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La única forma sencilla de clasificar las diferentes fábricas de hielo es describiendo el tipo
de hielo que producen; tenemos, pues, el hielo en bloques, en escamas, en placas o en
tubos, el hielo fundente, etc. Otra subclasificación puede basarse en el hecho de que
produzcan hielo “seco” subenfriado o hielo “húmedo”. Por lo general, el primero se
produce mediante un proceso de desprendimiento mecánico del hielo de una superficie de
enfriamiento. Casi todas las fábricas de hielo en escamas son ejemplos de este tipo. Por
otra parte, el hielo “húmedo” se fabrica normalmente con máquinas que emplean un
procedimiento de desescarchado para desprender el hielo. El desescarchado derrite
parcialmente el hielo que está en contacto con la superficie de enfriamiento y, a menos
que la temperatura se haya reducido bastante por debajo de 0°C (o sea, que el hielo se
subenfríe), las superficies permanecen húmedas; los sistemas de hielo en tubos y en
placas son ejemplos de este tipo.
Hielo en bloques.
El hielo en bloques aún se utiliza y puede ofrecer ventajas con respecto a otras formas de
hielo en los países tropicales. El almacenamiento, manipulación y transporte se
simplifican si el hielo está en forma de grandes bloques; y la simplificación suele ser
imperativa en las pesquerías en pequeña escala y en los sitios relativamente remotos.
Con ayuda de un buen triturador de hielo, los bloques pueden reducirse a partículas del
tamaño que se desee, pero la uniformidad de tamaño será menor que la que se logra con
otros tipos de hielo. En algunas circunstancias, los bloques pueden fragmentarse también
machacándolos a mano.
La planta de fabricación rápida de hielo produce bloques en pocas horas, lo que significa
que las necesidades de espacio se reducen considerablemente en comparación con las
instalaciones tradicionales que fabrican este tipo de hielo. El tamaño de los bloques es
variable, pero las medidas típicas son de 25, 50 y 150 kg. En un modelo de máquina, la
congelación relativamente rápida se obtiene formando bloques en un tanque de agua, en
torno a tubos por los que circula el refrigerante. El espesor efectivo del hielo es mucho
menor que el que se obtiene con las máquinas tradicionales. Los tubos están dispuestos
de manera que a medida que el hielo se forma se fusiona con el de tubos adyacentes
creando un bloque con varios núcleos huecos. Estos bloques se desprenden de los tubos
mediante un procedimiento de desescarchado y pueden extraerse automáticamente de la
superficie del tanque. Sin embargo, se requiere cierto esfuerzo manual para almacenarlos
o para introducirlos en un triturador, si lo que se necesita es hielo machacado. En otro
modelo de máquina de hacer hielo rápido, el refrigerante circula por una camisa que
rodea cada molde de agua y también por tuberías que pasan por el centro de los mismos.
El hielo se forma entonces simultáneamente en el exterior y en el centro de los moldes.
Los bloques se extraen luego por gravedad, después de un desescarchado con gas
caliente.
Hielo en escamas.
Hielo en tubos.
El hielo en tubos se forma en la superficie interna de unos tubos verticales y tiene la forma
de pequeños cilindros huecos de unos 50 × 50 mm, con paredes de 10 a 12 mm de
espesor. La disposición de una planta de hielo en tubos es semejante a la de un
condensador acorazado y tubular, con agua dentro de los tubos y el refrigerante afuera,
en el espacio circundante. La máquina funciona automáticamente según un ciclo de
tiempo y los tubos de hielo se desprenden mediante un proceso de desescarchado con
gas caliente. A medida que el hielo sale del tubo, una cuchilla lo corta en trozos de la
longitud adecuada, normalmente de 50 mm, pero esta dimensión es ajustable (Fig. 12). El
transporte del hielo a la zona de almacenamiento suele ser automático, por lo cual, al
igual que en las plantas de hielo en escamas, las operaciones de recogida y
almacenamiento no requieren ningún esfuerzo manual ni la presencia de un operador.
Hielo en placas.
El hielo en placas se forma en una de las caras de una placa vertical refrigerada y se
desprende haciendo circular agua por la otra cara para desescarcharlo. Otros sistemas
forman hielo en ambas superficies y utilizan un procedimiento de desescarchado interno.
Una máquina de hacer hielo comprende múltiples placas, que con frecuencia son
unidades autónomas situadas encima de la maquinaria de refrigeración. El espesor
óptimo del hielo suele ser de 10 a 12 mm y el tamaño de las partículas es variable. Un
triturador de hielo rompe las placas en trozos del tamaño adecuado para su
almacenamiento y uso (Fig. 13). El agua para el desescarchado debe calentarse si su
temperatura es inferior a 25°C aproximadamente; por debajo de este valor el período de
desescarchado es demasiado largo y provoca una pérdida de capacidad y un aumento del
costo. Esta máquina, al igual que la de hielo en tubos, funciona según un ciclo de tiempo
automatizado; el hielo es transportado a la zona de almacenamiento, o bien, cuando es
posible colocar la máquina directamente sobre el espacio de almacenamiento, la recogida
se efectúa por gravedad.
Hielo fundente.
Hay varias otras máquinas de hacer hielo que funcionan con sistemas distintos de los que
se han descrito aquí, pero normalmente tienen una capacidad que no supera algunos
cientos de kilogramos de hielo por día, y su principal aplicación es en la venta al detalle y
en los servicios de restauración.
Las plantas de hielo modernas en régimen continuo están diseñadas para funcionar las 24
horas del día, casi siempre sin personal de vigilancia. Por consiguiente, el sistema de
refrigeración, que comprende el compresor, el condensador, los conductos, el equipo de
control y la máquina de hielo misma, deberá estar diseñado de manera que sea altamente
confiable, con dispositivos de seguridad para cualquier tipo de avería o mal
funcionamiento previsibles. La mayoría de los fabricantes de máquinas de hacer hielo
especifican el sistema de refrigeración que debe utilizarse, pero, inevitablemente, las
necesidades particulares imponen modificaciones y ocurre que técnicos de instalación no
directamente vinculados con el fabricante de la máquina diseñen sus propios sistemas. El
comprador deberá, pues, cerciorarse de que el sistema instalado sea apropiado para el
funcionamiento automático sin personal, aparte del mantenimiento y los controles de
rutina, y el sistema de control deberá cubrir todas las eventualidades, con dispositivos de
autoprotección que permitan reanudar rápidamente las operaciones en cuanto se haya
reparado una avería.
