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Como una estrella de rock, Rita Segato habló ante un campus colmado de
Rita acaba de bajar los 2.465 metros que separan al pueblo de Tilcara en
Jujuy de la llanura en la que está el campus de la UNSAM. La sorprende la
bienvenida, se detiene a mirar un papel brillante que está pegado en el suelo
con cinta scotch. El piso de la universidad se llenó de hashtags:
#RitaSegatoEnUNSAM. A Rita la alucina el mástil, una estructura de hierros
curvos y enroscados que sostienen la bandera argentina, el Mástil Firulete que
instaló en UNSAM el escultor Pablo Reinoso en 2013.
No es la primera vez que Rita visita el campus cuando era niña, en los
terrenos ferroviarios en los que hoy está la UNSAM, Rita remontaba barriletes
con sus primos que vivían en la calle Bacon de San Martín. Esta vez llega
como docente de la Escuela de Humanidades de una universidad pública del
conurbano bonaerense, después de años de vivir en Brasil, para inaugurar la
cátedra “Pensamiento Incómodo”.
Rita piensa todo el tiempo, se la puede ver pensando, se nota en sus gestos,
en la forma en la que se lleva las manos a la cara, en cómo achina los ojos.
Y también escucha. Rita escucha atenta a cada persona que se le acerca y le
pide hablar. Contempla, da espacio y tiempo al otrx. El pensamiento de Rita
incómoda pero su escucha abraza. Desde hace un tiempo habla de la
importancia de la conversacióncomo forma de pensamiento. Rita piensa con
otrxs, es dialéctica, como a la antropología, la enciende la alteridad.
MC: ¿Cuáles son los debates que hoy son incómodos dentro del
feminismo actual? Uno de ellos irrumpió en este último tiempo
sorpresivamente y es esto del biologicismo. ¿Quiénes están en
condiciones de encarnar el feminismo y poder marchar este viernes?
¿Rita vos qué pensás?
RS: Un movimiento sin errores es imposible. Toda normativa tiene sus fisuras,
sus errores posibles, pero me sorprendió mucho por una razón: si hay un paso
importantísimo en el camino de la teoría feminista, que es un pensamiento
sumamente sofisticado y en las grandes bibliotecas del mundo los estantes de
pensamiento feminista superan en cantidad a los estantes de las bibliotecas
disciplinares. En esa acumulación de reflexión un momento claro es el
momento del desmonte de la biologización. El desacoplamiento de lo que es lo
femenino de los cuerpos, o sea la desbiologización. Estamos echando a la
basura la noción de género que retira de los cuerpos el patriarcado. Retira de
los cuerpos lo femenino y lo masculino y lo transforma en una estructura, en
una matriz que trasciende el cuerpo que llevamos. Cuando los
fundamentalistas están queriendo borrar la palabra género de las escuelas.
Prohibir la palabra misma por amenazadora. El género es justo lo que sale del
determinismo biológico, el gran invento de la noción de género es la
desbiologización de la matriz heterosexual. Margaret Thatcher llevaba un
cuerpo de mujer y no existió mayor enemiga de las mujeres que ella. Y era
una mujer. No basta con tener un cuerpo. Hay mujeres patriarcales, duele
decirlo. No son la mayoría, son algunas, pero hacen suficiente daño y hay
hombres que pueden ser maternos, por ejemplo y estar aplicados al cuidado.
Eso existe también. Y mujeres como yo que son pésimas cuidadoras. No se
puede biologizar la tarea. Condoleezza Rice mató a muchísimos hombres,
porque era la secretaria de guerra de Bush. Y era negra. Cuidado con el
biologicismo, es una amenaza. Un momento crucial del feminismo fue superar
la amenaza del biologisismo. Mi manera de decidir quién va a la calle y quien
no, es todos aquellos que el patriarcado ve como desobedientes, en desacato
a la norma patriarcal. Hombres débiles, hombres femeninos. El patriarcado los
castiga por desobedientes al mandato de masculinidad. Es un problema falso,
inventado que realmente no me representa.
