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Estilos de aprendizaje
Programa en niños y adolescentes autistas Facultad deUniversidad
de Psicología Ciencias de ladel Magdalena
Salud
Ana María Celis Márquez, Laura Vanessa Fuentes Vanegas, Luis Gabriel Martínez Berrío.
Estilos de Aprendizaje en Niños con Trastorno del Espectro Autista entre los
7 y 17 años en la Fundación Rehabilitación Integral de Ciénaga- Magdalena
Las personas que presentan déficits cognitivos ven limitadas sus posibilidades para
desenvolverse con normalidad en su contexto más próximo. Acciones que para la mayoría de
nosotros resultan fáciles y completamente normales; bien sea en procesos educativos,
psicomotrices o relaciones sociales, para la población con discapacidad cognitiva, inmiscuirse en
tales actividades, representa todo un reto que requiere de un esfuerzo mucho mayor del que
demandaría una persona común. En el caso particular de la educación, el aprendizaje en los niños
con discapacidad cognitiva está directamente ceñido por las limitaciones que su capacidad
cerebral le permite, por lo tanto, esto imposibilita que puedan adelantar procesos de aprendizajes
de la misma manera que lo haría un niño de su edad y sin ninguna complicación intelectual, ni al
mismo ritmo. Lo anterior, se fundamenta en lo esbozado por la Asociación Americana sobre
Discapacidades Intelectuales y de Desarrollo (AAIDD), entidad con trayectoria considerable en
la investigación de aspectos conceptuales y prácticos relacionados con el retraso mental. La
AAIDD (citada por Woolfolk, 2010) señala que el retraso mental es una incapacidad que limita
de manera considerable habilidades adaptativas, conceptuales, sociales y prácticas, y que implica
un deterioro significativo de la función intelectual, cuyo origen yace con anterioridad a los 18
años.
Además de las cuestiones etiológicas y sintomatológicas del deterioro cognitivo, es
menester señalar que las personas que padecen tal afección se encuentran inmersas en la
sociedad, pese a su distinta forma de interactuar en ella. En el imaginario construido por dicho
contexto social, es común que se considere a quien padece discapacidad cognitiva o retraso
mental, como individuos incapaces de aprender o crecer socialmente; sin embargo, pese a tal
prejuicio social, es totalmente erróneo el concepto que usan para nominarlos (Smith, 1999).
Por otra parte, más allá de las características del déficit cognitivo y la consideración social
que usualmente se tiene de las personas que lo padecen, el concepto de discapacidad intelectual
ha ido presentado variaciones. De acuerdo con Woolfolk (2010) en el año 2002, la Asociación
Americana de Retraso Mental (AAMR) incluye el concepto de discapacidad intelectual, visto
Estos programas de educación incluyen investigaciones previas para conocer los métodos
efectivos en cuanto a enseñanza y educación de estas personas, y así mismo, introducirse en los
estilos empleados por ellos, con la finalidad de obtener un proceso de aprendizaje.
Por otro lado, desde el contexto nacional, la dirección gubernamental del país ha puesto su
atención en esta población, interés que se encuentra enmarcado en la ley 1618 de 2013, donde
uno de sus ítems, postula la inclusión educativa en estas personas como un punto importante;
además, tal inclusión reposa en el contenido de la declaración de Salamanca (1994) la cual
expresa la necesidad de que la educación para los niños adopte un carácter integrador,
especialmente en aquellos que requieran una atención exclusiva por sus condiciones cognitivas.
Por lo anterior, se entiende entonces la inclusión educativa, no solo como una cuestión
netamente académica o pedagógica, sino como uno de los retos e intereses gubernamentales.
Desde este punto de vista es pertinente que el ejercicio profesional se oriente en pro de la
mencionada meta, por lo tanto, partiendo de las características de la discapacidad cognitiva
señaladas por el Ministerio de Educación Nacional (2006) mencionadas anteriormente, es posible
mencionar que para la inclusión educativa se debe tener en cuenta hasta qué punto se pueden
aprovechar las capacidades de la población con discapacidad cognitiva, y así puedan ser
explotadas para beneficio de los mismos, lo que facilitaría su aprendizaje. Por ello, se considera
necesario conocer la manera en que aprenden los niños con este tipo discapacidad, observando
sus estilos de aprendizaje y efectividad en dichos procesos.