El sistema de refrigeración de una máquina de hacer hielo debería ser normalmente una
unidad separada, que pueda mantenerse en buenas condiciones de funcionamiento
mediante un sistema de control sencillo. En cambio, una planta centralizada que atienda
distintas necesidades de refrigeración requerirá un sistema de control más complejo,
sobre todo si las necesidades de refrigeración varían de forma independiente. Las
unidades centralizadas suelen tener unos costos de capital más bajos, pero cualquier
deficiencia en su funcionamiento, en comparación con las unidades individuales, puede
originar pérdidas de ingresos en otras esferas, por ejemplo por el deterioro de la calidad
en los almacenes refrigerados o en los congeladores y cámaras frigoríficas asociados.
Estas pérdidas pueden contrarrestar el ahorro en gastos de capital.
En todos los sistemas de refrigeración el colector del compresor contiene aceite que
puede llegar a introducirse en la máquina de hacer hielo y ensuciar la parte refrigerante de
las superficies de enfriamiento, reduciendo así la capacidad de la máquina. Los sistemas
de refrigeración están dotados de separadores de aceite para reducir al mínimo este
peligro, pero también es necesario asegurarse de que haya un buen retorno de aceite
desde la máquina de hacer hielo, a fin de evitar su acumulación en la mezcla. Esta
función suele estar incorporada en el diseño de la unidad, pero en algunas modelos es
preciso seguir las instrucciones del fabricante para eliminar el aceite de la máquina a
intervalos frecuentes.
Como se menciona en otra sección, hay varios factores que influyen en la capacidad de
una máquina de hacer hielo y del equipo de refrigeración asociado. Los cuadros que
aparecen a continuación ponen de manifiesto las consecuencias de las variaciones de
algunas condiciones de funcionamiento en lo tocante a la capacidad de fabricación de
hielo.
Cuadro 5
Variación de la capacidad de fabricación de hielo según la temperatura del refrigerante en
una pequeña planta de hielo en escamas
Temperatura Capacidad Capacidad relativa
(°C) (t/24 h) %
-25 16,0 91
-20 13,5 77
-15 10,7 61
-12 8,9 51
Cuadro 6
Variación de la capacidad de una máquina de hacer hielo según la temperatura del agua
Temperatura del agua de relleno Capacidad de la planta de hielo Capacidad relativa
(°C) (t/24 h) %
0 43,0 100
5 41,8 97
10 40,4 94
15 39,2 91
20 38,0 88
25 36,8 85
30 35,7 83
35 34,5 80
La relación que se observa en el Cuadro 6 se aplica a casi todos los tipos de fábricas de
hielo e indica claramente que la mayor temperatura del agua de relleno en las zonas
tropicales reduce en un grado considerable la capacidad de los equipos. El
preenfriamiento del agua de 35°C a 5°C aumenta la capacidad de una planta en un 20 por
ciento aproximadamente. Cuando las temperaturas del agua de alimentación son
particularmente altas, conviene considerar la posibilidad de instalar una unidad de
refrigeración separada, que enfriará previamente el agua de manera más eficiente que la
máquina de hacer hielo, pudiendo aumentar, por lo tanto, la rentabilidad de la fábrica.
Cuadro 7
Variación de la capacidad relativa de un equipo de refrigeración según las condiciones de
funcionamiento
Temperatura de evaporación
Temperatura de condensación
(°C)
20 100 79 61 48
25 94 75 59 45
30 83 66 51 39
40 73 57 43 32
En el Cuadro 7 figuran valores comparativos de la capacidad de un compresor de
refrigeración en una serie de condiciones que pueden registrarse en las fábricas de hielo.
Mientras más baja sea la temperatura del enfriador (evaporación) y más alta la de
condensación, menor será la capacidad de un grupo refrigerante. La temperatura del
enfriador suele fijarse con arreglo a los requisitos de la máquina y puede modificarse sólo
muy poco, mientras que la del condensador depende casi enteramente de la localidad y
de las condiciones climáticas reinantes. Por consiguiente, para producir una determinada
cantidad de hielo se requerirá un compresor más grande en un país cálido que en uno de
clima templado.
Por lo tanto, es posible que las capacidades más altas de fabricación de hielo que
aparecen en los Cuadros 5 y 6 sólo puedan alcanzarse si se aumenta el tamaño del
equipo refrigerador asociado hasta obtener la capacidad de refrigeración adecuada.
La estructura especial del hielo de agua de mar le confiere propiedades diferentes de las
del hielo de agua dulce. Es bastante blando y flexible y, a las temperaturas normales de
subenfriamiento del hielo, de -5°C a -10°C, no mantiene la forma de escamas; en efecto, a
-5°C el hielo de agua de mar tiene un aspecto más bien húmedo. Por este motivo, este
tipo de hielo se produce comúnmente a temperaturas más bajas que el de agua dulce,
debiendo efectuarse a menudo un ajuste en la máquina de hacer hielo. Por lo demás, la
instalación requerida es básicamente la misma. Se han experimentado también ciertas
dificultades con el transporte neumático del hielo de agua de mar. Aun si está
subenfriado, el transportador eleva la temperatura lo suficiente como para que el hielo se
ponga blando, pegajoso y difícil de mover.
