Вы находитесь на странице: 1из 16

Sansón y Dalila

SE TRATA DE UN LUGAR DESPEJADO,


UN ESPACIO AMBIENTADO AL ANTIGUO
PUEBLO CRISTIANO, PUEDE HABER
PLANTAS COMO EN UNA CALLE.

NARRADOR: (COMO REPORTERO DE TV)


Todo el mundo conoce,
pero nadie asimila,
la interesante historia
de Sansón y Dalila.
Se sabe, por ejemplo,
que Sansón fue grandioso
y que desde muchacho
tuvo un pelo precioso,
y que él se lo cuidaba
con esmero exquisito,
prefiriendo, a cortárselo,
tejerse sus moñitos.
y se sabe, asimismo,
que Dalila, su amada

(APARECE DALILA POR UN LADO DEL ESCENARIO CON UNAS GRANDES


TIJERAS O UNA MÁQUINA DE AFEITAR, LUEGO SALE RÁPIDAMENTE)

Le peló todo el coco


de una sola sentada.
Pero... ¿Qué fue de Dalila?
¿Y Sansón qué se hizo?
de eso, señores míos,
nadie supo un carrizo.
Pero... ya basta de tanta introducción,
dejemos para otra ocasión
estas cosas tan complejas
y acomoden las orejas
que va a empezar la función...

(SE ACERCA HASTA EL PROSCENIO, A MODO DE CHISME PARA EL


PÚBLICO Y PARA OIR A LA MADRE)

NARRADOR:
Mientras Sansón fue un niño
nadie opuso objeción
a que un pelo tan largo,
así luciera Sansón,
Pero pasaron los años
y crecía el pequeño
y en igual proporción
fue creciéndole el pelo.
Y nuestro drama empieza
con una discusión
que por eso tienen
los padres de Sansón
en la cual, la señora,
tenazmente rehúsa
a permitir que el niño
se corte la tumusa.

EL PADRE:
Pero, mujer, hazte cargo,
ya ese niño no es un nene
ya tiene el pelo muy largo
para la edad que él tiene.

LA MADRE: (REACCIONANDO ABRUPTAMENTE)


¡Cómo hablas de esa manera!
Con lo buena que le queda
a ese niño su melena.
Y, además, con lo bonito
que le quedan sus moñitos.
EL PADRE:
A los niños varones
no se le tejen moñitos,
porque después se ponen
demasiado… “gafitos”
y un cambio experimentan
en su modo de ser
cuyas consecuencias,
nadie quiere ni ver.
Te ruego que lo animes
a que deje moda tal
y que se mande a hacer su corte
como un muchacho normal.

LA MADRE: (CATEGÓRICA)
¡Pues, hombre, digo que no!
Al pelo que Dios le dio,
le tengo tanto cariño
que antes de afeitar al niño,
prefiero afeitarme yo.

EL PADRE:
Pero, comprende, mijita,
ya no va ni a la placita,
ya ni siquiera pasea,
por donde sea que transita
con esa facha tan fea
ya no hay muchacho que lo vea
que no le pegue una pita...
Dirás que soy padre cruel,
porque aquí te lo repito
¡O se afeita el muchachito
o no salgo más con él!
(APARECE SANSÓN A CURIOSEAR)

Comprende que a mí me irrita


porque cada transeúnte
cuando lo vea pregunte:
¿Si es varón o muchachita? (MUY MOLESTO)
¡Márchate o te dejo tieso!
¡Sal de aquí, cara de tusa!
Y con uno que sepa de eso,
hazte ver esa tumusa.

NARRADOR:
Cansado de las constantes
tomaderas de pelo
a que daba motivo
precisamente el pelo…
Sansón un día dijo
que eso no era para él,
y agarró sus peroles
y se fue pa’ Israel,
y llegó a un pueblecito
donde muy poco a poco
por andar de zoquete
la rasparon el coco.

LA MADRE: (ENTRANDO ABRUPTAMENTE)


Y allí fue justamente
donde encontró a Dalila...
Una mujer, señores,
con alma de gorila.

(ALGUIEN LA SACA A EMPUJONES Y ELLA SALE REFUNFUÑANDO. LE


HACE MALA CARA A DALILA QUE VIENE ENTRANDO MUY COQUETA,
PERO DE PRONTO APARECE UN TORO QUE LA PERSIGUE)
DALILA:
¡Socorro, socorro!
¡Ay, Dios! ¿Para dónde corro?

SANSÓN:
¡Brinca para la sotea!

DALILA:
¡Ay, se me rompe la correa!

