombre adoptado (1.679).
Los SOCIOS:
437
20.5. Son del dominio de la sociedad
* Las cosas fungibles y las no fungibles deteriorables por el uso (en la sociedad de
capital e industria la prestación del capital es sólo para usar y gozar (1.705).
* Interrumpió el servicio:
- Sin culpa suya, no debe soportar otra pena que una disminución proporcional
de sus ganancias.
Ningún socio: puede ser obligado a una nueva prestación sin promesa en el contra-
to, aún con decisión de la mayoría, salvo si no se puede conseguir el objeto social sin
ella, y el socio que la rehuse puede retirarse o debe retirarse, si sus conocidos lo
exigen (1.716).
Son TERCEROS en relación a la sociedad y a los socios, las personas que no son
socios, los socios mismos en sus relaciones con la sociedad y entre sí, cuando no
derivan de la calidad de socios o administradores (1.711).
438
Los deudores de los socios no son deudores de la sociedad y no pueden compen-
sar lo que debe a la sociedad con su crédito contra un socio aún administrador (1.712).
* Se presumen:
- Si hay excusa o privación del ejercicio del mandato por un socio (1.718).
- Que ignoran estas circunstancias, salvo prueba contraria (1.719) (es decir, de
la buena fe).
- Sociales, no compensan lo que les debiera la sociedad con lo que ellos debe-
rían a los socios, aún administradores.
- Particulares, dejan compensar el socio que pagó con lo que ellos le debiesen o
con lo que debiesen a la sociedad.
* Sociales, habrá preferencia de los acreedores sociales sobre los acreedores par-
ticulares.
439
20.8. Derechos y obligaciones de los socios entre sí
El Socio
* Que toma dinero: de la caja social para sus usos propios, debe los intereses
desde el día que lo hizo y las pérdidas de lo que ha dejado de ganar la sociedad
(1.722).
* Industrial:
+ Que cobra una cantidad exigible a él debido particularmente por una persona
que debía también a la sociedad una cantidad exigible, debe imputar lo cobrado
proporcionalmente al importe de los créditos aunque sea el cobro a cuenta
sobre el crédito particular, si el recibo:
. Ha sido imputado a pedido del deudor a la deuda más gravosa, será válido.
440
* Si hay oposición: de interés con el administrador, representar la sociedad entre
sí.
* Si hay demanda: contra alguno de los socios o contra terceros, y que el adminis-
trador fuese omiso en la defensa, defender la sociedad o interponer recursos
(1.726).
CADA SOCIO:
* Puede:
+ Reclamar el reembolso:
* No puede ser excluido: por los otros sin justa causa (1.734), por ejemplo, cesión
de derechos prohibidos, falta de cumplimiento con o sin culpa, capacidad even-
tual, pérdida de confianza, insolvencia, fuga, crimen, mala conducta, provocación
de discordia, etc. (1.735).
* Determinado: no puede renunciarse por los socios sin justa causa, por ejemplo,
recusación del administrador, renuncia o exclusión inaplicada de un socio (1.738).
441
20.10. La renuncia
* De mala fe, es nula respecto de los socios, con entrada a la sociedad del prove-
cho que se quisiera realizar por la renuncia y pérdidas e intereses, si hay, contra
el renunciante.
* Los negocios:
+ Posteriores a la salida:
* Serán juzgados como si no hubiera sociedad sin que su calidad pueda ser opues-
ta e invocada por terceros (1.743).
* No son obligados solidariamente por las deudas sociales, sin estipulación expre-
sa (1.747).
* De otra sociedad de que sea socio alguno de los socios con otras personas
(1.757).
442
20.12. Las obligaciones
* Contraídas:
- Por todos juntos o por uno en virtud de poder constituyen cada socio respon-
sable por una porción viril, aún si tienen intereses desiguales y si hay en el
contrato estipulación de pagos desiguales, y que sea probado que el acree-
dor conocía esto (1.747).
443
Actividad Nº 57
- No es determinada:
- Es determinada por contrato social:
- La sociedad:
- Terceros:
- Los otros socios:
444
* De la sociedad: cobradas sobre los bienes particulares de los socios se dividen:
entre ellos por partes iguales, sin derecho de reclamar o de recibirlas de otro
modo (1.750), y en caso de insolvencia de uno se observarán las reglas del
artículo 1.731 (1.751).
+ Podrán cobrarse:
EL SOCIO QUE HUBIESE PAGADO: todo o más que su porción viril en las deudas,
será indemnizado por los otros, proporcionalmente a la repartición de las pérdidas
(1.752).
Se disuelve la sociedad:
* De dos personas: por la muerte de uno, pero no así la de más de dos personas
(1.758).
* Por el transcurso:
+ De la condición estipulada.
445
+ Aún no concluidos los negocios (1.764).
* Por la pérdida:
- Total del capital, o la pérdida parcial que imposibilite conseguir el objeto (1.771).
- De la propiedad o del uso del fundo o de una parte tan principal que no se pueda
llenar sin ella el fin proyectado (1.772).
* Por motivo que tenga su origen en los socios u otra causa externa, como la guerra
(1.774).
+ Y se juzgará tal en relación a terceros por la publicación con aviso a los intere-
sados (1.768).
* La partición con los herederos tiene como base el día de la muerte, sin partici-
pación en los negocios ulteriores que no sean consecuencia de un negocio
entablado antes (1.760), aún si el contrato estipula continuación con los here-
deros, si los herederos y los socios no convienen continuar (1.761).
Si los administradores ignoran la muerte del socio, las operaciones que hicieron
son obligatorias para los herederos (1.763).
446
20.14. Liquidación de la sociedad y partición de los bienes
sociales
20.14.1. La Liquidación de la sociedad
* Civil, por las reglas de las herencias, salvo prescripción contraria (1.788).
+ Según convenio y si no hay para las pérdidas, se repartirán como las ganan-
cias.
* No perderán otra cosa que su industria, si se ha obligado con los otros socios a
dividir las ganancias y pérdidas (1.779).
- Si hay dos o más socios capitalistas con prestaciones iguales, salvo conve-
nio (1.780).
- Si todos son industriales con capitales, siendo o no iguales los aportes (1.785).
- Igual al aporte del socio o socios capitalistas, si han aportado los industria-
les igual o superior capital al de los capitalistas (1.783).
- Mediano entre los capitales de los otros, si éstos tienen aportes desiguales y
que el capital de los industriales fuese igual o superior al menor de los otros
(1.784).
447
SI LOS SOCIOS APORTAN cosas para venderlas:
448
Debe apuntarse -sin embargo- que la diferenciación de la responsabilidad patrimo-
nial entre la sociedad y el socio se diluye en materia de sociedad civil, pues el artículo
1.713 dispone que los acreedores de la sociedad, son el mismo tiempo acreedores de
los socios; en cambio, los deudores de la sociedad no son deudores de los socios
(1.712).
449
Actividad Nº 58
450
20.15. Elementos de la sociedad
Diferencias de régimen:
* La sociedad civil debe constituirse por escritura pública, la comercial basta que
sea por escrito.
451
* En las sociedades civiles regulares en materia de responsabilidad de los socios
no existe solidaridad, salvo pacto en contrario; existiendo solidaridad en las deno-
minadas sociedades comerciales de interés.
Sin perjuicio de ello conviene dejar constancia de que aún las sociedades que tienen
este objetos suelen hoy en día constituirse como sociedades comerciales (S.A., S.R.L.,
etc.) pues el grave sistema de responsabilidad por las obligaciones societarias que es
propio de las sociedades civiles hace que los interesados en llevar a cabo los negocios
que hemos enumerado precedentemente, adopten también las formas de las sociedades
comerciales, especialmente aquéllas en las que se limita la responsabilidad del socio.
* Pluralidad: debe ser celebrado entre dos o más partes (este carácter es impor-
tante puesto que no siempre la nulidad del vínculo jurídico atinente a una de las
partes torna nulo el contrato íntegro).
* Oneroso: los socios deben realizar aportes a los efectos de la formación del
fondo común, lo que hace oneroso el contrato.
* Consensual
452
DIAGRAMA DE CONTENIDO S - UNIDAD XX
DE INMUEBLES
FORMA Y
PRUEBA
DERECHOS Y DONACION
OBLIGACIONES
453
del donante
del donatario
SOCIOS
Quiénes pueden
REVERSIÓN Y hacer donaciones
Quiénes no pueden
REVOCACION COSAS QUE hacer donaciones
PUEDEN
SER DONADAS
NO HAY
en la omisión
Pluralidad en la renuncia
Oneroso en el hecho de dejar
Consensual
Conmutativo
454
UNIDAD XXI
21.1. Donación
Las donaciones:
- Por cada uno de los donatarios, si son hechas a varios separadamente, con
efecto para los aceptantes solos.
- Por uno sólo si son hechas a varios solidarios, pero si la aceptación de los unos
es imposible, se aplican a los aceptantes (1.794).
No hay donación:
* En el hecho de dejar:
455
* En la prestación de un servicio personal gratuito (1.791).
* La muerte:
- Del donante: deja a los herederos del donatario el derecho a aceptarla y obli-
garse.
* Los bienes presentes, con exclusión de los futuros y nulidad para éstos últimos.
21.2. El Donante
* Las donaciones por causa de muerte deben contener la condición de que donata-
rio restituirá los bienes si el donante no falleciere en un término previsto o
sobreviviere al donatario.
21.3. Capacidad
Son capaces de hacer y aceptar donaciones los que pueden contratar, salvo excep-
ciones expresas.
456
21.3.1 No pueden hacer donaciones
* Uno de los esposos a los hijos del otro de diverso matrimonio o a las personas de
que éste sea presunto heredero al tiempo de la donación.
* El marido, sin autorización de la mujer, de los bienes raíces del matrimonio (esta
prohibición ha quedado subsumida en la disposición genérica del artículo 1.277).
* Los padres, de los bienes de sus hijos bajo patria potestad, sin expresa autoriza-
ción judicial.
* Los tutores, de los bienes de sus pupilos, sino para alimentos, pequeñas dádivas
y presentes usuales.
* Los mandatarios, salvo con poder especial, designando los bienes que pueden
donar.
* Los hijos de familia, sin licencia del padre salvo de los bienes que adquieren por
prohibición o industria.
* Los tutores, en nombre de sus pupilos, sin autorización expresa del juez.
Se juzgará la capacidad:
El padre, la madre o ambos juntos pueden donar a sus hijos de cualquier edad y se
presume la donación adelanto de herencia (adelanto de la legítima) salvo estipulación.
457
El donatario ha de existir civil o naturalmente pero puede ser una corporación que
no tenga personería, al efecto de fundarla.
21.4. Forma
21.5. Prueba
- Pueden ser hechas por la simple entrega al donatario (1.815) como contrato y con
tradición efectiva (1.816).
