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En general, en los diccionarios (ideológicos y de sinónimos) y los manuales léxicos "alfarería" aparece redirigida o referida a
"cerámica", dándosele así a esta última mayor valor troncal.nota 2
La palabra alfarería, como alfar, proviene del árabe hispánico alfah hár, ‘barro’, y este del árabe clásico fah har (alfarería), y a
su vez del hebreo hhafar (tierra, barro).5 En 1789 se documenta «alfaharería» y en 1866, «alfarería», finalmente. Por su parte,
apoyándose en el Diccionario de Autoridades, el Diccionario de la lengua española conserva el término «alcaller» (para «alfar»
y «alfarero») y «alcallería» (conjunto de vasijas de barro).6 7
Por otro lado, «cerámica» procede del griego antiguo κεραμική (keramiké), femenino de κεραμικός (keramikós, hecho de arcilla),
"cerámico",8 que designaba originalmente al barrio de los alfareros de la antigua Atenas, Kerameikos, al noroeste de la
Acrópolis.nota 3
Si bien Nebrija, en el umbral del siglo XVI, ya utilizó el término griego ceramion, se le atribuye al arqueólogo Giovanni Battista
Passeri la responsabilidad de incluir la voz cerámica en el contexto lingüístico moderno en una obra impresa en Venecia en
1768.9 Joan Corominas anota de que dicho vocablo llegó a España en 1869, un siglo después.10
Definiciones
En conjunto, las definiciones con más peso oficial, luego de coincidir en que ambos términos se refieren al arte de elaborar
objetos de barro, relacionan la "alfarería" con los espacios de fabricación y venta, y a la "cerámica" con el conjunto de objetos y
sus vertientes científicas asociadas a la arqueología.nota 4
En un manual clásico de términos de arte,11 ambos términos se relacionan con el "arte y técnicas del barro y la arcilla"; dándole
preferencia a la "alfarería" en esta acepción y reservando a "cerámica" la definición de los objetos fabricados con dichas
características y haciéndolo extensivo a otros términos más concretos como: loza, porcelana, mayólica y terracota.nota 5
Citas técnicas
"La alfarería es la cerámica popular, la más corriente,
la que se hacía en los pueblos para uso popular.
Después vino la cerámica, todo aquello que es
decorado, con carácter suntuario, artístico." Emili
Francés Sempere.12
Citas bíblicas
El campo del alfarero, novela de la serie que el siciliano Andrea Camilleri dedica al comisario Montalbano, fue
titulada así recogiendo una cita bíblica atribuida a Mateo el Evangelista. La presencia del término "alfarero" en
un documento de probada antigüedad como los Evangelios —siglo I d. C.—, quedaría no obstante sujeta a una
exhaustiva revisión léxica de ediciones y traducciones, desde el supuesto texto original escrito o dictado por el
apóstol Mateo.
Por otra parte, parece que la audiencia a la que se dirige Mateo está familiarizada con
hechos que describe el Evangelio y al autor le interesa relacionar el pasado (vida de
Jesús) con el momento en el que se escribió su relato, utilizando en dos ocasiones la
expresión «hasta el día de hoy». Así, el autor dice que los sacerdotes, con las 30
monedas de plata que arrojó Judas Iscariote en el templo, «compraron con ellas el
Campo del Alfarero como lugar de sepultura para los forasteros. Por esta razón ese
campo se llamó «Campo de Sangre», hasta hoy». En este texto se da a entender que la
audiencia conoce el lugar en cuestión y su nombre, por lo que es razonable pensar que
pudo haber sido escrito antes de la destrucción de Jerusalén y la gran despoblación que
trajo consigo.15
Sea como fuere, la síntesis a la que parecen llegar algunas líneas de tesis es que
literatura religiosa y de ficción coinciden en aceptar la antigüedad natural del término
alfarería, escapando del uso mucho más extendido que del término cerámica se hace en
los manuales científicos, desde los de arqueología a las publicaciones dedicadas a la
divulgación o estudio de la propia alfarería.16
Alfarería de fino, referido a los alfares con producción más cuidada, aunque no necesariamente vidriada.
Alfarería popular, también llamada tradicional, enmarcada en lo rural preindustrial. Engloba todo tipo de cacharrería utilitaria,
funcional y barata. Su entorno, originalmente, era local: arcillas y combustibles del lugar, obradores anexos o incluso dentro de la
vivienda, técnicas elementales; pero con el tiempo ha incluido también la fabricada con recursos modernos pero respetando el
espíritu tradicional de las piezas y su simbolismo.
