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RESUMEN
La adicción al sexo concierne a una hipersexualidad incon-
trolable por el sexo de todo tipo, desde relaciones sexuales
con otras personas hasta masturbación o consumo de porno-
ABSTRACT
Sex addiction is an uncontrollable sex hypersexuality
grafía. La hipersexualidad es una de las dependencias menos
everything from sex with other people until consumption of
conocidas y visibles, puesto que las personas que lo padecen
pornography or masturbation. Hypersexuality is one of the
suelen mantenerlo oculto y disimularlo, sobre todo con las
least known and visible units, as people who have it tend to
personas conocidas. Las adicciones, en general, una vez que
keep it hidden, and conceal, especially with people I know.
se han arraigado como tales, actúan en forma de un ciclo
Addictions in general, once they become embedded as such,
repetitivo, siguiendo ordinariamente pasos más o menos
act as a repetitive cycle, following steps usually more or less
similares. La cultura juega un papel fundamental e invisibiliza
similar. Culture plays an important role and invisible the
la problemática de la adicción sexual ya que, de una u otra
problem of sexual addiction because in one way or another
forma, se convierte en un reforzador de esta conducta.
becomes a reinforcer of behavior.
Palabras clave: adicción al sexo, problema silencioso, género Keywords: sex addiction, problem quiet, gender and
y cultura. culture.
*
Magister en Desarrollo Social, decana de la Facultad de Psicología de la Universidad Cooperativa de Colombia, seccional Montería, correo electrónico: yadithsalemenegrete@yahoo.es
**
Psicóloga, docente del Programa de Psicología de la Universidad Cooperativa de Colombia, seccional Montería, correo electrónico: indiragisela@gmail.com
***
Especialista en Psicología Forense, docente del Programa de Psicología de la Universidad Cooperativa de Colombia, seccional Montería, correo electrónico: celedonjose31@hotmail.com
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Revista de la Facultad de Psicología Universidad Cooperativa de Colombia -Volumen 6, Número 10 / enero-junio 2010
Yadith Saleme Negrete | Indira Negrete Ruiz | José Celedón Rivero 163
los programas de tratamientos. Sugerir que el no había datos científicos que apoyaran el
sexo podría ser parte del proceso de adicción concepto de comporta-miento sexual que pue-
estaba bastante lejos de los paradigmas profe- da ser considerado adictivo” (Romero, 2008).
sionales. Aún mucho más desierto estaba el Sin embargo, en el actual dsm iv no fue es-
camino hacia el tratamiento del problema. pecificada ninguna definición para “adictivo”
o “adicción”, lo que deja sin aclarar qué clase
Un problema que avanza de datos científicos podrían haber constitui-
silenciosamente do un apoyo para el concepto de adicción se-
xual. No obstante, muchos autores e investi-
En la actualidad encontramos una gran can-
gadores del tema aquí tratado, apoyándose
tidad de literatura psicológica y médico-psi-
en el concepto etimológico adicto, del latín
quiátrica que documenta la existencia de
addictus: “dedicado, muy inclinado, apegado,
un comportamiento sexual compulsivo con
devoto” (rae, 2001), sumado a los criterios
todas las características de la adicción como
de diagnóstico observados clínicamente, se
un trastorno. Como consecuencia de ello,
acercaron al concepto de trastorno adictivo
observamos en el abordaje de su estudio un
(Carnes, 1991).
esfuerzo —de tipo transdisciplinario entre la
Si bien la “adicción sexual” no es un con-
psicología, la psiquiatría, la medicina de adic-
cepto nuevo, el término fue usado hace más
ciones, la medicina de traumas, la sexología,
de medio siglo por Fenichel (1945, citado
y todos aquellos servicios que colaboran con
por Romero, 2008), y medio siglo antes, en
la justicia— que apunta al entendimiento de
1897, por Freud (citado por Romero, 2008),
esta patología con el objetivo de incluirla en
quien se había referido a la masturbación
programas de prevención social, para el trata-
como la “adicción primordial” desde la cual
miento en abuso sexual infantil, acoso sexual,
se podrían derivar todos los otros desórdenes
violación, prostitución y sexo anónimo.
adictivos, aún así, hoy en día, este concepto
Se está avanzando en los estudios enmar-
se encuentra cuestionado y lleva a diversos
cados en el paradigma que encuentra simili-
profesionales a la confusión sobre lo que
tudes entre la “adicción/compulsión sexual” y
realmente se está diciendo, habida cuenta de
otros trastornos adictivos tales como el alco-
que el término adicción sexual no es definida
holismo, la drogodependencia, trastornos en la
en el dsm iv como un trastorno.
