Вы находитесь на странице: 1из 10

Descripción general de México

País abundante en superficie, población, patrimonio cultural y diversidad. Desde su pasado colonial,
México se ha caracterizado por una enorme brecha social, diferencias enormes entre los pocos que
tienen mucho y los muchos que apenas tienen algo, 20% de la población gana más de trece veces
lo que percibe la población que ocupa el 20% inferior. Esta desigualdad tiene repercusiones en los
ámbitos económico, social, cultural y político. Siendo claramente apreciada una enorme masa de
desposeídos marginados del tener, del saber y del poder, lo que se expresa en un gran número de
personas que no tiene acceso a servicios de salud y carece de atención médica de calidad, falta de
acceso a la educación por tener que trabajar (niños, adolescentes y adultos), y quienes tienen
oportunidad acceden a educación de mala calidad.
Otro sector, ha tenido que abandonar el campo, sus negocios y casa, y migrar para huir de la
violencia social y la miseria, con las dramáticas consecuencias que esta movilidad conlleva (pérdida
de redes sociales y de apoyo, separación familiar, alteraciones en la salud mental, entre otros.
Hoy (2018) México está sufriendo una situación de violencia estructural mezclada con violencia
criminal organizada (y desorganizada), pública y privada, oficial y clandestina. Lo que a ojos de
muchos se lee como una situación de guerra por el control de los territorios, el despojo, el trasiego y
el mercado de las drogas; situación que ha alcanzado una visibilidad particular a partir de 2007.
Además de la violencia estructural, la violencia también se expresa al interior de las familias, en la
inequidad de género. Los niños, ahora más que nunca, están expuestos a presenciar la violencia
dentro de su hogar, como a ser víctimas de violencia emocional, física y sexual.
La pobreza correlaciona positivamente con la prevalencia de trastornos crónico degenerativos y
mentales debido a que existe un apoyo social inadecuado, ambientes violentos y caóticos, baja
supervisión parental en las familias (estilos de crianza permisivos o autoritarios), disfuncionalidad
familiar, carencias afectivas, multiplicación de estilos de vida nocivos y entornos no saludables que
resultan en comportamientos disruptivos y conductas de riesgo como el consumo de drogas y
participación de conductas ilícitas. El clima social es de inseguridad y violencia, lo que impide a
muchísimas personas salir (a la calle, a los parques y a otros sitios abiertos) a convivir, a divertirse
y a ejercitarse (el 60% de niños y adolescentes se consideran inactivos), lo que a su vez los impulsa
a ver la televisión y usar los juegos de pantalla, que más que promover valores cívicos y sociales,
presenta a la violencia como un modelo a seguir.
En medio de esta compleja problemática, la salud mental ha sido y sigue siendo un tema de gran
relevancia social. El gran problema es que no lo es tanto para los actores y líderes políticos por lo
que aún, la psicología general y, la terapia del comportamiento en particular, no ha permeado ni a
las epistemologías ni la currícula universitaria y mucho menos, a la masa social, tal y como se
requiere.
Historia de la psicoterapia en el país

La enseñanza de la Psicología en México se inicia en 1893 con la asignatura denominada Psicología