Al dirigir el foco de atención, centrarse en los procesos de aprendizaje de esta población y la
manera en que logran desarrollarlo, es pertinente tocar conceptos claves de ésta temática como lo
son los estilos de aprendizaje. Keeffe (1988, citado por Figueroa, 2005) define los estilos de
aprendizaje como “rasgos cognitivos, afectivos y psicológicos que sirven como indicadores
relativamente estables, de cómo los alumnos perciben interacciones y responden a sus ambientes
de aprendizaje” (p. 15). Esto sugiere que los estilos de aprendizajes hacen referencia a la manera
en que una persona aprenden y las técnicas que utiliza; por ello, es menester que durante este
proceso investigativo se fomente el conocimiento fructífero a toda la sociedad sobre los niños y
adolescentes que padecen dificultades cognitivas, además de ayudarlos en su procedimiento
evaluativo
Ahora bien, la evaluación de dichos estilos de aprendizaje en esta población debe tener en
cuenta la versatilidad de la discapacidad mental, pues puede ser causada por diferentes factores,
lo cual genera que cada individuo evidencie patrones diferentes en su conducta y en sus procesos
psicológicos, por consiguiente, la evaluación debe ser amoldada a las características de cada uno
de los trastornos que generan la discapacidad cognitiva en los niños. En este sentido, a través de
este trabajo investigativo, se abordará uno de los trastornos más comunes que genera
inconvenientes a nivel cognitivo en quienes lo padecen, el Trastorno del Espectro Autista (TEA)
El TEA, según el DSM - V se distingue por la poca capacidad para la comunicación e
interacción con las demás personas en los diversos campos de acción del afectado o por rasgos
que evidencien poca correspondencia emocional hacia los demás, escasa solvencia en la
comunicación verbal y no verbal, así como poca comprensión y mantenimiento de los vínculos.
En compendio, con base en todo lo expuesto, y partiendo de la consideración de las
limitaciones que genera las dificultades cognitivas, además de las características diferenciales del
TEA y sus repercusiones en el aprendizaje, así como los beneficios que dicha población puede
obtener al dirigir la mirada hacia ellos y buscar facilitar los procesos de aprendizaje, es pertinente
identificar ¿Cómo son los estilos de aprendizaje en niños de 7 a 17 años de edad con Trastorno
del Espectro Autista en la Fundación Rehabilitación Integral de Ciénaga – Magdalena?
Justificación
Bajo un enfoque académico, este trabajo investigativo abarca planteamientos teóricos
correspondientes a los estilos de aprendizaje en niños y adolescentes con TEA, considerando que
dicho aprendizaje y, la manera en que estos lo desarrollan representa un factor fundamental en
sus acciones cotidianas. Por lo tanto, se promueve el interés hacia este aspecto en particular de
dicha población, es decir, se busca dirigir la mirada hacia ellos y sus necesidades, además de
generar conocimientos resultantes de investigaciones, que adopten el carácter de herramientas
para trabajar en pro del mejoramiento de la calidad de vida este grupo de personas.
En este orden de ideas, esta investigación se realiza con la finalidad de generar conocimientos
productivos a la sociedad sobre los niños y niñas con TEA, específicamente orientados hacia los
estilos de aprendizaje que estas personas utilizan.
A lo largo del tiempo, han surgido investigaciones científicas que han generado grandes
productos en materia de conocimiento sobre los estilos de aprendizaje, mejorando así, la calidad
educativa de los infantes bajo una mejor comprensión y adaptación de estos estilos, sin embargo,
en la actualidad, en el campo de evaluación de los estilos de aprendizaje hay ausencia de estudios
y herramientas para evaluar la manera en que las personas que presentan dificultades cognitivas
aprenden en su ejercicio cotidiano y la efectividad en dichos procesos, por consiguiente, es
pertinente fomentar el interés investigativo para conocer la manera es que estos asimilan su
realidad a partir de sus estilos de aprendizajes predilectos. Las investigaciones existentes sobre el
aprendizaje en esta población se dirigen a aspectos bastante particulares, como la escritura, la
lectura o las relaciones sociales. En este orden de ideas, este trabajo contribuirá a generar
conocimiento hasta ahora inexistente, al inclinarse por los estilos de aprendizaje en niños y
adolescentes con TEA.