RS: Sí, y sin olvidar algo. Irina Bacci, una gran activista de mujeres lesbiana
de Brasil a quien yo oriente su tesis hace una crítica a la misoginia dentro del
movimiento gay. La misoginia es hegemónica, se mete en todas partes. El ojo
patriarcal y misógino es hegemónico. Pero eso no nos debe llevar a un
fanatismo de los cuerpos. Nos debe llevar a entender lo que pasa. Las
traiciones son constantes en la historia dentro de todos los movimientos
políticos, pero no por eso vamos a tirar a la basura al bebé con la pelela. El
Bebé es la desbiologización de la matriz patriarcal.
MC: qué pasa a partir de los movimientos como el Ni una menos, el Me
too en Estados Unidos y el Mirá como nos ponemos y las denuncias con
mayor visibilidad en distintos ámbitos. ¿Qué se hace frente a esas
denuncias públicas que muchas veces derivan en los escraches y como
se para el movimiento feminista frente a esa tensión entre exigir justicia y
el punitivismo? De que no somos punitivistas desde el feminismo.
¿Cómo encontrar ese equilibrio?
RS: Son problemas difíciles que naturalmente surgen con el gran tránsito, con
la profundidad histórica que nuestro movimiento tiene. Las complejidades son
directamente proporcionales a todo lo que hemos caminado y al lugar donde
hemos llegado. Hay que pensar más allá del lugar común. ¿Con el castigo voy
a modificar la sociedad y la forma en que las personas se comportan? Eso es
falso. La ley no causa comportamientos. Si la ley causara comportamientos no
habría abortos. El hecho de que haya tantos abortos por nacimiento muestra
que la ley no es determinante en la práctica de las personas. Lo más
importante es la eficacia retórica, discursiva, simbólica, performativa. Que es la
eficacia de persuadir, convencer. Si no persuade ni disuade no existe la ley,
solo existe ese teatro legislativo, pero la ley no tiene eficacia materia. Las
leyes punitivas son un discurso eminente, importantísimo. La tarea es llevar
ese discurso a la sociedad, que atraviese y persuada las conciencias. Sin ese
trabajo la ley no existe.
RS: El problema es amplio. El año pasado hablé con dos rectores de colegios
secundarios. Uno con el del Nacional Buenos Aires y el otro con el de la
Pichón Rivière. En los dos relatos está la idea de que entender la cuestión de
género es entender la secundaria, en sus diversos niveles sociales. En la
secundaria uno ve lo que yo llamo la catástrofe del género. Quiero hacer una
diferencia entre el Mee Too, lo que yo llamo el feminismo pilgrim de los
Estados Unidos, porque el país está fundado por los peregrinos puritanos vs.
el feminismo de las mal fundadas repúblicas criollas. El feminismo pilgrim,
excepto grandes excepciones como Judith Butler, que acata la idea de que
durmiendo con un abogado resolvemos los problemas entre los chicos y
chicas. Nosotros no podemos entrar por ese camino porque nuestra formación
colonial es diferente. Nuestra tarea es dar herramientas a los chicos y las
chicas para que puedan negociar su relación, y eso el feminismo lo está
descuidando. Las personas tienen que poder negociar sin la mediación de
estados que siempre nos van a traicionar, porque nos han traicionado siempre.
Si no aprendemos de la historia, demos clases de relojería.
La historia nos ha enseñado que nuestros mal fundados estados criollos nos
han traicionado constantemente. Entonces, ¿le vamos a entregar que se
encarguen de la vigilancia y la custodia de la negociación de cómo va a ser la
sexualidad nuestra y de nuestros hijos? No, debemos darle a la juventud esas
herramientas para que puedan negociar qué quieren y qué no quieren.
Nuestro mundo es un mundo de conversación. La Argentina es un país donde
aún las personas conversan, pero está sucediendo en las escuelas que los
chicos y las chicas no están pudiendo conversar sobre sus expectativas sobre
su sexualidad y sus deseos. Hay una desconfianza extrema entre muchachos
y muchachas. Yo veo eso negativamente y tiene que ver con el punitivismo. Lo
vemos en las escuelas con el bullying, el castigo y algo que a mí no me gusta
llamar escrache.