- Son sometidas a toda clase de prueba para establecer que no hubo donación.
458
* Si se ha dado a pobres cosas de poco valor o a un establecimiento de caridad.
Las donaciones mutua o en un mismo acto, son prohibidas entre esposos (1.819-
1820).
* Gratuitas:
Los cargos:
459
- Permiten a los terceros la acción para exigir el cumplimiento, pero no a favor del
donante o sus herederos por cargos a favor de terceros (1.829).
Donaciones inoficiosas:
Son las que exceden lo disponible o que resulten tales del inventario de los bienes
del donante fallecido serán reductibles hasta cubrir la legítima a solicitud de los herede-
ros forzosos que existían al tiempo de la donación (1.831-1.832). Empero, si existieren
descendientes que tuvieren derecho a ejercer la acción, también competerá el derecho
de obtener la reducción a los descendientes nacidos después de la donación.
* Debe:
* Puede pedir el valor de los bienes perecidos por culpa o mora del donante o de
sus herederos.
* No debe pagar las deudas del donante si no hay estipulación aún en la donación
de parte determinada de bienes, con la salvedad de lo dispuesto por el artículo
1.840 para este último caso.
460
Actividad Nº 59
DONACIONES
461
21.9. Reversión de las donaciones
* Antes del donante, tiene lugar antes de la muerte aún sobreviviendo hijos del
donatario.
* De sus hijos o descendientes, principia a favor del donante por la muerte de todos.
* Aún las remuneratorias o con cargos en la parte gratuita, cuando hay mora del
donatario para los cargos y condiciones, a solicitud del donante.
* Por inejecución:
- De las cargas y:
462
+ Si es de inmuebles, con instrumento público expresándolas, anula las enaje-
naciones y gravámenes consentidos por el donatario.
* Los terceros beneficiarios tienen sólo una acción personal contra el donatario
(1.853) y poseedores de lo donado, pueden ofrecer cumplir si las cargas no son
precisas y personales.
* El donatario responde de las cargas con lo donado sólo y no con sus bienes.
21.11. La revocación
* No puede ser pedida por inejecución sino por el donante y sus herederos, sea
que las cargas fueren en interés del donante o de un tercero, o que consistiesen
en prestaciones apreciables en dinero.
- Puede ser pedido por el donante o sus herederos, contra el donatario sólo o
contra sus herederos si la demanda ha sido entablada contra éste.
- Se justifica si el donatario:
463
464
ANEXO
465
466
Locación
Cuestión previa y esencial en todo juicio de desalojo - máxime cuando una de las
causales por las que se pide el desahucio es la falta de pago-, es investigar si las
partes han convenido un verdadero contrato de locación. La falta de precio, elemento
esencial previsto por el art. 1493 C.C., impide la tipificación lisa y llana del contrato de
locación de cosas. Al no haberse convenido el precio del arrendamiento no puede
considerarse como causal de desalojo la falta de pago.
LOCACIÓN. Plazo
1.- Si en el contrato se estableció que el bien locado será utilizado para confitería
bailable, el plazo mínimo de la locación es de tres años, pues no se encuentra
dentro de las excepciones previstas en el art. 2º inc. a),b),c),d) y e) de la ley
23.091.
2.- Debiendo la sentencia definitiva reflejar un contenido único - para todos, aquellos
que actúen en la misma situación procesal las pruebas aportadas por el litis
consorte que se presentó a juicio, forzosamente no pueden ser desconocidas por
el juez por resolver de manera diferente de la situación contumaz por su sola
incomparecencia, ya que se generaría de este modo una desigualdad agravián-
dose al arribarse a conclusiones diferentes partiendo de una misma situación
fáctica.
LOCACIÓN: Interpretación del contrato: buena fe (art. 1198 C.C.). Inquilino que adeuda
aproximadamente tres años de alquiler, adopta una actitud insincera en
el juicio e invoca argumentaciones meramente rituales para permane-
cer en el inmueble.
467
tratado de cumplir sus obligaciones contractuales e invocando argumentaciones mera-
mente formales y rituales (improcedentes, por otra parte), que no alcanzan a ocultar la
iniquidad de la situación. (1)
LOCACIÓN: Prueba del contrato; locatario que alega la realización de un nuevo con-
trato verbal; permanencia del locatario en el inmueble luego del venci-
miento del contrato escrito y recibido de pagos por el locador de alqui-
leres; no importa tácita reconducción (art. 1622 Código Civil).
1) Esta Sala ya tuvo oportunidad de expresar que “El art. 1622 del Cód. no admite la
tácita reconducción, siguiendo en ello al Código de Prusia, pues es muy arbitrario
crear una reconducción (un nuevo contrato por la continuación del arrendamiento
en el uso de la cosa) ya que las más de las veces sucede por una mera condes-
cendencia del locador” (LLAMBIAS ALTERINI: “Cód. Civ. Anot.”, Abelardo-Perrot, t.
III-B, pág. 331, ap. 1), Edic. 1985).
De ello cabe concluir que necesariamente la accionada ante la prohibición legal del
art. 1622 debió acreditar, con todo lo que ello presupone, os extremos de su defensa”
(C. Apel, C.C. Salta, Sala II, 1988, pág. 279) “Estando prohibida la tácita reconducción
en las locaciones es necesaria una manifestación positiva de voluntad del locador para
que se opere la prórroga de una locación de plazo vencido” (Clº C.C. y de Minas,
Mendoza, Rep. L., t. 25, pág. 1002, nº 439).
(1) Referencias.
CONTRATOS. Interpretación: buena fe (art. 1198 C.C.). LOCACION: Inquilino que adeuda...Idem.
Capel C.C. Salta, Sala III 1991-599 (Tuma c/Zirpolo) 7-11-91.
468
SUNCIÓN ADVERSA A QUIEN LA INVOCA” (doc. Jur. Rev. 13 de set. de 1989) (del
voto del Dr. Boschero).
LOCACIÓN: Prueba del contrato: instrumento público certificadas las firmas por
escribano público.
Negar la firma cuando ésta está certificada por Escribano no releva al demandado
de la carga probatoria, porque el propio oficial público da cuenta de que las mismas
fueron insertadas en su presencia, y éste es instrumento público, por lo que la actora
no debía contribuir con ningún otro elemento para generar la credibilidad que son pro-
pias de esa clase de instrumentos.
En un fallo de esta misma Sala en anterior integración (C. Apel. CC. Salta, Sala III,
20-4-81, en Fallos año 1981, pág. 303), parafraseando a Borda se ha dicho que el
inquilino está obligado a indemnizar al propietario de todos los daños sufridos en la
finca que no sea una consecuencia del desgaste natural (BORDA: “Contratos”, Bs. As.,
(2) Referencias: LOCACION: Conclusión; tácita reconducción: inexistencia (art. 1622 Cód. Civil); permanencia
del locatario en el inmueble luego de vencido el contrato; recibo por el locador de alquileres; no importa
tácita reconducción.Capel. CC. Salta, Sala III - Tomo 1991 - fl. 170 - (Zannier-va-Tanjilevich 13-05-91).
(3) Capel CC. Salta, Sala III 1991-326 (Daud c/Split) 12-09-91.
469
Edit. Perrot, 1974, I, pág. 512); el “locatario es responsable de todo daño o deterioro que
se causare por su culpa o por el hecho de las personas de su familia, de sus domésti-
cos, trabajadores, huéspedes y subarrendatarios” (art.. 1561 Cód. Civ.) (Borda: Op.
cit., pág. 572). “Todo daño o deterioro que exista al tiempo de la restitución de la cosa,
se presume originado en la culpa del locatario, siendo de cuenta suya la prueba de que
los deterioros se deben al vicio o defecto de la cosa, o a fuerza mayor o que son de
aquellos que se producen normalmente por el uso correcto de la Cosa” (Borda: op. cit.,
pág. 572).
1) El inquilino demandado reconoce que adeuda los alquileres que detalla pero pre-
texta a favor del incumplimiento el que el locador procedió a cortarle la luz, el agua
y a realizar todo tipo de amenazas.
“Así lo son los realizados por el locatario para proveer de agua al local alquila-
do...” (C. Apel Mar del Plata, Diario de Rev. Jurisp. de Bs. As., T. 16, pág. 417). Citado
por Salas y Trigo Represas, Cód. Civ. Anotado, t. II, Ed. Depalma, pág. 246).
“Entonces sabemos que el dispositivo legal del 1518 otorga al inquilino - ante situa-
ciones de urgencia, tales como la que denuncia el corte de luz y de agua, para retener
el monto a oblar de alquiler siendo imprescindible determinados recaudos porque el
derecho se hace operable para preservar el valor a la tenencia del inquilino; de todos
modos cabe computar - que el derecho al no pago no se integra en la concepción de un
“bill”, sino es una herramienta para posibilitar el goce de la cosa locada.
470
“Por esto “el inquilino tiene derecho a no pagar el precio cuando el locador debida-
mente intimado, omite realizar las reparaciones urgentes, y esta son llevadas a cabo
por aquel” (Cam. Espec. C.C., Salta II, Rep. L.L., 1.975, pág. 1087, nro. 50; C.A esp.
C.C., Salta VI, E.D., t. 85, pág. 580). “Así como a efectuarlas él por cuenta del locador”
(Cam. Espec. C.C., Salta IV, Rep. L.L., 1974, pág. 1009, nro. 51). “O encargarlas a un
tercero a costa del locador, a menos que éste pruebe que estaba dispuesto a realizar-
los, vale decir que no se negó a ejecutarlos” (ST La Pampa - L.L. t., 116, pág. 536).
“Pero el inquilino carece de derecho para negarse a pagar el alquiler como anticipo
de reparaciones futuras” (CAP Letrada, Sala I, L.L., t. 39, pág. 183, C. Esp. C.C., Salta
VI, E.D., t. 85, pág. 580.
“Ni cabe hacerlo si, pese a haber requerido sin existo al locador, no realizó por si
los arreglos” (C. Esp. C.C. Sala V, L.L. 1.977 - C.- 350.
“Cuando el locatario hubiere hecho mejoras que debe pagarlas el locador el derecho
de retención que le otorga el Cód. Civ. se hace efectivo sobre el alquiler en lugar de
serlo sobre la cosa misma, pudiendo el locatario suspender su pago hasta que se
liquide el crédito, para lo cual deberá acompañar los comprobantes que acrediten
que ejecuto los trabajos por cuenta del locador, aplicando para esa finalidad los
alquileres retenidos”. (Salas - Trigo Represas, op. cit. pág. 247). (del voto del Dr.
Boschero).
“No habiendo el demandado aportado la prueba que hiciera a su derecho (lo que
constituía carga suya hacerlo de conformidad al art. 377 C.P.C.C., y por tratarse de
hechos que tendían a impedir la procedencia de la reclamación del actor (Palacio: Der.
