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Mérida, 23 de mayo de 2019.

Ciudadano Ingeniero
Juan Guaidó Márquez
Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y
Presidente Encargado de la República
Palacio Federal Legislativo
Caracas.

Señor Presidente:

Quienes suscribimos, integrantes del Consejo Asesor de “La Tertulia de los Martes”, espacio civil que
funciona en la ciudad de Mérida desde hace catorce años, consagrado a la discusión de los asuntos públicos
del país y de la universidad, junto con la formulación de observaciones críticas y de proposiciones sobre las
materias que constituyen su objeto, motivados por la gravedad de la hora que vive el país hemos decidido
hacerle conocer, por este medio y sobre aspectos específicos, las opiniones y juicios resultantes de nuestras
discusiones.
1.- Profundización de la crisis, golpe de Estado y terrorismo de Estado.
Además del endurecimiento de las cada vez más severas y cruentas condiciones materiales y
espirituales de vida de los venezolanos, resultantes del empeño oficial de copiar, bajo el nombre de
“socialismo del siglo XXI”, los modelos políticos, económicos, sociales y administrativos que han fracasado
en todas partes donde se intentó implementar el socialismo real, incluso donde todavía se intenta como en
Cuba, quienes ejercen el poder en Venezuela parecen decididos a terminar su errático y cuestionado periplo
en la dirección de la República cerrando las válvulas por las que todavía el país respira, y producir, mediante
medidas represivas policiales y judiciales, en medio de la más grande opresión nacional, la asfixia política
total de nuestra sociedad. Dos factores están aumentando la presión de la crisis y acelerando los
acontecimientos. De una parte, la recuperación del prestigio y peso político de la Asamblea Nacional en los
planos nacional e internacional, que ha convertido al Parlamento en el principal centro de iniciativas políticas
del país. De la otra, la exacerbación de la crisis energética expresada en la gravedad del problema eléctrico
nacional, cuya atención tiene un costo inasumible por el Estado en el corto plazo por causa de las
imprevisiones del régimen, y la creciente escasez de combustible. En la medida en que entran en vigor las
sanciones internacionales contra el régimen, van a profundizar más las dificultades del transporte y la
provisión de alimentos para la población, convirtiéndose aceleradamente en un problema nacional mayor de
orden público.
Estas son las razones principales por las que está en proceso de liquidación la sobrevivencia del
único poder legítimo que existe en el país. Se ha decretado la muerte de la Asamblea Nacional, último
vestigio de la Venezuela democrática. El régimen se equivoca de nuevo al creer y pretender hacerle creer a
los demás que sin reconocer sus propios errores, como dice el refranero popular, la peste se acabará
matando al perro. Al consumarse el golpe de estado en curso contra la representación de la soberanía
popular desaparecerá también la ficción del estado de derecho que algunos voceros de la coalición en el
poder todavía se empeñan en aparentar. ¿Qué es entonces lo que de verdad está pasando? Usted lo ha
advertido al declarar públicamente que estamos en presencia de manifestaciones típicas que identifican al
terrorismo de Estado. Permítanos simplemente agregar dos comentarios. El primero, que el terrorismo de
Estado es la fase culminante de los regímenes dictatoriales que apelan a métodos y formas de gobernar
absolutamente ilegítimos con el único propósito de sobrevivir en el poder en medio del terror producido en
el pueblo por el miedo, la desaparición del derecho, de la justicia y de la ética. Segundo, que si convenimos
en la identificación que usted ha dado a la etapa actual del sistema político establecido en Venezuela,
debemos tener consciencia del duro tramo que vamos a transitar los venezolanos en estos tiempos, y
particularmente usted como Presidente de la Asamblea Nacional y como Presidente Encargado de la
República. Pero no queremos incurrir ni siquiera en la desconsideración de pensar que usted no se ha
paseado por esta circunstancia.
2.- Nuestra valoración de su presencia en el escenario que hoy ocupa y de los retos implícitos.
No consideramos cuestión principal de la opinión que le estamos comunicando el tratamiento aislado
de las circunstancias y juicios de valor que rodearon el momento de su escogencia como Presidente de la
Asamblea Nacional, pero no las estimamos intrascendentes. Sobre todo porque ya se había planteado la
cuestión constitucional de llenar el vacío presidencial que se abriría el 10 de enero. Nos interesa más
entender el fenómeno que lo ha convertido a usted en el centro de la vida política del país pues de ese
efecto puede depender la suerte futura de los venezolanos.
El lugar que hoy ocupa usted en el corazón y en la cabeza de los demócratas venezolanos es la
recompensa a la bocanada de oxígenos que con su presencia recibieron los pulmones de un país que, al
terminar 2018, se encontraba políticamente asfixiado, dividido y sin hoja de ruta para el camino que faltaba
por andar. No se trató de un milagro aun cuando se le pareciera bastante. Esta es nuestra explicación.
Su juventud (35 años de edad) lo hizo aparecer como una figura nueva en la política nacional.
Dirigentes contemporáneos suyos que habían tenido una figuración política importante incluso hasta el
2018, de pronto parecieron ser de una época anterior. Algunos de sus críticos ex ante señalaron este hecho
como una desventaja porque seguramente se les olvidó que Rómulo Betancourt llegó a ser presidente por
primera vez a los 37 años de edad y Rafael Caldera presentó su primera candidatura a la presidencia cuando
contaba con 31 años. Y siendo usted militante de un partido político, por no haber ocupado los primeros
planos de la escena partidista, permitió que no se le diera importancia a esa militancia en un país, como el
nuestro, en el que a lo largo de los últimos cuarenta años se han abierto brechas significativas, no colmadas
hasta ahora, entre la sociedad y los partidos. Sus maneras sencillas, sus actitudes tranquilas, su discurso
pausado, su vestir casual, entre otras cualidades, lo colocaron como alguien distinto del arquetipo que la
