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Tabla de contenido

ALIMENTOS ........................................................................................................................................... 2
EN EL DERECHO COMPARADO. ............................................................................................................ 2
LEGISLACIÓN COLOMBIANA ......................................................................................................... 2
LEGISLACIÓN ARGENTINA............................................................................................................. 7
LEGISLACIÓN CHILENA ................................................................................................................ 15
LEGISLACION COSTA RICA .......................................................................................................... 19
ALIMENTOS ..................................................................................................................................... 20
ETIMOLOGÍA ............................................................................................................................... 20
DEBER DE ASISTENCIA................................................................................................................. 20
CONCEPTO DE ALIMENTOS......................................................................................................... 20
NATURALEZA JURÍDICA ............................................................................................................... 23
FUNDAMENTO ................................................................................................................................ 25
CARACTERÍSTICAS DEL DEBER-DERECHO ALIMENTARIO ................................................................ 26
CLASIFICACIÓN DE LOS ALIMENTOS ............................................................................................... 30
POR SU OBJETO. ......................................................................................................................... 30
POR SU ORIGEN. ............................................................................................................................. 31
POR SU DURACIÓN ......................................................................................................................... 31
POR SU AMPLITUD .......................................................................................................................... 32
SEGÚN LOS DERECHOS QUE TIENEN. ............................................................................................. 33
DE LAS ESPECIES PATRIMONIALES.................................................................................................. 33
ALIMENTOS

EN EL DERECHO COMPARADO.

LEGISLACIÓN COLOMBIANA.

CONTENIDO DE LA OBLIGACIÓN ALIMENTARIA

El art. 133 del Código del Menor establece: «Se entiende por alimento todo lo que
es indispensable para el sustento, habitación, vestido, asistencia médica,
recreación, formación integral y educación o instrucción del menor. Los alimentos
comprenden la obligación de proporcionar a la madre los gastos de embarazo y
parto». Ese es el alcance de la obligación alimentaria y por eso parece disgregada
en los aspectos básicos, que son:

 Comida, alojamiento, vestuario. De donde se deduce que la palabra


alimentos es susceptible de entenderse en dos sentidos: uno singular, como
equivalente de comida, y uno jurídico, que es excesivamente amplio, pues
abarca cuanto una persona necesita para conservar la existencia.

 Según la edad del alimentista, los alimentos comprenden los gastos de


educación o instrucción, ante todo en relación con los hijos (legítimos,
naturales, o extramatrimoniales y adoptivos). El Código (art. 413, párr. final)
advierte que el alimentante debe suministrar al menor de 18 años «la
enseñanza primaria y de alguna profesión u oficio». Dicha obligación debe
entenderse, como se dijo, ampliada por la Const. Pol, pues si un hijo tiene
vocación y aptitudes para cursar carrera en una universidad, no se ve por
qué el alimentante no continúe sufragando los gastos hasta la obtención de
un título profesional. Además, los arts. 257, 258, 264 y otros del C.C,
imponen a los padres la obligación de educar a sus hijos, sin limitación
alguno en cuanto a la edad.

 El marido debe pagar los gastos de educación de su mujer si ésta desea


cursar estudios y carece de bienes, especialmente profesionales; lo mismo
debe afirmarse de la mujer en relación con su marido.

 Recreación. Se trata de un derecho fundamental del menor y de todas las


personas (Const. PoL; art. 43 y 52); está íntimamente ligado con el de la
educación y es elemento indispensable para la formación integral del menor
y para el pleno desarrollo de la personalidad humana. La sola formación en
establecimientos educativos no es suficiente; todas las personas deben
disponer de parte de su tiempo y de recursos económicos para la realización
de actividades culturales, deportivas, de entretenimiento y diversión. Desde
luego que para el cabal desarrollo de este derecho y del de la educación se
requiere también que el Estado diseñe, desarrolle y cumpla con los
mandatos constitucionales que le han sido impuestos imperativamente y que
no son, como han querido entenderte algunos que aún mantiene la
concentración clásica sobre las normas programáticas, simples directrices
políticas o deseos o consejos.

 La atención médica, o sea, todos los gastos relativos al restablecimiento y


conservación de la salud. Ya el derecho romano había incluido la atención
médica dentro del contenido de los alimentos; y, más específicamente, el art.
142 del Código Civil español, al decir: «Se entiende por alimentos todo lo
que es indispensable para el sustento, habitación, vestido y asistencia
médica.

CLASIFICACIÓN

El Código Civil divide los alimentos en congruos y necesarios (art. 413). Los
congruos son los que habilitan al alimentado para subsistir de un modo
correspondiente a su posición social; y los necesarios, los que habilitan para
sustentar la vida.

OBLIGACIÓN DE LOS ALIMENTOS ENTRE PARIENTES


La obligación de dar alimentos pesa sobre los parientes que tengan recursos
económicos, y se establece a favor de los parientes pobres que se hallen en
imposibilidad de procurarse sustento mediante el trabajo. Igualmente pesa entre
cónyuges y en determinadas circunstancias entre compañeros permanentes. Esta
obligación es una especie de particularización del principio moral que nos ordena
ayudar al necesitado, principio que tiene mucho mayor validez cuando se trate de
parientes consanguíneos que se halle en estado de indigencia. Sin embargo, no se
trata de una obligación ilimitada, pues fácilmente se comprende que si el orden
jurídico elevara a norma este principio moral, creando así una obligación concreta
y exigible del pariente rico de sustentar al pobre, podría darse el caso de parientes
que tendrían que distribuir sus rentan y los frutos de su trabajo ente una serie
indefinida de parientes pobres, lo cual conduciría a situaciones anómalas.
Conforme al Código y a leyes posteriores, se deben alimentos: al cónyuge, a la
mujer o al varón separado o divorciado sin culpa suya, a los descendientes
(legítimos, extramatrimoniales y adoptivos), a los ascendientes (legítimos,
extramatrimoniales y adoptantes), a los hermanos legítimos y al donante que hizo
una donación cuantiosa. Finalmente, por motivos de equidad, un compañero
permanente puede estar obligado a alimentar al otro.

REQUISITOS PARA TENER DERECHO A RECLAMAR


ALIMENTOS

Los requisitos para poder reclamar alimentos, son los tres siguientes;
1°) que exista un vínculo de parentesco o el supuesto de donde nace la obligación
(acta de matrimonio, sentencia de adopción, de divorcio, etc.);
2°) que el peticionario carezca de bienes y no tenga maneras de trabajar;
3°) que el alimentante tenga bienes suficientes.

PARTICULARIDADES DEL PROCESO (Procedimiento)

Incumplimiento de la obligación, conciliación, Cobro judicial y fijación de la pensión.


En la mayoría de los casos la obligación se paga en forma voluntaria, pero en
ocasiones se incumple. Si se trata de alimentos debidos, a menores, el C. del M.
establece en los arts. 136 a 159 el procedimiento que debe surtirse ante los jueces
de familia, si no existen, ante los municipales de la residencia del menor, para la
fijación de la pensión alimenticia y el cumplimiento del obligado; se estableció una
conciliación previa para fijar la cuantía y para el ofrecimiento verbal o escrito de
fijación o revisión de alimentos debidos a menores. Para los demás casos se aplica
el O. de P.O., en trámite de única instancia por el procedimiento verbal sumario
(art. 435) y pueden conciliarse en los términos de la ley 23 de 1991. En realidad,
los dos procedimientos son similares, salvo que en el de menores no está prevista
la intervención del ministerio público.

Pago forzoso de la pensión de alimentos.- Cuando no hay pago voluntario de la


pensión alimenticia, se obtiene por la vía judicial; señala el art. 423 del C.C. que
«El juez reglará la forma y cuantía en que hayan de prestarse los alimentos, y podrá
disponer que se conviertan en los intereses de un capital que se consigne a este
efecto en una caja de ahorros o en otro establecimiento análogo, y se restituya al
alimentante o a sus herederos luego que cese la obligación».

Igualmente, el juez podrá ordenar que el cónyuge obligado a suministrar alimentos


al otro, en razón de divorcio o de separación de cuerpos, preste garantía personal
o real para asegurar su cumplimiento en el futuro.

Son válidos los pactos de los cónyuges en los cuales, conforme a la ley, se
determina por mutuo acuerdo la cuantía de las obligaciones económicas; pero a
solicitud de parte podrá ser modificada por el mismo juez, si cambiaren las
circunstancias que la motivaron, previos los trámites establecidos en el artículo
137 del Código de Procedimiento Civil.

En el mismo evento y por el mismo procedimiento, podrá cualquiera de los


cónyuges solicitar la revisión judicial de la cuantía de las obligaciones fijadas en la
sentencia.

Bien puede observarse que el primer párrafo corresponde a los que disponía el
antiguo art. 423 del C.C. los párrafos 2o, 3o y 4° constituye normas nuevos que le
fueron agregadas a este artículo por el art. 24 de la ley lo de 1976, o ley del divorcio.
PENAS
Sanciones por incumplimiento de las obligaciones.- Si no puede obtenerse el pago
con intervención del juez, al obligado se le pueden imponer sanciones penales;
también, si fuere el padre o la madre podrá serle suspendida la potestad parental y
aun decretarse su pérdida; además, esa conducta encausa para que el otro
cónyuge, si se trata de esposos, solicite el divorcio o la separación de cuerpos o de
bienes.

Las sanciones civiles pueden resultar insuficientes, pues puede suceder que el
marido se insolvente ficticiamente, o que el empleado a quien se le embarga su
sueldo abandone el cargo. De ahí que la ley 83 de 1946 diera un primer paso
tratando de crear el delito de abandono de familia (arts. 77 a 80). Por la nueva ley
75 de 1968 se pretendió configurar mejor este tipo de delito.

Más tarde el nuevo Código Penal, es sus arts. 263 a 267, reglamento los delitos
contra la asistencia alimentaria.

Según el art. 263, «el que se sustraiga sin justa causa a la prestación de alimentos
legalmente debidos a sus ascendientes, descendientes, adoptante o adoptivo o
cónyuge, incurrirá en arrestos de seis (6) meses a tres (3) años y una multa de
un mil a cien mil pesos. Cuando se trate del parentesco natural de consanguinidad,
la acción penal se limitará a padres e hijos».

El art. 264 aumenta la sanción hasta en una tercera parte «si el obligado, con el
propósito de sustraerse a la prestación alimentaria, fraudulentamente oculta,
disminuye o grava su renta o patrimonio». En todos los casos se requiere querella
de parte (CP., art. 267).

El C. del M., art. 270, agrava la pena por inasistencia alimentaria a los menores; la
pena será de 1 a 4 años y multa de 1 a 1000 días de salario mínimo legales.
LEGISLACIÓN ARGENTINA
CONCEPTO, CONTENIDO Y CARÁCTER

Concepto y Contenido.- La obligación de prestarse asistencia entre los parientes


es una consecuencia de la solidaridad de la familia. Por mucho que está última haya
sufrido una gran merma en nuestra época, subsiste aún, en cuanto a ese deber
elemental de ayudarse cuando mediare absoluta necesidad. Se trata de una
obligación recíproca: es que debe alimentos, a su vez tiene el derecho el de
exigirlos llegado el caso. Es también de carácter personalísimo. Los alimentos se
deben a determinado individuo y no a otro; de allí derivan las consecuencias
jurídicas que examinaremos muy pronto en cuanto a la transmisibilidad y
embargabilidad, situación de crédito alimentario respecto de la compresión, etc.

El art. 372 del Código Civil determina: «La prestación de alimentos comprende lo
necesario para la subsistencia, habitación y vestuario correspondiente a la
condición del que la recibe, y también lo necesario para la existencia en las
enfermedades». (SISTEMA ARGENTINO DE INFORMACION JURIDICA)

El deber más elemental que surge como derivado de la paternidad misma, es el


de prestar alimentos. El art. 265 del C.C. al enumerar las responsabilidades y
derechos de los padres dice: que entre otras éstos tienen la obligación de alimentar
a sus hijos y el 268 del mismo código declara: «La obligación de alimentos
comprende la satisfacción de las necesidades de los hijos en manutención, vestido,
habitación, asistencia y gastos por enfermedades».

Dentro de éste concepto legal queda incluido por consiguiente, el deber de


suministrar la educación, a que no solo se refiere el artículo citado y su correlativo
330 para los padres naturales, sino también el 3o de la ley de educación común,
según el cual la obligación escolar comprende a los padres, tutores o encargados
de los niños dentro de la edad establecida dentro de la edad establecida en el art.
lo de la misma (o sea de 6 a 14 años). Ella, como lo determina el art. 4º puede
cumplirse tanto en escuelas públicas como en particulares y en el propio hogar bajo
la inspección de la autoridad respectiva.
A) Caracteres.- El art. 374 del C.C. prescribe: «La obligación de prestar
alimentos no puede ser compensada con obligación alguna ni ser objeto de
transacción: ni el derecho a los alimentos puede renunciarse ni transferirse
por actos en vivos o muerte del acreedor o deudor de alimentos, ni constituir
a terceros derecho alguno sobre la suma que se destina a los alimentos, ni
ser ésta embargada por deuda alguna». La obligación de alimentos
emanada del parentesco es de carácter recíproco para todas las personas
comprendidas dentro del grado que marca la ley. Quien los recibe, mañana
los tendrá que suministrar, cuando se invierta la situación. En cambio, el
deber de alimentos derivado de la patria potestad es tan solo de padres
respecto del hijo según lo confirmaremos luego, y no cesa por el hecho de
que éste observe mala conducta o incurra en desobediencia, sin perjuicio de
que el padre emplee los medios de corrección que el legislador ha puesto a
su alcance.

Casos de Urgencia.- El carácter de absoluta necesidad que revisten los alimentos


impone en algunos supuestos la adopción de soluciones inmediatas, como la que
autoriza a los hijos para hacerse de fondos si no pudieran ser atendidos por los
padres.

Menores Adultos.- Cuando se trata de personas que han cumplido los catorce
años de edad, la autorización a los efectos indicados puede emanar del juez del
lugar, en los términos del art. 284.

CLASIFICACIÓN FINAL

La doctrina, al estudiar los alcances de la obligación alimentaria en general, suele


distinguirlos alimentos naturales y los alimentos civiles. Esta distinción parte de
algunos comentarios del Corpus Iuris Civiles justineaneo, especialmente elaborada
por los pandetistas alemanes, que juzgaban que los alimentos naturales son
aquellos que atienden estrictamente a las necesidades básicas del alimentado; en
cambio, los alimentos civiles comprenderían también la satisfacción de
necesidades de educación e instrucción. La doctrina moderna extendió después la
noción de alimentos civiles a la satisfacción de todas aquellas necesidades que
surgen, no de los indispensables únicamente, sino de la posición social de la
familia, como afirman Castán, Diez Picazo y Gullón. El art. 1613 del Esboco de
Freitas distingue claramente los alimentos naturales y los civiles. Los primeros
comprenden solo «lo necesario para el sostén, habitación y vestuario del
alimentado y para el tratamiento de las enfermedades». Los segundos, «lo
necesario para los gastos de educación, si el alimentado fuese menor; y si fuese
mayor, los necesario para un tratamiento correspondientes a su calidad de
persona». La misma distinción se advierte en algunos códigos extranjeros, como el
español (arts. 142 y 143) e italiano de 1942 (art. 438 y 439). El art. 372 del Cód.
Civil argentino, aunque sigue a

Freitas, sólo acoge, literalmente, los llamados alimentos naturales. Pero en otra
norma, el art. 3790, al legislar sobre el legado de alimentos, dispone que éste se
extiende o comprende la instrucción correspondiente a la condición del legatario.
Nuestra doctrina, sin embargo, interpretando ampliamente la primera de aquellas
normas, ha juzgado que la prestación alimentaria debe resolverse siempre teniendo
en cuenta las condiciones de edad, parentesco, condición económico-social,
posibilidad de trabajo, salud física O moral de aquel que la solicite, etc., sin ceñirse
estrictamente al victus o pura necesidad de subsistencia física.

PRESTACIÓN
Parientes legítimos.- Dispone el art. 367: «Los parientes legítimos por
consanguinidad se deben alimentos en el orden siguiente: el padre, la madre y los
hijos. En falta de padre o madre, o cuando a éstos no les fuere posible prestados,
los abuelos y abuelas y demás ascendientes. Los hermanos entre sí. La prestación
de alimentos entres los parientes es recíproca».

La disposición no esta redactada en términos muy claros y precisos, en la línea


recta se deben alimentos, desde luego, el padre, la madres y los hijos
recíprocamente, y a falta de ellos entonces los demás ascendientes y
descendientes. Parece, pues que la línea recta la obligación alimentaria no tuviera
límite. En cambio, en la línea colateral está reducida a los hermanos.

Vemos, pues, que el derecho alimentario es más restringido que el sucesorio. Esto
no parece muy lógico dentro del sistema de la ley, mucho más cuando el Código
en el título de la donación, obliga al donatario a prestarte alimentos al donante en
caso de necesidad (art. 1837).

La corriente moderna es la de extender los deberes alimentarios a los sobrinos o


a los descendientes de los hermanos, y al mismo
tiempo está la opuesta, que procura limitar el derecho a la herencia. Armonizando
una y otra podría llegarse a un resultado, que parece lógico: se deben alimentos
por de pronto, aquellas personas llamadas a la sucesión ab-intestato.
Esta sería el criterio ideal, que no surge de nuestra ley positiva, cuya reforma sería
conveniente para alcanzaría. «Entre los parientes legítimos por afinidad
únicamente se deben alimentos el suegro y la suegra, y el yerno y la nuera» (art.
368).

Estas personas no se hereden entre sí, pero las relaciones de familia las colocan
en condiciones tales, que no se podría, sin menoscabo de la solidez del agregado,
abandonarles en la indigencia. Por ello, el criterio fundado exclusivamente en el
derecho sucesorio, no puede recomendarse.

El legislador ha guardado silencio en cuanto a otros parientes por afinidad dentro


del mismo grado, como los son sin duda el padrastro o madrastra con relación a
los entenados y viceversa (art. 363); pero ello mismo los excluye.

Parientes ilegítimos. “Entre los parientes ilegítimos se deben alimentos, el padre,


la madre y sus descendientes, y a falta de padre o madre, o cuando éstos no
pueden prestarlos, el abuelo o la abuela y sus nietos o nietas” (art. 369).

Este es uno de los casos en que las leyes mencionan expresamente el parentesco
ilegítimo, sin hacer distinción, pero esta último se impone para armonizar con otros
principios, según dijimos a su tiempo. Sin embargo, de agregarse que aún dentro
del rigorismo del Código para con los hijos adulterinos e incestuosos, también se
deben alimentos a ellos cuando hubiera reconocimiento voluntario (art. 343).

REQUISITOS:
Extremos que deben probarse.- Los deberes entre cónyuges, y también veremos
que los derivados de la patria potestad, revisten un carácter distinto.

