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Descripción y resumen del libro” Narraciones

extraordinarias” Edgar Alan Poe


La Máscara de la muerte roja
La muerte roja era una enfermedad que estaba acabando con toda la población del país. El
Príncipe Próspero atemorizado llama a todos sus amigos a una de sus abadías, la cual contaba
con siete salones distintos. El séptimo y último era aterrorizador contaba con un reloj que
marcaba la hora y dejaba a todos estupefactos.
El Príncipe una noche decidió dar una fiesta de mascara. En esta fiesta de presento una
persona disfrazada de la muerte roja, encontrándolo un gran insulto.
Resulta que no era un disfraz ni mascara, sino que era la muerte roja la cual acabo con la vida
de todos en la abadía, incluida la del Príncipe Próspero.
El entierro prematuro
En este cuento se da a conocer diferentes casos de personas, que presentan una enfermedad
que consiste en que el cuerpo no da ninguna señal de vida. Esto puede durar horas o incluso
meses.
Habla del horror que tiene esta gente de ser enterrada viva, de la difícil vida que llevan al no
querer salir de casa, las medidas que toman en el caso de ser enterrados con vida y las
innumerables pesadillas.
En este capítulo se relatan diferentes historias de este tipo de enfermedad llamada catalepsia.
Algunas de estas personas han sido enterradas vivas sin que nadie sepa, otras han sido
enterradas pero luego por una serie de acontecimientos secundarios descubren que están
vivas y son rescatan, en cambio otras, las con más suerte, no han sido nunca enterradas vivas.
El protagonista de este cuento, quien sufre de catalepsia, en una ocasión cree haber sido
enterrado vivo, pero despierta y se da cuenta que está durmiendo en un barco y por esta
experiencia él decide cambiar su vida y nunca más sufrió otro ataque de catalepsia.

El retrato oval
Radcliffe estaba herido, por cual, su criado, Pedro lo ayuda entrando ambos a un castillos
abandonado temporalmente. Se van a la alcoba con las riquezas más antiguas, ubicada en la
torra más lejana del castillo. Radcliffe descubre la presencia de una pintura. Era una joven
hermosa. Al principio le causo miedo, pero luego la empezó a observar y se sorprendió por lo
real que parecía.
Tomo un libro que era de la alcoba donde salía la historia de cada cuadro que se encontraba
allí presente.
Este cuadro contaba la historia de una mujer que estaba de novia con un pintor, el cual era
obsesivo y la decidió pintar.
Pasaban todos el día en una pieza donde apenas entraba luz; la joven poco a poco se fue
enfermando , pero no le dijo nada a su prometido debido al amor que le tenía ella, y se daba
cuenta lo feliz que lo hacía pintarla.
Cuando el pintor termino la pintura, miro a su amada y se debió cuenta de que estaba muerta.
Eleonora
Eleonora era la prima del protagonista, quienes siempre habían vivido junto en el Valle de la
Hierba Irisada, era un valle muy lejano al cual nadie llegaba.
Por cual estos primos compartieron desde pequeños y fueron muy unidos. Con el tiempo se
dieron cuenta de que se habían enamorado y todo el valle pareció florecer y el río que lo
cruzaba les cantaba una hermosa música.
Eleonora se enferma gravemente y el protagonista se da cuenta de que se morirá,
prometiéndole así que él nunca se casara con otra mujer y siempre le será fiel.
Eleonora es enterrada en el valle y toda la magia que ellos habían visto en el valle producto de
su amor, desaparece. El muy triste se va a la ciudad sintiendo siempre la presencia de
Eleonora.
En la ciudad conoce a una mujer de la cual se enamora profundamente pero se acuerda de la
procesa que le había hecho a su prima, pero como el amor era más fuerte, se casa con
Ermengarda.
El siente que una noche llegan nuevamente los suspiros y presencia de Eleonora quien le dice
que dura tranquilo porque el amor que le tiene a su esposa lo ha liberado del juramento que a
ella le había hecho.
Berenice
Egaeus siempre había vivido en la misma casa donde él había nacido y había muerto su mamá.
El y Berenice eran primos y crecieron juntos. Egaeus era muy enfermizo y melancólico, en
cambio ella era graciosa, ágil y muy alegre.
Berenice se enferma gravemente y cuando Egaeus la ve, se da cuenta que sus dientes estaban
horribles.
Cuando ella muere, él se vuelve loco, pasaba horas viendo objetos distintos y estaba
obsesionado por los dientes de Berenice.
El en su locura entra al salón de su casa y ve una pequeña caja, la cual abre y estaban todos los
dientes de su prima.
Egaeus va al cementerio y abre la tumba de su prima, regresando a la casa con su ropa
manchada de sangre.
La verdad en el caso del señor Valdemar
Trata de un hombre moribundo al que mantienen vivo dos doctores, mediante la
magnetización (es un método para retrasar la muerte, dejando a la persona sonámbula). “Los
doctores llegan a mantener una conversación con el hombre magnetizado”
Esta historia es bastante ficticia, y en este cuento como en casi todos, está la muerte contra la
vida, y este cuento está muy bien hecho.

