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EL DIÁLOGO DE SABERES, COMO ELEMENTO CENTRAL DE LAS POLÍTICAS DE

FORMACIÓN DOCENTE

1. Resumen

Todo proceso de transformación para que sea exitoso, requiere que todas las personas se
asuman y reconozcan como parte de ese proyecto, a través del diálogo entre todos los
componentes de la comunidad. El artículo es una primera aproximación a la importancia
de generar condiciones para el diálogo de saberes, para que las políticas de formación
docente sean efectivas en su búsqueda de formar profesionales con pertinencia
educativa.

2. Palabras claves

Diálogo de saberes, comunidad.

3. Introducción

Toda ley, política o proyecto de un país, no tendrá efecto, si su población no se siente o


en es parte de su construcción, aprobación y aplicación; es decir, que es importante que
la conozca, comprenda, valore, asuma y aplique en su realidad. En nuestro país, desde el
año 2006, se inicia un proceso de transformación económica, social y cultural, hecho que
conlleva, la puesta en marcha de diferentes políticas dirigidas a mejorar la educación en
nuestro país. Como parte de esta transformación, el sistema educativo boliviano, entre
otras acciones, plantea políticas hacia la Formación Docente.

En la actualidad, se cuentan con diferentes instrumentos de Gestión Administrativa y


Educativa, desde el Diseño curricular Base, planes y programas curriculares, módulos de
formación general, especializada, de especialización a nivel de posgrado entre otros; pese
a este esfuerzo, se advierte que la sociedad, aún continúa cuestionando la calidad de
nuestra educación.

Entonces surgen diferentes cuestionantes, pero también respuestas a priori al respecto.


Tenemos una Ley de educación propia, instrumentos de gestión educativa elaborados por
nosotros, capacitación constante para todos los docentes, pero nuestra educación no
muestra mejorías. ¿Qué nos falta?; ¿Será que los procesos de formación para los
docentes están siendo debidamente planificadas y ejecutadas?; ¿Existen evaluaciones de
resultados que exterioricen, logros en las políticas de formación docente?

Responder a estas interrogantes u otras, requiere principalmente de un elemento central:


el diálogo de saberes. Pues entonces, realizaremos una primera aproximación de lo que
implica el diálogo en los procesos de formación docente.

4. El diálogo en el proceso educativo

Entendemos el diálogo como proceso reflexivo que promueve conciencia crítica de auto
reconocimiento y reconocimiento del sujeto en un contexto, en el mundo y lo transforma,
donde las relaciones horizontales de construcción y reconstrucción de saberes sea co –
construido. Es decir, resultado de la construcción colectiva que supera la concepción
conocida de emisor receptor, tradicional de la comunicación (Mirabal, 2008: 108).

El diálogo permite la construcción colectiva de saberes y conocimientos, exige la


generación de espacios de discusión, debate, de conocimiento de lo propio, de lo que
tenemos, somos y queremos “ser” (entre todos) con fines y objetivos comunes,
compartidos más allá del individualismo imperante, consecuencia de la cosificación del
ser humano. Por ejemplo, los Proyectos Educativos Sociocomunitarios Productivos
generan, abren el espacio de construcción colectiva y pueden, si son concebidos en su
verdadera dimensión, ser parte de un proyecto macro: un proyecto de vida en comunidad.

El diálogo de saberes para la construcción de ciudadanía a partir de la educación implica


“humildad” de los actores (Freire: 1977), superar elementos de alienación y discriminación
del otro. Freire en la esencia del diálogo plantea la importancia de las siguientes
interrogantes:

“¿Cómo puedo dialogar si me admito como un hombre diferente, virtuoso por


herencia, frente a los otros, meros objetos en quienes no reconozco otros yo?
¿Cómo puedo dialogar si me siento participante de un gueto de hombres puros,
dueños de la verdad y del saber, para quienes todos los que están fuera son esa
gente o son nativos inferiores? ¿Cómo puedo dialogar si parto de que la
pronunciación del mundo es tarea de hombres selectos y que la presencia de las
masas en la historia es síntoma de su deterioro, el cual debo evitar? ¿Cómo puedo
dialogar si me cierro a la contribución de los otros, lo cual jamás reconozco, y
hasta me siento ofendido por ella? ¿Cómo puedo dialogar si temo la superación y
si con sólo pensar en ella sufro y desfallezco? (Freire, 1977).