Sin embargo, en algunos supuestos el Código confunde estas dos situaciones, y


en art. 373 no habla de cuándo cesa la obligación de alimentos de los padres a los
hijos. El hijo, para pedir alimentos al padre, no debe justificar más extremo que la
filiación, y no el estado de indigencia ni en principio, la necesidad del socorro. Por
el contrario, el pariente debe producir una prueba en los términos del art. 370 del
Código Civil y 601 y siguientes del Código de Procedimientos. El primero dice así:
«El pariente que pida alimentos, debe probar que le faltan los medios para
alimentarse, y que no es posible adquirirlos con su trabajo, sea cual fuese la causa
que lo hubiere reducido a tal estado».

De modo que los hechos debe establecerse el actor son:

A) El parentesco

B) La necesidad, poco importa que esta último haya sido producida por causa
del mismo interesado; este podrá ser un motivo para que el tribunal, al fijar
la cuota, lo haga con mayor parsimonia, pero no es óbice para privarlo de
auxilio. En otros términos, este deber alimentario no es tan solo una
protección a la indigencia originada por circunstancias fortuitas: la ley
impone la asistencia entre parientes, aún para los que tengan culpa.

Si bien la condición de los cónyuges bajo este respecto es peculiar, el art. 80, Ley
de Matr., suministra un antecedente a favor del criterio que dejamos indicado.

La ley no permite, naturalmente, que se subvenciona a la gente que no trabaje, que


se dé una prima a la holgazanería; pero al
actor no se le puede enroscar que se haya quedado en la miseria a raíz de
especulaciones poco inteligentes o aún por causa de sus propios vicios.

El mayor o menor grado de necesidad es uno de los elementos a considerar por el


juez para la fijación del monto.

También es otro factor, el caudal del demandado, comprendiendo, como es lógico, su


activo y su pasivo. Según la importancia de sus medios, será la mensualidad a satisfacer.

La condición de los cónyuges entre si, bajo el aspecto de la obligación alimentaria,


durante la subsistencia de la armonía conyugal o con posterioridad al divorcio, ha
sido ya considerada en el capítulo respectivo, teniendo también en vistas las
modificaciones que el criterio judicial ha debido experimentar a raíz de la ley 11.357.
Esa cuota se fija frente a una serie de antecedentes que pueden surgir de la
confusión del mismo demandado, de información testimonial, referencias de los
bancos, Registro de la Propiedad, etc.
Establecida la pensión alimenticia, ella comienza a correr, según la jurisprudencia,
desde el momento en que se solicitaron los alimentos; terminado el juicio
respectivo, el alimentante debe la prestación desde el comienzo. A veces, sin
embargo, los fallos han mitigado ese rigor, cuando se ha visto que los
procedimientos habían quedado en suspenso por negligencia del mismo interesado
y li lego se han formado liquidaciones que podían comprender muchos años
vencidos.
PROCEDIMIENTO

Juicio Sumario.- El art. 375 prescribe de una manera general el trámite en la acción
de alimentos. Es un procedimiento ordinario; y desde el
principio de la causa o en el curso de ella, el juez, según el mérito que arrojaren los
hechos, podrá decretar la prestación de alimentos provisorios para el actor, y
también las expensas del pleito, si se justificare absoluta falta de medios para
seguirte.

El pleito respectivo puede ser entablado tanto por el menor, asistido por un tutor
especial, como por cualquiera de los parientes o por el Ministerio de Menores,
según lo determina el art. 272.

El deber alimentario, que dejamos examinando, incumbe con preferencia al padre


en caso de divorcio, separación de bienes o nulidad del matrimonio, siempre que el
juez dejaré los hijos en su poder (art. 271).

Esta disposición, demasiado general, debe ser considerada de acuerdo con las
reglas que ya conocemos y que han sido estudiadas tanto con referencia al divorcio
(art. 76 Ley de Matr.), como a la nulidad (arts. 87 al 89 de la misma), y finalmente al
analizar el art. 1300 por los que hace a la separación de bienes. En principio, el
deber alimentario pesa en tales casos sobre cónyuges y preferentemente sobre el
que tuviera la guarda.

Crítica.- Este juicio está organizado en interés del indigente, o sea del que solicita
los alimentos, pero se presta a muchos abusos, y aún a extorsiones. Una persona
lo entabla y, de acuerdo con el Código de Procedimientos de la Capital y de casi
todas las provincias, desde ese comienzo puede librarse el mandamiento cuando
hay base informativa para la fijación y exigirse el pago por medio de apremio. Entre
tanto, el supuesto deudor no es oído y no tiene más remedio que deducir el
correspondiente juicios ordinario, que es largo, que el propio alimentario se empeña
en prolongar, y durante el cual los alimentos deben ser cubiertos, con el agregado
de que no dan lugar a restitución.

Es pues, un remedio arbitrario en condiciones demasiado favorables al solicitante


y en extremo perjudicial para su adversario.

La práctica de los tribunales ha tolerado que el demandado por alimentos presente


escritos en los autos, para que se lo tenga presente; pero con ellos no puede trabar
debate ni controversia alguna. El deudor es condenado por los datos que traen los
testigos, a menudo complacientes, o por los informes que procura
tendenciosamente su propio contrario.

SANCIONES POR INCUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACIÓN


ALIMENTARIA:

El incumplimiento de la obligación alimentaria, traducido en la falta de pago


oportuno de la suma fijada judicialmente, permitirá al alimentario solicitar las
medidas de ejecución pertinentes, como el embargo de bienes suficientes para
satisfacer el importe de las cuotas alimentarias (cfr. Art. 502, Cód. Proc. Nación).
Salvo acuerdo de las partes, el importe de la cuota debe depositarse judicialmente
(art. 646, id.) y si dentro del quinto día de la intimación de pago el obligado no le
hubiere hecho efectivo, se procederá a la traba del embargo sin otra sustanciación
(art. 648). Claro que el procedimiento de ejecución no constituye típicamente
sanción alguna contra el obligado, sino simplemente, un efecto propio de la
condena.

Además de la ejecución forzada, el incumplimiento de la prestación alimentaria


puede conllevar, según los supuestos, a sanciones civiles y penales. Entre las
principales, citamos, la suspensión del derecho de visitas (art. 376 bis. Cód. Civil);
tratándose de la obligación alimentaria que incumbe a los padres (cfr. Art. 265 y
cones., Cód. Civil), la suspensión o, en su caso, la pérdida de la patria potestad si
el incumplimiento afecta a los hijos menos (arts. 307 y cones., Cód. Civil). Entre las
segundas, al obligado se lo puede imputar del delito de incumplimiento de los
deberes de asistencia familiar previsto en el ley 13.944.

Art. 1:(Multa según ley 24.286) Se impondrá prisión de un mes a dos años o multa
de pesos setecientos cincuenta ($ 750) a veinticinco mil 25.000) a los padres que,
aún sin mediar sentencia civil, se substrajeren a prestar los medios indispensables
para la subsistencia de su hijo menor de dieciocho (18) años o de más si estuviese
impedido.
Art. 2: En las mismas penas del art. Anterior incurrirán, en caso de sustraerse a
prestar los medios indispensables para la subsistencia. Aun sin mediar sentencia
civil:

a) El hijo con respecto a los padres impedidos;

b) El adoptante, con respecto al adoptado menor de dieciocho (18) años,


o de más si estuviese impedido; y el dieciocho con respecto al
adoptante impedido.

c) El tutor, guardador o curador, con respecto al menor de dieciocho

(18) años o de más si estuviera impedido, o al incapaz que se hallaren


bajo su tutela, guarda o cúratela;

d) El cónyuge, con respecto al otro no separado legalmente por su culpa.

Art. 2 bis:(Incorporado por ley 24.029) Será reprimido con la pena de uno (1) a seis
(6) años de prisión, el que con la finalidad de eludir el cumplimiento de sus
obligaciones alimentarias, maliciosamente destruyere, inutilizare, dañare, ocultare,
o hiciere desaparecer su valor, y de esta manera frustrare, en todo o en parte, el
cumplimiento de dichas obligaciones.

Art 3:La responsabilidad de cada una de las personas mencionadas en los dos
artículos anteriores no quedará excluida por la circunstancia de existir otras también
obligadas a prestar los medios indispensables para la subsistencia.

LEGISLACIÓN CHILENA

CONCEPTO

Se llama alimentos a lo necesario que se le da al alimentado para vivir, ya sea de


acuerdo a su posición social o lo suficiente para subsistir, si es menor de edad,
comprenderá: educación, vivienda, recreación, etc.
CLASIFICACIÓN

Los alimentos se dividen en congruos y necesarios. Congruos son los que habilitan
al alimentado para subsistir modestamente de un modo correspondiente a su
posición social.

Necesarios los que dan o lo que basta para sustentar la vida.

Los alimentos, sean congruos o necesarios, comprenden la obligación de


proporcionar al alimentario, menor de veintiún años, la enseñanza primaria y la de
alguna profesión u oficio.

Se deben alimentos congruos a las personas designadas en los cuatro primeros y


en el último número del artículo 321, menos en los casos en que la ley los limita
expresamente a lo necesario para la subsistencia, y generalmente en los casos en
que el alimentario se haya hecho culpable de injuria grave contra la persona que le
debía alimentos.

Se deben asimismo alimentos congruos en el caso del número 5o del artículo 280.
En caso de injuria atroz cesará enteramente la obligación de prestar alimentos.

ALIMENTOS QUE SE DEBEN POR LEY CIERTAS PERSONAS

Artículo 321. Se deben alimentos:

1.- Al cónyuge;
2.- A los descendientes;

3.- A los ascendientes;

4.- A los hermanos, y


5.- Al que hizo una donación cuantiosa, si no hubiere sido rescindida o revocada

La acción del donante se dirigirá contra el donatario.

No se deben alimentos a las personas aquí designadas, en los casos en que una
ley expresa se los niegue. (CHILENO)
PARTICULARIDADES DEL PROCESO

NUEVO Art. 326. El que para pedir alimentos reúna varios Títulos de los
enumerados en elArtículo 321, sólo podrá hacer uso de uno de ellos, en el siguiente
orden:
1.- El que tenga según el número 5.
2.- El que tenga según el número 1.
3.- El que tenga según el número 2.
4.- El que tenga según el número 3.
5.- El del número no tendrá lugar sino a falta de todos los otros. Entre
varios ascendientes o descendientes debe recurrirse a los de próximo
grado. Entre los de un mismo grado, como también entre varios
obligados por un mismo Título, el juez distribuirá laobligación en
proporción a sus facultades. Habiendo varios alimentarios respecto
de un mismo deudor, el juez distribuirá los alimentos en proporción a
las necesidades de aquéllos.
Sólo en el caso de insuficiencia de todos los obligados por el Título preferente, podrá
recurrirse a otro. (CHILENO)
Art. 327. Mientras se ventila la obligación de prestar alimentos, podrá el juez ordenar
que se den provisoriamente, desde que en la secuela del juicio se le ofrezca
fundamento plausible; sin perjuicio de la restitución, si la persona a quien se
demandan obtiene sentencia absolutoria.
Cesa este derecho a la restitución, contra el que, de buena fe y con algún
fundamento plausible, haya intentado la demanda.

Cesa este derecho a la restitución y contra el que, de buena fe y con algún


fundamento plausible, haya intentado demanda.

Los alimentos congruos o necesarios no se deben sino en la parte en que los


medios de subsistencia del alimentario no le alcancen para subsistir de un modo
correspondiente a su posición social o para sustentar la vida.

Los alimentos se deben desde la primera demanda, y se pagarán por mesas


anticipados.
No se podrá pedir la restitución de aquella parte de las anticipaciones que el
alimentario no hubiere devengado por haber fallecido.

Los alimentos que se deben por ley se entienden concedidos para toda la vida del
alimentario, continuando las instancias que legitimaron la demanda.

Con todo, ningún varón de aquellos a quienes solo se deben alimentos necesarios,
podrá pedirlos después que ha cumplido veintiún años, salvo que por algún
impedimento corporal o mental se halle inhabilitado para subsistir de su trabajo;
pero si posteriormente se inhabilitare, revivirá la obligación de alimentarle.

El Juez reglará la forma y cuantía que hayan de prestarse los alimentos, y podrá
disponer que se conviertan en los intereses de un capital que se consigne a este
efecto en una caja de ahorros o en otro establecimiento análogo, y restituya al
alimentante o sus herederos luego que cese la obligación.

El Derecho de pedir alimentos no puede transmitirse por causa de muerte, ni


venderse o cederse de modo alguno, ni renunciare.

El que debe alimentos no puede oponer al demandante en compensación lo que el


demandante le deba a él.

No obstante lo dispuesto en los dos artículos precedentes, las pensiones


alimenticias atrasadas podrán renunciarse o compensarse, y el derecho de
demandarlas transmitirse por causa de muerte, venderse y cederse; sin perjuicio de
la prescripción que competa al deudor.

Las disposiciones de este título no rigen respecto de las asignaciones hechas


voluntariamente en testamento o por donación entre vivos; acerca de las cuales
deberá estarse a la voluntad del testador o donante, en cuanto haya podido
disponer libremente de lo suyo.

PENAS: No existen penas en el Código Penal Chileno.


LEGISLACION COSTA RICA

EL SISTEMA JURÍDICO DE COSTA RICA.

Costa Rica por su origen hispano tiene un sistema de civil law o de derecho
continental. La Constitución vigente data de 1949. El control de la
constitucionalidad de las leyes y de los actos corresponde a la Sala Constitucional
mediante procedimientos sencillos y directos, su jurisprudencia es vinculante. Los
tratados internacionales ratificados por el país tienen carácter superior a las leyes,
y los que son de derechos humanos privan incluso sobre la Constitución. Sus
principales cuerpos normativos son además de la Constitución y de los tratados
internaciones ratificados el Código Civil, el Código de Comercio, el Código Penal,
la Ley General de la Administración Pública y el Código de Familia. El Poder Judicial
es bastante independiente, constitucionalmente se destina el 6 % del presupuesto
nacional a la administración de justicia. Los jerarcas son veintidós magistrados,
quienes son nombrados por la Asamblea Legislativa por periodos de ocho años, y
su no reelección debe tomarse por mayoría calificada. Los tribunales deben ser
creados por ley, y no pueden existir tribunales especiales para un caso concreto.
Para ejercer la abogacía, luego de cursar la carrera universitaria de Derecho y
obtener el título de Licenciado en Derecho, debe afiliarse al Colegio de Abogados
el cual ejerce la potestad disciplinaria en la profesión.

PRINCIPALES LEYES FAMILIARES

Tenemos los siguientes:

a) Código de la familia

b) Ley contra la violencia familiar

c) Ley de Pensiones Alimentarias

d) Código de la Niñez y la Adolescencia

Código de la familia

Se puede apreciar, los alimentos están tipificados de los artículos 164 al


174 y la unión de hecho de los artículos 242 al 246
ALIMENTOS

ETIMOLOGÍA

El significado etimológico de la palabra alimento se origina del latín alimentum, de


alo, nutrir. (ARIAS, 1995) Otros afirman que deriva de alere que significa alimentar
o sustancias que sirven de nutriente.

Para el derecho, alimento no es sólo el sustento diario que requiere una persona
para vivir, comprende además, los medios necesarios para que una persona pueda
subsistir.

DEBER DE ASISTENCIA

El deber de asistencia está recogido en el artículo 291 del Código Civil. En doctrina
se distingue entre el concepto genérico de asistencia y el específico de alimentos.
Así la asistencia presupone deberes de tipo ético como la solidaridad conyugal.
Teniendo una significación en sentido amplio que comprende la mutua ayuda, el
respeto recíproco, los cuidados materiales y espirituales que ambos cónyuges
deben dispensarse. (ARIAS, 1995)

CONCEPTO DE ALIMENTOS

En un sentido jurídico, alimento, es lo que una persona tiene derecho a recibir de


otra, por ley, negocio jurídico o declaración judicial, para atender a su sustento; de
aquí la obligación correlativa, llamada deuda alimenticia: deber impuesto
jurídicamente a una persona de proveer a la subsistencia de otra. (ARIAS, 1995)

Según BARBERO “la obligación alimenticia, es el deber que en determinadas


circunstancias es puesto por ley a cargo de ciertas personas de suministrar a ciertas
otras los medios necesarios para la vida”.(BARBERO, 1967)

Para CASSO y CERVERA(CERVERA, 1991) los alimentos comprenden todo lo


necesario para el sustento, habitación, vestido y asistencia médica del alimentista,
según su rango y condición social.

JOSSERAND(JOSSERAND) define a los alimentos como “el deber impuesto


jurídicamente a una persona de asegurar la subsistencia de otra persona por ello la
obligación implica la existencia de un deudor y un acreedor”.

Para MALLQUI y MOMETHIANO(MALLQUI REYNOSO &


MOMETHIANO ZUMAETA, 2002) se entiende por alimentos «al conjunto de medios
materiales para la existencia física de la persona; en sentido lato están comprendidos
los medios necesarios para la educación, instrucción, vestido, asistencia médica y
otros.

Para SOMARRIVA (SOMARRIVA UNDURRAGA, 1963) la expresión

alimentos “tiene una acepción más amplia que es la terminología vulgar,


pues, no sólo comprende el sustento diario, sino también los vestidos y la
habitación. Y, todavía, cuando el alimentario es menor de edad la
enseñanza de una profesión u oficio.

Según FUELLO (FUELLO LANEGRI) “se entiende por deuda alimenticia a la


prestación que se da sobre determinadas personas económicamente posibilitadas,
para que alguna de sus parientes pobres u otras que señala la ley puedan subvenir
a las necesidades de la existencia”.

Para CARBONIER (CARBORIER, 1990) el vínculo jurídico determinante del


parentesco establece una verdadera relación alimentaria que se traduce en un
vínculo obligacional de origen legal, que exige recíprocamente de los parientes una
prestación que asegure la subsistencia del pariente necesitado.

Según TREJOS ( (TREJOS, 1982) “el matrimonio da origen a una comunidad entre
el hombre y la mujer y a una serie de deberes y derechos recíprocos... a diferencia
del antiguo derecho, que establecía una notoria desigualdad entre el varón y la
mujer, el derecho moderno, debido al influjo de las ideas de libertad e igualdad que
han abierto después de la Revolución Francesa, el Código de Familia consagra la
igualdad de derechos y deberes de los cónyuges”.

Para BARBERO (BARBERO, 1967) la obligación alimentaria “es el deber que en


determinadas circunstancias es puesto por ley a cargo de ciertas personas de
suministrar a ciertas otras los medios necesarios para la vida”.

Para ARIAS SCHERIBER (ARIAS SCHEREIBER PEZET, 2002) la obligación


de los padres de proveer a la manutención y educación de sus hijos en un principio
de derecho natural. Proviene del derecho a la vida de los hijos y a la formación de
su aptitud para conducirse en ella conforme a su destino. Para este autor, esta
obligación comienza con la concepción, continua durante el período de la
adolescencia y termina con la mayoridad que la ley fija para que se extinga, en virtud
de la presunción de haber alcanzado entonces los hijos el completo desarrollo de su
personalidad, que los hace capaces para el ejercicio indispensable de todas las
actividades. No obstante, subsiste la obligación de proveer al sostenimiento de los
hijos e hijas mayores de dieciocho años que estén siguiendo con éxito estudios
conducentes a una profesión u oficio.

