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RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR ACCIDENTE DE TRANSITO -

Aplicación del régimen de responsabilidad objetiva / REGIMEN DE


RESPONSABILIDAD OBJETIVA - Presunción de responsabilidad en los
daños producidos por actividades peligrosas: conducción de vehículos

Está acreditado en el expediente que el menor murió como consecuencia del


accidente de tránsito ocurrido el día 25 de marzo de 1995, cuando cruzaba a pie
la carretera que llega al corregimiento de Machobayo y fue arrollado por una
camioneta de estacas de la Policía Nacional que se desplazaba sobre dicha vía.
En consecuencia, están acreditados el hecho, esto es, el accidente de tránsito
ocurrido el día 25 de marzo de 1995, el daño sufrido por la víctima del accidente
y el nexo causal entre el hecho y el daño referidos y por lo tanto, habría lugar a
declarar la responsabilidad de la administración, la cual para exonerarse debe
acreditar una causal de justificación.

CULPA DE LA VICTIMA - Consecuencia de culpas / CONCURRENCIA DE


CULPAS - Imprudencia del menor genera la reducción de la condena en un
treinta por ciento / MENOR DE EDAD - Si bien no incurren en culpa, su
conducta puede ser analizada para considerarla como exonerante de
responsabilidad

En este caso no es posible asegurar a partir de dichas pruebas la culpa exclusiva


de la víctima que es la causal de exculpación aducida por la entidad demandada,
pero si se puede deducir la existencia de una culpa compartida en consideración
a que si bien es cierto el conductor no atendió las señales preventivas de
peatones en la vía y paso de ganado por lo que no disminuyó la velocidad, tal
como lo señalan los testimonios en el sentido de que iba entre 60 y 80 Kilómetros
por hora, -límites máximos el primero en zona urbana y el segundo en carretera
(art. 148 del Código Nacional de Tránsito)-, el menor no observó a los dos lados
de la vía, razón por lo cual habrá de declararse la responsabilidad de la
administración reducida en consideración a la imprudencia del menor en un
treinta por ciento (30 o/o). Se advierte que si bien es cierto los menores no
incurren en culpa según el artículo 2345 del Código Civil, tal previsión lo es para
efectos de definir la responsabilidad frente a ellos, caso en el cual la
responsabilidad recae en quien detente su custodia, pero su conducta si puede
ser analizada para considerarla como exonerante de responsabilidad. Es decir,
que se examina la actuación del menor para verificar si incidió en el resultado y
en que grado, frente a la actividad de los demás posibles causantes del daño.
Nota de Relatoría: Ver, entre otras, sentencias de la Corte Suprema de Justicia,
Sala de Casación Civil, del 15 de marzo de 1941, G.J. L, p. 787; 29 de noviembre
de 1946, G.J. LXI, p. 677; 8 de septiembre de 1950, G.J. LXVIII, p. 901; sentencia
del 25 de mayo de 200, Exp. 11253

LLAMAMIENTO EN GARANTIA - Objeto / COSA JUZGADA PENAL


ABSOLUTORIA – Efectos / COSA JUZGADA CIVIL - Inexistencia. Procedencia
del llamamiento en garantía en proceso contencioso administrativo

De las pruebas se concluye que: a) el agente llamado en garantía fue absuelto de


toda responsabilidad penal, b) que tal decisión no puede ser modificada por esta
jurisdicción y hace tránsito a cosa juzgada en relación con la responsabilidad
penal del funcionario, c) que el juez penal juzga la antijuridicidad de la conducta
realizada por el funcionario, d) que el juez administrativo revisa la existencia del
un daño antijurídico, con prescindencia de la conducta personal del agente con
fundamento en el art. 90 de la Carta Política. Sobre los efectos de la cosa
juzgada penal absolutoria el artículo 57 del C. de P.C. establecía que la acción
civil no podrá iniciarse ni proseguirse cuando se haya declarado, por providencia
en firme, que la conducta causante del perjuicio no se realizó o que el sindicado
no la cometió o que obró en estricto cumplimiento de un deber legal o en legítima
defensa, lo cual significa que en los demás casos, la decisión del juez penal no
hace tránsito a cosa juzgada para efectos civiles, es decir, que el juez que decide
sobre la responsabilidad civil del autor del hecho, puede examinar de nuevo la
conducta y tomar una decisión diferente. Ahora bien, cuando se utiliza la figura
del llamamiento en garantía (art. 57 del C.P.C.), se pretende que se analice en el
proceso administrativo la conducta personal del agente para exigir un eventual
reembolso total o parcial del pago que tuviere que hacer como resultado de la
sentencia, esto es, de conformidad con el art. 77 del C.C.A. definir si el
funcionario actuó o no con dolo o culpa grave. La sentencia dictada por el
Consejo Verbal de Guerra, absolvió al agente Carlos Hernán Martínez Muñoz por
considerar que su conducta no fue culpable, es decir, que en la comisión del
accidente de tránsito que causó la muerte al menor Dany Daniel Mosquera
Martínez no obró dolosa ni culposamente y esa decisión ha hecho tránsito a cosa
juzgada pero sólo en lo que tiene que ver con su responsabilidad penal, pues
como ya se señaló, esa decisión no ha hecho tránsito a cosa juzgada en material
civil. Por lo tanto, dentro de este proceso si era posible examinar de nuevo la
conducta del agente para decidir si actuó o no dolosa o culposamente y derivar
de allí su obligación a reembolsarle al Estado lo que éste deba pagar por el daño.

PERJUICIOS MORALES A TIOS

La Sala reitera que para reconocer perjuicios morales a los tíos no basta probar
el parentesco, debe acreditarse el perjuicio: “En cuanto al señor RAUL GABINO
RUIZ TOLEDO, quedó establecida su condición de tío del menor. Sin embargo,
ese sólo hecho no es suficiente para sostener que el señor Ruiz Toledo haya
sufrido un daño moral susceptible de ser indemnizado, ya que no se acreditaron
en el expediente circunstancias como la convivencia o la condición de “padre por
obedecimiento y cariño”, tal como se sostiene en la demanda. En efecto, no
puede deducirse necesariamente que el señor Raúl Gabino Ruiz Toledo por el
hecho de que estuviera unido al menor por un vínculo cercano de parentesco,
sufrió un padecimiento moral intenso con la muerte de su sobrino, es decir, esta
circunstancia por si sola es insuficiente para deducir el daño moral reclamado.
Por consiguiente no se accederá a esta solicitud

Sentencia 0550(13446) del 02/04/18. Ponente: RICARDO HOYOS DUQUE.