En este sentido, resulta oportuno incentivar a que instituciones públicas, privadas, e incluso el
Ministerio de Educación Nacional, generen planes de estructuración curricular y diversas
estrategias que les permitan a esta población la adquisición de conocimientos y faciliten la
ejecución de ésta actividad. Como es de saberse, la obtención de dichos saberes en estas personas
es más lento que el promedio de la población y con un proceso diferente, pues la capacidad de su
cerebro y la incapacidad que estos padecen los limita a tener un aprendizaje más pausado
(Schalock, 2009).
Ahora bien, teniendo en cuenta los resultados de este estudio, será pertinente el apoyo en la
realización de proyectos de inclusión educativa, en los cuales sea posible la evaluación de los
diversos estilos de aprendizajes que los individuos diagnosticado con TEA pueden tener, lo que
les permitirán ser objetos de una rehabilitación adecuada y posterior a ello, una mejor calidad de
vida.
Por otro lado, resulta oportuno traer a colación que los estilos de aprendizaje, según Gento y
Strnadová (2010) son a menudo influenciados por la cultura, la escuela, el estilo educativo de
ésta y la forma en la que el maestro trabaja con los niños en la clase. Por lo anterior, es factible
generar espacios tanto en la sociedad como en las aulas de clase en donde se permita a los niños
y niñas aprender de acuerdo con sus capacidades y necesidades especiales, utilizar las
herramientas y los métodos que permitan a cada uno de ellos poder acceder a la educación de
acuerdo con el estilo de aprendizaje que les resulte más viable, en otras palabras, inclusión
educativa.
En este orden de ideas, la inclusión educativa, forma parte de los derechos de población con
necesidades educativas especiales, que se encuentra enmarcada en la Ley 1618, la cual autoriza
al Ministerio de Educación con la finalidad de que éste defina, reglamente y a la vez garantice el
Objetivos
General
Identificar los estilos de aprendizaje de los niños de 7 a 17 años con Trastorno del
espectro Autista en la Fundación Rehabilitación Integral de Ciénaga – Magdalena
Específicos
Distinguir los estilos de aprendizaje usados por estos niños en sus procesos de
aprendizaje
Describir los estilos de aprendizaje usados por los niños mediante diferentes situaciones
que envuelvan sus procesos de aprendizaje.
Reconocer los estilos de aprendizaje que son mayormente empleados por estos niños
según su discapacidad cognitiva.
Marco Teórico
El ser humano es un individuo que se encuentra en constante cambio e interacción con el mundo
exterior. Actividades elaboradas cotidianamente, como leer, preparar un pastel, realizar un
ejercicio matemático o diferentes acciones que se lleven a cabo, se convierten en aprendizajes, ya
sean racionales o experimentales, se modifica la conducta e ideas, se saca a flote las diferentes
destrezas, extrapolando esto a un aprendizaje que con el transcurrir del tiempo, pasaran a ser
múltiples conocimientos o habilidades. Lo descrito anteriormente se apoya en lo expuesto por
Feldman (2005, citado por Zapata-Ros, 2012) cuando menciona que el aprendizaje es un proceso
de constante cambio que realiza un individuo de su conducta a través de la experiencia. De igual
manera, Schunk (1991, citado por Zapata-Ros, 2012) afirma que el aprendizaje son todas
aquellas estrategias, habilidades, adquisición y modificación de conocimientos que el hombre va
obteniendo.
Recorrido histórico del estudio del aprendizaje
En este orden de ideas, es pertinente realizar un bosquejo histórico sobre el estudio del
aprendizaje, remontándose a su concepción desde la filosofía y sus autores claves, que lograron
tener gran despliegue durante la edad media con el estudio de la adquisición del conocimientos
en el hombre, desembocando esto en postulados referentes al aprendizaje desde diversas
corrientes del pensamiento filosófico, de igual manera, no se puede dejar de lado las
investigaciones desde la psicología, que hoy en día han servido de modelo para entender la
manera en que los seres humanos logran obtener conocimiento y desarrollar su aprendizaje
(Hardy, 1998).