Proc. Civil, Bs. As., Abeledo-Perrot, 1.984, IV, pág. 164) y estando debidamente acredi-
tada la falta de pago de los alquileres corresponde acoger la demanda de Desalojo"
(arts. 1507 y c.c. Cód. Civil). (voto del Dr. Loutayf).
471
C. Apel S.III. Olarte vs. Barbery. 8/8/90. Fl. 395.
LOCACIÓN: Fianza: cobro del precio contra el fiador “principal pagador”. Re-
quisitos; posibilidad de demandar directamente al fiador. Necesi-
dad de preparar la vía ejecutiva previamente contra el inquilino en
caso que deba determinarse la deuda. LITISCONSORCIO: no cons-
tituye litisconsorcio necesario que obligue a de mandar al locata-
rio y al fiador.
Siendo que la fiadora se constituyó en “fiadora solidaria, lisa y llana principal paga-
dora, renunciando a los beneficios de división y escisión” resulta de aplicación el art.
2005 del C.C. que establece que en tal caso será deudor solidario y se le aplicarán las
disposiciones sobre los co-deudores solidarios.
C. Apel C.C. Salta, Sala III - tomo 1993 - fl. 590 - (Sabag - vs - Navarro) - 30-7-93.
La Cámara ha sostenido que: “si bien es posible que la autorización para hacer
mejoras se haga en el contrato de locación o posteriormente por separado (art. 1539
inc. 1) y 1541), la misma debe realizarse por escrito si además contiene un compro-
miso de pagarlas el locador (art. 1543, 1542 del C. Civ.)” (BORDA: “Contratos”, Bs. As.,
Edit. Perrot, 1974, pág. 554). Y en el caso de autos a pesar de la negativa de la locadora
sobre la existencia, a pesar que ello era carga de la demandada dado que tal circuns-
tancia constituía el presupuesto de hecho de su defensa (art. 377 CPCC) (C. Apel. CC
Salta, Sala III, Fallos año 1987, pág. 391).
C. Apel. CC. Salta, Sala III - t. 1991 - fl. 170 - (Zannier - vs - Tanjilevich) 13-5-91.
472
Puesto que los demandados no han alegado ni probado cuál era el estado en que se
hallaba el inmueble al momento de la ocupación por ellos y, siendo cosa común que en
materia de contratos de locación que los inmuebles se entreguen en buenas condicio-
nes de uso, corresponde imputarles la responsabilidad por daños constatados en la
finca alquilada ya que por sus características no pueden atribuirse a los deterioros
propios de la cosa ni ser la consecuencia del uso normal que por su destino tienen los
inmuebles (arg. art. 1561 CC.).
CACC. - SALA II - 15/8/89- “MANZUR vs. BRIONES” - Dit. Jud. Norte. F1. 317/218 -
1989-
Se entiende que trátase de una locación de obra, dicha relación, (el actor requirió los
servicios profesionales al demandado para que inicie un juicio por daños y perjuicios
contra terceras personas, sin que conste que el actor haya otorgado poder al abogado
a los fines de que éste actuara en sede judicial), fundada en el hecho de que la modali-
dad común de los servicios que presta el abogado, consiste en asistir jurídicamente a
su patrocinado, considerando en su individualidad y totalidad (no en la suma de actos
respectivos), percibiendo un precio determinado por el trabajo concluido, en atención a
su calidad e importancia, y no al tiempo utilizado en su ejecución con prescindencia,
desde luego, de toda clase de subordinación entre locatario y locador.
Concausación: la hay tanto en el obrar del cliente (no intentar firmar la demanda)
como en el abogado (no confeccionarla que ha motivado el incumplimiento contractual,
pero al haber corresponsabilidad se produce una moderación de dicha responsabilidad
civil.
En autos se da una situación de simple retardo sin mora, en que han incurrido ambas
partes, que no han cumplido con sus obligaciones mutuas, y que no está prevista por el
Cód. Civil. No obstante como debe darse una solución jurídica, se impone considerar
aplicable y por analogía (art. 16 Cód. Civil) la situación prevista por el art. 510 del C.
Civil, en cuanto a falta de colaboración del acreedor (actor) quede a salvo en parte la
responsabilidad del deudor (abogado), porque el cumplimiento específico ha resultado
imposible. Idem art. 1644 Cód. Civil.
473
Por ello la pretensión de indemnizar por daños y perjuicios respecto de la indemniza-
ción total de la “chance” no es procedente, pero sólo es parte.
C. Apel. CC. Sala IV, T., fl. 15/20; 09-02-88 (Benítez c/Macietti - ordinario: daños y
perjuicios - Juzg. 2ª Nom. Orán).
El locador tiene derecho de reclamar daños e intereses al locatario por el uso y goce
la cosa locada, posterior al vencimiento del contrato y al pedido de restitución (CN Esp.
C. y C., en fallo plenario, comentado por CESAR ARIAS; “Normas regulatorias de las
locaciones urbanas. Ley 21.342”, Bs. As., Córdoba, Lerner, 1976, pág. 291). Y la indem-
nización que en concepto de daños y perjuicios debe el locatario que ha permanecido
indebidamente en el inmueble debe ser apreciada sobre la base del valor actual que la
privación de la cosa tiene para el propietario (C2º CC La Plata, Sala I, en ED 83-172). Y
tratándose de un inmueble, el resarcimiento debe consistir, en principio, en el pago del
posible valor locativo que hubiera podido obtener durante el tiempo que duró la
indisponibilidad (CN Esp. C. y C. Sala IV, en ED 82-712, nº 87); pero sin dejar de
analizar las circunstancias particulares de la causa, tanto para la determinación de los
daños y perjuicios como para la determinación del posible valor locativo (CN Esp. C. y
C., Sala V, en ED 82-712, nº 85 y 86) (CP Letrada, Sala I, T. 14, año 1980, pág. 194/196).
474
Conforme ya lo tiene señalado esta Sala (C. Apel. C.C. Salta, Sala III, Fallos año
1986, pág. 67), el hecho que con posterioridad al vencimiento del plazo contractual el
inquilino haya continuado viviendo en el inmueble alquilado y abonando el precio del
alquiler, pone en evidencia que el contrato continuó con todos sus efectos después de
su vencimiento, situación ésta, cuyos efectos no pueden interpretarse como
configurativos de la realización de un nuevo contrato, por no corresponder a la disposi-
ción expresa del art. 1622 del Cód. Civil. Según esta norma, si el locatario permanece
en el uso y goce de la cosa arrendada, no se juzgará que hay tácita reconducción sino
la continuación de la locación concluida y bajo sus mismos términos, hasta que el
locador pida la devolución de la cosa.
C. Apel. CC. Salta, Sala III - Tomo 1986 - fl. 179 - (Toledo -vs- García) - 12-3-86.
De los términos del art. 1622 Cód. C. surge que no se acepta la tácita reconducción,
aunque sí preve la continuación de locación vencido por un lapso que no define puesto
que lo deja librado hasta que la voluntad del locador le ponga término. Es así que la
continuación del locatario por período dado, no es sino la simple condescendencia del
propietario que no hace uso de su derecho.
CACC. Sala I - 4/9/86 - Rocabado Vallejos vs. Vallejos - C.C. 12ª Nom. Fs. 286/87-
1986.
Estando prohibida la tácita reconducción en las locaciones (art. 1622 C.C.) es nece-
saria una manifestación positiva de voluntad del locador para que se opere la prórroga
de una locación de plazo vencido.
475
C. Apel CC Salta, Sala III 1992-8/11 (Medina c/Colorito) 6-02-92.
1) Esta Sala ya tuvo oportunidad de expresar que “El art. 1622 del Cód. Civ. no
admite la tácita reconducción, siguiendo en ello al Código de Prusia, pues es muy
arbitrario crear una reconducción (un nuevo contrato por la continuación del arrenda-
miento en el uso de la cosa) ya que las más de las veces sucede por una mera
condescendencia del locador” (LLAMBIAS-ALTERINI: “Cód. Civ. Anot.”, Abeledo Perrot,
t. III - B, pág. 331, ap. 1), Edic. 1985).
De ello cabe concluir que necesariamente la accionada ante la prohibición legal del
art. 1622 debió acreditar, con todo lo que ello presupone, los extremos de su defensa”
(C. Apel. CC. Salta, Sala III, 1988, pág. 279). “Estando prohibida la tácita reconducción
en las locaciones es necesaria una manifestación positiva de voluntad del locador para
que se opere la prórroga de una locación de plazo vencido” (ClºCC. y de Minas, Mendoza,
Rep. L. L., t. 25, pág. 1002, nº 439).
476
partes han concertado por escrito el contrato original de locación la circunstancia de
no haberse acudido al mismo medio para la presunta prórroga constitutiva una pre-
sunción adversa a quien la invoca” (doc. Jur. Rev. 13 de set. de 1989) (del voto del Dr.
Boschero).
C. Apel. CC. Salta, Sala III - tomo 1993 - fl. 598 - (Sales -vs- López) - 3-8-93.
(4) Referencias: Locación: Prueba del contrato: locatario que alega la realización de un nuevo contrato verbal;
permanewncia del locatario en el inmueble luego del vencimiento del contrato escrito y recibo de pagos por
el locador de alquileres; no importa tácita reconducción (art. 1622/Cód. Civil).
477
De conformidad con el art. 2352 CC., la inserción del tenedor precario dentro del
alcance de la acción de desalojo se refiere al tenedor que ha entrado a ocupar el
inmueble por efecto de la tradición, como consecuencia de un contrato que le acuerda
la tenencia sobre la cosa (art. 2460 CC.).
C. Apel. CC. Salta, Sala III - tomo 1993 - fl. 16 - (Pagani -vs- Romero) - 1-2-93.
C. Apel. CC. Salta, Sala III - Tomo 1993 - fl. 108 - (Alemán -vs- Garbal) - 23-2-93.
El ppio. “iura novit curia” autoriza al juez a calificar la relación sustancial en litis y
determinar la norma jurídica que rige el caso, sin parar mientras que en los contradictores
pudieran haber efectuado un encuadre diverso. Pero les esta vedado a los jueces cam-
biar la acción interpuesta, no pudiendo el juzgador cambiar la causa o el objeto porque
ello importaría una modificación de la demanda, debiendo guardar toda sentencia el
ppio. de confluencia.
Es decir que, si bien la actora no invocó tal causal, la demandada lo introdujo y eso
fue aceptado por la accionante, y no habiéndose alegado ninguna circunstancia que
justificara su derecho a permanecer en la ocupación de la cosa y que obstara a la
procedencia del desalojo, y siendo que la relación jurídica invocada (comodato preca-
rio) obliga a la restitución del inmueble ante el pedido de restitución que se haga en
cualquier momento; rechazar la demanda deducida en tales circunstancias sería incu-
rrir en exagerado ritualismo.