El escrache es una forma noble de hacer justicia debatida a lo largo de varios
meses cuando no se podía acceder a la justicia por el Estado. En ese período,
e inclusive hoy es muy relativa la justicia por parte del Estado. Me pasé este
año entrevistando a jueces, fiscales y camaristas de alto nivel y la verdad es
que sentí terror.
El auténtico escrache es la forma de hacer justicia por la propia gente pero no
es espontaneo. No es un linchamiento. Yo establezco una diferencia muy
precisa entre escrache, dentro de la tradición argentina de los escraches a los
genocidas, donde el período de preparación para cada escrache fue
larguísimo. Ahí hay un justo proceso porque hay un patrón, un protocolo y una
forma de juzgar, decidir y finalmente de dar una punición pública a ese
personaje. Pero en el linchamiento no lo hay. El feminismo cae en el
linchamiento moral sin parámetros claros del justo proceso y eso a mí me
asusta porque coloca a nuestro movimiento en un riesgo muy grande. Errores
que suceden por la velocidad de los linchamientos y el carácter espontaneísta
pueden llevarnos a incurrir en errores que luego van a poner en jaque muchas
conquistas, muchos avances y muchos escraches bien procesados. La
cuestión del punitivismo no lleva a una disminución de los problemas que
tenemos y eso es constatable. Los feminicidios no disminuyen. Entonces, lo
mejor es que lo pensemos más seriamente porque las leyes no están tocando
los números. En el debate en el senado nacional con la ministra Patricia
Bullrich quiso usar el sufrimiento de las mujeres para recrudecer las leyes.
Usaron el sufrimiento de las mujeres para punir a toda la población carcelaria
que es pobre y no blanca.
En ese caso mi argumento fue que para que exista un feminicidio, una
violación, es necesario un caldo de cultivo gigantesco que está presente en
toda la tela social. Agresiones diarias cotidianas que todas las mujeres
sufrimos. Modificando ese caldo de cultivo, esa base del Iceberg, solo así
vamos a poder introducir en lo que puede ser tipificado como crimen. De todas
esas agresiones a las mujeres, un número muy pequeño puede ser tipificado
como crimen o delito. Las miradas al cuerpo de las mujeres no las podemos
criminalizarlas.
RS: Eso fue parte del argumento cuando juzgamos al juez Rossi, en Paraná.
El juez Rossi fue un juez que soltó a Wagner que fue el feminicida. Wagner
estaba preso por violación. Igual iba a salir próximamente, no? Pero era muy
simbólico, muy ejemplar el juicio al juez Rossi, porque él a pesar de tener 29
recomendaciones del equipo psicosocial de la cárcel, él lo suelta. Yo creo que
él ni los leyó. Bueno no sé si los leyó o no, pero los desconsideró totalmente. Y
después descubrimos que había desconsiderado decenas de
recomendaciones del equipo psicosocial, con relación a muchos otros casos.
O sea que es un juez que como muchos jueces, Dios en el cielo, juez en la
Tierra. (chiste)
Entonces en el juicio del juez Rossi, uno de los argumentos centrales es la
mala interpretación del garantismo, que es una doctrina noble cuando se habla
de raza y clase. ¿Porque para qué sería garantismo? El garantismo en
realidad si lo miramos con aproximación es una doctrina jurídica que tiene por
detrás la noción de acción afirmativa. Un precepto de acción afirmativa, o sea:
si las garantías fueran igual para todos, o sea para los pobres y los negros, en
nuestra sociedad, porque no se habla de raza, pero la raza existe. Basta ver la
composición de una cárcel para ver si la raza realmente existe. Entonces el
garantismo existe como doctrina porque hay vulnerables y si uno mira la
población carcelaria esos vulnerables son, como dije, pobres y no blancos.