Varios equipos de fabricación de hielo pueden funcionar a bordo de una embarcación con
unas pocas modificaciones en el diseño, pudiendo alimentarse ya sea con agua dulce o
con agua de mar. Muchos buques que elaboran su captura en la mar están dotados de
máquinas de hacer hielo para enfriar el pescado durante la elaboración. Puesto que a
menudo permanecen en la mar por muchos meses consecutivos, sería poco racional que
transportaran hielo producido en tierra. Algunos buques pesqueros están equipados con
instalaciones para fabricar hielo debido a que en la localidad en que operan no sería
rentable tener una planta permanente en la costa, por ejemplo porque el tipo de pesquería
hace que la demanda de hielo sea sólo estacional. Otros pesqueros cuentan con sus
propias instalaciones de hielo porque les es difícil conseguir un suministro regular en los
puertos sin incurrir en retrasos inaceptables. Sin embargo, los factores que hay que
considerar antes de tomar una decisión de este tipo son múltiples. El equipo de
fabricación de hielo ocupa un espacio valioso en la embarcación, y además se requiere
espacio para almacenar el hielo, ya que una instalación capaz de producir el hielo
requerido en los momentos de máxima captura sin contar con una reserva reguladora
sería excesivamente grande. El suministro de energía necesario también es considerable
y, si no se dispone de suficiente energía a bordo, se requerirá espacio para instalar un
generador adicional. La energía necesaria para producir 6 toneladas de hielo en 24 horas
-una cantidad adecuada para un buque que efectúe viajes semanales- es del orden de 30
a 35 kW. Habrá, pues, que comparar el verdadero costo de la fabricación de hielo en la
mar con el costo de su adquisición en tierra. Pero incluso si la comparación resulta
desfavorable, el costo de los retrasos ocasionados por la espera del hielo en los puertos
puede inducir al armador a instalar una planta a bordo. Antes de tomar una decisión hay
que examinar, pues, los factores económicos y el problema de la continuidad del
suministro, teniendo en cuenta también la necesidad de evitar el agua de mar
contaminada (Capítulo 2).
Equipos de fabricación de hielo con energía solar
En las zonas que carecen de comunicación directa con una fuente de energía para
accionar una planta refrigeradora, se puede utilizar la energía solar conjuntamente con un
equipo de refrigeración por absorción para fabricar el hielo necesario para una actividad
en pequeña escala.
El equipo de refrigeración accionado por energía solar consiste en una unidad autónoma,
que sólo necesita un suministro adecuado de agua para fabricar hielo. El modelo
disponible en la actualidad fabrica hielo en bloques de 10 kg aproximadamente. El módulo
estándar produce 200 kg de hielo en 24 horas, pero también existen módulos de hasta 1
000 kg en 24 horas. La producción depende obviamente del número de horas de luz solar
diaria y de su intensidad; por este motivo, la instalación incluye un espacio de
almacenamiento aislado, que permite contar con una reserva para compensar las
fluctuaciones diarias. Afortunadamente, a diferencia de otros sistemas de refrigeración,
esta unidad es más eficiente y productiva justamente cuando las condiciones ambientales
hacen que sean necesarias mayores cantidades de hielo.
Puesto que no tiene partes móviles, el equipo no necesita más mantenimiento que una
limpieza semanal.
6. FABRICAS DE HIELO
Planificación
Tamaños unitarios
Espacio.
Cuadro 8
Necesidades de espacio de las máquinas de hacer hielo
Tipo de máquina Capacidad (t/24) Superfice (m2) Altura (m)
fabricación rápida
Estas cifras se refieren sólo a la máquina de hacer hielo. Como estas máquinas son
relativamente pequeñas en las fábricas modernas (de hielo en placas, en tubos y en
escamas), las necesidades de espacio para el equipo de refrigeración y para la
manipulación y el almacenamiento son muy superiores a las que se exponen en el Cuadro
8. Como ocurre casi siempre con este tipo de maquinaria, hay un efecto de escala, por lo
que los tamaños más grandes suelen requerir menos espacio por unidad de capacidad de
fabricación de hielo. En algunas fábricas es posible colocar las máquinas una encima de
otra, en cuyo caso la superficie y la altura pueden adaptarse a las necesidades
particulares. Los grupos autónomos con un régimen de hasta 10 a 20 toneladas/24 horas
pueden instalarse dentro del espacio de almacenamiento, con la máquina de hacer hielo y
el equipo de refrigeración encima. Más adelante en este capítulo se darán algunas
orientaciones sobre las necesidades de espacio para el almacenamiento del hielo.
Energía.
Hay dos aspectos que han de tenerse en cuenta a este respecto. La energía consumida
en la fabricación de una tonelada de hielo es importante, ya que influye en los costos de
fabricación del hielo mismo. Por otra parte, la energía instalada también reviste interés, ya
que determinará el equipo de suministro de energía que necesitará la fábrica.
La energía necesaria para producir una tonelada de hielo no es una constante: varía
según el tipo de maquinaria y el régimen de funcionamiento. Las instalaciones que operan
con bajas temperaturas en la máquina de hacer hielo, como las de hielo en escamas,
tienen un mayor consumo de energía, al igual que las que operan con altas temperaturas
de enfriamiento del condensador y con agua de relleno caliente. Por consiguiente, el
funcionamiento de una fábrica será más caro en las zonas tropicales que en los climas
templados. El desescarchado se suma también a la carga de la refrigeración, elevando las
necesidades de energía. Por eso las fábricas de hielo en tubos y en placas tienen una
necesidad mayor respecto de las que producen hielo en escamas, en las que el hielo se
extrae sin necesidad de desescarchado. Esta es la razón principal por la que una máquina
de hacer hielo con proceso de desescarchado no puede producir de manera económica
hielo con un espesor muy inferior a 10 mm; por debajo de ese espesor, la proporción de
energía que absorbe el proceso de desescarchado es excesiva. Los modelos grandes
suelen operar con más eficiencia que los pequeños, y una fábrica de hielo utilizada
plenamente será más eficiente que otra que funcione de manera intermitente o con una
carga de refrigeración reducida. Hay otros factores que determinan también las
necesidades de energía, como la elección del refrigerante y el tipo de sistema de
refrigeración utilizado. En los climas en que el agua de relleno es excesivamente caliente,
su enfriamiento previo en un refrigerador separado puede reducir las necesidades de
energía. Así pues, es difícil determinar con precisión las necesidades de energía de una
fábrica de hielo, debido a que dependen no sólo del tipo de maquinaria, sino también de
las condiciones ambientales y del régimen de funcionamiento. Por consiguiente, habrá
que proceder con cautela cuando se manejen cifras de consumo de energía
proporcionadas por el fabricante sin una clara indicación de las condiciones de
funcionamiento a las que se aplican.