La caja oblonga
Trata de un señor que se va a un barco, y encuentra a un amigo en él, este va con su esposa y
sus hermanas. El hombre se da cuenta que su amigo siempre tiene una caja oblonga con él y
que la abre a cada rato. Un poco después hay un huracán y su amigo muere salvando la caja
que se va al mar, y el capitán explica todo, y su esposa había muerto y la cubren con la criada
para no levantar sospechas.
En este cuanto Poe cambia totalmente la forma de escribir, y en lugar de hacer un cuento
confuso hace un cuento muy triste, en el que un hombre pierde a su esposa y después el
muere.
Este es el relato de un marino occidental, que embarca en un navío mercante indio, como le
era acostumbrado debido a su ocupación. He aquí que tras abandonar la infinita calma que
reinaba en la costa, una terrible tormenta les aborda y el barco está a punto de irse a pique.
Tan sólo nuestro protagonista (el cual no nos especifica su origen ni demasiados datos acerca
de él) y un sueco compañero suyo, sobreviven a la tempestad, que deja la embarcación
arruinada y a punto de zozobrar en cualquier momento. Ambos resisten en el furioso oleaje
durante al menos cinco días, aprovisionándose, eso sí, con dificultad, de alimentos sobrantes
que quedaban aún allí. Según nos cuenta, avanzaron muy rápidamente hacia el sur, hasta
llegar a Australia. Hasta que al sexto día, un gigantesco y misterioso buque llega a su
encuentro. El sueco no consiguió subir a él, pero el marino sí logró incluso esconderse entre
los instrumentos de navegación de aquella enigmática nave.
Empezó a percatarse de que nadie en el barco advertía su presencia, ni pasando por delante
de los marineros, que iban de un lado a otro como mudos espectros. Dos cosas le extrañaban
pues; una que el navío tuviera esas enormes dimensiones, desmesuradas tanto para funciones
bélicas, funciones mercantiles o cualquier otro cometido. Segundo, que ni el capitán se dio
cuenta de que llevaban a un polizón, y que todos los tripulantes aparentaban estar ya en edad
muy avanzada.

Siguieron con rumbo sur, hasta llegar a los bordes del Antártico. Y allí deja el autor del
manuscrito de escribir, pues se terminó dando cuenta, quizás demasiado tarde, de que se
encontraba en un buque fantasma, que tenía como destino final, el fondo del océano.