Pero entonces, una cantidad de jueves, Rossi es paradigmático y el otro
López, se llamaba también, aplican el garantismo a agresores, delincuentes, a
criminales que han perpetrado crímenes de género. Sólo que el garantismo
ahí tiene que ser aplicado al contrario. Porque el vulnerable no es el agresor,
como en los crímenes contra la propiedad, donde generalmente quien es el
agresor, el ladrón, a veces inclusive los asesinos, que son juzgados y
encarcelados son vulnerables dentro de la sociedad por esta razón de clase y
raza, como acabo de decir. Pero en el crimen de género el poderoso es el
agresor. Y la vulnerable es la víctima, por lo tanto, en el crimen de género
tiene que haber una inversión del garantismo, y la garantía tiene que ir para la
víctima y no para el agresor. Es una mala interpretación. Es una interpretación
ciega y estrecha por parte de la justicia, de los operadores del derecho, los
operadores de la justicia, que la aplican siempre con la relación a la protección
del procesado, cuando en el caso de los crímenes de género es la víctima, el
lado acusador, el que está del lado de la vulnerabilidad.
MC: En los últimos días nos conmovimos mucho con la historia de Lucía,
esta niña de once años que había sido violado por la pareja de su abuelo,
y cursaba un embarazo forzado en Tucumán y pedía una interrupción
legal de embarazo, que el sistema provincial de salud en Tucumán se
encargó de dilatar y postergar y finalmente le hicieron una cesárea una
semana atrás. ¿Cómo analizas estos casos que hoy los vemos con
mayor claridad, no? Porque no son nuevos. Cada año en la Argentina
alrededor de 2.700 niñas de catorce años o menos dan a luz y uno
presume que la mayoría de esos embarazos han sido producto de
abusos sexual, coacción sexual, y las niñas no los han buscado. Que se
de esa carnicería en esos cuerpos infantiles con una trama institucional
anti derecho como quedó expuesta en Tucumán, donde hay una fiscal
que interviene arbitrariamente para frenar el aborto amedrentando a los
médicos. Un sistema de salud desde la ministra al secretario de salud, la
directora del hospital, el personal del hospital que se declara objetor de
conciencia y en el momento de la cirugía, de la intervención dicen
“nosotros no hacemos nada”, no? Es como de una crueldad extrema
pero visible. Pero hoy la vemos.
RS: Pero primero quería referirme a estas provincias del noroeste, donde han
sucedido estos casos que fue sobre todo en Tucumán y Jujuy. Y ahí voy a
citar a una querida amiga que es profesora de comunicación en Salta, que es
Alejandra Cebrelli, que publicó en estos días. Ella se especializa mucho en el
tema del chineo. ¿Saben qué es el chineo? La cito a ella porque en el campo
de la comunicación es una especialista en ese tema del chineo. Que es una
práctica muy común en esas provincias, que tan vehementemente sus élites
se pronuncian contra el aborto y sin embargo llevan a sus hijos a tener su
iniciación sexual con las indígenas, las wichis, no? Con las quom. Es muy
común en las provincias del noroeste que sus padres criollos, ese criollaje
asqueroso, que son los de pro vida, las mismas personas del grupo de pro
vida, son esa élite criolla de esas provincias que son las que conozco más del
país, del noroeste, que agarran a sus niños, a sus jovencitos, hijos que nunca
han tenido relaciones sexuales y en sus pick up los llevan allá a violar niñas
wichis. Al chacho salteño, por ejemplo. Entonces sobre el chineo, ni una
palabra en la ley. Ni aparece. Cuando se habla de la violación por ocho
muchachos de una niña wichí que era epiléptica, que fue un tema reciente, la
palabra chineo no aparece, no es una costumbre.
RS: También. Existe allá en el norte ese derecho de pernada. El dueño de las
tierras tiene derecho a la primera noche de la joven pobre indígena de su
región, de su propiedad. Todas esas costumbres están vigentes, pero a la ley
no le interesa eso. No parece ser un crimen. Entonces se ensaña con el
aborto. Hay una hipocresía tan extrema, un doble discurso tan flagrante, no?
