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El ba es una fuerza anímica, componente de la parte espiritual del hombre, la fuerza animada de

cada ser fallecido, personalidad espiritual manifestada una vez acaecida la muerte, según la
mitología egipcia.

Energía (Ka) Flujo Vital (BA) — Steemit

https://steemit.com/arte/@tiababi/energia-ka-flujo-vital-ba

Cuando un egipcio moría su Ka (o energía) abandonaba su cuerpo. A partir de ese momento ...
Es decir El ba es una fuerza anímica, componente de la parte espiritual del hombre, la fuerza
animada de cada ser fallecido, personalidad espiritual manifestada una vez acaecida la muerte,
según la mitología egipcia. Fuentes:

Ba (mitología) - Wikipedia, la enciclopedia libre

https://es.wikipedia.org/wiki/Ba_(mitología)

El ba es una fuerza anímica, componente de la parte espiritual del hombre, la fuerza animada de
cada ser fallecido, personalidad espiritual manifestada una vez acaecida la muerte, según la
mitología egipcia.

Imagen del Ba. El ba es una fuerza anímica, componente de la parte ...

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Imagen del Ba. El ba es una fuerza anímica, componente de la parte espiritual del hombre, la
fuerza animada de cada ser fallecido, personalidad espiritual manifestada una vez acaecida la
muerte, según la mitología egipcia.

El ba es una fuerza anímica, componente de la parte espiritual del ...

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El ba es una fuerza anímica, componente de la parte espiritual del hombre, la fuerza animada de
cada ser fallecido, personalidad espiritual manifestada una vez acaecida la muerte, según la
mitología egipcia. Es un concepto referente al ...

Ba (mitología) - EcuRed

https://ecured.cu/Ba_(mitología)

Ba. Fuerza anímica, componente de la parte espiritual del hombre (el alma), la fuerza animada
de cada ser fallecido, según la mitología egipcia. ... El ba abandonaba el cuerpo en el momento
de la muerte del individuo y ascendía al reino

Componentes Espirituales Del Ser Humano - Scribd

https://es.scribd.com/doc/90898695/Componentes-Espirituales-Del-Ser-Humano
1 La importancia del ib en la mitología egipcia 2 El ib en el lenguaje egipcio 3 Notas 4 ... El ba es
una fuerza anímica. componente de la parte espiritual del hombre. ... procede del rey o es el
propio rey. la fuerza animada de cada ser fallecido. ... a otro. personalidad espiritual manifestada
una vez acaecida la muerte. el ba ..

Energía (Ka) Flujo Vital (BA)

Cuando un egipcio moría su Ka (o energía) abandonaba su cuerpo.

A partir de ese momento, desposeído de su flujo vital dejaba de existir. En ese instante era
cuando el BA (alma) se dirigía al encuentro con los dioses para la realización de su juicio.

Fuente Imagen: http://arquehistoria.com/los-egipcios-y-el-mundo-de-los-muertos-11745

Es decir El ba es una fuerza anímica, componente de la parte espiritual del hombre, la fuerza
animada de cada ser fallecido, personalidad espiritual manifestada una vez acaecida la muerte,
según la mitología egipcia.

Ib: Se suelen referir al corazón como órgano que originaba los sentimientos, la sede del
pensamiento, memoria, inteligencia, conciencia, imaginación, valor, fuerza vital, el deseo, etc. La
palabra haty solía utilizarse para indicar el corazón en su aspecto físico. Como para otras
antiguas culturas, el corazón era la sede de las de las emociones, también del pensamiento
intelectual, conciencia, y moralidad. El corazón, tras la muerte, era sometido a la psicostasis: el
ib, representado por el corazón del difunto, era depositado por los dioses en el platillo de una
balanza, y en el otro estaba situado Maat, la Justicia y Armonía Universal, simbolizada por una
pluma de avestruz...

Sheut. Literalmente significa la sombra de un ser humano, o de los seres animados, incluso de
los dioses ("necher"). La idea respecto a la Sheut o Sut era bastante similar a la que se tenía
respecto al llamado Ka, aunque sin embargo, con muchos aspectos opuestos a éste, pues
mientras que en el Ka predominaban los aspectos positivos, en Sheut prevalecían los negativos
del individuo.