El corazón delator
Tema: El asesinato de un hombre el cual lo mataron por su mirada que era muy penetrante.
Argumento:
Se encontraban hablando un sicólogo y un hombre el cual se le determinaba si estaba loco, el
hombre presentaba actitudes de locura pero le empezó a hablar al sicólogo de un asesinato
que el mismo había realizado.
Comento que todas las tarde que salía de su casa había un anciano que poseía un ojo de buitre
y que cada vez que lo miraba sentía un escalofrió y desde la primera vez que lo vio esa misma
noche, lo empezó a espiar a la media noche entro a la casa y siempre prendía una linterna con
una luz muy fina, para poderle apuntar a los ojos pero siempre estaba dormido hasta que a la
octava noche tratando de abrir la ventana se le resbalo la mano y produjo un gran ruido,
quedando el anciano sentado y pegando un grito, el hombre no hacia ninguna clase de ruido y
durante una hora fue así, el anciano no se acostaba entonces el hombre predio la linterna y al
encenderla le estaba apuntando a los ojos inmediatamente se le lanzo, lo boto al piso y la
cama se la voltio para ahogarlo, pero detonas maneras el corazón seguí latiendo, el hombre lo
ahogo por su propia cuenta para deshacerse del cuerpo quito tres metros de arena y al cuerpo
lo despedazo la cabeza por un lado los brazos por otro y las piernas, lo enterró disimulando la
realización del hueco en el terreno.
Cuando al otro día llego la policía diciendo que habían dicho que en esta parte se escuchó un
grito, el hombre empezó a negar todo, estaba muy calmado pero al final ya que los policías se
iban a ir el hombre se puso pálido, nervioso le empezó a salir espuma por la boca, hasta que
confeso el lugar donde lo había enterrado.
La conclusión de este capítulo se basa en que por más que uno quiera ocultar las cosas esas
cosas se terminan sabiendo por si solas sin querer uno expresarlas más los nervios de
esconder un cadáver.
El barril de amontillado
Tema
La situación en que se encuentra Edgar en un carnaval con su amigo Fortunato quien es un
bebedor de vino y un mentiroso engaña a la gente inventando cosas.
Argumento
Todo se desarrolla en el carnaval donde toda la gente se está divirtiendo, Edgar estaba en este
lugar, cuando de pronto escucho a un payaso a un payaso que lo llamaba y era el amigo
Fortunato, Edgar estaba buscando a laguen que le pudiera resolver la duda, que el compro un
barril amontillado, Fortunato se sorprendió porque en pleno carnaval no vendían eso, solo
vendían el de jerez.
Pero su amigo no le resolvió la duda y decidió buscar a alguien que diferenciaba de un
amontillado a un jerez y ese era Luchesi, se encontraron los dos y se pusieron a beber del vino
hasta tarde, también se encontraron con Fortunato y él también bebía y este hombre empezó
a toser mucho tiempo y luchesi le dijo que se fuera porque se iba a enfermar pero Fortunato
dijo que nadie se moría de gripa y siguieron bebiendo hasta altas horas de la noche, cada vez
que bebían los ojos le brillaban como un destello de luz. Cuando al otro día Fortunato se
encontraba muy enfermo y casi se muere por haber injerido licor con gripa y por qué tomaba
unas pastas.
La carta robada
Tema El robo de una carta, el cual tenía unos datos muy importantes para el beneficio de Sr.
Ministro y acción fue realizada por esta persona.
Argumento:
Un día normal se encontraba conversando el Sr. Dupin, Germain y Edgar, hablaban acerca de
un homicidio que había ocurrido la semana atrás, cuando golpearon a la puerta, era un
detective de la policía toco allí para pedir la ayuda a su amigo Dupin en un caso oficial.
El caso era la desaparición de una carta la cual poseía información política importante fue
tomada de las casas reales y se sabe el hombre que la toma la tiene en su poder y lo vieron
tomarla.
Todos preguntaron por qué se sabe esto y el perfecto respondió que si esa carta la hubiese
tomado otra persona diferente a la que implica la misma poco a poco irían apareciendo datos
que pondría al descubierto que la carta está en manos de terceros y se iría a pique la identidad
de personas de la alta esfera en la política. Todos empezaron a analizar y llegaron a la
conclusión de que el ladro era el ministro el cual lo nombraban en la carta.
Todos estos hombres empezaron con el operativo de entra a la casa del ministro sin sospecha
alguna. Entro Dupin debido a que él tenía una amistad con el ministro se le dio el diseño de la
carta para que la buscara pero que no fuera a actuar, ese día busco muchos lugares en donde
él creía la hubiera podido esconder, no encontró nada y se reunió con sus amigos, esa noche.
Todos pensaron en donde habían podido esconder la carta y el prefecto dijo que el lugar más
difícil de encontrar algo es no esconderlo y dejarlo en un lugar donde la gente lo vea y ahí
nadie lo va a buscar, entonces ellos planearon como hacer que el ministro se distrajera un
minuto y poder cambiar la carta por la imitación del sobre que habían realizado. Dupin a la
mañana siguiente se dirigió a la casa del ministro conversaron, un poco cundo de pronto se
escucharon unos disparos de un hombre que poseía un rifle, inmediatamente el ministro se
asomó a la ventana a observar lo que había sucedido, Dupin sin pensarlo dos veces cambio las
cartas obviamente el hombre del rifle era contratado por Dupin, después de coger la carta la
policía tuvo pruebas contundentes para culpar al ministro y de inmediato fue arrestado.
El protagonista es sentenciado a la muerte por monjes debido a la Inquisición en Toledo. El
hombre se ve encerrado en una sala oscura con un pozo en su centro, sin saber dónde estaba
debido a su pérdida de conciencia anteriormente.
Solo recibía pan, agua y carne. Se da cuenta del pozo al casi caer en él, salvándose así de su
primer obstáculo.
Su segunda prueba, la del péndulo, fue fallida, por la habilidad del hombre al hacer que las
ratas rompan sus amarras.
La tercera prueba consistía en muros calientes que iban achicando la habitación hasta que el
hombre finalmente muriera.
El protagonista en medio de la última prueba es salvado por el General Lasalle, quien
pertenecía al ejecito Francés, el cual acabo con la Inquisición en Toledo.