Moral, integrada al plan de estudios de la Escuela Nacional Preparatoria, materia que reunía
preceptos de la filosofía, la lógica y los planteamientos de la psicología inglesa de Herbert Spencer.
El Lic. Ezequiel A. Chávez, distinguido pensador (y dos veces rector de la UNAM) fue el responsable
de introducir esta cátedra interesada en el estudio de los fenómenos humanos.
Pero, la formación profesional no comienza sino hasta 1937, cuando se ofrece la carrera de
Psicología en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM). Ese plan de estudios, el primero en el país, cuya vigencia fue de ocho años, demandaba
tres años de formación, al concluir los cuales se otorgaba el grado de Maestro en Psicología. Y, a
partir de 1956, se ofreció también el primer doctorado en Psicología en la misma facultad.
La Universidad Iberoamericana fue la primera universidad privada que ofreció la carrera de
Psicología, e inició sus cursos en 1950, con el estatuto de carrera incorporada a la UNAM.
El primer plan de estudios –el de 1937– remarcaba la influencia de la filosofía y la psicología europea.
El segundo plan de estudios, establecido en 1945 en la misma Facultad de Filosofía y Letras, se
caracterizó por un enfoque biogénico que intercalaba asignaturas como Psicología de la Educación,
Biología y Fisiología Humana. Sin embargo, se imponía el psicoanálisis ortodoxo.
En los años cincuenta, bajo la influencia de los ideólogos norteamericanos, la reforma universitaria
se centró en orientar la ciencia y la investigación a la solución de los problemas específicos que
demandaba la sociedad. El tercer plan de estudios de la carrera (1949) se consideró esencial la
formación metodológica, hasta el punto de que las asignaturas de ese corte llegaron a conformar
hasta la tercera parte de los créditos de los currícula de los años ochenta y noventa. Otra
característica importante de ese plan fue la prevalencia de la formación clínica, con énfasis en los
modelos médico y psicoanalítico, que perduró toda la década de los cincuentas y parte de la
siguiente.
En 1959 la psicología se empieza a enseñar como disciplina autónoma en el país y con ello se da
un paso más hacia su reconocimiento como una profesión. Esa fecha constituye el hito histórico que
marca el fin del periodo de formación de la psicología en México. En ese momento se inicia lo que
he llamado periodo de expansión (Galindo, 2004).
En 1967, se observaba ya la influencia de la psicología norteamericana de esos años, que era de
corte experimental. El plan de estudios de 1970 de la Facultad de Psicología de la UNAM mostró
una estructura que prevaleció hasta finales de la década de los noventa. Se vislumbró con mucha
fuerza el sesgo hacia el conductismo. Mismo que causó una fuerte reacción entre los docentes que
se colocaban en otras posturas teóricas, y las tensiones crearon el clima propicio para un nuevo
diseño curricular que se concretó en 1977. Con este nuevo plan se buscaba una mayor pluralidad
en los contenidos y en el tipo de materias. El conductismo fue considerado reduccionista y muy
limitado para resolver los problemas sociales.
En una exquisita revisión, el Dr. Héctor Martínez (2006) relata el gran empuje de la Universidad
Veracruzana para el establecimiento del análisis de la conducta en México. Derivada de la invitación
del Secretario General, Salmerón Roiz a Víctor Alcaraz para integrarse al claustro de docentes de la
UV, pronto se integraron el Emilio Ribes, Antonio Gago y Serafín Mercado al proyecto para crear la
facultad de Psicología en 1964. Para 1967, en la ciudad de Xalapa, el Dr. Florente López había
establecido un centro de entrenamiento y educación especial que posteriormente dio pie a la apertura
de un programa de maestría en modificación de conducta.
La creación de laboratorios y el acervo bibliográfico conseguido en esta facultad junto con las
investigaciones expuestas en un Congreso Internacional de Psicología en Moscú (Mercado, Ribes y
Barrera, 1967), llamaron la atención del presidente de la APA, Mowrer, quien visitó los laboratorios
y convidó a miembros del profesorado a estudiar en EU al lado de investigadores como Bijou, Azrin,
Allyon, etc. Conviniendo en intercambios muy fructíferos como las estancias de Bijou en Xalapa y su