SANSÓN:
¡Entonces para el balcón!

DALILA:
¡Ay, se me rompe el pantalón!

SANSÓN:
¡Pues, caramba! ¡Qué tarea!
¿Cómo hallar algo sea
una cosa combinada
que no se te rompa nada
y que el toro no te vea?

DALILA.- (CORRIENDO)
¡Ay, ya viene por el camino!
¡Mira que cosa tan fea,
Es igualito a un cochino
porque igualito berrea!

NARRADOR.- (SE ASOMA POR UN LADO DE LA ESCENA)


Sansón agarra una estaca
y con rugidos de fuelle
cuando le dan a espinaca
se pone como Popeye.
SANSÓN.-
Pues, por venganza y decoro…
No me queda más remedio:
¡Yo le echo pichón al toro
y me lanzo para el medio!

(SANSÓN ASUME UNA POSE DE TORERO Y COMIENZA SU FAENA DE UNA


MANERA MUY TEATRAL. ENTRA AL RUEDO CON SALUDO, RITUAL Y
TODO. LUEGO DE VARIOS “OLES” DE DALILA, EN UN DESCUIDO DE ELLA,
SANSÓN SACA DE UN BOLSILLO UN “SPRAY” CON ELQUE ROCÍA AL TORO
Y ÉSTE CAE AL SUELO MORTALMENTE HERIDO.)

SANSÓN:
¡Un titán es un majunche
con esta comparación!
(SE SEÑALA A SÍ MISMO)
Hay que comer mucho funche
para vencer a Sansón.

DALILA: (MUY COQUETA)


¡Lo mataste muy a prisa!

SANSÓN:
Fue que al verme este pelero
el pobre murió de risa
creyó que era un pordiosero…

(SE RIE DE SI MISMO)

DALILA: (COQUETÍSIMA, SE DISPONE A IRSE)


Bueno, adiós...

SANSÓN: (ATACÁNDOLA, CORTEJEÁNDOLA)


¿Mi amor, y te vas así?
¿Es que no ves, mi tesoro,
que te quiero para mí?
Por eso espante al toro.

(SE SIENTE ATACADO POR UN INEXPLICABLE AMOR A PRIMERA VISTA)

Acércate a tu Sansón,
y comprueba que aunque rudo
bajo este pecho peludo
también late un corazón.
Contémplame sin recelo
y a la plena luz del día
¿Qué te parece mi pelo?
Respóndeme, amada mía.

DALILA: (NEGÁNDOSE CAPRICHOSAMENTE)


Si me quieres conquistar
te pongo por condición
que te tienes que cortar
ese pelero, Sansón.
Por tener pelo en exceso,
mi cariño se rehúsa.
Hablaremos al regreso,
si te cortas la tumusa

(SALE CAMINANDO O SALTANDO CÓMICAMENTE COMO UNA NIÑITA


MALCRIADA Y COQUETA. SANSÓN SE QUEDA MIRÁNDOLA HACIENDO
PUCHEROS Y ACARICIÁNDOSE LA CABELLERA. APARECE UN PERSONAJE
CELESTIAL COMO UN ÁNGEL QUE VIENE A CONSOLAR Y A PREVENIR A
SANSÓN.)

ÁNGEL:
Tengo Sansón el deseo
de que con tus fuertes brazos
acabes a trancazos
con el pueblo filisteo.
Aquello más que boxeo,
será gran escaramuza
y toda tu fuerza usa,
que aunque estés solo peleando
tú vencerás siempre y cuando
no te cortes la tumusa

SANSÓN:
Yo, Señor, por estas playas
tan sólo estoy de paseo.

ÁNGEL:
Pero, te ordeno que vayas
hasta el pueblo filisteo
y que armes allí un jaleo
como no se vieron dos
porque al pueblo ahora le ha dado
en vez de adorar a Dios
por adorar un pescado.

SANSÓN:
¡Ah, un pescado!

(DESPISTADO. LUEGO SANSÓN COMIENZA A ENTRENAR PARA LA


PRÓXIMA PELEA Y SALE HACIENDO EJERCICIOS.)

NARRADOR:
Los filisteos adoraban en su templo
a un pescado, del que nunca se supo
si era fresco o salado...
Lo cierto, es que el pescado
era un gran problemón
y en un buen sancocho
se lo comió Sansón. (SALE)
(ENTRAN SANSÓN Y DALILA CONVERSANDO Y CAMINANDO COMO DOS
NOVIOS POR UN PARQUE)

SANSÓN:
A mí, poco me importa,
mi querida Dalila
que tú seas devota
del pez o de la anguila
en lo que atañe a la alimentación,
pero en lo religioso
ya cambia la cuestión;
pues me parece tan exagerado
es como si idolatraras a un topocho
o aun plantano asado.
Un pescado está bien para un sancocho,
pero como religión, sinceramente,
me parece muy poco convincente.

