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Secuencia.

Revista de historia y ciencias


sociales
ISSN: 0186-0348
secuencia@mora.edu.mx
Instituto de Investigaciones Dr. José María
Luis Mora
México

Tognetti, Luis
La disputa por el dominio del suelo en la región pampeana cordobesa, Argentina, segunda mitad del
siglo XIX
Secuencia. Revista de historia y ciencias sociales, núm. 82, enero-abril, 2012, pp. 13-39
Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora
Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=319128357002

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Luis Tognetti
Licenciado y doctor en Historia por la Universidad Nacional de Córdoba. Investigador adjunto del
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Profesor titular por concurso en la Universidad Católica
de Córdoba y profesor asistente en la Universidad Nacional de Córdoba. Autor de libros, capítu-
los de libros y artículos en revistas nacionales e internacionales todas con referato. Expositor en con-
gresos y simposios nacionales e internacionales de la especialidad. Miembro de la Asociación
Argentina de Historia Económica y de la Asociación Latinoamericana de Historia Económica.

Resumen

En este trabajo se indaga acerca del conflicto para alcanzar una solución consensuada al pro-
por el control de las tierras ganadas en la fron- blema aludido. En particular, se analiza el marco
tera, ubicadas en los extremos sureste y sur de legal y las medidas complementarias que adoptó
Córdoba entre 1860 y 1880, territorio que fue el Estado cordobés para declarar la propiedad
incorporado bajo la soberanía del Estado por el fiscal sobre el suelo de la frontera. Asimismo, se
avance del ejército durante los años sesenta. A practica un análisis detenido en torno al uso
partir de caracterizar la disputa por el dominio que tanto el sector público como los particu-
del suelo entre la nación y las provincias, se des- lares hicieron de antiguos títulos coloniales
taca la fragilidad del orden político surgido en para expandir el territorio o para apropiarse de
la segunda mitad del siglo XIX y su dificultad la tierra.

Palabras clave:
Historia agraria, tierra, derechos de propiedad, Estado.

Fecha de recepción: Fecha de aceptación:


enero de 2011 marzo de 2011
The Dispute for Land Control in the Pampas
Region of Cordoba, Argentina, during the
Second Half of the 19th Century
Luis Tognetti

B. A. and Ph. D. in History from the Universidad Nacional de Cordoba. Assistant researcher at
the Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Tenured professor at the Universidad Católica de
Cordoba and Assistant Professor at the Universidad Nacional de Cordoba. Author of books, book
chapters and peer-reviewed articles in national and international journals. Speaker at national and
international congresses and symposia on his specialty. Member of the Asociación Argentina de
Historia Económica and the Asociación Latinoamericana de Historia Económica.

Abstract

This paper explores the conflict over the control ing at a consensual solution to the problem. In
of land seized at the border, located in the far particular, it analyzes the legal framework and
southeast and south of Cordoba between 1860 complementary measures adopted by the
and 1880. This land was brought under state Cordoba state to declare the land on the bor-
sovereignty by the advance of the army during der government property. It also conducts a
the ‘60s. The description of the fight for the detailed analysis of the use that both the pub-
control of land between the nation and the lic sector and private individuals made of old
provinces highlights the fragility of the polit- colonial property deeds to expand the territory
ical order that emerged during the second half or appropriate the land.
of the 19th century and the difficulty of arriv-

Key words:
Agrarian history, land, property rights, State.

Final submission: Acceptance:


January 2011 March 2011
La disputa por el dominio del suelo en la
región pampeana cordobesa, Argentina,
segunda mitad del siglo XIX
Luis Tognetti

INTRODUCCIÓN cación del marco normativo no fueron


sometidas a un análisis profundo, como

E l tema central de este artículo gira


en torno al problema de la defini-
ción de los derechos de propiedad
sobre el suelo de la región pampeana cor-
dobesa, incorporada a la soberanía estatal
sí ocurrió con las consecuencias que se
derivaron de dicho orden legal.
De esta manera, no es suficiente la
caracterización de la matriz liberal de ese
ordenamiento, fundado en la propiedad, el
durante el periodo de expansión territo- mercado y los derechos individuales, por-
rial. En líneas generales, los estudios abo- que de esa forma se pasan por alto aspec-
cados a la problemática del dominio sobre tos sustantivos que definieron al nuevo
la tierra, en la Argentina de fines del siglo régimen.3
XIX, no prestaron mayor atención a las Una de las cuestiones que permanece
dificultades que surgieron alrededor de la escasamente indagada corresponde a la de
definición del marco legal y a las normas los derechos del Estado provincial sobre
específicas que la regularon. Tampoco se la tierra: ¿por qué las provincias tendrían
indagó acerca de las complicaciones y los potestad para ejercer ese derecho? Como es
litigios que acompañaron la puesta en sabido, el orden federal en Argentina se
vigencia de la nueva legislación. fundó en la delegación de facultades que
En ese sentido, la literatura registra aquellas hicieran en favor de la nación. Y
una producción abundante orientada a en relación con el dominio sobre el suelo
otras cuestiones, como la privatización de existía ambigüedad, pues en la Carta
los inmuebles fiscales y sus consecuencias Magna se aludía a que los ingresos por la
en la distribución de la tierra1 o en la con- venta de tierras formaban parte de los fon-
formación de un mercado de compraventa dos federales.4 Pero, ¿cuáles eran de pro-
de inmuebles.2 Pero la sanción y la apli- piedad nacional?

1 3
Valencia, Tierras, 2005; Infesta, Pampa, 2003; Conviene hacer una salvedad pues Blanca
Mascioli, “Caminos”, 2002, y Ferrari y Caldarone, Zeberio abordó en sus últimos trabajos algunos aspec-
“Transacciones”, 1988. tos referidos a esta temática. Zeberio, “Hombres”,
2
Cortés, Progreso, 1979; Banzato, Expansión, 2006, y “Liberalismo”, 2009.
4
2005; D’Agostino, “Mercados”, 2006, y Tognetti, En efecto el artículo 4o. de la Constitución
“Expansión”, 2010. nacional establecía: “el gobierno federal provee a los

Secuencia [15] núm. 82, enero-abril 2012


Conviene tener presente que entre La intrincada superposición de dere-
1820 y 1853, durante el periodo de las chos sobre el suelo pone de manifiesto la
autonomías provinciales,5 estas utilizaron heterogeneidad de intereses que estuvieron
la enajenación de terrenos fiscales para en juego, circunstancia que el ordena-
financiar su propio tesoro. Como en la miento legal no alcanzó a resolver y que,
Constitución no se hacía una referencia por tal motivo, se generó una alta conflic-
expresa por la cual se cedieran los inmue- tividad que la literatura no ha tenido en
bles que en esas condiciones existían den- cuenta y que constituye el foco de análi-
tro de cada una de las jurisdicciones, estos sis de este artículo.
correspondían al dominio provincial. Pero, Pero, además, destacar esa diversidad
¿qué ocurría con el suelo incorporado de situaciones constituye una estrategia
como consecuencia del desplazamiento de para abordar de manera similar a la que,
las defensas contra la población aborigen? en los últimos años, se viene desarrollando
Sobre todo la inquietud fue expresada por para otros espacios. En particular, dentro
las provincias con fronteras abiertas, como de la historia agraria española se ha con-
Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, San Luis solidado una corriente que puso el énfasis
o Mendoza. Los gobiernos de estas se con- más en las condiciones de realización de la
sideraban con derechos, por lo menos, a propiedad que en el estudio del marco
una proporción de ellas. Y sus pretensio- jurídico, sin que esto significara descui-
nes los enfrentaban a los intereses de la dar el conocimiento de las leyes y las ins-
nación y a ellos entre sí, pues sobre esas tituciones que la rigieron.6
zonas no existían antecedentes para fijar Tal perspectiva considera a la propie-
los límites que establecieran hasta dónde dad como una obra en constante construc-
llegaba cada una. ción. Por tal motivo, no se puede abordar
Sin embargo, el problema de la pro- su historia bajo el supuesto de la existen-
piedad sobre el suelo incorporado por la cia de un ordenamiento legal único, cuya
expansión territorial no se limitó a una definición asegure una forma de dominio
cuestión jurisdiccional. También estuvo en óptimo. Y, por consiguiente, tampoco es
discusión su pertenencia misma a la esfera aceptable relacionarlo con el desempeño
pública; debido a que los particulares rei- económico de una sociedad, como lo han
vindicaron parte de esas tierras, fundados hecho algunos representantes de la nueva
en antiguos títulos precarios que las garan- economía institucional.7 Sólo por citar un
tías constitucionales les permitieron con- ejemplo referido a la historia de América
firmar por la vía judicial. Latina, una interpretación ligada a aque-
lla corriente consideró que la limitada capa-
cidad exportadora de Colombia a fines del
gastos de la nación con los fondos del tesoro nacional, siglo XIX se debió a la definición incom-
formado: […] 2º “Del de la venta o locación de tierras
de propiedad nacional […]”, González, Manual, 1964,
pleta de los derechos de propiedad sobre
p. 331. las tierras de la frontera.8
5
Se lo denomina así porque durante ese periodo
6
no hubo un Estado de alcance nacional, aun cuando Congost, Tierras, 2007, p. 15.
7
el gobernador de la provincia de Buenos Aires asumía Ibid., pp. 42-43.
8
algunas de las funciones propias de aquel. Sánchez, Fazio y López, “Conflictos”, 2007, p. 8.

