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País abundante en superficie, población, patrimonio cultural y diversidad. Desde su pasado colonial,
México se ha caracterizado por una enorme brecha social, diferencias enormes entre los pocos que
tienen mucho y los muchos que apenas tienen algo, 20% de la población gana más de trece veces
lo que percibe la población que ocupa el 20% inferior. Esta desigualdad tiene repercusiones en los
ámbitos económico, social, cultural y político. Siendo claramente apreciada una enorme masa de
desposeídos marginados del tener, del saber y del poder, lo que se expresa en un gran número de
personas que no tiene acceso a servicios de salud y carece de atención médica de calidad, falta de
acceso a la educación por tener que trabajar (niños, adolescentes y adultos), y quienes tienen
oportunidad acceden a educación de mala calidad.
Otro sector, ha tenido que abandonar el campo, sus negocios y casa, y migrar para huir de la
violencia social y la miseria, con las dramáticas consecuencias que esta movilidad conlleva (pérdida
de redes sociales y de apoyo, separación familiar, alteraciones en la salud mental, entre otros.
Hoy (2018) México está sufriendo una situación de violencia estructural mezclada con violencia
criminal organizada (y desorganizada), pública y privada, oficial y clandestina. Lo que a ojos de
muchos se lee como una situación de guerra por el control de los territorios, el despojo, el trasiego y
el mercado de las drogas; situación que ha alcanzado una visibilidad particular a partir de 2007.
Además de la violencia estructural, la violencia también se expresa al interior de las familias, en la
inequidad de género. Los niños, ahora más que nunca, están expuestos a presenciar la violencia
dentro de su hogar, como a ser víctimas de violencia emocional, física y sexual.
La pobreza correlaciona positivamente con la prevalencia de trastornos crónico degenerativos y
mentales debido a que existe un apoyo social inadecuado, ambientes violentos y caóticos, baja
supervisión parental en las familias (estilos de crianza permisivos o autoritarios), disfuncionalidad
familiar, carencias afectivas, multiplicación de estilos de vida nocivos y entornos no saludables que
resultan en comportamientos disruptivos y conductas de riesgo como el consumo de drogas y
participación de conductas ilícitas. El clima social es de inseguridad y violencia, lo que impide a
muchísimas personas salir (a la calle, a los parques y a otros sitios abiertos) a convivir, a divertirse
y a ejercitarse (el 60% de niños y adolescentes se consideran inactivos), lo que a su vez los impulsa
a ver la televisión y usar los juegos de pantalla, que más que promover valores cívicos y sociales,
presenta a la violencia como un modelo a seguir.
En medio de esta compleja problemática, la salud mental ha sido y sigue siendo un tema de gran
relevancia social. El gran problema es que no lo es tanto para los actores y líderes políticos por lo
que aún, la psicología general y, la terapia del comportamiento en particular, no ha permeado ni a
las epistemologías ni la currícula universitaria y mucho menos, a la masa social, tal y como se
requiere.
Historia de la psicoterapia en el país
Con este avance, todo el país ha destellado en formación académica para el estudio de la TCC. Por
ejemplo, en 1999 nace el Instituto Mexicano de Psicoterapia Cognitivo Conductual también en Cd de
México a nivel privado gracias bajo la dirección de Arturo Heman y Guadalupe Habach;, el
INCOSAME (Instituto Cognitivo Conductual de Salud Mental de México por Nicolás Hernández, el
Centro de Terapia Cognitiva en Quintana Roo, el Instituto de Terapia Cognitivo Conductual, el
Instituto de Posgrado en Psicoterapia Cognitivo Conductual con sedes en al menos 6 estados de la
República mexicana, el Centro de Estudios COGNOS en la Cd de Durango, la Universidad Enrique
Díaz de León en Guadalajara y la Universidad Xochicalco en Baja California; todos estos centros,
ofreciendo la formación en Maestría en TCC. Otros tantos más, con diplomados y otros cientos para
atención clínica.
Algunos datos sobre la práctica de la psicoterapia en México:
En la Ciudad de México un psicólogo gana en promedio $500 dólares mensuales, en el resto del
país la cifra desciende a $200 dólares mensuales, sólo con el grado de licenciatura.
Las Ciencias de la Salud se encuentran en el séptimo lugar de ingresos con un promedio de $500
dólares. El 91.4% de los psicólogos tienen empleo de los cuales, la mayor parte, que abarca el
77.4%, trabajan como subordinados en alguna empresa o institución. El 28.2% trabajan en el sector
educativo, otro 23% trabajan en sector salud y de asistencia social y el resto en actividades
gubernamentales o de organismos internacionales y sólo el 19.4% de los psicólogos trabajan por
cuenta propia en su consulta particular o como asesores independientes para empresas, clínicas,
escuelas y hospitales.
