Ministro de minas Hernán Martínez

Presidente de Ecopetrol Javier Gutiérrez

Vicepresidente de refinación pedro rosales

Papel de los funcionarios públicos en caso reficar

Como se pudo observar en junio del 2018 la contraloría imputo cargos de responsabilidad
fiscal por $2.400 millones de Dólares, contra 20 funcionarios, miembros de la junta directiva
y directivos de multinacionales, por el desfalco de reficar, sin lugar a dudas, uno de los
escandalados de corrupción más grande de nuestro país. El contralor Javier Eduardo
Noguera Rodríguez, imputó responsabilidad fiscal a Javier Gutiérrez, expresidente de
Ecopetrol; Pedro Rosales, ex vicepresidente ejecutivo del Downstream de la matriz
Ecopetrol y Diana Calixto, exjefe de la Unidad Corporativa de Filiales de Ecopetrol.

El papel de Hernando Gómez, miembro independiente como exdirector del Departamento

Nacional de Planeación; Henry González, Uriel Salazar, Natalia Gutiérrez, Astrid Martínez y
Carlos Gustavo Arrieta, miembros de la Junta Directiva de Reficar, fue el de aprobar los
controles de cambio reprochados fiscalmente por el ejercicio de una gestión fiscal irregular
de las inversiones en el proyecto.

Desde el comienzo del proyecto el papel de los funcionarios no fue el mejor, cuando el
comité evaluador escogió como socio estratégico a la firma suiza Glencore International
A.G. El argumento fue que hizo la propuesta económica más alta. esto nos da a entender
que la evaluación se focalizó en la capacidad financiera, pero que se ignoraron la
experiencia y la capacidad del negocio.

Cuando Glencore informó a la estatal petrolera que, como consecuencia de la crisis

económica mundial, sus proyecciones financieras estaban afectadas y no podía continuar
siendo socio estratégico, finalmente Ecopetrol autorizó el retiro de Glencore en febrero de
2009, todo esto con el conocimiento de la Procuraduría, Glencore vendió la totalidad de sus
acciones a Ecopetrol, sin que se contrarrestaran los incumplimientos de la firma suiza.

Luego, con la llegada de CB&I al proyecto, el papel de Ecopetrol y el gobierno fue de total
desentendimiento de la situación ya que se impuso la modalidad de costos reembolsables,
en la que CB&I pasaba cuentas por cobrar y Reficar aprobaba.