16 LUIS TOGNETTI
Para conocer cómo se manifestaron EL DOMINIO PÚBLICO NACIONAL
esas cuestiones y las soluciones parciales Y PROVINCIAL DURANTE
a las que se arribaron, se estudian diversos LA EXPANSIÓN DE LA FRONTERA
aspectos. En primer lugar, se revisan las
normas que rigieron al dominio público. A partir de 1862 el proceso de consoli-
El seguimiento incluyó las leyes y los dación del Estado nacional argentino ad-
debates a los que fueron sometidas previa- quirió un ritmo acelerado para quedar
mente, con el fin de identificar las diferen- formalmente definido hacia 1880. Desde
cias manifestadas respecto de los derechos aquel año, los conflictos en torno a su desa-
sobre el suelo y las posturas adoptadas por rrollo perdieron la legitimidad que los
los representantes de las provincias y del caracterizó durante el medio siglo que
propio ejecutivo nacional. siguió a la revolución de mayo, aunque
En segundo lugar y una vez esclare- no desaparecieron por completo. Pero, aún
cido el proceso por el cual se discriminó el más significativo fue que su misma exis-
territorio federal del de las provincias, se tencia permitió enfrentar desafíos que
analiza el marco legal que adoptó el Es- hasta ese momento habían resultado im-
tado cordobés para identificar y acrecentar practicables.10
su patrimonio inmobiliario. El énfasis se Uno de ellos fue la elaboración de un
pone en destacar los cambios en la legis- régimen jurídico que regulara las relacio-
lación a partir de la expansión de la fron- nes políticas, económicas y sociales, en
tera y, en particular, el que introdujo la lugar del sistema heredado de la colonia,
posibilidad de considerar del dominio pú- y que abarcara aspectos más específicos
blico la tierra que en algún momento pasó que los garantizados en términos genera-
a manos privadas pero cuyos titulares no les por la Constitución, como ocurrió, por
ejercieron ese derecho.9 ejemplo, con el Código Civil.
En tercer lugar, se destaca la relación Otro correspondió al problema de la
compleja que existió entre la política terri- frontera con los pueblos que cuestionaban
torial expansiva, definida por los dirigen- la soberanía del Estado. Los recursos que
tes provinciales, y las pretensiones de los dispuso el poder federal permitieron defi-
particulares por reivindicar sus antiguos nir una nueva política en la materia, carac-
títulos una vez que aquella política terizada por una acción militar ofensiva
aumentó la seguridad en esa zona. En esta que abandonaba la negociación con aque-
parte del estudio el análisis se concentra en llos pueblos. En términos territoriales, sus
demostrar que tanto el sector público resultados se manifestaron en la incorpo-
como el privado apelaron al uso de aque- ración de varios millones de hectáreas bajo
llos documentos con el objeto de justifi- control estatal, al situarse la nueva línea
car sus pretensiones. defensiva en las márgenes del río Negro.
Pero antes de que se plasmara esa
9
Como se verá más adelante, la primera Ley de
situación se abrió el debate en torno a la
Tierras aprobada por el Estado cordobés exigía para propiedad de las tierras por anexar. Porque
reconocer la propiedad título y posesión, condición
difícil de demostrar en zonas de inestabilidad pro-
10
pias de una frontera. Ozlak, Formación, 2009, p. 97.

EL DOMINIO DEL SUELO EN LA REGIÓN PAMPEANA CORDOBESA 17


si bien no existían dudas respecto al carác- esta definición tan amplia de la propie-
ter fiscal de ese suelo –aunque en algunos dad pública nacional fue rechazada por los
casos se reclamó el dominio privado– se representantes de las provincias.
enfrentaban los intereses de las provincias El primer avance hacia el acuerdo
a los de la nación. La puja reconocía dife- situaba los derechos nacionales sobre la
rentes motivaciones. Por un lado, con- tierra localizada más allá de las jurisdiccio-
fluían cuestiones legales; por otro, se nes provinciales, según surgiera de los
expresaban los apremios de los tesoros, límites correspondientes al momento en
frente a los cuales la tierra podía consti- que se sancionara la norma. Sobre todo,
tuir un ingreso extraordinario. este arreglo favorecía a los intereses bonae-
Sin embargo y a pesar de la magnitud renses pues les aseguraba la propiedad
que alcanzó el conflicto –que se puso de sobre los territorios que esa provincia
manifiesto en la necesidad de sancionar incorporó durante el periodo de las auto-
tres leyes nacionales referidas a la cuestión nomías.13 Pero resultó cuestionado por los
y que fueron acompañadas de intensos legisladores de aquellas que se considera-
debates en el Congreso– la literatura no ban perjudicadas, porque en sus casos la
le ha dedicado mayor atención.11 contracción de la línea de defensas, ocu-
La primera de esas normas y las dis- rrida en los periodos de conflictos inter-
cusiones que la precedieron se concentra- nos, implicaba que parte de las que hubie-
ron en dos aspectos. Uno correspondió a la ran sido sus tierras pasarían a integrar el
propiedad del suelo; el otro, a los límites patrimonio público nacional. Como le
provinciales. Quienes, en las Cámaras, de- acontecía a Córdoba, Santa Fe, San Luis y
fendieron los intereses de la nación sostu- Mendoza.14
vieron que la tierra pública por tradición Finalmente, el consenso para sancio-
correspondía a ese poder, independiente- nar la ley se alcanzó mediante la fórmula
mente de su ubicación.12 Por cierto que que reconocía como principio la posesión
actual o pasada, para dirimir el dominio
11
Conviene señalar, al respecto, que Cárcano en
público.15 Sin duda, la norma sancionada
su obra pionera sobre la tierra pública hizo referencia en 1862 constituyó un compromiso más
al problema aludido pero sentó la interpretación de que una solución definitiva, pues propie-
que se resolvió rápidamente y de una manera conve-
niente para las partes. En general, los estudios poste-
riores no cuestionaron esa lectura de los acontecimien- se respetó que le correspondía a la corona y no a los
tos, aun cuando presentaba inconsistencias muy gobiernos locales. Cámara, Actas, 1863, p. 234.
13
evidentes, y se concentraron en los procesos de pri- Entre 1820 y 1853, los gobiernos de la provin-
vatización de la tierra o en las disputas por los lími- cia de Buenos Aires llevaron a cabo expediciones para
tes interprovinciales pero sin entrar en el análisis de extender su frontera hacia el sur y el suroeste. Walther,
la cuestión sobre la propiedad pública en sí misma. Conquista, 1964, pp. 169-200.
14
Cárcano, Evolución, 1972; Barba, “Campaña”, 1974, Esta argumentación fue sostenida por el sena-
y Blassi, “Cuestión”, 1981. dor Guillermo Rawson. Cámara, Actas, 1863, p. 238.
12 15
En esa ocasión el senador Dalmacio Vélez La ley sancionada por el parlamento reconocía
Sarsfield fue el defensor de esta propuesta. Su princi- la necesidad de definir los límites provinciales. Ley
pal argumento consistía en que la tierra era propiedad núm. 28 del 17 de octubre de 1862. Remorino,
de la nación y que desde el periodo colonial siempre Anales, 1954, p. 335.

18 LUIS TOGNETTI
dad y límites quedaron unidos de tal forma ba, Santa Fe y San Luis, representantes de
que el desplazamiento de estos habilitaba las provincias con mayores posibilidades
a la extensión de aquella. Esta posibili- de beneficiarse por el desplazamiento de la
dad, que no debió escapárseles a los legis- frontera, como es posible apreciar de la lec-
ladores, resultó cierta cuando el ejecutivo tura del mapa 1. En sus exposiciones coin-
nacional avanzó la frontera en 1869.16 cidieron en que la aceptación de la juris-
Al constatar que la legislación sancio- dicción federal, aunque fuera transitoria,
nada no resguardaba sus derechos territo- era un ardid para convertir en propiedad
riales, los miembros del gobierno nacional pública nacional aquellas tierras sobre las
elaboraron una nueva estrategia para ase- cuales tenían pretensiones fundadas en
gurarlos. La iniciativa se presentó ante las antecedentes y que no se ajustaban en to-
Cámaras, en 1875, como un proyecto para dos los casos a lo establecido por la ley de
financiar la expansión de la frontera hasta 1862.18
Caruhé, en la actual provincia de Buenos Si bien la estrategia del ejecutivo nacio-
Aires. nal fracasó –y, por lo tanto, el corrimiento
El ministro de Guerra, encargado de ex- de las defensas contra el indio hasta Ca-
poner el plan ante el Congreso, trató de ruhé (practicado en 1876) benefició a la
diluir las consecuencias que la nueva estra- provincia de Buenos Aires, que consolidó
tegia defensiva decidida por el ejecutivo su patrimonio inmobiliario en la zona–,
tendría sobre la propiedad del suelo, presen- la tentativa mostraba su preocupación por
tándola como una innovación que perse- encontrar una solución que salvara sus
guía una finalidad estratégica. La propuesta derechos territoriales. Pero debieron trans-
consistía en que, además de desplazar la currir dos años más para que sus iniciati-
línea de defensa, se establecerían pueblos vas se canalizaran positivamente.
y colonias a cargo del gobierno nacional y La sanción de la ley de 1878, que auto-
bajo su jurisdicción, por lo menos hasta rizaba la emisión de un empréstito para
que el Congreso sancionara la ley defini- financiar el desplazamiento de la frontera
tiva sobre límites. El objetivo perseguido a las márgenes de los ríos Negro y Neu-
con esta modificación era claro: impedir quén, aportó esa solución.19 Con su apro-
que, de hecho, las provincias ocuparan el bación, se sancionó el marco legal que
suelo y generaran antecedentes para recla- definió de manera taxativa los límites
mar su propiedad.17 entre el territorio federal y el de las provin-
La oposición más contundente provino cias y, de esta forma, separó la propiedad
de los senadores de Buenos Aires, Córdo- territorial correspondiente a la nación.