A efectos de una planificación inicial, pueden ser provechosas las cifras que se indican a
continuación, que dan el consumo de energía en kWh por tonelada de hielo producida:
Agua.
En las máquinas pequeñas se pueden utilizar condensadores enfriados por aire, mientras
que las que producen cantidades industriales suelen emplear condensadores enfriados
por evaporación, o acorazados y tubulares con una torre de enfriamiento. Un condensador
enfriado por evaporación o un sistema de torre de enfriamiento consumirá menos de 0,5
toneladas de agua por tonelada de hielo producida. Esta cifra aumentará ligeramente si se
necesita un reboce para asegurar que la concentración de sólidos en el depósito no
alcance niveles excesivos.
Las necesidades de espacio para almacenar los diferentes tipos de hielo varían en
función de su densidad volumétrica (Cuadro 9). Si bien el hielo en escamas necesita más
espacio para un peso dado, este tipo de hielo subenfriado puede almacenarse a mayor
profundidad en un silo, por lo que las necesidades de superficie de suelo serán
prácticamente las mismas que para los hielos más compactos.
Cuadro 9
Necesidades de espacio para almacenar diversos tipos de hielo
Tipo de hielo Espacio de almacenamiento (m3)
Almacenamiento en silos.
El hielo se recoge por gravedad con ayuda de un agitador giratorio que raspa el hielo de
las paredes del silo. El silo permite un sistema de almacenamiento con salida en el orden
de fabricación (FIFO), pero si el espacio de almacenamiento no se vacía periódicamente,
sólo se utilizará el núcleo central de hielo, quedando una capa exterior permanente de
hielo compacto. Por eso debe haber una escotilla de acceso en la parte alta del silo, de
manera que por lo menos una vez al día se pueda introducir una barra para desprender la
capa exterior de hielo.
Almacenamiento en depósitos.
Este tipo de almacenamiento abarca desde cajones con una capacidad máxima de 500 kg
hasta grandes instalaciones para 1 000 toneladas o más. Sirve para cualquier tipo de
hielo y puede tener incorporado un sistema propio de enfriamiento. Cualquiera que sea el
tamaño del sistema utilizado, el hielo almacenado deberá estar siempre dentro de una
estructura aislada, ya que el ahorro que se obtiene gracias a la menor fusión del hielo,
sobre todo en los climas más cálidos, compensa siempre el costo adicional del
aislamiento. Se recomienda que el espesor del aislamiento sea de 50 a 75 mm de
poliestireno, o su equivalente en alguno de los otros muchos tipos de aislantes
adecuados. Los depósitos pequeños pueden disponerse debajo de las máquinas de hacer
hielo, de modo que se vayan llenando por gravedad, y el sistema FIFO se consigue
extrayendo el hielo por la parte inferior. Este método simple es adecuado para los
elaboradores que fabrican y utilizan su propio hielo. Cuando el hielo tiene que ser
distribuido, la colocación del depósito se hace de manera que el sistema de descarga esté
a una altura que permita la carga de los vehículos o el transporte por el muelle hasta las
embarcaciones (Fig. 15). Pueden construirse depósitos de hasta 50 toneladas de
capacidad sin necesidad de un sistema de descarga mecánico; normalmente consisten en
una estructura alta con una base inclinada y una escotilla de acceso para desprender el
hielo compactado. Cualquier tipo de hielo que permanezca inalterado unos pocos días se
compactará y fusionará. El mismo hielo que fluye libremente cuando se utiliza a diario
puede requerir algún sistema de descarga mecánico si se usa con poca frecuencia.
Los depósitos grandes necesitan una extensa superficie de suelo, porque la profundidad
de almacenamiento máxima recomendada se limita a unos 5 m, debido a que la excesiva
profundidad aumenta la presión y provoca la fusión del hielo. Un depósito de gran
capacidad requerirá un sistema de descarga mecánico. Más adelante se describirán
algunos de estos sistemas.
Figura 15. Depósito para almacenar hielo
Algunos tipos de máquinas de hacer hielo pueden colocarse encima del espacio de
almacenamiento, donde el hielo va cayendo directamente por gravedad. Esta disposición
sólo sirve en el caso de las máquinas que producen hielo seco subenfriado. Con los otros
tipos de hielo hay que eliminar el exceso de agua, normalmente en el transportador, antes
del almacenamiento. Los silos y los depósitos verticales más pequeños no necesitan
ningún sistema de distribución del hielo en su interior para asegurar que la carga sea
uniforme. En cambio, los depósitos más grandes requieren algún mecanismo que
distribuya el hielo de manera uniforme, tanto si la máquina está encima del almacén como
si el hielo llega por transportador. Para extraer el hielo de los depósitos se pueden utilizar
muchos métodos distintos y algunos de ellos sirven también para distribuir el hielo de
manera uniforme por todo el espacio de almacenamiento. Un sistema de descarga
consiste en un rastrillo y un raspador combinados, que quiebran el hielo superficial y lo
empujan hacia un extremo del depósito, donde una puerta ajustable regula el flujo a un
transportador de descarga (Fig. 16). Otro sistema utiliza un balde de rasquetas para llevar
el hielo al transportador. Ambos sistemas pueden servir para distribuir el hielo, pero tienen
la desventaja de que descargan primero el hielo recién hecho. Como el almacenamiento
prolongado del hielo no es conveniente, los depósitos deben vaciarse periódicamente. En
las instalaciones más grandes esta operación resulta más fácil si se utilizan dos
depósitos.