alimentación, compras compulsivas, juego pa-
Alineándose con el criterio de la adicción/
tológico y otras adicciones (Asociación Ame-
compulsión sexual, visto como un trastorno
ricana de Psicología [apa], 1994). El término
adictivo, Goodman (1997), entre otros, pro-
de adicción sexual ha tenido diversas connot-
puso una simple definición de adicción que
aciones entre las se han venido desarrollando
facilita los diagnósticos preliminares de un
constructos teóricos con el afán de vincularla
desorden adictivo. Para él, la adicción es de-
a nivel de la ciencia. Aunque, en contraste,
finida como una condición en la cual un
esta aproximación pseudocientífica se ha vi-
comportamiento —que puede funcionar para
sto empañada por la falta de rigurosidad en los
producir placer y aliviar sentimientos dolo-
estudios investigativos que la orienten a la luz de
rosos— es empleado en un patrón que está
las consideraciones científicas, es pertinente
caracterizado por dos rasgos claves:
resaltar que el concepto de “adicción sexual no
parafílica”, listado en la American Psychiatric 1. Recurrente falla en el control del
Association Thrid Review (dsm iii r) (1987) comportamiento.
como un ejemplo de desorden sexual no espe- 2. Continuidad del comportamiento a pesar
cificado debido a que depende de cada indivi- de las consecuencias significativamente
duo, fue excluido del dsm iv, dado que: “[…] destructivas.
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“Recurrente falla para el control” quiere decir • Una continuación del comportamiento
que las personas adictas no pierden invariable- a pesar de consecuencias adversas tales
mente el control cuando se comprometen en como arrestos, matrimonios rotos, proble-
el comportamiento, sino que sus predicciones mas financieros, etcétera.
acerca de su mantenimiento del control han • Una obsesión o preocupación por seguir
sido repetidamente probadas como no confia- manteniendo su comportamiento adictivo
bles. Goodman define, entonces, a la adicción aún a sabiendas del daño que representa
sexual como “[…] una forma de comporta- para sí mismo y para otros.
miento sexual cuyo patrón característico es la
falla en el control del comportamiento sexual, Los autores concluyeron que, cuando la
a pesar de las consecuencias significativamente problemática del comportamiento sexual llena
destructoras para la persona que la padece y los anteriores criterios, puede llegar a consi-
para los demás” (1997, p. 340). derarse la probable existencia de un proceso
En otro texto, Goodman (1998) dice que la de adicción sexual.
“adicción sexual” es la designación más apro- El adicto al sexo presenta comportamien-
piada para el síndrome de comportamiento tos como ansiedad, angustias, irritabilidad,
sexual que estamos considerando. Sin dejar de insomnio y una necesidad imperiosa de recu-
considerar la relación de este síndrome con las rrir frecuentemente a la actividad sexual. Por
adicciones a las sustancias es también amplia- consiguiente, el estado de euforia que siente
mente considerado, gracias a sus similitudes fe- lo lleva a obtener el placer para evitar el ma-
nomenológicas, por otros autores como Oxford lestar, y experimenta un desplome emocional
(1978, citado por Romero, 2008), quien observó después de conseguirlo. La adicción al sexo
que las descripciones subjetivas de pacientes proporciona un mecanismo de evasión, un
con síndrome de comportamiento sexual com- alivio temporal a problemas personales, fami-
pulsivo son cualitativamente similares a las liares, sociales. También es una vía de escape,
de los pacientes adictos a las drogas. Carnes y una puerta de salida frente al vacío existencial
Kenneth (2002) dicen: “El adicto sustituye una presente en el interior de la persona, el cual
relación sana con los demás por una relación lo lleva a la búsqueda de salidas ilusorias que
enferma, con un acontecimiento o un proceso. llenen dicho vacio. Como lo afirma Charlotte,
La relación del adicto con una experiencia ‘mo- “la adicción es fundamentalmente una crisis
dificadora del estado de ánimo’, se convierte en espiritual un viaje al interior de la ceguera y
algo esencial en su vida” (2002, p. 4). de la muerte que se separa de la verdad” (1984,
Schneider e Irons (1997) también realiza- citado por Wilson, 1999, p. 28).
ron su aporte, determinando que esta patolo- Por otra parte, las adicciones en general,
gía muestra una fuerte asociación con algunos una vez que se han arraigado como tales, ac-
procesos de adicción tales como el juego y la túan en forma de un ciclo repetitivo, siguiendo
comida, entre otros. En el desarrollo de esta ordinariamente pasos más o menos similares.