impulso a la terapia del comportamiento.
En solo cinco años, el Grupo Xalapa había nivelado la psicología de orientación conductual con la
de EU. Cuantitativamente no eran comparables, pero cualitativamente se aproximaban (Ribes,
2015). En 1971 se celebró en Xalapa el Primer Simposio Internacional sobre Modificación de
Conducta. El programa de maestría en la UV dejó de funcionar en 1972 por razones institucionales
extra-académicas, pero en 1973, con la creación de la Facultad de Psicología en la UNAM, y con el
apoyo más que generoso de Luis Lara Tapia, se reorganizó el posgrado de Análisis Experimental de
la Conducta (AEC). La maestría y posteriormente doctorado en AEC se ubicó en dos casas
alquiladas en el barrio de la Conchita en Coyoacán.
Dentro del proceso de expansión de la psicología, en 1975-1976 se abren las escuelas de psicología
de la flamante Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y la UNAM funda dos nuevas sedes
universitarias destinadas a las ciencias de la salud, en donde también se forman psicólogos: la
Escuela Nacional de Estudios Profesionales Plantel Iztacala (ENEP-Iztacala) y la ENEP-Zaragoza.
Puede decirse que en 1975 tuvo lugar el florecimiento del análisis de la conducta en México
destacándose: la consolidación del programa de posgrado en Coyoacán, el programa de licenciatura
en Iztacala, la celebración del segundo congreso mexicano de análisis de la conducta, la publicación
de la Revista Mexicana de Análisis de la Conducta (RMAC), y la fundación de la Sociedad Mexicana
de Análisis de la Conducta (SMAC).
Para esta época, es importante mencionar, que muchas escuelas y facultades de Psicología se
abrieron en el interior de la República Mexicana dejando en evidencia la influencia del plan de
estudios de la UNAM. Este aumento acelerado del número de escuelas de Psicología en el país:
eran once en total en 1970, y para 1977 ya eran 54, lo que significó un incremento aproximado de
600%, derivó en la formación del Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación de la
Psicología (CNEIP) como organismo regulador, en 1971.
Siguiendo con la cronología, se destaca 1975, cuando se celebró en la Cd. de México, el Tercer
Congreso Latinoamericano de Análisis de la Conducta, con la esperadísima participación de B. F.
Skinner, visita que motivó al nuevo grupo de investigadores de la conducta a trabajar sobre el
conductismo aplicado, así, Benjamín Domínguez, incursionando sobre conductas disruptivas de
jóvenes institucionalizados (Domínguez y cols., 1975); Héctor Ayala y su grupo, trabajando en
instituciones clínicas como el Hospital Psiquiátrico Infantil Juan N. Navarro al implementar programas
basados en el análisis conductual aplicado en las áreas de retardo en el desarrollo; tratamiento y
rehabilitación de pacientes mentales crónicos; y con niños y adolescentes con problemas de
consumo de drogas (Ayala y cols., 1982); Xóchitl Gallegos y Víctor Alcaraz en los años 80´s
comenzaron la intervención clínica del biofeedback para el tratamiento de migrañas, parálisis facial,
arritmias cardíacas, control de esfínteres y algunos tipos de epilepsia (Alcaraz y cols., 1981 cit.
Rodríguez, 2010) fundándose después bajo la coordinación de Jorge Palacios, el Laboratorio de
Plasticidad Cerebral (1984).
En la Escuela Nacional de Estudios Superiores Zaragoza (FES-Z, UNAM) se conformó un grupo de
trabajo encabezado por Luis Florez Alarcón, que tuvo como objetivo la creación de una línea de
investigación sobre las aplicaciones clínicas del condicionamiento instrumental de respuestas
autónomas. Posteriormente este grupo de trabajo dio origen al Programa de Psicología de la Salud
desde 1984 hasta 1999. Este programa se vio enriquecido con la participación de Víctor Alcaraz y
Ana Eugenia Díaz de León y derivado de estos esfuerzos, en la actualidad sigue funcionando en
este plantel, la Unidad de Cardiología Conductual en donde se realizan investigaciones
interdisciplinarias bajo la batuta de Carlos Figueroa.
El grupo de Xalapa, que ahora había ampliado labor, fundó en Guadalajara el Centro de Estudios e
Investigaciones en Comportamiento CEIC, en 1992. Que en el momento presente sigue formando
maestros, doctores e investigadores en el área.
