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TEMA : LA QUIEBRA
CICLO : IX
ALUMNO : EGZ
TRUJILLO-PERÚ
2019
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ÍNDICE
ÍNDICE ........................................................................................................................ 2
PRESENTACIÓN ........................................................................................................ 4
INTRODUCCIÓN ........................................................................................................ 5
2. GENERALIDADES .................................................................................................. 7
CONCLUSIONES...................................................................................................... 19
BIBLIOGRAFÍA ......................................................................................................... 20
......................................................................................................................................
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INTRODUCCIÓN
Hacer una declaración de quiebra puede parecer muy tentador, sobre todo si el deudor
tiene enormes cantidades de deudas. Se ve a mucha gente que está en búsqueda de
una solución rápida para borrar sus deudas a menudo como una opción práctica y
eficaz. Ven en el procedimiento de declaración de quiebra como la mejor opción que
está a su disposición. Para algunas personas es el caso probablemente, pero deben
comprender que la declaración de quiebra nunca se ha concebido para ser una
solución para todos los problemas de deudas.
Pero la quiebra es un status jurídico que tiene que ser declarado judicialmente, sin
que pueda ser declarada de oficio. Con la declaratoria de quiebra siguen más etapas
del proceso como la creación de los órganos de gestión, de representación, el órgano
de deliberación, el apoderamiento del patrimonio, etc.
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CAPITULO I LA QUIEBRA
LA HISTORIA DE LA QUIEBRA
En la historia de la evolución del derecho francés, la bancarrota, como crimen que era
considerada, requería de la intervención del Estado.
En la edad media hay dos grandes sistemas que se refieren a la quiebra: El italiano,
liberal, que se caracteriza por la auto administración de la quiebra por los acreedores,
y el español, oficial caracterizado por la marcada intervención en todas las etapas del
procedimiento.
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El primer ordenamiento moderno que tuvo trascendencia casi universal fue el Code
de Comerse de 1808 el cual fue modelo para casi todos los códigos Europeos o
Americanos ya sea directa o indirectamente.
2. GENERALIDADES
De igual manera la norma establecía que una vez declarada la quiebra, el quebrado
quedaba inhabilitado para la administración de sus bienes, quedando nulos todos los
actos posteriores a tal declaración.
Un aspecto interesante de dicha norma eran las consideraciones del Título III en el
que se trataban las clases de quiebra como la insolvencia fortuita, la insolvencia
culpable y la insolvencia fraudulenta.
De otro lado la quiebra fraudulenta era reputada a los comerciantes cuando concurrían
elementos como la desaparición de todos o parte de sus bienes; incluía en su
documentación balances, memorias, libros, créditos, deudas, etc. no ciertas; no
llevaba libros o llevándolos no eran asentados en el tiempo o lugar correctos; alteraba
los libros en perjuicio de terceros; ocultaba el balance, dinero, créditos o derechos;
consumía o aplicaba para beneficio y negocios propios, fondos ajenos.
3. SUJETOS DE LA QUIEBRA
Dentro de este proceso existen dos tipos de sujetos. El activo y el pasivo. Obviamente
el primero está constituido por todos los acreedores del deudor, y dentro de tal
expresión caben las acreencias de cualquier clase, sin distingo ni exclusión alguna.
En cuanto a las demás circunstancias, el inicio segundo del artículo 1937 del Código
de Comercio expresamente indica que la muerte del deudor o su retiro del comercio
hallándose en cesación de pagos, no impide la declaración de quiebra, sólo que ésta
no podrá pedirse sino dentro del año siguiente a la muerte o retiro.
Las sociedades comerciales también pueden ser objeto de quiebra. Empero, el inciso
tercero del artículo 1937 del Código de Comercio manda que sólo podrán ser
declaradas en quiebra hasta el vencimiento del año siguiente a la fecha de inscripción
de su liquidación en el registro mercantil de la Cámara de Comercio. “ Para la correcta
interpretación de esta norma y determinar sus alcances, es necesario tener presente
otras disposiciones del Código, especialmente por cuanto también existen las
sociedades civiles, con respecto a las cuales no procede la quiebra sino el concurso
de acreedores que se tramita como la quiebra (art. 570 del C. de P.C.).
Entre otras normas tenemos el artículo 100, el cual enseña que se tendrán como
comerciales, para todos los efectos legales, las sociedades que se formen para la
ejecución de actos y empresas mercantiles. Si la empresa social comprende actos
mercantiles y actos que no tengan esa calidad, la sociedad será comercial. Agrega el
mismo artículo que las sociedades por acciones y las de responsabilidad limitada se
regirán por las normas de las compañías comerciales, cualquiera que sea su objeto.