Actor: ENRIQUE DE JESÚS MOSQUERA Y OTROS

CONSEJO DE ESTADO

SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

SECCIÓN TERCERA

Consejero ponente: RICARDO HOYOS DUQUE

Bogotá, D.C., dieciocho (18) de abril de dos mil dos (2002)

Radicación número: 44001-23-31-000-1996-0550-01(13446)

Actor: ENRIQUE DE JESÚS MOSQUERA Y OTROS

Demandado: NACION- MINDEFENSA- POLICIA NACIONAL


Conoce la Sala del recurso de apelación interpuesto por los apoderados

judiciales de las partes en contra de la sentencia proferida por el Tribunal

Administrativo de la Guajira el 28 de febrero de 1997, mediante la cual se

dispuso:

“1. DECLARAR ADMINISTRATIVAMENTE RESPONSABLE A LA


NACIÓN – MINISTERIO DE DEFENSA - POLICIA NACIONAL, DE LOS
HECHOS ACAECIDOS EL DIA 25 DE MARZO DE 1995, EN EL
CORREGIMIENTO DE MACHOBAYO – JURISDICCIÓN DEL
MUNICIPIO DE RIOHACHA (GUAJIRA), CUANDO UN VEHÍCULO DE
SERVICIO DE LA POLICIA NACIONAL ARROLLÓ AL MENOR DANNY
DANIEL MOSQUERA MARTINEZ.

2. COMO CONSECUENCIA DE LA ANTERIOR DECLARACIÓN,


CONDENAR A LA NACIÓN MINISTERIO DE DEFENSA – POLICIA
NACIONAL AL PAGO DE LOS PERJUICIOS MORALES
OCASIONADOS A LOS SEÑORES ENRIQUE DE JESÚS MOSQUERA
LEVETTE Y LEANYS LUCIA MARTINEZ SALAS, POR LA MUERTE DE
SU MENOR HIJO DANNY DANIEL MOSQUERA MARTINEZ, EN LA
SUMA EQUIVALENTE EN PESOS DE UN MIL GRAMOS (1.000 GR.)
DE ORO FINO, PARA CADA UNO DE ELLOS, DE ACUERDO CON EL
PRECIO INTERNO DEL ORO QUE EL BANCO DE LA REPUBLICA
CERTIFIQUE PARA CUANDO ESTA PROVIDENCIA CAUSE
EJECUTORIA.

3. DECLARAR QUE EL LLAMADO EN GARANTIA SEÑOR CARLOS


MARTINEZ MUÑOZ, EN SU CALIDAD DEL CONDUCTOR DEL
VEHÍCULO AL SERVICIO DE LA POLICIA QUE CAUSO EL
ACCIDENTE, TIENE RESPONSABILIDAD GRAVEMENTE CULPOSA
POR LA OCURRENCIA DE LOS HECHOS ACAECIDOS EL 25 DE
MARZO DE 1995.

4. EN CONSECUENCIA EL AGENTE CARLOS MARTINEZ MUÑOZ


DEBE RESPONDER A LA NACIÓN – MINISTERIO DE DEFENSA –
POLICIA NACIONAL, CON EL 20%, DEL VALOR DE LOS
PERJUICIOS MORALES QUE SATISFAGA LA ENTIDAD A LOS
DEMANDANTES EN EL PROCESO.

5. DENIÉGANSE LAS DEMÁS PETICIONES.

6. DESE CUMPLIMIENTO A LOS ARTICULOS 176 Y 177DEL C.C.A., Y


PARA ELLO EXPIDANSE COPIAS AUTÉNTICAS DE ESTA
SENTENCIA CON CONSTANCIA DE EJECUTORIA, PARA LAS
PARTES HACIENDO LAS PREVISIONES DEL ARTICULO 37 DEL
DECRETO 559 DE 1995.”
ANTECEDENTES PROCESALES

1. Las pretensiones.

Por intermedio de apoderado judicial, los señores ENRIQUE DE JESÚS

MOSQUERA, en nombre propio y en representación de la menor SINDIS L.

MOSQUERA, ELAINA Ó LEANIS LUCIA MARTINEZ SALAS, ELFER MANUEL

MOSQUERA, ANA ESTER MOSQUERA, LEDYS JOSEFINA ARAGON, LUIS

EDUARDO MOSQUERA, AMALFI YOLENIS MOSQUERA e HÍLDER ALFONSO

MOSQUERA en nombre propio presentaron demanda ante el Tribunal

Administrativo de la Guajira, el día 2 de febrero de 1996, a fin de que se hicieran

las siguientes declaraciones y condenas:

“PRIMERA.- El Estado - Nación - Ministerio De Defensa - Policía


Nacional -, es administrativamente responsable de las lesiones y
posterior muerte del menor DANNY DANIEL MOSQUERA MARTINEZ
por acción directa del agente MARTINEZ MUÑOS CARLOS en hechos
ocurridos el día 25 de marzo de 1995 en el corregimiento de
Machobayo, Jurisdicción del Municipio de Riohacha (Guajira).

SEGUNDA.- El Estado - Nación - Ministerio De Defensa - Policía


Nacional -, pagará a cada uno de los señores ENRIQUE DE JESÚS
MOSQUERA, SINDIS L. MOSQUERA, ELIANA ó LEANIS LUCIA
MARRINEZ SALAS, ELFER MANUEL MOSQUERA, ANA ESTER
MOSQUERA, LEDIS JOSEFINA ARAGON, LUIS EDUARDO
MOSQUERA, AMALFI YOLENIS MOSQUERA e HILDER ALFONSO
MOSQUERA la cantidad equivalente a un mil (1.000) gramos de oro
fino, por concepto de perjuicios morales causados por las lesiones y
posterior muerte del menor DANNY DANIEL MOSQUERA MARTINEZ,
de acuerdo al valor del gramo de oro fino para la fecha en que el
Estado – Nación – dé cumplimiento al artículo 176 del Decreto 01 de
1.984, o para la fecha cuando quede ejecutoriada la sentencia que
ponga fin al proceso en forma definitiva, certificado por el Banco de la
República, entendiéndose esta condena en concreto.
TERCERA.- El Estado - Nación - Ministerio De Defensa - Policía
Nacional -,pagará al señor ENRIQUE DE JESÚS MOSQUERA y a la
señora ELAINA ó LEANIS LUCIA MARTINEZ SALAS los perjuicios
materiales – daño emergente y lucro cesante ocasionados por la
muerte violente de su hijo DANNY DANIEL MOSQUERA MARTINEZ
(Q.E.P.D.) por acción directa del agente MARTINEZ MUÑOZ CARLOS,
al valor que tenga el salario mínimo para la fecha que se produzca el
fallo (actualizado conforme al DANE) o mediante liquidación
establecida en el artículo 172 del C.C.A. y en concordancia con los
artículos 307 y 308 del C.P.C. ó en la cantidad equivalente a cuatro mil
(4.000) gramos de oro fino de acuerdo al valor que certifique el Banco
de la República para la fecha de ejecutoria de la sentencia de
conformidad con el artículo 107 del Decreto de 1980.