16 18
En ese año el gobierno nacional desplazó la En efecto, el senador por Córdoba aludía a las
línea de defensa al río Quinto (véase mapa 1). Pronto cédulas de fundación y el de Buenos Aires a los lími-
los territorios ganados sobre los indígenas fueron ocu- tes establecidos por la Constitución provincial de
pados por las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y 1864. Cámara, Actas, 1876, pp. 837-841.
19
Córdoba, invocando antecedentes discutibles acerca Ley 947 de 1878, “Línea de frontera contra
de la posesión sobre esas tierras. Tognetti, “Derechos”, los indios sobre la margen izquierda de los ríos Negro
2008. y Neuquén”, en Remorino, Anales, 1954, pp. 1171-
17
Cámara, Actas, 1876, p. 831. 1173.

EL DOMINIO DEL SUELO EN LA REGIÓN PAMPEANA CORDOBESA 19


Mapa 1. Expansión de la frontera y los territorios en litigio

Fuente: elaboración propia con datos de Walther, Conquista, 1964, y Remorino, Anales, 1954, p. 1172.

Para alcanzar este resultado se reco- do a esa decisión, el límite sobre el mapa
rrieron vías paralelas. Por una parte, el se estableció mucho más allá de los espa-
gobierno nacional obtuvo el conocimiento cios ocupados, de hecho, por Buenos
necesario de la topografía de la zona para Aires, Santa Fe y Córdoba.
elaborar un mapa preciso del espacio en Con la sanción de la ley antes aludida
disputa y, sobre él, trazar las coordenadas concluyeron los conflictos entre nación y
cartográficas. Por la otra, quienes ejercían las provincias. Pero aún subsistía el dife-
el poder central asumieron el costo de rea- rendo entre estas últimas, pues esa norma
signar una parte aún mayor del suelo en no fijaba sus límites. Sobre este aspecto
favor de las provincias, con el fin de alcan- debía legislar el Congreso, aunque la
zar una solución al problema. Obedecien- superposición de los intereses impedía

20 LUIS TOGNETTI
alcanzar un acuerdo generalizado. Sin esas circunstancias, la tierra se constituyó
embargo y de manera simultánea a esta en uno de los rubros potenciales para
situación irresuelta, cada provincia dictó mejorar la situación del erario. De todos
sus leyes sobre tierras públicas y dispuso modos, poner en marcha un régimen tri-
de la potestad para ordenar y controlar la butario fundado en el impuesto a la pro-
propiedad dentro de su jurisdicción. piedad exigía la confección de un catas-
tro y la organización de un registro que
lo actualizara de acuerdo con los cambios
LAS NORMAS SOBRE TIERRAS FISCALES en la titularidad del dominio, tareas que
Y LA REGULACIÓN DE LA PROPIEDAD demandaban un tiempo demasiado ex-
EN LA PROVINCIA DE CÓRDOBA tenso para las urgencias de las cuentas
públicas. Es por eso que las primeras leyes,
Por el modo en que se resolvieron las cues- destinadas a regular el uso del suelo, pusie-
tiones territoriales y fiscales –luego de la ron el énfasis en su carácter extraordinario.
organización nacional– los Estados provin- En el caso particular del espacio provin-
ciales dispusieron no sólo de la propiedad cial analizado en este trabajo, la sanción
de las tierras públicas, ubicadas dentro de de un marco regulatorio en torno a la pro-
su demarcación, sino que, además, les piedad fijó, entre sus prioridades, resguar-
correspondieron los impuestos que grava- dar la tierra pública como patrimonio del
ban a los inmuebles. Vale decir que para Estado y destinarla para cancelar la deuda
cada jurisdicción el suelo constituyó tanto consolidada.21 Para que esta iniciativa tu-
un ingreso ordinario como extraordina- viera éxito era fundamental poner un freno
rio. Sin embargo, para que esos recursos a la confirmación judicial de antiguos títu-
engrosaran las arcas públicas se requería los, como procedimiento para legalizar los
algo más que la definición legal sobre la derechos de los particulares sobre el sue-
propiedad fiscal. Para que ello ocurriera lo de dominio dudoso. Asimismo, para el
se debía establecer un sistema de control ejecutivo resultaba crucial la autorización
sobre los inmuebles que hasta ese de la legislatura para emplear la tierra
momento no se había desarrollado. pública como garantía de pago a los tene-
Durante el periodo de las autonomías dores de la deuda provincial. Contar con
provinciales, es decir de 1820 a 1853, el ese aval era clave para darle sustento al
grueso de los ingresos de sus tesoros pro- programa financiero elaborado para sobre-
vino del impuesto a las mercaderías ultra- llevar la crisis de las cuentas estatales.22
marinas.20 El acuerdo de San Nicolás, pri- Si bien la Ley de Tierras propuesta en
mero, y la sanción de la Constitución 1858 por el ejecutivo no se sancionó, este
nacional, después, cambiaron esta situa- obtuvo la autorización para enajenar los
ción al prohibir las aduanas interiores. Por
esta razón, las autoridades locales debieron 21
Brussa, Cánovas y Prosdócimo, Tierra, 2001,
recurrir a nuevas fuentes de financiamiento pp 38-39.
para enfrentar los gastos y las deudas. Bajo 22
Sesión de la Legislatura, 19 de noviembre de
1858, ff. 76-78, en Archivo Histórico de la Legisla-
tura (en adelante AHL), Actas de sesiones, 1858-1859,
20 t. 12.
Ferreyra, “Finanzas”, 1999, p. 278.

EL DOMINIO DEL SUELO EN LA REGIÓN PAMPEANA CORDOBESA 21


inmuebles públicos, ajustándose a un re- Aparte de las consideraciones aludidas
glamento que regiría hasta tanto se apro- y en lo que respecta a la definición del
bara la norma en la materia.23 Es impor- dominio público, el reglamento en cues-
tante detenerse en el análisis de algunas tión apuntaba a los terrenos bajo el control
de las disposiciones contenidas en ese do- estatal pero cuyos ocupantes carecieran de
cumento. En primer lugar, se determi- los títulos correspondientes. Vale decir
naba bajo qué circunstancias un terreno que, por lo menos, para finales de los cin-
podía declararse de dominio público. El cuenta todavía no se manifestaba el inte-
suelo se consideraba fiscal si su ocupante rés por las posibilidades que ofrecía la
no contaba con un título traslativo del expansión de la frontera para incremen-
dominio o no podía demostrar 20 años tar el patrimonio inmobiliario provincial.
continuos en la ocupación del inmueble. En la década siguiente, la legislatura
Asimismo, se estipulaban compensacio- sancionó la primera Ley de Tierras pero
nes para quienes no estaban en condicio- en un contexto provincial y nacional dife-
nes de confirmar la propiedad. Además, rente. Por un lado, la reincorporación de
se fijaban las dimensiones de las parcelas Buenos Aires cerró un periodo conflictivo
por categoría, el precio mínimo por uni- entre este Estado y la Confederación que
dad de superficie y el procedimiento para significó la consolidación de un gobierno
el traspaso de la tierra a manos privadas. a escala nacional bajo la influencia de los
En cuanto a los trámites a seguir para sectores liberales liderados por Bartolomé
la enajenación, no se introdujeron inno- Mitre.25 Por el otro, en el ámbito provin-
vaciones a los establecidos por las leyes cial el control del poder ejecutivo pasó
vigentes desde el periodo colonial; es decir, al grupo de la elite local con mayores
continuaba rigiendo un proceso engorroso vínculos con aquel núcleo porteño.
y dilatado en el tiempo. La mayor origi- En cuanto a lo dispuesto por la nueva
nalidad del reglamento correspondía a la norma, se establecía un marco legal que
definición del destino dado a los recursos apuntaba a regular la tierra pública y la
generados por las ventas de los inmuebles. privada. Al extender sus alcances ponía
Como se mencionó en otro párrafo, el pro- en evidencia un cambio de estrategia de
grama financiero del gobierno requería quienes detentaban el poder. Además, con
de esa garantía inmobiliaria para darle su sanción se buscaba remediar la inefi-
mayor sustento. Por tal motivo, en el arti- ciencia demostrada por el sistema vigente
culado se preveía que los fondos prove- para esclarecer la superficie correspon-
nientes de la enajenación de esos bienes diente a la propiedad fiscal. El defecto más
se aplicarían a cancelar la deuda consoli-
dada, ya sea que se destinara a ese fin el 25
líquido resultante o por recibir los títu- Bartolomé Mitre fue opositor al régimen rosis-
ta y participó en los enfrentamientos militares que
los correspondientes en pago por la com- dieron fin a aquel gobierno. Lideró el ala nacionalista
pra de tierras.24 del partido de la Libertad y ocupó el cargo de gober-
nador del Estado porteño durante la última etapa del
23
Brussa, Cánovas y Prosdócimo, Tierra, 2001, periodo de secesión. Además, ejerció la primera magis-
p. 38. tratura de la nación unificada entre 1862 y 1868.
24
Ibid., p. 39. Halperin, Nación, 1982, pp. 69-73.