Aj: Era una fuerza espiritual de carácter sobrenatural. El Aj pertenecía al cielo en dualidad con el
cuerpo humano, que pertenecía a la tierra

VIERNES, 14 DE NOVIEMBRE DE 2008

El ba, el ka, el akh, el Nombre y la Sombra

Detalle del ataud de Seni, mostrando un jeroglífco que representa al pájaro-akh crestado.
Imperio Medio, hacia 2.000 a.C., madera pintada, 15cm de altura.

Nunca he llegado a ver con claridad diáfana, yo diría que ni siquiera con cierta claridad, el
significado de estos conceptos egipcios, sus funciones, y sus manifestaciones.

Así que abusemos, una vez más, de la oportunidad que me brindan estas “Hojas Sueltas” para
reflexionar e intentar, por interés propio y la esperanza de que también lo sea ajeno, plasmar
dichos conceptos de una forma más gráfica y ordenada, analizarlos, y apreciar así sus
interacciones. Entorpece la tarea las discrepancias y poco rigor en sus definiciones con que me
he topado. Más aún al tratarse de conceptos que abarcan diversos planos semánticos.

Empecemos, pues, por el principio, realizando una dicotomía del Individuo en sus aspectos físico
y metafísico.

Los Egipcios consideraban al Individuo compuesto de cinco elementos esenciales y distintos:

El Cuerpo, el Ba, el Ka, el Nombre y la Sombra.

Del primero, poco hay que hablar. Se trata del cuerpo físico del Individuo.

Los dos últimos son de sobra conocidos, pero aclararemos su significado en un contexto
determinado.

El ba, simplifiquemos por el momento, representa la Personalidad del Individuo.


El ka, de igual forma, representa su Vitalidad.

Dicho esto, cuando el Individuo fallecía, para garantizar la supervivencia del Cuerpo en la otra
vida, había de re-unirse – pues habían estado ya unidos en vida – a su ba, cada noche.

El ba, a su vez, se re-unía al ka, con lo que el fallecido se transformaba en akh, o “Ser Luminoso”,
que perduraría inalterable eternamente; concepto nuevo éste que aparece y que definiremos
con más amplitud en su momento, junto al ba y al ka.

En cuanto a sus respectivas representaciones:

El ba aparece normalmente representado por un pájaro con cabeza y brazos humanos; en


especial en las tumbas del Imperio Nuevo.

El ka lo hace mediante un jeroglífico que representa unos brazos alzados formando una U.

El akh, o más bien la palabra akh, por una ibis encrestada.

EL BA

El ba, sin una traducción concreta consensuada, tiene similitudes con nuestro concepto de la
Personalidad ya que abarca todos los atributos físicos que hacen del ser humano único. Pero
también se relaciona con la fuerza y alcanza también a los dioses, e incluso a objetos
inanimados. El término ba podría incluso describirse como la manifestación física de ciertos
dioses, como es el caso del Toro Apis. De hecho, los Egipcios consideraban las aves migratorias
como reencarnaciones del ba que volaban libremente de la tumba al Inframundo.

Para que los cuerpos de los muertos sobreviviesen en la otra vida, tenían pues que re-uniese a
su ba, cada noche, de ahí que en el Spell 89 del Libro de los Muertos se recomendase la
colocación de un ba de oro en el pecho de la momia para facilitar así esa re-unión. Y muy lejos
de corresponder con el concepto occidental moderno de “espíritu” por el que a veces se le
traduce, el ba está más bien ligado al cuerpo físico, hasta el punto de que se le consideraba con
las mismas apetencias físicas que el propio cuerpo, como podían ser la comida, la bebida e
incluso las satisfacciones sexuales. Los dioses y los reyes disponían de un sinnúmero de bas en
los que se exteriorizaba su poder. En cuanto al propio difunto, el ba aparece como la
personificación de todas sus fuerzas vitales que, a diferencia de la momia, constituyen su
elemento activo, dotado a la vez de una total libertad de movimientos. El ba del difunto reside
en el cielo, pero también vuelve periódicamente a la tierra, a su tumba, a alimentarse de las
ofrendas. El pájaro ba es incorporado a la decoración de los ataúdes privados de la Dinastía XXI
en adelante.