CUARTA.- El Estado - Nación - Ministerio De Defensa - Policía


Nacional – dará cumplimiento a la sentencia en el término indicado en
el artículo 176 del decreto 01 de 1984 y en la forma y modo indicados
en los artículos 177 y 178 de la misma obra. Todas las condenas serán
actualizadas a la evolución del índice de precios al consumidor.

Intereses aumentados con la variación promedio mensual del índice de


precios al consumidor.”

2. Fundamentos de hecho.

El día 25 de marzo de 1995 aproximadamente a las 7 de la mañana, el menor de

siete años DANY DANIEL MOSQUERA MARTINEZ en compañía del también

menor YEINER NAHED AMAYA MARTINEZ, trató de atravesar la vía que pasa por

Machobayo cuando de repente fue arroyado brutalmente por un automotor marca

Toyota al servicio de la Policía Nacional, el cual era conducido por el agente

CARLOS MARTINEZ MUÑOZ adscrito a la SIJIN de Riohacha y se dirigía a

realizar una campaña cívico policial interna, ordenada por el Comando de Policía.

En el sitio en el que ocurrió el accidente hay un aviso de paso de peatones y de

ganado. Sin embargo, el agente hizo acaso omiso de tales señales y en forma

por demás imprudente e irresponsable entró a la población de Machobayo a una

velocidad aproximada de 100 a 120 kilómetros por hora, aunado a que el

vehículo iba bastante cargado y a que la curva que existe a la entrada de la

población impidieron que el agente evitara atropellar al menor.

El agente que conducía el vehículo trató de huir del lugar de los hechos pero

gracias a la intervención oportuna del señor JAIME RAFAEL AMAYA al


atravesársele, logró que disminuyera la velocidad y pudiera arrebatarle las llaves

del carro al ver que quería continuar con su viaje.

3. La sentencia recurrida.

Consideró el Tribunal que la responsabilidad del conductor, la excesiva velocidad

a la que se desplazaba, así como la conducta imprudente y descuidada al no

respetar las señales de tránsito, hacen que el ente demandado se vea

comprometido por lo cual le corresponde cancelar los daños ocasionados a los

actores.

Sobre la legitimación en la causa consideró acreditada la de los padres; en

cuanto a la de los que se dicen tíos, encontró que no se demostraba el mismo

tronco común.

De otro lado, consideró que el llamado en garantía incurrió en culpa grave al no

prestar suficiente atención a las señales de tránsito y por exceder el límite de

velocidad, por lo cual el agente es responsable del 20% de la suma a la cual se

condenó a la entidad demandada.

4. Razones de la apelación

Las partes interpusieron recurso de apelación. La demandada sostiene que se

configura la culpa exclusiva de la víctima como causal exonerativa de

responsabilidad. En su concepto la víctima actuó negligente e

irresponsablemente, dado que sobre toda carretera existe un carril peatonal que

debió ser utilizado por el menor y no atravesarse al vehículo que no podía parar

puesto que colisionaría con otros vehículos. El conductor actuó con la diligencia y
cuidado requeridos y por lo tanto, se dió resultado la ruptura de la presunción de

responsabilidad.

Finalmente, sostiene que en caso de que se llegare a confirmar, se rebaje el

monto de la condena.

El apoderado de la parte demandante manifestó su inconformidad con el numeral

5 de la parte resolutiva del fallo, en lo que tiene que ver con los perjuicios

morales para la hermana y tíos de la víctima.

Afirma que la sentencia ni siquiera hizo referencia a la hermana cuyo parentesco

se probó con los respectivos registros civiles de nacimiento, por lo cual no hay

motivo para negar dicha pretensión. En cuanto a los tíos, con las declaraciones

de los testigos se prueba la convivencia con la víctima, lo cual amerita que tales

parientes aparezcan como terceros damnificados, ya que si el parentesco no

aparece claro, ello se debe a la costumbre de los habitantes del litoral Caribe de

escoger y usar el apellido que les parezca más bonito.

5. Actuación en segunda instancia.

Dentro del término concedido para presentar alegaciones ante esta instancia,

intervino el apoderado de la parte demandada. La parte actora y el Ministerio

Público guardaron silencio.

El apoderado de la entidad demandada solicita que se revoque el fallo proferido

por el Tribunal. En su criterio, en el expediente no aparece debidamente

legitimada la señora Leanis Lucía Martínez, ya que el poder conferido no está

autenticado por funcionario alguno.


Considera que está plenamente acreditado que el menor en forma imprudente

atravesó la calle provocando los hechos por su culpa. Además, los padres del

menor han debido tener el cuidado y la precaución necesarios para evitar hechos

tan lamentables, ya que el padre confesó que dejaba al niño al cuidado de la

abuela de aproximadamente 63 años, lo cual indica que los demandantes

descuidaron al menor al tener un patio sin protección alguna sobre la carretera y

al delegar su cuidado en una persona de la tercera edad, a la cual en vez de

darle responsabilidades se le debe cuidar y también proteger.

CONSIDERACIONES DE LA SALA

1. El régimen de responsabilidad en accidentes de tránsito.

Dado que en el asunto sub judice se demanda la reparación patrimonial por la

muerte de un menor como consecuencia de un accidente de tránsito en el que

intervino un vehículo oficial, en el momento en que aquél cruzaba a pie la

carretera que llega al municipio de Mochobayo, es necesario en primer término

definir el régimen de responsabilidad bajo el cual se analizará el caso.

En relación con el ejercicio de actividades peligrosas como la conducción de

vehículos automotores, esta Sección consideró hasta el año de 1989 que el

régimen aplicable era el de la falla probada. Sin embargo, a partir de ese año,

mediante sentencia del 19 de diciembre 1 se adoptó el régimen de falla presunta

para juzgar este tipo de eventos por considerar que “un vehículo automotor, por
Expediente No. 4484, actor: Rosa Helena Franco de Bernal.
1
su peligrosidad, al ser nexo instrumental en la causación de un perjuicio,

compromete de por sí la responsabilidad del ente público a quien el vehículo

pertenece, sin necesidad de que se pruebe la falla del servicio, que por demás

bien puede existir”.

Posteriormente, en sentencia del 24 de agosto de 1992 2, esta Sección con el

objeto de resolver sobre un asunto en el que estaba comprometida la

responsabilidad en la prestación del servicio médico, estableció diferencias entre

el régimen aplicable en estos eventos y el que debía regir frente a los daños

producidos por cosas o actividades peligrosas y consideró que en relación con

los últimos en los que no se juzga la conducta irregular de la administración sino

el daño antijurídico, opera una presunción de responsabilidad o lo que es lo

mismo, un régimen de responsabilidad objetiva y no una presunción de falta. Allí

se dijo:

“Mientras en el evento de la responsabilidad por falla del servicio


médico oficial se presume dicha falla, es decir, se presume uno de
los tres supuestos de esa responsabilidad (los otros, como se sabe,
son el daño y la relación de causalidad), en el evento de los daños
producidos por las cosas o actividades peligrosas, ya no juega la
falla o la conducta irregular de la administración, sino solo el daño
antijurídico (artículo 90 de la C.N.) produciéndose así mas que una
presunción de falla, una de responsabilidad.