Partiendo desde los postulados de algunas corrientes de la filosofía, se puede dirigir el foco de
atención a dos grandes escuelas del pensamiento filosófico, como lo son el Racionalismo y el
Empirismo, siendo estos, dos de los enfoques con gran despliegue en su respectiva época. Según
Hardy (1998) el racionalismo, fue propuesto por Platón en donde mencionaba que la razón era el
medio que hacía posible descubrir algunas verdades universales, por lo tanto, dichas verdades
que el hombre buscaba eran innatas, por ende, los sentidos no tenían un papel fundamental, ni
ninguna relevancia. En este orden de ideas, Platón consideraba que la base y origen del
conocimiento era la razón, por ello, rechazó los postulados empiristas, puesto que, para él, el
conocimiento no se obtiene a través de la experiencia. Por otra parte, John Locke al igual que
Platón, buscaban entender la manera en que funcionaba la mente humana, sin embargo, en
contraposición a él, Locke planteaba que la fuente o base del conocimiento era la experiencia.
Para este autor, la mente de un individuo cuando nacía era como una tabula rasa, es decir, una
pizarra en blanco que con el pasar el tiempo, la experiencia de la persona y la sociedad, eran las
encargas de escribir en ella, es por ello que planteaba que existían dos fuentes de conocimiento
en donde surgen todas aquellas ideas que se producen de manera natural; la primera era la
sensación, aquí se evocaban las ideas de los objetos que eran ocasionados por las sensaciones, y
la segunda era la reflexión, aquí el ser humano, realizaba una observación o introspección se sus
procesos mentales.
Por otro lado, por lo que se refiere a la comprensión de la adquisición de conocimiento y/o
aprendizaje del hombre, es pertinente verlo desde enfoques Psicológicos: Conductismo y
Cognitivismo.
En lo que respecta al conductismo, es una corriente de la psicología que ha tenido diversos
estudios por parte de varios autores, uno de ellos es de Iván Pávlov quien fue un fisiólogo ruso
cuyas investigaciones dieron cuenta de la existencia del reflejo condicionado o condicionamiento
clásico, donde se considera que el aprendizaje se da por asociación, es decir, el aprendizaje para
Pávlov, era enfocado a respuestas emocionales o psicológicas asociadas al estímulo en cuestión;
pues mediante el condicionamiento clásico, buscaba demostrar cómo un estímulo que antes no
producía respuesta alguna en un individuo, luego de varias veces de repetirse el estímulo
evocado, podría generar una reacción. El trabajo realizado por Pávlov fue base importante para la
corriente de la Psicología Conductista (Hardy, 1998).
Ahora bien, desde un enfoque cognitivo, para el psicólogo, epistemólogo y biólogo suizo,
Jean Piaget (1958, citado por Vielma y Salas, 2000) el niño va construyendo su conocimiento a
través de la interacción que éste tiene con el mundo externo, para ello, mediante su teoría del
aprendizaje, indica que existen dos tendencias polares; asimilación, aquí el niño se encarga de
interpretar las nuevas experiencias, como sujeto activo y capaz de elaborar la información y
progresar por sí mismo, y la acomodación, en donde el individuo, por medio de los procesos
mentales ya adquiridos y reorganizados, introduce nuevos aspectos del medio, y durante este
acto de adquisición, el sujeto se adapta a las amonestaciones del mundo real, y al mismo tiempo
está en una constante interacción y dinámica con aquellas estructuras o procesos mentales. Es
por ello que estas tendencias, son ese puente o equilibrio de cada uno de los actos inteligentes
que el individuo va adquiriendo y modificando para su posterior aprendizaje, convirtiéndose así
esta teoría, una de las más influyentes para el estudio del desarrollo infantil.
En compendio a todo lo anteriormente dicho, remontarse a la filosofía permite comprender
cómo diversos pensadores tienen concepciones diferentes de la forma en que el ser humano
adquiere conocimiento, esto permite evidenciar que el estudio del aprendizaje se viene dando
desde hace mucho tiempo, y que es posible que actualmente se siga dando esta discusión.
Estilos de aprendizaje
Dejando a un lado el desarrollo histórico del estudio del aprendizaje en el ser humano, es
indispensable enfocarse en los estilos de aprendizaje propiamente dichos. Según Vox (1991,
citado por Aguilera y Ortiz, 2009) la palabra estilo es proveniente del latín “stylu” en el que su
significado indica carácter, peculiaridad, modo, manera de hacer las cosas; por ende, es utilizado
en la vida diaria de las personas para referirse a cualidades distintivas o propias de un individuo
o grupo. Ahora bien, se mencionarán algunos autores destacados que definieron el concepto de
estilos de aprendizaje.