478
C. Apel C.C. Salta, Sala III. “Vásquez c/Serrano”, fs. 514/17 - 25/9/92.
C. Apel. CC. Salta, Sala III - tomo 1993 - fl. 4 - (Dib. Ashur -vs- Arteada) 1-2-93.
C. Apel. CC. Salta, Sala III - tomo 1993 - fl. 16 - (Pagani -vs- Romero) - 1-2-93.
Es inútil exigir la intimación del art. 5 en legal forma si ello resultaría irrelevante
frente a la actitud asumida por el demandado que niega adeudar la suma y se opone a
la entrega del inmueble ya que no vale otorgar excesivo valor a los errores de la
intimación cuando aún se mantiene la voluntad de no pago pudiéndose llegar al abuso
de la simple prevalencia de un recaudo formal sobre la verdad jurídica objetiva.
C. Apel. CC. Salta, Sala III - tomo 1992 - fl. 490 - (Cadar -vs- Hemsy) - 22-9-92.
479
DESALOJO: Notificación de la sentencia.
C. Apel. CC. Salta, Sala III - tomo 1993 - fl. 392 - (Arano -vs- Rangel) - 21-5-93.
El Juzgador, pese a la rebeldía del demandado debe analizar las pretensiones del
demandante con arreglo a los hechos, de acuerdo a las pruebas y aplicando el derecho
sin perjuicio de que en materia probatoria puede partir de la presunción de verosimilitud
acerca de los hechos lícitos afirmados por quien obtiene la declaración.
480
cobrar directamente del Bco. conforme con los certifi-
cados de avance de la obra.
Si la obra se financiaba con dinero suministrado por el Bco. Hipot. Nacional, a falta
de contrato escrito cabe inferir que las partes se remitieron a los términos del mutuo
hipotecario entre el actor y el Bco. ya que el demandado tenía poder para cobrar direc-
tamente del Bco., conforme con los certificados de avance de la obra.
SALA II - CACC - 1986 - Fl. 629 (CAÑAZARES, Hor. vs. GALLI, Manuel - ORD.:
Resc. Cont. y D. y P.) - 26-11-86.
C.A.C.C. SALA V T.V Fl. 1033 (CARI, Esperanzo vs. MEDRANO, Dora - Sum. Indem-
nización de Daños y Perjuicios) 9-10-85.
CACC. - SALA I - 28/11/84 - Benicio vs. Lávaque - C.C. 10ª Nom. - Fs. 368/72-1984.
No es valedero distinguir a los fines probatorios entre la existencia misma del con-
trato y las modalidades y obligaciones nacidas del mismo. La limitación probatoria
establecida en el art. 1197 del C.C., rige para ambos casos. Conforme a una interpreta-
ción armónica de los preceptos contenidos en la ley de fondo sobre esta materia, tal
distinción no es válida, ya que de aceptarla se estaría violando el principio general
contenido en el art. 1193.
C. Apel. CC. Sala IV. tomo IX, fol. 115/17: 10-4-87. cis.
481
LOCACION DE OBRA: 1) Nulidad de la sentencia. 2) Prueba de la existencia del
contrato. 3) Interpretación previa.
CAM. APEL. C.C. - Salta I- 6/3/84 - Ferreyra vs. Club Atlético N.O.B.- Tartagal- 1984
- Fs. 23/25.
El deber de colaboración del locatario o competente surge del carácter bilateral del
contrato de obra, y éste no sólo debe abonar el precio en la forma y plazos convenidos,
sino que también la obligación de hacer lo que de él depende para que el empresario
esté en condiciones de empezar la obra, por lo que cuando se encuentra a su cargo la
provisión de materiales debe proporcionarlos en tiempo oportuno (Art. 1644 CC.). El
deber de cooperación comprende tanto al momento inicial de ejecución de los trabajos,
como todo el período de ejecución de la obra.
CACC. - SALA I.- 1985 - Fs. 56/9—27/3/85- Soria vs. Biñabal - CC. 11a. Nom.
482
La retribución por la dirección técnica y el uso de herramientas son improcedentes,
porque en la forma que ha sido celebrado el contrato, poniendo el empresario los mate-
riales y la obra de mano, se entiende que en el precio fijado, si bien sujeto a reajuste, se
halla incluido el precio de la dirección técnica, es decir, los honorarios profesionales
pertinentes.
CACC. - Sala I- 18.12.82 - Peralta vs. López - Distr. Norte - 1982 - Fs. 353-55.
El incumplimiento a que se refiere el art. 1204, 3er. pfo. del C. Civil, debe referirse a la
omisión de una obligación fundamental del negocio cuya importancia compromete el
equilibrio económico o jurídico, y es por ello que para evitar un ejercicio abusivo y
contrario a la buena fe del pacto comisorio, ha de establecerse que el incumplimiento,
además de estar debidamente probado, debe afectar el contenido esencial del contrato,
dificultando o disminuyendo el exacto cumplimiento de la obligación.
SALA II - CACC- 1986 - Fl. 584 (CLAROS, Flor. vs. AIZAMA, E. - Emb. Prev.) 12-11-
86.
De acuerdo con lo establecido por el art. 1.800 del Código Civil, al donante el corres-
ponde demostrar que existió donación de todos sus bienes, careciendo de medios que
le permitan gozar de la debida subsistencia.
CACC. - SALA II- 31-10-90 “HINOJOSA vs. HINOJOSA” fl. 348/349 - 1990.
DONACIÓN:
Escritura pública exigida “ad solemnitatem” por el art. 1.810. Oferta y aceptación.
Retractación, oportunidad. Nulidad de los actos Jurídicos: Nulidad de la donación de
inmuebles si no existe escritura pública.
483
plida la formalidad no tiene eficacia legal ni constituye un pre contrato en el que las
partes se obligan a celebrar el contrato por escritura pública. Para descartar toda
posibilidad de duda al respecto el propio art. 1810 en su segundo párrafo establece en
su segundo párrafo que en tales casos no regirá lo dispuesto por el art. 1185, siendo la
única excepción admitida por la ley de donaciones al estado que pueden acreditarse y
quedar perfeccionadas como tales con las constancias de las actuaciones administra-
tivas.
“Las donaciones del art. 1810 deben ser aceptadas por el donatario en la misma
escritura, si estuviese ausente por otra escritura de aceptación. Mientras la donación
no sea aceptada no existe sino una promesa que puede retirarse conforme con las
reglas que gobiernan la oferta”.
1) Para la solución del presente asunto debe tenerse en cuenta que el art. 1810 del
Cód. Civil, reformado por ley 17.711, establece en su última parte que “Las donaciones
al Estado podrán acreditarse con las constancias de actuaciones administrativas”; es
decir, esas donaciones no requieren forma notarial, resultando suficientes las actuacio-
nes administrativas para acreditar la donación (SPOTA: “Contratos”, Bs. As., Edicio-
484
nes, Depalma, 1982, vol. VII, pág. 283; 1975, vol. III, pág. 118, f, y pág. 110 a) BORDA:
“Contratos”, Bs. As., Edit. Perrot, 1974, pág. 352/353).
2) Las donaciones al Estado no están incluidas entre aquellas que requieren escritu-
ra pública para su realización o aceptación (art. 1810 y 1811); se pueden acreditar con
las constancias de actuaciones administrativas (art. 1810 in fine), lo que significa que
la aceptación puede acreditar de tal forma; y como no se trata de las donaciones
comprendidas en el art. 1810 del Cód. Civil, pueden ser aceptadas de cualquier forma,
sea expresa o tácita (BORDA: “Contratos”, Bs. As., Edit. Perrot, 1974, II, pág. 353).
Pero aún prescindiendo del desistimiento expreso realizado por el mandatario, debe
tenerse en cuenta también que de conformidad al art. 1793 del Cód. Civil, antes “que la
donación sea aceptada, el donante puede revocarla expresa o tácitamente, vendiendo,
hipotecando, o dando a otro las cosas comprendidas en la donación”; es decir, una de
las formas de revocación se produce “vendiendo” o “dando a otro las cosas comprendi-
das en la donación” se trata de una de las formas indirectas de manifestación de la
voluntad (SPOTA: “Contratos”, 1982, VII, pág., 264, nº 1587).
C. Apel. CC. Salta, Sala III - tomo 1987 - fl. 237 - (Durán -vs- Municipalidad) 13/3/87.
El término de prescripción de la acción por invalidez de la donación del art. 1800 del
C.C. es el establecido en la t. 4023 y no el 4030 que trata la nulidad por violencia, dolo,
intimidación o falsa causa.
SALA II - CACC- 1986-Fl. 535 (Hinojosa, Manuel vs. Hinojosa, Hugo- Med. Prec.
Nulidad de acto Jurídico) 22-10-86.
485
según las pautas de razonabilidad. VOTO EN DISIDENCIA. El in-
cumplimiento del cargo determina la revocación de la donación.
C. Apel. CC. Sala IV, tomo IX, fol. 80/98; 27-3-87. cia.
486
DIAGRAMA DE LA UNIDAD XXII
Cesación
Oculto Mandante Mandatario
Causas
Efectos Obligaciones Capacidad
Obligaciones
Ratificación tácita
Concepto
MANDATO Capacidad
487
Diferencia entre
Representación
y Mandato
Todo acto lícito de adquisición
modificación o extinción de derechos
Caracteres
Objeto
22.1. Mandato
Aunque todo esto sea cierto, comparto plenamente la opinión de Borda, en que quizá
haya alguna exageración en la insistencia con que hoy se destaca la diferencia entre
representación y mandato.
489
22.1.1. Caracteres
* Es un contrato que no lleva a un fin en sí mismo, sino que se celebra como medio
para la realización de acto o contrato.
* Puede ser oneroso o gratuito (en este último caso será unilateral porque nacen
obligaciones sólo para el mandatario).
* A veces debe ser otorgado por escritura pública, pero normalmente es consen-
sual.
Puede ser expreso o tácito. Será tácito cuando resulte de hechos positivos o de
inacción o silencio del mandante (art. 1874).
Puede darse por instrumento público o privado, por cartas o verbalmente; prevé el
art. 1.873. En realidad aquí se está haciendo referencia, no al contrato de mandato sino
al acto de apoderamiento, como acto unilateral por el cual, el mandante apodera, da
poder al mandatario para que lo represente y la forma como puede dar ese poder, es
según lo indicado en esta norma.
Será mandato general si comprende todos los negocios del mandante y especial si
comprende uno o ciertos negocios determinados (1879).
490
a) Necesarias o públicas de establecimientos de utilidad pública o corporaciones
para administrar o liquidar sociedades;
22.1.2. Objeto
b) Uno o más negocios del interés exclusivo del mandante o de un tercero, del inte-
rés conjunto de mandante y mandatario, del interés conjunto de mandante y terce-
491
ro, o del interés conjunto de mandatarios y terceros; pero nunca del interés exclu-
sivo del mandatario.
