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La inteligencia intrapersonal corresponde a una de las inteligencias del modelo propuesto por Howard Gardner en la teoría
de las inteligencias múltiples que se define como la capacidad que nos permite conocernos mediante un autoanálisis de las
personas, cuando la gente sabe más de si mismo.
Características[editar]
La inteligencia intrapersonal: la capacidad de ver cómo somos y lo que queremos.
Despuntar en materias como las matemáticas o el lenguaje es importante, pero puede no ser suficiente para alcanzar un
desarrollo personal y profesional adecuado. Sin embargo, si esas habilidades se complementan con una buena inteligencia
intrapersonal, que es la capacidad de conocerse a uno mismo y actuar en consecuencia, las posibilidades de tener éxito en el
trabajo y encontrarse feliz y satisfecho en el plano personal se acrecientan.
La inteligencia intrapersonal es uno de los componentes del modelo de las inteligencias múltiples propuesto por Howard
Gardner. Este modelo propugna que no existe una única inteligencia, sino una multiplicidad (en principio propuso 7, que luego
aumentó a 8).
La inteligencia intrapersonal se refiere a la autocomprensión, el acceso a la propia vida emocional, a la propia gama
de sentimientos, la capacidad de efectuar discriminaciones de estas emociones y finalmente ponerles nombre y recurrir a ellas
como medio de interpretar y orientar la propia conducta.
Las personas que poseen una inteligencia intrapersonal notable, poseen modelos viables y eficaces de sí mismos. Pero al ser
esta forma de inteligencia la más privada de todas, requiere otras formas expresivas para que pueda ser observada en
funcionamiento.
La inteligencia interpersonal permite comprender y trabajar con los demás, la intrapersonal permite comprenderse mejor y
trabajar con uno mismo. En el sentido individual de uno mismo, es posible hallar una mezcla de componentes intrapersonales
e interpersonales. El sentido de uno mismo es una de las más notables invenciones humanas: simboliza toda la información
posible respecto a una persona y qué es. Se trata de una invención que todos los individuos construyen para sí mismos.
Las cualidades de una persona con inteligencia intrapersonal
La inteligencia es la capacidad para formarse un modelo ajustado y verídico de uno mismo y ser capaz de usarlo para
desenvolverse en la vida. Este tipo de inteligencia está directamente relacionada, por lo tanto, con el conocimiento de la propia
persona y la capacidad de tener una imagen individual precisa y objetiva. También implica tener conciencia de los estados de
ánimo interiores, intenciones, motivaciones, temperamentos y deseos y capacidad para la autodisciplina, autocomprensión y
autoestima.
Las principales cualidades de las personas con la inteligencia intrapersonal bien desarrollada son:
Según la Teoría de las Inteligencias Múltiples, reconociendo el repertorio de sentimientos que definen nuestra
propia manera de ser (y el tipo de estímulos que pueden inducir a cada uno de ellos), discriminando bien entre
distintos estados de ánimo y aprovechando estos conocimientos para regular nuestra conducta hacia objetivos
determinados. De este modo, la inteligencia intrapersonal es la que hace posible que podamos conocer los
aspectos internos de nuestra mente y utilizar esta información a nuestro favor.
Por ejemplo, saberse especialmente sensible en ciertos temas puede facilitar la tarea de afrontamiento de
situaciones conflictivas, lo cual puede ser clave para evitar perder el control en estos casos y, a la vez, trabajar
técnicas para controlar los niveles de ansiedad, ira, etc.
Diferenciando conceptos
La inteligencia intrapersonal puede ser confundida fácilmente con la inteligencia emocional, un constructo teórico en
el que han trabajado varios psicólogos y que no nace de la Teoría de las Inteligencias Múltiples. Es cierto que
ambos tipos de inteligencia enfatizan el autoconocimiento y la regulación de las emociones, pero la inteligencia
emocional es un concepto más amplio. Así, la diferencia entre la inteligencia intrapersonal y la inteligencia
emocional se halla básicamente en que la intrapersonal sólo da cuenta de algunos procesos que podrían
compararse a lo que se mide al estudiar la segunda.
Por otro lado, también puede confundirse la inteligencia intrapersonal con la inteligencia interpersonal, que también
está enmarcada en la teoría propuesta por Gardner. La inteligencia interpersonal está relacionada con nuestra
capacidad para relacionarnos con los demás y trabajar en equipo de manera óptima, mientras que la intrapersonal
es de ámbito privado. Es decir, que la primera nos permite conocer a los demás e interactuar con ellos de manera
útil y exitosa, mientras que la segunda nos permite hacer lo propio con nosotros mismos.
Ambas, sin embargo, podrían tener muchos nexos de unión con lo que se entiende por inteligencia emocional.