4. La Masa de la Quiebra
Para conformar la masa de quiebra, para proteger los bienes que la componen, el juez
debe separar el quebrado de su administración y decretar algunas medidas tendientes
a proteger la masa formada. Dentro de estas medidas se encuentran la guarda de los
bienes, y el embargo y secuestro de los mismos.
En términos generales la quiebra está compuesta tanto por los bienes embargables
del deudor, actuales o futuros o efectos al pago de ciertas obligados, como por los
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Bienes Excluyentes:
5. DECLARACIÓN DE QUIEBRA
La redacción del artículo 437 del Código de Comercio permite afirmar que, y de forma
draconiana, un comerciante está en estado de quiebra, tan pronto como cae en
cesación de pago, en este aspecto, el tribunal se ha de limitar a declarar la quiebra,
fijando como fecha efectiva de esta, la del momento en que se verificó el día en que
se produjo la cesación de pago.
6. PROCEDIMIENTO DE LA QUIEBRA
99.2 Presentada la demanda el Juez, dentro de los treinta (30) días siguientes de
presentada la solicitud, y previa verificación de la extinción del patrimonio a partir del
balance final de liquidación que deberá adjuntarse en copia, sin más trámite, declarará
la quiebra del deudor y la incobrabilidad de sus deudas.
99.3 El auto que declara la quiebra del deudor, la extinción del patrimonio del deudor
y la incobrabilidad de las deudas, deberá ser publicado en el Diario Oficial El Peruano
por dos (2) días consecutivos.
99.5 Los certificados de incobrabilidad también podrán ser entregados por la Comisión
en aquellos casos en los que un acreedor manifieste su voluntad de obtenerlos una
vez que se acuerde o disponga la disolución y liquidación del deudor. Dichos
certificados generarán los mismos efectos que aquéllos expedidos por la autoridad
judicial en los procedimientos de quiebra. En tal caso, la Comisión emitirá una
resolución que excluya a dicho acreedor del procedimiento concursal.
COMENTARIOS:
El numeral 99.3 prescribe que el auto que declara la quiebra del deudor, la extinción
del patrimonio y la incobrabilidad de las deudas, debe ser publicado en el Diario Oficial
“El Peruano” por dos (2) días consecutivos, con lo cual se otorga la publicidad debida
al tema falencial.
El numeral 99.4 establece que consentida o ejecutoriada el auto que declara la quiebra
concluirá el procedimiento y el Juez ordenara su archivo, así como la inscripción de la
extinción del patrimonio del deudor, y en su debida oportunidad otorgara los
certificados de incobrabilidad a todos los acreedores impagados. Asimismo, se ordena
que dicha declaración sea inscrita por el liquidador en el Registro Público
correspondiente. Consideramos que debió incluirse en la norma bajo responsabilidad,
pues resulta importante que se otorgue la publicidad registral al asunto de la extinción
de la empresa, sobre todo para efectos tributarios.
El numeral 99.5 señala que los certificados de incobrabilidad podrán ser entregados
por la comisión en aquellos casos que un acreedor manifieste su voluntad de
obtenerlos una vez que se acuerde o disponga la liquidación del deudor. Ello resulta
ser expeditivo para los acreedores, a efectos de no participar del procedimiento, a
sabiendas de no obtener resultados satisfactorios de cobro, con lo cual la Comisión
debe expedir resolución que excluya a dicho acreedor del procedimiento concursal.
Para Bonelli el esquema del instituto es prevalentemente procesal. Para él, la falencia
se encuentra adscrita en el derecho procesal, aun debiéndose notar que el
procedimiento inicial y fundamental que se origina no entra estrictamente en el
concepto de jurisdicción contenciosa ni en el de voluntaria sino que participa de
ambas.
Como señala Fernández la acción individual como medio de ejecución, tiene en mira
el incumplimiento, y su objeto es compeler al deudor a ejecutar aquello a que se ha
obligado (dar hacer o no hacer). Los procedimientos concursales, en cambio, tienen
por mira la impotencia patrimonial del deudor, es decir, el estado de cesación de
pagos.
100.2 El quebrado no deviene en incapaz por razón de la quiebra, por lo que puede
ejercer sus derechos civiles sin más limitaciones que las señaladas en el párrafo
anterior.
