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Nota técnica para profesores

Clase expositiva
Servicio de Calidad e Innovación

Justificación del tema:


La lección o clase expositiva o magistral es la acción docente más habitual en nuestra enseñanza por lo que no es muy necesa-
rio justificar que merece una reflexión por parte de cualquier profesor. En esta Nota se proponen algunos puntos para analizar
nuestras clases y, en su caso, introducir alguna mejora en ellas.

Objetivos de la Nota: Puntos sobre los que reflexionar:


•• Ver para qué es apta la clase expositiva en la •• ¿Cuándo debo usar la clase expositiva? ¿La uso excesiva-
docencia y cuáles pueden ser los riesgos de su mente en mi asignatura?
utilización incorrecta.
•• ¿Qué hace que una clase sea buena? ¿Qué aprecia y le
•• Revisar los componentes que debe tener una lec- útil al estudiante en mis clases?
ción y qué detalles los hacen más eficaces.

1. A qué llamamos clase expositiva

La clase expositiva o lección es aquella en la que el protagonismo principal es del profesor que es el que expone
el contenido.

A la clase en la que la exposición es especialmente formal y con estilo de conferencia se le suele llamar clase magistral.

En este tipo de clases, la actividad principal de los estudiantes suele ser tomar notas (apuntes) y realizar alguna pregunta
para aclarar puntos de la explicación.

En la lección el profesor comunica y explica una materia, pero siempre ha de tener en cuenta que es sobre todo
una acción de relación humana, en la que la persona del profesor es siempre modelo -maestro, en el sentido
clásico de la palabra-. Nunca existe aislada la acción de explicar o enseñar un contenido, sino que siempre está
implicado el profesor como persona, ejerciendo una influencia más o menos positiva (o negativa) sobre las per-
sonas de sus estudiantes.

Para qué es buena


La clase expositiva es muy apta para:
• Que el estudiante aprenda a pensar sobre un tema al ver cómo lo hace el profesor
• Que el estudiante se ilusione y motive con una materia al hilo de la presentación que el profesor hace de ese con-
tenido y de los retos y desafíos intelectuales que plantea
• Presentar mucha información en relativamente poco tiempo, a una audiencia numerosa.
• Explicar un tema de forma ordenada a alguien que lo conoce poco, adecuándolo a su nivel.
• Aprender al escuchar; porque oír hablar de un tema es muchas veces más eficaz para aprender que leer la infor-
mación.

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Clase expositiva 1. A qué llamamos clase expositiva

Qué hace eficaz a la clase


La lección es valiosa y eficaz cuando:
• el alumno ve su contenido como importante e interesante
• transmite emoción e ilusión por aprender
• hace que el estudiante esté activo mentalmente
• informa clara, ordenada y adecuadamente

Preparación de la lección
Puntos a atender al preparar la lección son:

1. Objetivos de la lección
Como en cualquier acción docente, lo primero que tenemos que hacer es determinar los objetivos principales
que los alumnos deben lograr en esa lección.

¿Qué conviene que los alumnos escuchen, entiendan, imaginen, piensen, en esa clase?

No conviene escribir una lista larga de objetivos sino los dos o tres principales que vamos a tener como referencia
en la lección.

Es muy recomendable ponerlos por escrito.

2. Características de los estudiantes y otros condicionantes


¿Cuál es la edad, conocimientos, interés, número, etc. de los alumnos que vamos a tener en la lección?

¿Cuáles son las características del aula (tamaño, disposición, acústica, medios técnicos, etc.)? ¿Cuál es el horario
en el que daremos la clase?

El contenido, el ritmo y el diseño de la clase deben estar adaptados a las características de los alumnos y cualqui-
er detalle de tipo material que no funcione bien (no se oiga bien, no se vea la presentación, etc.) puede dañar el
desarrollo de una lección por muy bien preparado que esté su contenido.

3. Conocimiento y preparación didáctica de los contenidos


El profesor debe conocer muy bien -lo mejor posible- los contenidos de la materia de su asignatura; pero, además,
tan importante como este conocimiento profundo y riguroso es que ese conocimiento sea didáctico, es decir,
que los contenidos estén ordenados, dispuestos e ilustrados de forma que ayuden al aprendizaje. (Ver apartado
correspondiente)

4. Diseño de la lección
Estructurar bien la lección es un requisito imprescindible para facilitar su seguimiento por la mayoría de los
alumnos.

La clase debe tener una introducción, un desarrollo y una conclusión.

La falta de estructura es uno de los defectos más habituales y de lo que los alumnos más se quejan. (Ver apartado
correspondiente)

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Clase expositiva 2. Estructura de la clase

2. Estructura de la clase
Introducción
Introducir bien una lección, una actividad, una asignatura o cualquier proceso docente, es fundamental.