opinión general se ha formado del político como un personaje estridente, más pendiente de la fotografía
que de las cosas más relevantes, atento a colocarse en un lugar visible para los periodistas, siempre
dispuesto a alcanzar el micrófono más cercano para decir un discurso de gritos en lugar de ideas. Además,
usted ha demostrado en las presentaciones de su corta vida pública un coraje altamente valorado en
Venezuela.
Al cabo de cinco meses de actuación en el centro de la escena política nacional usted ha logrado
resultados notables. Ser mirado con afecto por la casi totalidad de los demócratas venezolanos; con respeto
por quienes son sus adversarios, incluso los que en el gobierno acostumbran esconder las realidades
mediante el uso del lenguaje escatológico, y ser reconocido por más de cincuenta de los países más
representativos de la vida democrática, de la cultura y del desarrollo económico a escala universal, es un
verdadero logro político. Por supuesto, no se le escapará a usted que el ejercicio de funciones como las que
desempeña, aún en condiciones tan peculiares como las suyas, produce un desgaste. Y ese desgaste puede
ser mayor y acelerarse si se incurre en errores políticos gruesos. Por ejemplo, en nuestra opinión, para el 23
de febrero se incurrió en dos errores: haber hecho una promesa que no se podía cumplir, el “sí o sí” y, luego,
no haber sabido aprovechar la derrota política del gobierno cuando en la práctica no tuvo más alternativa
que reconocer que la ayuda humanitaria si era necesaria en Venezuela. Y el desconcierto provocado por la
“operación libertad” del 30 de abril, hechos en los que apareció usted, en los medios y ante todo el mundo,
destacando su condición de militante partidista, disciplinado y frente al jefe. Si los errores se reconocen a
tiempo y se reparan las conductas que los provocaron, el daño se minimiza. Después del fracaso de la
operación humanitaria, su recorrido por varios países de la América del Sur donde fue recibido como jefe de
Estado y el coraje con que ejecutó su regreso al país ingresando por el principal aeropuerto nacional, redujo
al mínimo los daños.
No cometer los mismos errores pero incurrir en otros nuevos puede ser la manera de debilitar el piso
sobre el que se actúa. Por ejemplo, el manejo inadecuado de la política militar o las improvisaciones dentro
de la línea de mantener la presión social en las calles, pueden llegar a convertir la gracia en una morisqueta.
En las convocatorias hechas a la colectividad para que lleve a cabo su protesta no son admisibles las
invenciones repentinas ni la ambigüedad en la definición de los objetivos. Esas equivocaciones, como ya se
ha visto, se pagan con pérdida del entusiasmo y la desmovilización de la gente.
3.- Con el más elevado respeto.
Persuadidos de que las condiciones de su éxito político conservan su potencialidad, nos atrevemos a
presentar algunas sugerencias.
3.1. Nos parece de utilidad práctica no desdeñar las recomendaciones que le ha hecho Simón García,
experimentado dirigente partidista convertido en un sagaz analista político. Él considera que para potenciar
a favor del cambio la correlación de fuerzas sociales actualmente existente en el país, usted debe convertirse
en el líder de todos los demócratas venezolanos, incluyendo los que no están con usted en este momento y
los que pueden revelarse en el campo oficialista. Insiste García en que es necesario convertir la fuerza
cuantitativa social en fuerza cualitativamente superior en lo político y que un procedimiento pertinente
pudiera ser que usted logre ser liberado de la disciplina partidista. Recuerde que en los momentos estelares
de la reconstitución de la democracia en Venezuela, una vez elegido Presidente, Rómulo Betancourt fue
liberado de la disciplina partidista. La liberación de la disciplina partidista no significa romper con el partido
ni con los partidos sino simplemente establecer una línea orientadora para quien dirige, de tal manera que
cuando se presenten conflictos entre los intereses de la Nación y los personales o grupales, escoja los de la
Nación sin lesionar la vida de las organizaciones políticas.
3.2. Puede resultar tácticamente conveniente reducir la excesiva responsabilidad centrada en la figura
presidencial. Nos permitimos sugerir a usted dos iniciativas: constituir, nombrado por usted, un Consejo
Asesor de la Presidencia provisional de la República integrado por antiguos candidatos presidenciales y por
relevantes figuras de los partidos y del país, y designar un grupo de diez o doce responsables, escogidos
entre ciudadanos de la mayor respetabilidad, competencia profesional, experiencia y reconocida
honorabilidad, con la misión, en campos específicos (Seguridad, Asuntos Exteriores, Economía, Energía y
Petróleo, Ciencia y Tecnología, Educación y Cultura, Salud, Alimentación, Justicia, Organización Político-
Territorial del Estado) de evaluar las políticas del régimen y proponer las que correspondan a la
reconstrucción del país según propuestas de las fuerzas democráticas y de la sociedad. Esto puede tener un
efecto práctico no solo sedante sino articulador de nuevas iniciativas y movilizaciones, imprescindibles al
fortalecimiento de la disposición de los venezolanos para la ardua tarea que debemos acometer en equipo,
colectivamente, destinados al establecimiento de la nueva democracia que no dependa de un mesías.
3.3. Asesorado por especialistas, puede producir un efecto notable tomar desde ahora tantas acciones
de gobierno como sea posible, dentro del país y en la esfera internacional. Nos parece urgente solicitar la
cooperación tecnológica internacional para romper el bloqueo comunicacional que el régimen le ha
impuesto a los venezolanos.
Señor Presidente, aun cuando no se señale expresamente es necesario tener presente como una
constante que lo que está en juego en Venezuela, mucho más que el cambio de una dictadura y la vuelta a la
democracia, es echar las bases de un estado democrático moderno en lo político, económico, institucional y
cultural. Esto significa, expresar con claridad las ideas que se tienen sobre el particular como fundamento
conceptual de los planes de acción administrativas que seguramente en paralelo y por intermedio de otros
agentes del bloque democrático se estarán presentando en el país.