Nuestro Código Civil define a los alimentos en su artículo 472 como «lo que es
indispensable para el sustento, habitación vestido y asistencia médica». Cuando se
trata de niños y adolescentes los alimentos también comprenden “su educación,
instrucción y capacitación para el trabajo”.

Definiremos al derecho alimenticio como aquel derecho nacido por imperio de la


ley, recogido de la naturaleza, cuya fuente es el parentesco o la voluntad, que tiene
una persona necesitada (denominada alimentista o acreedor alimentario) a ser
asistido por otra persona (denominada alimentante o deudor alimentario) con el fin
de proveerte los medios necesarios que le permitan satisfacer sus necesidades
fundamentales,
en una medida determinada según su situación jurídica y las necesidades del
deudor y las posibilidades económicas del acreedor.

Con relación al deber alimentario de los cónyuges, en atención al principio de


igualdad jurídica de los cónyuges, es recíproco (art. 234 del Código Civil) y conlleva
a que ambos deben contribuir a la satisfacción de las necesidades del hogar, no
sólo en lo económico, sino también en lo relativo a otros aportes de orden
doméstico. Así ARIAS (ARIAS SCHEREIBER PEZET, EXEGESIS DEL CODIGO
CIVIL PERUANO 1984 PAGINA 168, 2002)nos dice que «en una familia cuya
economía gira alrededor del aporte económico exclusivo del marido, es natural que
será éste quien habrá de propiciar a la esposa los recursos necesarios sería
absurdo considerar que la mujer debe también “alimentar” al marido, en el concepto
pecuniario que traduce una cuota dineraria. El deber de asistencia que comprende
lo alimentario, pero que no se agota en él será cumplido en la atención del hogar y
de los hijos. Por cierto que ya no pesa exclusivamente sobre la mujer la prestación
de las tareas domésticas, sino que, según las circunstancias de cada caso, tendrá
también el esposo dicha responsabilidad. En tal sentido y ante la nueva concepción
recogida en el artículo 291, primer párrafo, el Código Civil, según la cual se carga
a ambos esposos con el deber de asistencia y, por lo tanto, el de contribuir a las
tareas domésticas, se exigirá analizar en cada caso la posibilidad de cumplimiento
por cada cónyuge, según sus horarios de trabajo y sus características personales
y, en definitiva, según los roles que, en cada caso concreto, tienen asumidas el
marido y la mujer, en cuanto a las tareas que desempeñan.

NATURALEZA JURÍDICA

Sobre la naturaleza jurídica de los alimentos existen tres posturas: la tesis


patrimonialista, la tesis no patrimonialista y una tesis de naturaleza mi generis

TESIS PATRIMONIALISTA

Los derechos privados se dividen en patrimoniales, y extrapatrimoniales o no


apreciables en dinero. Según MESSINEO (MESSINEO, 2001)el derecho de
alimentos tiene naturaleza genuinamente patrimonial, por ello concluye que puede
ser objeto de transmisión. Sostiene su tesis en que la nueva legislación italiana no
contiene ninguna indicación que justifique la concepción de aquel derecho como
dirigido también al cuidado de la persona de quien recibe alimentos.
“Es sintomático, agrega que, frente a instancias para que le confiriese el más amplio
ámbito de cuidado a la persona, el... legislador haya conservado a la relación de
alimentos, el carácter patrimonial, en cuanto el deudor de los alimentos, cuando
haya dado cumplimiento a su prestación, puede desinteresarse del modo y de la
medida en que el alimentado la emplea... tales síntomas contradicen a la doctrina
del cuidado de la persona. El que entre las necesidades del alimentado, la ley
incluya también la de la educación y la de la instrucción, se comprende porque en
una sociedad civil, las necesidades, aún las más estrictas de la persona, no se
agotan con las sustancias alimenticias, la habitación y el vestido. La inaccesibilidad
del crédito de alimentos se explica, además, corno medida de defensa de la
persona que recibe los alimentos contra el peligro de su propia prodigalidad... La
imponibilidad de la prestación alimentaria en comprensión se explica considerando
que el estado de necesidad del alimentado no tolera que el deudor pueda
sustraerse, por ninguna causa, a la obligación de abonar los alimentos mediante
numeratio precuniae.

Esta concepción ya ha sido ampliamente superada porque el derecho alimentario


no solo es de naturaleza patrimonial, sino de carácter extrapatrimonial.

TESIS NO PATRIMONIAL

Es la postura de Giorgio, Cicu y Ruggiero. Consideran los alimentos como un


derecho personal o extrapatrimonial, sostienen en virtud a un fundamento ético-
social y del hecho de que el alimentista no tiene ningún interés económico ya que
la prestación recibida no aumenta su patrimonio, ni sirve de garantía a sus
acreedores, presentándose como una de las manifestaciones del derecho a la vida,
que es personalísima.

RICCI sostiene que «este derecho, eminentemente personal, no forma parte de


nuestro patrimonio, sino que es inherente a la persona, de la cual no puede
separarse y con la cual se extingue o perece» y que «así como es inherente a la
persona el derecho de alimentos, es también personal el deber de prestarlos, es
decir intransmisible a los herederos»(RICCI, 1999)

TESIS DE NATURALEZA SUI GENERIS.

Sostenido por autores como Orlando Gomes y otros, dicen que la institución de los
alimentos es un derecho de carácter especial o sui generis de contenido patrimonial
y finalidad personal conexa a un interés superior familiar, que se presenta como
una relación patrimonial de crédito-débito, por lo que existiendo un acreedor puede
muy bien exigirse al deudor una prestación económica en concepto de alimentos.
(PERALTA ANDIA, 1996)

DE ROMANA al respecto dice: «Las dos relaciones obligacionales (la crediticia en


general y la alimentaria), se sostiene en efecto, son radicalmente distintas. El
principio que informa la teoría de la obligación común, es la voluntad, y lo será
siempre, aunque se prive a ésta de su autonomía y se le restrinja en la medida
necesaria para salvaguardar los intereses colectivos; mientras que la característica
de la obligación dentro del derecho de alimentos, es precisamente el no ser
voluntaria, sino legal. El error proviene de haber aplicado a los derechos de
familia la división clásica de los demás derechos, que los distingue en reales, como
el de usufructo legal, por ejemplo, y de obligación, entre los que se cuenta el de
alimentos. Porque tal clasificación es meramente formal en este caso: se base en
la estructura y no en la naturaleza misma de los derechos familiares, que es distinta
y peculiar. En realidad, de la familia nacen derechos absolutos que, en consonancia
con los estados personales que los originan, tienen una eficacia universal, un efecto
jurídico que cumple fines superiores y sobrepasa a los meramente individuales”.
(DE ROMAÑA)

Esta postura es la sostenida por el Código Civil de 1936 y el actual (1984), aunque
no lo señalen de manera expresa.

FUNDAMENTO

El fundamento de la institución de los alimentos está en la solidaridad humana, la


obligación moral de asistir a quien necesita auxilio.

Visto desde la óptica ética o religiosa es inaceptable que un pariente próximo (un
hijo, un padre anciano, etc.) sufra pobreza, mientras el padre o el hijo viven en la
riqueza. Del mismo modo, una persona incapacitada de proveerse por sí mismo los
alimentos, debe recurrir al pariente más próximo a fin de ser socorrido en sus
necesidades vitales.

El título esencial para obtener los alimentos es el parentesco, por ello su naturaleza
de deber jurídico y natural. Es un deber que se funda en la equidad. De allí se
desprende que el derecho de alimentos le concierne a todos de una manera
recíproca y solidaria dentro de una relación parental.

De aquí que se desprende que estas necesidades alimentarias de ninguna manera


podrán ser suntuarias sino vitales.

CARACTERÍSTICAS DEL DEBER-DERECHO


ALIMENTARIO

TUTELARIDAD: Tienen derecho a percibir alimentos toda persona (niños y adolescentes)


aún mayores de edad si se encontrasen en estado de necesidad, incapacidad física o
mental o en el caso de los hijos solteros que estén siguiendo con éxito estudios de una
profesión u oficio hasta los 28 años de edad (Arts. 473, 483, 415,

414. 424 del C.C; art. 93 del C.N.A)

EQUITATIVIDAD: La pensión alimenticia se establece en proporción a las necesidades de


quien los pide y a las posibilidades del que debe darlos, atendiendo además a las
circunstancias personales de ambos, especialmente a las obligaciones a que se halla
sujeto el deudor. No siendo necesario investigar rigurosamente el monto de los ingresos
del que debe prestar los alimentos, (art. 481 del C.C.)

MANCOMUNIDAD: Cuando sean dos o más los obligados a dar los alimentos, se divide
entre todos el pago de la pensión en cantidad proporcional a sus respectivas
posibilidades (art. 477 del C.C.)
SOLIDARIDAD: Sin embargo, en caso de urgente necesidad y por circunstancias
especiales, el juez puede obligar a uno solo a que los preste, sin perjuicio de su derecho a
repetir de los demás la parte que les corresponda, (art. 477 del C.C).

CONMUTABILIDAD: El obligado a prestar alimentos puede pedir que se le permita dar los
alimentos en forma diferente al pago de una pensión, cuando motivos especiales
justifiquen esta medida (art. 489 del C.C).

UMITATIVIDAD: Existe un límite en la pretensión alimentario y está señalado en el art.


485 del C.C, se refiere a que el alimentista que sea indigno de suceder o que pueda ser
desheredado por el deudor de los alimentos, no puede exigir sino lo estrictamente
necesario para subsistir.

RECIPROCIDAD: En el derecho alimentario las personas que forman parte de la relación


alimentaria son obligados y beneficiarios, ya que este derecho deber es recíproco. Vale
decir que se deben alimentos los cónyuges, los ascendientes y descendientes, los
hermanos. Esta situación de ser obligado o beneficiaría únicamente estará supeditada al
estado de necesidad en que se encuentre una de las partes y su imposibilidad de
suministrarse por sí mismo su sustento (art. 474 del C.C). El hecho de que sea recíproca
no quiere decir además que deba guardar total equivalencia.

VARIABILIDAD: La pensión alimenticia se incrementa o reduce según el aumento o la


disminución que experimenten las necesidades del alimentista y las posibilidades del que
debe prestaría. Esta variabilidad puede ser automática en el caso de que el monto de la
pensión se hubiere fijado en un porcentaje de las remuneraciones del obligado, no siendo
necesario por ello nuevo juicio para reajustaría (art. 482 del C.C).

EXTINGUIBILIDAD: La obligación de prestar alimentos se extingue por la muerte del


obligado a del alimentista. En caso de muerte del alimentista, sus herederos están
obligados a pagar los gastos funerarios (art. 486 del C.C).

SUSTUIDAD: Si teniendo en cuenta las demás obligaciones del obligado principal a prestar
alimentos, en caso de ausencia o desconocimiento de su paradero, éste no se halla en
condiciones de prestados están obligados los parientes (arts. 478 del C.C y art. 93 del
C.N.A.).

PRORROGABILIDAD: La obligación de prestar alimentos deja de regir al llegar los


menores beneficiarios a la mayoría de edad. Esta obligación se prórroga, cuando éste no
se encuentre en aptitud de atender a su subsistencia por causas de incapacidad física o
mental debidamente comprobadas (art. 473 del C.C). Subsiste la obligación de proveer
al sostenimiento de los hijos e hijas solteros mayores de dieciocho años que estén
siguiendo con éxito estudios de una profesión u oficio hasta los 28 años de edad (art. 424
y 483 del C.C.)

DIVISIBILIDAD: La pensión alimentaría se divide entre todos los obligados inmediatos,


respecto a un determinado beneficiario, en forma proporcional a sus posibilidades (art.
477 del C.C.)

INDISTINCIÓN: Todos los hijos tienen iguales derechos y deberes (art. 235 del C.C).
Estando prohibida toda mención sobre el estado civil de los padres y sobre la naturaleza
de la filiación en los registros civiles y en cualquier otro documento de identidad
(Constitución art. 6).

IMPRESCRIPTIBILIDAD: El transcurso del tiempo no hace perder el derecho a reclamar


alimentos según lo ha interpretado unánimemente la doctrina. Se interpreta que lo que
no prescribe es el derecho a solicitar alimentos, pero sí prescribe el derecho a cobrar las
cuotas ya vencidas y aún no percibidas.

RESARCITORIEDAD: Es la indemnización que le corresponde a la mujer gestante. Así lo


establece el artículo 92 del Código de los Niños y Adolescentes. Considerando como
alimentos “los gastos del embarazo de la madre la concepción hasta la etapa de
postparto”. Así, también el artículo 414 del C.C. establece en los casos de declaración de
paternidad extramatrimonial judicial, así como cuando el padre ha reconocido al hijo, la
madre tiene derecho a alimentos durante los sesenta días anteriores y los sesenta
posteriores al parto, así como al pago de gastos ocasionados por éste y por el embarazo.
Estas acciones son personales, deben ser interpuestas antes del nacimiento del hijo o
dentro del año siguiente.

INDIVIDUALIDAD: La asignación alimentaria es un derecho personalísimo que garantiza la


subsistencia permanente del beneficiario, mientras tenga necesidad de ella, no pudiendo
ser objeto de transferencia intervivos, ni de sucesión mortis-causa.

El derecho-obligación alimentario, revela su condición de personalísimo. Así el


derecho alimentario es un derecho no transmisible por el acreedor. No resulta
aceptable que a la muerte del alimentado, sus herederos continúen gozando de un
beneficio que sólo por el estado de necesidad del pariente o por la condición de
cónyuge o hijo menor del alimentado, le ha conferido al causante.

A consecuencia del carácter personal del deber-derecho alimentario, afloran otros


caracteres como:

 Inalienabilidad: Es un derecho inalienable, no puede ser


vendido, no puede ser transmitido onerosa ni gratuitamente.

 Irrenunciabilidad: El derecho alimentario no puede ser sujeto


de renuncia antes de ser percibido.

 Intransigibilidad: No es posible realizar una transacción


referida al derecho alimentario.

 Intransmisibilidad sucesoria: Muerto el obligado o el derecho


habiente, la relación alimentaria se extingue.

 Incompensabilidad: La obligación de prestar alimentos no


puede ser compensada con obligación alguna.
 Inembargabilidad: La suma destinada a los alimentos no
puede ser embargada por deuda alguna (art. 648, inciso 7 del
C.P.C).

OPTATIVIDAD: Porque es el Derecho Alimenticio, el obligado a la prestación puede pedir


los alimentos al obligado o al pariente. Así lo establece el artículo 478 del C.C: «Si
teniéndose en cuenta las obligaciones del cónyuge deudor de los alimentos, no se halla
en condiciones de prestarlos sin poner en peligro su propia subsistencia, según su
situación, están obligados los parientes antes que el cónyuge.»

CESATIVIDAD: Cesa la obligación alimentaria del cónyuge obligado hacia el alimentista,


cuando éste abandona la casa conyugal sin justa causa y rehúsa volver a ella. En este caso
el juez puede según las circunstancias, ordenar el embargo parcial de las rentas del
abandonante en beneficio del cónyuge inocente y de los hijos (art. 291 del C.C).

EXONERABILIDAD: El obligado a prestar alimento puede pedir que se le exonere si


disminuyen sus ingresos, de modo que no pueda atendería sin poner en peligro su propia
subsistencia, o si ha desaparecido en el alimentista el estado de necesidad (art. 483 del
C.C).

CLASIFICACIÓN DE LOS ALIMENTOS

Existen varias clasificaciones de los alimentos dependiendo de factores, tales


como: su objeto, su origen, su duración, su amplitud y los sujetos que tienen
derecho.

POR SU OBJETO.

Los alimentos se clasifican en: alimentos naturales y alimentos civiles

a) Los alimentos naturales; Son aquellos elementos esenciales que sirven


al ser humano de manera natural, sin requerir de mandamientos positivos,
sino que surgen en base a un deber moral y social de quien los provee.

b) Los alimentados civiles. Son los aumentos canalizados dentro del


conducto jurídico y comprenden los alimentos esenciales para la vida
sumados a la educación, instrucción, capacitación laboral. Es decir
incluyen las necesidades espirituales del hombre. En otras legislaciones se
incluyen además: la recreación y los gastos de sepelio del alimentista. No
estando comprendidos los gastos superfluos y el pago de deudas.

POR SU ORIGEN.

Los alimentos pueden ser de dos clases: voluntarios y legales.

a) Los alimentos voluntarios.- Son los que surgen de la voluntad del


alimentante, surge de una obligación mas bien de tipo moral o ético, nacida
de una relación parental cercana. Pueden convertirse en convencionales si
la voluntad se formaliza en un convenio alimenticio o un legado.

b) Los alimentos legales.- Denominados también forzosos, son los que se


cumplen por amparo o mandato de la ley, por actos contractuales o por
resolución judicial. Estos alimentos se fundan en la existencia de vínculos
parentales, otras veces en razón a la solidaridad humana o en la
reciprocidad.

POR SU DURACIÓN

Los alimentos según su duración se pueden clasificar en tres tipos: temporales,


provisionales y definitivos:

a) Alimentos temporales: Son aquellos alimentos cuya obligación esta


enmarcada en un determinado período de tiempo. Caso típico de esta
clase de alimentos son los alimentos suministrados a la madre, desde la
concepción hasta el parto y post parto, que incluyen los gastos de control
de embarazo y alumbramiento.

b) Alimentos provisionales.- Son aquellos alimentos provisionales son


aquellos que se otorgan en forma provisoria y no permanente por razones
Justificadas o de emergencia. Así, el artículo 675 del Código Procesal Civil,
regula la asignación anticipada de alimentos, que a la letra dice: «En el
proceso sobre prestación de alimentos procede la medida cuando es
requerida por el cónyuge o por los hijos menores con indubitable relación
familiar. El juez señalará el monto de la asignación que el obligado ha de
pagar por mensualidades adelantadas, las que serán descontadas de la
que se establezca en la sentencia definitiva”.

c) Alimentos definitivos.- Son los alimentos que se conceden en forma fija,


en la forma y magnitud establecida por el Juez al pronunciar sentencia.
Solamente estará sujeto a reducción o aumento según se reduzcan las
necesidades del alimentado o aumenten las posibilidades económicas del
obligado.

POR SU AMPLITUD

Se clasifican en alimentos necesarios y congruos.

a) Alimentos necesarios. También conocidos como alimentos restringidos.