EL KA

El ka, al igual que el ba, carece de una traducción exacta. La usaban los Egipcios para describir la
fuerza generadora de vida de cada individuo; tanto humano como divino. Se le consideraba
como el principal ingrediente para diferenciar a la persona viva de la muerta, de ahí que, a veces
se tradujese, por “sustento”. Nacía con el Individuo y, a partir de entonces, hacía las funciones de
“doble” suyo. En el arte funerario aparecía, a veces, como una figura más pequeña, de píe, junto
a la del viviente. El ka, como se ha dicho, se consideraba como el portador de las fuerzas
generadoras y vivificantes, pero también como símbolo de la vitalidad ininterrumpida que se
transmite de generación en generación. Empezaba a existir en el momento del nacimiento y
seguía existiendo en el más allá después de su muerte.

Cuando un individuo fallecía, el ka continuaba viviendo por lo que requería el mismo “sustento”
que el ser humano había disfrutado durante su vida, de ahí que se le proveyese de ofrendas
auténticas de alimento, o bien mediante su representación en las paredes de las tumbas, todo
ello mediante la invocación de la Fórmula de las Ofrendas directamente dirigidas al ka. Se daba
por hecho que el ka realmente no consumiría los alimentos pero sí asimilaría la fuerza
generadora que poseían. Estas eran las ofrendas que solían colocarse en las tumbas ante la Falsa
Puerta.

EL AKH

Denominación dada al espíritu del difundo que estaba dotado de poderes mágicos. Cada
muerto, rey o vasallo, aspiraba a seguir existiendo en el más allá celestial encarnado en la forma
deificada de un akh. El akh no constituye, pues, en mi modesta opinión, “uno de los cinco (ya
serían seis) elementos principales que los Egipcios consideraban necesarios para formar la
personalidad del Individuo”, como aparece definido en un prestigioso diccionario de Egiptología,
obra de también prestigiosos autores, de cuyo título no puedo acordarme. A mi entender, El akh,
“ser luminoso divino”, “iluminado”, es el resultado, como se ha dicho ya, de la re-unión del ba y
del ka en el momento de la muerte del Individuo; es, por lo tanto, consecuencia de aquella y no
parte de éste antes de fallecer; el ba y el ka van ligados a su nacimiento; el akh a su muerte.
Estaba considerado como la forma en que el muerto, ya bendito, habitaba en el Inframundo
como unión, ahora sí, de su ba y de su ka. Una vez creado, su vida sería eterna e inalterable.

EL NOMBRE

Para los Egipcios, el Nombre era considerado un elemento tan esencial para todo ser humano
como el ba o el ka para poder sobrevivir como Individuo. Con frecuencia se tomaban los
nombres de soberanos del momento, e incluso de algún dios local, por lo que el nombre, a
veces, podía servir para fijar fechas u orígenes geográficos, e incluso la procedencia de la
persona que lo tenía. La conocida como Teoría Menfita nos permite evaluar la importancia para
los Egipcios de palabras y nombres, no ya como símbolos abstractos sino como manifestaciones
físicas de ciertos fenómenos.
Como elemento esencial del ser humano, el nombre había que asignarse inmediatamente al
nacer ya que, de no ser así, el Individuo podría ver abocado incluso a no alcanzar su propia
Existencia. Su importancia simbólica era tal que, borrar de los monumentos nombres, tanto de
personas como de reyes, equivalía a la total desaparición de su recuerdo y, por tanto, de su
propia existencia. Por el contrario, y curiosamente, añadir un nombre nuevo a un relieve o a una
estatua existente se consideraba como una “usurpación” que permitía, sin embargo, al nuevo
propietario adquirir su personalidad y su esencia, independientemente de su apariencia física.

Y ya en el terreno puramente doméstico, al nacer una persona, la madre, convencida de que la


vulnerabilidad, el Talón de Aquiles, del ser humano radicaba en su propio nombre, le daba uno
que sólo ella conocía para evitar así posibles manipulaciones mágicas contra su persona.

Recordemos que cuando el dios Sol Ra fue mordido por una serpiente, Isis, “La Grande de la
Magia”, se ofreció para curarle con la condición de que le desvelase su nombre secreto. Una vez
desvelado, se convirtió en “Señora de los dioses que conoce a Ra por su propio nombre”. Luego
se lo pasó a su hijo Horus dotándolo así de grandes poderes.

LA SOMBRA

Y para completar este cuidadoso desgrane de conceptos, tenemos la Sombra que, como hemos
visto, estaba igualmente considerada por los Egipcios como uno de los cinco elementos
esenciales del Individuo, al que había que proteger de todo mal.