Según Keeffe (1988, citado por Figueroa, 2005) y Alonso y gallego (1994, citado por
Manzano e Hidalgo, 2007) los estilos de aprendizaje son “rasgos cognitivos, afectivos y
fisiológicos que sirven como indicadores relativamente estables, de cómo los alumnos perciben
interacciones y responden a sus ambientes de aprendizaje” (p. 15). Keeffe, Alonso y Gallego,
definieron los estilos de aprendizajes con base a tres características o peculiaridades distintivas
de una persona, la primera de ella fueron los rasgos cognitivos, en donde estos se encuentran
sumamente relacionados con la interpretación, estructuración de contenidos, conceptualización y
resolución de problemas; la segunda, fueron los rasgos afectivos, que se asocian a las
motivaciones, intereses y las expectativas que de alguna manera se encuentran inmersas en el
proceso de enseñanza-aprendizaje; y la tercera y última, fueron los rasgos fisiológicos, que se
enlazan a la biología y genética. Es importante saber que todos los estudios que se han realizado
acerca de los estilos de aprendizaje y sus bases han sido sentados desde el procesamiento de la
información.
De igual manera, han existido otros autores que dan un concepto acerca de los estilos de
aprendizaje, de los encontrados están Jarvis (1990) y Hart y Hartlová (2004) citados por Gento y
Strnadová, (2010) mencionando que son “un término que se refiere a las características distintas
de aprendizaje cognitivo, tales como las técnicas de aprendizaje eficaz. Sin embargo, también se
refiere a las diferencias individuales en la manera de pensar y aprender de las personas.” (p. 58).
Además, Mares (1998, citado por Gento y Strnadová, 2010) define los estilos de aprendizaje
como aquellos procedimientos que un individuo usa en condiciones de aprender en cierto curso
de la vida. Finalmente, Smeck (1988) y Marton (1988) en Mares (1998) citados por Gento y
Strnadová, (2010) señalan que los estilos de aprendizaje son como “un algo oculto, latente y
variable que puede medirse solo de manera indirecta y registrada longitudinalmente.” (p. 58).
Con base a todo lo expuesto anteriormente, podemos decir que los estilos de aprendizaje
hacen referencia a los aspectos aptitudinales de una persona, y a su vez la manera en que estas
aprenden y las técnicas que utilizan para lograr una mejor adquisición del conocimiento.
Por otra parte, en tiempos más actuales el estudio del aprendizaje se ha abordado de diferentes
formas. A raíz de todo el análisis científico que a lo largo del tiempo se ha realizado en lo que
concierne al aprendizaje, herramientas y técnicas que se utilizan en éste, es importante traer a
colación los modelos teóricos que han surgido en el campo de las neurociencias y la psicología
sobre los estilos de aprendizaje, la cual, durante mucho tiempo se ha enfocado en las diferencias
individuales de los estilos, produciendo, diferentes modelos que proponen un marco conceptual
mediante una perspectiva taxonómica en cuanto a estilos o técnicas al momento de aprender .
Modelo de Kolb
Por un lado, se tiene a David Kolb, reconocido teórico de la educación americana y psicólogo
americano, creador de uno de los modelos más conocidos e importantes en lo que concierne a
estilos de aprendizaje. Este modelo de Kolb fue expuesto por Cabrera (2003, citado por
Manzano, 2007) en el cual abarca el aprendizaje por experiencia, realiza una consideración en la
que cataloga a los estudiantes en cuatro grupos de estilos de aprendizaje, según su percepción y
procesamiento de información. Kolb en 1984 realiza esta clasificación ya que, bajo su criterio, el
estudiante logra aprender mediante dos distintas modalidades: la experiencia de manera directa y
concreta y la conceptualización o también experiencia abstracta. El procesamiento de la
experiencia o información se realizará a través de dos medios: la observación de carácter
reflexivo y la experimentación de manera activa; este punto es muy importante ya que, según
Seminario – Taller aplicado I
Estilos de aprendizaje en niños y adolescentes autistas Universidad del Magdalena
Navarro (2016) para poder aprender algo, debemos realizar todo el procesamiento de esta
información.
Ahora bien, la siguiente clasificación de los estilos de aprendizaje y las características de cada
grupo se realizó según lo expuesto por Kolb (1984, citado por Romero et al., 2010) y la
recopilación teórica de este autor presentado por Cabrera (2003, citado por Manzano, 2007).
con base a la fase de aprendizaje que el estudiante adquiera, teniendo en cuenta la presentación
de este contenido y la manera de trabajarlo en el aula o contexto educativo.