En la Escuela Nacional de Estudios Superiores Iztacala (FES-I, UNAM), Rocío Hernández Pozo
fundó el Laboratorio de Conducta Humana Compleja y, en la Facultad de Psicología de la UNAM, el
grupo de trabajo coordinado por Graciela Rodríguez realizaron los primeros estudios sobre
trasplantes de órganos y tejidos en población mexicana (Rodríguez y cols., 2004) así como Benjamín
Domínguez sobre el manejo del dolor crónico en el área de la psiconeuroinmunología; en el área de
la psicología ambiental con enfoque en la medicina conductual se han destacado los trabajos de
Serafín Mercado, Patricia Ortega y Javier Urbina.
En 2001, se funda la Sociedad Mexicana de Medicina Conductual, siendo su presidenta fundadora
Graciela Rodríguez Ortega y por donde han transitado diversos representantes de la medicina
conductual como Javier Urbina Soria, José Luis Ibarrola y, más recientemente, Laura Hernández
Guzmán. Quienes, hicieron realidad el sueño de difundir esta área por Latinoamérica y otros países.
Aunado a este movimiento, en Cd. de México y totalmente aparte de la universidad, en 1984 se funda
el Instituto de Terapia Racional Emotiva de México (ITREM) la primera institución particular
representativa de este enfoque y la primera en preparar profesionales bajo la dirección de Patricia
Leal quien podría, junto con sus estudiantes, llamarse la pionera en la oficialización del cambio de
paradigma en este país.
Y no fue sino hasta 1998, cuando se llevó a cabo en la Cd. Acapulco el 2º Congreso Mundial de
Terapia Cognitivo Conductual auspiciado por la Sociedad Mexicana de Análisis de la Conducta, la
Sociedad Mexicana de Psicología, la Federación Mexicana pro Salud Mental, el Colegio Nacional de
Psicólogos y la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México que, se
establece francamente la amalgama entre los trabajos considerados cognitivos y los conductuales
así como una gran participación de investigadores y psicoterapeutas iberoamericanos y
norteamericanos (WCBCT, 1997).
Para estas fechas, una importante figura que impulsó con especial ahínco el enfoque cognitivo
conductual en este país, fue el Dr. Samuel Jurado, psicólogo egresado del grupo de Iztacala quien,
por interés personal y de manera autodidacta, se internó en el estudio y comprensión del TCC
materializando su interés en la propuesta, estructura y creación de un programa de maestría que
permitiera a los profesionistas clínicos conocer las estrategias de trabajo terapéutico de vanguardia.
Así, acudiendo al entonces jefe de departamento del área clínica de la Facultad de Psicología de la
UNAM, el Dr. Gilberto Limón Arce, se permitió hacer un subprograma dentro de la maestría (que en
su fundamento era de corte psicoanalítico) que ofrecía la formación específica en TCC. Por razones
políticas, solamente dos generaciones de estudiantes egresaron de este, el primer y único programa
totalmente pensado para el entrenamiento en el enfoque. De estas filas, psicólogos como Liz
Basañez, Claudia De Mendieta, Rebeca Robles, Ana Isela Valenzuela, Piedad Aladro y Ma. Esther
Flores, alcanzaron el grado de maestría acompañadas de tres profesores altamente comprometidos
con la difusión del enfoque, Samuel Jurado Cárdenas, Lolita Mercado y Arturo Martínez-Lara quien,
por cierto, era en ese momento, alumno directo del Instituto Albert Ellis en NY.
Debido a la gran aceptación de este programa, y el enorme esfuerzo que le había merecido crear el
programa, organizar, dirigir y dar clases en este subprograma de la maestría, Samuel Jurado
convocó durante cerca de un año a la academia de la facultad de Psicología para concretar el
proyecto de la Maestría en Psicoterapia Cognitivo-Conductual pero, los intereses de los participantes
eran distintos y no se logró establecer este programa. En su lugar, se abrió la Maestría en Medicina
Conductual, misma que sigue vigente, abierta desde el años 2000 y formando psicólogos hasta el
momento actual tanto en la Facultad de Psicología como en Iztacala.
A este grupo de pioneros en la TCC se adhirió un sin número de psicólogos que ya desfilaban en la
escuela conductista y que se complementaron con las aportaciones de las teorías cognitivas, entre
ellos, Juan José Sánchez-Sosa, Laura Hernández, Lucy Reidl, etc.