La caída de la casa Usher


El protagonista es invitado por Roderik Usher a su mansión, estando este muy enfermo física y
mentalmente.
Roderik tenía alteraciones en su personalidad y tenía una gran sensibilidad por los sentidos.
La mansión tenía un aspecto tenebroso y una grieta con forma de zigzag que iba desde el
techo hasta casi el estanque.
Roderik le tenía temor a la mansión.
La parecida hermana de Roderik, Lady Madeline, había muerto hace pocos días.
La muerta fue llevada a una cripta familiar por Roderik y el protagonista.
Una noche Roderik estremecido fue por la compañía de su amigo el cual le leyó un libro.
Mientras el protagonista contaba la historia del joven Etheredo los sonidos de la novela eran
acorde con los sonidos de la mansión.
Se abre la puerta de la habitación donde se encontraban los viejos amigos, los cuales quedan
espantados al ver a Madeline frentes a ellos.
Ella muere ensangrentada encima de su hermano, tras la lucha por liberarse de la tumba, y
Roderik muere de miedo.
El protagonista escapa de la mansión mientras esta se derrumba.
Doble Asesinato en la Calle Morgue
A finales del siglo XIX, una anciana y su hija hacen un retiro en el banco, y en esa noche son
escuchados unos gritos en la casa y se encuentran a las dos mujeres muertas, pero el oro sigue
ahí; se descubre que no había forma de haber huido. Dupin y otro inspector entran a ver el
caso y descubren que el que cometió los crímenes fue un orangután con una navaja de afeitar,
y esto lo hace gracias a que ve a su amo afeitarse.
Esta es una historia muy entretenida, de cómo nadie tiene idea de que el orangután es el
asesino, y como no pueden resolver el caso, pero al final sale Dupin resolviendo el caso.
El escarabajo de oro
La narración empieza cuando el protagonista acaba de descubrir un escarabajo de oro de una
especie desconocida. Uno de sus amigos lo visita ese día, le hace partícipe de su
descubrimiento y dibuja en un papel la forma del escarabajo causando la sorpresa de su amigo
que ve en el dibujo un extraño parecido con una calavera a raíz de estos hechos los
protagonistas van desvelando una serie de misterios y pistas que llevaran a los personajes a
vivir una extraordinaria aventura.
Este cuento me gusta mucho ya que es como de buscar tesoros y eso, y es un tema que me
atrae mucho en los cuentos, lo que también me gusta es que se tengan tesoros con mucho
oro, etc.
La verdad en el caso del señor Valdemar
Trata de un hombre moribundo al que mantienen vivo dos doctores, mediante la
magnetización (es un método para retrasar la muerte, dejando a la persona sonámbula). “Los
doctores llegan a mantener una conversación con el hombre magnetizado”
Esta historia es bastante ficticia, y en este cuento como en casi todos, está la muerte contra la
vida, y este cuento está muy bien hecho.
El cuervo
Trata de un señor que pierde a su amante y este está encerrado en su casa y escuchaba que
alguien tocaba la puerta de su casa y cuando él iba a abrir ya no había nadie, también el
hombre podía escuchar su nombre de forma de eco, entonces el hombre comienza a volverse
loco y empieza a ver a un cuervo que habla.
Narraciones Extraordinarias por Edgar Allan Poe
Cuento 1: El Gato Negro

Un hombre que en su infancia fue dócil, bondadoso y por sobre todo amaba a los animales,
creció con este carácter. Se casó joven, y su esposa compartí el mismo amor por los animales.
Ellos tenían muchas bestias, pero entre ellas se destacaba una: un gato completamente negro,
llamado Plutón. Este era el favorito del hombre. Por culpa del demonio su carácter y
temperamento se alternaron y desde ese día comenzó a descuidar a sus animales con excepción
de Plutón. Su enfermedad empeoró y le quito un ojo a Plutón y luego mató al animal
ahorcándolo. Esa misma noche la casa del hombre se incendió y al aproximarse el señor hacia
la multitud que se encontraba rodeando su casa observó la imagen de un gato igual a Plutón
grabada en la blanca superficie. Él saca sus conclusiones sobre lo ocurrido. Luego de unos días
este hombre encontró un gato igual a Plutón con la excepción de que tenía una macha indefinida
en el pecho. Llevó a esta bestia hacia su casa. Pero luego de un par de días comenzó a odiar a
este animal, hasta un punto que tenía intención de matarlo. Un día el señor bajó al sótano para
realizar una tarea doméstica y el gato lo siguió. Intentó matarlo con un hacha pero su esposa lo
detuvo y en un acto más que demoníaco, se soltó del brazo de la mujer y le clavó el hacha en la
cabeza, y ello causó su muerte. El hombre pensó donde esconder el cuerpo y se le ocurrió detrás
de la pared y así lo hizo. Pasaron 2 y luego 3 días y el señor no sentía culpa. El cuarto día la policía
fue inesperadamente a la casa y la revisaron hasta que encontraron el cuerpo. Y el hombre
descubre que sobre la cabeza de la mujer se encontraba el cuerpo de la bestia que asesinó.

