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CAMPUS II
Historia Clínica
ENSAYO:
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ····················································································· 3
CONCLUSIÓN ······················································································· 13
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INTRODUCCION
En el presente ensayo conoceremos de una manera clara y precisa cuales son los
cambios hormonales en el cuerpo que se presenta en los deportistas, cambios que
a su vez ocurren para mantener una buena concentración plasmática de glucosa,
con el objetivo de que las células puedan absorber esa forma de combustible
durante el entrenamiento de fuerza; claro que no solo se trata de un par de
hormonas, ya que también se presenta una clara participación de otras. Sin
embargo, interesa saber el funcionamiento de nuestras hormonas clave, llamadas
insulina y glucagón. Hormonas que como muchos de nosotros sabemos, son
antagonistas, pero que coinciden en una y muy importante función, la cual es la
homeostasis de la glucosa, por eso y por mucho más, este ensayo explica los
mecanismos de acción de cada una. Es muy importante tener un conocimiento claro
porque alguna secreción anormal de cualquiera de ellas, puede provocar cambios
muy evidentes y eso a su vez limitar la actividad del deportista. Si bien viene siendo
en condiciones normales, y con una buena alimentación, estas hormonas se
secretan en suficientes y adecuadas cantidades. En resumen, podríamos decir que
el ejercicio supone no solo una actividad exterior en lo que a movimientos y posturas
se refiere, sino que también constituye un trabajo a nivel interno, ya que
conseguimos mover la maquinaria interna.
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DESARROLLO
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otras se inhiba. Por ello debemos tener en cuenta las diferentes hormonas que se
liberarán mientras practicamos ejercicio y las que se dejarán de producir.
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evidente y al cual nos enfocaremos en este ensayo es el mediado por la insulina y
el glucagón. La insulina por tanto dentro de sus muchas funciones es la encargada
de obtener glucógeno, que es una forma de almacenar la glucosa, mejorando el
riego sanguíneo y la recepción de la energía por parte de las células, al igual que
logran obtenerlo de las reservas de grasa del organismo. Como es de suponer la
función de la insulina radica en almacenar la glucosa. Por ello al final de una comida
rica en hidratos de carbono, sus concentraciones plasmáticas aumentan para de
esta forma reducir la glucemia.
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Cuando llevamos a cabo un esfuerzo o realizamos ejercicio, la glucosa debe ser
utilizada por nuestros músculos para la obtención de energía. Puesto que la glucosa
es ese combustible ideal con el cual pueden desencadenarse muchas rutas
metabólicas que resultan en la obtención de productos de alta energía. Por ello,
deben favorecerse dos procesos: la glucogenólisis y la gluconeogénesis. Proceso
que consisten en la degradación de glucógeno (que resulta en la formación de
glucosa) y en la formación de glucosa a partir de otros precursores. La acción de la
insulina es contraria a estos dos procesos, (he aquí el motivo del porque se dice
que la insulina es antagonista del glucagón) por lo que esta hormona estará
disminuida ante periodos de ejercicio. En contraposición, aumentará la secreción de
las llamadas hormonas contrainsulares, cuya función será la de elevar la glucemia.
Dichas hormonas son: glucagón, cortisol, adrenalina y noradrenalina. Estas
hormonas se aumentan durante el ejercicio incrementando la glucogenólisis. De la
misma manera, por acción del cortisol, se verá aumentado el catabolismo proteico
para poner los aminoácidos liberados al servicio de la gluconeogénesis.
Para que la glucosa pueda penetrar en las células ante niveles bajos de insulina,
por la contracción muscular se estimula una vía no insulinodependiente que
estimula el transporte de glucosa al interior celular (quinasas activadas por 5`AMP).
Y es que dichas contracciones musculares activan la AMPK, que no solo actúa en
el transporte de la glucosa, sino que también se encarga de aumentar la oxidación
de los ácidos grasos, favoreciendo la entrada de estos en la mitocondria. Por otro
lado, las CaMK, independientes de la señalización de AMPK, también regulan el
transporte de la glucosa.
Por todo lo que hemos visto hasta ahora, la función de la insulina esta lejos de ser
despreciable.
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Desde que la bioquímica pasó a formar parte de las ciencias del entrenamiento
deportivo, la testosterona ha sido la protagonista indiscutible en las cuestiones de
fuerza muscular. A la sombra de esta gran estrella, otra hormona de igual o mayor
importancia ha ido demostrando, a lo largo de investigaciones realizadas en todo el
mundo, que no merece ser dejada de lado, esta hormona como es de suponerse,
es la insulina. Empieza a ganarse un lugar de privilegio a la hora de entender los
procesos adaptativos producidos a raíz del entrenamiento de fuerza.