Atentamente,

Por el Consejo Asesor de la Tertulia de los Martes

José Mendoza Angulo Néstor López Rodríguez Genry Vargas Contreras


Ex – Rector ULA Ex – Rector ULA Ex – Rector ULA

Otros integrantes del Consejo Asesor de la Tertulia de los Martes

Alejandro Gutiérrez Coordinador CDCHTA ULA


Andrés J. Rojas Profesor Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales ULA
Diómedes Cordero Profesor Facultad de Humanidades y Educación ULA
Gerardo López Empleado ULA
Germán Monzón Ex-Gobernador de Mérida
Hebertt Sira Ex – Vicerrector Administrativo ULA
Jesús Mora Profesor Facultad de Ciencias Económicas y Sociales ULA
John W. Páez Profesor Facultad de Ciencias Económicas y Sociales ULA
José R. Rangel Empresario Merideño
Juan G. Espinoza Directivo de La Cámara de Comercio e Industria del estado Mérida
Julio Flores Ex – Vicerrector Administrativo ULA
Luis Caraballo Profesor Facultad de Humanidades y Educación ULA
Malín Pino Profesora Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas ULA
Manuel Mendoza Ex –Decano Facultad de Ciencias Económicas y Sociales ULA
Marcos Delgado Presidente FEDECAMARAS Mérida
Moisés Troconis Profesor Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas ULA
Oscar Aguilera Profesor Facultad de Humanidades y Educación ULA
Pedro Quesada Profesor Facultad de Ciencias Económicas y Sociales ULA
Raúl Estévez Profesor Facultad de Ciencias ULA
Teodoro Vielma Ex-Alcalde Municipio Campo Elías

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