COMENTARIOS:
En verdad, no pareciera demasiado grave la imputación: algo similar han dicho las
tratadistas italianos, al criticar su Código de Comercio de 1865 que, siguiendo los
lineamientos de las leyes francesa y belga de la materia, había omitido este tipo de
regulación más casuística y por ello mismo (no siempre el casuístico es deplorable),
más necesaria. La construcción doctrinaria sobre las quiebras o bancarrotas había
elaborado un conjunto de reglas, acorde con las diversas situaciones planteadas que
procuraban conciliar los intereses de lo ya existente, contrapuesto por la quiebra.
El numeral 100.3 señala que al Director del Directorio de la empresa concursada, así
como al titular de esta se le aplican los mismos efectos señalados en el numeral 100.1.
Asimismo, el numeral 100.4 prescribe que corresponde al liquidador o a cualquier
interesado inscribir la quiebra en el Registro Personal, asunto que coincide con lo
establecido en el numeral 99.4 de la presente Ley siendo un acto de mero trámite,
pero reiteramos con un grado de responsabilidad que no se sanciona.
101.1 Transcurrido el plazo de cinco (5) años contado desde la fecha de expedición
de la resolución judicial que declara la quiebra, cesará el estado de quiebra, aun
cuando los créditos no se hubieran alcanzado a pagar con los bienes del quebrado,
siempre que se acredite que el deudor no ha sido condenado por los delitos previstos
en los Artículos 209, 211, 212 y/o 213 del Código Penal, así como que no tiene
procedimiento penal abierto por dichos delitos.
101.2 Producido el cese del estado de quiebra, cualquier interesado podrá solicitar la
cancelación de las inscripciones que se hubiesen realizado en el Registro Personal y
en los registros correspondientes, para lo cual bastará con la presentación del
certificado expedido por la autoridad competente que acredite no haber sido
condenado por los delitos previstos en los artículos mencionados en el párrafo
anterior, así como que no tiene procedimiento penal abierto por los mismos.
101.3 Cuando el deudor haya sido condenado, el Juez Penal ordenará la inscripción
en el Registro Personal de la resolución consentida o ejecutoriada que establece la
responsabilidad penal por dichos delitos. En este caso, sólo podrá obtenerse la
rehabilitación una vez cumplida la pena impuesta.
101.5 En estos casos, también procede la inscripción en los términos del Artículo
COMENTARIOS:
El numeral 101.1 señala que transcurrido un plazo de cinco (5) años contado desde
la fecha de expedición de la resolución judicial de quiebra, culmina el estado falencial
del deudor, aun cuando no se haya cancelado los créditos y siempre que no hay sido
condenado por los delitos de quiebra fraudulenta o connivencia maliciosa previstos en
el Código Penal o tener procedimiento penal abierto por dichos delitos.
No se puede olvidar que en esta palabra perdura una nota infamante, caracterizando
la quiebra de los viejos tiempos; aun un tratadista de la talla de Satta se refiere a una
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“buena conducta específica” dirigida a la reparación del daño producido con la quiebra
o bancarrota, agregando que el plazo de cinco años es relativamente breve.
García Caffaro tomando una cita de Rocco, ubica el enfoque del instituto
diferenciándolo, conforme a dos grandes normativas: por un lado, la germánica,
mirando suavemente la incapacidad falencial a fin de que, terminando el concurso, el
fallido fácilmente y con relativa rapidez reintegrarse al comercio; y por el otro, la
corriente latina (nosotros diríamos, precisando un poco, la de influencia francesa, por
la repercusión de sus leyes sobre quiebra), apegada al carácter infamante de la
institución quiebrista, con toda su secuela personal. No debe tomarse al pie de la letra,
sin embargo esta mención generalizante; basta para ello consignar que en la propia
Italia su Código de Comercio de 1882 no establecía el procedimiento de rehabilitación,
el que fue posteriormente instituido en su Ley de Quiebras de 1942.
El numeral 101.3 establece que cuando la persona ha sido condenada por el Juez
Penal, este ordenara la inscripción en el Registro Personal de la resolución consentida
o ejecutoriada que establece la responsabilidad penal por dichos delitos. De esta
manera la persona condenada no se liberara de la situación de quebrada y por ende,
de la situación de incapaz relativo.
Asimismo, el numeral 101.4 fija como plazo de rehabilitación para los representantes
a que se refiere el numeral 101.1 desde la fecha en que queda firme o consentida la
resolución que declara la quiebra de la persona jurídica que representan, en cuyo
caso en observancia con el numeral101.5 procede la inscripción a cargo del
interesado.
COMENTARIOS:
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
FASSI, Santiago C. y GEBHARDT, Marcelo. Concursos y quiebras. Astrea.
GRISPO, Jorge D.: Tratado sobre la Ley de Concursos Ed.Ad-Hoc 1999. Tomos
1-3.
30/ll/95.