Lo que Freire y la pedagogía crítica en general nos plantean, es inicialmente superar


nuestras propias miserias como la pobreza de visión, la marginalidad y la exclusión
surgidas en el contexto del capitalismo (Bourdieu, 1999). Es importante el diálogo
horizontal entre los diferentes niveles y estructuras propias de los estados: micro, macro,
etc, como puntos de encuentro, de construcción de saberes legítimos en la misma
diversidad, superando la idea de conocimientos dominantes por una pequeña élite.

Entonces, la educación como práctica pedagógica implica una opción política propia de la
humanidad, del carácter histórico – social del ser humano, y los saberes se generan en
esa relación de acción – reflexión, como denomina Freire, mediado por el diálogo como
componente ético y político que supone compromiso, respeto, lealtad con nuestros
pueblos o naciones, y al ser parte de la esencia humana permite construir utopías
posibles.

4.1 Comunidad – ciudad como espacio educativo en diálogo

La comunidad, la ciudad como espacio educativo “…se hace educativa por la necesidad
de educar, de aprender, de enseñar, de conocer, de crear, de soñar, de imaginar…”
(Freire, 1993:24), supera la simple idea de capacitar al otro, de vaciar conocimiento en el
otro.

Comunidad la conformamos todos y cada uno de nosotros, con nuestra cultura, con
nuestras propias historias, con el ejercicio o no de nuestros derechos y deberes, con
nuestros ideales, con el ejercicio del poder. Es decir, somos comunidad, al ejercer
determinado papel educativo. Esa comunidad, esa ciudad (en el sentido comunitario) ha
sido destruida por la cosificación del ser humano por la mercancía y es necesario
reconstruirla a través de múltiples acciones: el diálogo crítico, el trabajo productivo en
beneficio de todos, la participación como relación viva, “construir y ser de una comunidad
depende de las capacidades individuales de ser – con los otros (…) una individualidad es
parte de una comunidad por su entrega, su responsabilidad” (De Alarcón, 2012).

Por tanto, la educación es uno de los pilares fundamentales para reconstruir nuestras
ciudades, construir comunidad a lo largo de toda nuestra vida con autodeterminación
comunitaria. Esta educación supera las formas “patriotas” de formación de ciudadano
subyugado, subordinado, segregado, marginado (Giroux, 2006:22) dominado por unos
cuantos que tiene la finalidad de la “regulación moral” del ser humano para ser miembro
activo de su ciudad, de su comunidad, de su Estado.

Promover la reflexión constante, la investigación y producción de conocimientos es un


elemento central en las políticas de formación docente en el Estado Plurinacional para
lograr docentes con capacidad de interpretar, proponer procesos de transformación de las
actuales condiciones de disparidad en la cual se encuentran sumidos nuestros barrios,
ciudades, campo o ciudad.

Todo proceso de liberación y emancipación conlleva recuperar las raíces culturales,


históricas como pueblos y naciones, de ahí la importancia de promover el diálogo de
saberes, como puntal para la formación docente, de manera tal que éstos se vean
involucrados y altamente comprometidos con la descolonización, con el desarrollo integral
de las niñas, niños, jóvenes y adultos en sus cuatro dimensiones: hacer, ser, saber, y
decidir.

El diálogo de saberes, como tal, supera los tradicionales ejes temáticos, el


enclaustramiento del aula, y logra alcanzar una verdadera sinergia de transformación
educativa.

5. Conclusiones

Ninguna política educativa, de formación profesional y especialmente de docentes del


sistema educativo será efectiva sino no desarrolla en las maestras y maestros la
capacidad de diálogo de saberes.

El diálogo de saberes, permite exponer nuestros saberes, conocimientos y experiencias


adquiridas en el aula y fuera de ellas, pero además permite contrastar nuestros puntos de
vista al ser escuchados y al escuchar,

6. Bibliografía

De Alarcón, Silvya (2012). Comunidad y Producción. En: Integra Educativa Nº 12.


Aportes al Diseño Curricular de la Ley de Educción Avelino Siñani – Elizardo
Pérez. IIICAB La Paz, Bolivia.
Freire, Paulo (1993). Política y Educación. En Cuadernos de educación Nº 164.
s/l: Editorial Laboratorio Educativo.

Freire, Paulo (1977). La esencia del diálogo. En Pedagogía del oprimido (México
DF: Siglo XXI).

Giroux, Henry (2006). La Escuela y la lucha por la ciudadanía. Siglo XXI. España

Mirabal Patterson, Ania. (2008) Pedagogía crítica: algunos componentes teórico-


metodológicos. En : Paulo Freire. Contribuciones para la pedagogía. Moacir
Godotti, Margarita Victoria Gomez, Jason Mafra, Anderson Fernandes de Alencar
(compiladores). CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Buenos
Aires. Disponible en: http//bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/campus/freire/12
Patter.pdf

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