22 LUIS TOGNETTI
notorio correspondía al procedimiento pa- aquellos. En segundo lugar, establecía una
ra identificar la tierra de ese origen. Es- diferencia importante entre quien justifi-
te descansaba en la denuncia, iniciativa que cara sus derechos por medio de escritura
dependía de la acción de un particular. pública de aquel que dispusiera de un
La solución ideada exigía como condi- título precario. Este último, para confir-
ción previa el saneamiento de la pro- mar el dominio, debía demostrar la pose-
piedad privada. En efecto, esclarecida con sión por 30 años. Ambas modificaciones
precisión la superficie bajo el dominio de anticipaban la reorientación de la bús-
los particulares, el sobrante correspondía queda del suelo fiscal hacia los espacios
al público. Para lograrlo se organizarían de frontera.
comisiones topográficas que se traslada- Para que las medidas tuvieran cumpli-
rían al interior y practicarían una mensura miento efectivo se establecieron penas seve-
general por departamento. Asimismo, el ras, aplicables a quienes no respondieran
perfeccionamiento de los títulos contribui- al llamado de las comisiones contratadas
ría, también, a la confección de un catas- para dilucidar el estado de la propiedad y
tro certero, herramienta indispensable para confeccionar los planos correspondientes.
poner en marcha un sistema tributario fun- Las sanciones incluían la posibilidad de
dado en la contribución directa.26 perder todo derecho sobre la tierra.27
El proyecto, presentado a la legislatura La decisión política de incrementar el
en mayo de 1862, recibió su aprobación control sobre los inmuebles, públicos y
en octubre del mismo año con leves modi- privados, fue reafirmada con la creación
ficaciones. Aun cuando la ley reglamen- posterior del departamento Topográfico,
taba el control de la propiedad, en gene- también en 1862. Las atribuciones de esta
ral, en su articulado predominaban las dependencia fortalecían la injerencia del
disposiciones referidas a la de origen fiscal. Estado provincial sobre el dominio de la
Y en línea con lo mencionado en el párrafo tierra, concentrando en un solo organismo
anterior, introdujo un cambio sustancial el personal idóneo, los instrumentos y los
en cuanto a la amplitud dada al dominio archivos correspondientes. Los funciona-
público. Este alcanzaba los inmuebles que rios del departamento tendrían la respon-
no hubieran pasado a manos de particula- sabilidad de levantar el catastro, velar por
res por los procedimientos que regían el cumplimiento de las funciones confe-
hasta ese momento y, también, los de ridas a las comisiones encargadas de con-
aquellos titulares que no ejercieron la feccionar los planos topográficos, conferir
posesión plena. el título de agrimensor provincial, archi-
Además, se introdujeron otras dos var los planos de mensuras y llevar ade-
variaciones significativas. En primer lugar, lante el registro de la propiedad inmueble,
al aludir a los límites provinciales, y en entre otras funciones.28
tanto estos no estuvieran definidos con En la misma dirección hay que inter-
precisión, el patrimonio del Estado se pretar la creación del cargo de fiscal de
engrosaría con los desplazamientos de
27
Brussa, Cánovas y Prosdócimo, Tierra, 2001,
26
Posse a la Legislatura, 21 de mayo de 1862, en pp. 52-55.
AHL, Notas recibidas, 1862. 28
Ferreyra, “Organización”, 2011.

EL DOMINIO DEL SUELO EN LA REGIÓN PAMPEANA CORDOBESA 23


Tierras en 1864, pues por sus atribuciones sición de que, debido a los vaivenes que
intervendría en los procesos judiciales de sufrieron las líneas de defensas, la ocupa-
confirmación de títulos. El nuevo funcio- ción precaria del suelo era la forma de
nario actuaría en los casos en que se afec- tenencia más difundida. Pero si esta sos-
taran los inmuebles del dominio público pecha dirigió los trabajos topográficos en
y, además, tomaría conocimiento de todas esa dirección, las tareas en el terreno mos-
las mensuras que tramitaran los jueces.29 traron que aquella situación estuvo acom-
De manera tal que el Estado podría opo- pañada por más de una dificultad.
nerse cuando creyera que las extensiones En ese sentido conspiró contra los pla-
pretendidas por los particulares incluían nes oficiales la falta de colaboración de
parte de lo que en los nuevos términos quienes se suponía serían los principales
legales podría corresponderle. aliados. Es decir, los propietarios, que
Para mediados de la década de los cumplían con los requisitos legales. Ni
sesenta, el ejecutivo provincial disponía estos ni los jueces locales prestaron la cola-
de los instrumentos y las leyes para con- boración que la obra demandaba,
trolar la propiedad y, fundamentalmente, poniendo en evidencia que las expectati-
para quedarse con los inmuebles cuyos vas oficiales no se ajustaban a la realidad
ocupantes carecieran de una escritura de esa parte de la campaña.
registrada. La comisión enviada por el gobierno
al departamento Unión30 a comienzos de
1863 para llevar adelante esas labores, se
EL CONTROL PROVINCIAL SOBRE abocó primero a reunir información de la
LA PROPIEDAD Y LA RESISTENCIA zona norte, donde la ocupación de la po-
AL NUEVO ORDEN LEGAL blación criolla fue más estable. De todos
EN LA FRONTERA SURESTE Y SUR modos, el principal inconveniente prove-
nía de la escasa predisposición que mostra-
El desplazamiento de las defensas contra ban los propietarios para presentar sus
las poblaciones aborígenes no sólo dio títulos y de la falta de apoyo de las auto-
lugar a un amplio debate por los intereses ridades locales para acompañar los pedidos
encontrados entre la nación y las provin- que realizaban los miembros de aquel
cias, aspecto reseñado en otro apartado, cuerpo. Esta situación demoraba los resul-
sino que, además, promovió una fuerte tados encareciendo el costo de la opera-
disputa entre los gobiernos provinciales ción y poniendo en duda su eficacia.31
que compartieron esos espacios fronteri- Conviene recordar que uno de los argu-
zos y, a su vez, cada uno de estos con los mentos esgrimidos por el ejecutivo para
particulares que reclamaban el dominio.
La decisión de quienes ejercían el go- 30
El departamento es la unidad político adminis-
bierno en Córdoba de acrecentar el patri- trativa en que se dividía el territorio provincial. El
monio inmobiliario con las tierras ubicadas de Unión, en particular, se ubicaba en el extremo
en la zona fronteriza se apoyaba en la supo- sureste.
31
Laberge al ministro de Gobierno, 15 de mayo
de 1863, en Archivo Histórico Provincial de Córdoba
29
Brussa, Cánovas y Prosdocimo, Tierra, p. 79. (en adelante AHPC), Gobierno, 1863, t. 4, f. 585.

24 LUIS TOGNETTI
impulsar la nueva norma era que, al prac- en esas condiciones a cumplir con el trá-
ticarse en forma masiva la operación de mite y por el tiempo que este insumiría.
mensura, se reduciría su costo en términos Por cierto que durante el transcurso del
unitarios. proceso la comisión se vería impedida de
Limitado el accionar de la comisión medir esos terrenos.
por aquellos problemas, a principios de Empantanadas las acciones por los
1864 orientó su búsqueda hacia las már- inconvenientes reseñados, una circunstan-
genes del río Tercero, zona más expuesta cia ajena a las decisiones del Estado pro-
a las invasiones de las poblaciones enfren- vincial reorientó las tareas de identifica-
tadas a la soberanía estatal y, por lo tanto, ción de tierras públicas más hacia el
con menores probabilidades de ofrecer sureste. En 1864, el gobierno nacional
disputas por los derechos sobre el suelo.32 desplazó las defensas a la línea entre Me-
Al cabo de unos meses de trabajo, las difi- lincué al este, actualmente provincia de
cultades para esclarecer la propiedad pú- Santa Fe, y La Carlota al oeste, en Cór-
blica reaparecieron. En efecto, como le doba. Asegurado el territorio, la comisión
comunicó el responsable de los trabajos topográfica se abocó a mensurar las tie-
topográficos, Albano Laberge, al minis- rras libres de ocupantes como pertenecien-
tro de Gobierno, el principal problema se tes al fisco, aunque sobre la propiedad
encontraba en que la mayoría de los ocu- pública provincial pesaran cuestionamien-
pantes exhibían títulos extrajudiciales.33 tos tanto por parte del poder federal que,
De acuerdo con la ley vigente esas de acuerdo con la Ley de Territorios Na-
situaciones se resolverían por medio de un cionales de 1862, se consideraba con dere-
juicio que realizaría el afectado en los tri- chos, como del gobierno santafecino que
bunales de la capital provincial, solución también las reclamaba como propias.
que el mismo representante del Estado Conviene mencionar la superficie que
consideraba inviable. Por la resistencia estaba en juego, pues a partir de esas
demostrada por quienes se encontraban mediciones, se incorporaron unas 700 000
hectáreas al patrimonio fiscal cordobés.
32
Laberge al ministro de Gobierno, 25 de febrero Si bien –luego de las vicisitudes ex-
de 1864, en AHPC, Gobierno, 1864, t. 4, f. 461. puestas en los párrafos anteriores– el
33
“por lo general, no se puede hallar escritura gobierno logró su objetivo de identificar
matriz de estos papeles que tienen los pretendidos una extensión considerable de tierra bajo
propietarios; no fijan ni el origen del derecho ni los el dominio público y, por medio de su
límites del mismo terreno que representan, de modo enajenación, incrementar los recursos del
que la comisión a más de no poder juzgar de la vali- tesoro, que vale recordar fue otra de las
dez del título está expuesta a cometer injusticias y razones que promovieron las modificacio-
equivocaciones aun en los límites. Así es que uno pre- nes en la legislación sobre tierras, la con-
senta un papel por el cual fulano le ha vendido tan-
tas cuadras de terreno en tal parte pero no hay cons-
fección del catastro quedó incompleta. Es
tancia que tuviese tal derecho el vendedor y ya la importante tener presente que a mediano
comisión ha hallado casos evidentes de mala venta en plazo la disposición de este instrumento
este sentido”. Laberge al ministro de Gobierno, 12 era fundamental para que la tierra se trans-
de marzo de 1864, en AHPC, Gobierno, 1864, t. 1, formara en un recurso ordinario. Al desta-
f. 462. car este aspecto se quiere llamar la atención