Otro sistema de extracción de hielo de los depósitos grandes aplica el principio FIFO, al
dar salida al hielo de la parte inferior del depósito. Un transportador de tornillo sin fin
recorre el depósito a lo largo socavando el hielo y descargándolo a otro transportador que
se mueve a su lado. Se trata de un equipo mecánico pesado y caro que requiere un
espacio adicional de suelo fuera del depósito. Además consume bastante energía y
necesita una estructura especial que refuerce la pared del depósito por el lado en que se
descarga el hielo. Este sistema tiene que ir acompañado de otro equipo mecánico para la
distribución uniforme del hielo, consistente por lo general en un transportador que se
desplaza a lo largo de la línea central del depósito con algún mecanismo que reparte el
hielo a ambos lados.
Cuando se trata de pequeñas cantidades de hielo, las mediciones se suelen hacer sobre
la base del volumen: el peso se determina llenando un contenedor estándar, por ejemplo
un saco, un cajón o una tolva. Con el hielo en bloques los pesos de salida se calculan
contando el número de bloques antes de pasarlos por el triturador.
La regla general al hacer el pedido de una instalación para fabricar hielo es que el
comprador debe proporcionar la mayor cantidad de información posible. Mientras más
detalles adjunte, más fácil les resultará a los fabricantes hacer ofertas competitivas que
puedan compararse sobre una base común. En esta fase de la planificación ya se habrán
tomado algunas decisiones y se habrán dado instrucciones específicas sobre particulares
tales como el tipo de hielo que se necesita, el emplazamiento de la instalación, la
distribución del edificio y los servicios disponibles.
Procedencia (grifo, pozo, río, mar, etc., con detalles sobre la calidad)
Cantidad disponible
Costo
Margen de temperaturas
Presión
Fiabilidad
Tensión
Frecuencia (Hz)
Fase
Potencia máxima instalada (kW)
Corriente de arranque máxima permisible
Detalles de otras fuentes de energía, si son necesarias (generador, transmisión directa,
motor, etc.)
Refrigerante preferido (R12, R22, R502, amoníaco, etc.)
Capacidad de almacenamiento de hielo (toneladas o m3) Tipo de almacenamiento
preferido (silo, depósito, depósito con descarga mecánica del hielo)
Si el almacén va a ser prefabricado o construido en el sitio
Método preferido de descarga del hielo (gravedad, rastrillo, balde o tornillo sin fin)
Velocidad de descarga requerida (toneladas de hielo/h)
Detalles de los locales existentes para la maquinaria y el almacenamiento, con croquis
Detalles del sitio si la instalación va a incluir el edificio, los servicios, etc.
Detalles de los requisitos de descarga (a camiones o, atravesando el muelle, a
embarcaciones, etc.)
Detalles sobre el equipo preferido para el pesaje del hielo (correa sin fin, depósito
estándar, etc.)
Detalles de los servicios de mantenimiento locales
Detalles del personal calificado local disponible para la instalación y el mantenimiento de
la planta
Necesidades de repuestos y de refrigerante
Aunque esta lista es extensa, probablemente no habrá agotado toda la información que
puede influir en la elección de la instalación y de su trazado. Otro tipo de datos, como las
normas y reglamentos en materia de edificación, también son importantes y deberán
proporcionarse al proveedor potencial con el máximo grado de detalle posible.
Costo.
Cuadro 10
Precios f.o.b. aproximados del equipo para hacer hielo (1990)
Es preciso insistir una vez más en que todos los costos y cálculos que figuran en el
presente documento no se aplican a un país o situación concreta, por lo que no deben
utilizarse sino como mera orientación. Al hacer cálculos que entrañen algún tipo de
compromiso financiero habrá que averiguar los costos locales y relacionarlos con la
situación concreta.
Capacidad Costo ($
Descripción
(toneladas/24 h) EE.UU.)
solamente 10 36 000
14 000 – 322
Máquina de hacer hielo en escamas y 1 – 100
000
30 000 – 578
Máquina para la fabricación rápida de hielo 1 – 50
000
15 000 – 318
Equipo completo integrado para hacer hielo 0,5 – 50
000
75 000 – 400
Máquina de hacer hielo en placas, con 5 – 100
000
Cálculo de costos.
Un cálculo de los costos hecho a tiempo puede influir en el tamaño de la fábrica que se
instalará, ya que muchos de los costos son prácticamente independientes del tamaño, por
lo que la producción de hielo resulta más barata en las instalaciones más grandes. El
usuario potencial del hielo puede también decidir convertirse en proveedor de hielo,
instalando una fábrica más grande de lo que le hace falta para sus propias necesidades.
Los costos de mano de obra son poco más o menos los mismos cualquiera que sea el
tamaño de un equipo automático moderno. Además, las necesidades de espacio y de
energía disminuyen por cada tonelada de hielo producida a medida que aumenta el
tamaño de la instalación.
Los costos de mantenimiento pueden ser un factor importante en las zonas remotas. Si
bien las instalaciones modernas funcionan con un mínimo de vigilancia, necesitan un
mantenimiento de rutina que puede ser caro si en el lugar no hay técnicos calificados. Los
costos de capital y de explotación de los diferentes tipos de fábrica varían, pero la
comparación depende a menudo del lugar donde se instalen y del régimen de
funcionamiento que se elija. Por consiguiente, cualquier comparación directa de los costos
abarcará una amplia gama de circunstancias, o bien incluirá tal cantidad de factores
decisivos que tendrá escaso valor para una aplicación general. Algunas fábricas entrañan
altos costos de capital, pero unos gastos de explotación comparativamente bajos,
mientras que con otras sucede lo contrario. De ahí que sea necesario estudiar las
circunstancias particulares cuando haya que decidir, sobre la base de los costos, el tipo
de fábrica que se va a instalar.
Con objeto de dar una idea del método que se utiliza para determinar el costo de
fabricación del hielo, se expone a continuación un análisis de inversión para una fábrica
de hielo en bloques de 20t/24 h. Las cifras utilizadas corresponden a los costos en el
Reino Unido en 1990, convertidos a dólares EE.UU.; como los costos y las tasas de
conversión pueden cambiar en poco tiempo, y también diferir de los valores vigentes en
otros países, las cifras empleadas probablemente revistan poca utilidad para otras
situaciones. Lo que interesa sobre todo es exponer el método de cálculo de costos.