Son aquellos alimentos indispensables para la satisfacción de necesidades
primordiales del alimentista. Comprende los alimentos naturales y civiles.
Están referidos al alimentista que sea indigno de suceder o que no pueda
ser desheredado por el deudor de los alimentos, teniendo derecho a exigir
solo (o estrictamente necesario para subsistir (artículo 485° del Código
Civil); también se refieren a la persona mayor de edad que no se
encuentre en situación de proveerse de su propia subsistencia,
comprendiendo la obligación tan solo lo necesario para subsistir, si la
causa que lo ha reducido a ese estado fuese su propia inmoralidad
(artículo 973 del Código Civil. No se aplica este criterio cuando el
alimentista es ascendiente del obligado a prestar los alimentos, como
reciprocidad.

b) Alimentos congruos.- Conocido también como alimentos amplios. Son


aquellos que habilitan al alimentado para subsistir modestamente de un
modo acorde a su nivel social y cultural.
Son la regla general comprende lo indispensable para el sustento, habitación, vestido y
asistencia médica (artículo 472 del Código Civil; y artículo 92 del Código de los Niños y
Adolescentes). Si el alimentista es niño u adolescente, los alimentos comprenden además
de los mencionados: su educación, recreación, instrucción, capacitación para el trabajo
(continuando este último supuesto durante su mayoría de edad, hasta los 28 años, si son
solteros y no se encuentran en aptitud de atender su subsistencia por causas de
incapacidad física o mental debidamente comprobadas, o estén siguiendo con éxito
estudios de una profesión (art. 424 del Código Civil). Entre los alimentos debidos a la
madre se incluyen los gastos de embarazo y parto, desde la concepción hasta la etapa del
post parto (art. 92 del Código de los Niños y Adolescentes).

SEGÚN LOS DERECHOS QUE TIENEN.

De acuerdo a esta clasificación los alimentos se clasifican en: derecho alimentario


de los cónyuges; de los hijos y demás descendientes; de: los padres y demás
ascendientes; de los hermanos; y como excepción, de extraños (hijo alimentista).

DE LAS ESPECIES PATRIMONIALES

Se clasifican en pensiones devengadas y pensiones alimenticias futuras.


Sección Cuarta
AMPARO FAMILIAR
CAPíTULO PRIMERO ALIMENTOS
DEFINICIÓN
ARTICULO 472
Se entiende por alimentos lo que es indispensable para el sustento, habitación, vestido y
asistencia médica, según la situación y posibilidades de la familia.

Cuando el alimentista es menor de edad, los alimentos comprenden también su


educación, instrucción y capacitación para el trabajo.
En primer lugar, antes de comentar este artículo debemos tener presente cuál es el origen
del vocablo "alimentos"; el mismo proviene del latín "alímentum"o "ab alere", que significa
nutrir, alimentar.
En la Enciclopedia Jurídica Omeba se define jurídicamente como alimentos a "todo
aquello que una persona tiene derecho a percibir de otra -por ley, declaración judicial o
convenio- para atender a su subsistencia, habitación, vestido, asistencia médica,
educación e instrucción".

Cabanellas lo refiere como "las asistencias que en especie o en dinero, y por ley, contrato
o testamento, se dan a una o más personas para su manutención y subsistencia; esto es,
para comida, bebida, vestido e instrucción cuando el alimentista es menor de edad".
A su turno, Apancio Sánchez entiende por alimentos a "los recursos o asistencia que uno
está obligado a proporcionar a otra, para que coma, se vista, tenga habitación y se cure
sus enfermedades".

Por su parte, Barbero sostiene que "el deber en determinadas circunstancias es puesto
por ley a cargo de ciertas personas de suministrar a ciertas otras los medios necesarios
para la vida".

Podemos decir entonces que alimentos implica no solamente la palabra propiamente


dicha, sino que abarca más allá del significado; en el sentido más extenso, es todo lo que
nos ayuda a protegemos para poder vivir y desarrollamos en forma digna.

34
Con relación a la naturaleza jurídica de los alimentos, vale mencionar las dos tesis:

a) Tesis patrimonial.- Cuando los alimentos son susceptibles de valoración económica, y


extrapatrimoniales o personales cuando no son apreciables pecuniariamente.

Para Messineo el derecho alimentario tiene su naturaleza genuinamente patrimonial, por


ende, transmisible. En la actualidad esta concepción ha sido superada porque el derecho
alimentario no solo es de naturaleza patrimonial, sino también de carácter
extrapatrimonial o personal.
b) Tesis no patrimonial.- Algunos juristas como Ruggiero, Cicuy y Giorgio entre otros,
consideran los alimentos como un derecho personal en virtud del fundamento ético-social
y del hecho de que el alimentista no tiene ningún interés económico ya que la prestación
recibida no aumenta su patrimonio, ni sirve de garantía a sus acreedores, presentándose
como una de las manifestaciones del derecho a la vida que es personalísima.

Por otra parte, se sostiene que el derecho a alimentos es de naturaleza sui géneris. En
ese sentido se señala que es una institución de carácter especial o sui géneris de
contenido patrimonial y finalidad personal conexa a un interés superior familiar, que se
presenta con una relación patrimonial de crédito-debito, por lo que existiendo un acreedor
puede exigirse al deudor una prestación económica en concepto de alimentos.

Nuestra legislación se adhiere a esta tesis, aunque no lo señala de manera expresa.

Asimismo, debemos recordar que el derecho alimentario tiene los siguientes caracteres
que son: personal, intransmisible, irrenunciable, intransigible, incompensable,
imprescriptible, inembargable.

En cuanto a la obligación alimentaria, teniendo en cuenta que el titular de la obligación


jurídica es el alimentante, sus caracteres son: personal, recíproca, revisable,
intransmisible e incompensable, divisible y no solidaria.

35
Respecto a la diferencia que podemos apreciar en cuanto a la redacción de este artículo
en el actual Código Civil con la del Código Civil de 1936 es simplemente posicional, ya
que en esencia, la norma tiene el mismo espíritu, en el sentido de que los alimentos se
tienen que regular de acuerdo con "la situación y posibilidad de la familia". Esto se da
porque lo que se quiere es que no haya diferencia o discriminación entre los hijos. ¿Y, de
qué hijos estamos hablando? Pues, nos referimos a los hijos matrimoniales y
extramatrimoniales, máxime cuando la
Constitución Política del Perú en su artículo 2) inciso 2) establece:
"Toda persona tiene derecho:

2. A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo,
idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole".

Es decir, debe primar la igualdad, lo cual está también en concordancia con lo establecido
en el Código del Niño y del Adolescente.

Además, al decir "según la situación y posibilidades de la familia", la norma se refiere a


que si el niño está acostumbrado a un modo de vida, a comodidades, a un status, al fijar
el juez una cantidad o porcentaje por alimentos, debe merituar esta situación, claro está,
teniendo en cuenta los ingresos de los padres.
Este punto es importante porque la obligación alimentaria para el hijo es de los dos padres
por igual, ya que ambos tienen iguales derechos y, por ende, iguales obligaciones para
ello.

El Código del Niño y del Adolescente en su artículo 92 define qué es alimentos y agrega
en cuanto a la definición del artículo 472 del Código Civil el concepto de
"recreación" y "también los gastos del embarazo de la madre desde la concepción hasta
la etapa de postparto".

En cuanto a la recreación, sin duda se trata de un aspecto necesario e importante porque


es parte integral en el desarrollo de la persona y más aún en el niño y el adolescente. Lo
novedoso, por decirlo así, es que dentro del concepto del derecho de alimentos se
consideran los gastos que realiza la madre durante el embarazo y el postparto. Aquí se

36
parte de un principio que consagra nuestra Carta Magna y es que la vida empieza desde
la concepción y por ello desde allí hay que protegerla y darle toda la seguridad socio-
jurídica del caso.

La Subcomisión de Libro de Familia de la Comisión de Reforma de Códigos del


Congreso de la República del Perú ha propuesto el siguiente texto:

"Se considera alimentos lo necesario para el sustento, habitación, vestido y asistencia


médica, según la situación y posibilidades de la familia.
Cuando el alimentista es menor de edad, los alimentos comprenden también su
educación, recreación, instrucción y capacitación para el trabajo.

También se considera alimentos los gastos del embarazo y del parto de la madre, desde
la concepción hasta 90 días posteriores al parto".
Como se aprecia en el texto propuesto por la Comisión de Reforma de Códigos del
Congreso, se han conciliado y concordado las definiciones del Código Civil y la del Código
del Niño y del Adolescente, lo cual a nuestro parecer es correcto porque de ese modo se
logra una uniformidad en cuanto a lo que abarcan los alimentos y desde cuando uno está
obligado a darlos.

Este tema descansa en un fundamento básicamente moral, porque es deber y obligación


de los padres el asistir a sus hijos, los cuales son seres indefensos que no han pedido
venir al mundo, sino que la responsabilidad de su existencia corresponde única y
exclusivamente a sus padres, quienes lo mínimo que pueden hacer por ellos es cumplir
con el deber y obligación elemental de proveerlos de alimentos, la misma que se extiende
a las demás personas que por mandato de la ley están obligadas a brindar dicha
protección.
ALIMENTOS PARA EL MAYOR DE DIECIOCHO AÑOS
ARTICULO 473
El mayor de dieciocho años solo tiene derecho a alimentos cuando no se encuentre en
aptitud de atender a su subsistencia por causas de incapacidad física o mental
debidamente comprobadas.

37
Si la causa que lo redujo a ese estado fue su propia inmoralidad, sólo podrá exigir lo
estrictamente necesario para subsistir. No se aplica lo dispuesto en el párrafo anterior,
cuando el alimentista es ascendiente del obligado a prestar alimentos.

Comentario
Carmen Chunga Chávez
Para la aplicación de este artículo se debe tener presente que la persona mayor de 18 es
una persona capaz, pero en el precitado artículo se protege al hijo que todavía no tiene
la aptitud para desenvolverse por sí mismo económicamente, es por ello que se le da una
ayuda, basada en la relación paterno-filial, materno-filial o consanguínea. Esta medida es
acertada, habiendo generado mucha jurisprudencia.

En cuanto al segundo párrafo del artículo es lógico a la medida que allí se regula; sin
embargo, en primer lugar debemos saber qué significa "inmoralidad": es pues lo que se
opone a la moralidad o a las buenas costumbres; entonces, si a un hijo que se le ha
brindado una gama de oportunidades, cariño, etc. y éste no la ha sabido aprovecharlo y
al contrario la ha malgastado, no ha valorado todo ello por culpa solamente de él, es
bueno que a través de esta norma pues se les proteja también a los progenitores o a los
que están obligados a prestar alimentos, claro está, sin dejar abandonado a su suerte al
alimentista, dándosele lo estrictamente necesario para su subsistencia, basado,
reiteramos, en el fundamento moral y humano, lo cual es acogido en la norma jurídica.

El último párrafo del artículo se refiere a que la ley no obliga a que se cumpla con lo
normado en el segundo párrafo, en el caso de los ascendientes que son los padres del
obligado, es decir, los abuelos.

La propuesta de la Subcomisión del Libro de Familia de la Comisión de Reforma de


Códigos del Congreso de la República del Perú, en lo concerniente a este artículo, es la
siguiente:

"El mayor de dieciocho años sólo tiene derecho a alimentos cuando no se encuentran en
aptitud de atender a su subsistencia.

38
Sin embargo, subsiste la obligación de proveer al sostenimiento de los hijos mayores de
dieciocho años que estén siguiendo, en plazos razonables, estudios superiores y de los
hijos incapacitados para el trabajo".

Tal propuesta nos parece acertada porque se estarían cubriendo los puntos básicos y se
precisaría de mayor manera la obligación, lo cual resulta también más equitativo.

OBLIGACIÓN RECíPROCA DE PRESTAR ALIMENTOS


ARTICULO 474
Se deben alimentos recíprocamente:
1.- Los cónyuges.
2.- Los ascendientes y descendientes.
3.- Los hermanos.

Comentario
Christian Hernández Alarcón
Esta norma configura la existencia de una relación obligacional alimentaria recíproca
entre cónyuges, ascendientes, descendientes y hermanos, en la que son los unos de los
otros (acreedor alimentario) si se encuentran en estado de necesidad (deudores
alimentarios), o cuando tienen el deber jurídico de satisfacerla.

La doctrina coincide en señalar que por medio del instituto jurídico de los alimentos, el
Derecho recoge el deber natural de solidaridad y colaboración frente a las necesidades
de subsistencia de los integrantes de un grupo familiar y lo convierte en obligación civil
exigible en sede judicial (CORNEJO, BOSSERT).

El Texto Único Ordenado del anterior Código de los Niños y Adolescentes (D.S. N° 004-
99-JUS) en su Segunda Disposición Final señalaba la modificación de este artículo, no
obstante al no contener el texto modificatorio, ni ser subsanada esta omisión por la Ley
N° 27337 con la que se aprobó el nuevo Código de los Niños y
Adolescentes (06-08-2000), estimamos que la norma sigue vigente con su redacción
original.

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En este comentario precisaremos los alcances de la obligación alimentaria recíproca,
precisando las fuentes, naturaleza, condiciones de ejercicio y sus implicancías en la
práctica jurídica.

1. Una obligación patrimonial y personal


Un problema aún sin solución en la doctrina es el relativo a la naturaleza jurídica de la
obligación alimentaría, y si ella tiene un alcance patrimonial o personal. La razón de esta
situación es que en la doctrina tradicional no se concibe un derecho que involucre ambos
elementos.
Un sector de la doctrina lo ha concebido como un derecho estrictamente patrimonial
(MESSINEO); otros, en cambio lo han calificado como un interés, tutelado por razones
humanitarias, que tiene carácter extrapatrimonial (CICU), sin embargo, en los alimentos
esta bipolaridad es inadmisible.

El contenido patrimonial o económico de la obligación alimentaria está en el pago de


dinero o especie, pero al ser intransferible por mandato de la ley (artículo 487 del CC), se
entra en conflicto con una de las características del Derecho

Patrimonial que es la de poder ser cedido o renunciar a él.


Del mismo modo, en la obligación alimentaria, al deudor le interesa que lo que paga sea
usado en la satisfacción de las necesidades del alimentista (acreedor), pudiendo pedir,
cuando motivos especiales justifiquen esta medida, que se le permita darlos en forma
diferente del pago de una pensión (artículo 484 del CC), lo que atenta contra la naturaleza
misma del derecho patrimonial en donde al deudor no tiene por qué importarle la forma
en la que el acreedor utilice lo pagado.

En este mismo sentido, el alimentante puede reducir los alimentos a lo estrictamente


necesario (artículo 485 del CC), frente al comportamiento del alimentista (artículos 667,
742, 744, 745 Y 746 del CC).

Por otro lado, el incumplimiento de la obligación una vez fijada en una sentencia judicial
es sancionado penalmente (artículo 149 del CP) al ponerse en peligro concreto derechos
extrapatrimoniales invalorables económicamente, como la vida, la salud, etc. Del mismo

40
modo se restringen derechos constitucionales, como el libre tránsito del obligado al
impedírsele ausentarse del país cuando no está garantizado debidamente el
cumplimiento de la obligación, en atención al destino vital de la prestación.

Por esta razón J: derecho alimentario y su correlativa obligación entran en la categoría


de los derechos patrimoniales obligacionales, con algunas notas peculiares derivadas de
la importancia y significación social de la familia (CORNEJO), donde coexistiendo
elementos patrimoniales y personales en una relación obligacional (acreedor-deudor) se
cumplen fines de orden público que sobrepasan la satisfacción de necesidades
individuales. El contenido es patrimonial y la finalidad personal (BARBERO).
2. Fuentes de la obligación alimentaria
La primera fuente de la obligación alimentaria es la ley, que es justamente el artículo bajo
comentario. Sin embargo nuestra legislación admite también una fuente voluntaria como
es el caso de la renta vitalicia (artículos 1923 CC y ss.) y el legado de alimentos (artículo
766 del CC) que en el caso de no determinarse su cuantía se sujeta a lo señalado en los
artículos 472 al 487 del CC.
No se admiten los alimentos entre concubinas, regulándose solo si se rompe la unión de
hecho una pensión o indemnización a elección del abandonado cuya naturaleza sería
más resarcitoria que alimentaria (artículo 326 del CC). Conviene anotar que la no
regulación del derecho alimentario de los concubinas atenta contra el principio
constitucional de protección de todas las familias, independientemente de su constitución
(artículo 4 de la Const.), por lo que debe ser resuelto mediante una modificación
legislativa.

3. Condiciones para exigir su cumplimiento


La obligación de dar alimentos puede permanecer como derecho latente, convirtiéndose
en obligación jurídicamente exigible a solicitud de los titulares del derecho alimentario.
Para tal efecto, debe acreditarse la concurrencia de ciertas condiciones o presupuestos
básicos: las posibilidades económicas del que debe prestarlo y la norma legal que
establece dicha obligación y el estado de necesidad del acreedor alimentario.

Es muy difícil determinar las posibilidades del que debe prestar los alimentos, razón por
la cual nuestra legislación ha señalado incluso que no es necesario investigar

41
rigurosamente el monto de los ingresos del que debe prestar alimentos (artículo 481 del
CC, segundo párrafo), lo que significa que el juez si bien no puede determinar la realidad
puede apreciar las posibilidades que tiene el obligado.

En el caso de la determinación del estado de necesidad, es preciso señalar que el artículo


373, modificado por la Ley N° 27646 publicada el 23 de enero del 2002, ha restringido el
ámbito de interpretación del estado de necesidad del mayor de edad, a la incapacidad de
atender a su propia subsistencia en caso de incapacidad física o mental.

En sentido contrario, en el caso de que el acreedor alimentario sea menor de edad, no


necesita acreditarse su estado de necesidad en razón de una presunción de orden natural
que emerge de su especial situación de persona en proceso de desarrollo.

4. Sujetos de la obliéación recíproca de darse alimentos a) Cónyuges


Los cónyuges tienen el derecho-deber de mutua asistencia (ayuda, colaboración, socorro
espiritual, emocional y material) en razón de su estado familiar (artículo
288 del CC).

La obligación recíproca de darse alimentos entre cónyuges deja de ser latente para
hacerse exigible ante el incumplimiento del aspecto material del deber de asistencia.

Para tal efecto, el cónyuge afectado debe acreditar su estado de necesidad, es decir la
imposibilidad de atender a su propia subsistencia por incapacidad física o mental de
acuerdo con lo señalado en el artículo 473 del CC. Sin embargo, es práctica judicial muy
arraigada y vigente el otorgar alimentos a la cónyuge (mujer) con la sola valoración de su
estado de familia por medio de su partida de matrimonio sin que ella haya acreditado la
imposibilidad de atención de su propia subsistencia, en contra del principio de igualdad
entre cónyuges.

Conviene anotar que incluso nuestra jurisprudencia, en una inadecuada comprensión del
estado de necesidad, ha llegado a señalar que de ninguna manera el estado de
necesidad puede significar que se encuentre (la cónyuge) en total imposibilidad de
proveer a sus necesidades (Cas. N° 3065-98 del 3 de junio de 1999).

42
Del mismo modo se ha llegado a señalar que el artículo 473 del CC no le es aplicable a
la cónyuge sino a los otros alimentistas, considerando que este artículo solo se explica si
se parte del supuesto de que el derecho de estos últimos, en principio, termina con la
mayoría de edad, lo que no ocurre en el caso de la cónyuge, ya que ordinariamente se
adquiere dicho estado civil desde los dieciocho años de edad, siendo desde este
momento cuando nace su derecho de alimentos (Cas. N° 2833-99).