EL DOMINIO DEL SUELO EN LA REGIÓN PAMPEANA CORDOBESA 25


sobre las causas que operaron para impe- Pero, como el objetivo de este trabajo
dir su concreción. Los testimonios elabo- no es abarcar esa disputa en toda su exten-
rados por los encargados de acometer esa sión, sino caracterizarla, sólo se realizará
tarea registran en forma reiterada la indi- la reseña de dos casos muy significativos
ferencia de los grandes propietarios a con- que servirán para dar cuenta de la dimen-
currir a las citaciones para presentar sus sión del problema tratado.
títulos, por un lado, y, por el otro, la falta
de colaboración de los jueces locales para
hacer cumplir las disposiciones legales.34 LOS DERECHOS SOBRE LAS MERCEDES
En cuanto al incumplimiento de los DE CABRERA Y ARRASCAETA
deberes por parte de aquellos funciona-
rios, es posible interpretarlo como un indi- Al escoger ambas concesiones otorgadas
cador de la escasa burocratización que aún por la corona española se apuntó a dos
caracterizaba al aparato estatal y las di- fines principales. Por un lado, se pretende
ficultades que experimentaba el gobierno mostrar que los actores privados y los
cuando quería ejercer su poder en las hombres públicos utilizaron los mismos
extremidades de su jurisdicción. En estos títulos para sostener sus propias preten-
espacios todavía pesaban más las solida- siones y, por el otro, se apunta a revelar
ridades locales que la subordinación a un las estrategias judiciales que definieron
orden jurídico político. unos y otros para dirimir los derechos so-
Respecto al comportamiento de los bre el suelo.
titulares de grandes inmuebles, una pri- Asimismo, la elección realizada tomó
mera lectura llevaría a pensar que actua- en cuenta las superficies que abarcaban
ron de manera contraria a sus convenien- cada una. En efecto y aun cuando los recla-
cias, pues registrarse en el catastro no era mos de los cesionarios de las dos mercedes
otra cosa que confirmar sus derechos. En computados en toda su extensión se super-
este sentido, el marco legal vigente res- pusieran, entre las dos alcanzaban a cubrir
guardaba sus intereses y los del Estado. casi todas las tierras que los desplazamien-
Cuál podría ser la razón para no acompa- tos de las líneas de defensas ejecutadas
ñar la medida. Este interrogante da lugar durante la década de los sesenta dejaron
a más de una respuesta; aquí, el énfasis se bajo la soberanía estatal.35 Finalmente, el
pone en la relación conflictiva que se esta-
bleció entre las clases propietarias, en for-
35
mación, con el Estado provincial en torno Como es posible apreciar en el mapa 2, la mer-
al dominio sobre el suelo. Sin duda que ced de Cabrera se extendía de este a oeste desde Me-
el modo en que ambos dirimieron sus pre- lincué hasta las sierras de San Luis, y de sur a norte,
desde el río Cuarto hasta el Quinto. Según cálculos
tensiones constituye un aspecto relevante del departamento Topográfico, realizados en los años
acerca de la manera en que se establecie- en que se desarrollaron las demandas judiciales, que
ron los derechos de propiedad públicos y luego se comentan, esa demarcación abarcaba una
privados. superficie de 2 200 leguas cuadradas o 5 700 000 hec-
táreas. En cuanto a la de Arrascaeta, merced otorgada
34
Laberge al ministro de Hacienda, 25 de julio un siglo después, sus límites eran los siguientes: al es-
de 1864, en AHPC, Gobierno, 1864, t. 1, f. 468. te Melincué y al oeste La Carlota y 50 leguas hacia el

26 LUIS TOGNETTI
Mapa 2. La merced de Cabrera en la disputa por los nuevos territorios

Fuente: elaboración propia con datos de Walther, Conquista, 1964 y AHP, Escribanía, núm. 4, 1874, leg.
135, exp. 23.

seguimiento permitirá identificar las razo- lución de los derechos sobre una y otra
nes que explican las diferencias en la reso- merced.
sur, dando un total de 280 leguas o 720 000 hectáreas.
Es decir que de aceptarse las pretensiones de los cesio- EL PROCESO JUDICIAL Y LA PRESCRIPCIÓN
narios de ambas, todas las tierras que se incorporaron PARCIAL DE LA MERCED DE LOS CABRERA
por el establecimiento de la línea de defensa sobre el
río Quinto, en 1869, hubieran pasado a manos de los
particulares, independientemente de si las disputas Los descendientes del fundador de Cór-
entre la nación y las provincias hubieran determinado doba obtuvieron en el siglo XVII la conce-
que se trataban de tierras federales o provinciales. sión de la corona sobre las tierras ubicadas

EL DOMINIO DEL SUELO EN LA REGIÓN PAMPEANA CORDOBESA 27


en los confines de la jurisdicción, creada blecía que la superficie a anexarse se dis-
por la acción de su antepasado, Jerónimo tribuiría en un tercio para el convento y
Luis de Cabrera. Pero el procedimiento dos tercios para quien actuaba como su
seguido para el otorgamiento de la merced representante. En el reparto este resultaba
adolecía de varias falencias que le dieron favorecido porque, además de sufragar los
un carácter precario; aunque por mucho gastos que insumirían los trámites, apor-
tiempo no se la cuestionó. Esta situación taba una prueba clave para la causa judi-
cambió cuando, a mediados del siglo XIX, cial: la escritura original de la merced
el accionar de un grupo de individuos donde figuraban sus linderos.39
interesados en apropiarse de parte de esas Las diligencias legales se iniciaron
tierras promovió un análisis minucioso de hacia fines de 1862 y si en principio la
la validez de esos derechos. situación no parecía revestir mayores in-
El proceso por el cual se buscó confir- convenientes para las partes interesadas,
mar la propiedad se inició en 1859, cuan- una de las innovaciones que promovió la
do el representante legal del convento de nueva política de tierras vino a interferir
Catalinas, cesionario parcial por deudas en el desarrollo del proceso judicial. En
de los herederos de Cabrera, solicitó la efecto, la creación del cargo de fiscal de
mensura de las tierras contiguas al arroyo Tierras, con sus atribuciones, exigía el
de Santa Catalina, al sur del río Cuarto.36 visto bueno de este funcionario para que
La medición fue aprobada judicialmente la mensura pudiera efectuarse. Y como era
en 1861 y mediante ella se legalizó la pro- de esperar, su intervención cuestionó el
piedad sobre una superficie de 210 000 derecho del convento a practicar la ope-
hectáreas.37 Asimismo, por convenio pri- ración, pues con la sanción de la nueva
vado el convento cedió a su representante norma la provincia se consideraba con
50% de todas esas tierras, además de reco- mejores derechos. La objeción apuntó al
nocerle la prelación en caso de enajenar el flanco más débil: la documentación no
resto. demostraba la titularidad del dominio por
Con posterioridad, las mismas partes parte de aquella congregación.40
celebraron un nuevo contrato que tenía La respuesta del monasterio y su repre-
por finalidad ampliar la mensura a todas sentante se basó fundamentalmente en
las tierras que conformaban originalmente cuestionar la participación del fiscal en el
la merced de Cabrera.38 El acuerdo esta- pleito bajo el argumento de que las tierras
objeto de la controversia no pertenecían
al dominio público. Como se puede adver-
36
El convento se consideraba con derechos a una
parte de las tierras que originalmente pertenecieron
39
a la merced de los Cabrera por una deuda que Pedro Los documentos aportados eran la confirma-
Luis de Cabrera contrajo con la congregación, quien, ción de la merced producida en 1681, donde se alu-
al no poder cumplir su obligación, habría transferido día a los límites de la concesión y el amparo que con
sus derechos hereditarios sobre dicha merced. AHPC, posterioridad realizaron algunos descendientes para
Protocolo notarial, r. 2, 1864, f. 113. asegurarse la posesión. AHPC, Protocolo notarial, r. 2,
37 1864, f. 113v.
AHPC, Escribanía, núm. 4, 1874, leg. 135,
40
exp. 23, f. 10. AHPC, Escribanía, núm. 4, 1874, leg. 135, exp.
38 23, f. 112.
AHPC, Protocolo notarial, r. 2, 1864, f. 113v.