Cuento 2: Manuscrito Hallado en una Botella

Un hombre muy inteligente y que ha viajado mucho, se embarcó en el año 18…, en el puerto de
Batavia, en la isla de Java, para hacer un crucero al archipiélago de las islas Sonda. El navío era
de condiciones excelentes, excepto por el arrumaje, que había sido mal hecho, y por lo tanto el
barco escoraba. Comenzaron el viaje con muy poco viento a favor. Observó una nube extraña y
permaneció mirándola mucho tiempo. La luna era rojo-oscura y el mar transparente hasta el
punto de que se llegaba a ver el fondo. El aire era intolerablemente cálido. Este hombre creía
que se aproximaba un huracán, se lo transmitió al capitán pero este no prestó atención. Esta
inquietud no lo dejaba dormir, por lo tanto, a medianoche subió a la cubierta. En el transcurso
del mismo, un rumor semejante al zumbido lo sorprendió. Antes de asegurarse de su significado
sintió que el barco vibraba. Una violenta ráfaga arrasó con el capitán y todos los tripulantes,
exceptuando a un viejo sueco y al hombre. El navío estaba destrozado. Naufragaron durante 5
días y 5 noches, alimentándose con una pequeña cantidad de melaza de azúcar. Los primeros 4
días navegaron hacia el sud-este. El quinto día fue muy frío. En el mediodía el sol llamó
nuevamente la atención, no daba luz que mereciera propiamente tal nombre. Esperaron la
llegada del sexto día, que para el sueco no llegó jamás y para el hombre todavía no había llegado.
Alrededor de ellos todo era horror, había profunda oscuridad, el oleaje era muy alto. Creían que
iban a morir, hasta que vieron acercarse un enorme barco. Pero algo que le dio terror fue que
el barco tenía todas las velas desplegadas en medio de aquel huracán. Se acercaron al barco, su
proa se rompió y subió al barco y pasó inadvertido a los ojos de la tripulación. Se escondió en la
cala. Desde su refugio vio a un hombre que se movía con pasos inseguros y débiles. Pudo
observar su apariencia general. Era de una avanzada edad. Le temblaban las rodillas, hablaba
solo en un idioma que el hombre no pudo comprender. Este señor subió al puente y no lo volvió
a ver. Tenía un sentimiento extraño que poseía su alma. Hace mucho que había subido a ese
navío. Había tomado los materiales para escribir esto del camarote del capitán. Había observado
el navío, dedujo que no era un barco de guerra, pero no pudo averiguar que sí era. El tamaño,
el modelo los tipos de mástiles y otras cosas del barco le daban una sensación de algo familiar.
El maderamen del navío estaba construido con un material que desconocía. Se había mostrado
frente a los tripulantes y ellos no le prestaron la menor atención. Siguieron navegando hacia el
sud. Este hombre cree que están destinados a rondar continuamente al borde de la eternidad,
sin precipitarse en el abismo. Y que el barco está sometido a la influencia de alguna poderosa
corriente, o una impetuosa resaca. Las aguas se alzaban cada vez más. Describe al capitán como
un hombre de casi su estatura, cuerpo proporcionado y sólido, vejez, cabellos grises, ojos iguales
a sus cabellos. Todo el barco estaba impregnado de vejez. El viento aumenta y como las velas
estaban despegadas, por momentos el barco se levantaba sobre el mar. Se comienzan a
precipitar en el torbellino, y entre el rugir, el aullar y el tronar del océano, el barco se estremece.
Y se hunde.