Sin embargo, más allá de la luz que puedan arrojar sobre este tema futuras investigaciones científicas, yo
recomendaría lo siguiente para ver progresos en el área de la inteligencia intrapersonal:
Te dejo dos links para que, si lo deseas, puedas ahondar en estas dos interesantes disciplinas:
Pararte a reflexionar sobre los sentimientos que experimentas habitualmente te ayudará a reconocerlos cuando
aparezcan y detectar sus patrones, regularidades, etc. De este modo, sabrás qué situaciones desencadenan estos
estados de ánimo y te darás cuenta de cómo sueles actuar cuando te sientes así.
Etiquetar mentalmente estas emociones con nombres o palabras en general es una buena manera de empezar.
Saber mucho sobre nuestra manera de pensar y sentir sirve de poco si no aprovechamos esa información para
mejorar nuestra calidad de vida. La inteligencia intrapersonal es también, en parte, poder predecir algunas cosas
sobre nuestro propio comportamiento. Por lo tanto, puedes crear planes de acción para intervenir sobre tus
maneras de sentir, pensar y actuar.
Un ejemplo sería esconder una barra de chocolate porque sabemos que al entrar en periodos de ansiedad
tendemos a recurrir a la comida para buscar alivio.
4. Evalúa tus progresos
Para poder progresar en el autoconocimiento, es bueno mirar hacia atrás para ver lo que funciona y lo que no. Ser
críticos con los propios avances también es imprescindible si no queremos obtener una visión demasiado optimista
sobre lo que hacemos.
Estos pasos te pueden ayudar para trabajar mejor el trato con tu propia persona, pero la última palabra la tienes,
cómo no, tú. Cada persona es un mundo, y la existencia de la inteligencia intrapersonal es un recordatorio de ello.
Ningún manual ni libro de autoayuda será capaz de darte todas las piezas que necesitas para entender bien cómo
funcionas. Esa tarea te corresponde a ti.
Inteligencia intrapersonal
La inteligencia intrapersonal es la capacidad de ver con realismo y veracidad cómo somos y qué queremos,
y de entender cabalmente cuáles son nuestras prioridades y anhelos, para así actuar en consecuencia. Otro
componente es el de no engañarnos con respecto a nuestras emociones y a nuestros sentimientos, y respetarlos.
En vez de suponer que uno está dominado por sus caprichos y deseos y que nada se puede hacer al respecto, las
personas con un alto grado de inteligencia intrapersonal pueden entender por qué sienten o piensan
tal o cual cosa y actuar en consecuencia. También se ven muy favorecidas ya que hacen excelentes elecciones al
momento de elegir con quién casarse, qué carrera estudiar o qué trabajo no aceptar.
Aprender a monitorear los sentimientos para saber qué nos sucede, y llegar a entendernos y a tratarnos con
respeto y compasión mientras decidimos qué medidas tomar para lograr equilibrio y satisfacer nuestras
necesidades emocionales nos proporciona mecanismos para calmarnos y evita que tengamos reacciones
desmedidas frente a lo que se nos presenta. Asimismo, nos permite tener en nuestras manos las riendas de
casi todas las situaciones, lo que redunda en un marcado bienestar emocional que llega a notarse en el plano
físico también. De ahí la importancia de desarrollar tanto la inteligencia interpersonal como la intrapersonal.
Publicado por Gina Jiménez Fuente: Hablemos de la familia
Componentes o habilidades que la componen. Según Goleman.
Autoconciencia
Implica reconocer los propios estados de ánimo, los recursos y las intuiciones. Las competencias
emocionales que dependen de la autoconciencia son:
– Conciencia emocional: identificar las propias emociones y los efectos que pueden tener.
– Correcta autovaloración: conocer las propias fortalezas y sus limitaciones.
– Autoconfianza: un fuerte sentido del propio valor y capacidad.
Autoconocimiento Emocional (o Conciencia de Uno Mismo): Se refiere al conocimiento de
nuestras propias emociones y cómo nos afectan. En muy importante conocer el modo en el que nuestro
estado de ánimo influye en nuestro comportamiento, cuáles son nuestras virtudes y nuestros puntos débiles.
Nos sorprenderíamos al saber cuan poco sabemos de nosotros mismos.
A veces nos cuesta ser honestos con nosotros mismos, en aspectos que sabemos debemos mejorar y no lo
reconocemos. Este punto por lo tanto, hace referencia a la habilidad de reconocer y entender nuestros estados
de ánimo, nuestras emociones, y su efecto en las personas que nos rodean. Así mismo la autoconciencia nos
sirve para valorarnos, determinar hacia dónde vamos y qué metas podemos cumplir siendo realistas. Además
reconoceremos nuestros errores y seremos más cautos al realizar determinada labor.