Siempre que sea posible deberán utilizarse los costos y otros factores locales, incluso
para obtener una estimación aproximada a título de orientación.
Costo inicial:
Terreno 7 000
90 000
GASTOS DE EXPLOTACION
Gastos de funcionamiento:
5×52×20 = 5 200t/año
= 2 808 $EE.UU./año
Mano de obra:
79 940 $EE.UU./año
Nota: Los gastos administrativos pueden compartirse con otros servicios u operaciones.
Suministros:
Refrigerante, sal, aceite, material de oficina, etc. 4 000 $EE.UU./año
Gastos de entrega:
51 500 $EE.UU./año
Energía 21 507
Agua 2 808
Suministros 4 000
Entrega 51 500
Fijos 90 000
Entrega 20,6%
Este análisis puede variar considerablemente de una fábrica a otra, pero está claro que
muchos de los costos son fijos e independientes de la producción de hielo. Por
consiguiente, para mantener bajo el costo por tonelada de hielo la fábrica deberá
funcionar a pleno rendimiento.
Precio de venta.
El precio de venta del hielo en 1990 en el Reino Unido fluctuó entre 30 y 45 dólares
EE.UU. por tonelada. Es difícil saber si estas cifras reflejan diferencias reales en los
costos de fabricación o si sólo indican diferencias en el precio comercial del hielo en
diferentes zonas. Sin embargo, los precios más bajos suelen corresponder a fabricantes
que tienen instalaciones antiguas y que suministran grandes cantidades de hielo durante
todo el año, por lo que la depreciación es reducida y los gastos generales están muy
repartidos. En cambio, los fabricantes con instalaciones pequeñas que abastecen
mercados estacionales fluctuantes suelen tener precios comparativamente altos, al igual
que los que tienen sus fábricas funcionando a un nivel muy inferior a la capacidad
nominal, debido quizá a la reducida demanda de la zona. Es importante, pues, asegurar
que la instalación se proyecte en función de la demanda futura prevista. Lo que se hace a
menudo es cubrir las necesidades presentes, pero planificar el trazado de la fábrica de
manera que sea posible añadir más máquinas de hacer hielo en el futuro. Los gastos de
entrega arriba consignados representan sólo el 20% del total. Si los tiempos de transporte
son más largos, estos gastos pueden llegar al 50% del total.
Además del hielo, han dado buenos resultados para conservar el pescado en agua de
mar refrigerada y, en menor medida, los sistemas de congelación parcial. También se han
utilizado el hielo euténtico en placas, las formas sólida y licuada de dióxido de carbono, el
nitrógeno líquido, el enfriamiento por aire y otros sistemas, pero principalmente para
mantener refrigerado durante el transporte el pescado previamente enfriado.
Las expresiones agua de mar refrigerada (AMR) y agua de mar enfriada (AME) describen
el agua de mar que se ha enfriado a algo menos de 0°C. En algunos casos se utiliza una
salmuera de aproximadamente la misma salinidad que el agua de mar. No existe una
clara distinción entre las dos expresiones. Generalmente se habla de AMR cuando es un
sistema de refrigeración mecánica el que enfría el agua, mientras que AME se utiliza más
a menudo cuando el enfriamiento se consigue mediante la adición de hielo. En este
documento se entenderá por AMR cualquiera de los dos sistemas.
Pero este método tiene también sus desventajas; entre ellas figuran la excesiva absorción
de sal, la absorción de agua por especies de bajo contenido graso, la pérdida de
proteínas, los problemas relacionados con las bacterias anaerobias de la putrefacción y la
modificación de las características que siempre se han utilizado como indicadores de la
calidad del pescado, por ejemplo el descoloramiento de las agallas, la opacidad de la piel
y el escurrimiento de productos finales solubles de la putrefacción.
Aplicaciones.
Los sistemas de AMR se han utilizado para la sardina, el salmón, el halibut, la lacha, el
camarón, la caballa, el arenque, la bacaladilla y otras muchas especies. Los proyectos
comerciales que han dado mejores resultados han sido las aplicaciones a granel, con
pescado destinado a la fabricación de conservas o a otros procesos industriales. Para que
el lector se haga una idea de los casos en que los sistemas de AMR pueden resultar
ventajosos, se reseñan a continuación algunas de las aplicaciones comerciales más
logradas.
Resumiendo, los sistemas de AMR han demostrado su eficacia en los siguientes casos:
Está claro que estas aplicaciones abarcan un gran abanico de circunstancias, según las
especies y las condiciones climáticas reinantes; resulta difícil generalizar en lo que
respecta a la descripción y el uso de los sistemas de AMR. Si se está pensando en una
aplicación a escala comercial, es aconsejable hacer antes una investigación de todos los
factores, teniendo en cuenta las variaciones estacionales en la calidad de las especies en
cuestión y el producto final que se pretende obtener.
Absorción de sal.
Este es probablemente el factor más importante que limita la aplicación de los sistemas
de AMR. El pescado destinado a la elaboración y comercialización normales puede
adquirir un sabor salado que lo haga inaceptable. La absorción de sal en las especies
industriales también es crítica, ya que se concentra durante la elaboración. El límite
superior equivale normalmente a una concentración de alrededor del 0,5 por ciento en el
pescado crudo.
1. La especie
2. La talla de los ejemplares
3. El contenido de sal del AMR
4. La relación AMR/pescado
5. La duración del almacenamiento
6. La temperatura
Cuadro 11
Absorción del sal por el bacalo en AMR
5 0,3 0,1
9 0,5 0,1
15 1,0 0,1
Otro factor que determina el límite aceptable de la absorción de sal es la preferencia del
consumidor. Por consiguiente, los límites de aceptabilidad deberían establecerse no sólo
en función de las especies y del producto final, sino también en relación con la tolerancia
de los consumidores.