“…cuando se habla de responsabilidad por los daños producidos
por las cosas o actividades peligrosas, en las que no juega ya la
noción de falla, ni la probada ni la presunta, le incumbe a la
demandada demostrar, para exculparse, la fuerza mayor, la culpa
exclusiva de la víctima o el hecho de tercero, también exclusivo y
determinante. Y por eso mismo se entiende que en estos casos no
se pueda exonerar la administración demostrando la diligencia y
cuidado. En otras palabras, estos eventos encuentran en el derecho
colombiano respaldo inequívoco en el artículo 90 de la
Constitución”.

2
Expediente No. 6754, actor: Henry Enrique Saltarín Monroy.
Esta última posición ha sido reiterada en fallos posteriores de la Sala 3 y se

considera hoy la más acertada para definir los asuntos relacionados con la

responsabilidad por el ejercicio de actividades peligrosas.

En estas circunstancias, a los actores les bastaba acreditar que la actividad

riesgosa les causó un daño, sin que deban demostrar la falla del servicio, pues

bajo el régimen de responsabilidad objetiva ésta no es elemento constitutivo de la

misma; en tanto que al demandado para exonerarse de responsabilidad le

corresponde demostrar una causa extraña.

2. La responsabilidad en el caso concreto.

Está acreditado en el expediente que el menor DANY DANIEL MOSQUERA

MARTINEZ murió como consecuencia del accidente de tránsito ocurrido el día 25

de marzo de 1995, cuando cruzaba a pie la carretera que llega al corregimiento

de Machobayo y fue arrollado por una camioneta de estacas de la Policía

Nacional que se desplazaba sobre dicha vía.

Así consta en el informe de novedad rendido por el Departamento de Policía de la

Guajira ante la Fiscalía de Reacción inmediata, en el acta de levantamiento del

cadáver y en el protocolo de necropsia. El contenido del informe es el siguiente:

“Respetuosamente me permito dejar a disposición de ese Despacho la


planilla de A/T No. 864314 del accidente de tránsito ocurrido el 25-03-
95 a las 08:00 horas aproximadamente en la vía que de Riohacha
conduce a Cuestecitas altura Kilómetro 43 dónde fue arrollado el
menor DANY DANIEL MOSQUERA MARTINEZ, de 7 años de edad ,
natural y residente en el Corregimiento de Machobayo, hijo de JESÚS
MOSQUERA Y ELIANI MARTINEZ, el cual resultó muerto. Presentando
fractura de cráneo, por el vehículo Toyota Land Cruiser, tipo estaca,
modelo 1993, color blanco, quien era conducido por el señor agente
CARLOS MARTINEZ MUÑOZ, identificado con la cédula de

3
V.gr. Sentencia del 15 de abril de 1994, expediente: 8536, actor: Leonidas Erazo Erazo y otros;
sentencia del 16 de junio de 1997, expediente No. 10.024, actor: Javier Elí Rios Castrillón y del 10
de septiembre de 1998, expediente: 10.820, actor: María Zenira Rojo Parra y Otros.
ciudadanía No. 73’141.617 de Cartagena quien se encuentra inscrito a
la SIJIN Riohacha, el mencionado agente se encontraba en actos del
servicio cumpliendo el recorrido de Riohacha hacia la Junta , donde
realizarían una campaña Cívico-Policial.” (fl. 15 del c. 2)

Y el protocolo de necropsia concluye:

“Hombre menor de edad que fallece por shock cardiogénico por


anemia aguda por heridas múltiples por politraumatismo.”

La calidad de agente de la Policía del señor Carlos Hernán Martínez Muñoz está

acreditada con el extracto de la hoja de vida (fls. 36 y 37, C.2) y el acta de

posesión (fl. 34, C.2).

El agente Martínez Muñoz se encontraba en misión oficial en el momento del

accidente, tal como consta en el informe de novedad ya mencionado, presentado

por el C.T. Jefe de Participación Comunitaria, el comandante del Departamento

de Policía de la Guajira y el Subcomandante Degua. (fl. 15 del c.2)

En consecuencia, están acreditados el hecho, esto es, el accidente de tránsito

ocurrido el día 25 de marzo de 1995, el daño sufrido por la víctima del accidente

y el nexo causal entre el hecho y el daño referidos y por lo tanto, habría lugar a

declarar la responsabilidad de la administración, la cual para exonerarse debe

acreditar una causal de justificación.

3. La culpa exclusiva de la víctima como eximente de responsabilidad.

Para resolver de fondo la acción interpuesta se tendrán en cuenta las pruebas

testimoniales que obran en el proceso penal, pues en la demanda se solicitó que


remitiera copia auténtica del proceso penal que por el delito de Homicidio en

Accidente de Tránsito se adelantó contra el agente CARLOS HERNAN

MARTINEZ por la muerte del menor DANY DANIEL MOSQUERA MARTINEZ y del

informativo disciplinario respectivo. (fl. 10, c. 1)

De igual manera, en el escrito de contestación de la demanda se solicitó “copia

auténtica del informativo administrativo y disciplinario seguido al AG CARLOS

HERNAN MARTINEZ MUNOZ, por los hechos ocurridos el día 25 de marzo de

1995” y del proceso penal militar. (fl. 41 del c. 1)

Considera la Sala que por lealtad procesal no pueden las partes aceptar que una

prueba haga parte del acervo probatorio y en caso de que la misma le resulte

desfavorable, invocar las formalidades legales para su admisión 4. La exigencia de

la ratificación de la prueba testimonial trasladada tiene por objeto la protección

del derecho de defensa de la parte que no intervino en su práctica, pero si ésta

renuncia a ese derecho y admite que la prueba sea valorada sin necesidad de

dicha ratificación, no le es dable al fallador desconocer su interés para exigir el

cumplimiento de una formalidad cuyo objeto no es la protección del derecho

sustancial (art. 228 C.P.).

Esta consideración no es ajena a la ley. El tercer inciso del artículo 229 del C.P.C.

prevé que se prescindirá de la ratificación de testimonios recibidos fuera del

proceso “cuando las partes los soliciten de común acuerdo, mediante escrito

autenticado como se dispone para la demanda o verbalmente en audiencia, y el

juez no la considere necesaria”.

En consecuencia, se valorarán las pruebas testimoniales trasladas del proceso

penal, sin la exigencia de su ratificación, pues las partes así lo han solicitado y no

se considera necesaria su ratificación.