Cuento 3: El Entierro Prematuro

Un hombre cuenta que la peor miseria humana es el entierro de un hombre vivo. Da ejemplos
sobre ello. En primer lugar el de una mujer la cual padecía de una enfermedad. Tanto tiempo la
padeció que murió, o creyeron que murió ya que presentaba todas las apariencias de la misma.
La señora fue depositada en la bóveda familiar que quedó cerrada por 3 años. Un día para
realizar un sarcófago abrieron la bóveda y la mujer cayo en los brazos de su marido muerta.
Luego de una investigación se dedujo que la mujer revivió luego de dos días de su sepultura;
cuando pudo salir de ataúd comenzó a golpear la puerta para llamar la atención y en ese
momento murió. El segundo caso ocurrió en Francia en 1810. Madmoiselle Victorine
Lafourcade, una mujer adinerada, se enamoró de un hombre llamado Julián Bossuet, pero
decidió rechazarlo y casarse con Monsieur Renelle. Este caballero descuidó el matrimonio e
incluso llegó a maltratar a la dama. Luego de unos años juntos la mujer murió, o eso se creía.
Fue inhumada en una tumba común en su tierra natal. Su esposo se dirige a la tumba para
cortarle sus trenzas. Cuando desentierra el cuerpo se encuentra con que en verdad la mujer
estaba viva. La llevó a su alojamiento y más tarde se la entregó a Bossuet. Juntos escaparon a
América. Luego de veinte años deciden volver a Francia y Monsieur Renelle los reconoce. El
tercero es un caso que fue publicado en la revista de cirugía y trata sobre un hombre, oficial de
artillería, que fue derribado por un caballo. Se le realizaron varios estudios, pero empeoraba.
Así que se lo dio por muerto ya que lo parecía, pero no era así. Lo enterraron con rapidez y entró
tierra en la tumba por un hueco. Por el último mencionado el hombre podía adquirir el aire
suficiente para respirar. Los domingos mucha gente frecuentaba al cementerio. Uno de ellos
reaccionó, que había un ruido y comenzaron a cavar para desenterrarlo. Cuando lo lograron, lo
llevaron al hospital para su recuperación. El cuarto relato ocurrió en 1831 en Londres. Mr.
Edward Stapleton aparentemente había muerto de fiebre tifus y de otros síntomas que
excitaron la curiosidad de los médicos. Los últimos mencionados piden permiso para realizarle
un examen post mortem pero los amigos de Stapleton se negaron. Por lo tanto desenterraron
el cuerpo y lo llevaron a una sala del hospital para disecarlo en privado. Le realizaron unos
exámenes y entre ellos la aplicación de la batería galvánica en uno de los músculos pectorales.
Luego de haber realizado ello el paciente se despertó y dijo unas palabras incomprensibles que
más tarde fueron deducidas como que había dicho “estoy vivo”. Segundos más tarde cayó al
suelo. Le administraron éter y revivió. Edward afirmó que en ningún momento había perdido
todo el sentido. El quinto y último relato es el del propio hombre que contó todas las historias
anteriores; su experiencia real. El padecía una enfermedad llamada catalepsia. En su caso no
padecía características importantes. Se encontraba en un estado de semisíncope, o casi
desmayo. Con respecto a ella el hombre cada vez que se despertaba de un “sueño” no recobraba
inmediatamente el sentido. No tenía sufrimiento físico, pero si angustia moral. Tenía
imaginación macabra como por ejemplo cuando soñó que un demonio le aferraba la muñeca y
le ordenaba que se levante; luego se dirigieron a observar a los muertos que salían de sus
tumbas. El hombre preparó su ataúd para que se pueda abrir fácilmente, para poder adquirir
aire y luz y para tener alimento y agua. Llegó una época en la cual se encontró a sí mismo
inconsciente y débil. Luego de un largo intervalo, un período de placentera quietud, una breve
zambullida en la nada y luego un súbito restablecimiento. Después vino un choque eléctrico de
terror, y por ello un esfuerzo positivo por pensar, intento de recordar, éxito parcial. Así recobró
la memoria y el dominio de ella, tuvo conciencia de su estado. Permaneció inmóvil por unos
minutos, no tenía valor para moverse. Cuando tuvo el valor de hacerlo, abrió los ojos y estaba
todo oscuro. Intentó gritar pero sus labios estaban atados como los de los muertos. Movió sus
manos cruzadas y golpeó una sustancia que se extendía sobre el cuerpo del hombre. Hizo un
segundo intento de grito y aulló lo suficientemente fuerte para que lo escucharan cuatro
hombres que se encontraban allí. Ellos lo sacudieron para que despertara de su sueño y le
devolvieron la plena posesión de su memoria. En Richmond, Virginia se había ido junto a un
amigo a las orillas del Río James. Durmió profundamente y su visión no fue un sueño ni una
pesadilla. Luego de haberle ocurrido esta experiencia le ocurrieron cosas buenas: su alma
adquirió vigor y temple, viajó al extranjero, hizo ejercicios, respiró el aire libre, pensó en otros
temas no relacionados con la muerte, dejó a un lado sus libros de medicina.

Cuento 4: La Verdad sobre el Caso del Señor Valdemar

Durante unos años el estudio del hipnotismo había atraído su atención. Jamás se había
hipnotizado a alguien en condiciones de muerte. Quedaba por verse 3 cosas planteadas por él
acerca de esto: si sería susceptible de influencia magnética, en el caso de que lo fuera, si su
estado aumentaría o disminuiría dicha susceptibilidad y hasta qué punto, el proceso hipnótico
sería capaz de detener la intrusión de la muerte. Pensó si tenía alguien conocido para verificar
esos puntos y pensó en un sujeto llamado Ernest Valdemar, residente desde 1839 en Harlem,
Nueva York. Tenía un temperamento nervioso que lo convertía en una buena persona para
hipnotizar. Ya lo había adormecido 2 veces. Le comentó a su amigo acerca del asunto y se veía
vivamente interesado. Acordaron que Valdemar lo llamaría 24 horas antes de su muerte. 10 días
más tarde recibe la carta de Valdemar diciendo que ya podía ir. Fue hacia el hospital y el aspecto
de Ernest era de muerto. Le preguntó a los médicos acerca del estado de Valdemar y ellos le
explicaron todas las enfermedades y desajustes que padecía el hombre. Los doctores se
despidieron de él. Dos enfermeros, un hombre y una mujer se encontraban allí, así que decidió
posponer la hipnotización para las 8. Llegado el horario indicado anteriormente, con Theodore
L…. de testigo y tomando apuntes de lo que iba ocurriendo. Efectuó los pases que habían sido
más efectivos para Valdemar en las otras ocasiones. Estos no funcionar hasta pasadas las 10,
que llegaron los doctores D…. y F….., como lo habían prometido. Les hizo unas preguntas y
continuó con la hipnotización. Logró hipnotizarlo y pidió que revisaran si estaba correctamente
en trance hipnótico. La apariencia general de Valdemar era muy distante a la de muerte. Se
acercó y probó haber y cuando él movía el brazo Ernest haría lo mismo, y así fue. Luego le
preguntó al hombre si dormía y este respondió, luego de la tercera vez de ser preguntada, que
se encontraba dormido y que quería morir así. La segunda pregunta que le realizó fue si sentía
dolor en el pecho. Luego de un momento respondió que no sufría, que se estaba muriendo.
Volvió a realizar la primera pregunta, pero esta vez hubo que preguntarle cuatro veces y en ese
momento afirmó y dijo que se moría. Los médicos no querían sacarlo del estado actual a
Valdemar. El último mencionado comenzó a adquirir síntomas de muerte. Volvieron a
preguntarle si estaba dormido, pero esta vez respondió que no, que estuvo durmiendo pero que
ahora estaba muerto. L…. se desmayó y los médicos se fueron. Reanimaron a L…. y pudieron
dedicarse a ver el estado de Valdemar. A las diez de la mañana abandonaron la casa junto con
diez enfermeros y volvieron a la tarde. Su estado era el mismo. Discutieron sobre si despertarlo
o no. Durante 7 meses siguieron acudiendo a la casa de Valdemar acompañados de amigos y
médicos. El paciente se mantuvo igual. Un viernes decidieron hacer el experimento de
despertarlo. Comenzó a realizar los procedimientos correctos, pero el paciente se estaba
muriendo. Acudieron a preguntarle si podía explicarles lo que sentía y deseaba. Éste respondió
que lo hagan dormir o que lo despierten pronto porque estaba muerto. Intentó otro método
para despertarlo, pero lo que ocurrió fue que se encogió, se deshizo en casi un minuto, cuando
todos esperaban que el paciente despertase.