El mandato no puede ser una representación prohibida por el Código y las leyes,
como los actos de última voluntad o entre vivos prohibidos (art. 1889).
El objeto del mandato debe ser entonces lícito y posible. Si fuere ilícito, imposible o
inmoral, el mandante no tiene acción contra el mandatario por la inejecución; y el
mandatario no tiene acción contra el mandante salvo en el caso de ignorancia motivada
(art.1892).
22.1.3. Capacidad
El mandatario incapaz puede oponer la nulidad del mandato ante el reclamo por
rendición de ventas realizada por el mandante quien carece de acción para reclamar le
la rendición de cuentas, salvo la acción que le compete al mandante sobre lo que se ha
convertido en provecho del mandatario, puesto que de lo contrario habría un enriqueci-
miento sin causa.
492
Actividad Nº 60
MANDATO
493
22.1.4. Obligaciones del mandatario
* Limitarse a sus poderes, sin hacer menos (ni más), según el objeto del mandato;
Puede:
b) Prestar al interés corriente el dinero que está encargado de tomar prestado (a.
1919).
d) Revocar la sustitución y debe vigilarla, las relaciones del mandatario con el susti-
tuido serán las mismas que las del mandante con el mandatario.
494
- Exigir una subrogación judicial de las acciones que nazcan de los actos.
- Ser obligado por los terceros acreedores que ejerciesen los derechos del man-
datario al cumplimiento de los actos (art. 1929).
En el caso de duda sobre el nombre con que contrato, será juzgado según la natura-
leza del negocio o el mandato si trajo una ventaja mayor.
* Origina la nulidad del contrato si la parta con quien convino conoce los poderes
dados (a. 1931).
* Quedará obligado por pérdidas e intereses si dicha parte no los conoce (1.933).
* Será juzgado obligado según los términos del poder y no según los actos (art.
1934).
No puede comprar directa o indirectamente las cosas que tiene para vender, ni
vender de lo suyo al mandante.
Si estuviere autorizado para dar dinero a interés, tomarlo prestado para sí sin autori-
zación.
495
Estas prohibiciones surgen del hecho evidente que en tales casos se encuentran en
colisión los intereses del mandatario con los del mandante, en cuyo caso se estima
que el mandatario daría prioridad a los primeros. No obstante, se entenderá que el
negocio es válido si no hay perjuicio para el mandante, es decir, si se trata de un caso
-por ej.- donde el mandatario actuó dentro de los topes que tenía para hacerlo -como
sería si tenía que vender entre tal y tal precio y al comprar no se excedió de tales
límites.
Tiene una acción directa contra el sustituto si por su culpa fuere responsable de
daños y perjuicios.
La ratificación tácita del mandatario resulta de cualquier hecho que implique acep-
tación, o del silencio del mandante si ha sido avisado de lo hecho.
Esta ratificación tácita equivale allanando con efecto retroactivo al día del acto, sin
perjuicio de los derechos conferidos a terceros antes de la ratificación por el mandante.
Los terceros no pueden oponer el exceso a la inobservancia del mandato una vez
ratificado o si se manifestó el deseo de ratificar.
Los terceros con quienes el mandatario quiere contratar a nombre del mandante
pueden exigir la producción del instrumento de poder, las cartas e instrucciones relati-
vas al mandato, sin tener en cuenta las instrucciones secretas.
El contrato por escritura pública debe observarse como público si los otorgantes son
representantes por procuradores o representantes necesarios.
El contrato por escritura privada de derecho a exigir el original o una copia auténtica
por el contratante.
496
22.1.5. Obligaciones del Mandante
Está considerado como obligado personalmente por todos los actos del mandatario
(lícitos) en los límites del poder.
El mandante debe:
* Indemnizarse de las pérdidas que ha sufrido por sus gestiones sin culpa.
- Los gastos hechos aún con orden si el mandatario tuviere conciencia del mal
resultado;
- Los gastos que han de ser por cuenta el mandatario, según convenio o que pasen
lo determinado.
497
* Origina responsabilidad del mandatario solo si éste fue de mala fe;
Puede:
- Retener los bienes o valores del mandante suficientes para los adelantos, gastos,
retribución o comisión.
El perjuicio sufrido por la ejecución del mandato es solo que no habría sufrido el
mandatario si no hubiese aceptado el mandato.
Si el mandato se resuelve sin culpa del mandatario o por revocación del mandante,
éste debe satisfacer la retribución correspondiente al trabajo hecho; y no puede exigir
devolución de la retribución adelantada.
498
Actividad Nº 61
499
22.1.6. Cesación del Mandato
El mandato cesa:
* Respecto al sustituido, por la cesación de los poderes del mandatario (art. 1962).
* Por la renuncia del mandatario, con aviso al mandante, salvo daño y perjuicio sin
renuncia en tiempo inoportuno o sin causa suficiente, con obligación de continuar
si no hay imposibilidad absoluta hasta que el mandante pueda tomar sus disposi-
ciones.
* Por fallecimiento del mandante si los herederos son incapaces (art. 1981) y si son
capaces y el negocio objeto del contrato no debe continuarse después de la muer-
te; o bien si el negocio comenzado no ofrezca peligro a ser demorado (art. 1980).
Por la revocación de cada uno de los mandantes, si fuesen dos o más, sin dependen-
cia de los otros (art. 1974).
La cesación respecto al mandatario y a los terceros con que contrató hace indispen-
sable que ellos hayan sabido o podido saberlo para extinguir el mandato (art. 1964).
500
Si cesa el mandato, el mandante, herederos o representantes:
El mandante debe estar a las fechas de los actos privados ejecutados, tiene a su
cargo la prueba de las fechas antidatadas.
El mandato:
* Puede ser irrevocable, siempre que sea para negocios especiales, limitado en el
tiempo y en razón del interés legítimo de los contratantes o un tercero, mediante
justa causa podrá revocarse (art. 1977).
La incapacidad del mandante o del mandatario que hace cesar el mandato, tiene
lugar siempre que alguno de ellos pierde total o parcialmente el ejercicio de sus dere-
chos (art. 1984).
501
Es un recuerdo del que las personas pueden valerse para eludir las prohibiciones
que pesan sobre ellas (por ejemplos el tutor respecto a los bienes del pupilo que quiere
comprar) o bien para eludir disposiciones fiscales (se adquiere a nombre de un tercero
para disimular un aumento patrimoniales) o para hacer posible la adquisición que el
propietario no quiere vender al mandante.
Son aplicables las reglas generales sobre simulación: el empleo de testaferro será
lícito o ilícito según que la simulación tenga o no por destino burlar la ley perjudicar a
terceros; en los ejs. anteriores, es ilícita en los dos primeros casos y lícita en el último.
El mandante, también puede accionar contra el tercero por incumplimiento del con-
trato por vía de la acción subrogatoria.
b) El mandatario tiene acción contra el mandante para obligarlo a que lo libere de las
obligaciones contraídas por él (art. 1951) y para que cumpla las obligaciones
derivadas del mandato representativo; y contra el mandatario y (probado el man-
dato oculto) contra el mandante.
502
Actividad Nº 62
503
504
DIAGRAMA DE UNIDAD XXIII
Clases Forma y
Efectos Nulidad de la
Prueba
Obligación
Principal
Entre fiador y acreeedor Convencional
Entre deudor y fiador Legal
Entre cofiadores Civil
Comercial
Extinción Prestaciones
que pueden
afianzarse
Causas
Obligaciones de dar
505
suma de dinero
FIANZA Obligaciones de entregar
cosas ciertas o inciertas
Obligaciones de hacer
Concepto o no hacer
23.1. Fianza
De donde surge que la fianza es un contrato, pues exige acuerdo de voluntades entre
el fiador y el acreedor, cuyo crédito es garantizado. No se requiere, en cambio, el
consentimiento del deudor afianzado, aunque él es -por lo común- el principal interesa-
do en la fianza, ya que sin ella la otra parte no se avendrá a contratar, y no interesa su
consentimiento ni su misma oposición, porque la relación obligatoria se establece entre
fiador y acreedor.
Según los dicho, el art. 1986 exige para la fianza consentimiento del fiador y el
acreedor, pero a continuación el art. 1987 agrega que también puede constituirse la
fianza como acto unilateral, antes de que sea aceptada por el acreedor. Esta aparente
contradicción -criticada por gran parte de la doctrina- es explicada por Acuña Anzorena
recurriendo a la fuente que es Freitas quien, luego de definir a la fianza contractual (art.
3285 del Esboco), agrega en el artículo siguiente que habrá fianza unilateral antes de
su aceptación por el acreedor, cuando fuere “legal o judicial”.
23.1.2. Caracteres
507
* Es accesorio, pues supone la existencia de una obligación principal, a la cual está
subordinada la del fiador;
* Genera una obligación subsidiaria que sólo puede hacerse efectiva cuando se ha
hecho infructuosamente excusión de los bienes del deudor principal, salvo que el
fiador haya renunciado a este beneficio (no confundir este carácter con el anterior
puesto que la accesoriedad se da siempre aún cuando se haya obligado solidaria-
mente con el deudor principal, en cuyo no tiene el beneficio de excusión por lo
que su obligación dejará de ser subsidiaria);
Capacidad: Según el art. 2.011 tienen capacidad para obligarse como fiadores todos
los que son capaces para contratar empréstitos. La crítica principal que se le hace es
que no hay en el código ninguna norma que hable de la capacidad para contratar em-
préstitos, por lo que la remisión resulta innecesaria e inútil. Además, no es cierto que
todos los que pueden contratar empréstitos pueden ser fiadores, ya que los menores,
sean o no emancipados y los administradores de las corporaciones pueden contratar
empréstitos pero no ser fiadores.
508
Como principio general hay que señalar que para otorgar fianzas basta la capacidad
para contratar, sujeto a las excepciones contenidas en el art. 2.011 según el cual, no
pueden ser fiadores:
f) Los que profesan ordenes religiosas, a no ser por sus iglesias, por otros clérigos
o por personas desvalidas.
Según Borda esta enumeración resulta innecesaria puesto que hubiera bastado con
sentar el principio general de que no pueden prestar fianzas quienes no pueden hacer
donaciones.
Uno de los cónyuges puede ser fiador de las obligaciones contraídas por el otro,
porque el contrato de fianza se concreta entre el cónyuge y el tercer acreedor.