El contenido de sal del agua de mar es notablemente constante en todos los océanos,
situándose en alrededor del 3,5 por ciento. Sin embargo, esta proporción varía localmente
en función de factores tales como la dilución por descargas fluviales y la concentración
por altas tasas de evaporación. La adición de hielo hecho con agua dulce como medio de
enfriamiento modificará también la salinidad. Esta cambia asimismo cuando el pescado
absorbe sal del agua. En el diseño y funcionamiento de los tanques de AMR es
importante saber si el pescado flota, se hunde o tiene una flotabilidad neutra. Las
propiedades del AMR varían con arreglo a la salinidad (Fig. 17) y muchas de esas
variaciones son importantes. El pescado frío se hunde normalmente en el agua de mar
fría, pero diversos factores, entre ellos la especie, el contenido de grasa, la cantidad de
aire en la vejiga natatoria y el grado de putrefacción, tienen una influencia a este respecto.
El método de llenado y el grado de agitación dependerán en cierta medida de si el
pescado flota o se hunde.
El agua pura tiene una densidad de 1 kg/l y este valor máximo se obtiene a una
temperatura de 4,0°C. La densidad del agua salada y la temperatura a la densidad
máxima son variables, como se puede ver en el Cuadro 12, y el punto de congelación del
agua de mar también varía con la salinidad. Cuando la salinidad es alta, es posible
mantener una temperatura de almacenamiento más baja, pero hay que tener cuidado de
evitar la congelación lenta del pescado, por las razones expuestas en el Capítulo 1.
Cuadro 12
Propiedades del agua salada
Solubilidad del dióxido de carbono (litros/litro de agua) 1,70 1,61 1,54 1,46
Pérdida de componentes nitrogenados.
Tanques de almacenamiento.
Al diseñar la disposición del sistema de tanques de AMR en una embarcación pesquera,
hay que tomar en consideración la estabilidad del barco y las condiciones de
almacenamiento dentro de los tanques en cada fase de la operación. Durante el llenado,
preenfriamiento, almacenamiento y descarga, la estabilidad del barco no debe disminuir
nunca a un nivel crítico. El funcionamiento del sistema debe garantizar asimismo la
disponibilidad de suficientes cantidades de agua preenfriada para el pescado, y asegurar
que el movimiento del agua y del pescado dentro de los tanques sea mínimo. Los tanques
parcialmente llenos no sólo afectan a la estabilidad de la embarcación, sino que además
dan lugar a un movimiento excesivo del agua y el pescado durante el almacenamiento, lo
que puede dañar al pescado.
Las dos formas de disponer los tanques que aparecen en la Figura 18 corresponden a los
típicos sistemas de tres y de seis unidades utilizados en los pesqueros pequeños. Con
sistemas de uno o dos tanques sería satisfacer los requisitos de seguridad y calidad del
pescado antes mencionados.
Figura 18. Disposición de los tanques de agua de mar refrigerada en las embarcaciones
pesqueras pequeñas
Bombas y conductos.
La circulación del agua aumenta la eficacia del enfriamiento incluso cuando la relación
entre el pescado y la mezcla de agua con hielo es de 4 a 1. Para evitar que el pescado se
dañe, la velocidad de circulación no debe ser alta; basta que asegure una distribución
uniforme de la temperatura en todo el tanque. En los sistemas de enfriamiento con hielo
sólo debe agitarse el agua lo suficiente para que la temperatura sea uniforme. Los
tanques con sistemas de refrigeración mecánica, en cambio, necesitan una velocidad de
circulación que permita enfriar el pescado con rapidez. Las bombas de los sistemas
refrigerados con hielo deben suministrar aproximadamente un cambio de agua por hora,
mientras que en los sistemas de enfriamiento con agua la velocidad de bombeo es unas
cinco veces mayor. El mecanismo de circulación dentro del tanque también es importante;
la alimentación y la descarga deben diseñarse de manera que el flujo a través del tanque
sea uniforme. Normalmente se prefiere la circulación de abajo hacia arriba, pero también
se ha utilizado el sistema inverso, debido a que permite la circulación en los tanques
parcialmente llenos durante el proceso de preenfriamiento. Un método que ha dado
buenos resultados consiste en una gran rejilla de succión instalada en posición vertical en
un lado del tanque. El agua entra al tanque por un distribuidor situado en la parte inferior,
que crea un flujo suave y uniforme por todo el tanque. Otro método consiste en pulverizar
el agua bombeada por los costados del tanque. Cuando éste está parcialmente cargado,
el pescado bloquea la rejilla vertical y el agua debe fluir a través de la masa y por encima
de ella hacia la parte abierta de la rejilla. Se puede instalar una bomba para cada tanque
del barco, o bien una sola bomba que abastezca a varios tanques, con un mecanismo de
flujo paralelo. Normalmente se emplean bombas centrífugas, y hay que tener cuidado de
que sus características se ajusten a los requisitos del diseño. Por ejemplo, la elección de
una bomba inadecuada puede dar lugar a una separación del agua circulante, con la
consiguiente formación de excesiva espuma.
Los conductos de plástico, normalmente de una clase de polietileno, han dado buenos
resultados en los sistemas de AMR. Este tipo de conductos y sus accesorios son
resistentes a la corrosión y tienen superficies internas lisas, fáciles de limpiar. Sólo en los
lugares que estén expuestos a algún tipo de daño físico será preciso utilizar otros
materiales. Sin embargo, conviene evitar el uso de materiales diferentes, porque la
corrosión electrolítica puede ser grave.
Al analizar las necesidades de refrigeración hay que tomar en consideración tres fases de
la operación: el preenfriamiento, en que el agua y el tanque se enfrían antes de cargar el
pescado; el enfriamiento del pescado, cuando se reduce la temperatura de éste; y el
almacenamiento, en que la mezcla de pescado y agua se mantiene a la temperatura final
de refrigeración. El índice de refrigeración durante el período de enfriamiento del pescado
suele ser superior al de las fases de preenfriamiento y de almacenamiento; por tanto, es
en él que se basan las necesidades de refrigeración.