Estos modelos teóricos son el resultado del proceso evolutivo que se ha presentado en el estudio
científico del aprendizaje, proporcionando conocimientos y bases consolidadas en estudios
científicos para exponer las diferentes técnicas, estrategias o herramientas que utilizan las
personas al momento de aprender.
Sin embargo, de acuerdo con la metodología que se aplicará en esta investigación, se ha decidido
identificar los estilos de aprendizaje en esta población con base en el modelo propuesto por
David A. Kolb. La teoría del aprendizaje de este autor, ha servido para fundamentar muchas
investigaciones en niños de escuelas primarias. No obstante, es apropiado aclarar que no se han
encontrado investigaciones en niños con Trastorno del Espectro Autista, partiendo del modelo en
mención.
Discapacidad Intelectual
Si bien, los textos consultados no hacen referencia al autismo bajo termino de discapacidad, sin
embargo, en ocasiones el autismo puede estar acompañado por discapacidad intelectual.
En este sentido, al encontrarnos en una sociedad que en los últimos años ha presentado
transformaciones y adaptaciones globales considerablemente significativas en el proceso de
aceptar la diversidad y lo que es diferente ante la concepción establecida por parámetros o
estereotipos de lo perfecto o normal ante los demás, el término “discapacidad” ha hecho fuerza
ante los diferentes ámbitos: científico, social, psicológico, ente otros; estableciendo y radicando
su importancia en el proceso de inclusión ante los demás producto de una visión diferente de las
connotaciones sociales.
No demuestran interés por juguetes que los niños a su edad quieren, o en otro caso, no juega
con ellos de la manera adecuada.
Ante la comunicación con las personas no presentan contacto visual.
Al llamarlo por su nombre no responde de manera alguna.
Impide el contacto físico.
Agitan las manos constantemente.
Reacciona molesto o desesperado ante ciertos sonidos o luces.
Puede presentar dos extremos en su comportamiento: por un lado, mostrarse hiperactivo y
por el otro, tender a actuar pasivamente.
No se agradan ante los cambios y pueden presentar atracción por el orden.
Comportamiento repetitivo, es decir, tiende a repetir un patrón una y otra vez
constantemente.
Marco legal
De manera muy básica podríamos traer a colación el artículo 13, del capítulo 1 de la constitución
política de Colombia (CPC) donde se dictan los derechos fundamentales de las personas. En
dicho artículo se puede apreciar que la CPC reza que todos nacemos libres e iguales ente la ley, y
gozaran de los mismos derechos y oportunidades. Esto puede correlacionarse con lo señalado en
el artículo 7 del capítulo 2 de la CPC, correspondiente a derechos sociales, económicos y
culturales que expresa que la educación es un derecho y servicio público de la persona. Lo
anteriormente citado, es base legislativa sólida para señalar que, a pesar de las dificultades de los
autistas, estos también tienen la facultad y el aval estatal para participar en las dinámicas
educativas, no obstante, es bien sabido que por esas mismas dificultades su aprendizaje se da de
manera diferente a las demás personas con desarrollo típico, esto según lo señalado por Chávez y
González (2016). Esta última premisa hace necesario hablar de la inclusión educativa en el
marco de las capacidades diferenciales de las personas.
De esta manera, en Colombia, cada vez se habla más de inclusión educativa. Uno de los
argumentos legales que reza por la consideración de aquellos que presentan capacidades
diferenciales e incluirlos en las dinámicas educativas es la ley 1618 de 2013. En dicho producto
legislativo, en su artículo 1, se esboza que su objeto es hacer legítimos e ineludibles los derechos
de las personas con discapacidad, abogando por planes de inclusión y eliminar cualquier forma
de discapacidad. Ahora bien, en ninguna de las investigaciones consultadas se logró observar el
termino discapacidad para el autismo, no obstante, dicho cuadro clínico trae déficits en diferentes
campos de la persona que lo padece, como el área comunicativa y de interacción social,
afectando el lenguaje y la reciprocidad socioafectiva repercutiendo en su forma de aprender y
marcando una diferencia en el desenvolvimiento y desarrollo del autista respecto a los
neurotípicos. Chávez y González (2016). Partiendo de tales dificultades presentes en el autista,
los lineamientos de la ley 1618 de 2013, perfectamente pueden cobijarlo.