28 LUIS TOGNETTI
tir la propuesta desconocía el nuevo marco De todos modos, la decisión judicial
regulatorio instaurado por la Ley de Tie- consolidó los derechos de los particulares
rras de la provincia. Pero el juez sí aceptó que utilizaron los títulos precarios de la
la observación del fiscal y denegó el congregación religiosa para apropiarse de
pedido para extender la mensura a las tie- una fracción de la merced original. En
rras colindantes.41 tanto, para que estos pudieran adquirir el
Así, para 1866, año en que se dictó dominio sobre el resto sólo cabía interpo-
aquella sentencia, la cuestión quedaba ner un recurso ante el superior tribunal.
resuelta o al menos de esa forma lo enten- Para la provincia, en cambio, la situa-
dieron la congregación religiosa y su re- ción se mantenía indefinida, porque, ade-
presentante. Pero el fiscal no pensaba de más de que no tenía certeza acerca de la
igual modo. Para él el fallo afectaba a resolución en esta instancia, hasta ese mo-
todas las tierras, las que ya se habían men- mento no contaba con un pronunciamiento
surado y las otras. Por lo tanto, trabó una sobre la cuestión de fondo. Es decir, la
inhibición general. doctrina establecida por la Ley de Tierras.
El argumento del defensor de los inte- A su vez, el contenido de aquel fallo
reses públicos era sólido: la merced cons- precipitó la intervención de los herederos
tituía una sola propiedad. Los derechos de Cabrera en el pleito por la propiedad de
del convento provendrían de ella, pero en las tierras. Y la estrategia que emplearon
el expediente no figuraba ningún docu- no discrepó demasiado de la puesta en
mento que demostrara la transferencia del juego por el representante de la congrega-
dominio a favor de aquel.42 ción religiosa: solicitar una nueva mensura,
Aunque el tribunal no aceptó aquel acción que, como lo exigía la regulación
razonamiento, por otros motivos mantuvo en la materia, pasó a la consideración
la inhibición para los terrenos que no del fiscal, quien cuestionó la validez del
habían sido incluidos en la mensura de pedido.
185943 y que abarcaban una superficie Pero, ¿qué respondieron a las objecio-
aproximada de 2 000 000 de hectáreas. nes del letrado público los herederos de
Pero conviene llamar la atención acerca Cabrera? En síntesis, sostuvieron que las
de que la confirmación de la medida exigencias de la Ley de Tierras de la pro-
cautelar sobre estas tierras afectaba, tam- vincia, en cuanto a títulos y posesión, no
bién, las intenciones del Estado, pues podían aplicarse para este caso por la anti-
mientras rigiera no podría enajenar esos güedad de la cuestión planteada.45 Tam-
inmuebles.44 bién se concentraron en el análisis del pro-
blema en torno a la posesión para llamar
41
la atención de que era imposible ejercerla
Ibid., fs.134-136. materialmente por las incursiones reite-
42
Ibid., f. 150.
43
Ibid., f. 153.
radas de los indios. Más aún, si el Estado
44
El gobierno ya había celebrado un contrato llegaba al extremo de sostener que los he-
con el agrimensor Laberge para practicar la mensura rederos de Cabrera abandonaron la inten-
de estas tierras, paso previo a su puesta en venta.
45
Laberge al ministro de Gobierno, 6 de mayo de 1865, AHPC, Escribanía, núm. 3, 1876, leg. 163, exp.
en AHPC, Gobierno, 1865, t. 3, f. 363. 8, f. 40.

EL DOMINIO DEL SUELO EN LA REGIÓN PAMPEANA CORDOBESA 29


ción de poseer, tampoco el fisco podía pro- El nuevo frente de conflicto fue deter-
bar que la ejerció de facto. minante en las acciones seguidas con pos-
De manera paralela al inicio de la nue- terioridad por el ejecutivo cordobés. En
va causa, la estrategia legal de los intere- esa dirección, propuso a los herederos de
ses que se concentraban en torno a los Cabrera y a los cesionarios del convento
derechos del convento apuntaba hacia una una negociación extrajudicial, bajo la con-
nueva dirección. En el escrito presentado dición de que ambos actores alcanzaran
al superior tribunal se aceptaba que no un acuerdo.49 Aquí interesa tratar de en-
existía el título traslativo de dominio, pero tender por qué el gobierno mediterráneo
ese derecho les correspondía por la pose- buscó la transacción.
sión ejercida desde mediados del siglo Una interpretación afín al contexto
XVIII.46 descrito es que por el momento no era
El nuevo argumento obligó al defensor conveniente cuestionar la validez de la
de los intereses públicos a replantear su merced misma, pues le permitía al Estado
impugnación, pues no tenía sentido reite- provincial oponerla a las pretensiones de la
rar la falta del título. Por eso, insistió en nación, con el argumento de que su juris-
que la prueba aportada por el convento dicción alcanzaba al río Quinto desde la
no demostraba la posesión de los terrenos época colonial.50 Por otra parte, al unifi-
ubicados al sur y al este de los que se men- car los procesos judiciales en una sola causa
suraron en 1859.47 se aseguraba que si el fallo del superior
Tras varios años de litigios en tribuna- tribunal le era favorable, el contencioso se
les, los derechos sobre las tierras en cues- resolvía según sus intereses.
tión no se esclarecían. En tanto, los avances Pero, ¿cuáles fueron las condiciones
sucesivos realizados por el gobierno nacio- que definieron el acuerdo entre los here-
nal sobre la frontera transformaban en una deros de Cabrera y el cesionario del con-
realidad casi concreta lo que hasta ese vento? En primer lugar, las partes acor-
momento era una especulación: ejercer un daron reunir los antecedentes para seguir
dominio efectivo sobre ese suelo. Pero este la causa iniciada por este último. A su vez,
contexto sumaba un nuevo contendiente a
la disputa. El ejecutivo nacional reclamaba 49
AHPC,Protocolos notariales, r. 2, 1867, f. 61.
su parte, de acuerdo con lo establecido por 50
Tanto en los debates que se sucedieron en el
la Ley de Territorios Nacionales.48 Congreso cuando se discutieron las leyes relaciona-
dos con los territorios nacionales, aludidos oportuna-
mente, como en diferentes instancias en las que se
46
AHPC, Escribanía, núm. 4, 1874, leg. 135, exp. negociaron los límites con Santa Fe y Buenos Aires o
23, f. 182. en correspondencia oficial con los ministros del po-
47
Efectivamente, los documentos que aportó el der ejecutivo nacional, se justificaron los derechos
convento se relacionaban con las tierras que se habían provinciales a esas tierras apelando tanto a la antigua
medido con anterioridad. Se trataba en su mayoría jurisdicción de la Intendencia, como a concesiones
de contratos de arriendo o ventas de fracciones meno- otorgadas por la corona, tales son los casos de la mer-
res. Ibid., fs. 157-174. ced de Cabrera o de Arrascaeta. Archivo de la Suprema
48
Se trataba de la ley de 1862 comentada en un Corte de Justicia (en adelante ASCJ), leg. 921, “Torres
apartado anterior. Véase, además, Vera y Riquelme, de Muzlera, Aurelia Rafaela contra la provincia de
“Primeras”, 1985, p. 478. Córdoba indemnización”.

30 LUIS TOGNETTI
establecieron una serie de puntos para dis- toda la merced, aunque aceptaba que al-
tribuir las tierras si, finalmente, lograban gunos de esos instrumentos testimoniaban
su objetivo. El primero de ellos estable- sobre la deuda de parte de los herederos
cía que los sucesores del fundador de de Cabrera con la congregación religiosa.
Córdoba reconocían al cesionario del con- Pero destacaba que el monto adeudado
vento la propiedad sobre los terrenos que sólo le daba derecho sobre una fracción de
contaban con una mensura aprobada. El la superficie en disputa. Para el Estado la
segundo, determinaba que en compensa- sentencia contenía un agregado: aceptaba
ción recibirían 26 000 hectáreas o 5 000 la doctrina de la Ley provincial de Tierras.
pesos bolivianos.51 En tercer lugar acor- Esta, en esencia, establecía que las tierras
daron que de la superficie resultante luego podían volver al dominio público si no se
de la nueva mensura recibirían una super- demostraba la posesión efectiva.54
ficie igual a la que el convento obtuvo por La resolución judicial allanó el camino
la primera medición y, en el cuarto, que el para que el gobierno cordobés incorporara
resto se repartiría por mitades.52 De la re- bajo su dominio un amplio territorio55 que,
visión de las cláusulas surge que no con- de acuerdo con las mensuras practicadas,
templaban qué superficie reconocerían abarcaba una superficie de 2 000 000 de
como propiedad del Estado. hectáreas.56 De todos modos y aun cuando
De todos modos, una vez que las par- el Estado obtuvo la propiedad sobre un
tes acercaron al gobierno la propuesta, este territorio tan extenso, no se debe perder de
decidió someter el escrito al análisis de vista que los derechos sobre las 210 000
una comisión de abogados, que, por cierto, hectáreas de la primera medición queda-
rechazó los términos ofrecidos, pues acep- ron en firme y que otras 250 000 pasaron
tarlos significaba renunciar a la casi tota- a la propiedad privada contando como
lidad de la superficie en litigio. Es posible antecedente títulos precarios que remitían
que aun cuando el gobierno no hubiera a la misma merced.57
contemplado sinceramente la posibilidad
de realizar la transacción solicitada de 54
AHPC, Escribanía, núm. 4, 1874, leg. 135, exp.
manera oportuna, las condiciones estable- 23, f. 232.
cidas tampoco dejaban margen para la 55
Conviene mencionar que la sentencia del jui-
negociación.53 cio aludido no tuvo efectos en la disputa que el go-
Cerrada la vía del acuerdo, prosiguió la bierno de Córdoba mantuvo con el de la nación. Sin
causa judicial cuya sentencia se dio a cono- embargo, los reclamos de esta última sobre esos territo-
cer en 1874. El fallo negó la personería rios cesaron a partir de un acuerdo entre ambas partes,
del convento para practicar la nueva men- por el cual, el primero cedió al segundo la propiedad
sura. Rechazó los documentos con los cua- de 400 000 hectáreas en el departamento San Justo,
les se pretendía probar la posesión sobre en la frontera este con Santa Fe. AHPC, Protocolo nota-
rial, r. 2, 1874, f. 920.
56
Archivo Histórico de Mensuras (en adelante
51
El peso boliviano ($ b.) era una moneda de AHM), Mensuras administrativas de Río Cuarto, Juárez
plata, acuñada por el gobierno de aquel país, que cir- Celman, Unión y Marcos Juárez.
57
culaba por el interior argentino. Es importante señalar que un grupo de propie-
52
AHPC, Protocolo notarial, r. 2, 1867, f. 61. tarios que habían adquirido fracciones menores a la
53
Gobierno, Compilación, 1879, pp. 221-233. misma congregación a fines del siglo XVIII y comienzos