4
En este sentido, sentencia del 18 de septiembre de 1997, exp: 9.666.
El menor Yeiner Named Amaya (fls. 44, C.2)), quien cruzaba la vía con la víctima,

declaró en el proceso penal que adelantó el Juzgado Ochenta de Instrucción

Penal Militar de Riohacha lo siguiente:

“PREGUNTADO: Conoció usted al también menor DANY DANIEL


MOSQUERA MARTINEZ. CONTESTÓ: Sí lo conocí, el era mi amigo.
PREGUNTADO: El día que resultó muerto usted lo acompañaba.
CONTESTÓ: Sí señor. PREGUNTADO: Podría usted decirnos cómo
resultó muerto DANY DANIEL MOSQUERA. CONTESTÓ: El lo mató al
carro que venía, nosotros veníamos del pueblo para atravesar al otro
lado, yo pasé primero la carretera después iba a pasar él.
PREGUNTADO: Ustedes miraron al lado y lado de la vía antes de
pasar. CONTESTÓ: DANY miró para allá para arriba, pero para allá
para abajo no miró. PREGUNTADO: A que llama usted mirar para
arriba. CONTESTÓ: Mirar de la vía de Cuestecitas para acá el miró
para un solo lado, yo miré para ambos lados. PREGUNTADO: Según
esto, DANY DANIEL no miró para dónde venía el carro que lo atropelló.
CONTESTÓ: No señor. PREGUNTADO: Cuando usted pasó si vio el
carro que venía y que atropelló a DANY. CONTESTÓ: Si señor.
PREGUNTADO: Este carro venía despacio o rápido. CONTESTÓ: El
carro iba rápido. PREGUNTADO: A que distancia observó usted ese
carro cuando atravesó. CONTESTÓ: Cuando yo atravesé ese carro
venía ahí no más, venía pegado a donde pasé, el carro me sacó el
zigzag. PREGUNTADO: Díganos cómo era el carro que atropelló a
DANY. CONTESTÓ: Era blanco, era como una Toyota, no recuerdo
más. PREGUNTADO: Usted cree que su compañero pasó
imprudentemente la carretera. CONTESTO: Sí el pasó
imprudentemente, no ve que miró para un solo lado. PREGUNTADO: Al
momento de pasar la carretera iban los dos solos. CONTESTÓ: Si
íbamos los dos. PREGUNTADO: Usted conoce al conductor que
conducía el carro que atropelló a DANY. CONTESTÓ: No.
PREGUNTADO: Cuantas veces al día pasaban ustedes esta carretera.
CONTESTÓ: Un poco de veces. PREGUNTADO: Porque cree usted
que a DANY se le olvidó mirar para el otro lado de la carretera.
CONTESTÓ: Iba así por el afán de pasar. PREGUNTADO: Díganos si
tiene algo más que agregar o aclarar a la presente diligencia.
CONTESTÓ: Que yo le dije a DANY quédate aquí en esta casa y me
fui adelante y el no me hizo caso y también se fue. El despacho se
permite dejar constancia que da por terminado el interrogatorio ya que
el menor declarante se encuentra emocionalmente alterado y ha
comenzado a llorar. El menor manifiesta saber leer y colocar su
nombre, como su señora madre manifiesta no saber leer ni escribir lo
hace a ruego al señor agente JHON JAIRO CARDENAS CASTILLA,
con C.C. 95.466.526 de Santa Martha.” (fl. 60, c.2)
Por su parte, el agente CARLOS HERNAN MARTINEZ (fls. 21, C.2) quien

conducía el vehículo oficial en el momento del accidente, afirmó:

“…el día 24 de marzo del año en curso a eso de las 18:00 horas
aproximadamente me ordenó el señor Sargento Segundo GALEANO
que al día siguiente salía en una comisión y que me le presentara a
mi mayor OSUNA, al día siguiente me le presenté a mi Mayor a las
07:00 horas aproximadamente y me notificaron que debía conducir
el vehículo marca Toyota tipo estacas, color blanco modelo 1993 de
la SIJIN y que debería llevarlo al sur, me asignaron como
acompañantes al auxiliar CLAUDIO IBARRA RODRÍGUEZ, de aquí
de la base salieron cuatro carros en carabana, a la altura del
kilómetro 43 más exactamente a la entrada del Corregimiento de
Machobayo el vehículo en el cual yo viajaba iba de tercero en la
carabana, en forma imprudente dos menores trataron de cruzar la
carretera, cuando le hice el quite al primero no fue posible hacerle el
quite al segundo menor, golpeándolo con la parte delantera del
vehículo, inmediatamente me baje del vehículo a atender el menor
en compañía de los ocupantes del vehículo que venía detrás al
mando del Capitán JAIMES RISCANEO, cuando los dos vehículos
de adelante se devolvieron se bajó el Doctor BUSTOS BUSTOS el
cual iba en la comisión, quien le prestó los primeros auxilios al
menor y procedió a trasladarlo al Hospital de Riohacha.
PREGUNTADO: Manifieste usted si sabe conducir vehículos, cuanto
tiempo lleva de práctica de la conducción y si tiene su permiso o su
licencia para conducir. CONTESTÓ: Si sé conducir vehículos, llevo
cinco años conduciendo vehículos y si tengo permiso provisional
para conducir vehículo. (...) PREGUNTADO: En qué punto exacto
hicieron su aparición los menores que según su dicho se le
atravesaron en la vía. Después que pasé la curva a unos 40 metros
aproximadamente después de la curva, atravesaron la carretera los
dos menores corriendo. PREGUNTADO: Al momento de usted tomar
la curva en la vía por la que se desplazaba detectó la presencia de
estos menores. CONTESTÓ: No ya que ellos salieron del pueblo de
repente. PREGUNTADO: Que distancia aproximadamente existía
entre los menores y el vehículo que usted conducía cuando usted
pudo observar que éstos iban atravesando la vía. CONTESTÓ:
Como a cinco metros. PREGUNTADO: En qué forma atravesaron
estos menores la vía, y de qué costado a qué costado. CONTESTÓ:
La atravesaron corriendo uno detrás del otro y del pueblo hacía el
monte frente mío de izquierda a derecha. PREGUNTADO: Qué
distancia existía entre un menor y otro al momento de pasar la vía.
CONTESTÓ: Como dos metros por ahí. PREGUNTADO: Cómo eran
las condiciones de visibilidad de este lugar y las características del
terreno. CONTESTÓ: La visibilidad era normal, buena y la carretera
era plana y pavimentada, terreno pavimentado en buen estado,
estaba seca. Narre usted la forma exacta cómo se atravesaron estos
menores en la vía y las maniobras que usted realizó para no
atropellarlos. CONTESTÓ: Yo iba a la velocidad que antes
mencioné, por mi derecha, cuando de repente del lado izquierdo, o
sea del pueblo salió un niño corriendo cruzando la carretera yo giré
el vehículo hacía el lado izquierdo para eludir golpearlo, cuando del
mismo lado que salió el primer niño salía otro niño más pequeño al
tratar de girar el carro otra vez hacia la derecha alcancé a golpear al
niño con el lado izquierdo del carro más exactamente con la lámpara
de ese lado. PREGUNTADO: Una vez usted golpea al menor con el
vehículo, éste o sea el menor cuanta distancia fue movido del sitio
donde se produjo el impacto. CONTESTÓ: El quedó ahí mismo en el
centro de la carretera. PREGUNTADO: Una vez se produce el
impacto con el menor, a que distancia paró usted el vehículo.
CONTESTÓ: Aproximadamente de cuarenta a cincuenta metros.
PREGUNTADO: A que se debe que el vehículo haya recorrido tanta
distancia una vez se produjo el impacto con el menor. CONTESTÓ:
Como ya había frenado el vehículo tuve que soltarle los frenos para
que siguiera porque como iba con carga para evitar volcarme. (...)
PREGUNTADO: Al momento de usted accionarle los frenos para que
siguiera a este automotor, respondieron a la perfección.
CONTESTÓ: Si respondieron. PREGUNTADO: Qué personas fueron
testigos presénciales de estos hechos que aquí investigamos.
CONTESTÓ: Las personas que venían en el vehículo detrás de mi
en la carabana de pronto se pudieron dar cuenta, personas
particulares no vi por el sector, eso estaba solo (...) PREGUNTADO:
En los hechos a los cuales estamos investigando resultó muerto el
menor DANY DANIEL MOSQUERA MARTINEZ. Podría usted
decirnos quien fue el causante de su muerte. CONTESTÓ: Yo, pero
quiero dejar en claro que no fue culpa mía, yo iba sobre la vía en
una velocidad prudencial y los niños de un momento a otro se
aparecieron cruzando la vía y corriendo y desafortunadamente pude
o le alcancé a dar con el vehículo al segundo de los niños o sea que
era el que iba detrás gracias a Dios pude maniobrar el carro y no
causarle lad (sic) ningún daño al niño que iba adelante.
PREGUNTADO: Diga si tiene algo más que agregar, corregir o
enmendar a la presente diligencia. CONTESTÓ: Solo que yo iba
normal, en perfectas condiciones, una velocidad prudencial en la vía
y los niños se presentaron cruzando la carretera de improviso y
desafortunadamente al desviar el primero no pude desviar el
segundo de los niños.”

