Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
¡No nos asustemos!, a veces las cosas son más fáciles de entender de lo
que parece a simple vista. Como siempre, unos ejemplos sobre cosas de
la vida cotidiana nos ayudarán a solventar dudas:
Imaginemos las cuerdas de una guitarra: como ya sabemos, cada
cuerda, por sus características físicas o por la tensión que le hayamos
dado, vibra, oscila o resuena (que todo significa lo mismo) a una
frecuencia determinada. En las notas más bajas o graves vibra más
lentamente, y en las más altas o agudas lo hace más rápidamente. Así,
en una nota grave la cuerda puede vibrar a unos cuantos cientos de
ciclos por segundo, mientras que en notas altas puede hacerlo a varios
miles de ciclos por segundo. En el caso de un violín, esa frecuencia de
oscilación puede alcanzar los 15.000 ciclos; si fuese más allá de los
20.000 entonces ya no seríamos capaces de percibir el sonido que
produce, pues se saldría fuera de la banda audible, entrando entonces
en la banda de los ultrasonidos (algunos animales pueden escucharlas,
como los perros). Las cuerdas no suenan por sí solas, hay que darles un
empujón, mediante nuestros dedos o algún utensilio, como una púa;
más adelante entenderemos que relación hay entre ese «empujón» y un
oscilador electrónico.
Para muchos, quizá el ejemplo de un columpio les resutará más gráfico.
Imaginemos un simple columpio cuando está en reposo; en su posición
vertical no tiene energía, digamos que se encuentra en su posición cero.
Si le damos un «empujón» hacia delante, irá hacia un máximo (que
llamaremos «positivo»), regresará, pasará de nuevo por cero, y gracias
a la energía del empuje que trae de vuelta vendrá hacia atrás hasta
alcanzar otro máximo (que llamaremos «negativo»), volviendo de nuevo
a su punto cero. En ese momento el columpio ha desarrollado un ciclo
completo. El columpio seguirá completando ciclos en tanto no cesemos
la fuerza de empuje. Sin ayuda, el número de ciclos por segundo que
complete dependerá de muchas causas: fuerza del empuje inicial, altura
del columpio, peso que transporta, rozamiento con el aire, acción de la
gravedad, etc.
Hasta ahora hemos visto que, tanto la cuerda de una guitarra vibrando,
como un columpio en movimiento, completan ciclos al desplazarse de un
lado a otro en el espacio físico. Pues bien, un oscilador electrónico
también completa ciclos, pero en este caso quien se desplaza son los
electrones a través de un cable. Al igual que sucede en el columpio,
primero lo hace en un sentido llegando a un máximo positivo, después
pasando por un punto cero, seguidamente alcanzando otro máximo
negativo en sentido contrario, y finalmente regresando de nuevo al
punto cero. El tiempo que tardan los electrones en completar un ciclo de
ida y vuelta entre los dos máximos positivos y negativos es lo que se
llama periodo; y su contrario, es decir el número de veces que sucede
ese fenómeno en una unidad de tiempo (por ejemplo en un segundo) es
lo que se llama frecuencia. Si en un segundo se completan mil ciclos, se
dice que la frecuencia es de 1 kilociclo por segundo; si se completan un
millón de ciclos sería 1 megaciclo; mil millones de ciclos un gigaciclo,
etc.
Antes de seguir es conveniente hacer una precisión, y es que cuando
hablamos en términos eléctricos la expresión correcta para definir un
ciclo es el herzio. Por tanto, a partir de ahora cuando me refiera a un
ciclo eléctrico o a una onda electromagnética, la definiré como un herzio
o una onda herziana. Se dice así en honor al físico alemán Herth, que
fue quien estudió la propagación de las ondas de radio y puso las bases
para el desarrollo de la radiocomunicación.
Pero sigamos ¿cómo se puede producir esa oscilación tan rápida de los
electrones de un lado a otro en un conductor? El secreto está en la
maravillosa combinación de dos componentes electrónicos llamados
bobina y condensador. Ambos, íntimamente unidos, conforman lo que
se puede denominar indistintamente circuito tanque, circuito resonante
o circuito sintonizado LC. También existen circuitos tanque con bobina y
resistencia (circuito sintonizado RC), pero sólo se utilizan para bajas
frecuencias, y en nuestro caso necesitamos que la emisora sea capaz de
oscilar a frecuencias muy altas, al menos de 80 megaherzios en
adelante, es decir más de 80 millones de ciclos en un segundo, para que
su señal pueda ser captada en la banda comercial de FM, que como ya
sabemos trabaja entre 88 y 108 Megaherzios.