DALILA: (RETÁNDOLO)
No veo dónde está nuestro delito
adorando al pescado,
pues hay gente que adora al pollo frito
y hasta el plátano asado,
y a nosotros nos tiene sin cuidado.

SANSÓN: (DETERMINANTE)
Entonces, querida, preveo
que con mis robustos brazos
a tu pueblo filisteo
voy a agarrar a trancazos.
DALILA: (TÍMIDAMENTE)
¿Son tus brazos tan forzudos?

SANSÓN:
Como tú ni lo supones,
como si fueran zancudos
yo he destripado leones.

DALILA: (COQUETEÁNDOLE)
¡Ay, Sansón, cómo te admiro!
Lo malo es que aunque te quiero,
me disgusto y me retiro
con sólo verte el pelero.
A veces pienso: ¡Ay, ese mozo!
¡Me derrite y me deleita!
¡Tan robusto, tan buen mozo!
¡Lo malo es que no se afeita!

(LE ACARICIA LOS CABELLOS CON CIERTA MALICIA)

SANSÓN: (DRAMÁTICO)
¡Oh, Dalila! ¡Por piedad!
Si ya sabes que te quiero,
no desprecies mi amistad
por culpa de mi pelero.

DALILA:
Tienes razón al respecto,
pero no lograrás mi afecto
Si no cambias ese aspecto
que es el de un Judas perfecto.
SANSÓN:
Es cierto que yo podría
darle trabajo al barbero.
Tengo viril coquetería
y no me falta dinero,
mas lo que ocurre, alma mía,
es que afeitarme no puedo
por no dejar mi energía
en donde deje el pelero.

(DALILA ADVIERTE LA VERDAD DE LA FUERZA DE SANSÓN Y LO MIRA


CON MALICIA)

DALILA:
¿Así es la cosa, Sansón?
Pues, vaya revelación...

SANSÓN: (INGENUO)
¿A dónde vas?

DALILA:
Allí en frente,
voy a contarle a mi gente
que descubrí la cuestión. (SALE)

(SANSÓN SE QUEDA MEDIO CONFUNDIDO, NO ENTIENDE MUY BIEN LA


SITUACIÓN. SE ASUSTA CON LA ENTRADA DEL ÁNGEL)

ÁNGEL:
¡Sansón, Sansón!
¡Ten cuidado!
No accedas a sus deseos,
que si te ven afeitado
se alegran los filisteos.
(SIGUE CONFUNDIDO, SE ACARICIA EL CABELLO Y SE VA QUEDANDO
DORMIDO SOBRE LA SILLA).

NARRADOR:
Dalila corre al templo filisteo
en donde, para variar, hay un jaleo,
y allí el secreto de Sansón divulga,
entonces le aconseja un amigote
que le eche encima una pulga
y que se la suelte a Sansón en el cogote
y fingiendo que quiere sacársela después
le deje la cabeza como un queso holandés.
Con ese plan, Dalila regresa
y encuentra a Sansón sentado en una silla
durmiendo como un lirón.

(ENTRA DALILA CON UNA ACTITUD MALICIOSA Y OBSERVA


CUIDADOSAMENTE A TODOS LADOS)

DALILA:
¡Ah! ¡Qué excelente ocasión!
Señores, no falta nada:
un cliente en el sillón
y una barbera graduada.
(MUESTRA LAS TIJERAS)
Pero basta ya de explicación...
“Tijeritas”, tienen oficio.
Lo dejaremos pelón
¡Y sin cobrarle el servicio!.

(DALILA EMPIEZA A CORTARLE EL CABELLO A SANSÓN COMO TODA UNA


EXPERTA EN LA MATERIA. SE ESCUCHA LA MÚSICA DE “EL BARBERO DE
SEVILLA”.AL TERMINAR SU TARE, DALILA COMO TODA UNA
PROFESIONAL LE COLOCA AL CLIENTE O A LA VÍCTIMA UNA ESPEJO POR
LA PARTE DE ATRÁS PARA QUE VEA CÓMO QUEDÓ, EN ESE MOMENTO
JUSTAMENTE DESPIERTA SANSÓN QUE AL PERCATARSE DE QUE LO HAN
AFEITADO LE ARREBATA EL ESPEJO Y SE MIRA PERPLEJO EN ÉL)

SANSÓN:
¡Oh, Dalila, estoy pelón!
¡Oh, Dalila! ¡Qué tristeza!
¡Como pepa de mamón
me has dejado la cabeza!