Las pruebas que obran en el proceso no permiten ahondar mucho en el

esclarecimiento de los hechos, si se tiene en cuenta que los testigos de los

mismos dan versiones no opuestas, pero diferentes.

En efecto, los agentes que iban en la caravana y se dieron cuenta de los hechos,

sostienen que los menores se atravesaron en la vía, que el conductor iba a una

velocidad que oscilaba entre 60 y 80 kilómetros por hora y que en el lugar no

hubo testigos diferentes a ellos.


Los testimonios de varios habitantes del lugar sostienen que presenciaron los

hechos, que el vehículo iba a exceso de velocidad, que el conductor no observó

la señal preventiva que advertía peatones en la vía y cruce de ganado, que

intentó huir del lugar de los hechos por lo que el señor Jaime Rafael Amaya se le

atravesó al vehículo y le arrebató las llaves. (fls. 70 a 73 c.1)

Ahora bien, el menor que cruzaba la carretera con DANY DANIEL MOSQUERA,

sostiene que éste pasó la vía imprudentemente, que no miró sino para un sólo

lado. (fls. 60, c.2)

Por lo anterior, no es posible asegurar a partir de dichas pruebas la culpa

exclusiva de la víctima que es la causal de exculpación aducida por la entidad

demandada, pero si se puede deducir la existencia de una culpa compartida en

consideración a que si bien es cierto el conductor no atendió las señales

preventivas de peatones en la vía y paso de ganado por lo que no disminuyó la

velocidad, tal como lo señalan los testimonios en el sentido de que iba entre 60 y

80 Kilómetros por hora, -límites máximos el primero en zona urbana y el segundo

en carretera (art. 148 del Código Nacional de Tránsito)-, el menor no observó a

los dos lados de la vía, razón por lo cual habrá de declararse la responsabilidad

de la administración reducida en consideración a la imprudencia del menor en un

treinta por ciento (30%).

Se advierte que si bien es cierto los menores no incurren en culpa según el

artículo 2345 del Código Civil, tal previsión lo es para efectos de definir la

responsabilidad frente a ellos, caso en el cual la responsabilidad recae en quien

detente su custodia, pero su conducta si puede ser analizada para considerarla

como exonerante de responsabilidad. Es decir, que se examina la actuación del


menor para verificar si incidió en el resultado y en que grado, frente a la actividad

de los demás posibles causantes del daño.

Sobre el tema la Sala ya tuvo la oportunidad de pronunciarse:

“A más de advertirse, conforme a lo ya dicho, la insuficiencia del


argumento para efectos de construir un nexo de causalidad entre la
conducta de la madre del niño y el daño causado, encuentra la Sala
otra inconsistencia en el planteamiento del a quo, fundada en la
interpretación equivocada del artículo 2.346 del Código Civil. En
efecto, es claro que, dado el carácter objetivo del nexo causal, como
elemento de la responsabilidad, poco importa que el hecho de la
víctima que da lugar a la producción del daño sea culposo o no. Por la
misma razón, es claro que la norma citada se refiere a hechos ilícitos
considerados fuentes de obligaciones, por lo cual se aplica al menor
que causa daño, mas no al que lo sufre. Al respecto, ha sido reiterada
la jurisprudencia. 5

No sobra insistir, por lo demás, en que, en el caso planteado, no


puede reconocerse el hecho de la víctima, como causal de
exoneración de responsabilidad y tampoco como causal de reducción
de la obligación de indemnizar, pero no por la incapacidad del menor
de cometer delito o culpa, sino porque, conforme a lo explicado antes,
es claro que la circunstancia alegada no podría ser considerada, de
ninguna manera, como causa eficiente del resultado.” 6 (Subrayas fuera
de texto)

4. La condena impuesta al llamado en garantía

Mediante providencia del 23 de enero de 1996, proferida por la Presidencia del

Consejo Verbal de Guerra del Departamento de Policía de la Guajira se resolvió

acoger el veredicto de no responsabilidad emitido por los señores vocales del

Consejo Verbal de Guerra que juzgó la conducta del agente CARLOS HERNAN

MARTINEZ MUÑOZ por el delito de homicidio culposo en la persona de Dany

Daniel Mosquera Martínez y en el que se le absolvió de toda responsabilidad

penal.