Cuento 5: El Retrato Oval

Un hombre y su sirviente ingresan a un castillo abandonado temporariamente. Se instalaron en


un aposento pequeño, en una apartada torre del edificio. Las decoraciones eran ricas, pero
viejas. Había pinturas en las paredes. En la cama encontró un pequeño volumen que contenía
la crítica y descripción de las pinturas. Leyó este volumen hasta la medianoche. Se le cae el
candelabro y descubre un retrato oval que le había pasado inadvertido. Era el de una joven
mujer. Estaba pintado con la técnica vigente. Era una pintura admirable, tenía una absoluta
posibilidad de vida. Buscó en el volumen lo que decía con respecto a esta pintura. El retrato
había sido pintado por un hombre que amaba a una mujer (la pintada en el retrato), pero
también al arte, en cambio, ella lo amaba, pero odiaba al arte. La dama oyó que el hombre iba
a retratarla. La dama se posó dócilmente en la torre, mientras él se gloriaba de su trabajo. El
retrato que estaba pintando era el de la mujer que amaba. Cuando faltaba poco por hacer el
espíritu de la dama osciló. Se aplicó lo que faltaba y el hombre gritó: “¡Ciertamente, esta es la
vida misma!”. Miró a su amada y estaba muerta.

Cuento 6: Eleonora

Un hombre vivía junto a su prima, que también era su esposa y su tía. Habitaban en el Valle de
la Hierba Irisada. Quedaba muy apartado entre colinas y no había un sendera hollado. Había un
río que lo llamaban “el río del silencio” ya que habían una influencia enmudecedora en su
corriente. La superficie entera del valle estaba cubierta por hierba verde, suave, espesa,
uniforme, perfumada, corta; flores, árboles cuyos altos y esbeltos troncos no eran rectos, sus
hojas eran de color verde vivo. Luego comenzaron a brotar flores en los árboles, la hierba se
ahondó, desaparecieron las blancas margaritas, y en su lugar brotaron asfóreos rojo rubí. Los
pájaros gayos y los flamencos desplegaron su plumaje. Peces de oro y plata frecuentaron el río.
Cuando Eleonora supo que moriría, temió que su esposo abandonara el valle y transfiera su
amor a otra doncella. Le juró que nunca haría eso y apeló al poderoso amo del Universo como
testigo e invocó que si no cumplía con su promesa tendría el castigo de la muerte. Eleonora le
dijo que velaría por el en espíritu. Cuando ella muere el en el valle, las flores desaparecieron de
los árboles, las hierbas desaparecieron, los asfódelos rojo rubí se marchitaron y la vida se
retiraba del valle. No cumplió su promesa y abandonó el valle. Se casó con otra doncella, hija
del rey, y pagó su incumplimiento de la promesa con la muerte.