(LLORA COMO UN BEBÉ AGARRÁNDOSE LA CABEZA)


DALILA: (ASUMIENDO UNA ACTITUD DE VICTORIA LEVANTA LOS
BRAZOS MUY SONRIENTE COMO POSANDO ANTE UNA CÁMARA
FOTOGRÁFICA.)

¡Por fin te dejé pelón!


¡Se ha cumplido mi deseo!
¡Ya está afeitado Sansón!
¡Viva el pueblo filisteo!

(SANSÓN VA PERDIENDO RÁPIDAMENTE SUS FUERZAS, SUS ENERGÍAS


HASTA CAER DESPLOMADO EN EL PISO)

NARRADOR:
Y viéndolo tan tranquilo,
los bandidos filisteoslo
amarran con un fideo
que recogieron del aseo.

(ENTRAN ALGUNOS FILISTEOS, LO AMARRAN CON UN PABILO FINÍSIMO,


LO RODEAN, LO EMPUJAN, SE BURLAN Y SE RÍEN DE ÉL)

SANSÓN: (QUEJÁNDOSE)
¿En qué han parado mis músculos?

FILISTEOS:
¡En crepúsculo! (RISAS)
SANSÓN:
¡Ay! ¿Dónde quedó mi vigor?

FILISTEOS:
¡En vapor! (RISAS).

ÁNGEL:
¡Oh, Sansón, Sansón!
¿Qué has hecho?
Como un tigre te domaron
y hasta los pelos del pecho
todos te los arrancaron...

SANSÓN:
¡Santo Dios! Si tú me amas...
Haz que me renazca el pelo,
Pues ya me están entrando ganas
de echar esta casa al suelo.

(INTENTA TUMBAR COSAS, PERO NO PUEDE MOVERLAS)

ÁNGEL:
¡Yo te dije al comenzar
que conservaras tu pelo!

SANSÓN:
¡Perdóname, Santo Cielo!
Yo no me vuelvo a afeitar
Mis fuerzas todas perdidas
las quiero otra vez ganar…

ÁNGEL: (MUY TRANQUILO COMO SI NO LE PREOCUPARA)


El pelo tarda en crecer,
pero es sólo cuestión de días.
SANSÓN:
Recomiéndame una medicina.

ÁNGEL:
Tengo una que es una maravilla:
Aguas de barbas de coco
que es un remedio casero.
En lo que espabila un loco
te hará crecer el pelero.

NARRADOR:
Sansón pacientemente
soportó su prisión
y a diario se aplicaba
la receta en cuestión
hasta que cierto día
de modo casi instantáneo
vio que otra vez de pelo
se le cubría el cráneo

SANSÓN: (CONTENTO LEVANTA LOS BRAZOS)


Ya vuelve a florecerme
mi cuero cabelludo
y mis fuerzas regresan...
¡De nuevo soy forzudo!
Y mi antigua energía
vuelve con nuevos vigores
de tomar mi venganza
¡Llegó el momento, señores!
Derribaré hasta el último cimiento
para poner aquí un estacionamiento…

(COMIENZA A DERRIBAR Y A DESORDENAR TODO EL


ESCENARIO, SANSÓN REMUEVE TODO LO QUE ESTÁ A SU PASO DEJANDO
UN GRAN REGUERO, LOS FILISTEOS HUYEN Y CORREN A TODOS LADOS
DESPAVORIDOS, DALILA ENTRE ELLOS, CAE MEDIO MORIBUNDA Y PIDE
PERDÓN A SU AMADO)

DALILA:
¡Oh, perdóname, Sansón!
Te pelé el coco a traición!
¡Y estoy bien recompensada!
¡Como si fuera un ratón
aquí yo muero aplastada!...

(DALILA HACE MUCHAS MUECAS, MORISQUETAS, GESTOS EXAGERADOS


Y CÓMICOS ANTES DE MORIR, LUEGO SE ENGANCHA A UN PIE DE
SANSÓN COMO SI FUERA UNA GARRAPATA. ÉSTE TRATA INÚTILMENTE
DE SAFARSE, PERO NO PUEDE, Y SALE DEL ESCENARIO CON DALILA ALLÍ
PRENDADA DE SU PIE, PONIENDO CARA DE FASTIDIO)

FIN

Вам также может понравиться