asociación, Carnes y Schneider (2000) obser- Uno de los pioneros que estudió este tema,
varon en los siguientes patrones una similitud Carnes (2001), distingue en este ciclo cuatro
de la adicción sexual con el alcoholismo y la momentos clave: preocupación, ritualización,
adicción a la droga, así como también con el compulsión y vergüenza-desesperación; otros
juego compulsivo: distinguen más pasos como, por ejemplo, Ar-
terburn (2003), quien indica diez: obsesión,
• Una pérdida de control, exhibida en cacería, reclutamiento, gratificación sexual,
un persistente deseo o en esfuerzos no retorno a la normalidad, justificación, echar
exitosos para controlarse o detener el culpas, vergüenza, desesperación y prome-
comportamiento. sas; Willingham (1999) también señala diez
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incluso se le permite cortejar a varias parejas, en Carnes, P. (1991), Don’t call it love: Recovery from
tanto que a la mujer no. Por tanto, la adicción sexual addiction”, Nueva York, Bantam Books.
Carnes, P. y Kenneth, M. (2002), Clinical management
al sexo que puede tener un hombre es menos
of sex addiction, Nueva York, Brunner Routledg.
detectable en el ámbito social porque ésta sirve Carnes, P. y Schneider, J. (2000), “Recognition and
de reforzador de este tipo de comportamientos management of addictive sexual disorders: Guide
y, a su vez, para el hombre puede pasar a ser una for the primary care clinician” [en línea], disponi-
muestra más de su hombría y virilidad. ble en: http://www.jenniferschneider.com/articles/
Se debe tener en cuenta que no existe un patrón ARTICLE_Recognition%20&%20Mgmt%20
of%20Addictive%20Sexual%20Disorders_PCar-
único a seguir en la expresión de la sexualidad,
nes.pdf, recuperado: 29 de marzo de 2010.
dado que cada individuo o pareja la vivencia de Goodman, A. (1997), “Sexual addiction: diagnosis,
manera diferente. Se debe considerar que mien- etiology, and treatment”, en Lowenstein, J. et ál.,
tras en una pareja exista placer, intereses y gustos Substance abuse: a comprehensive textbook, Balti-
comunes en sus prácticas sexuales, éstas serán more, Williams & Wilkins.
funcionales; mientras que se hablaría de disfun- — (1998), Sexual addiction: An integrated approach,
Madison, Copyrighted Material.
cionalidad cuando las demás áreas de sus vidas Groneman, C. (2001), Ninfomanía: una historia,
se vean afectadas e interrumpidas significativa- Londres, Fusion Press.
mente por estas prácticas. Por consiguiente, se May, G. (1991), Addiction and grace. Love and spiri-
hace necesario realizar investigaciones sobre la tuality in the healing of addictions, San Francisco,
adicción al sexo que tengan como objetivo hacer Harper Collins.
Real Academia Española (rae) (2001), Diccionario de
más visible esta problemática con el fin generar
la lengua española, Madrid, Espasa-Calpe S.A.
mayores argumentos que la convaliden y, de esta Romero, M. B. (2008), “Adicción Sexual y trastor-
forma, se generen políticas en el ámbito público nos depresivos” [en línea], disponible en: http://
de la salud que apoyen el tratamiento psicoló- www.bibliotecapsicologia.org/articuloagosto.
gico de este problema. htlm, recuperado: 5 de abril de 2010.
Schneider, J. e Irons, R. (1997), “Treatment of gam-
bling, eating, and sex addictions. Manual of the-
Referencias rapeutics for addictions” [en línea], disponible
American Psychiatric Association (apa) (1994), Diag- en: http://www.bibliotecapsicologia.org/articu-
nostic and statistical manual of mental disorders, loagosto.htlm, recuperado: 2 de abril de 2010.
Washington DC, American Psychiatric Press. Singer, K. (1995), The sexual desire disorders, Nueva
Anthony, D. y Hollander, E. (1993), “Sexual com- York, Brunner/Mazel.
pulsions”, en Obsesive-compulsive related disorders, Willingham, R. (1999), Breaking free. Understanding
Washington, DC, American Psychiatric Press. sexual addiction and the healing power of Jesus,
Arterburn, S. (2003), Addicted to “love”. Understanding Buenos Aires, Educa.
dependencies of the heart: romance, relationships, Wilson, A. (1999), Recobra tu Intimidad, Madrid,
and sex, California, Ventura. Edaf.
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