Hay una inversión interesantísima y constatable. Cuando se pueda capturar a
un indígena, como fue el caso de la niña wichí. Porque ese indígena es
acusado por una directora de escuela de que está violando a su entrenada, a
la hija de la mujer con la que ha convivido mucho tiempo. La directora lo
denuncia y este es un gran debate inclusive entre feministas. Sucede que ese
joven del caso wichí, quienes le llevaron la comida a la cárcel durante seis
años son justamente la niña supuestamente violada y su madre. Cuándo hay
casos de violación entre indígenas, o lo que el Estado o la Escuela, que es un
brazo del Estado, entiende que hubo una agresión o un acceso sexual
indebido, ahí el Estado inmediatamente actúa. Cuando el blanco va al chineo.
Hace uso de un cuerpo sexual de mujer indígena, la indígena es prostituta. Es
un doble estándar, un doble discurso, absolutamente insoportable y
nauseabundo. Y luego a él se le une la prohibición del aborto. Cuando una
niña es violada adentro de un espacio social donde el chineo es una práctica
absolutamente común de la cual todo el mundo sabe, ahí el cuerpo de la niña
es lacerado por un bisturí. Entonces yo digo: Cuanto más débil es un Estado
nacional o provincial, más se ensaña con una panza de mujer. La medida de la
debilidad de un grupo político, de un Estado. ¿No tienen cosas más
interesantes de qué ocuparse? Además, la cuestión del aborto, claramente, la
objeción de conciencia y el activismo anti aborto es una cuestión de prestigio.
O sea: sociedades inseguras que quieren parecerse a las damas rosadas de
la parroquia de no se qué. No hay una cuestión moral por detrás. Y la prueba
son las clínicas de fertilidad asistida. Hay varios óvulos inseminados. ¿Esos no
son personitas? Son las personitas cuando están afectando la vida de una
mujer. Algunas células son personitas cuando están en una panza femenina,
pero cuando están en una probeta de una clínica de inseminación asistida, eso
no tiene alitas, no es angelito. En esas clínicas el lujo es enorme. Ahí
realmente se manejan capitales. Un lucro considerable en sus cuentas, así
como los laboratorios son grandes usinas de capital. Entonces ahí no hay
abortos. Por ahí se hacen abortos también, pero nadie se da cuenta.
Hipocresía pura.
MC: Una cosa que me llamó mucho la atención sobre la repercusión que
tuvo este caso, el de Lucía. En mi caso vengo escribiendo sobre estas
situaciones desde hace muchos años, buscando en archivo creo que
encontré la primera nota que escribí de un caso de un pedido de una niña
violada del 22 de noviembre de 1998, en Página12. El título era: “Una
chica violada pide abortar y todo el mundo se pasa la pelota”. Podía ser
un título del caso de Lucía. Y era del hospital Santojanni de acá, de la
Ciudad de Buenos Aires. Era una niña con discapacidad mental. Otra
nota del 99, título: “Cuando todos miran para otro lado”. Una niña de 13
años SG, sus iniciales, un leve retraso mental también embarazada de
una violación, le había dicho a la psicóloga. “Soy muy chica para tener
un bebé. No quiero tenerlo”. Un caso en Trelew, le dijo a la psicóloga del
servicio de asistencia a la víctima del delito en Trelew. La familia había
pedido el aborto. Un juez dijo que era legal, pero no creyó necesario
autorizarlo, los médicos se negaron a practicarlo, la Iglesia presionó y ya
a esa altura eran cinco meses de embarazo y esta niña también fue
forzada a tener ese embarazo a término. Y me preguntaba qué cambió
para que esos casos del 98, del 99 no hayan tenido, más allá de las redes
sociales, claro y de la repercusión que hoy se tiene mediáticamente, qué
cambió en la sociedad para que la sociedad se horrorizara, se
conmoviera hoy con el caso de Lucía al punto que dimos vergüenza
mundial porque la noticia se reprodujo en The Washington Post, The New
York Times, The Guardian, en diarios alemanes, etc, no? Hoy me
mandaron que salió una página entera en The Guardian, con el caso.