23.1.4. Objeto
En principio todas las obligaciones pueden ser afianzadas sean civiles o naturales,
accesorias o principales, deriven de un contrato, de la ley o de un hecho ilícito, cual-
quiera sea el acreedor y deudor y aunque el acreedor sea persona incierta. No interesa
que la deuda sea de valor determinado indeterminado, líquido o ilíquido, inmediatamen-
te exigible o a plazo, o condicional, finalmente tampoco importa la forma del acto princi-
pal. Esta regla amplia requiere de precisiones:
509
a) Obligaciones futuras: la fianza puede ser otorgada en garantía de una obligación
futura (art. 1988) y en ese caso, el fiador puede comprometerse hasta una cierta
cantidad o ilimitadamente por el total de la obligación que eventualmente resulte,
cualquiera sea su monto. Pero si bien el crédito futuro puede ser incierto y de
cantidad indeterminada, la fianza debe tener siempre un objeto determinado, debe
constar claramente cuál es la obligación que se garantiza (art. 1989).
La fianza no puede tener por objeto una prestación diferente de la que forma la
materia de la obligación principal (art. 1991) (así: por ej., si el deudor se obligó a pagar
una suma de dinero, no puede el garante comprometerse a entregar una cosa cierta en
caso de incumplimiento del deudor, en tal caso habrá un contrato innominado pero no
una fianza. Sin embargo, cuando la obligación principal consistiere en entregar cosas
ciertas o en hechos del deudor, la obligación del fiador se limitará a satisfacer los
daños y perjuicios que deriven de la inejecución de la obligación (art. 1992); lo que no
implica contradicción con el principio sentado por el art. 1191 sino que se compromete
a pagar los mismos daños y perjuicios que debe el deudor para caso de incumplimien-
to).
Como la fianza exige el sustento de una obligación principal válida, si éste carece de
validez la fianza también.
510
Se reputará nula si la obligación principal es inexistente o está extinguida o el contra-
to del que deriva es nulo, o ha sido ya anulado. Será anulable si la obligación principal
deriva de un acto anulable (aplicación del principio de accesoriedad).
Según el art. 2.006 la fianza puede contratarse en cualquier forma: verbalmente, por
escritura pública o privada, pero si fuere negada en juicio sólo podrá ser probada por
escrito.
La fianza es solidaria (el principio es que es simple salvo los supuestos que enuncia
el art. 2003).
511
Fianza legal y judicial: no se trata de dos categorías diferentes, una impuesta por la
ley u otra por los jueces, (éstos no podrían imponerla sino fundados en la ley) se trata
-en realidad- de denominaciones distintas de una misma cosa.
Es el caso, por ej. de la contracautela o sea, la garantía (que puede ser real o
personal) que exigen los jueces para hacer lugar a medidas precautorias como embar-
go, inhibición, etc. El fiador es siempre voluntario, la ley no exige jamás que alguien
preste su propia fianza contra su voluntad, la exigencia se refiere al deudor a quien le
impone el ofrecimiento de un fiador que se presta voluntariamente a servir de garantía
y cuya aceptación corresponde al juez, no al acreedor.
Si la fianza es legal o judicial el fiador debe estar domiciliado en el lugar del cumpli-
miento de la obligación principal, (art. 1998) debe tener bienes raíces conocidos o
gozar de un crédito indisputable de fortuna.
Fianza civil y comercial: la fianza será civil o comercial según sea la obligación
principal (art. 478 C. Com.). Es una aplicación al principio de que lo accesorio tiene la
naturaleza jurídica de lo principal.
512
Actividad Nº 63
FIANZA
513
23.1.9. Efectos de la fianza
El fiador:
* No puede:
- Ser compelido a pagar sin excusión de todos los bienes del deudor.
- Si los bienes del deudor estuvieran fuera de la jurisdicción del juez, estuvieran
embargados por otro acreedor o sometidos a otro juicio.
* Aún reconvenido:
* Del fiador goza de la excusión tanto contra el fiador como contra el deudor princi-
pal (art. 2019).
* Solidario con el deudor, puede oponer todas la excepciones propias y las que
puede oponer el deudor en la fianza simple, salvo su incapacidad (art. 2020).
514
* Puede oponer en su nombre personal:
El fiador:
515
* Quien paga:
- Antes del vencimiento, no puede cobrar la deuda sino después del plazo.
- Sin dar conocimiento al deudor, es impugnable por él con todas las excepcio-
nes válidas contra el acreedor.
* Si no opusiese todas las excepciones que las personas que conoció a favor del
deudor (art. 2034).
* Sin ser demandado y sin avisar al deudor, no puede repetir lo pagado, si el deudor
probare que, al tiempo del pago, tenía excepciones para extinguir la deuda (art.
2035).
* La deuda: queda subrogada en las acciones del acreedor contra los otros para
cobrar la parte que a cada uno corresponde.
- Pero no con la que fuesen meramente personales a éste (art. 2039) o al fiador
que paga contra el acreedor (art. 2040).
516
El subfiador, en caso de insolvencia de un fiador, queda responsable a los otros
cofiadores como lo estaba el fiador (art. 2041).
La fianza se extingue:
* Por la extinción de la obligación principal y por las mismas causas que para las
obligaciones principales y accesorias;
* Por la prórroga de plazo acordada por el acreedor sin consentimiento del fiador
(art. 2047).
* Por la renuncia gratuita u onerosa del acreedor a favor del deudor principal, si la
renuncia no está hecha en acuerdo de acreedores con rescisión de la deuda y aún
sin reserva expresa de los acreedores (art. 2049).
* Por aceptar en pago, el acreedor otra cosa que lo debido, aunque lo pierda por
evicción ulterior (art. 2050).
517
Actividad Nº 64
518
DIAGRAMA DE CONTENIDOS DE UNIDAD XXIV
519
Renta Renta
Vitalicia Vitalicia
Juego
Apuesta Contrato oneroso
- oneroso
Caracteres - bilateral
- aleatorio
- de tracto sucesivo
520
UNIDAD XXIV
No son aleatorios si son deudas contraídas para procurar los medios de jugar o
apostar.
Hay juego cuando dos o más personas se obligan a pagar al que gane (ganante)
dinero o cosa determinada (art. 2052).
Hay apuesta cuando personas de opinión contraria sobre una cosa, convienen
en que la persona cuya opinión prevalece recibirá dinero u otra cosa (art. 2053).
Otros encuentran la distinción en el motivo que inspira a las partes; la apuesta tiende
a robustecer una afirmación, el juego tiene por objeto una distracción o una ganancia.
521
Por ello, la definición será común señalando que habrá apuestas o juego cuando una
de las partes promete a otra una prestación si las circunstancias aleatorias que inter-
vienen no le son favorables (Borda).
a) Algún tipo de apuestas (las que derivan de los juegos tutelados) originan obliga-
ciones similares a las nacidas de cualquier otro contrato, el vencedor puede de-
mandar judicialmente el pago de la apuesta;
c) La ley guarda cierta severidad con los juegos de azar (lotería, ruleta, etc.) decla-
rando punibles a los dueños y empleados de casas de juego. Pero el Estado
explota él mismo el juego abriendo casinos.
El tercero que hizo adelantos a los jugadores puede demandar al jugador, aún si
pierde, salvo si el prestamista participa en el riesgo.
El tercero que paga sin mandato una deuda de juego o apuesta no tiene acción
contra el deudor (art. 2062).
El tercero que ha recibido mandato de jugar por cuenta del mandante no puede exigir
el reembolso.
Los representantes del jugador incapaz de efectuar pago válido, pueden repetir lo
pagado de los ganantes y de los dueños de casas de juego solidariamente (art. 2067).
La suerte para dividir cosas comunes o terminar cuestiones no es juego (art. 2068)
pero es contrato aleatorio si a ella se recurre como apuesta o juego (art. 2054).
522
24.2. Renta vitalicia
a) Entrega de un capital por el deudor de la renta al acreedor (art. 2070) sea dinero,
bienes muebles o inmuebles. Se entrega en propiedad de modo que hay una trans-
ferencia de dominio en favor del deudor de la renta.
En su versión típica la renta está referida a la vida del beneficiario, pero puede
estarlo también a la vida del deudor y aún a la de un tercero.
Aún cuando el art. 2070 habla de renta anual es lícito pactar una renta mensual,
trimestral, etc.
24.2.2. Caracteres
* Oneroso
* Bilateral
* Aleatorio
* De tracto sucesivo real formal (requiere escritura pública)
523
que el contrato de renta vitalicia no se vincula al estado de fortuna del acreedor de
la renta.
c) Con la donación con cargo: una es una liberalidad mientras que la otra es un
acto oneroso.
24.2.4. Capacidad
Si el capital consistiese es una suma de dinero, el que la entrega debe tener capaci-
dad para prestar dinero y el que se obliga a la renta, debe tener capacidad para contra-
tar préstamos. Si fueran bienes, el que la entrega debe tener capacidad para vender y
el que la recibe y promete la renta, capacidad para comprar.
Renta constituida en favor de un tercero: las relaciones entre la parte que entregó
el capital y el beneficiario, se rigen por las normas de los actos gratuitos, pero las
relaciones entre el constituyente y el deudor de la renta, tienen el carácter de contrato
oneroso, por lo que el acto no está sujeto a las formalidades extrínsecas de las
donaciones.
El tercero beneficiario puede ser incapaz, puede ser que el tercero beneficiario no
pueda recibir liberalidades del constituyente de la renta (como ocurre entre cónyuges)
no por ello, el contrato es nulo, ni puede negarse el deudor a pagar la renta, sino que
debe hacerlo a favor del que la constituyó o sus herederos, hasta el momento prescripto
en el contrato para su extinción. Igual solución cabe cuando el beneficiario se niega a
aceptar la renta.
Puede ser que el contrato de renta designe varios beneficiarios; salvo estipulación
en contrario debe entenderse que son simultáneos y no sucesivos. Si la renta se
constituye sucesivamente, el segundo beneficiario la recibirá al fallecimiento del prime-
ro, el tercero a la muerte del segundo, y así sucesivamente, según el orden designado
en el contrato.
524
En el supuesto que los beneficiarios sean simultáneos, la renta se divide entre ellos
por partes iguales, si el contrato no estableciera otra proporción.
Es de ningún efecto, el contrato, cuando la persona cuya vida sirvió de base para
fijar la duración del contrato, no existía al día de su formación (art. 2078).
Asimismo, es nula la renta vitalicia cuando la persona cuya vida ha sido la base del
contrato, estaba atacada en el momento de su otorgamiento de una enfermedad de la
que falleciere dentro de los 30 días siguientes, aunque las partes hayan tenido conoci-
miento de la enfermedad (art. 2.078).
La fijación de la renta es libre, sin perjuicio de lo cual, si fuere claro que bajo la
apariencia de renta vitalicia se esconde un préstamo usuario, los tribunales pueden
declarar simulado el contrato y aplicar las reglas relativas al mutuo.
La renta se adquiere por días de vida de la cabeza indicada y cesa por muerte, y
queda adquirido el pago adelantado íntegro si ha sido estipulado (art. 2081).
Contrato gratuito de renta vitalicia: le son aplicables por analogía las reglas rela-
tivas a la renta onerosa, al no estar reglamentado en el Código el contrato gratuito de
renta vitalicia.
