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Siempre pon atención a los pecados deliberados, por más pequeños que puedan
parecer. Todos esos pecados deben ser eliminados para poder ser uno con la
Voluntad de Dios: “¿… sabes quién pone desorden en el alma? Solamente el
pecado, aun el más pequeño, si el alma la comete voluntariamente y se apega a
él. Oh, como todo esto deforma el alma, le quita el color, la debilita!” (Vol. 9: 16
de nov. 1909).
- ¿Hice bien mi examen de conciencia y el acto de contrición la noche
anterior?¿Omití alguno? ¿Recuerdo agradecer a Dios por las bendiciones del
día?
- ¿Hice el “acto preventivo” al momento de levantarme con el objeto de colocar
todo el día en orden a la Divina Voluntad? Me levante puntualmente a la hora
prevista? ¿Recuerdo las enseñanzas de la Iglesia sobre la modestia al vestirme,
que son una de las marcas del verdadero hijo de la Divina Voluntad? ¿O me visto
por vanidad, confort o conveniencia?
- ¿Fui negligente-distraído al hacer “los actos corrientes” durante el día (con
culpa mía)?
- ¿Qué esfuerzo hice para mantener la “actitud divina” durante el día? ¿Hago
todo por Jesús, esto es, con el deseo de agradarle verdaderamente? ¿Hago todo
en Jesús, dejando “mis ideas”, “estilo”, “gustos y mucho más” (Vol. 3: 10 de
julio 1900), para tomar los Suyos? ¿Cuántas veces hice mi propia voluntad?
¿Qué esfuerzos hice para permanecer en oración continua que me permite
participar en “las operaciones ad-intra que la Divinidad tuvo en la Humanidad de
Jesús”? (Vol. 4: 28 de julio 1902).
1
Agregar ¿Bese la mano de aquel que me hizo mal y le agradecí? “besarás la mano que te golpea, reconociéndote
indigna de esas penas, después me ofrecerás aquellas amarguras, angustias y tedios, pidiéndome que los acepte
como un sacrificio de alabanza, de satisfacción por tus culpas, de reparación por las ofensas que me hacen (Vol. 1,
pág. 14).
No es necesario revisar cada detalle del examen anterior cada noche. Una vez
que estés un poco familiarizado con la lista encontraras que hay ciertas áreas
que necesitan tu atención particular.
Así, querrás enfocarte sobre esas áreas cada noche para mejorarlas. Entonces,
periódicamente, querrás revisar todo el examen para ver que otras áreas
necesitas trabajar.
Ahora, una vez que has examinado tu conciencia, piensa por un momento en los
sufrimientos y dolores que tus infidelidades han causado a Jesús, cuyo amor
nunca cesa por ti. Pensar en su pasión te ayudara a lamentarte aun por la falta
más pequeña por la cual Él también ha sufrido: “… mantén la luz de mi pasión en
tu mente… Entonces considerando la causa por la cual sufrí penas inmensas, que
era el pecado, tus pequeños defectos te parecerán graves.” (Vol. 2: 2 de Sept.
1899). Ten conciencia, también, que habiendo recibido el inmenso don de la
Divina Voluntad, tienes más razones que otros para lamentarte por las faltas
más pequeñas, ya que: “a quien se le ha dado mucho, se le pedirá mucho”. (Lc.
12:48).
Con verdadero dolor haz un buen acto de contrición, decidiendo hacer nuevos
esfuerzos para mejorar.
Haz tu acto de contrición en la Divina Voluntad
Mi Jesús, sinceramente te pido perdón por mis pecados, lo hago en Tu Divina
Voluntad, pedir perdón en nombre de todas las criaturas por todos los pecados,
rehacer todos los actos de contrición en la Divina Voluntad, y llamar a todas las
almas a reconocer sus pecados y pedir perdón por ellos. En mi yo quiero que Tú
encuentres a todas las almas pidiendo perdón por sus pecados con perfecta
contrición. Con esto en mi mente te ruego:
Acto de contrición de Luisa.2
(Del Breviario de la Divina Voluntad)
Jesús, perdóname; yo tuve la osadía de ofenderte y de rebelarme contra Ti, en el
instante mismo en que Tú me amabas.
Jesús, me arrepiento de todo corazón por haberte ofendido; más veo que mi
dolor no es ni suficiente ni proporcionado a la gravedad de mis pecados. Por
eso te ruego, te suplico, me concedas tu amargura, a fin de poder dolerme con
ese mismo dolor con el que Tú Te doliste por mis pecados, dolor tan grande e
intenso que Te hizo sudar viva Sangre en el Huerto de los Olivos.
2
En esta página web se omite el inicio de la oración. Fuente: Ibídem. En el Breviario publicado en la página web de
Salvador Thommasiny, con traducción más completa, la misma oración se inicia así: “Jesús mío, heme aquí
postrado ante tus pies; siento la extrema necesidad de venir a tus brazos paternos, como hijo a su padre. Mírame y
ten piedad de mí, me siento cubierto por muchas culpas; llagas profundas desfiguran mi pobre alma. (sigue el texto
en el cuadro supra)” Fuente: http://www.divinavoluntad.info/Breviario.htm
Mamá del Cielo, ven Tú también en mi ayuda y mira de cuántas llagas está
cubierta mi pobre alma: Tú que eres mi Madre, cúbrelas con tu manto, y
condúceme Tú misma, contrito y humillado, a los pies del Sacerdote, para
confesar todas mis culpas, y alcánzame de tu Jesús, el suspirado perdón. Así
sea.3
Jesús dice:4
“Mira, para hacer que Yo derrame mis gracias en tu corazón, quiero hacerte
comprender que por ti nada puedes, Yo me cuido muy bien de aquellas almas
que se atribuyen a ellas mismas lo que hacen, queriéndome hacer tantos hurtos
de mis gracias; en cambio con aquellas que se conocen a sí mismas Yo soy
generoso en verter a torrentes mis gracias, sabiendo muy bien que nada
refieren a ellas mismas, me agradecen y tienen la estima que conviene, viven
con continuo temor de que si no me corresponden puedo quitarles lo que les he
dado, sabiendo que no es cosa de ellas; todo lo contrario en los corazones que
apestan de soberbia, ni siquiera puedo entrar en su corazón, porque inflado de
ellos mismos no hay lugar donde poderme poner, las miserables no toman en
cuenta mis gracias y van de caída en caída hasta la ruina.” (Vol. 1, pág. 5).
3
A continuación se omite el Acto de contrición tradicional que se dice durante la confesión, tanto en inglés como en
la traducción al castellano.
4 En ingles la cita no es textual sino parafraseada. El autor no la puso entre comillas. En castellano el texto es exacto
al que aparece en internet (traducción de Salvador Thommasiny) y por eso lo hemos puesto entre comillas.
Sobre todo, agradécele por el inmenso don de la Divina Voluntad y por cada
acto que tuviste el gozo de hacer ella. Entonces, asegúrate de hacer estos actos
de agradecimiento en la Divina Voluntad para que puedas hacerlos por todos
aquellos que no le agradecen. Y su Voluntad, correrá por cada alma, en todo
tiempo y lugar, y llámalas para que den las gracias a Dios.