Al comenzar la acción docente debemos intentar:


• despertar el interés del estudiante,
• conseguir que la materia se le presente como un desafío o un reto que merece la pena afrontar;
• que la vea como algo relacionado con la vida cotidiana o con los problemas reales propios de esa pro-
fesión
• estimular la motivación del estudiante, que es el principal impulsor del aprendizaje.

La introducción de una lección debe ser breve. Tres minutos pueden ser suficientes.

Pero la Introducción de una asignatura, especialmente si es del tipo de asignaturas cuyo interés no es obvio para el
estudiante, debe ser mucho más detenida y merece un proceso de preparación especial para asegurarnos de que un
grupo importante de alumnos entiende y se identifica con la asignatura. Puede ser necesario que ocupe una o más
clases, incluso, y es práctico procurar que sean los mismos alumnos los que colaboren a ver el interés y la repercusión
de lo que se va a trabajar en esa asignatura. Pocas cosas son más negativas para una asignatura que el que los alumnos
no entiendan su valor e interés.

Al hacer la Introducción podemos usar recursos que despierten el interés como:


• datos, gráficos, diagramas,
• imágenes, vídeos,
• noticias o sucesos,
• etc.

En la Introducción, además de captar la atención del estudiante, tenemos que darle a conocer cuál va ser el contenido
de esa clase o asignatura. De forma breve pero clara, debemos remarcar los objetivos de aprendizaje previstos para la
lección y enfatizar los temas que se van a tratar.

Acciones de Exploración
Al comienzo de una asignatura o de sus principales temas, conviene explorar cuál es la situación de los alumnos respec-
to a esa materia.

Los objetivos de la Exploración son:


• hacerse una idea de los conocimientos previos que los alumnos tienen;
• detectar algún error de concepto, si lo hubiera;
• apreciar las diferencias de conocimiento del tema entre unos alumnos y otros;
• ver el grado de interés que tienen por el tema.

En la Exploración se trata de obtener información de los estudiantes y para eso el profesor debe preguntar, promover

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Clase expositiva 2. Estructura de la clase

respuestas y canalizarlas para hacerse cargo de que es lo que opinan los alumnos.

Se pueden usar, dependiendo de las circunstancias,:


• preguntas directas a la clase (bien preparadas y usando las técnicas que aseguren la participación del
mayor número posible de alumnos) (Ver acción docente de Participación)
• tests sencillos
• puestas en común rápidas en grupos pequeños;
• ejercicios o pequeñas exposiciones;

Desarrollo
La mayor parte de la lección la dedicamos a desarrollar lo contenidos previstos.

En general, es muy conveniente fraccionar el desarrollo de la clase en bloque de unos 20 minutos y prever
algún tipo de interrupción o cambio de ritmo entre estos bloques. Esto ayuda mucho a que los estudiantes
mantengan la concentración y el interés.

Después de haber explicado uno o dos bloques de contenido, antes de pasar a otro bloque se pueden introducir ac-
ciones como:
• alguna pregunta bien preparada de antemano
• un tiempo de un par de minutos para que los alumnos consulten entre sí las dudas que pueden tener o remarquen
los puntos que han considerado fundamentales para contrastar entre ellos;
• una anécdota pertinente que no dure indebidamente;
• un ejemplo de aplicación práctica de lo que se está explicando;
• etc.

En el desarrollo de la lección debemos buscar las tres condiciones que una clase debe procurar: claridad, expre-
sividad y receptividad.

Lo habitual será usar recursos complementarios: imágenes, objetos, presentaciones, vídeos o audios, ejercicios,
etc. que ayuden a desarrollar los contenidos.

Conclusión
Al finalizar la clase debemos dedicar unos dos o tres minutos a concluirla adecuadamente.

Convendrá tener diseñado un final en el que se podrán incluir alguna de estas acciones:
• resumen breve de lo explicado recalcando las ideas principales,
• remarcar la relación entre lo visto y los objetivos previstos,
• sugerir lecturas complementarias, posibles ejercicios o problemas a resolver, vídeos a ver o webs a visi-
tar, etc.
• proponer alguna actividad que ayude al alumno a sintetizar lo fundamental: pidiéndole que escriba las
dos o tres ideas fundamentales de la clase y que las contraste con sus compañeros más cercanos, etc.
• contestar a un pequeño test,
• etc.

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Clase expositiva 2. Estructura de la clase / 3. Características de la buena lección

Aprendemos muchas cosas por repetición y por esto, todo lo que sea repetir las mismas ideas de formas variadas, a
poder ser, facilita el aprendizaje. “Decir que se va a decir, decirlo y decir que se ha dicho”.

3. Características de la buena lección


Unos buenos contenidos son la materia prima de la clase; pero se echan a perder si no se preparan y disponen adecua-
damente (disposición didáctica de los contenidos) y si no se presentan con claridad, expresividad y receptividad.

Claridad
Que se entienda bien y con facilidad, sin dudas ni incertidumbres, es uno de los requisitos más importantes de la bue-
na lección y es una característica muy apreciada por los alumnos.