525
Capacidad: necesita el deudor de este contrato la capacidad para donar y el acree-
dor la capacidad para recibir donaciones.
No juegan tampoco las garantías ofrecidas, puesto que difícilmente el autor de una
liberalidad prometa garantías de cumplimiento de su promesa a más, de que en todo
caso carecería de sentido reconocer el acreedor el derecho a demandar la resolución
del contrato, derecho de cuyo ejercicio sería él el único perjudicado.
Esta renta queda sometida a las acciones de reducción y colación por tratarse de
una liberalidad.
526
Actividad Nº 65
527
528
DIAGRAMA DE CONTENIDOS DE UNIDAD XXV
Consentimiento
Concepto
Capacidad
DEPOSITO
529
Requisitos
Promesa de
Depósito Clases
Gratuito
Unilateral
Real Promesa de Comodato Promesa de Voluntario o forzoso
Acto de confianza Mutuo Regular o irregular
Depósito Depósito
No convencional
530
UNIDAD XXV
25.1. Depósito
Hay muchos contratos donde se obliga a una de las partes a aguardar y conservar la
cosa de otro, pero en todos esos casos, la obligación de guarda es accesoria de otra
principal. En el contrato de depósito la finalidad esencial es precisamente la guarda de
la cosa, habrá -por lo tanto- depósito cuando:
Una de las partes entrega a otra una cosa con la sola finalidad
de custodiarla hasta que aquella la reclame.
Las cosas objeto del depósito puede ser mueble o inmueble. Dice el art. 2182 que el
depósito tiene lugar cuando hay una obligación de guardar y restituir idéntica cosa
mueble o inmueble.
a) Es en principio gratuito, pero puede ser oneroso si las partes así lo convienen.
La no muy clara redacción del art. 2183 al decir: “una remuneración espontánea-
mente ofrecida por el depositante al depositario o la concesión a éste del uso de la
cosa al celebrar el contrato, o después de celebrado, no quita el depósito el carác-
ter de gratuito”, debe interpretarse en el sentido de destacar que el depósito es
por naturaleza gratuito y que las obligaciones del depositario no varían (aún cuan-
do ello no sea del todo exacto) porque se le haya prometido alguna remuneración.
531
de la cosa que le va a guardar. De todos modos, el depósito tiene, principalmente,
en mora, el interés del depositante y el comodato tiene en mira el interés del
comodatario. El comodato es necesariamente gratuito, el depósito puede ser one-
roso. El depositario puede ser obligado a devolver la cosa en cualquier momento,
en el comodato se debe esperar el tiempo acordado en el contrato, salvo que el
comodante funde su necesidad de reintegro en una causa urgente e imprevista.
Siendo el depósito un contrato real (art. 2180) que se perfecciona sólo con la entrega
de la cosa y atento que nada impide a las partes que se prometan la entrega de una
cosa en depósito, por cuanto juega aquí la voluntad de las partes, plenamente autóno-
ma para obligarse en término lícito; formalizada una promesa de depósito ésta será
válida pero en caso de incumplimiento la única acción que hay es por daños y perjui-
cios.
* Voluntario o forzoso: según que resulte del libre acuerdo de las partes o como
consecuencia de algún desastre como incendio, saqueo, etc.
532
su forma típica el depositario no puede usar la cosa, la circunstancia de que el
depositante se lo permita, no altera el carácter regular del depósito.
Son los depósitos judiciales, los constituidos por disposición de última voluntad, los
de masas de bienes de los concursos y quiebras, los bancarios (art. 2185) a los que
las reglas sobre el depósito se les aplica sólo en forma subsidiaria.
Capacidad: Tanto depositante como depositario deben tener capacidad para contra-
tar.
No se requiere que el depositante sea dueño de la cosa, puede depositar toda perso-
na que tenga interés en el cuidado de la cosa (mandatario, transportador, empresario
de obra, etc.).
Según el art. 2193 si una persona capaz acepta el depósito hecho por otra incapaz,
el depósito es plenamente válido respecto al depositario capaz, quien no puede preten-
der la nulidad del contrato.
533
El representante del depositante incapaz, o este mismo si deviene capaz, tiene la
siguiente opción:
25.1.6. Consentimiento
Tiene el código una disposición específica relativa al error al señalar en su art. 2184
que el error sobre la identidad de los contratantes o sobre la sustancia, calidad o
cantidad de la cosa recibida no invalida el contrato.
Prefirió Vélez la solución práctica pues dispone en el 2º apartado de ese artículo que
el depositario que ha padecido error en la persona del depositante o que advierte que la
cosa es peligrosa, puede restituir inmediatamente el depósito.
Esta disposición no tiene referencia alguna respecto al error del depositante puesto
que éste tiene siempre el derecho a pedir la restitución de la cosa.
534
Actividad Nº 66
- Sus caracteres:
- Clases:
- Requisitos:
535
25.1.7. Prueba
Según el art. 2201 el contrato de depósito no puede ser probado por testigos a
menos que el valor de la cosa depositada, no exceda de doscientos pesos (la reforma
del 68 que modificó elevando a 10.000 el monto del art. 1191, no alteró esta disposi-
ción). En el caso del depósito no juega pues el principio general del art. 1191 según el
cual, ejecutado el contrato, puede admitirse la prueba de testigos cualquiera sea el
valor de la prestación. Si se aplicara al depósito, una vez entregado, podría probarse
por testigos, pero el art. 2201 ha seguido un sistema más severo destinado a evitar
reclamaciones en casos de supuestos depósitos, intentados sobre la base de testigos
complacientes o dudosos.
* Guardar la cosa con el mismo cuidado que si fuese suya (art. 2202) y efectuar los
gastos urgentes, so pena de pérdida e intereses (art. 2204).
* Restituir la cosa:
536
- En el lugar del depósito o en el lugar indicado con gastos de transporte a cargo
del depositante (art. 2216).
* Informar al dueño si descubre que la cosa ha sido hurtada (art. 2215) y si éste no
la reclama, devolverla al depositante.
No debe:
- Abrir la caja cerrada o bulto sin autorización (art. 2205) o si no hay presunción
de esa, por la posesión de la llave, salvo si debe hacerlo para cumplir (art.
2206).
* No puede:
Los herederos del depositario que hubiesen vendido la cosa de buena fe no deben
otra cosa que el precio (art. 2212).
El depositante puede exigir la restitución, aún antes del término fijado (art. 2217).
El depositario irregular:
* Debe pagar en todo y no por parte la cantidad depositada u otro tanto de las
mismas cosas, como especie (art. 2220).
* Pagar los intereses desde el día del depósito, si hubo prohibición de uso y mora de
su parte (art. 2222).
537
* Puede retener la cosa por una cantidad concurrente debida por depósito pero no
puede sufrir el embargo por un cesionario del depositante (art. 2223).
Cesa el depósito:
No cesa el depósito voluntario: por fallecimiento de una u otra parte (art. 2225).
El depósito necesario:
* Puede ser:
- Probado por toda clase de prueba (art. 2238) y es asimilable al voluntario para
lo no previsto (art. 2239).
538
* A pesar de todo aviso contrario (art. 2232) obliga a reparar todo perjuicio, aún
causado por culpa de los dependientes o de las personas alojadas.
* No se produce:
- Cuando hay fuerza mayor, como ladrones con armas y escalamiento (art. 2237)
o culpa del reclamante (art. 2238).
- Cuando hay culpa o hurto de las familias o visitantes de los alojados (art. 2233).
- Contra los administradores de fondos, cafés, baños, etc. para los viajeros que
no se alojan (art. 2233).
- Que pudiendo vivir en los pueblos, alquilan piezas en las posadas (art. 2236);
El hotelero responde por sus propios actos, los de sus dependientes y los de terceros.
De conformidad con el art. 223 (aplicable al caso por disposición del art. 2239), el
pasadero u hotelero tenía derecho de retención sobre todos los efectos introducidos en
el hotel hasta ser pagado su crédito. Pero la ley 12.296 art. 1º introdujo una limitación al
disponer que no puede hacerse recaer el derecho de retención sobre bienes de indis-
pensable uso y los instrumentos necesarios para su profesión, arte u oficio, pero sub-
siste el derecho de retención sobre dinero, joyas, valores, etc. e igualmente, sobre ropa
si por su cantidad y calidad reviste el carácter suntuario, aún la ropa corriente si por su
cantidad, excede de las necesidades normales y razonables del deudor.
539
Actividad Nº 67
540
DIAGRAMA DE CONTENIDOS DE UNIDAD XXVI
Concepto
Préstamo con
Caracteres del Intereses
Contrato
Unilateral
Gratuito u oneroso
Real
MUTUO O
PRESTAMO
541
DE CONSUMO Obligaciones
Del mutuante o
Comparación con prestamista
otros contratos Del mutuario
Forma y Prueba
Comodato
Locación
Sociedad
Compraventa
Préstamos civil
o comercial
542
UNIDAD XXVI
El art. 2241 agrega que la cosa objeto de este contrato debe ser consumible o
fungible aunque no sea consumible.
Esta es la médula del contrato, todo préstamo se presume de uso, sólo que en el uso
de las cosas consumibles se produce su perecimiento, por lo que el mutuario no puede
cumplir con su obligación de restitución más que con igual cantidad de cosas de igual
calidad.
543
promesa de liberalidad). La promesa de préstamo oneroso no da acción para exigir el
cumplimiento, sino solamente para reclamar daños y perjuicios (legislaciones más
modernas dan a la promesa de mutuo los efectos propios de los contratos y particular-
mente, la de reclamar su cumplimiento).
544
26.1.3. Forma y prueba
Respecto a la prueba, el art. 2246 dispone que el mutuo no podrá probarse sino por
instrumento público o privado de fecha cierta, si el empréstito pasa del valor de diez mil
pesos. Obviamente, esta disposición es de aplicación, respecto de terceros pero no
entre las partes (art. 1193).
La confesión del demandado de que recibió el dinero no prueba el mutuo si alega que
lo recibió por otra causa, corresponde al actor, la prueba de que se trata de un mutuo,
en cuyo caso puede valerse de cualquier medio de prueba.
El mutuante responde por los vicios ocultos de la cosa y por su mala calidad (art.
2247).
545
Si el contrato no tiene plazo de restitución el plazo es indeterminado y el mutuante
puede demandar en cualquier momento la restitución.
546
Actividad Nº 68
MUTUO
547
548
DIAGRAMA DE CONTENIDOS DE UNIDAD XXVII
Concepto Cesación
Obligaciones
Caracteres Causas
Del Comodatario
Real Del Comodante
Gratuito
Intuito personae
Unilateral
549
Bilateral imperfecto COMODATO
Forma y
Prueba
Promesa de
contrato de
comodato
Capacidad
Diferencia con
el usufructo
550
UNIDAD XXVII
27.1. Comodato
c) INTUITO PERSONAE
551
testamento, por disposición de última voluntad o por prescripción, en tanto que el co-
modato sólo se constituye por contrato.