Ahora bien, ¿para qué puede ser útil este conocimiento? Realmente podemos saber
mucho de los efectos hormonales en relación al entrenamiento de fuerza, el
problema es indiscutiblemente, llevar la teoría a la práctica. Una de las ventajas al
final de este ensayo es que ya podremos elegir alimentos ricos en carbohidratos
tomando en cuenta la gran cascada de ventajas que esto propicia. Pues estimula
la liberación de insulina y de esta forma aprovechamos la actividad de esta hormona
y lograr así un incremento de la masa muscular. Es necesario comprender que
cuando culmina el entrenamiento, la insulina ha “despertado” el apetito de las
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células, principalmente de las fibras musculares, las cuales están listas para recibir
todo aquello que le podamos aportar.
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El ejercicio intenso y prolongado causa una disminución predecible de la glucosa en
sangre y un incremento correspondiente en las concentraciones de epinefrina (EPI),
de cortisol, de glucagón y de la hormona de crecimiento, que intentan aumentar la
glucosa a partir de diferentes precursores, que es prácticamente lo contrario a lo
que apunta la insulina. Estas hormonas tienen un papel primario en mantener una
concentración estable de glucosa en sangre y frecuentemente se les llama
hormonas glucorreguladoras. Las respuestas de las hormonas glucorreguladoras
ante los ejercicios intensos prolongados son más pronunciadas al ir
incrementándose la duración del ejercicio, en otras palabras, a medida que la
disponibilidad de carbohidratos se torna limitada y se desarrolla la fatiga. Los
cambios pequeños que suceden al comenzar el ejercicio tienen el propósito principal
de movilizar una cantidad adicional de combustible para responder a las demandas
incrementadas de energía del ejercicio.
Los grandes cambios hormonales que suceden más tarde en el ejercicio a medida
que se desarrolla la fatiga son causados por el agotamiento de glucógeno en el
hígado y en los músculos, por la inhabilidad de mantener una concentración
adecuada de glucosa en sangre, y por factores psicológicos relacionados al
incremento del esfuerzo necesario para mantener la fuerza y para disminuir el
estado de ánimo.
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tipos de fibras durante el ciclismo o la carrera intermitente. Sin embargo, también
es posible que los mecanismos de la fatiga estén dentro del cerebro. Esto a veces
es muy ignorado, y en ocasiones puede estar mayoritariamente involucrado. La
alimentación con carbohidratos puede aumentar la función cerebral y mejorar la
sensación de bienestar del sujeto, puesto que como sabemos el cerebro utiliza
principalmente glucosa para su metabolismo, y cambios relativamente bajos de este
combustible puede provocar daños cefálicos irreversibles.
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el musculo tendrá que recurrir a degradar la forma almacenada de glucosa, el
glucógeno muscular que constituye la principal fuente de energía consumida
mientras el ejercicio continúa, los músculos del corredor absorben la glucosa casi
20 veces más que el ritmo normal, la degradación de glucógeno muscular termina
en una molécula de glucosa-6-fosfato que entrara posteriormente en la glucolisis
para la obtención de energía la glucosa-6-fosfato no podrá salir de la célula debido
a la carencia de una enzima especifica gracias a esto el glucosa producida del
glucógeno muscular no podrá difundir sobre el torrente sanguíneo y será utiliza
totalmente por las fibras musculares. Las reservas de glucosa en el musculo serán
consumidas de manera relativamente rápida mientras esto ocurre el hígado
empezara también a degradar el glucógeno almacenado en el organismo del
corredor al degradar el glucógeno a glucosa-6-fosfato este se unirá a una enzima la
glucosa-6-fosfatas quien se transportara al torrente sanguíneo hasta llegar a los
músculos activos en el ejercicio, gracias a esta enzima el hígado representa el único
sitio de producción y liberación de glucosa al torrente sanguíneo y debe tratar de
equilibrar el consumo de glucosa por parte del músculo.
Como hemos visto la insulina le sirve a los Atletas de resistencia, porque la insulina
ayuda a la glucosa a entrar en las células musculares. Si más glucosa entra en la
célula que se necesita, entonces el programa estimulará la formación de glucógeno.
Glucógeno es una especie de «paquete de energía» que se puede cambiar muy
rápidamente.
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CONCLUSIÓN
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BIBLIOGRAFIA
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