Para conseguir claridad:


• que se oiga bien y que se vean bien los recursos que usamos
• usar un vocabulario adecuado a la formación del oyente; comunicando no sólo para los más compe-
tentes o adelantados, sino pensando también en los que, por unos motivos u otros, pueden ser más
mediocres o tener más dificultades;
• marcar bien los finales y los inicios de los contenidos para que no se mezclen unas ideas con otras
• unir el final de la explicación de un contenido con el inicio del siguiente de tal forma que, quedando
claro que son distintos, se perciban a la vez enlazados y relacionados.

Expresividad
De tener que elegir una característica como principal cuando presentamos los contenidos de una clase tendríamos
que poner el acento en la expresividad. Es decir, en el entusiasmo y la vibración con los que los presentamos. Con
naturalidad y sin una exageración artificial, pero con el suficiente grado de pasión y teatralización como para contagiar
al oyente.

Para lograrlo hay que cuidar:


• como punto primero y principal, no dar una clase de una materia o un contenido del que no estemos convencidos
de su interés y de que esos aprendizajes que comunicamos son importante para el alumno;
• mantener un ritmo de dicción adecuado, ni muy lento ni rápido, con las pausas oportunas para enfatizar lo que
hay que resaltar. La exposición de la clase debe tener un componente de teatralización. Con naturalidad, pero
huyendo del discurso plano y aburrido;
• procurar una disposición relajada y personal. No intentar imitar el estilo de otras personas, sino buscando el
propio con una naturalidad que supone un poco de tensión, pero muy medida;
• usar un tono de voz y unos movimientos corporales, que transmitan cercanía a los alumnos. Mirar a los alumnos
a los ojos, paseando la mirada hacia todos los puntos del aula, sin concentrarla en unas zonas únicamente ni dejar
de contactar con los más alejados que se encuentran en el fondo del aula.

Dependiendo de nuestras características personales nos puede resultar más o menos fácil ser expresivos. Por eso,
para muchos de nosotros, será necesario ensayar esta expresividad, ejercitándonos en objetivos pequeños pero
concretos, a veces durante varias semanas o meses. La ayuda de otros profesores que asistan a nuestras clases o
el ver grabaciones de las clases o atender a los comentarios de los alumnos, nos puede ayudar a mejorar nuestra
expresividad.

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Clase expositiva 3. Características de la buena lección / 4. Orden y ambiente de clase

Receptividad
La finalidad de la clase es que el mayor número de alumnos posible mantenga una actividad mental en ese tiempo
de clase, conectada con lo que el profesor quiere transmitir. Que el alumno sienta los desafíos y retos que los temas
presentan, que analice, critique y vibre con lo que el profesor presenta para estar de acuerdo o en desacuerdo; pero que
no esté pasivo.

A lograr esta conexión mental van dirigidos los esfuerzos de preparar didácticamente los contenidos y la planificación
de la clase y el profesor debe palpar hasta qué punto están los alumnos engarzados en este proceso.

Es necesario ejercitarse en la capacidad de sentir las reacciones de los estudiantes y salir al paso de los momentos de
aburrimiento, desconexión o pérdida del interés.

Para mantener esta empatía es importante:


• apreciar a los alumnos como personas y estudiantes
• confiar en sus posibilidades desechando ideas de que les falta preparación interés o capacidad;
• evitar los obstáculos que puedan separarnos de ellos: el sarcasmo hiriente, el maltrato verbal, el dejar en
evidencia a algún estudiante innecesariamente, etc.

4. Orden y ambiente de clase


Es de justicia hacia todos los estudiantes que no haya desorden, ruido innecesario o molestias de cualquier tipo en el
desarrollo de la clase.

No debemos tolerar comportamientos inadecuados.

Tener reglas
En cualquier trabajo en grupo es necesario que haya reglas de funcionamiento. En nuestras clases, estas reglas deben
estar claras. Si pensamos que, por cualquier motivo puede haber alumnos que no las conocen o no las comparten, de-
beremos explicitarlas de forma clara.

En algunos casos será necesario dedicar tiempo a explicar el sentido que tienen o a llegar a establecerlas con el con-
curso de los mismos alumnos, si se ve oportuno.

Hacer cumplir las reglas


Usando los medios proporcionados habrá que lograr que las reglas que mantienen un ambiente adecuado se vivan y
llamar la atención o llegar a las sanciones que sea necesario, si fuera el caso.

La clave de las actuaciones del profesor en estas situaciones difíciles siempre está en:
• mantener la serenidad y posponer las decisiones hasta momentos en los que se haya recuperado la
calma y perspectiva adecuadas, si fuera el caso. No tomar decisiones sobre la marcha.
• actuar con fortaleza cuando es necesario hacerlo así, aunque siempre con serenidad e, incluso con
cortesía.

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