Agua de mar 25 °C
Sala de máquinas 35 °C
Tanque 0 °C
Techo 29,64 m2
10.
Costados del buque por encima del agua: aire en movimiento afuera 29,3
Costados del buque por debajo del agua: agua en movimiento afuera 1 720
12.
Conductividades: kcal/m h °C
Acero 38,9
13. Espesor de los materiales (según los puntos 2 y 3 supra) Aislamiento 100 mm
Láminas de acero: costado del buque 6 mm revestimiento del tanque 5 mm
14. coeficientes generales de transferencia térmica:
Suelo del
29,64 25 0,205 7,83 152 5 802
tanque
Mamparo de 19,03 35 0,205 7,03 137 4 682
sala de
máquinas
El hielo puede servir para suministrar una parte de la alta carga de refrigeración. Debe
añadirse directamente al tanque con el pescado. Una circulación normal por bombeo será
suficiente para mantener una distribución uniforme del agua y, por tanto, de la
temperatura. Debe emplearse hielo en partículas pequeñas, por ejemplo hielo en
escamas. La elevada relación entre su área superficial y su volumen asegura el
enfriamiento rápido de la mezcla, y el tamaño pequeño de sus partículas reduce la
posibilidad de que la bomba se atasque. La adición de hielo de agua dulce al agua de mar
reduce la salinidad, lo que representa una ventaja en los casos en que la penetración de
sal en el pescado es un problema. Sin embargo, el punto de congelación del agua será
más alto. Esto puede no ser siempre aceptable, ya que se traducirá en una menor
duración en almacén. Con la adición de hielo disminuirá asimismo la capacidad de
almacenamiento de los tanques, puesto que no será posible mantener una alta relación
pescado/agua.
En muchas instalaciones de AMR se utiliza solamente hielo, lo que elimina la necesidad
de un sistema de refrigeración mecánica y evita el problema del manejo y mantenimiento
de este equipo. Con el hielo se puede emplear la circulación por bombeo. Es posible
bombear mezclas de hielo en escamas y agua con un contenido de agua de tan sólo el 10
por ciento. También se utilizan agitadores para asegurar la distribución uniforme de la
temperatura en todo el tanque. Por lo general, una vez que el pescado se ha enfriado y la
mezcla de pescado, hielo y agua ha alcanzado una temperatura uniforme, basta una
agitación mínima o poco frecuente para mantener la uniformidad, siempre que el hielo
esté distribuido por parejo por todo el tanque. Al igual que en la práctica normal de
enfriamiento con hielo, un problema importante es el de calcular la cantidad de hielo
necesaria para un viaje, teniendo en cuenta la posibilidad de retrasos imprevistos a causa
del mal tiempo, la pesca escasa u otros motivos. Así pues, hay que transportar cantidades
de hielo suficientes para estas eventualidades y, si es necesario, añadir periódicamente
hielo al tanque.
El hielo necesario para enfriar la mezcla de pescado y agua puede calcularse mediante la
siguiente ecuación de equilibrio térmico:
(Mh × L) = c (16)
(Mh × L) = qt (18)
donde Mh = la masa de hielo (kg/h)
L = el calor latente de fusión del hielo (fijado en 80 kcal/kg)
qt = la suma de los valores de infiltración de calor del Cuadro 13 (kcal/h)
La carga inicial de agua de mar ha de estar lo más limpia posible; por lo tanto, los tanques
no deben llenarse en los puertos ni en aguas costeras cercanas a estuarios. La limpieza
debe iniciarse tan pronto como se haya desembarcado el pescado, cuando el sistema aún
esté húmedo, de lo contrario la mucosidad y otras sustancias se secarán y endurecerán y
será difícil eliminarlas. Los tanques deben lavarse con agua limpia a presión,
cepillándolos, cuando sea necesario, para eliminar toda materia adherida a sus
superficies. El sistema de conductos, incluidas las bombas y los permutadores térmicos,
debe vaciarse y luego limpiarse haciendo circular agua caliente o una solución detergente
aprobada. A veces se deja en los conductos una solución diluida de desinfectante hasta
que sea necesario utilizar nuevamente los tanques, momento en el que se lava a fondo
todo el sistema con una abundante descarga de agua de mar limpia antes de volverlo a
llenar.
La preparación de este tipo de productos suele ser un proceso continuo; por lo tanto, el
reenfriamiento ha de ser rápido. En la mayoría de los casos no es posible utilizar hielo ni
agua helada. En cambio, en esta situación sí es posible emplear la refrigeración por aire
sin que el producto se seque, puesto que está envasado. Para que el tiempo de
reenfriamiento sea breve, el aire ha de estar a una temperatura mucho más fría que la
que se aplica en otras formas de refrigeración.
Filetes no
Aire a -1°C 0 m/s 19°C 2°C 38
envueltos
Filetes no
Aire a -1°C 1 m/s 19°C 2°C 20
envueltos
Filetes no
Aire a -1°C 3 m/s 19°C 2°C 21
envueltos
Filetes no
Aire a -35°C 8 m/s 21°C 2°C 2,3
envueltos
Inmersión en agua
Filetes individuales 19°C 2°C 8,2
helada
Congelación parcial
Debido a que prolonga la duración potencial en almacén, la congelación parcial puede ser
útil cuando los viajes de pesca duran más que el tiempo normal de conservación en hielo.
Además, si se emplea el sistema de cajas que se describe más adelante, la congelación
parcial permite el transporte y almacenamiento en tierra en los casos en que las
distancias y los lapsos de tiempo hacen que el enfriamiento normal en hielo no sea
suficiente.
Esta forma de almacenamiento ha tenido un uso comercial limitado, debido a que exige
un control preciso de la temperatura del pescado para que los resultados sean óptimos.
Además, la comercialización se dificulta, porque el producto no puede clasificarse y
manipularse como cuando está refrigerado o congelado.
Figura 21. Cambios en la temperatura del pescado sometido a congelación parcial