Los textos literarios describen la Sombra como una entidad provista de fuerza y capacidad para
moverse a gran velocidad. Pero la palabra egipcia para “sombra” tiene también connotaciones
de sombra en el sentido de “protección”, de ahí que al Faraón generalmente se le representase
bajo la sombra de una pluma o de un gran abanico de plumas. Las escenas pintadas que decoran
las tumbas reales del Valle de los Reyes muestran, por otra parte, la sombra que genera el Sol a
su paso por el Inframundo, y se creía en la fuerza que transmitía a aquellos sobre los que caía. En
la ciudad de El-Amarna se levantaba un tipo especial de altar dedicado a Aton, conocido como
shwt-Ra (El Quitasol)

Y con esto acabo este ejercicio encaminado, como decía al principio, a desglosar, desgranar o
desgajar cada uno de los componentes del Individuo de acuerdo con las creencias del Antiguo
Egipto. He querido aclarar conceptos, manifestaciones y funciones de una forma más ordenada
que las por mí conocidas hasta el momento. Para facilitar su visión conjunta, he intentado
hacerlo siguiendo mentalmente el esquema de un cuadro sinóptico con los que siempre he
trabajado en mis estudios cuando he querido “ver” algo y “retenerlo”. Para mí creo haberlo
conseguido. Espero que ayude a otros. Y al resto, mis disculpas si les he aburrido.

PUBLICADO POR RAFAE CANALES DE MENDOZA EN 11:50

ETIQUETAS: AKH, AMARNA, BA, EGIPTO, FARAON, KA, MENFIS, PETRIE, PIRAMIDES, RAFAEL
CANALES, TEBAS

3 COMENTARIOS:

14 DE MAYO DE 2012, 9:56

Luis Miguel Guerrero dijo...

La verdad que el Ka si tiene una traducción y un concepto fácilmente reconocible.

Si el Ba es el equivalente egipcio a nuestro concepto del Alma, en nuestra mitología


judeocristiana (plagiada de esta básicamente ya que nació en realidad allí)

El Ka sería el Espíritu, el soplo de vida insuflado por Dios, una fuerza divina de vida.

El alma no es lo mismo que el espíritu. El cuerpo necesita el espíritu para funcionar, de manera
muy parecida a como un aparato de radio necesita la electricidad.

Eclesiastés 12:7 dice que, al morir el hombre, “el polvo [del cuerpo] vuelve a la tierra justamente
como sucedía que era, y el espíritu mismo vuelve al Dios verdadero que lo dio”. Cuando el
espíritu, o fuerza vital, abandona el cuerpo, este muere y regresa a su origen: la tierra. De igual
modo, la fuerza vital regresa a su origen: Dios (Job 34:14, 15; Salmo 36:9). Pero esto no quiere
decir que la fuerza vital realmente viaje hasta el cielo. Más bien, significa que, cuando alguien
muere, es Jehová quien decide si vivirá o no en el futuro.

Además de los componentes del alma humana, existía el cuerpo humano denominado Ha-Haw,
que se interpretaba como la suma de las partes del cuerpo....

Jb (El corazón) era una parte extremadamente importante del alma egipcia. Se cree que se forma
a partir de una gota de sangre del corazón de la madre del niño, tomada en la concepción. En la
antigua mitología egipcia, el corazón era la clave del más allá. Shuyet (La sombra) está siempre
presente. Los antiguos egipcios creían que la sombra resumía lo que una persona ...

Shuyet (La sombra) está siempre presente. Los antiguos egipcios creían que la sombra resumía lo
que una persona representa....

Ren (El nombre) era otra parte crucial del alma. El Ren de una persona se brinda al nacer y los
egipcios creyeron que viviría mientras se mencionara su nombre....

Bâ (La personalidad) Reanudada, los antiguos egipcios creían que Bâ era todo lo que hace que
una persona sea única....

Ka (La chispa vital) Según los antiguos egipcios, el Ka era un concepto vital en el alma ya que
distingue la diferencia entre un ser vivo y un muerto....
Khat (El Cuerpo) El Khat fue mencionado en el Antiguo Egipto como el cuerpo físico que, cuando
falleció, proporcionó la luz entre el alma y la vida terrenal....