Había salido el viernes y volvió a salir porque es la nota más leída y
replicada. Qué pasó en la sociedad argentina, qué pasa que hoy nos
conmovemos y horrorizamos frente a este caso que sabemos que es
histórico. Las estadísticas no bajan. Sabemos que son alrededor de 3 mil
casos de niñas de 14 años o menos que en la Argentina dan a luz cada
año.
RS: Pasó que el discurso nuestro está llegando finalmente a destino, no? Sólo
es explica la reacción fundamentalista. O sea, son 70 años de feminismo y de
trabajo. Esa es la diferencia inclusive con relación a los grupos
fundamentalistas que hoy salen a la calle y que es un movimiento que tiene
entre cinco y siete años. Es muy reciente y muy rápidamente construido. Las
mujeres salen a favor del aborto y luego salen pro vida, con el pañuelo celeste
por la prohibición del aborto. No son equivalente, porque muchas razones
porque el movimiento de los pañuelos verdes es la consecuencia de 70 años
de mancunamiento de mujeres que pensamos, que dialogamos, reflexionamos
y debatimos nuestros temas. Y el otro rápidamente se coloca. Eso muestra
que es una agenda, una construcción muy rápida de un movimiento en las
calles y es una agenda. Hay ahí una estrategia montada de reacción a bases
que ya están, que son las que han causado que hoy se pueda hablar y la
reacción popular frente a la victimización de las niñas, que traspasa fronteras,
que va a los diarios del norte. Significa que nuestro movimiento realmente ha
transformado la visión de las cosas. Hay un cruce, una ajenidad y una mutua
fertilización, hay una funcionalidad del control del cuerpo de las mujeres con el
proyecto histórico del capital y con el proyecto histórico de los dueños. Si el
patriarcado cae, toda la sociedad se transforma. Todas las formas de
adueñamiento, de rapiña, de apropiación y de desigualdad caen por tierra. El
patriarcado es la base, el cimiento de la pirámide. De todas las formas de
opresión y dominación. Por eso hay un re armamiento de los poderes, que son
los poderes económicos expresados por los grandes medios, los medios
masivos de información que se están rearmando para evitar eso. Eso nos
muestra que hemos amenazado uno de los cimientos, un núcleo del edificio de
todos los poderes. Entonces esa reacción virulenta que estamos sufriendo es
la medida de lo que hemos alcanzado con el movimiento. Nos da la magnitud
del peligro que significamos. Entonces vamos adelante porque estamos
llegando a destino. Nuestros adversarios nos han mostrado eso. Nos están
mostrando algo que llamé en uno de mis textos más recientes que es
“Patriarcado del borde al centro” o sea que nuestro tema, no es un tema y eso
lo sabe muy bien Mariana y lo puede explicar muy bien. En la estructura de la
página de los medios escritos. En la estructura de la página siempre la noticia
sobre los temas de las mujeres fue una columna marginal y lo que está
pasando hoy, lo que nos muestran nuestros adversarios es que la protección
del patriarcado es el ¿mantra? del poder. Para el poder económico y político.
Y no es el borde de las cuestiones, no es un tema de minoría. El esfuerzo
nuestro tiene que ser para retirar de la posición de minoría y de columna
marginal. Eso está gráficamente expresado en el cambio de los periódicos,
no? En los cambios del trabajo que Mariana les va a explicar en un minuto.
Entonces ese pasaje de los temas de las mujeres. Ese pasaje del patriarcado
como tema del borde al centro de las cuestiones es lo que está pasando en el
presente.
Identificar las estrategias con las que los dueños de la vida y de la muerta
intentan ajenizar nuestro futuro.
MC: Les voy a contar una infidencia de Rita. Rita por estos pastos
podríamos decir, cuando era niña, venía a remontar barriletes con sus
primos, porque era del barrio. Le agracemos por esta tarde tan agradable
y que seguramente ustedes hayan disfrutado y reflexionado. Vi mucho
ahí escribiendo, tuiteando, esa es la idea. El pensamiento incómodo, la
reflexión, la posibilidad de llevarnos algo y sabiendo que según nos dice
Rita vamos por el buen camino. Entonces a seguir y el viernes por
supuesto nos encontramos de nuevo en las calles. Nosotras paramos.