27.1.4. Capacidad
Los tutores y curadores no pueden prestar los bienes de sus pupilos (art. 2262)
debiendo entenderse la prohibición para préstamos de cosas importantes, pero los que
solo impliquen pequeños servicios usuales permitidos.
552
El art. 2259 agrega una excepción al principio de que el incapaz puede alegar la
nulidad del contrato al disponer que carece de este derecho. El incapaz no menor
impúber que hubiera inducido con dolo a la otra parte a contratar, en tal caso, estará
obligado a respetar el contrato, salvo el derecho de la otra parte a demandar la nulidad
por dolo y a reclamar la devolución de la cosa prestada (evidentemente se refiere esta
norma a los adultos incapaces de derecho).
El comodato debe tener un objeto lícito, según el art. 2261 está prohibido prestar
cualquier cosa para un uso contrario a las leyes o buenas costumbres o prestar cosas
que están fuera del comercio por nocivas al bien público.
El art. 2263 admite todo medio de prueba aunque exceda de la tasa legal de 10.000
pesos, ya que tratándose de un contrato real en que la cosa se supone entregada al
celebrarlo, juegan los principios generales del art. 1192, según el cual se admite todo
medio de prueba cuando una de las partes hubieses recibido alguna prestación.
Según el art. 2264 son aplicables al comodato las disposiciones sobre la prueba en
la locación, disposición que carece de sentido en tanto no hay disposiciones relativas a
la prueba de la locación.
El comodatario:
* Debe:
553
* Es sometido a la solidaridad si varios han contrato conjuntamente (art. 2281).
* No responde:
- De los casos fortuitos y fuerza mayor si cumplió sin culpa y sin mora con la
restitución, si no ha dejado de salvar la cosa empleando en ello una cosa suya
(art. 2269).
- Pérdida por su culpa o la de sus agentes, debe pagar por ella el valor;
- Destruida por su culpa o disipada será imputado por abuso de confianza antes
o después de la acción civil (art. 2274);
* No puede:
- Retener la cosa, aún por expensas (art. 2278) o repetir los gastos hechos para
aprovechar el uso (art. 2282).
* Quien sabe que la cosa es robada y que no avisa al dueño en un plazo razonable,
responde de los daños y el dueño no puede exigir la devolución sin autorización
del comodante o del juez (art. 2279).
* Que hubiere pagado una cosa perdida y que la recuperarse después, el comodatario
no puede obligar al comodante a recibirla con devolución del precio (pero el
comodante puede exigir la restitución contra devolución del precio (art. 2275).
* De mala fe: deben pagar el valor de la cosa más el perjuicio, aparte de la acción
criminal (art. 2273).
554
27.1.7. Obligaciones del comodante
El comodante:
* Debe:
- Responder del daño si, de mala fe, no ha indicado los vicios ocultos (art. 2286).
- Antes del plazo si precisa la cosa por imprevista y urgente necesidad (art.
2284).
El comodato cesa:
555
Actividad Nº 69
556
DIAGRAMA DE CONTENIDOS DE UNIDAD XXVIII
Concepto
557
COMODATO
Obligaciones
Gestión de
Negocios Del gestor
Del dueño del
negocio
Capacidad
Requisitos
558
UNIDAD XXVIII
Los romanos observaron que algunas obligaciones legales tenían alguna similitud
con otras contractuales expresando tal afinidad diciendo, que eran como derivadas del
contrato, pero no hubo una categoría reconocida de obligaciones cuasicontractuales
hasta que en las Instituciones Justineanas se menciona como fuente de las obligacio-
nes: contratos, cuasicontratos, delitos y cuasidelitos y se ejemplifican los cuasicontratos
con la gestión de negocios el empleo útil, el pago de lo indebido.
Los modernos autores se inclinan por la idea de que los llamados “cuasicontratos”
en realidad, son obligaciones ex lege o bien actos de voluntad unilateral.
Se advierte una analogía notoria entre gestión de negocios y mandatos pero en uno
hay orden del dueño de realizarla y en el otro no.
En otros casos la distinción aparece muy difícil y hasta sutil, por ej. en el caso de
mandato tácito.
La gestión de negocios típica es la que se lleva a cabo sin conocimiento del dueño,
pero por disposición del art. 2288 es perfectamente posible que éste la conozca sin que
por ello pierda su carácter. Por otro lado, el mandato tácito consiste en dejar obrar a
quien está realizando algo no a nombre del dueño (art. 1874).
559
documentadas por no ser necesario hacerlo, la ley tiene como prueba suficiente de que
el mandatario obra por orden del mandante, el silencio guardado por éste ante los actos
ostensibles de la gestión del mandatario.
Pero la distinción práctica es muy sutil porque ante una persona que está obrando
por otra con conocimiento de ésta ¿qué criterio debe seguirse para saber si es gestión
mandato tácito? Las soluciones propuestas son diversas:
b) Hay mandato tácito cuando el gestor ha obrado en nombre de otro, y habrá gestión
cuando se ha obrado para otro pero sin invocar su nombre (Acuña Anzorena) (la
crítica es lógica puesto que tanto en el mandato tácito como en la gestión de
negocios, se puede obrar a nombre propio o invocando el del dueño del negocio).
c) El criterio de distinción está dado por el art. 1874 según el cual habrá mandato
tácito cuando el dueño del negocio, pudiendo impedir lo que otro está haciendo por
él, guarda silencio; si lo sabe pero no puede impedirlo habrá gestión (caso de los
incapaces, los ausentes) (Borda).
Agreguemos a esto que el mandato tiene que tener por objeto la realización de actos
jurídicos mientras que la gestión puede referirse a actos puramente materiales.
a) Que no haya mandato ni se trate del ejercicio de una representación legal; ello
porque la gestión debe ser espontánea;
d) Que no haya oposición del dueño del negocio (art. 2303) oposición que es ineficaz
cuando el gestor tiene un interés legítimo en la gestión (art. 2303) o cuando sin la
realización del negocio no habría podido cumplirse oportunamente un deber im-
puesto al dueño por razones de interés público;
e) Que la gestión haya sido útil (arts. 2977 y s.s.), la utilidad se juzga al momento de
la iniciación de la gestión (art. 2301) no interesando que el beneficio persista al
momento de concluirla (art. 2297) (aquí surge la diferencia con el enriquecimiento
560
sin causa donde la medida de la última etapa dada por el beneficio experimentado
por el dueño);
g) Que no se trate de un acto personalísimo porque en tal caso nadie puede sustituirse
legítimamente al propio interesado;
h) La gestión no debe ser hecha con ánimo liberal (art. 2289 in fine) aún cuando debe
precisarse que en realidad toda gestión supone un ánimo liberal en la medida que
no tiene derecho a retribución (art. 2300) pero no se aplican estas reglas cuando
el gestor tuvo intención de beneficiar al dueño inclusive en lo que respecta a los
gastos que se propone no cobrarle;
Las obligaciones del gestor surgen de su propio acto voluntario y las del dueño son
impuestas por la ley, a quien se le imponen obligaciones por motivos de equidad y para
estimular el sano espíritu de solidaridad social que pone de manifiesto quien se encar-
ga espontáneamente de un negocio ajeno, sin retribución, con el solo deseo de evitarle
un daño.
28.1.3. Capacidad
El gestor de negocios necesita capacidad para contratar porque sino no puede obli-
garse válidamente por las consecuencias de su gestión (art. 2288). Pero, si de la
gestión hecha por un incapaz le resultare a éste algún beneficio, responde en la medida
del beneficio recibida, y responde de los hechos ilícitos cometidos en perjuicio del
dueño que le sean imputables.
El dueño del negocio no necesita ser capaz para resultar obligado por las conse-
cuencias de la gestión (art. 2297) ello es lógico puesto que si para la gestión no se
requiere su consentimiento, las obligaciones a su cargo no nacen de un acto de volun-
tad sino de la ley.
En principio está sometido a todas las obligaciones que la ley impone al mandatario
(art. 2288), pero ello es sólo una analogía. Son obligaciones suyas:
561
b) Responde por toda culpa en el ejercicio de su gestión no pudiendo excusarse
diciendo que ha puesto en el negocio toda la diligencia que le es habitual en las
cosas propias (arts. 2291); se apreciará la culpa con criterio objetivo.
Según el art. 2296 no concluye la gestión hasta tanto el gerente haya dado cuenta de
su administración (el gestor permanece obligado hasta ese momento sin excluirse que
la gestión puede concluir por otras causas como puede ser asunción del negocio por
los interesados, muerte de gestor, etc.).
En principio está obligado como el mandante (art. 2297) regla suficiente pero el
codificador aclaró que el gestor puede repetir del dueño del negocio todos los gastos
que la gestión le hubiere ocasionado, con sus intereses desde el día en que los hizo
estando el dueño del negocio -además- obligado a liberarlo o indemnizarle las obliga-
ciones personales que hubiere contraído.
Responde no como dueño sino en la medida del enriquecimiento en los casos en que
el negocio no se emprendió útilmente o la gestión era incierta; o si el gesto hizo un
negocio común a él y otro. En ninguno de los casos hay gestión propiamente dicha por
lo que la responsabilidad en la medida del enriquecimiento se impone.
562
28.1.8. Pluralidad de dueños
Si el dueño del negocio ratifica la gestión las reglas del mandato regirán las obliga-
ciones de las partes. La ratificación produce efectos retroactivos al día en que la ges-
tión comenzó.
En tanto el dueño no realice la ratificación los terceros sólo están vinculados jurídi-
camente con el gestor, no tienen acción contra el dueño salvo la subrogatoria en la
medida en que el gestor pueda accionar contra él (art. 2305).
1) Los gastos funerarios son una carga de la sucesión de modo tal que deben ser
afrontados por los sucesores en proporción a sus porciones hereditarias;
2) Si no hay bienes los gastos son debidos por el esposo supérstite, y si tampoco
éste tiene bienes, por las persona que tenían obligación de alimentar al muerto
cuando vivían (art. 2308).
563
b) Gastos en beneficio de la cosa de otro (art. 2309) mera aplicación del principio
gral. de empleo útil agregando que quien realizó el gasto perdería su acción si la
utilidad cesó por su culpa.
564
Actividad Nº 70
565
566
FICHA DE EVALUACIÓN
MÓDULO ÚNICO
Sr. alumno/a:
CONSULTAS A TUTORIAS SI NO
2) Para que la próxima salga mejor... (Agregue sugerencias sobre la línea de puntos)
.......................................................................................................................................................................................................
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Evaluación: MB - B - R - I -
4) Otras sugerencias.............................................................................................................................................................
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