Akh (El Ser Inmortal) según los antiguos egipcios, el Akh era el ser inmortal transformado que
ofrecía una unión mágica de Ba y Ka....

Sahu (el juez) El Sahu era el aspecto de Akh que vendría a una persona como un fantasma o
mientras dormía en sueños. Sahu se diferenciaba de todos los demás aspectos del alma una vez
que la persona fuera «juzgada» por el dios Osiris y sea digna de la existencia eterna...

Sechem (Otro aspecto de Akh) El Sechem fue otro aspecto de la Akh que le permitió dominar las
circunstancias. Se consideraba la energía de la vida vital de la persona que se manifestaba como
el poder que tenía la capacidad de controlar el entorno y los resultados de uno...

Además, según los antiguos egipcios, el ser humano tiene ocho grados de personalidad:

«Ren», o el nombre, pudiendo mantenerse existente dependiendo de un embalsamamiento


correcto.

«Sejem» es la energía, el poder, la luz del difunto.

«Aj» es la unificación de «Ka» y «Ba», en vista de un retorno a la existencia.

Ba», que hace que un individuo sea lo que es; también se aplica a cosas inanimadas. Es el
concepto más cercano al «Alma» occidental....

«Ka», la fuerza de la vida. Sostenido por ofrendas de comida al fallecido.

«Sheut o Shuyet» es la sombra de la persona, representada por una figura humana


completamente negra...

«Seju» significa los restos físicos de la persona.

«Jat» es la parte carnal de la persona...

Bienvenvenidos al maravilloso mundo del antiguo egipto donde sus habitantes convirtieron a los
animales que mas temian en sus dioses y sus demonios

jueves, 17 de marzo de 2011

EL KA Y LOS COMPONENTES DEL SER HUMANO EN EL ANTIGUO EGIPTO


Ka (k3 en egipcio) este se consideraba un concepto semejante al de la "fuerza vital", un
componente del espíritu humano, una pizca del principio universal e inmortal de la vida, según la
mitología egipcia esto es lo que diferencia a una persona viva de otra muerta, muerte que
ocurría cuando ka abandonaba el cuerpo. Para los antiguos egipcios los componentes del
espíritu humano eran: Ib, Ka, Ba, Aj, Ren y Sheut.

Se pensaba que el ka era creado por Jnum, con su torno de alfarero, para ser depositado en los
hijos en el momento de su concepción. Este elemento confería la inmortalidad a cada hombre
que incluso podría transformarse en un dios, necher, si lo hubiere merecido por sus
excepcionales buenas acciones durante su vida en la Tierra.

Los egipcios también creían que el ka se mantenía por medio de los alimentos. El ka podía
perdurar en el cuerpo del difunto si se conservaba momificado; por esta razón era necesario
embalsamar a los cadáveres, y se debían depositar ofrendas de alimentos a los difuntos, aunque
era los kau de las ofrendas lo que se consumía, no la parte material.

El ka de los dioses y faraones estaba indisolublemente unido a su cuerpo, mientras que los
demás egipcios obtenía su ka por mediación del faraón. Las condiciones de la vida futura en la
Duat que como sabeis era el iinframundo de la mitologia egipcia y donde el difunto esperaba el
juicio de orisris donde se decidia su suerte segun como se portara el difunto en su vida
dependían del veredicto en el juicio de Osiris."El ka del rey posee un poder especial, procede
directamente del dios y se relaciona también se le relaciona con los súbditos debido a que el ka
de éstos procede del rey o es el propio rey.Es uno de los elementos sustentantes de la
monarquía divina y de su autoridad.El ka ("gemelo" o "doble") del rey acabó convirtiéndose en
un dios-Luna, Jonsu, el ka por excelencia del Sol".

Para los antiguos egipcios, el ser humano estaba compuesto por varios elementos, tanto
tangibles como intangibles. Actualmente la naturaleza de la mayoría de estos elementos es difícil
de entender, ya que difiere de nuestra concepción espiritual, por lo que no tenemos palabras
exactas para designarlos.Los egipcios pensaban que el espíritu humano se componía de varios
elementos: ib, ka, ba, aj, ren, y sheut. Además de estos componentes estaba el cuerpo físico,
llamado ja o jat (jau en plural), significando el conjunto de elementos corporales. También era
posible adquirir, mediante un proceso de iniciación, el Aj (Akh) y el Sejem (Sekhem).
IB

El ib, o ab, simbolizado por el corazón, fue considerado la sede de los pensamientos y las
emociones según las creencias egipcias. Era uno de los elementos espirituales más importantes.
Esto se evidencia por muchas expresiones cotidianas en la lengua egipcia que incorporan la
palabra ib, como aut-ib "alegría" (amplio corazón). Fue representado como el elemento que se
contrapesaba con el símbolo de Maat en el Juicio de Osiris.

