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2.

BASE LEGAL

2.1. CAPACIDAD JURÍDICA DE LA PERSONA CON DISCAPACIDAD

CEDIS fue creada por la Ley General de la Persona con Discapacidad (Ley 29973), en donde se
propone eliminar todas las restricciones para el ejercicio de la capacidad jurídica de las personas
con discapacidad, incluyendo la figura de la interdicción civil.

Es así que en el Código Civil se establece que esta declaración de incapacidad sólo puede
realizarse en razón de la existencia de una deficiencia intelectual, mental o de otro tipo que
afecte la capacidad de una persona para tomar decisiones. La declaración se realiza a través de
un proceso sumarísimo y, en la práctica, sin defensa legal, en el cual el juez determina sobre la
base de una pericia médica que la persona requiere un curador para su rehabilitación y
protección.

2.2. ARTÍCULO 606 DEL CÓDIGO CIVIL

En este artículo se establece que la curatela del condenado a una pena privativa de la libertad
acaba al mismo tiempo que la prisión. Como se desprende de los artículos enumerados, la
duración de la incapacidad del penado no va más allá del fijado por la pena, ni menos como lo
sería el caso de la libertad condicional, de la que nos ocuparemos más adelante. Los términos
del art. 31 "durante su cumplimiento", los del art. 34 ''durante la condena", así como los del art.
606 del C. C. "acaba al mismo tiempo que la• prisión", nos están• indicando con claridad la
duración, de esta •incapacidad.

3. HECHOS RELEVANTES

En el Perú hay más de un millón y medio de personas con discapacidad, de las cuales miles han
sido interdictadas.

Entre 1998 y 2014 se registraron 8,409 sentencias de interdicción por motivos de discapacidad
en la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos (SUNARP). La mayoría de ellas, 90%
por ciento de los casos según algunos, corresponden a familias que lo único que desean es que
el familiar con discapacidad continúe recibiendo atención en EsSalud o cobre una pensión de
orfandad por incapacidad para el trabajo. La venta de bienes, la protección herencias y
propiedades, y la realización de trámites diversos, son otras de las razones que motivan a las
familias a iniciar un proceso de interdicción. Aquellos que se resisten a ser declarados incapaces
no tienen mejor suerte. Debido al texto del Código Civil, los distintos operadores, públicos y
privados, suelen presumir la incapacidad de un gran número de personas con discapacidad aun
cuando ésta no haya sido declarada judicialmente. Así, por ejemplo, en muchas instituciones se
requiere la designación previa de un curador o un representante para que una persona con
discapacidad pueda acceder a determinados servicios o beneficios.

Tal es el caso de la Oficina de Normalización Previsonal (ONP) pero también de diversos bancos
y entidades bancarias. Asimismo, la mayoría de notarías suele desconocer la capacidad de las
personas con discapacidad intelectual o mental para realizar cualquier trámite notarial, desde
la constitución de una empresa hasta la aceptación de una herencia. De este modo, las personas
con discapacidad que no se encuentran interdicatadas también enfrentan una serie de
dificultades y barreras para realizar una serie de actos tales como abrir una cuenta de banco,
contratar un seguro o reclamar alimentos.
4. ANÁLISIS

A través del tiempo en el proceso de interdicción civil se ha buscado y se debe buscar aumentar
la capacidad de las personas para ejercer sus derechos y obligaciones por sí mismas, en tal
sentido se trata de adoptar medidas de accesibilidad y ajustes razonables que permitan que las
personas puedan expresar su voluntad y preferencias, también por otro lado, el derecho de
adoptar decisiones anticipadas ante la eventualidad de encontrarse en la imposibilidad de
comunicar su voluntad y preferencias en el futuro. De esta manera, una persona con o sin
discapacidad puede prever quién y cómo le prestará apoyo en el futuro de ser necesario. Es
importante notar que todos los cambios son respaldados por la Convención sobre los Derechos
de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas, ratificada por el Perú en el 2007 y
vigente desde el 2008. De hecho, el Comité encargado del seguimiento de este tratado ha
recordado hace unos años al Estado peruano que está obligado internacionalmente a derogar
la práctica de la interdicción judicial y revisar las leyes que permiten la curatela de personas con
discapacidad. Son varios los países que vienen trabajando reformas en este sentido, pero la
propuesta peruana es una de las más completas entre los países de tradición civilista.

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