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Versos para el que me escribió la carta (Juana de Asbaje y Ramírez; ¿1648?

-1695)
(Rosa Araneda )

Arguye de inconsecuentes el gusto


Un poeta llega a bramar y la censura de los hombres que en
desafiando a los cantores: las mujeres acusan lo que causan
por no bajar de opinión
yo no le aflojo, señores.
Hombres necios que acusáis
Se atiene a que tiene historia a la mujer sin razón,
y es hombre bien estudiado, sin ver que sois la ocasión
pero es un precipitado de lo mismo que culpáis:
y de esto se vanagloria.
Yo también, con mi memoria, si con ansia sin igual
de aquí lo voy a torear solicitáis su desdén,
cuando principie a escarbar ¿por qué queréis que obren bien
en la puerta de su casa, si las incitáis al mal?
porque cual toro de plaza
un poeta llega a bramar. Combatís su resistencia,
y luego con gravedad
Porque a mí me ha visto sola decís que fue liviandad
se cree que yo pierdo el tino, lo que hizo la diligencia.
y al sacarlo del camino
apuesto que no da en bola. (…)
Si lo agarro de la cola,
le oirán hasta los clamores; Con el favor y el desdén
a todos los contendores tenéis condición igual,
les digo con valentía quejándoos, si os tratan mal,
que está con su poesía burlándoos, si os quieren bien.
desafiando a los cantores.
(…)
Me quiero mandar cambiar
de aquí para no volver,
pero no lo he de hacer Siempre tan necios andáis
por no dejar mi lugar. que con desigual nivel
Creo que no hay popular a una culpáis por cruel
que no me dé un pellizcón; y a otra por fácil culpáis.
pero les daré un zurrón
si de mí siguen hablando ¿Pues cómo ha de estar templada
y les cruzaré llorando la que vuestro amor pretende,
por no bajar de opinión. si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?
Yo no sé porque será
que a mí me miran tan mal (…)
varios en la capital
sin que yo les haga nada. Dan vuestras amantes penas
Me tienen amenazada a sus libertades alas,
muchos improvisadores: y después de hacerlas malas
es muy verdad, mis lectores, las queréis hallar muy buenas.
y me afirmo en lo que hablo;
que aunque sea el mismo diablo ¿Cuál mayor culpa ha tenido
yo no les aflojo, señores. en una pasión errada,
la que cae de rogada
Al fin, el que me ha ofendío o el que ruega de caído?
es porteño singular,
y aquí ha venido a estudiar ¿O cuál es más de culpar,
con los burros en el río. aunque cualquiera mal haga:
Y aunque está reconocío la que peca por la paga
este imbécil de mal talla, o el que paga por pecar?
pretende de todas laya
hacer al pueblo reír, (…)
y creo que va a salir
a echar bolas a la raya. Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.

Contexto de Rosa Araneda

Entre los poetas populares que dieron a conocer sus versos impresos en grandes pliegos
en el Santiago de hace cien años, destacó esta poetisa de origen campesino.

No fue posible dar con la fecha de nacimiento de Rosa Araneda, pero, si se tiene en
cuenta que en la época en que había adquirido gran fama, cercana a la revolución del 91,
tenía cuarenta años, debe haber nacido en torno a 1850. Sus poesías circularon
profusamente, junto con la de otros populares de su época, vendidas en las plazas,
mercados y estaciones, desde donde seguían viaje a los pueblos.

Por datos que aparecen impresos al pie de los pliegos publicados por ella, se sabe que
vivió en los barrios populares cercanos al Mapocho, como calle Andes 11-A, San Pablo
132-A, Sama 16-G y 73-A, o en la calle Zañartu entre San Pablo y Sama en los números
23, 18 y 9. Este último domicilio lo compartió con Daniel Meneses, poeta popular con
quien convivió hasta su muerte. Actualmente la calle Sama corresponde a General
Mackenna o Ismael Valdés Vergara.

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