Nosotros consideramos que por el hecho de que no se haga una mención expresa a los
cónyuges y hermanos, este artículo no deja de series aplicable en razón de que no
podemos hacer una diferenciación donde la ley no la hace. En el mismo sentido, no
podemos considerar que está dirigido únicamente a los descendientes (hijos), pues su
parte final hace referencia a los ascendientes. Además, para los descendientes existe
una norma específica modificada por la misma ley (artículo 424 del CC), la cual es
acertada porque trata de limitar la 0ullyación de mantenimiento de los padres hacia los
hijos.

Por ello, si la finalidad era el legislar solo para los hijos, creemos que ha sido un error el
modificar el artículo 473 en los términos en los que se ha hecho, habiéndose en nuestra
opinión incluso atentado contra la base ética y moral de solidaridad sobre la que descansa
la obligación recíproca establecida por la norma bajo comentario.

No obstante, en tanto la ley está vigente los cónyuges al solicitarse los alimentos
recíprocos no pueden sustraerse de las condiciones que se exigen a todos los adultos
para solicitarlos y que están reguladas en los artículos 473 y 481 del CC, salvo las
excepciones que emergen de la interpretación sistemática del artículo bajo comentario, a
las que más adelante nos referiremos.

Las dificultades como la acotada en la interpretación de la norma bajo comentario, nos


obligan a hacer algunas precisiones conceptuales previas antes de examinar algunas
situaciones de aplicación práctica.

a.1) El principio de igualdad y los roles que cada cónyuge desempeña en el hogar

43
La igualdad legal proclamada por nuestra ley (artículo 234 del CC) se contrapone con los
roles socialmente asignados a los varones y mujeres, donde las mujeres
mayoritariamente se dedican a las labores domésticas y el varón al trabajo fuera del
hogar.

En tal sentido, una apreciación de la igualdad de los cónyuges al momento de solicitar


los alimentos sin la apreciación de los roles que desempeña cada uno en el hogar, puede
pasar por alto el trabajo doméstico al fijarse únicamente en la existencia del estado de
necesidad del solicitante. Esta valoración, con los parámetros propuestos por la
modificación acotada, deja de lado muchas situaciones existentes en la vida conyugal,
durante y después del matrimonio.

Sin embargo, existen situaciones en las que la valoración del estado de necesidad
adquiere un matiz distinto del exigido por el artículo 473 del CC que lo limita a la
incapacidad física o mental de mantenerse a sí mismo.

Éste es el caso del traslado de la obligación de sostener a la familia a uno de los cónyuges
cuando el otro se dedica exclusivamente al trabajo del hogar y al cuidado de los hijos
(artículo 291 del CC). En este caso, el trabajo doméstico adquiere una valoración
económica como parte del sostenimiento del hogar y cumplimiento del deber de
asistencia.
No obstante, consideramos que el cónyuge solicitante, además de probar la labor
doméstica que realiza y que no percibe ingresos fuera del hogar, debe de acreditar que
no tiene bienes propios capaces de producir rentas o que por su edad y capacitación está
en condiciones de obtener un trabajo remunerado, pues de otro modo se estaría
amparando una actitud abusiva de parte de uno de los cónyuges al cargar su
mantenimiento íntegramente sobre el otro.

En conclusión deberá acreditar el estado de necesidad que tiene en función del rol y las
actividades que desempeña y las que está en posibilidades de realizar. Esto tiene algunos
matices que pasaremos a examinar.

a.2) Cumplimiento de la obligación cuando los cónyuges viven juntos

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En el caso de que los cónyuges vivan en el mismo techo sea bajo el régimen de la
sociedad de gananciales o de separación de patrimonios, es obligación de ambos el
sostenimiento del hogar según sus posibilidades y rentas, pudiendo solicitar en caso
necesario que el juez regule la contribución de cada uno (artículo 300 del CC) o la
administración de los bienes propios del otro (artículo 305 del CC), recayendo esta
obligación solo en uno de los cónyuges en el caso comentado anteriormente (artículo
291).
Debemos precisar que la obligación del sostenimiento del hogar y la obligación
alimentaria no son equivalentes. El sostenimiento si bien los incluye abarca la satisfacción
de todas las necesidades del hogar y no únicamente las del cónyuge.

No obstante ello, en el caso de la vida en común es difícil establecer una diferenciación


entre una y otra.
El artículo bajo comentario regula estrictamente la obligación alimentaria recíproca
personal.

a.3) Cumplimiento de la obligación en caso de suspensión de la cohabitación y


separación de cuerpos y divorcio

En el caso de la suspensión judicial de la cohabitación subsisten las demás obligaciones,


correspondiendo los mismos efectos que si se mantuviera la vida en común (artículos
287 y 347 del CC).

Distinta es la situación en el caso de la separación de hecho unilateral, donde se protege


al abandonado que mantiene su derecho alimentario, cesando para el que se retira sin
justa causa o rehúsa regresar a ella (artículo 291, segundo párrafo) pudiendo solicitar
incluso el embargo de sus rentas, la administración de los bienes sociales (artículo 314
del CC) o los propios del otro (artículo 305 del CC).

Por otro lado, al ser de orden público las normas del Derecho de Familia, no es
procedente que las personas regulen por convenio extrajudicial la suspensión de la
cohabitación, por lo que una vez que cualquiera de los cónyuges solicite la reanudación

45
de la convivencia si el otro se rehúsa, la consecuencia será el cese de la obligación
alimentaria.
En el caso de la separación de cuerpos o divorcio, es procedente solicitar la separación
provisional y los alimentos como medidas cautelares (artículo 485 y 680 del CPC),
correspondiéndole al juez autorizar que los cónyuges vivan por separado y fijar por
adelantado el monto de la obligación alimentaria cuyo valor será definido finalmente en
la sentencia (artículo 342 del CC), protegiéndose al cónyuge perjudicado (artículos 345-
A y 350 segundo párrafo del CC).
Es de advertir que en el caso del cónyuge inocente o perjudicado con el divorcio, se
establece en el artículo 350 del CC una valoración distinta de la señalada en el artículo
473 del CC, para la determinación de su estado de necesidad cuya finalidad es proteger
su estabilidad económica.

Un ejemplo que podría graficar lo anteriormente expuesto sería el siguiente: Darío


(65) y María (60) han convivido matrimonialmente durante 30 años; Darío es un ejecutivo
de una empresa importante, María en cambio es ama de casa, labor que ha desarrollado
pese a su profesión de ingeniera de minas por haber convenido entre ambos que era
importante que ella se dedicara a las labores domésticas y organización del hogar,
habiendo logrado que sus hijos sean profesionales de éxito y hagan una vida
independiente.

Un buen día, María descubre que su cónyuge sostiene relaciones amorosas con su
secretaria y que ha reconocido un hijo extramatrimonial. Por esta razón le demanda y
obtiene el divorcio por la causal de adulterio.

Es evidente que María, con la edad que tiene y habiéndose dedicado toda su vida al
hogar, no tiene ninguna oportunidad laboral. Haciendo aún más real el ejemplo podemos
rebajar la edad de María a 40 años y se encontraría en la misma situación.

Por ello, al momento de valorar las necesidades de alimentos del cónyuge inocente no
debe considerarse únicamente si carece de bienes propios o gananciales suficientes o si
está imposibilitado(a) de trabajar o satisfacer sus necesidades por otro medio, sino
también debe tenerse en cuenta el rol que el cónyuge inocente ha estado desarrollando

46
en el hogar antes de la disolución del vínculo, a fin de garantizar el mantenimiento de su
nivel económico en cuanto sea posible.

En este caso no se trata de premiar al inocente por los cuidados que dio a los hijos, los
cuales incluso emergían del deber de padre o madre, sino considerar que de no ejercer
ese rol podría haberse dedicado a otras actividades asalariadas o hacerlo a tiempo
completo. Además, debe considerarse que en la mayoría de casos, quien se dedicó a las
labores domésticas luego de la disolución del vínculo, lo seguirá haciendo al ejercer la
tenencia de los hijos.

Para el culpable del divorcio, la valoración de su estado de necesidad únicamente se


reduce a la indigencia, lo cual es un grado superlativo de necesidad (AGUILAR).

a.4) El caso de la separación convencional


Como quiera que al presentarse la demanda es requisito especial la propuesta de
convenio que incluya la regulación sobre los alimentos (artículo 575 del CPC), es
frecuente en la práctica forense que en dichos convenios se haga referencia a que los
cónyuges renuncian al deber que tienen de alimentarse mutuamente, en abierta
contraposición a la irrenunciabilidad del derecho alimentario consagrada en el artículo
487 del CC, cuando lo pertinente es señalar que no hay un estado de necesidad en
ambos cónyuges, el cual al reaparecer hará exigible la obligación mientras subsista el
vínculo conyugal.

Por otro lado, en la separación convencional, a pesar de no hacerse referencia a las


motivaciones que se encuentran detrás de la demanda, se esconde no pocas veces una
causal que no se quiere mencionar, que es la verdadera razón de la ruptura. Por estas
razones al plasmarse el convenio puede convenirse el otorgamiento de alimentos a favor
de uno de los cónyuges, acordándose su mantenimiento después del divorcio en el
entendimiento del evidente estado de necesidad o del perjuicio que le causa el divorcio.

Abarca la satisfacción de todas las necesidades del hogar y no únicamente las del
cónyuge. No obstante ello, en el caso de la vida en común es difícil establecer una
diferenciación entre una y otra.

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El artículo bajo comentario regula estrictamente la obligación alimentaria recíproca
personal.

Nuestra legislación no ha regulado sobre la vigencia del convenio alimentario luego de


la" disolución del vínculo matrimonial. Debemos advertir que con la disolución del vínculo
cesa la obligación legal de alimentarse, por lo que su mantenimiento convencional
traslada la fuente de la obligación al acuerdo de voluntades. Sin embargo, en este caso
no estaríamos frente a una renta vitalicia en sentido estricto al no cumplirse con el
requisito formal exigido bajo sanción de nulidad (artículo 1925 del CC)
En este caso, es urgente que nuestro Código posibilite un acuerdo de este tipo donde el
contenido de la prestación y las partes que participan, dejan en claro que no obstante el
cambio de la fuente de la obligación, no se ha desvirtuado su naturaleza al prolongarse
el deber alimentario libremente asumido por uno de los cónyuges entendiendo el estado
de necesidad del otro. Su modificación deberá estar regulada del mismo modo que la
pensión fijada para el cónyuge inocente en nuestra legislación actual.

b) Obligación recíproca entre descendientes y ascendientes Se extiende la obligación a


todos los parientes en línea recta siguiendo el orden establecido en el artículo 475; en el
caso de los descendientes debe diferenciarse la unilateral que es regulada en el Código
de los Niños y Adolescentes de la obligación recíproca que es regulada en el artículo bajo
comentario.

Todos los hijos tienen los mismos derechos (artículos 6 de la Const. y 235 del
CC), por lo que en el caso de que sean niños o adolescentes sus padres están obligados
a educarlos y alimentarlos (artículo 287 del CC), incluso a pesar de estar suspendidos o
perder la patria potestad (artículo 94 del CNA). Subsiste la obligación entre los 18 y 28
años si estudian una profesión u oficio con éxito (artículo 424 del CC). En caso de no
hacerla, únicamente tienen derecho si son solteros y están incapacitados física o
mentalmente de subsistir por sí mismos o su cónyuge no puede dárselos, reduciéndose
los alimentos a los necesarios en caso de que su propia inmoralidad los redujo a este
estado, es indigno o desheredado (artículos 473 y 485 del CC).

48
Los ascendientes tienen derecho a los alimentos amplios o congruos incluso cuando por
su propia inmoralidad sean incapaces física o mentalmente de mantenerse, en atención
al deber moral de tolerancia y consideración que les deben sus descendientes,
discriminando a los demás acreedores alimentarios (cónyuges, descendientes y
hermanos) a quienes les restringen los alimentos a lo estrictamente necesario cuando se
encuentran en la misma situación. Sin embargo, en el caso de incurrir en indignidad o
desheredación sí se les restringen los alimentos a los estrictamente necesarios.
La reciprocidad de la obligación tiene algunas excepciones en el caso de que los padres
sean acreedores alimentarios: así, frente el reconocimiento del hijo mayor de edad solo
genera derecho alimentario para el padre si el hijo consiente el reconocimiento, o cuando
el reconocimiento regulariza su estado constante de hijo (artículo 398 del CC). De la
misma manera, la declaración judicial de paternidad tampoco confiere al padre derecho
alimentario (artículo 412 del CC).

e) La obligación de darse alimentos entre hermanos


Entre hermanos existe obligación unilateral si el acreedor es menor de edad (artículo 93
del CNA) y recíproca que es la normada en el artículo bajo comentario.

En ambos casos se incluye tanto a los hermanos de padre y madre como a los medio
hermanos. Debiendo únicamente en el caso de ser mayor de edad acreditar su estado
de necesidad conforme la regla general establecida en el artículo 473 del CC, no así si
es menor de edad donde su estado de necesidad se presume.
Prelación DE OBLIGADOS A PRESTAR ALIMENTOS
ARTICULO 475
Los alimentos, cuando sean dos o más los obligados a darlos, se prestan en el orden
siguiente:
1.- Por el cónyuge.
2.- Por los descendientes.
3.- Por los ascendientes.
4.- Por los hermanos.(*)

(*) Confrontar con el arto 93 del Código de los Niños y Adolescentes aprobado por Ley
N° 27337 de 7 -08-2000, que se ocupa de regular esta misma materia.

49
La norma bajo comentario regula el orden que el acreedor alimentario debe respetar al
exigir la prestación. Es decir a quién de los sujetos de la obligación alimentaria recíproca
a los que se hace referencia en el artículo 4/4 uel CC, se debe demandar primero. Este
orden no puede ser alterado ni demandarse a todos al mismo tiempo.

La segunda disposición final del TUO del anterior Código de los Niños y Adolescentes
(D.S. N° 004-99-JUS) señala que modifica el artículo bajo comentario, sin que hasta la
fecha se haya establecido un texto sustitutorio.

Sin embargo, debe hacerse una obligatoria concordancia del artículo bajo comentario con
el artículo 93 de la Ley N° 27337, nuevo Código de los Niños y Adolescentes, que señala
el siguiente orden de prelación: los padres, los hermanos mayores de edad, los abuelos,
parientes colaterales hasta el tercer grado (tío) y otros responsables del niño o
adolescente.

De esta manera, el ámbito de aplicación del artículo comentado se ha visto restringido


únicamente a la concurrencia en la obligación subjetiva familiar potencial cuando el
acreedor alimentario es adulto, siendo de aplicación el artículo 93 del CNA cuando éste
es niño o adolescente.

El orden de prelación desde el punto de vista de los obligados puede ser considerado
como un derecho de excusión por el cual el demandado puede solicitar que previamente
se haga lo propio con el anteriormente obligado y se acredite que éste no puede cumplir
con dicha obligación (SOMARRIVA).

El orden de prelación regulado por el artículo bajo comentario se concatena con la


subsidiariedad o sucesividad que es característica de la obligación alimentaria, la cual
consiste en que para pedir alimentos al pariente más lejano es preciso recurrir
previamente al más cercano (LÓPEZ DEL CARRIL).

De este modo, no obstante la ley señala que todos los parientes tienen obligación
potencial respecto del solicitante, el alimentista debe respetar el orden de prelación al

50
solicitar los alimentos, debiendo por ello realizar, sin tener resultado, todas las gestiones
conducentes a lograr que el primer obligado en el artículo bajo comentario satisfaga su
necesidad para solicitárselas al segundo obligado y así sucesivamente.

Así, en el artículo bajo comentario, primero debe emplazarse al cónyuge. A falta de éste,
por su pobreza o muerte, recién se podrá hacer lo propio con los descendientes,
ascendientes y hermanos. De este modo, la obligación del posterior en el orden de
prelación es subsidiaria ante la falta o imposibilidad de prestarlos del anterior.

La subsidiariedad y sucesividad es un principio y característica de la obligación


alimentaria aceptado y compartido por la doctrina extranjera (BORDA,
PLANIOLRIPERT). En nuestra legislación y doctrina únicamente se hace referencia al
orden de prelación regulado por la norma bajo comentario del cual emerge esta
característica de la obligación alimentaria.

Conviene argumentar que la norma que comentamos al regular el orden de prelación


hace un paralelo con el orden sucesorio establecido. Así, los descendientes son
sucesores del primer orden, los ascendientes del segundo orden, concurre con ambos el
cónyuge pese a ser del tercer orden, el hermano es del cuarto, el tío del quinto y el primo
del sexto (artículo 816 del CC).

Sin embargo, mientras que el orden sucesorio se extiende hasta los primos, la obligación
recíproca de darse alimentos y el orden de prelación comentado terminan en los
hermanos (artículos 474 y 475 del CC).

Al respecto, consideramos que si en el caso de la herencia se extiende la sucesión hasta


los primos, debe extenderse también la obligación de alimentarse y prelación a los
parientes colaterales en el tercer grado de consanguinidad (tíos, sobrinos) como a los del
cuarto grado de consanguinidad (primos).

Un avance en ese sentido ha sido la inclusión de los tíos como obligados a dar alimentos
al sobrino en el Código de los Niños y Adolescentes (artículo 93 del

51
CNA). No obstante, es injusto que el tío que alimentó al sobrino cuando era menor de
edad, no tenga derecho a exigirle alimentos al encontrarse en estado de necesidad y no
tener otros parientes anteriores en el orden de prelación regulado por la norma bajo
comentario.

A continuación, examinaremos la forma en la que opera el orden de prelación normado


por el artículo bajo comentario.

a) Cónyuges.- El artículo bajo comentario ha considerado como primer obligado al


cónyuge, pese a no ser pariente, debido a la comunidad de vida económica y espiritual
que nace con el matrimonio, la cual implica un deber de asistencia mutua (artículo 288
del CC), el cual incluye en su aspecto material a los alimentos.

En el orden sucesorio el cónyuge, pese a ser del tercer orden, concurre tanto con
descendientes como con los ascendientes del primer y segundo orden sucesorio
respectivamente. Podría decirse por ello que siendo siempre del primer orden es también
el primero en obligación respecto de su cónyuge. El artículo bajo comentario coloca al
cónyuge como primer obligado alimentario a la subsistencia de su consorte. Sin embargo,
la alianza matrimonial va incluso más allá cuando establece como una de las cargas de
la sociedad conyugal a los alimentos que uno de los cónyuges está obligado por ley a dar
a otras personas (inc 2, artículo 316 del CC); como es sabido la remuneración al ser un
bien social respondería además por la obligación alimentaria que éste tiene por ley
(artículo 310 del CC).

De esta manera, el que es el primer concurrente en la herencia, lo es en la obligación


alimentaría incluso hasta de quienes no son sus parientes como efecto de la sociedad de
gananciales que ha formado.

b) Descendientes.- En segundo lugar en la prelación se encuentran los descendientes,


siendo los obligados inmediatos los hijos y a falta de éstos o por su pobreza los otros
descendientes.

c) Ascendientes.- En tercer lugar se encuentran los padres y demás ascendientes.