BA

El Ba (b3 en egipcio) es el concepto más cercano a la noción occidental de alma. Es la parte


trascendente que permanecería con el cuerpo tras la muerte del individuo. También era lo que
hace único a un ser, similar a la noción de "personalidad". Como el alma, el Ba es la parte de una
persona que vivía después de la muerte del cuerpo, y lo solían representar como un ave con
cabeza humana, que volaría desde la tumba para unirse con ka en la vida futura.

AJ (AKH)

El Aj es un elemento vinculado con la "luz", es un concepto netamente funerario ligado a las


estrellas, y con ellas, a la resurrección e inmortalidad. Es representado con el jeroglífico del ibis
cresteado, aunque su relación con este animal es probablemente sólo fonética.

Si bien en un principio sólo los faraones y dioses tenían Aj, este concepto se fue modificando,
pudiéndolo obtener algunas personas mediante iniciación y trabajo. Es la máxima expresión del
ser humano "realizado" que puede alcanzar la vida futura entre las estrellas. Su aparición surge
de la unión del Ka y el Ba, aunque otros autores opinan que surgía de la unión del Ba con el Dyet.

REN

Ren es el nombre que la persona recibe al nacer, aunque podría cambiar a medida que la
persona iba evolucionando. El ren viviría mientras el nombre fuese pronunciado, lo que explica
los grandes esfuerzos realizados para protegerlo, escribiéndolo profúsamente en papiros y
monumentos, o destruyéndolo en casos de manifiesta enemistad.

SHEUT

Sheut (šut), Shuit o Jaibit: "la sombra". La sombra de una persona estaba siempre presente. Una
persona no podría existir sin una sombra, ni la sombra sin la persona, por lo tanto los egipcios
conjeturaron que la sombra contenía a algo de la persona que representa. Por esta razón las
estatuas de los seres humanos y dioses fueron referidos a veces como sus sombras. El Sheut fue
representado como una pequeña figura humana pintada totalmente de negro, símbolo de la
muerte, o como un sacerdote de Anubis.

JAT

El cuerpo "físico", denominado Dyet por los egipcios, o Jat si se hace referencia a un cuerpo
momificado, es el elemento más tangible de los que componen el hombre.

Sirve de soporte físico para los demás elementos, por lo que debía de ser momificado para
asegurar su incorruptibilidad, y de esa manera garantizar que continuara existiendo, incluso
después del fallecimiento.

SAHU

El sahu, o cuerpo espiritual, el que obtuvo un grado de conocimiento, poder y gloria,


volviéndose duradero e incorruptible, pudiéndose asociar al alma y conversar con ella. Así, podrá
ascender al Cielo y morar con el sahu de los justos y dioses.

SEJEM

El Sejem (Sekhem) era la manifestación de la fuerza y voluntad divinas; podía conseguirse


mediante iniciación y arduo trabajo y confería al que lo obtenía el poder de los dioses en este
mundo. Los sacerdotes, o magos, que lo poseían se convertían en portadores de la fuerza y
voluntad divinas y su manifestación en este mundo.

Su representación simbólica es un cetro sagrado, el sejem, que generalmente era portado por el
faraón, o el sumo sacerdote, en las ceremonias de inauguración, para consagrar y bendecir.

En los textos egipcios se suponía que el hombre poseía un cuerpo jat, un cuerpo espiritual sahu,
"espíritu" ba, un "doble" ka, inteligencia ju, su sombra jaibit, una forma sejem, un corazón o
mente ib, y un nombre ren. El cuerpo, liberado de la mayoría de las partes fácilmente
corruptibles, para ser preservado, era limpiado con natrón, rellenado de especias y plantas
aromáticas, envuelto con vendas de lino, y protegido por amuletos y textos religiosos,
aguardando en su tumba la visita de su ba. Quizás preservado hasta que sucediera su
resurrección.

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