5
Ver, entre otras, sentencias de la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, del 15 de
marzo de 1941, G.J. L, p. 787; 29 de noviembre de 1946, G.J. LXI, p. 677; 8 de septiembre de
1950, G.J. LXVIII, p. 901.
6
Sentencia del 25 de mayo de 2000, Exp. 11.253.
Tal decisión de carácter penal no puede ser modificada por esta jurisdicción y

hace tránsito a cosa juzgada. Sin embargo, ese efecto se predica en relación con

la situación jurídica del sindicado en ese proceso y en algunos eventos -artículo

57 del Código de Procedimiento Penal-, con la responsabilidad civil del

funcionario sometido a juicio, pero no en lo que concierne a la decisión que debe

tomarse cuando lo que se cuestiona es la responsabilidad del Estado.

De lo anterior se concluye que: a) el agente llamado en garantía fue absuelto de

toda responsabilidad penal, b) que tal decisión no puede ser modificada por esta

jurisdicción y hace tránsito a cosa juzgada en relación con la responsabilidad

penal del funcionario, c) que el juez penal juzga la antijuridicidad de la conducta

realizada por el funcionario, d) que el juez administrativo revisa la existencia del

un daño antijurídico, con prescindencia de la conducta personal del agente con

fundamento en el art. 90 de la Carta Política.

Sobre los efectos de la cosa juzgada penal absolutoria el artículo 57 del C. de

P.C. establecía que la acción civil no podrá iniciarse ni proseguirse cuando se

haya declarado, por providencia en firme, que la conducta causante del perjuicio

no se realizó o que el sindicado no la cometió o que obró en estricto

cumplimiento de un deber legal o en legítima defensa, lo cual significa que en los

demás casos, la decisión del juez penal no hace tránsito a cosa juzgada para

efectos civiles, es decir, que el juez que decide sobre la responsabilidad civil del

autor del hecho, puede examinar de nuevo la conducta y tomar una decisión

diferente.
Ahora bien, cuando se utiliza la figura del llamamiento en garantía (art. 57 del

C.P.C.), se pretende que se analice en el proceso administrativo la conducta

personal del agente para exigir un eventual reembolso total o parcial del pago

que tuviere que hacer como resultado de la sentencia, esto es, de conformidad

con el art. 77 del C.C.A. definir si el funcionario actuó o no con dolo o culpa

grave.

La sentencia dictada por el Consejo Verbal de Guerra (fl. 128 C. 2), absolvió al

agente Carlos Hernán Martínez Muñoz por considerar que su conducta no fue

culpable, es decir, que en la comisión del accidente de tránsito que causó la

muerte al menor Dany Daniel Mosquera Martínez no obró dolosa ni culposamente

y esa decisión ha hecho tránsito a cosa juzgada pero sólo en lo que tiene que ver

con su responsabilidad penal, pues como ya se señaló, esa decisión no ha hecho

tránsito a cosa juzgada en material civil. Por lo tanto, dentro de este proceso si

era posible examinar de nuevo la conducta del agente para decidir si actuó o no

dolosa o culposamente y derivar de allí su obligación a reembolsarle al Estado lo

que éste deba pagar por el daño.

No obstante, como en el caso concreto el llamado en garantía no apeló la

sentencia, la Sala no tiene competencia para pronunciarse sobre este aspecto de

la condena.

5. Sobre el perjuicio.

5.1. Moral.
Se aportó al proceso copia del registro civil de nacimiento de DANY DANIEL

MOSQUERA MARTINEZ hijo de ELAINA ó LEANIS LUCIA MARTINEZ SALAS y

de ENRIQUE DE JESÚS MOSQUERA LEVETTE (fl. 134, c. 1); de SINDIS LUCIA

MOSQUERA MARTINEZ hermana de la víctima (fl. 29 del c. 1). Documentos con

los cuales quedó debidamente acreditado el parentesco entre el menor fallecido

sus padres y su hermana.

Sobre el poder suscrito por la señora ELAINA o LEANIS LUCIA MARTINEZ

SALAS, se advierte que fue otorgado en debida forma. (fl. 16 vto. C.1)

Se aportó igualmente copia del registro civil de ELFER MANUEL MOSQUERA

ARAGON (fl. 24, C1), HILDER ALFONSO MOSQUERA ARAGON (fl. 25, c1), LUIS

EDUARDO MOSQUERA ARAGON (fl. 20, c.1), AMALFI YOLENES MOSQUERA

ARAGON (fl. 27, c.1), ANA ESTHER MOSQUERA ARAGON (fl. 28, c. 1),

sedicentes tíos de la víctima. Sin embargo, en dichos documentos como bien lo

afirma el a quo aparecen registrados como hijos de ENRIQUE MOSQUERA,

ROSENDO MOSQUERA y ENRIQUE JUAN MOSQUERA MORENO además de

que en el de ENRIQUE DE JESÚS MOSQUERA LEVETTE padre (fl. 23, c. 1)

aparece como hijo de Enrique Mosquera pero bajo otro número de cédula. Por lo

anterior con dichos documentos no queda debidamente acreditado el parentesco

entre la víctimas.

La Sala reitera que para reconocer perjuicios morales a los tíos no basta probar

el parentesco, debe acreditarse el perjuicio:

“En cuanto al señor RAUL GABINO RUIZ TOLEDO, quedó establecida


su condición de tío del menor (fl. 9 y 10). Sin embargo, ese sólo hecho
no es suficiente para sostener que el señor Ruiz Toledo haya sufrido
un daño moral susceptible de ser indemnizado, ya que no se
acreditaron en el expediente circunstancias como la convivencia o la
condición de “padre por obedecimiento y cariño”, tal como se sostiene
en la demanda. (fl. 5)

En efecto, no puede deducirse necesariamente que el señor Raúl


Gabino Ruiz Toledo por el hecho de que estuviera unido al menor por
un vínculo cercano de parentesco, sufrió un padecimiento moral
intenso con la muerte de su sobrino, es decir, esta circunstancia por si
sóla es insuficiente para deducir el daño moral reclamado. Por
consiguiente no se accederá a esta solicitud.” 7

De acuerdo con lo anterior aun cuando el parentesco no se acreditó en debida

forma, los testimonios que obran en el expediente dan cuenta de las buenas

relaciones familiares con los sedicentes tíos, de su convivencia y ayuda mutua.

(fls. 70 a 75 y 100 a 103, c.1). En consecuencia, probado el daño hay lugar a

reconocer la indemnización en calidad de terceros damnificados.

Para establecer el valor de la indemnización la Sala tendrá en cuenta los criterios

establecidos en la sentencia del 6 de septiembre de 2001, expedientes Nos.