Organizaciones de Terapia del Comportamiento

Con este avance, todo el país ha destellado en formación académica para el estudio de la TCC. Por
ejemplo, en 1999 nace el Instituto Mexicano de Psicoterapia Cognitivo Conductual también en Cd de
México a nivel privado gracias bajo la dirección de Arturo Heman y Guadalupe Habach;, el
INCOSAME (Instituto Cognitivo Conductual de Salud Mental de México por Nicolás Hernández, el
Centro de Terapia Cognitiva en Quintana Roo, el Instituto de Terapia Cognitivo Conductual, el
Instituto de Posgrado en Psicoterapia Cognitivo Conductual con sedes en al menos 6 estados de la
República mexicana, el Centro de Estudios COGNOS en la Cd de Durango, la Universidad Enrique
Díaz de León en Guadalajara y la Universidad Xochicalco en Baja California; todos estos centros,
ofreciendo la formación en Maestría en TCC. Otros tantos más, con diplomados y otros cientos para
atención clínica.
Algunos datos sobre la práctica de la psicoterapia en México:
En la Ciudad de México un psicólogo gana en promedio $500 dólares mensuales, en el resto del
país la cifra desciende a $200 dólares mensuales, sólo con el grado de licenciatura.
Las Ciencias de la Salud se encuentran en el séptimo lugar de ingresos con un promedio de $500
dólares. El 91.4% de los psicólogos tienen empleo de los cuales, la mayor parte, que abarca el
77.4%, trabajan como subordinados en alguna empresa o institución. El 28.2% trabajan en el sector
educativo, otro 23% trabajan en sector salud y de asistencia social y el resto en actividades
gubernamentales o de organismos internacionales y sólo el 19.4% de los psicólogos trabajan por
cuenta propia en su consulta particular o como asesores independientes para empresas, clínicas,
escuelas y hospitales.
El costo de consulta en México oscila entre los $15 y $25 dólares por sesión. Las sesiones suelen
durar alrededor de 50 minutos, dependiendo de la corriente teórica que utilice el psicólogo y de las
necesidades del paciente. Aunque estas son las tarifas promedio, existen psicólogos que ofrecen
sus servicios a bajo costo en centros de salud, adaptándose a lo que el paciente pueda pagar, y
algunos otros pueden llegar a cobrar hasta $75 dólares por sesión o más.
En cuanto a la formación de los profesionistas: el primer trimestre del 2016 se reportaba un total de
335,100 estudiantes matriculados en la Licenciatura de Psicología en el país; 65,536 en la capital.
Sabemos también, que el 71.8% son mujeres y el 28.2% de hombres. El 40% de los psicólogos en
el país tienen entre 25 y 34 años.
364 Universidades en el país imparten la carrera, de las cuales 40 se encuentran en Cd México.
Entre universidades públicas y privadas que imparten la licenciatura, así como especialidades,
diplomados, maestrías y doctorados. Sin embargo, solamente 86 de estos programas se encuentran
acreditados por el Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología (CA-CNEIP).