EL DOMINIO DEL SUELO EN LA REGIÓN PAMPEANA CORDOBESA 31


Pero aparte de las superficies que que- 1757. Aunque el título correspondiente
daron en poder de unos u otros, la re- definía de manera imprecisa sus límites,
censión ofrecida sobre el litigio sirve para abarcaba una franja de terreno que se ex-
apreciar la fragilidad del entramado legal tendía de Melincué a La Carlota, confor-
ideado por los actores privados, pero, sobre mando un rectángulo de 700 000 hectáreas
todo, por el gobierno provincial con el fin como se alcanza a apreciar en el mapa 3.
de asegurar los derechos sobre las tierras de A pesar de las dilatadas extensiones de
la frontera. La precariedad que caracteri- la concesión aludida, durante largo tiempo
zaba a la situación descrita se originó en no se plantearon cuestiones ni en torno a
las debilidades de la norma en torno a los su validez ni a su extensión. A mediados
inmuebles de propiedad pública, analiza- del siglo XIX esa situación comenzó a cam-
da en los apartados anteriores. Asimismo, biar. Los avances de las líneas de defensa
la inestabilidad bajo la cual se desenvolvía despertaron el interés por estas tierras, cir-
el proceso en estudio se puso en evidencia cunstancia que se manifestó en un aumen-
en el litigio que se revisará en el próximo to en las transacciones con los derechos
apartado, correspondiente a la merced de correspondientes a los sucesores de Arras-
Arrascaeta. caeta. En efecto, de acuerdo con la consul-
ta practicada sobre los protocolos notaria-
les, entre 1860 y 1880 se registraron 33
LA CONFIRMACIÓN DE LOS DERECHOS operaciones de traspaso de titularidad.58
SOBRE LAS TIERRAS DE ARRASCAETA Pero esa cantidad de transacciones que
revelaba el atractivo que ejercía la propie-
El principal interrogante que surge al abor- dad por el suelo resultaba sorprendente pues
dar el proceso que finalizó con la legali- se producían al mismo tiempo que los suce-
zación de los derechos sobre la merced de sores de Cabrera reivindicaban sus derechos
Arrascaeta es por qué, si en tantos aspec- que abarcaban casi en toda su extensión la
tos este caso se asemejaba al anterior, sus de Arrascaeta. Esta circunstancia no era des-
respectivas resoluciones judiciales dis- conocida por los tenedores de los títulos
creparon radicalmente. Develar esta in- precarios correspondientes a esta última
cógnita resulta más interesante cuando se concesión y la prueba de que ello fue así es
advierte que fue el mismo gobierno el que que el proceso para perfeccionar estos dere-
desistió de ejercer sus pretensiones. ¿Cómo chos se inició cuando la justicia cordobesa
se explica, entonces, este cambio de direc- rechazó las pretensiones de los cesionarios
ción? Para brindar una respuesta a ese del fundador de Córdoba.59
viraje es importante realizar un repaso bre-
ve del proceso que confirmó la validez del 58
AHPC, Protocolos notariales, r. 2, 1861, fs. 64v,
título en cuestión. 67v, 69v; 1862, f. 47; 1878, f. 512; 1879, f. 548v; 1880,
La merced se otorgó a Miguel de Arras- fs. 43, 213v, 229v, 461, 765; r. 3, 1860, f. 75; 1869, fs.
caeta por sus servicios en la frontera en 702, 856v, 1259v; 1870, f. 832; 1871, f. 1154; 1872,
fs. 913v, 926; 1873, fs. 59v, 715v, 564, etcétera.
59
del XIX confirmaron sus títulos por 250 000 hectáreas. Las acciones las iniciaron Bernardo de Iturras-
AHM, Mensuras judiciales de Río Cuarto, núms. 4, pe, Bernardo de Irigoyen, Roberto Chapeourouge y
9, 19, 20, 54 y 74 aprobadas. Lucrecio e Inocencio Vázquez, quienes en conjunto

32 LUIS TOGNETTI
Mapa 3. La merced de Arrascaeta en el conflicto limítrofe con Santa Fe

Fuente: elaboración propia con datos de Walther, Conquista, 1964, y AHM, Mensuras judiciales de Unión,
núm. 34 aprobadas.

Al igual que en el pleito revisado en el ción anterior. La primera de ellas consis-


apartado anterior, el juez interviniente co- tió en que sus argumentos remitieron a
rrió vistas al fiscal de Tierras y este, por las condiciones establecidas por las leyes de
su parte, planteó sus objeciones. Pero Indias respecto de la vigencia de una mer-
desde el comienzo de su intervención en la ced. Aparte de los aspectos formales, tres
causa es posible advertir algunas diferen- requisitos parecían imposibles de satisfa-
cias significativas respecto de su participa- cerse en toda la extensión de la concesión:
posesión, población y cultivo.
controlaban la parte mayoritaria del condominio. El segundo cuestionamiento apuntaba
AHPC, Civil 1a., 1913, leg. 29, exp. 2, f. 5. contra la legitimidad de quienes se pre-

EL DOMINIO DEL SUELO EN LA REGIÓN PAMPEANA CORDOBESA 33


sentaban como propietarios. Para el fun- efecto, uno de sus artículos establecía que
cionario estatal la cantidad de ventas de se respetaría el dominio de los particula-
derechos indivisos que habían sido reite- res que hubieran accedido a la titularidad
radamente enajenados exigía un estudio de buena fe.61 Una consecuencia directa de
minucioso de los árboles genealógicos para la intromisión de los intereses privados en
saber con precisión la calidad y propor- el diferendo sobre la propiedad pública
ción de los derechos representados.60 provincial, fue desligar la definición de
Pero, ¿por qué es importante destacar esta de la demarcación limítrofe. Esta in-
las dos argumentaciones en las que basaba novación tuvo otra secuela: le restó posi-
su estrategia el defensor del interés pú- bilidades a la política para encausar las
blico? Porque concentraba el debate en la diferencias, pues a partir de ese cambio
superficie y en la personería de quienes quedó abierta la instancia judicial.
reivindicaban esos derechos y, de esa A su vez y como consecuencia del nue-
forma, eludía la cuestión acerca de la vali- vo marco legal, la conflictividad entre los
dez de la merced misma. La decisión de gobiernos de Buenos Aires, Córdoba y
evitar el fondo del asunto se debió a que Santa Fe no sólo se acrecentó sino que ade-
el gobierno cordobés utilizaba ese título más se amplió por las demandas de los par-
en el diferendo territorial que mantenía ticulares que litigaban entre ellos (para
con Santa Fe. Asimismo, al solicitar un obtener el título legitimado por la justi-
estudio minucioso sobre los traspasos de cia) y porque también accionaban contra
los derechos apuntaba a dilatar la resolu- los mismos Estados que los habían emiti-
ción de la causa judicial. Ambas medidas do, cuando los fallos les eran desfavorables.62
formaban parte de una misma estrategia La dificultad que presentaba la reso-
defensiva. lución de estos problemas influyó en los
Para comprender en forma cabal el gobiernos de las provincias involucradas
sentido que iban tomando las acciones es para que decidieran someter la cuestión
fundamental tener presente las consecuen- limítrofe al dictamen de la Corte Supre-
cias que sobre la propiedad de las tierras ma, que se desempeñaría en calidad de
de la frontera tuvo la ley de 1878, que en- árbitro. Además y como parte del mismo
tre otras cosas delimitó los territorios fede- acuerdo alcanzado entre los Estados, cada
rales de los provinciales. El resultado más uno se comprometió a mantener el statu
importante fue el reconocimiento a estas quo en la zona sometida al laudo. Y en
últimas de la propiedad sobre una parte
considerable de las tierras que se incorpo-
61
raron con los últimos desplazamientos de Ley 947 de 1878, “Línea de frontera contra los
las líneas de defensa. Pero también, como indios sobre la margen izquierda de los ríos Negro y
corolario, aquellas heredaron el conflicto Neuquén”, Remorino, Anales, 1954, pp. 1171-1173.
62
Aquí sólo se mencionan algunos de los que
por el reparto del suelo, pues la norma no debió enfrentar el de Córdoba. “Ataliva Roca y
determinaba cómo se lo distribuiría. Belisario Hueyo contra la provincia de Córdoba”, en
Asimismo, esa norma introdujo otro ASCJ, leg. 782; “Diego de Alvear contra la provincia
actor en la disputa por la propiedad. En de Córdoba sobre posesión de unos campos”, en ASCJ,
leg. 26, y “Félix M. Brizuela contra el gobierno de
60
Gobierno, Compilación, 1884, pp. 372-375. Córdoba”, en ASCJ, leg. 113.