Por otra parte, existen más actos legislativos que respaldan los derechos y de aquellos que
presentan necesidades educativas diferenciales como los Autistas. En concreto, con la adopción
de la convención sobre los derechos de las personas con discapacidad por parte del gobierno
colombiano en la ley 1346 de 2009. Dicha convención tuvo como propósito fomentar,
salvaguardar y garantizar el completo disfrute de los derechos humanos bajo el marco de la
igualdad por todas las personas discapacitas y fomentando el respeto y dignidad de estos.
Además, la convención sobre los derechos de las personas con discapacidad señala que cuando
hablan de personas con discapacidad también están haciendo referencia a aquellos que presenten
dificultades físicas, metales, intelectuales o sensoriales que puedan entorpecer su participación
en las dinámicas sociales de la misma manera que los demás. Pariendo de esta consideración, los
autistas se ven beneficiados por esta medida gubernamental debido a que el estado se ve
obligado a generar actos legislativos que garanticen el pleno goce de los derechos a esta
población y aquellos que presentan discapacidad en general. En concreto, en el artículo 24, la
convención sobre los derechos de las personas con discapacidad incita a los estados que se
adjudican ante ella a implantar un sistema de educación inclusivo. Esto es importante para
atender las necesidades diferenciales de aprendizaje de los autistas.
Por otra parte, la resolución 2665 del 24 de octubre de 2003 por la cual se dicta parámetros y
criterios para la prestación del servicio educativo a la población con necesidades educativas
especiales, es una muestra de ese empeño por parte del estado de responder a las necesidades
educativas de las personas con necesidades educativas especiales. Esta resolución va dirigida a
las secretarias de educación, así como las instituciones educativas certificadas, estableciendo
lineamientos y medidas a tomar desde las instituciones en cuanto a la estructuración curricular,
capacitación de docentes para brindar atención a la población con necesidades educativas
especiales.
Como una medida internacional, se puede mencionar la declaración de Salamanca organizada
por el Gobierno de España en colaboración de Salamanca. (1994) donde se establecen principios
y políticas para las personas con necesidades educativas especiales.
Por último, es válido señalar el proyecto de ley 083 de 2015 existente en Colombia
específicamente para personas con Autismo. De acuerdo con su artículo 1, el proyecto de ley
busca garantizar una atención amplia e integral a las personas con autismo, así como generar un
régimen legal para los autistas en pro de la rehabilitación basada en comunidad, que promocione
la detección oportuna y a tiempo, intervención pertinente, protección en salud, inclusión en
materia de educación, capacitación, inclusión laboral y social en aspectos culturales, recreativos
y deportivos, además de fortalecer las instituciones que orientan sus esfuerzos hacia esta
población.
Antecedentes
Como se señaló anteriormente, el autismo está ubicado dentro de la categoría de los Trastornos
Generalizados del Desarrollo (TGD) (Baldares y Orozco, 2012). Investigaciones, dan cuanta de
las características cognitivas de los Autistas. Según lo mencionado por Chávez y González
(2016) los autistas presentan problemas en la socialización con los demás. En el aspecto
comunicativo del lenguaje, los autistas parecen estar sumergido en su propio mundo presentando
dificultades en la comunicación, les es difícil entablar una conversación. En el 50% de los casos
no presentan un lenguaje verbal, simplemente repiten lo escuchado o, en algunos casos el
funcionamiento del lenguaje verbal es muy elevado. No obstante, siempre presentan problemas
en el lenguaje; además, los autistas presentan inconvenientes a nivel sensoriales por sus
participar en diferentes sesiones semanales de juegos con los demás niños. A medida que se veía
que el niño lograba asimilar el juego, se introducía uno nuevo. Al evaluar los resultados de la
intervención, por medio del método retrospectivo, comparando el antes y el después, el niño
autista aprendió a interactuar y a participar, constantemente estaba buscando a los demás niños
para que jugaran con él.
Por último, Callejo (2014) realizó una revisión de los conceptos existentes referentes al
autismo y sus características, concluyendo que, debido a que los autistas trabajan mejor por
medio de la información visual, esto permite que puedan desarrollar habilidades de lecto
escritura, resultando esto como una alternativa a las dificultades verbales en la comunicación de
los autistas.
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