Regulaciones actuales sobre la provisión de la psicoterapia

La provisión de psicoterapia en este país se realiza a nivel público y privado. El órgano que otorga
las licencias para el ejercicio profesional del psicólogo en México es la Secretaría de Educación
Pública (SEP). El proceso formal para obtener una licencia (cédula profesional) de posgrado,
incluyendo las de consejeros o psicoterapeutas se lleva a cabo por los mismos canales oficiales
como los del nivel básico de entrada la práctica (licenciatura). Una vez que se emite un título
universitario de maestría o doctorado, para ser jurídica-mente válido requiere registrarse en la oficina
correspondiente de la Secretaría de Educación Pública, la Dirección General de Profesiones, DGP.
Después de autentificar la documentación oficial correspondiente, la DGP emite una licencia o cédula
profesional que legalmente autoriza a ejercer.
Desafortunadamente penalizar a las personas que practican ilegalmente por no cumplir con este
proceso no ha sido fácil, ya que por lo general depende de la queja formal de un usuario o consumidor
(Sánchez-Sosa, 2012).
El quehacer de la acreditación de programas mexicanos de licenciatura en Psicología ha transcurrido
entre dos épocas. La primera, con la creación de la Coordinación de Acreditación en el seno del
Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología (CNEIP) en 1971 gracias a la
preocupación y esfuerzos del grupo de Xalapa y de Cd México por mejorar los programas de
entrenamiento así como fortalecer las actividades de investigación.
La aparición en 1991 de los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior
(CIEES) posibilitó la valoración integral de las instituciones aunada a la creación del Consejo para la
Acreditación de la Educación Superior, A. C. (COPAES) en el año 2000, ha favorecido el auge del
proceso de la acreditación en su segunda época: a partir del reconocimiento otorgado por el
COPAES al CNEIP como organismo acreditador, logrado en 2002, lo que ha provocado efectos
inmediatos relacionados con varios cambios fundamentales en su concepción y ejercicio. Así, el
CNEIP delegó en el Comité de Acreditación (en lo sucesivo CA-CNEIP) tan importante función a fin
de independizarlo de las decisiones de la Asamblea y dar una mayor transparencia y credibilidad a
la acreditación. Es de mencionar que, este proceso es voluntario en cada universidad e instituto por
lo que sólo unas cuantas instancias lo llevan a cabo.
En cuanto a la regulación específica de la práctica de la psicoterapia y la provisión de servicios para
la salud mental, en la Cd México se escribe y publica la Ley de Salud Mental ( publicada por primera
vez en la Gaceta Oficial de la Nación en 2012), consta de 72 artículos cuyos objetivos generales son:
Regular las bases y modalidades, para garantizar el acceso a los servicios de salud mental,
establecer los mecanismos adecuados para la promoción, prevención, evaluación, diagnóstico,
tratamiento, rehabilitación y fomento de la salud mental en instituciones de salud pública, así como
para personas físicas o morales de los sectores social y privado, que coadyuven en la prestación de
servicios en los términos y modalidades establecidas en la presente Ley; así como, definir los
mecanismos y lineamientos para promover la participación de la población, en el desarrollo de los
programas de salud mental de la Cd de México.

Referencias
Alcaraz Romero, V. M. (1993). Algunas rememoraciones sobre el inicio del área de
psicofisiología (pp. 37-40). En J. Urbina (Ed.), Facultad de Psicología: Testimonios de
20 años, 1973-1993. Universidad Nacional Autónoma de México: México.

Ayala, V. H., Chism, S. K., Cárdenas, L. G., Rodríguez, C. M., Cervantes, L., & Caballero, F. P.
(1982). Una alternativa al tratamiento y rehabilitación del paciente mental crónico
hospitalizado, Salud Mental, 5, 87-93.

Bijou, S. W. (1975). Invited Editorial. Revista Mexicana de Análisis de la Conducta /


Mexican Journal of Behavior Analysis, 1, 5-6.

Bruner, C. (1999). La RMAC: Un tesoro de la Psicología Científica Mexicana. Revista


Mexicana de Análisis de la Conducta, 25, 291-295.

CNEIP (1977). Recomendaciones generales para la planeación de la enseñanza de la


Psicología en México. Enseñanza e Investigación en Psicología, 3(2), 21-24.

Congreso Mundial de Terapias Cognoscitivas y Conductuales (México, 1998) (1997).


Revista Latinoamericana de Psicología, 29 (2) 375-380.