34 LUIS TOGNETTI
cuanto al alcance del fallo, sólo resolvería decir, no tomó en cuenta el anteceden-
la delimitación entre las jurisdicciones y, te de la merced para definir el alcance de
por lo tanto, no modificaba los derechos las dos jurisdicciones. Asimismo, la solu-
adquiridos por terceros sobre las tierras ción propuesta al diferendo le quitó sen-
involucradas.63 tido a la estrategia legal que la primera
En tanto eso ocurría, en el diferendo había diseñado para cuestionar la confir-
entre las provincias los comuneros de la mación de los derechos de propiedad fun-
merced desarrollaron algunas acciones que dados en aquel título.
mejoraban sus posibilidades de negocia- Como se mencionó en párrafos ante-
ción. La medida más importante consistió riores, el fiscal dirigió sus argumentos con
en aumentar artificialmente el valor de el fin de demostrar que no se había ejer-
sus derechos por medio de una subasta en cido la posesión sobre toda la superficie
la que se compraban entre sí las partes. que abarcaba aquella concesión, asegu-
De este modo, el precio de la legua cua- rando al fisco la propiedad sobre la mayor
drada, equivalente a 2 600 hectáreas, pasó proporción del suelo en disputa. El pro-
de 2 000 a 3 250 pesos bolivianos.64 blema era que la distribución realizada
Incrementar el monto nominal de los por el máximo tribunal dejaba dentro del
derechos en litigio tenía una finalidad: territorio cordobés la parte sobre la cual
inflar el costo del resarcimiento en caso existían pruebas fehacientes del ejercicio
de tener que entablar una demanda si sus de la posesión desde mediados del siglo
intereses resultaban perjudicados. Pero, XIX.66 De esta forma, se desvanecía la posi-
independientemente de que se llegara a bilidad de reivindicar esa superficie para el
esa instancia judicial, en sí misma la reva- Estado.
luación aludida constituía un instrumento Pero más grave aún era que las dila-
de presión más sobre los hombres de ciones promovidas por el funcionario
gobierno que ya debían lidiar con el défi- público para demorar la definición del trá-
cit crónico de las cuentas públicas como mite judicial de la mensura resultaban
para sumar una sentencia que los obligara ahora perjudiciales para los titulares de
a indemnizar a estos especuladores. los derechos precarios. En efecto, al no dis-
Las maniobras aludidas parecían urdi- poner de la sentencia que los convirtiera
das a la medida de la dirección que toma- en propietarios plenos perderían la parte
rían las acciones a partir de la resolución de las tierras que quedaban dentro de la
de la Corte respecto de la cuestión limí- jurisdicción santafesina. Porque como lo
trofe. El laudo arbitral distribuyó en forma estipulaba la ley de 1878 y el acuerdo que
equitativa las tierras en disputa entre las designó a la Corte Suprema como árbitro,
provincias de Córdoba y Santa Fe;65 es
66
En efecto, a mediados de 1850 Victorino Or-
63
AHM, colección Límites interprovinciales, cajón dóñez adquirió los derechos de una parte de los here-
Límites con Santa Fe. deros de Arrascaeta y estableció en esas tierras su
64
Arcondo, “Tierra”, 1969, p. 28. estancia Buena Esperanza. Con posterioridad, sus suce-
65
Secretario de la Corte Suprema al gobernador sores enajenaron fracciones del establecimiento rural
de Córdoba, 18-05-1882, en AHPC, Gobierno, 1883, pero el casco de la estancia se mantuvo. AHPC, Escri-
t. 9, f. 206. banía, núm. 2, 1865, leg. 164, exp. 21.

EL DOMINIO DEL SUELO EN LA REGIÓN PAMPEANA CORDOBESA 35


sólo se reconocerían a quienes accedieron Pero, además, las consecuencias de la re-
a la titularidad de manera legítima.67 solución adoptada fueron más allá, pues
Frente a ese escenario, la primera reac- los titulares de la merced, confirmada en los
ción de la administración provincial fue tribunales cordobeses, demandaron al go-
interponer un recurso con el fin inmediato bierno santafesino una indemnización por
de posponer la puesta en vigencia de la las hectáreas que este transfirió a terceros,
solución ideada por el máximo tribunal.68 una vez que el fallo de la Corte le otorgó
En tanto se tramitaba esa medida, los la jurisdicción correspondiente.71
propios sucesores de los derechos de Arras-
caeta contactaron al gobernador para bus-
car una solución que evitara mayores per- CONCLUSIONES
juicios al Estado y a ellos mismos.69 Lo
que proponían al titular del ejecutivo Uno de los aspectos que se ha puesto de
era que les aprobara la mensura, reserván- manifiesto a lo largo de este trabajo es que
dose una acción reivindicatoria para cues- en torno al problema de la propiedad de
tionar parte de la superficie. Pero, además, la tierra de la frontera se desarrolló un con-
le advertían que de resultar perjudicados flicto que evidenciaba la precariedad de
por la indefinición en la que se encontraba los acuerdos políticos que sostuvieron el
la causa reclamarían la indemnización orden nacional que se instauró en la se-
correspondiente. El titular del ejecutivo gunda mitad del siglo XIX en Argentina.
aceptó esa propuesta y ordenó al fiscal que Si bien los enfrentamientos no alcanzaron
transmitiera el visto bueno al juez, ha- la intensidad de otras épocas y dejaron de
ciendo la reserva correspondiente.70 estar circunscritos a los fondos de aduana,
De esta forma, 370 000 hectáreas pasa- se expresaron alrededor de otras cuestiones
ron a la propiedad privada sin que previa- como el de la tierra pública. En definitiva,
mente se convirtieran en tierras fiscales. la dificultad para esclarecer los límites del
dominio público nacional del provincial
67
El fiscal era conciente de las consecuencias de
evidenciaba la debilidad antes aludida.
esta situación pues se lo advertía en un dictamen al Por cierto que las urgencias dinerarias de
juez de la causa. Sin embargo, parece que no com- los tesoros también pesaron en el diferendo.
prendió en qué medida esa circunstancia podía per- En ese sentido, el conflicto se agudizó por
judicar los intereses de la provincia. A tal punto se el carácter de recurso extraordinario de los
mantuvo en esa postura que debió intervenir el pro- inmuebles.
pio gobernador para que la abandonara. Ministro de Una prueba contundente acerca de las
gobierno al fiscal de Tierras, 26 de junio de 1882, en limitaciones que experimentaba el régi-
AHPC, Gobierno, 1882, t. 7, f. 98. men político conformado hacia los años
68
El recurso fue rechazado por el máximo tribu- sesenta fue que la aprobación de un sis-
nal pero demoró la ejecución del laudo hasta julio del
mismo año. Cáceres al secretario de la Corte Suprema,
tema mixto para la propiedad pública no
13 de junio de 1882, en AHPC, Gobierno, 1883, t. 9, constituyó una solución. De hecho, el
f. 223. acuerdo finalmente alcanzado se logró a
69
Ministro de Gobierno al fiscal de Tierras, 26 de
71
junio de 1882, en AHPC, Gobierno, 1882, t. 7, f. 98. “Torres de Muzlera, Aurelia Rafaela contra
70
Ibid. Córdoba, indemnización”, en ACSJ, leg. 921.

36 LUIS TOGNETTI
partir de la renuncia del Estado nacional posibilidades para consolidarse como tales
a la mayor parte de las tierras de la región y ampliar sus derechos sobre el suelo.
pampeana. Por otra parte, dado que el acuerdo
Asimismo, la forma adoptada para político antes aludido no pudo ofrecer una
regir el suelo de dominio público impulsó solución más amplia al problema de la
a los Estados provinciales a regular con tierra de la frontera, las diferencias se en-
mayor intensidad los derechos de propie- causaron a través de la justicia. Si bien se
dad. El análisis practicado sobre la norma trató de otro poder del mismo Estado,
elaborada por la provincia de Córdoba, constituía una instancia distinta en la cual
en particular, demostró que el ejercicio las resoluciones en torno de la propiedad
pleno de esa regulación demandó otros dependieron de la interpretación que los
instrumentos legales, además de la ley jueces hicieron de la legislación y, tam-
que sancionó el dominio público sobre bién, de sus intereses y compromisos.
los inmuebles. Entre esos instrumentos
se destacaron el departamento Topográfi-
co, el cargo de fiscal de Tierras, las re- FUENTES CONSULTADAS
glamentaciones para el ejercicio de la
agrimensura, la organización de comisio- Archivos
nes topográficas, entre otros.
La misma Ley de Tierras antes aludida AHPC Archivo Histórico de la Provincia de
expresaba los límites dentro de los cuales Córdoba.
pudo desenvolverse el Estado cordobés. AHL Archivo Histórico de la Legislatura.
En general, esa norma dejó subsistentes AHM Archivo Histórico de Mensuras.
los derechos precarios instaurados durante ACSJ Archivo Corte Suprema de Justicia.
la colonia y la primera etapa del periodo
independiente. La innovación que intro-
dujo, respecto del legado jurídico here- Bibliografía
dado de la corona, fue la que establecía
que la propiedad volvía al dominio pú- -Arcondo, Aníbal, “Tierra y política de tierras
blico en el caso en que aquellos derechos en Córdoba”, Revista de Economía y Estadística,
no se hubieran ejercido en forma perma- nueva serie, año XIII, núms. 3 y 4, 1969, Córdo-
nente. Y tal como se ha demostrado en ba, pp. 13-44.
este trabajo, esa variación sólo se puso -Avellaneda, Nicolás, Estudio sobre las leyes
en práctica, parcialmente, con las tierras de de tierras públicas, La Facultad, Buenos Aires,
la frontera. 1915.
En los intersticios dejados por la nor- -Banzato, Guillermo, La expansión de la fron-
ma se puso de manifiesto una realidad más tera bonaerense. Posesión y propiedad de la tierra en
compleja aún, en donde Estado y par- Chascomú: ranchos y monte, 1780-1880, Univer-
ticulares se confrontaron por sus intereses, sidad Nacional de Quilmes, Quilmes, 2005.
aunque en principio estos no estuvieran -Barba, Enrique et al., “La campaña al
contrapuestos. El marco jurídico protegía desierto y el problema de la tierra. La ley de
los derechos de las clases propietarias, pero 1878 y su aplicación en la provincia de Buenos
estas encontraron en aquellos espacios las Aires” en Enrique Barba (comp.), Segundo con-

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