“Poder dar una apreciación y dar nombre a las propias emociones en uno de los pilares de la IE,
en el que se fundamentan la mayoría de las otras cualidades emocionales. Sólo quien sabe por
qué se siente como siente puede manejar sus emociones, moderarlas y ordenarlas de manera
consciente” (Martin, Doris y Boeck, Karin: 2001).
Conocer y controlar nuestras emociones es imprescindible para poder llevar una vida satisfactoria. Sin sentir
emociones es imposible tomar decisiones.
Las actividades para aprender a notar nuestras emociones son muy sencillas:
Reconocer nuestras emociones pasa por prestarle atención a las sensaciones físicas que provocan esas
emociones. Las emociones son el punto de intersección entre mente y cuerpo, se experimentan físicamente,
pero son el resultado de una actividad mental.
El segundo paso es aprender a identificar y distinguir unas emociones de otras. Cuando notamos que sentimos
algo y además lo identificamos lo podemos expresar. Hablar de nuestras emociones nos ayuda a actuar sobre
ellas, a controlarlas. Expresar emociones es el primer paso para aprender a actuar sobre ellas.
El tercer paso es aprender a evaluar su intensidad. Si solo notamos las emociones cuando son muy intensas
estamos a su merced. Controlar nuestras emociones siempre es más fácil cuanto menos intensas sean, por lo
tanto se trata de aprender a prestar atención a los primeros indicios de una emoción, sin esperar a que nos
desborde.
Autorregulación
El Autocontrol Emocional (o Autorregulación) nos permite no dejarnos llevar por los sentimientos del
momento. Es saber reconocer que es pasajero en una crisis y qué perdura. Es posible que nos enfademos con
nuestra pareja, pero si nos dejásemos siempre llevar por el calor del momento estaríamos continuamente
actuando irresponsablemente y luego pidiendo perdón por ello.
Nos permite controlar nuestros impulsos y emociones lógicamente, a pensar antes de realizar cualquier
cosa y a ser responsables. Este punto es de suma importancia ya que si en determinado momento nos
encontramos ante una situación desagradable donde la primera reacción sería gritar o golpear cosas, la
autorregulación hace que pensemos antes de actuar, determinemos por qué se falló en esa situación, qué
factores pudieron incidir para el fracaso y cómo se podría solucionar de la mejor manera. Aquí es importante
reseñar que un líder con esta habilidad le daría más confianza a sus subalternos y las riñas dentro de un grupo
tenderían a desaparecer. El miedo al cambio no estaría presente en un líder con esta habilidad y la reflexión y el
pensamiento siempre estarán en primer lugar, se refiere a manejar los propios estados de ánimo, impulsos y
recursos.
Una vez que aprendemos a detectar nuestros sentimientos podemos aprender a controlarlos. Hay gente que
percibe sus sentimientos con gran intensidad y claridad, pero no es capaz de controlarlos, sino que los
sentimientos le dominan y arrastran.
Controlar nuestros sentimientos implica, una vez que los hemos detectado e identificado, ser capaces de
reflexionar sobre los mismos. Reflexionar sobre lo que estamos sintiendo no es igual a emitir juicios de valor
sobre si nuestros sentimientos son buenos o malos, deseables o no deseables.
Determinar la causa y a qué emociones ¿Me enfado porque tengo miedo, porque me siento inseguro o porque
me siento confuso?
Distintas causas necesitarán distintas respuestas y el mero hecho de reflexionar sobre el origen de mi reacción
me ayuda a controlarla.
-INNOVACIÓN: Sentirse cómodo con la nueva información, las nuevas ideas y las nuevas situaciones.
Automotivación
Se refiere a las tendencias emocionales que guían o facilitan el cumplimiento de las metas establecidas.
Parte de “la capacidad de motivarse uno mismo”, siendo la aptitud maestra para Goleman, aunque también
interviene e influye “la motivación de los demás”. “…Los verdaderos buenos resultados requieren cualidades
como perseverancia, disfrutar aprendiendo, tener confianza en uno mismo y ser capaz de sobreponerse a las
derrotas”. Esta actitud es sinérgica, por lo cual, en el trabajo en equipo, motiva a los demás a perseverar con
optimismo el logro de objetivos propuestos.
La auto motivación es lo que nos permite hacer un esfuerzo, físico o mental, no porque nos obligue nadie,
sino porque queremos hacerlo. Muchas veces no sabemos bien lo que queremos, o sabemos muy bien lo que no
queremos. Aprender a plantear objetivos y saber que es lo que de verdad queremos es, por tanto, el primer paso.
Naturalmente, una vez que tengamos nuestro objetivo necesitamos un plan de acción. Aprender a establecer
objetivos no basta, esos objetivos tienen, además, que ser viables y nosotros necesitamos saber que pasos
tenemos que dar para poder alcanzarlos.