52
En este caso el fundamento de la obligación del mismo modo que en los descendientes
es el parentesco en línea recta.

d) Hermanos.- Por último se encuentran obligados los hermanos, parientes colaterales


de segundo grado.

Como es de verse, el artículo bajo comentario regula un orden de prelación general ante
la concurrencia de obligados. La prelación específica entre descendientes o ascendientes
y la forma en la que se desplaza la obligación de un obligado a otro, es materia de los
artículos siguientes.
PRELACiÓN ENTRE LOS OBLIGADOS DENTRO DE UNA MISMA LlNEA
CONSANGUINEA
ARTICULO 476
Entre los descendientes y los ascendientes se regula la gradación por el orden en que
son llamados a la sucesión legal del alimentista.

INTERPRETACIÓN

Por razones de intensidad en el vínculo y de inevitable limitación impuesta por la


naturaleza, el Derecho no pone límites al parentesco en línea recta descendente y
ascendente (LACRUZ BERDEJO). No obstante, a efectos de la satisfacción de la
obligación alimentaria regula el orden en el que ésta debe exigirse y cumplirse.

Por esta razón en este artículo, del mismo modo que en el anterior, se establece un
paralelo entre el derecho alimentario y el sucesorio.

En este sentido, ante la concurrencia de ascendientes o descendientes en calidad de


deudores alimentaríos, para determinarse la prelación en la obligación debe determinarse
primeramente el orden sucesorio.

Para este efecto nos debemos remitir al artículo 816 del CC en el que se establece el
orden sucesorio, señalándose: que son sucesores del primer orden los hijos y demás
descendientes; del segundo orden los padres y demás ascendientes, mencionando

53
después a los demás sucesores distintos de los que son materia del artículo bajo
comentario.

Podemos notar que se ha ponderado el orden sucesorio al momento de establecerse la


prelación en la obligación alimentaria entre ascendientes y descendientes, tanto general
como específica. Así, el descendiente que es sucesor del primer orden tiene la prelación
en el cumplimiento de la obligación frente al ascendiente que es sucesor del segundo
orden (artículo 475 del CC).

Cuando concurren obligados del mismo orden sucesorio, funciona también la prelación a
la que hemos hecho referencia en el párrafo precedente pero de manera específica.
De este modo, cuando concurren tanto el hijo, el nieto y el biznieto como obligados
potenciales del alimentista, se tiene que determinar quién es el que está primero al
momento de sucederlo a fin de determinarse quién es el obligado principal y quiénes los
sucesivos.

En el ejemplo propuesto el hijo está obligado a dar alimentos al padre antes de que el
nieto o el biznieto, en razón de que al momento de la sucesión es él quien concurrirá
primero a heredar, excluyendo al resto por ser el pariente del mismo orden sucesorio de
menor grado (línea recta de primer grado).

El mismo razonamiento se sigue al momento de establecer el orden de prelación


específico en el caso de la concurrencia de ascendientes del mismo orden sucesorio
(padre, abuelo, bisabuelo). El obligado principal respecto del alimentista será el
ascendiente que excluye al resto al momento de sucederlo. Así, el padre por ser
ascendiente de primer grado excluye al abuelo que es de segundo grado.

Tanto en el ámbito sucesorio como alimentario la proximidad en el parentesco es el


fundamento del beneficio sucesorio, y de la obligación alimentaria. Esta proximidad está
determinada entre ascendientes y descendientes por el grado o número de generaciones
existente entre el alimentista (causante) y el obligado alimentario (heredero).

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En todos estos casos, el artículo bajo comentario regula la forma en la que concurren los
obligados alimentarios de la misma línea de parentesco (línea recta), del mismo orden
sucesorio, pero de diferente grado, colocando al más beneficiado con la sucesión con
mayor obligación al momento de dar alimentos a su causante.

Al no ser la obligación simultánea, sino sucesiva entre los parientes de distinto grado, no
existe concurrencia de obligados (LAFAILLE, BORDA, CORNEJO), pues, así como para
recoger la herencia de quien carece de cónyuge, hijos y descendientes, se llama a los
padres, y solo en defecto de ellos a los abuelos, de la misma manera se pedirá alimentos
a aquellos y solo a falta de ellos a éstos
(CORNEJO).

Existe sin embargo un aspecto problemático del artículo bajo comentario, el cual emerge
del paralelo que se tiene que hacer en su aplicación con el derecho sucesorio.

En efecto, la norma bajo comentario hace referencia a que la gradación se regula por el
orden en que son llamados a la sucesión, en otras palabras, se debe prestar alimentos
en el orden en que se va a heredar.

Ahora bien, existe en el derecho sucesorio una figura denominada representación, por la
cual los descendientes tienen el derecho de entrar en el lugar y grado de su ascendiente
a recibir la herencia que a éste le corresponde si viviese, o la que hubiera renunciado o
perdido por indignidad o desheredación (artículo 681 del

La correlación de la norma bajo comentario con la anteriormente glosada nos puede


colocar ante un problema práctico que debemos abordar con la ayuda de un ejemplo:
Manuel, que es viudo y solicita alimentos a sus dos hijos, uno de ellos está siendo
representado en la sucesión a su vez por sus tres hijos que vienen a ser nietos de Manuel.
Los nietos ya mayores de edad concurrirán en la herencia.
La forma en la que se deberá efectivizar la obligación alimentaria nos plantea como
interrogante si el cumplimiento únicamente deberá ser asumido por los hijos o deberá
incluirse a los nietos.

55
En el caso no hemos hecho mención a la causa de la representación, pues opera en
varios casos y en todos ellos se presenta el mismo problema que no ha sido resuelto
satisfactoriamente por la doctrina. Así, LACRUZ BERDEJO al referirse al problema afirma
que la solución es realmente dudosa. Al aceptarse la contribución de todos los
descendientes sin mediador sucesorio, se plantea el problema de saber si en la
satisfacción de la obligación alimentaria contribuirán por cabeza, en cuyo caso lo deberán
hacer en proporción a sus posibilidades o por estirpe.

En nuestra doctrina nacional CORNEJO, luego de desarrollar el problema planteado,


señala que en el caso del premuerto no existe mayor complicación, ya que frente a la
muerte concurren los nietos por representación del hijo y tendrían que satisfacer la
obligación alimentaria. Del mismo modo, en la renuncia ya que ésta no opera en razón
de que no se puede renunciar a una herencia futura.

Por otro lado, al referirse a la indignidad y la desheredación, afirma que no es justo que
el hijo en esta condición que no alimenta al padre una vez perdonado, herede, pues se
premia dos veces su conducta: exonerándolo primero de la obligación alimentaria y
permitiéndole después recibir la herencia, lo cual lo colocaría en mejor situación que los
demás hijos que jamás incurrieron en causal de indignidad y desheredación (CORNEJO).

Retornando al caso propuesto para expresar nuestra opinión personal, consideramos que
en todos estos casos excepto en la renuncia que no funciona por las consideraciones
expuestas, debe de proceder la inclusión de los nietos de Manuel como obligados
alimentarios al operar la representación. En cada caso ellos deberán responder por
cabeza como si fueran parientes con mismo grado de parentesco que el hijo no
representado.

Así, Manuel tendría cuatro deudores alimentarios: su hijo y sus tres nietos. El no tomar
en cuenta la porción que recibirían como herencia es coherente con la base ética y moral
sobre la que descansa el instituto de los alimentos. Por ello, aunque la gradación de la
obligación se regula por la concurrencia a la sucesión, no está condicionada a porción de
la herencia ni a la existencia siquiera de la masa hereditaria.

56
Por otro lado, el hecho de que los nietos hayan abonado la cuota del padre representado
en caso de indignidad o desheredación, no convierte en injusta la situación cuando éste
es perdonado. En todo caso ellos no pueden juzgar ni el perdón del abuelo sobre el padre
ni la conducta de éste, pues nuestra legislación no quiere que los descendientes se
vuelvan jueces de sus ascendientes. Este aspecto es coherente con lo señalado en el
último párrafo del artículo 473 del CC.

En el caso de los ascendientes no existe mayor problema, al no presentarse la


concurrencia de obligados alimentarios ascendientes de diverso grado por no operar en
este sentido la representación (cfr. CORNEJO; LACRUZ BERDEJO).

PLURALIDAD DE OBLIGACIONES Y DIVISIBILlDAD DE LA PENSiÓN


ALIMENTICIA
ARTICULO 477
Cuando sean dos o más los obligados a dar los alimentos se divide entre todos el pago
de la pensión en cantidad proporcional a sus respectivas posibilidades. Sin embargo, en
caso de urgente necesidad y por circunstancias especiales, el juez puede obligar a uno
solo a que los preste, sin perjuicio de su derecho a repetir de los demás la parte que les
corresponda.

Comentario

El artículo bajo comentario regula la concurrencia de obligados alimentarios del mismo


orden sucesorio y del mismo grado de parentesco.

Para poder adentrarnos en la comprensión de los alcances de la norma, veamos el


siguiente ejemplo: Juan es adulto, soltero, tiene dos hijos, dos hermanos, sus padres y
abuelos viven. En el caso de que solicite alimentos, al no tener cónyuge y ser adulto,
tiene que pedir alimentos primero a sus hijos, ambos se los deben proporcionar en
cantidades proporcionales a sus propias necesidades. Debemos notar que los hijos
tienen el mismo grado de parentesco y orden sucesorio respecto de Juan.

57
El mismo razonamiento tenemos que seguir si en el caso Juan no tuviera hijos, entonces
ambos padres serían obligados, o faltando padres, sus abuelos por igual tanto de padre
como de madre y no habiendo éstos sus hermanos.

En todos estos casos los obligados sufragarán las necesidades de Juan en un monto
proporcional a sus propias posibilidades. En este caso si uno de los obligados no puede
ni atender ni su propia subsistencia no será incluido como acreedor.

Por otro lado, si a pesar de tener posibilidades se niega a otorgar los alimentos,
independientemente de las consecuencias legales de las que sería sujeto, la norma bajo
comentario prevé que por tratarse del derecho a la subsistencia de tutela urgente, el otro
hermano atenderá las necesidades de Juan sin perjuicio de la repetición que podrá exigir
de éste. Nos encontraríamos en la misma situación ante otras circunstancias especiales
en las que exista urgencia de atender las necesidades del alimentista, en todos estos
casos la valoración de la urgencia y la situación particular están a cargo del juez.

Cabe preguntamos si es que en todos estos casos es necesario que el acreedor


alimentario emplace a todos los deudores del mismo orden y grado o es suficiente con
que lo haga al que conoce que tiene las posibilidades de alimentarlo o a cualquiera de
ellos.

Al respecto, debemos señalar que el artículo bajo comentario señala que el pago de la
pensión es divisible entre los obligados. Sin embargo, con el emplazamiento el alimentista
le está solicitando a un obligado determinado los alimentos en su totalidad y no la parte
que le correspondería toda vez que lo hace por la relación personal existente entre ellos.

De este modo, si bien todos los deudores del mismo orden y grado pueden dividirse la
pensión, esta divisibilidad solo surte efecto entre ellos, porque frente al acreedor
alimentario cada coobligado tiene una deuda personal y diferente de cada uno de sus
obligados (LÓPEZ DEL CARRIL).

El emplazado podrá sin embargo hacer una denuncia civil (artículo 102 del CPC)
indicando la existencia de parientes de obligación preferente o de otros del mismo grado

58
que tienen mejores o iguales posibilidades, debiendo acreditar los hechos que señala,
pudiendo integrarse la relación procesal. No obstante si esto no se realiza, no podrá
solicitar la nulidad argumentando la existencia de un litisconsorcio necesario por las
razones expuestas en los párrafos precedentes y deberá satisfacer la obligación sin
excusas.

Luego del proceso, podría iniciar una acción de regreso solicitando además la
concurrencia de los otros obligados y la divisibilidad de la pensión. Sin perjuicio de lo
anterior por circunstancias especiales de urgente necesidad, el juez obligará a uno solo
de los obligados para que satisfaga la prestación alimentaria, manteniendo su derecho a
repetir.

La finalidad de esta norma es evitar una dilación del proceso que desnaturalizaría su
tutela urgente por tratarse de la satisfacción del Derecho Humano de
Subsistencia.

En todos estos casos la apreciación de urgencia que hace funcionar la obligación como
solidaria con concentración judicial queda al arbitrio del juzgador. Sin embargo, esto no
significa que la obligación sea solidaria pues aun en este caso el alimentista únicamente
se podrá dirigir por el todo contra el deudor designado por el juez (LACRUZ BERDEJO).

En muchas ediciones del Código Civil este artículo se ha sumillado como prorrateo. Sin
embargo debe precisarse que el prorrateo técnicamente se da en la concurrencia de
acreedores alimentarios normada por el artículo 570 del CPC y no en la de obligados que
estamos comentando.

El error incluso ha sido recogido legislativamente por el Código de los Niños y


Adolescentes, donde el artículo 95 en el que se hace referencia a que la obligación debe
ser prorrateada entre los obligados, sí se hallan materialmente impedidos de cumplir
dicha obligación en forma individual, pudiendo además ser prorrateada a solicitud de
cualquiera de los acreedores alimentarios en el caso de que sea inejecutable la pensión
fijada. De este modo para nuestra legislación el prorrateo ha sido utilizado tanto en la
concurrencia de deudores como de acreedores.

59
Lo que debe tenerse en cuenta es que si bien la pensión puede dividirse, la obligación es
indivisible, de este modo cuando concurren varios deudores frente a un acreedor la
pensión total se completa con el aporte que cada cual da como obligación independiente.

En cambio, cuando concurren varios acreedores lo que se divide no es el monto de la


pensión dada, sino la renta gravada al deudor, la cual no puede cubrir las diversas
pensiones fijadas por causa de obligaciones alimentarias independientes.

A esta operación, por la cual se reparte en proporciones la renta de un deudor a fin de


que sean ejecutables las pensiones fijadas, se le llama prorrateo.

Si la renta del deudor puede satisfacer todas las obligaciones alimentarías, no habrá
prorrateo. Para ello es preciso tener en cuenta que cuando se trata de rentas que no
provienen del trabajo se puede embargar hasta el1 00%, pero en el caso de las
remuneraciones y pensiones únicamente se puede embargar hasta el 60% por concepto
de alimentos (inc. 5 del artículo 648 del CPC).

Así, si una persona al divorciarse de su cónyuge ha sido afectada en su remuneración


por una pensión alimenticia del 50%, la cual se le viene descontando y pasado el tiempo
es vencido en otro proceso de alimentos donde se fija el 30% de su remuneración, al
solicitarse la ejecución de esta sentencia en el trabajo se negarán a la retención por este
concepto por superar el límite máximo embargable (60%), por lo que para ejecutarse esta
sentencia deberá hacerse un prorrateo de los ingresos afectados a fin de que se cumplan
las dos obligaciones alimentarias, para ello se deberá emplazar al deudor y a todos los
acreedores redistribuyéndose el porcentaje afectado dentro de los límites permitidos.

TRASLADO DE LA OBLIGACiÓN ALlMENTARIA DEL CÓNYUGE A LOS


PARIENTES
ARTICULO 478
Si teniéndose en cuenta las demás obligaciones del cónyuge deudor de los alimentos, no
se halla en condiciones de prestarlos sin poner en peligro su propia subsistencia, según
su situación, están obligados los parientes antes que el cónyuge.

60
Comentario
El artículo bajo comentario permite el traslado de la obligación alimentaria, amparando el
derecho de subsistencia que tiene el cónyuge obligado.

Debemos tener presente que los alimentos nacen como efecto del parentesco por
consanguinidad, concepto que lo encontramos definido en el artículo 236: "El parentesco
consanguíneo es la relación familiar existente entre las personas que descienden una de
otra o de un tronco común.

De esta forma, la obligación alimentaría existente entre los ascendientes y


descendientes, es decir, padres, hijos, nietos, comprende a todos los parientes en línea
recta, sin limitación. Asimismo, la obligación alimentaria entre los hermanos se debe
entender entre todos los hermanos, por cuanto la norma no señala diferencia entre
hermanos de padre y madre y los medios hermanos, aquellos que solo son de padre o
solo de madre.

Los mencionados son los obligados a prestar alimentos por razón de consanguinidad,
hallándose otros obligados a prestar alimentos en razón de la ley, sin existir
necesariamente los lazos de consanguinidad. Así, podemos mencionar algunos
supuestos:

Es el caso del cónyuge económicamente dependiente del ausente, que no recibiera


rentas suficientes para atender sus necesidades alimentarias, puede solicitar una pensión
alimenticia, la cual será otorgada atendiendo a las necesidades del solicitante y la cuantía
del patrimonio afectado (artículo 58 del

En el artículo 414 la madre del hijo extramatrimonial tiene derecho alimentario durante
los sesenta días anteriores y los sesenta posteriores al parto, así como al pago de los
gastos ocasionados por éste y por el embarazo. Así también el artículo 856, al momento

61
de legislar el derecho hereditario del concebido, el cual si bien queda suspendido hasta
el nacimiento del disfrute de la herencia, en el intervalo antes de que nazca concede a la
madre disfrutar de la herencia en cuanto tenga necesidad de alimentos.

El artículo 870 del Código Civil establece los alimentos a quienes hayan vivido a costas
del causante, por un término de tres meses.

Finalmente, el artículo 93 del Código de los Niños y Adolescentes incorpora en el inciso


tercero a los parientes colaterales hasta el tercer grado, es decir los tíos; y en el inciso
cuarto otorga la obligación de prestar alimentos a otros responsablesdel niño o del
adolescente como obligados a prestar alimentos en ausencia de los padres o
desconocimiento de su paradero.

De la misma manera que los casos expuestos anteriormente, la obligación alimentaría


existente entre los cónyuges no nace del parentesco, sino como consecuencia de la vida
en común y del mutuo socorro que se deben, de conformidad a lo previsto en el Libro
111, Título 11, Capítulo Único "De los

Deberes y Derechos que Nacen del Matrimonio" del Código Civil.


Ahora bien, pudiendo ser varios los obligados a dar alimentos, se establece el orden de
prelación, en el que el cónyuge se encuentra en el primer grado de prelación previsto en
el artículo 475 del Código Civil.

Sin embargo, el artículo comentado admite un caso de excepción en el que el cónyuge


no obstante ser el primero en la prelación, puede trasladar su obligación alimentaria a
otros parientes, cuando no se encuentre en condiciones de prestarlos sin poner en peligro
su propia subsistencia, según su situación.

Para que opere este traslado, debemos tener presente que los alimentos se regulan
teniendo en cuenta la posibilidad de prestarlos por el obligado, no siendo necesario
investigar rigurosamente el monto de sus ingresos en aplicación del último párrafo de
artículo 481 (téngase presente que aquí debe aplicarse la posibilidad que tiene de generar

62
ingresos, la cual también debe ser valorada al momento de aplicarse las posibilidades
económicas del acreedor alimentaría).