Cuento 7: Berenice

Egaeus y Berenice eran primos y crecieron juntos en la heredad paterna. Crecieron de manera
diferente. Egaeus era enfermizo, envuelto en melancolía, estudiaba el claustro, vivía encerrado
en sí mismo y entregaba el cuerpo y el alma a la meditación. Berenice era ágil, graciosa,
desbordante de fuerzas, paseaba por la colina, vagaba despreocupadamente por la vida, no
pensaba en las sombras del camino ni en la huida silenciosa de alas negras. Berenice comienza
a padecer una especie de epilepsia que terminaba en catalepsia. Esta enfermedad ocasionó
cambios en el ser moral y físico de la prima de Egaeus. La enfermedad del último mencionado
era que tenía un carácter monomaniaco que consistía en una irritabilidad morbosa de esas
propiedades de la mente que la ciencia psicológica designa con la palabra atención.
Contemplaba cosas triviales por días enteros. Cuando se acercaba la fecha de su casamiento,
una tarde de invierno, Egaeus se sentó en la biblioteca creyéndose solo, pero al alzar sus ojos la
vio a Berenice. Ninguno pronunció una palabra. Su delgadez era excesiva, la frente era alta y
pálida, su cabello rubio reluciente, que discordaba con la melancolía de su rostro, sus ojos
carecían de ida y brillo y parecían sin pupilas, sus labios eran finos y contraídos. Los dientes fue
lo que más le llamó la atención. El golpe de una puerta lo distrajo y Berenice desapareció.
Comenzó a ver los dientes de su prima en todos lados. Ansiaba los dientes con un deseo
frenético. Los estudió con mucha atención. Un grito de dolor y pena interrumpió su sueño. Se
levantó a ver lo que ocurría y vio a la criada llorando la muerte de Berenice. Pero luego se
encontró sentado en la biblioteca. Entró un criado que en sus ojos se veía violento terror. El
criado señaló sus ropas que estaban llenas de barro y de sangre coagulada, le tomó la mano que
tenía restos de uñas humanas, señaló una pala. Egaeus agarró la caja y subió a la mesa. Se le
resbaló de la mano y cayeron elementos dentales y dientes. Había desenterrado a Berenice y le
había sacado los dientes.

Cuento 8: Ligeia

Un hombre conoce a Ligeia pero no recuerda cómo, cuándo ni dónde la conoció. Solo recuerda
que era de alta estatura, un poco delgada, tenía una voz dulce y profunda y ninguna mujer igualó
la belleza de su rostro. Su frente era alta y pálida, sus cabellos lustrosos, exuberantes y rizados.
Sus ojos eran más grandes que los comunes de nuestra raza, eran negro brillante, velado por
oscuras y largas pestañas, cejas irregulares. Sus ojos eran independientes de su forma, color y
brillo. Él sentía pasión por esos ojos, ya que lo deleitaban y a la vez aterraban. Ella tenía un gran
conocimiento. Él se entregó a la investigación metafísica, en los primeros años de su
matrimonio. Luego de unos años de matrimonio sus ojos comenzaron a brillar con menos
frecuencia, Ligeia cayó enferma, los pálidos dedos adquirieron transparencia y las venas de su
alta frente latieron. Ella creía que moriría sin sus terrores, pero no fue así. En el momento de su
muerte ella demostraba un enorme deseo de vida. Ese día le pidió que repitiera unos versos.
Murió y él vagabundeó sin rumbo. Luego de unos meses adquirió y reparó una abadía en
Inglaterra. Como sucesora de Ligeia, condujo al altar a Lady Rowena Trevanion. La decoración
de la habitación tenía aspecto fantasmagórico dependiendo del ángulo en que la mires.
Recordaba a Ligeia en cada momento de su vida. En el segundo mes de su matrimonio Lady
Rowena cae enferma, por las noches, hablada de sonidos, de movimientos. Ella nunca se repuso
del todo, tuvo un carácter alarmante. Una noche, próximo el fin de septiembre, tenía palidez
mortal y parecía desvanecerse. Por lo tanto el hombre fue en busca de un frasco de vino ligero.
En el camino de la búsqueda notó que en la alfombra había una sombra, agarró el vino y al
regresar percibió un paso suave en la alfombra. Rowena bebió el vino sin vacilar, y él vio que
tenía gotas de un fluido brillante. Sus doncellas la prepararon para la tumba. Luego de esto lo
comenzaron a asaltar recuerdos de Ligeia. Advirtió un sonido, luego otro, los dos provenientes
del mismo lugar. Era un suspiro y descubrió que su esposa aún vivía. Luego descubrió que no
era así. El cadáver se movía. Dejó caer las vendas que le cubrían el rostro y descubrió los
hermosos ojos de Ligeia.

Cuento 9: La Máscara de la Muerte Roja

El príncipe Próspero a pesar de que la “Muerte Roja” había devastado el país durante largo
tiempo, era feliz, intrépido y sagaz. Sus dominios quedaron semidespoblados y llamó a mil
robustos y amigos para retirarse al encierro seguro en su palacio. Luego de 5 y 6 meses de estar
allí, Próspero propuso hacer un baile de máscaras. Esta se celebraría en 7 salones. En el último
aposento había un reloj de ébano y cuando iba a sonar paraban la música en el baile. El príncipe
se había dedicado a decorar las salas. Luego de que haya sonado varias veces, se notó la
presencia de la “mascara de la muerte roja”, una figura enmascarada, que hasta entonces no
había llamado la atención de nadie. El príncipe preguntó quién se atrevía a insultarlos con esa
burla, lo cual se escuchó en las 7 salas. El príncipe Próspero recorrió las 7 salas hasta llegar a la
figura enmascarada. Este lo mata y luego continúa dominando a toda la fiesta, haciendo morir
uno por uno de los presentes en la fiesta.

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