-COMPROMISO: matricularse con las metas del grupo, curso o institución educativa.
-OPTIMISMO: persistencia en la persecución de los objetivos, a pesar de los obstáculos y retrocesos que puedan
presentarse.
Dirigir las emociones hacia un objetivo nos permite mantener la motivación y fijar nuestra atención en las
metas en lugar de en los obstáculos. En esto es necesaria cierta dosis de optimismo e iniciativa, de forma
que seamos emprendedores y actuemos de forma positiva ante los contratiempos.
Aquí lo importante es trabajar y sentir satisfacción ante una meta finalizada, y no sólo buscar recompensas en
dinero o status. Los líderes con esta habilidad se apasionan por su trabajo, les gusta aprender siempre,
son creativos y muestran una energía y unos deseos impresionantes para culminar de la mejor manera una
actividad y llevan un registro del desempeño realizado.
Así mismo ante el fracaso, no ven nubes negras, sino una oportunidad para ser mejores y su compromiso
con la organización es cada día más fuerte y así reciban ofertas monetarias altas para cambiar de empresa y de
trabajo, lo más importante para ellos es realizarse como personas y crecer en el ambiente al cual están
acostumbrados.
Este tipo de inteligencia – junto a siete más – fue acuñada por el psicólogo H. Gardner hace ya más de 30 años.
Por entonces, Gardner desarrolló la Teoría de las Inteligencias Múltiples en la que destaca 8 tipos de Inteligencia
diferentes: lingüístico-verbal, lógica-matemática, visual-espacial, musical, corporal-cinestésica, intrapersonal e
interpersonal, y naturalista. Sin embargo la importancia que socialmente tiene cada una de ellas, es muy
diferente.
De esta forma, podemos decir que las personas que presentan una elevada Inteligencia Intrapersonal:
Son reflexivas, introspectivas, y analíticas tanto consigo mismas como con el mundo que las rodea.
Identifican fácilmente sus emociones, qué las origina y cómo pueden gestionarlas de acuerdo a las circunstancias.
Autoconocimiento
Como su propio nombre indica, se refiere al aprendizaje relacionado con nosotros mismos. Esta capacidad invita
a que reflexionemos, analicemos nuestro ser. Nos ayuda a que tengamos una percepción de quienes somos a
partir de la autoobservación, siendo capaces de apreciar cuanto nos hace únicos. Se trata del conocimiento de
nuestras propias características personales que nos definen y nos diferencian. Está estrechamente relacionado y
contribuye positivamente en la autoestima y aceptación personal.
Autoregulación emocional
Se refiere al conocimiento, distinción y gestión de las emociones básicas del ser humano. Estas se hallan
íntimamente relacionadas con nuestros pensamientos y comportamiento, por lo que aprender a gestionarlas
repercutirá en nuestro bienestar. Se trata por tanto de desarrollar la habilidad para entenderlas y regularlas y así,
poder adaptarnos adecuadamente al entorno o circunstancias que nos rodean.
Automotivación
Hace hincapié en la toma de conciencia de nuestro lugar en el mundo, del papel que sentimos que queremos
desempeñar, nuestras motivaciones y anhelos personales. Invita a que reflexionemos sobre el momento en el
que nos encontramos y decidamos el camino que deseamos escoger tanto a nivel personal como profesional.
Existen multitud de actividades que puedes llevar a cabo para desarrollar tu Inteligencia Intrapersonal. En
realidad, cualquier comportamiento que te ayude a escucharte más a ti mismo atendiendo a tus emociones, que
te permita sumergirte en quien eres y te proporcione una visión interior, contribuirá en el desarrollo de la misma:
Lectura de libros de filosofía, que hablen sobre las emociones u otras materias relacionadas con el
autodescubrimiento.
Tener momentos de soledad para estar con nosotros mismos/as, hacernos preguntas acerca de quienes
somos y como nos sentimos, los motivos subyacentes así como las consecuencias derivadas.
Escribir sobre nuestra vida, nuestros logros y los momentos en los que nos hemos equivocado, interiorizar
el aprendizaje y respetar nuestra propia valía personal independientemente de las circunstancias.
Reflexionar acerca del rumbo de nuestra propia vida, del camino que estamos siguiendo y de lo
congruente (o no) que éste es con respecto a nuestros valores personales.
Llevar a cabo un proyecto personal o profesional. Asumir los retos que va a suponer aceptando momentos
de incertidumbre, de decaimiento y de felicidad.
Observarnos en situaciones difíciles, estresantes, analizar cómo reaccionamos para buscar alternativas a
nuestro propio comportamiento.
Dicho esto, te invito a que trabajes en ti mismo/a, te descubras y sientas los beneficios que conlleva desarrollar
nuestra Inteligencia Intrapersonal.