En el artículo bajo comentario merecen análisis los supuestos normativos que posibilitan
el traslado:

1. Las demás obligaciones del cónyuge y su propia subsistencia


Se debe determinar previamente qué clase de obligaciones pueden tener mayor urgencia
que cumplir con el deber de socorro y ayuda mutua que emerge de las obligaciones
matrimoniales. Es de advertir que solo se puede anteponer al deber de socorro aquellas
obligaciones que tienen que ver con la propia subsistencia del cónyuge deudor.

De este modo, si bien la ley considera que es importante que un cónyuge contribuya con
la satisfacción de las necesidades del otro, entiende que sus necesidades son prioritarias.

Consideramos que estas necesidades vinculadas con la propia subsistencia serían


únicamente las básicas o primarias (alimentos, vestido, salud, etc.).

2. La situación del cónyuge


Un aspecto que complica la aplicación de la norma en función del comentario que
venimos haciendo es el vinculado a la situación del cónyuge.

La situación del cónyuge reemplaza a conforme a su rango considerado en el


Código Civil de 1936, manteniéndose el resto de la redacción del artículo bajo comentario
en los mismos términos.

Al respecto, señala CORNEJO que esta expresión tenía un contenido elitista por cuanto
parecía dar prelación a necesidades suntuarias del obligado sobre las urgencias vitales
del cónyuge alimentista,

Sin embargo, esta situación depende exclusivamente de la interpretación que se haga


del término. En este sentido, consideramos que se mantiene el mismo riesgo anotado por
Cornejo de darse una interpretación que podría comprender la satisfacción de

63
necesidades que para una persona de situación social o económica distinta no
necesariamente son prioritarias. Por este motivo consideramos que este término debe
ser eliminado.

De esta manera, para que se produzca el traslado de la obligación alimentaria debe


acreditarse, teniéndose en cuenta los considerandos precedentes, que con su patrimonio
y con lo que percibe o pueda percibir, no se encuentra en situación de prestar los
alimentos sin ponerse a sí mismo en peligro.

Es en esta situación donde el artículo bajo comentario permite el traslado de la obligación


alimentaria amparando el derecho a la subsistencia que tiene el cónyuge obligado. Así,
los obligados alimentarios serían los parientes antes que el cónyuge, es decir la
obligación alimentaria es asumida por los hijos, los padres o los hermanos.

TRASLADO DE LA OBLIGACiÓN ALlMENTARIA ENTRE PARIENTES


POR CAUSA DE POBREZA

ARTICULO 479
Entre los ascendientes y los descendientes, la obligación de darse alimentos pasa
por causa de pobreza del que debe prestarlos al obligado que le sigue.

Comentario

El presente artículo, atendiendo a la obligación alimentaria recíproca que existe entre los
ascendientes y descendientes, establece como única causa para el traslado de la
obligación a los siguientes obligados en el orden de prelación a la pobreza. En este caso,
la pobreza debe entenderse como el estado de necesidad que tiene cada uno de ellos
para proveerse su propia subsistencia atendiendo del obligado que le sigue.

En el comentario al artículo anterior, señalamos que la obligación alimentaria puede


trasladarse por razones justificadas en el caso de la cónyuge. Así también entre
ascendientes y descendientes pueden ocurrir circunstancias que ameriten el traslado de
la obligación. En este caso, como la obligación se extiende en línea recta sin limitación

64
alguna y se basa en la relación de parentesco consanguíneo, el nieto podrá pedir los
alimentos al abuelo o al bisabuelo y viceversa.

Para este efecto, se debe tener presente que se regulará la gradación por el orden en
que sean llamados a la sucesión legítima de la persona que tenga derecho a los alimentos
en aplicación del artículo 476, en concordancia con el artículo 816.

De esta forma el padre está obligado a dar los alimentos antes que los abuelos, siempre
que se halle capacitado para atender, pero pueden reclamarselos alimentos a un abuelo
cuando el padre no pueda prestarlos por carecer de bienes, y el atenderlos, afecte su
propia subsistencia.

Debe tenerse en cuenta que los ascendientes (padres, abuelos, bisabuelos, etc.), al
solicitar la obligación alimentaria a sus descendientes, no siempre se encuentran eon el
derecho para accionar. Veamos algunos ejemplos:
Al padre que reconoce al hijo mayor de edad que no se le confiere derecho de alimentos,
salvo que el hijo tenga respecto de él la posesión constante de estado o consienta en el
reconocimiento (artículo 398 del CC). El mismo efecto se da en la declaración judicial de
maternidad o paternidad extramatrimonial, donde tampoco surge derecho alimentarío a
favor de los ascendientes cuya relación filial se declara judicialmente (artículo 412 CC).

En estos casos no procede por parte de los ascendientes solicitar la obligación


alimentaria, por cuanto si e.1 padre no tiene el derecho de accionar, menos derecho
tendrán los ascendientes de estos padres (CORNEJO).

Concuerda AGUILAR con la interpretación anterior. Sin embargo, cuestiona la norma


señalando que no tiene razón de ser extender la sanción a los ascendientes de los hijos
que en su oportunidad no asumieron su responsabilidad o realizaron el reconocimiento
oportuno.

Nosotros consideramos que la ley no establece en forma expresa esta sanción y que en
todo caso la extensión de la misma es únicamente un asunto de interpretación.

65
Asimismo, debemos tener presente que el artículo 480, al que nos referiremos más
adelante, tampoco extiende la obligación alimentaría a los descendientes y ascendientes
de la línea paterna del hijo alimentista, porque al no existir una relación paterno-filial
tampoco se extiende el parentesco en línea recta.
INTRANSMISIBILIDAD DE LA OBLIGACiÓN CON EL HIJO ALlMENTISTA
ARTICULO 480
La obligación de alimentarse que tiene un padre y su hijo extramatrimonial no reconocido
ni declarado, conforme a lo dispuesto en el artículo 415, no se extiende a los
descendientes yascendientes de la línea paterna.

Comentario

El texto bajo comentario remite al artículo 415 o el CC, el cual legisla sobre los llamados
HIJOS ALlMENTISTAS, término que no es correcto ya que en su lugar se debió consignar
únicamente ALlMENTISTAS, ello porque solo es hijo aquel que es reconocido
voluntariamente ante el registro civil, por escritura pública o testamento o, en su defecto,
aquel cuya filiación ha sido declarada judicialmente.

Al alimentista no le es aplicable lo dispuesto en el artículo 424 del Código Civil por no


tratarse de un hijo legalmente (AGUILAR). Sin embargo el mismo artículo 415 regula la
subsistencia por causas de incapacidad física o mental. En caso de ser menor de edad,
los alimentos comprenden su instrucción, educación y recreo, además de lo necesario
para el sustento, vestido, habitación y asistencia médica. (artículo 472 del CC, artículo 92
del CNA).

El deber que tiene el estado de proteger los derechos de todo ser humano, hace surgir la
figura jurídica del hijo alimentista por medio de una ficción jurídica con la finalidad de
cubrir las necesidades básicas de los niños que no son reconocidos por sus padres. Al
respecto CORNEJO señala que: un. se funda en el derecho a la vida que tiene todo ser
humano por el hecho de serio. Alguien ha de proveer, pues, a la subsistencia de ese hijo
sin padres, de ese ser privado de status famifiae y del amparo de la patria potestad; y
ese alguien, allí donde no es el

66
Estado mismo -por no permitirlo su organización socio-política o sus recursos-, no puede
ser otro que aquél a quien, no con certeza y ni siquiera con vehemente Verosimilitud o
probabilidad, mas sí con razonable posibilidad, puede reputarse como el progenitor".

Con los hijos alimentistas, en realidad se regula una posibilidad de paternidad, por ello
genera efectos alimentarios y de impedimento matrimonial (artículos 415 y
242, inciso 1 del CC).

Cuando realizamos el comentario del artículo anterior, señalamos que la obligación


alimentaria, entre los ascendientes y descendientes, se entendía sin limitación alguna,
así el nieto puede pedir los alimentos al abuelo o al bisabuelo y viceversa. Asimismo se
estableció que la obligación alimentaria de ascendientes y descendientes se basa en la
relación paterno-filial, en el parentesco consanguíneo, que justifica que los alimentos
sean únicamente entre sí.

El artículo bajo comentario, al señalar que la obligación alimentaria del alimentista no se


extiende a los ascendientes y descendientes, es coherente con su condición de
puramente alimentista. Así, no puede reclamarle alimentos al padre de su alimentante
porque no sería legalmente su abuelo y no existe ningún vínculo entre éste y los parientes
del acreedor. De este modo, la relación entre el acreedor alimentario (alimentista) y el
deudor alimentario (alimentante) es personal e intransferible.

La norma ha considerado la intransmisibilidad de esta figura por lo expuesto en líneas


anteriores (necesidad de atender a un hijo sin padre), basándose en una razonable
posibilidad, por lo que en una medición de justicia al otorgarse una carga al padre que
podría no ser su hijo, esta presunción no se extiende a los derechos que trae consigo la
paternidad o la filiación legalmente establecida.

Consecuentemente, no existen efectos hereditarios o de patria potestad ante estas


restricciones que justamente reconoce el derecho.

Asimismo, este artículo señala expresamente que en el caso de los hijos alimentistas la
obligación alimentaria no se extiende a los descendientes y ascendientes de la línea

67
paterna, en concordancia a lo expuesto, por cuanto no se configura una relación paterno-
filial, es decir la relación solo se da entre el deudor alimentario (hijo alimentista) y el
acreedor alimentario (presunto padre), no existiendo la relación paterno-filial; el deudor
alimentario no puede exigir alimentos a los parientes de su acreedor alimentario porque
legalmente no existe ningún vínculo entre éste y los parientes del acreedor.

Además, es necesario acotar que si bien existe una evidente necesidad de atender las
necesidades de estos sujetos de derecho, la norma faculta al demandado solicitar la
aplicación de la prueba gen ética para eximirse de esta obligación alimentaria, por lo que
podemos concluir que en cuanto las pruebas científicas se encuentren al alcance de las
mayorías esta figura jurídica va a tener menos efectos y será difícil de aplicar por la
prueba científica de ADN; es decir esa razonable posibilidad que se requiere ya no será
aplicable con esta norma, pero entonces cómo podemos cubrir las necesidades de estos
seres humanos que de acuerdo con nuestra Constitución, es el fin supremo de la
sociedad, situación que se irá adecuando con la jurisprudencia al respecto.

No obstante, el artículo bajo comentario no permite la transmisión de la obligación


alimentaria en línea recta. El mismo Código permite esta transmisión mortis causa,
cuando regula en el artículo 728 que si el testador estuviese obligado al pago de una
pensión alimenticia por hijo alimentista, la porción disponible quedará grabada hasta
donde fuera necesaria para cumplirla. En todo caso esta porción, como lo señala el
artículo 417 del CC, no podrá exceder a lo que le hubiera correspondido si hubiese sido
reconocido o declarado judicialmente. Del mismo modo, esta norma permite que la acción
de hijo alimentista pueda ser dirigida contra los herederos del presunto padre.

Esta pensión alimenticia debe de considerarse como una deuda hereditaria, señalándose
su forma de pago en el artículo 874 del CC.

CRITERIOS PARA FIJAR ALIMENTOS


ARTICULO 481
Los alimentos se regulan por el juez en proporción a las necesidades de quien los pide y
a las posibilidades del que debe darlos, atendiendo además a las circunstancias
personales de ambos, especialmente a las obligaciones a que se halle sujeto el deudor.

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No es necesario investigar rigurosamente el monto de los ingresos del que debe prestar
los alimentos.

Comentario

Los presupuestos legales de la obligación de alimentos son tres: uno subjetivo,


constituido por la existencia del vínculo familiar, caracterizado por su carácter y vocación
de permanencia, mientras los otros dos, de carácter objetivo, el estado de necesidad del
acreedor y la disponibilidad económica del obligado pueden variar con el transcurso del
tiempo (CORNEJO CHÁ VEZ). Estos últimos a que hace referencia el artículo bajo
comentario, convierten la obligación de alimentos en exigible, quedando su determinación
a diferencia del hecho natural del parentesco, a la apreciación y buen criterio del juzgador.

Lo expuesto supone que la obligación de alimentos nace desde el mismo momento en


que concurren los tres requisitos mencionados y, por ende, la sentencia judicial posterior
que así lo establezca será de carácter meramente declarativo. Como bien entiende la
mayor parte de la doctrina (LACRUZ BERDEJO y SANCHO REBULLlDA,
O'CALLAGHAN MUÑOZ), antes de la sentencia judicial no puede afirmarse que el
alimentante incumple con su obligación pues para ello es necesario que así lo exija el
alimentista, como lo haría cualquier acreedor que desee constituir en mora a su deudor.
Sin embargo, esto no impide que la obligación legal de alimentos nazca con la
concurrencia de los presupuestos legales, y en conseéuencia, lo pagado con anterioridad
a la demanda es un verdadero cumplimiento sin que exista posibilidad de que el
alimentante exija el reembolso de los alimentos ya pagados (LACRUZ BERDEJO y
SANCHO REBULLlDA, SERRANO ALONSO).

Volviendo al análisis de los presupuestos objetivos -el estado de necesidad y. la


capacidad económica-, pueden ser estudiados desde una doble perspectiva, como
requisitos necesarios para el nacimiento.Q para la extinción de la obligación de alimentos.
Por otro lado, ambos conceptos sirven como parámetro para determinar su cuantía. Estos
diversos aspectos aparecen regulados en nuestro Código Civil en el artículo bajo
comentario, y en los subsiguientes, artículos 482 y 483, refiriéndome en este apartado a
la fijación del monto de los alimentos.

69
Nuestro cuerpo legal civil establece en el artículo 481 que los alimentos deben ser
regulados por el juez en proporción a las necesidades del alimentista y a las posibilidades
de la persona que debe darlos. Así, nuestro Código reconoce una de las características
menos controvertidas y más aceptadas por la doctrina civil en materia de derecho de
alimentos, según la cual los elementos objetivos de la obligación han de ser
proporcionales (PADIAL ALBÁS). Consecuentemente, y tal como se analizará en el
apartado correspondiente, esto supone que la pensión alimenticia podrá ir variando de
acuerdo con las circunstancias que afecten al alimentista y al alimentante.
El estado de necesidad puede ser definido como aquella situación en que se encuentra
una persona a la cual le resulta imposible proveer a su propia subsistencia y satisfacer
sus más elementales necesidades no solo por carecer de medios propios sino también
por la imposibilidad de procurárselos él mismo (FERRI). El estado de necesidad es un
concepto variable que depende de las circunstancias personales de cada persona, cuya
determinación corresponde hacerla al juez estudiando cada caso concreto, pues como
afirma algún autor solo desde el pIano de la propia necesidad es posible determinarlo
(ALBALADEJO GARCIA, LACRUZ BERDEJO Y SANCHO REBULLlDA, PADIAL
ALBÁS). Por esta razón, el artículo 481 establece que los alimentos deben prestarse
teniendo en cuenta las circunstancias personales del alimentista.

De ahí que sea posible afirmar que este elemento que se ha catalogado de objetivo
también tenga un carácter subjetivo, puesto que los alimentos siempre y en todo caso -y
no además, como señala el artículo- han de prestarse teniendo en cuenta las situaciones
personales del alimentista, su edad, educación, salud, su entorno familiar, etc.
Ciertamente, el estado de necesidad tratándose de menores de edad podría llegar a
presumirse dadas las circunstancias particulares, pero ello no exime al juez de efectuar
una apreciación particular tal como parece afirmar algún sector de la doctrina nacional
(PLÁCIDO VILCACHAGUA).

Un punto que vale la pena aclarar es que estado de necesidad no equivale a estado de
indigencia, como comúnmente suele pensarse. En efecto, la necesidad de cada
alimentista debe apreciarse teniendo en cuenta el contexto social en el que vive, puesto

70
que los alimentos no se circunscriben a lo estrictamente necesario para la subsistencia,
salvo en el que caso de los mayores de edad.

Pero, aun en este supuesto, la doctrina es uniforme al establecer que lo estrictamente


necesario es un concepto de carácter relativo que también ha de hz<determinarse en
cada supuesto concreto. Lo anterior supone que el juzgador deberá determinar la pensión
de alimentos acorde con la realidad de cada alimentista sin que pueda establecerse un
estándar o un promedio uniforme aplicable a todas y cada una de las situaciones.

En este sentido, algunas sentencias extranjeras de la Corte de Casación italiana


(Sentencias 81/51,65/1614 Y 68/1557) han determinado que no hay estado de necesidad
cuando el alimentista posee bienes, que aunque improductivos, podrían ser vendidos
para hacer frente a sus necesidades esenciales, o si fuera posible recurrir al crédito y
restituirlo con el producto de su trabajo o la disposición de ciertos bienes de su propiedad.

Mas éste no es el único elemento objetivo que debe tomar en cuenta el juez al momento
de determinar la pensión de alimentos, siendo igualmente importantes las posibilidades
económicas de quien debe prestarlos. Así, queda ratificado en el artículo bajo comentario
cuando establece que debe existir proporción entre las necesidades del alimentista y los
ingresos de quien debe prestarlos. Esta característica de la proporcionalidad aparece ya
en el Digesto, y es recogida en la mayor parte de los Códigos Civiles vigentes, como el
español (artículo 146), italiano (artículo 438).

Si al momento de fijar la pensión de alimentos se deben tener en cuenta los ingresos del
alimentante, y si la necesidad del alimentista no está restringida a lo estrictamente
necesario para sobrevivir sino que se trata de un concepto subjetivo más amplio,
entonces se puede concluir que el verdadero límite a la pensión de alimentos lo constituye
la posibilidad del alimentante (BELTRÁN DE HEREDIA y ONIS). E incluso ésta puede
llegar a afectar la modalidad de pago de la obligación alimenticia que puede ser fijada en
dinero o in natura.

REAJUSTE DE LA PENSiÓN ALIMENTICIA


ARTICULO 482

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La pensión alimenticia se incrementa o reduce según el aumento o la disminución que
experimenten las necesidades del alimentista y las posibilidades del que debe prestarla.
Cuando el monto de la pensión se hubiese fijado en un porcentaje de las remuneraciones
del obligado, no es necesario nuevo juicio para reajustarla. Dicho reajuste se produce
automáticamente según las variaciones de dichas remuneraciones.
Comentario
Como se afirmó en el apartado anterior, el artículo 481 establece que la prestación
alimenticia debe ser fijada de acuerdo con el criterio de la proporcionalidad, según las
necesidades del alimentista y los ingresos del alimentante. En este sentido, el artículo
482 se complementa con el anterior al señalar las causas por las cuales la pensión de
alimentos puede aumentar o disminuir.

En efecto, siendo la prestación de alimentos una obligación de tracto sucesivo o


cumplimiento periódico (BELTRÁN DE HEREDIA Y ONIS), puede estar sujeta a diversas
modificaciones durante el tiempo de su vigencia. De otro lado, la deuda alimenticia -salvo
el caso del artículo 484- tiene el carácter de una de valor y como tal sujeta a las normas
aplicables para este tipo de obligaciones, en especial, lo referido a las cláusulas de
estabilización.