El costo de consulta en México oscila entre los $15 y $25 dólares por sesión. Las sesiones suelen
durar alrededor de 50 minutos, dependiendo de la corriente teórica que utilice el psicólogo y de las
necesidades del paciente. Aunque estas son las tarifas promedio, existen psicólogos que ofrecen
sus servicios a bajo costo en centros de salud, adaptándose a lo que el paciente pueda pagar, y
algunos otros pueden llegar a cobrar hasta $75 dólares por sesión o más.
En cuanto a la formación de los profesionistas: el primer trimestre del 2016 se reportaba un total de
335,100 estudiantes matriculados en la Licenciatura de Psicología en el país; 65,536 en la capital.
Sabemos también, que el 71.8% son mujeres y el 28.2% de hombres. El 40% de los psicólogos en
el país tienen entre 25 y 34 años.
364 Universidades en el país imparten la carrera, de las cuales 40 se encuentran en Cd México.
Entre universidades públicas y privadas que imparten la licenciatura, así como especialidades,
diplomados, maestrías y doctorados. Sin embargo, solamente 86 de estos programas se encuentran
acreditados por el Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología (CA-CNEIP).
La provisión de psicoterapia en este país se realiza a nivel público y privado. El órgano que otorga
las licencias para el ejercicio profesional del psicólogo en México es la Secretaría de Educación
Pública (SEP). El proceso formal para obtener una licencia (cédula profesional) de posgrado,
incluyendo las de consejeros o psicoterapeutas se lleva a cabo por los mismos canales oficiales
como los del nivel básico de entrada la práctica (licenciatura). Una vez que se emite un título
universitario de maestría o doctorado, para ser jurídica-mente válido requiere registrarse en la oficina
correspondiente de la Secretaría de Educación Pública, la Dirección General de Profesiones, DGP.
Después de autentificar la documentación oficial correspondiente, la DGP emite una licencia o cédula
profesional que legalmente autoriza a ejercer.
Desafortunadamente penalizar a las personas que practican ilegalmente por no cumplir con este
proceso no ha sido fácil, ya que por lo general depende de la queja formal de un usuario o consumidor
(Sánchez-Sosa, 2012).
El quehacer de la acreditación de programas mexicanos de licenciatura en Psicología ha transcurrido
entre dos épocas. La primera, con la creación de la Coordinación de Acreditación en el seno del
Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología (CNEIP) en 1971 gracias a la
preocupación y esfuerzos del grupo de Xalapa y de Cd México por mejorar los programas de
entrenamiento así como fortalecer las actividades de investigación.
La aparición en 1991 de los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior
(CIEES) posibilitó la valoración integral de las instituciones aunada a la creación del Consejo para la
Acreditación de la Educación Superior, A. C. (COPAES) en el año 2000, ha favorecido el auge del
proceso de la acreditación en su segunda época: a partir del reconocimiento otorgado por el
COPAES al CNEIP como organismo acreditador, logrado en 2002, lo que ha provocado efectos
inmediatos relacionados con varios cambios fundamentales en su concepción y ejercicio. Así, el
CNEIP delegó en el Comité de Acreditación (en lo sucesivo CA-CNEIP) tan importante función a fin
de independizarlo de las decisiones de la Asamblea y dar una mayor transparencia y credibilidad a
la acreditación. Es de mencionar que, este proceso es voluntario en cada universidad e instituto por
lo que sólo unas cuantas instancias lo llevan a cabo.
En cuanto a la regulación específica de la práctica de la psicoterapia y la provisión de servicios para
la salud mental, en la Cd México se escribe y publica la Ley de Salud Mental ( publicada por primera
vez en la Gaceta Oficial de la Nación en 2012), consta de 72 artículos cuyos objetivos generales son:
Regular las bases y modalidades, para garantizar el acceso a los servicios de salud mental,
establecer los mecanismos adecuados para la promoción, prevención, evaluación, diagnóstico,
tratamiento, rehabilitación y fomento de la salud mental en instituciones de salud pública, así como
para personas físicas o morales de los sectores social y privado, que coadyuven en la prestación de
servicios en los términos y modalidades establecidas en la presente Ley; así como, definir los
mecanismos y lineamientos para promover la participación de la población, en el desarrollo de los
programas de salud mental de la Cd de México.
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