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FICHA N°2:

La solución para el imperialismo


económico: las Organizaciones
Internacionales

Catedra: Análisis Político Internacional

Profesora: Lorena Oyarzun

Ayudante: Paula Collio

Fecha: 4/6/2019

Nayaded Labbé Aravena


Se suele denominar imperialismo, americanización o europeización del mundo, cuando se ejerce
una influencia específica del modelo de vida proveniente de Estados Unidos o Europa. Estos dos
actores suelen ser las caras visibles de los países llamados desarrollados, los cuales poseen una
posición de comodidad en temas económicos, una indudable hegemonía del comercio, lo que les
ha costado a los países subdesarrollados durante años no poder emprender en el comercio debido
a que los países imperialistas no quieren perder dicha posición de poder.

La regulación del comercio mundial que posee como objetivo la facilitación de este por medio de la
eliminación de restricciones fue un objetivo auspiciado desde antaño en plena II guerra mundial, sin
embargo, este propósito vino a materializarse recién en 1995 por el GATT a través de la creación de
la Organización Mundial de Comercio (OMC), como un órgano encargado de velar por la libertad de
los intereses internacionales. (Diez de Velasco, 2006) Sin embargo, aunque el objetivo es la
búsqueda de un equilibrio económico y del bienestar de todos los países participantes, lo países en
desarrollo juegan con desventaja en las negociaciones versus los grandes países industrializados. Así
fue como ocurrió en la Ronda de Uruguay donde los países en vías desarrollo obtuvieron menos de
lo que esperaban en cuestiones como la velocidad con la que se disminuiría la protección a los
textiles y el grado de reducción de los aranceles y subsidios a los productos agrícolas en los países
desarrollados. (Stiglitz; Charlton, 2007).

Las Rondas de desarrollo no han cumplido su misión respecto a la liberación y facilitación del
comercio mundial, ha habido pocos avances respecto a los intereses de los países en vías de
desarrollo, por el contrario, se han establecido temas que favorecen solo a los países desarrollados,
forzando a los primeros a aceptar acuerdos que los perjudicarían. Si las rondas de negociaciones
comerciales reflejaran los intereses y preocupaciones de los países en desarrollo y que estuvieran
diseñadas para promover su evolución, además de eliminar las restricciones de participación que
tienen estos países, aumentaría el bienestar social mundial, por esto se necesita llegar a un consenso
adecuado donde las políticas de reducción de aranceles y de otras barreras a la circulación de bienes
y servicios pueden facilitar el comercio entre naciones. (Stiglitz; Charlton, 2007).

De manera que, la globalización económica ha generado que ciertos discursos sean más aceptados
que otros, estableciendo una relación de poder que privilegia a los países desarrollados ante la
perpetuación de sus intereses sobre los de los países en desarrollo y subdesarrollados, provocando:
desigualdad social; marginalización; monopolios; deficiente repartición de bienes; condiciones de
vida poco optimas y pobreza. Por esto, como dice el autor Diez de Velasco, las organizaciones son
la solución a esta situación de desigualdad, ya que estas están favoreciendo la humanización,
socialización, organización y democratización, intentando eliminar la situación de dominación de los
países desarrollados. (Diez de Velasco, 2006)

El antecedente a las organizaciones internacionales aparece con la finalización de la I Guerra


Mundial, denominada Sociedad de las Naciones Unidas. Desde ese momento, se comienza una
cooperación multilateral, es decir una colaboración económica y técnica entre organismos, como
también, un proceso de institucionalización orgánica entre los países. (Diez de Velasco, 2006)

De manera que las OOII se pueden definir como “asociaciones voluntarias de Estados establecidas
por acuerdo internacional, dotadas de órganos permanentes propios e independientes encargados
de gestionar unos intereses colectivos y capaces de expresar una voluntad jurídicamente distinta de
la de sus miembros” Estas poseen características específicas que les permite diferenciarse de otras
formas de organización, tales como: una composición esencialmente interestatal, una base jurídica
internacional, una estructura organizativa permanente e independiente y goce de autonomía
jurídica. (Diez de Velasco, 2006, pág. 43)

Las OOII están logrando cambiar el paradigma mundial, germinando nuevos valores entre los
estados, influyendo en las formas de elaboración de las normas internacionales, además de
favorecer a la permanencia y la institucionalización de las negociones internacionales y posibilitando
la adopción de decisiones por mayoría.