13.232 y 15.646, en la cual se fijó en cien salarios mínimos legales mensuales el

valor del perjuicio moral, en los eventos de mayor intensidad. Se abandonó así el

criterio de valor del gramo oro, por considerarlo improcedente y para dar

cumplimiento a lo previsto en los artículos 16 de la ley 446 de 1998 y 178 del

Código Contencioso Administrativo, que ordenan la reparación integral y

equitativa del daño y la tasación de las condenas en moneda legal colombiana,

respectivamente. Dijo la Sala:

“...considera esta Sala que debe abandonarse el criterio adoptado por


ella desde 1978, conforme al cual, para efectos de la indemnización del
perjuicio moral, se daba aplicación extensiva a las normas que, al
respecto, traía el Código Penal. Como ha quedado demostrado,
razones de orden jurídico, apoyadas igualmente en fundamentos de
orden práctico, justifican, en la actualidad, esta decisión. Se afirma,
entonces, la independencia del juez contencioso administrativo para
fijar, en cada caso, con sustento en las pruebas del proceso y según su
prudente juicio, el valor de la indemnización del perjuicio moral.
7
Providencia proferida por esta Sección el 21 de febrero del 2002, exp. 14081.
“Lo anterior se expresa sin perjuicio de que, con el fin de garantizar el
desarrollo uniforme de la jurisprudencia en este aspecto, esta
Corporación establezca pautas que sirvan de referencia a los
juzgadores de inferior jerarquía, cuyos fallos, sin embargo, en cuanto
tasen la indemnización del perjuicio aludido, sólo podrán ser revisados
por la instancia superior dentro del marco de sus competencias, dada la
inexistencia de una norma prevista en ley o reglamento que pueda
considerarse de obligatoria aplicación en la materia.

“Establecido, por lo demás, el carácter inadecuado del recurso al precio


del oro, la Sala fijará el quantum de las respectivas condenas, en
moneda legal colombiana, de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 178 del Código Contencioso Administrativo. Considerando que
el salario mínimo mensual en Colombia se fija atendiendo
fundamentalmente la variación del índice de precios al consumidor, se
considera que el valor del perjuicio moral, en los casos en que éste
cobre su mayor intensidad, puede fijarse en la suma equivalente a cien
(100) salarios mínimos legales mensuales...”.

En el capítulo de pretensiones de la demanda se solicitaron 1.000 gramos oro a

favor de cada uno de los demandantes actualizados “a la evolución del índice de

precios al consumidor”

Demostrado como está plenamente el perjuicio moral sufrido por los

demandantes y en uso del arbitrio judicial, la Sala ordenará pagar por concepto

de indemnización por perjuicios morales para los padres y la hermana la suma de

1.000 gramos oro que descontando el 30% queda en 700 gramos de oro para

cada uno y para los señores ELFER MANUEL MOSQUERA ARAGON, HILDER

ALFONSO MOSQUERA ARAGON, LUIS EDUARDO MOSQUERA ARAGON,

AMALFI YOLENES MOSQUERA ARAGON, ANA ESTHER MOSQUERA ARAGON

la suma de 500 gramos de oro que descontando el 30% queda en 350 gramos

de oro para cada uno.

Las sumas anteriores en salarios mínimos equivalen a :


700 gramos de oro : $15’415.764,oo

350 gramos de oro : $7’707.882,oo

Resumen.

ELAINA o LEANIS LUCIA MARTINEZ $15’415.764,oo

ENRIQUE DE JESÚS MOSQUERA LEVETTE $15’415.764,oo

SINDIS LUCIA MOSQUERA MARTINEZ $15’415.764,oo

ELFER MANUEL MOSQUERA ARAGON $7’707.882,oo

HILDER ALFONSO MOSQUERA ARAGON $7’707.882,oo

LUIS EDUARDO MOSQUERA ARAFON $7’707.882,oo

AMALFI YOLENES MOSQUERA ARAGON $7’707.882,oo

ANA ESTHER MOSQUERA ARAGON $7’707.882,oo

TOTAL $84’786.702,oo

En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso

Administrativo, Sección Tercera, administrando justicia en nombre de la República

y por autoridad de la ley,

FALLA

MODIFÍCASE la sentencia proferida el día 28 de febrero de 1997 por el Tribunal

Administrativo de la Guajira, la cual quedará así:


Primero. DECLARASE que LA NACIÓN- MINISTERIO DE DEFENSA- POLICIA

NACIONAL es administrativamente responsable de la muertes de DANY DANIEL

MOSQUERA MARTINEZ, en hechos ocurridos el 25 de marzo de 1995 en el

corregimiento de Machobayo, Jurisdicción del Municipio de Riohacha (Guajira).

Segundo. Como consecuencia de la anterior declaración, CONDENASE a LA

NACIÓN - MINISTERIO DE DEFENSA - POLICIA NACIONAL a pagar por

concepto de perjuicios morales a la señora ELAINA o LEANIS LUCIA MARTINEZ

SALAS, en calidad de madre, al señor ENRIQUE DE JESÚS MOSQUERA

LEVETTE en su calidad de padre, a la menor SINDIS LUCIA MOSQUERA

MARTINEZ en su calidad de hermana la suma de QUINCE MILLONES

CUATROCIENTOS QUINCE MIL SETECIENTOS SESENTA Y CUATRO PESOS

M/C. ($15’415.764,oo), para cada uno. Y a los señores ELFER MANUEL

MOSQUERA ARAGON, HILDER ALFONSO MOSQUERA ARAGON, LUIS

EDUARDO MOSQUERA ARAGON, AMALFI YOLENES MOSQUERA ARAGON,

ANA ESTHER MOSQUERA ARAGON en su calidad de terceros damnificados la

suma de SIETE MILLONES SETECIENTOS SIETE MIL OCHOCIENTOS

OCHENTA Y DOS PESOS M/C ($7’707.882,oo) para cada uno.

Tercero. DECLARAR que el llamado en garantía señor CARLOS MARTINEZ

MUÑOZ, en su calidad de conductor del vehículo al servicio de la Policía que

causó el accidente, tiene responsabilidad gravemente culposa por los hechos

acaecidos el 25 de marzo de 1995. En consecuencia el agente CARLOS

MARTINEZ MUÑOZ debe responder a la Nación – Ministerio de Defensa –


Policía Nacional, con el 20% del valor de los perjuicios que satisfaga la entidad a

la demandantes en el proceso.

Cuarto. Negar las demás pretensiones de la demanda.

Quinto. Para el cumplimiento de esta sentencia expídanse copias con destino a

las partes, con las precisiones del artículo 115 del Código de Procedimiento Civil

y con observancia de lo preceptuado en el artículo 37 del decreto 359 del 22 de

febrero de 1995. Las copias destinadas a la demandante serán entregadas al

apoderado judicial que la ha venido representando.

Sexto. Cúmplase lo dispuesto en los artículos 176 y 177 del C.C.A.

CÓPIESE, NOTIFÍQUESE, CÚMPLASE Y DEVUÉLVASE

RICARDO HOYOS DUQUE JESÚS MARÍA CARRILLO B.


Presidente de Sala

MARIA ELENA GIRALDO GOMEZ ALIER EDUARDO HERNANDEZ


GERMAN RODRIGUEZ VILLAMIZAR

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