Cuánto Gana (2014) ¿Cuánto Gana un Psicólogo? http://www.cuanto-gana.com/cuanto-


gana-un-psicologo/

De La Paz, C. (2012). La enseñanza de la Psicología en México de 1897-1916. IPN:


México.
Domínguez, B., Rueda, M., Maklouff, C., & Rivera, A. (1975). El análisis y el control de las
actividades de grupos humanos bajo custodia. En: A.Bandura y E. Ribes (Eds.),
Modificación de conducta: Análisis de la agresión y la delincuencia. Trillas: México.

Figueroa Rodríguez, S., Reyes Lagunes, I., & López Suárez, A. D. (2005). El CNEIP como
instancia para la mejora educativa en psicología: notas para la planeación
estratégica. Enseñanza e investigación en Psicología, 10(1).

Galindo, E., & Vorwerg, M. (1985). La psicología en México. Ciencia y Desarrollo, 63, 29-45.

Galindo, Edgar. (2004). Análisis del desarrollo de la psicología en México hasta 1990: Con
una bibliografía in extenso. Psicologia para América Latina, (2).

Harrsch, C. (1994). Identidad del psicólogo. Alhambra Mexicana: México.

Hernández, N. & Sánchez, JC (2007). Manual de psicoterapia cognitivo-conductual para


trastornos de la salud. LibrosEnRed: Argentina.

IMCO (2016) Compara Universidades.


http://imco.org.mx/comparacarreras/#!/carrera/311

Gaceta Oficial Cd México (2012) Ley de Salud Mental para la Cd México


http://www.aldf.gob.mx/archivo-2b00f46641b3fa38c97453e24b3f8468.pdf

Mateos, L., Hernández, C., Madrigal, K., Flores, C., & López, W. (2017). Forty years of
behavior analysis in mexico: a review of the mexican journal of behavior
analysis. Revista Brasileira de Análise do Comportamento, 12(2).

Martínez, H. (2006). Treinta años de la Revista Mexicana de Análisis de la Conducta: Un


reto a la supervivencia. Avances en Psicología Latinoamericana, 24, 105-125.

Mercado, S. J., Ribes I., E., & Barrera R., F. (1967). Depth cues effects on the perception of
visual illusions. Revista Interamericana de Psicología, 1(2), 137-142.

Observatorio Laboral (2017). Consulta de reportes por carrera.


http://www.observatoriolaboral.gob.mx/swb/es/ola/tendencias_del_empleo_pr
ofesional

Rangel, A. (2015). Top 10: Las carreras más estudiadas en


México. http://algarabia.com/top-10/top-10-las-carreras-mas-estudiadas-en-
mexico/
Rivera, R. y Urbina, J. (1989). Estadísticas básicas sobre la formación de psicólogos en
México. En J. Urbina (Comp.): El psicólogo: formación, ejercicio profesional y
prospectiva. UNAM: México.

Ribes, E. (2012). Behaviorism in Mexico: A historical chronicle. International Journal of


Hispanic Psychology, 4, 1-18.

Ribes, E. (2015). La Revista Mexicana de Análisis de la Conducta: su origen y su sentido.


Revista Mexicana de Análisis de la Conducta, 41, 1-15.

Rodríguez Ortega, G. (2010). Desarrollo de la medicina conductual en México. Revista


Latinoamericana de Medicina Conductual/Latin American Journal of Behavioral
Medicine, 1(1).

Unioportunidades
(2017). http://www.unioportunidades.com.mx/universidad/carrera/1275/Psicol
og%C3%ADa

Universidad Veracruzana, U.A. de SLP, & UNAM (1974). Aportaciones al análisis de la


conducta: Memorias del Primer Congreso Mexicano. Trillas: México.

Zannata, E., Yurén, T. (2012). La formación profesional del psicólogo en México: Trayecto
de la construcción de su identidad disciplinar. Enseñanza e investigación en
Psicología, Vol. 17(1), 151-170.

Вам также может понравиться