A modo de análisis se puede establecer un nuevo gran orden político que surge a partir de la
reestructuración mundial y una concepción diferente de soberanía, factores influidos
principalmente por el fenómeno de la globalización, donde dentro de sus efectos más evidentes
podemos mencionar que el control sobre la moneda y el mercado externo han sido dinamitados
(Willets, 2001).

De manera que para comprender las transformaciones en las relaciones internacionales debemos
hacer el alcance de que la hegemonía de los Estados sobre la vida social internacional, en particular
bajo la presión de la globalización, supuso una forma diferente de concebir la soberanía popular,
debido -en parte- a la evolución del concepto de poder en la postmodernidad, donde de ser
percibido como una adquisición pasa a comprenderse en base a las relaciones sociales que involucra
su ejecución. Los países que poseen esta hegemonía de los estados no solo son poderosos
económicamente, sino que también han logrado una colonización cultural, lo cual también influye
fuertemente sobre las políticas internacionales, ya que, como dice en el párrafo anterior, el
concepto de soberanía es diferente, en base a que ya no es una soberanía cerrada y centrada en el
estado, es una soberanía amplia consumida por la globalización. Cuando la cultura de un país central
y dominante se impone unilateralmente sobre los países periféricos que éste domina a expensas de
su integridad cultural, entonces se da el caso de imperialismo cultural.

Así pues, la nueva lógica y estructura de mando que ha surgido con la globalización de los
intercambios económicos y culturales es el poder soberano que regula en efecto esos intercambios
globales, el cual no posee límites ni fronteras territoriales, ni tampoco centros de poder, es decir se
supera la perspectiva Estado céntrica, y se reconocen nuevos actores dentro de un orden mundial,
en el cual el poder económico se juntaría con el político.

Sin embargo, hay que recordar que el imperio se arma a través de la biopolítica, es decir el poder se
concibe como una relación entre -en este caso- Estados, no se posee como tal, de manera que esta
interacción se hace posible por medio del Capitalismo que triunfa como modelo hegemónico
después de la Guerra fría (Hardt & Negri, 2000).

Así las instituciones u organizaciones internacionales se ven permeadas por este orden mundial,
estableciendo sus políticas en base a principios que garanticen el modelo capitalista.
Posteriormente, estas se consolidan por medio de la globalización, fenómeno que ha significado “la
expansión de las organizaciones internacionales y transnacionales y la extensión de las normas y
mecanismos legales internacionales, los cuales han sido impulsados por los nuevos sistemas de
comunicación y dependen de ellos como medio para alcanzar sus metas” (Held y McGraw, 2003,
pág. 89)
En conclusión, la multiplicidad de las OOII, en cuanto a fines, composición o competencia, responde
principalmente a la instauración de un nuevo orden mundial que logra consagrarse a través de las
normas internacionales, el mercado mundial y el fenómeno de la globalización, que en su conjunto
constituyen una muestra del bio poder y la bio política que envuelven al imperio, superando así, la
concepción Estado céntrica en donde el poder radica en el Estado más fuerte (en términos de
supervivencia), es decir, solo se entiende poder como una posesión, limitando el análisis de la
globalización y su expansión actual.

Bibliografía
Diez de Velasco, M. (2006). Las organizaciones internacionales . Madrid: Tecnos.

Hardt & Negri. (2000). El imperio . Massachussets: Harvard University Press.

Held y McGraw. (2003). Globalización/Antiglobalización: Sobre la reconstrucción del orden mundial


. Buenos Aires: Paidós.

Stiglitz; Charlton. (2007). Comercio justo para todos. Barcelona : Taurus.

Willets, P. (2001). The Globalization of world politics. New York : Oxford University Press.

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