Por este motivo, como anota la doctrina (LACRUZ BERDEJO y SANCHO REBULLlDA),
considero que no existe impedimento alguno para que el juez pueda someter la pensión
de alimentos a una cláusula de reajuste automático a fin de mantener el poder adquisitivo
de la moneda. En el mismo sentido, interesantes sentencias extranjeras han reconocido
abiertamente el carácter de deuda de valor de la prestación alimenticia ordenando su
adecuación con el índice del coste de vida, siempre que no exceda de la proporción en
que se hubiesen incrementado los ingresos del alimentante (por ejemplo, las Sentencias
del Tribunal Supremo Español de 9 de octubre de 1981 y 11 de octubre de 1982), esto
en clara aplicación del principio de la proporcionalidad.

El artículo 567 del Código Procesal solo establece la obligación del juez de actualizar, al
momento de expedir sentencia o de ejecutarla, la pensión alimenticia a su valor real.

72
Así, en aplicación del artículo 1236 del CC, la prestación de alimentos se actualizará
conforme al índice de Precios al Consumidor acumulado en el tiempo en el que duró
dicho proceso (PLÁCIDO VILCACHAGUA). No obstante, reitero, no existe inconveniente
(legal) para que el juez -a pedido de parte o de oficio- pueda ordenar la aplicación de
alguna cláusula de reajuste automática (p. ej. de periodicidad anual), siempre que así lo
permitan los ingresos del acreedor alimentario.

El artículo 482 del CC trata exclusivamente de las variaciones que puede experimentar
la pensión de alimentos a consecuencia de una modificación en el aspecto pasivo (una
disminución del patrimonio del deudor alimenticio) o en el aspecto activo de la relación
(un incremento en los ingresos del alimentista), siempre que sean de tal entidad que
justifiquen el cambio solicitado. Esto último no podía ser de otro modo a la luz de la regla
recogida en el artículo 481 del CC que reconoce el principio de proporcionalidad al
momento de establecer la pensión de alimentos.

Tratándose de cualquiera de estos supuestos, nuestra ley procesal (artículos 568 y 571)
establece que las variaciones en la pensión de alimentos tendrán vigencia a partir de la
fecha del día siguiente a la fecha de la notificación de la demanda en la que se solicita el
aumento o disminución, una vez que hubiesen sido aprobadas por resolución judicial.

Una cuestión que sí ha contemplado expresamente nuestra norma civil es la posibilidad


de que la prestación alimenticia se fije en un porcentaje de los ingresos del alimentante,
evitando el inconveniente de solicitar, con cierta frecuencia, el aumento de aquella, sobre
todo tratándose de personas con trabajos dependientes y de carácter estable, casos en
los que es posible determinar con precisión el monto de los ingresos y sus eventuales
incrementos (PERALTA ANDíA).
Si se produce una variación en la cuantía de las pensiones, resulta importante precisar
el momento en que opera el alza o la disminución de la pensión alimenticia. Los artículos
568 y 571 establecen que en cualquiera de estas situaciones, la fecha en que desde la
que se hace efectivo el mandato judicial es el día siguiente al de la notificación de la
demanda.

CAUSALES DE EXONERACiÓN DE ALIMENTOS

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ARTICULO 483
El obligado a prestar alimentos puede pedir que se le exonere si disminuyen sus ingresos,
de modo que no pueda atenderla sin poner en peligro su propia subsistencia, o si ha
desaparecido en el alimentista el estado de necesidad.

Tratándose de hijos menores, a quienes el padre o la madre estuviese pasando una


pensión alimenticia por resolución judicial, ésta deja de regir al llegar aquéllos a la
mayoría de edad.

Sin embargo, si subsiste el estado de necesidad por causas de incapacidad física o


mental debidamente comprobadas o el alimentista está siguiendo una profesión u oficio
exitosamente, puede pedir que la obligación continúe vigente. (*)

(*) Texto según modificatoria introducida por la Ley N" 27646 de 23-01-2002.

Comentario
Si en el artículo 481 se contemplaban las eventuales modificaciones en el monto de la
pensión alimenticia, en éste se reconoce la posibilidad del cese provisional de la
obligación cuando falte uno de los requisitos objetivos, o lo que es lo mismo, si la fortuna
del alimentante disminuyera o si la nueva situación del alimentista le permitiera
mantenerse por sí mismo. Esto quiere decir que el aumento en los ingresos del
alimentante o la reducción de los ingresos del alimentista que le impidiesen atender a su
propia subsistencia, actualizaría la obligación, puesto que el derecho a percibirla no se
extinguió (LACRUZ BERDEJO y SANCHO REBULLIDA, PADIAL ALBÁS).

De acuerdo con el primer supuesto -la disminución de los ingresos del alimentista-, se
exige que el obligado carezca de los medios para atender a su propia subsistencia, y
aunque no se mencione en la ley, la de su familia si la tuviera. No es necesario, en
cambio, que el alimentante se encuentre en estado de indigencia sino que haya
disminuido la disponibilidad económica de que disfrutaba anteriormente.

La finalidad de la norma es doble: proteger el derecho a la vida del alimentante y no


descuidar los gastos para manutención de su familia a que pudiese estar afecto aquél,

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intereses que el legislador considera preferentes al pago de los alimentos, de manera
que, solo una vez satisfechas las necesidades personales y las cargas familiares, es
posible exigir el cumplimiento de la obligación alimenticia.

Cabe precisar que se trata de una exoneración que afecta solo al alimentante, puesto
que, subsistiendo el estado de necesidad del alimentista, éste podrá ejercer libremente
su derecho frente a los demás obligados siguiendo el orden de preferencias establecido
por el legislador. El aumento de ingresos del alimentante originaría una nueva obligación
entre las partes para cuya exigibilidad será necesario iniciar otro proceso judicial en el
que se fije el nuevo monto de la pensión, atendiendo a las nuevas circunstancias.

En cuanto a la desaparición del estado de necesidad, ello se puede deber no solo a que
el alimentista cuente ya con recursos propios para atender a su subsistencia, como por
ejemplo, si recibe una cuantiosa herencia, sino también a que pueda contar con los
medios necesarios para proporcionárselos, lo que ocurriría si hubiese estado impedido
de trabajar temporalmente por motivos de salud. Esta solución es coherente con el propio
fundamento de la institución: la solidaridad familiar y la defensa del derecho a la vida,
causas que al desaparecer originan la extinción (temporal) de la obligación. De igual
manera, si el alimentista volviera a la situación de necesidad podrá solicitar una pensión
de alimentos en un nuevo proceso judicial.

La norma recoge expresamente el caso de los hijos que alcanzan la mayoría de edad, en
el cual cesa la obligación de alimentos. Sin embargo, ésta puede extenderse más allá de
esta fecha en el caso de que el hijo mayor de edad siga una profesión u ofil"io con éxito,
esto es, mientras curse sus estudios y no como algunas veces se pretende hasta la
obtención del título profesional o de instrucción superior, ya que el tiempo que
demandaría tal hecho puede extenderse indefinidamente en el tiempo.

DACIÓN EN PAGO EN MATERIA DE ALIMENTOS


ARTICULO 484
El obligado puede pedir que se le permita dar los alimentos en forma diferente del pago
de una pensión, cuando motivos especiales justifiquen esta medida.

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Comentario

El artículo 484 del CC se alinea con la mayoría de legislaciones como la francesa, la


alemana y la portuguesa, que prescriben que la forma normal de prestar los alimentos se
realiza mediante el pago de una cantidad en metálico, reconociendo como forma
excepcional o subsidiaria el pago in natura. En cambio, legislaciones como la italiana y la
española reconocen al deudor alimentario la facultad de elegir el modo de cumplir con su
obligación, siempre que ello no perjudique el interés del alimentista.

Lo que no ha establecido el legislador peruano es el modo en el que se puede cumplir


con el pago in natura, será el juez siguiendo su prudente arbitrio quien lo establezca
atendiendo a las particulares circunstancias del caso. Así, si el pago en metálico llegar?
a ser una pesada carga para el deudor alimentario debido a su falta de recursos, éste
podrá solicitar al órgano jurisdiccional la determinación de otra modalidad de pago, que
comúnmente será recibiendo y manteniendo en casa de aquél al alimentista, por ser ello
compatible con el propio concepto de alimentos que consiste en un conjunto de
prestaciones cuya finalidad es satisfacer las necesidades del alimentista (CORNEJO
CHÁVEZ, PERALTA ANDíA).

Sin embargo, la convivencia entre deudor y acreedor alimentario podría ser incompatible
con el ejercicio de los derechos (o potestades) de terceros o ser contraria a la integridad
física o moral del alimentista, casos en los que el juzgador puede denegar la solicitud del
alimentante.

La colisión de derechos se presentaría, por ejemplo, si el progenitor alimentante


pretendiera llevar a casa a su hijo menor de edad cuya guarda y custodia fueron
otorgadas judicialmente al otro progenitor, o si lo solicitaran los abuelos perjudicando el
derecho del padre que ejerce la patria potestad. Entiendo que se dañaría la integridad
física o moral del alimentista cuando el alimentante tuviera antecedentes de haber
ejercido malos tratos en agravio de aquél o haber sido suspendido de la patria potestad
por el mismo motivo, o cuando el ambiente familiar no fuera el más adecuado,
respectivamente. Asimismo, empleando esta medida el alimentante pretendiera burlar la

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resolución judicial en virtud de la cual se hubiese dispensado a lo~ cónyuges del deber
de convivencia o declarado la disolución del matrimonio (PLACIDO VILCACHAGUA).

Otra posibilidad de cumplimiento in natura lo constituye la entrega periódica de bienes


que pudieran ser de utilidad para el alimentista, entendiendo por tales principalmente
víveres o alimentos de primera necesidad.

Finalmente, teniendo en cuenta que la prestación de alimentos es de carácter periódico,


el hecho de que se haya ordenado el pago bien en dinero, bien in natura, no impide que
pueda solicitarse con posterioridad el cambio de una modalidad por otra cuando las
circunstancias hagan imposible seguir cumpliendo como se venía haciendo hasta el
momento.

LIMITACiÓN PARA EL ALIMENTISTA INDIGNO


ARTICULO 485
El alimentista que sea indigno de suceder o que pueda ser desheredado por el deudor
de los alimentos, no puede exigir sino lo estrictamente necesario para subsistir.

Comentario

En el Derecho histórico español y en el vigente (artículo 152.4), la mala conducta del


alimentista o el haber incurrido en alguna causa de desheredación da lugar a la extinción
del derecho de alimentos. A diferencia de otras legislaciones -como el artículo 1611 del
BGB alemán-, nuestro Código Civil distingue claramente la institución de los alimentos
de la sucesión mortis causa (CORNEJO CHÁVEZ).

Teniendo presente que los alimentos legales entre parientes tienen por objeto la
protección del derecho a la vida de la persona, no existe relación lógica con la sucesión
mortis causa, que establece las reglas jurídicas de la transmisión de derechos y
obligaciones que se produce por el hecho de la muerte a los sucesores del fallecido. Sin
embargo, atendiendo a la ofensa que suponen esos hechos respecto del alimentante, el
legislador ha considerado que en este caso la pensión de alimentos deberá limitarse al

77
mínimo indispensable para sobrevivir, sin descuidar por ello la protección de la vida del
alimentista necesitado (BORDA).

Las causas de indignidad (artículo 667 del CC) y de desheredación (artículos 744,
745 Y 746 del CC) deberán acreditarse debidamente, pudiendo invocarse todas ellas
respecto a cualquier obligado, incluso, frente a aquellos que no sean herederos forzosos
como son los hermanos.

EXTINCiÓN DE LA OBLIGACiÓN DE PRESTAR ALIMENTOS


ARTICULO 486
La obligación de prestar alimentos se extingue por la muerte del obligado o del
alimentista, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 728.

En caso de muerte del alimentista, sus herederos están obligados a pagar los gastos
funerarios.

Comentario

El artículo 486 del CC sienta el principio de la intransmisibilidad mortis causa del derecho
y de la obligación de alimentos. Lo anterior es consecuencia de su carácter intuitu
personae (BORDA, FERRI), pues la obligación legal de alimentos se fundamenta en la
estrecha relación personal que existe entre alimentista y alimentante y, además, porque
la fijación de la pensión se realiza tomando en cuenta el estado de necesidad del primero
y la fortuna del segundo, situación que podría -y así será en la mayoría de los casos-
modificarse si se admitiera la transmisión sucesoria de uno u otro. Por tanto, la muerte -
natural o la presunta, declarada por sentencia judicial- de cualquiera de los sujetos
implicados, extingue la obligación de alimentos. No obstante lo anterior y según el tenor
de la norma, considero que no existe impedimento legal para que el alimentista reclame
a los herederos del alimentante las pensiones ya devengadas e impagas (COSPITE).

Por su parte, la declaración de ausencia no extingue el derecho alimentario, se


Suspendería en el caso de ausencia del alimentista, pero no si el ausente fuera el
obligado, pudiendo exigirse en este caso su cumplimiento a quienes se encuentren en

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posesión temporal de los bienes y, de ser el caso, al administrador judicial nombrado para
dicho efecto, según lo dispuesto en los artículos 49 y siguientes del CC (FERRI,
COSPITE).

El Código establece una excepción en el artículo 728 que regula la situación del hijo
alimentista, mal llamado hijo, ya que no existe una filiación determinada jurídicamente.
En realidad, se trata de un acreedor alimentario quien tiene derecho a exigir una pensión
de alimentos del varón que mantuvo relaciones sexuales durante la época de la
concepción. La leyes la que determina la obligación alimenticia, pues no se dan los
presupuestos subjetivos y objetivos para el nacimiento de la obligación legal de
alimentos.

En este caso particular, y para no dejar en desamparo a un posible hijo es que el


legislador ha establecido una excepción al principio de intransmisibilidad monis causa.
Justamente, el Código Civil señala -en mi opinión innecesariamente- que los obligados a
pagar los gastos funerarios del alimentista son sus herederos, esto por tratarse de una
carga de la herencia, y como tal constituye un pasivo que debe ser soportado por la masa
hereditaria.

INDISPONIBILIDAD DEL DERECHO A RECIBIR ALIMENTOS


ARTICULO 487
El derecho de pedir alimentos es intrasmisible, irrenunciable, intransigible e
incompensable.

Comentario

El artículo 487 del CC enumera algunas de las características fundamentales del derecho
de alimentos, recogidas y aceptadas por la mayor parte de las legislaciones y la doctrina
civilista (entre otros, FERRI, LACRUZ BERDEJO Y SANCHO REBULLlDA, ZANNONI, y
CORNEJO CHÁVEZ).

En primer lugar, la norma reconoce que el derecho de alimentos es intransmisible, pero


no solo mortis causa como se establece en el artículo anterior, sino también mediante

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acto inter vivos, por las mismas razones, al tratarse de una obligación de carácter
personalísimo. Dentro de esta prohibición quedan comprendidos la constitución de
derechos sobre las pensiones alimenticias que se realice a favor de terceros y el embargo
para garantizar cualquier clase de deuda, de acuerdo con el artículo 648.7 del Código
Procesal Civil.

De igual manera, el derecho de alimentos es irrenunciable, es decir, el titular no puede


desprenderse de él mediante un acto voluntario, principio que fue ya expuesto por los
postglosadores y comentaristas con el aforismo renunciari non potest alimentis. La
renuncia al derecho de alimentos debe ser considerada un acto nulo, de acuerdo con el
artículo 219 del CC al haber vulnerado una norma de orden público.

En efecto, si el fundamento de esta institución es la protección del derecho a la vida del


alimentista, aceptar la renuncia sería tanto como aceptar la disponibilidad de un derecho
personalísimo. Como anota la doctrina (LACRUZ BERDEJO y
SANCHO REBULLlDA), dentro del término renuncia debe comprenderse no solo aquel
documento en el que así se exprese como todo acto que pueda suponerla: pacto de no
reclamación de pensiones futuras, aceptar el pago de cuantiosas pensiones pero
limitadas en el tiempo, entre otras.

Al margen de lo anterior, nuestro Código Civil permite la renuncia no expresa, puesto que
el alimentista no está forzado a reclamar los alimentos, ello a pesar de haber cumplido
con todos los requisitos objetivos y subjetivos para el nacimiento de la obligación. A ello
se añade lo dispuesto en las normas procesales que establecen que los alimentos se
deben desde la fecha de la notificación de la demanda y no antes. Por otro lado, el artículo
2001.4 establece un plazo de prescripción de dos años para el cobro de la pensión
alimenticia, que supone implícitamente una renuncia al derecho.

En el primer caso, el legislador considera que como todo derecho, la facultad de exigir su
cumplimiento corresponde exclusivamente al alimentista, quien puede hacer uso de ésta
si él lo considera pertinente, y en este sentido constituye una renuncia. En cuanto a lo
segundo, las pensiones alimenticias atrasadas y no cobradas constituyen un crédito
ordinario, pues el tiempo en que debió cobrarse ya pasó, y lo que es más importante, el

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alimentista vivió y sobrevivió a tal hecho, por tanto ya no existe un derecho a la vida que
proteger, ni cuestión de orden público. Así, como todo crédito ordinario, quedará sometido
a un plazo de prescripción a que hice referencia en el párrafo anterior.

También es admisible que el alimentista renuncie a una parte de la pensión de alimentos


y decida tomar para sí, solo lo estrictamente necesario para su subsistencia. Como la
pensión de alimentos toma en cuenta diversos aspectos de la situación personal del
alimentista, aquélla podría ascender a una suma muy superior a la considerada como el
mínimo indispensable. Nada impide, pues, que el acreedor alimentario decida,
libremente, cobrar la cantidad justa para alimentarse y vivir con dignidad.

La norma también establece la prohibición de transigir sobre el derecho de alimentos,


que es otra de las consecuencias de su indisponibilidad. Como la transacción implica
siempre determinadas concesiones entre las partes, resulta imposible transigir si se
carece de facultades de disposición, a consecuencia de la propia naturaleza de los
derechos involucrados, tal como sucede en este caso. Sin embargo, es posible que las
partes puedan llegar a un acuerdo –mediante conciliación judicial o extrajudicial- sobre el
monto de la pensión, la forma y la periodicidad del pago, puesto que con ello se facilita el
cumplimiento de la obligación. No encuentro ningún problema legal -y la admite
igualmente la doctrina (PLACIDO VILCACHAGUA, PERALTA ANDIA)- en esta solución,
es más, la considero acorde con la realidad en la que se desenvuelve la institución de la
obligación de alimentos entre parientes y cónyuge. Obviamente, los acuerdos
extrajudiciales o la conciliación deberán ser respetuosos de los intereses del alimentante
y alimentista.
Finalmente, el artículo 487 del CC establece que el derecho de alimentos es
incompensable. De este modo, nuestro legislación sigue al Codice italiano en cuanto
impide la compensación de las pensiones alimenticias, inclusive, de las atrasadas. La
finalidad de la norma es evitar que el alimeltante incumpla deliberadamente sus
prestaciones y que posteriormente solicite la compensación con las acreencias que él
tuviera frente al alimentista.

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