Historia y origen
Los primeros objetos de alfarería se remontan al período Gravetiense (Paleolítico Superior) y se trata de pequeñas
representaciones de divinidades maternales y de culto a la fertilidad como la llamada Venus de Dolní Věstonice datada cerca de
29 000-25 000 a. C.17 Una de las piezas más antigua que se conoce es una vasija del período Jōmon de la época de la prehistoria
del Japón (10 000 a. C./8000 a. C.), pieza que actualmente se expone en el Museo Nacional de Tokio. Su nombre se le da por las
marcas de cuerda con el que está decorada.18 Se han encontrado otras evidencias en la cuenca del río Amur en Rusia que han
revelado rastros de cerámica que datan del 14 000-13 000 a. C.19 20 Existen trozos de alfarería encontrados en el sur de China
que fueron datados por carbono 14 a finales de 1990 y que se fecharon entre el 9000 y el 14 000 a. C., en nuevas excavaciones
realizadas en la cueva Xianrendong en la Jiangxi los nuevos encuentros se remontan hacia el 20 000 a. C.21
Los primeros artesanos especializados aparecieron en Mesopotamia, que inventaron las herramientas para trabajar mejor la
arcilla, como el torno de alfarero y el horno para cocerla hacia el 3400 a. C.24 25 Igualmente en Grecia como en los Balcanes la
influencia de la cultura de Anatolia se aprecia en las vasijas con forma de tulipa y con engobe, rojo y blanco. En Grecia
empezaron a decorarse las piezas con motivos geométricos, que eran los detalles más habituales junto con reproducciones de
plantas y escenas cotidianas, que se hacían imitando el arte de la escultura.26
Estrabón y Plinio el Viejo atribuyeron la invención de la rueda del alfarero al escita Anacarsis que murió cerca de 550 a. C. Sin
embargo, Homero habla ya de ella en sus obras y se sabe que el padre de la poesía griega precedió en varios siglos al discípulo de
Solón. Los toscanos, en tiempo de Porsena, trabajaban tan bien en este arte que sus artefactos se pagaban a un precio más elevado
en tiempos de Augusto que los mismos de plata y oro.27
En Europa mediterránea las piezas más antiguas son, probablemente, las encontradas en el yacimiento de Camprafaud
(Lenguadoc) y Verdelpino (Cuenca), piezas datadas en el VI milenio a. C.; no presentan ningún tipo de decoración. También hay
piezas del III milenio a. C. encontradas en Cataluña, Provenza, Córcega y Dalmacia; en este caso, su decoración se basa en la
impresión con conchas característica de la cerámica cardial (también llamada «montserratina» por su gran abundancia en el
macizo de Montserrat.28
Los hallazgos arqueológicos en el Alto Egipto, en la fase Naqada I, hacen suponer que desde el 4500 al 3500 a. C. se practicaba
la agricultura. También se enterraban los muertos en tumbas, donde era frecuente el uso de ajuares funerarios entre los que era
normal encontrar vasijas de terracota roja con motivos pintados en blanco; las decoraciones que predominaban eran las de tipo
geométrico, como por ejemplo triángulos, semicírculos y espigas.29 Hacia el 4000 a. C. en el pueblo de Badari se fabricaban
vasijas de alfarería de paredes finas y pulidas y del aproximadamente 3600 a. C. se han encontrado grandes cantidades de objetos
pintados, con figuras de animales y también con escenas de barcos de remos.30
En el periodo inicial de la Edad del bronce la mayor parte de las vasijas están realizadas, en la civilización micénica, a mano sin
la ayuda de ninguna rueda de alfarero, que fue introducida al final de esta época, consiguiendo con ello una mejor regularidad en
la producción. Casi todos las piezas están pulidas con una herramienta que deja unas marcas, la pintura primitiva se hacía con
arcilla líquida y las líneas grabadas se llenaban con otra arcilla blanca. En Creta se produjo una técnica de horneado que producía
un acabado de las piezas con salpicaduras en rojo y negro. Las jarras con pitorro son comunes durante el estilo cicládico y
normalmente realizadas con una pintura mate.34
El origen de la cerámica se produce en la costa de la Ecuador hacia el 3200 a. C. Se hicieron unos estudios por arqueólogos
norteamericanos y ecuatorianos, donde se trató de demostrar las semejanzas de esta cerámica con la de la cultura japonesa de
período Jōmon. En ambos países, las formas y técnicas tenían relación con sus economías, preferentemente marítimas.36 En
Colombia se encuentran hallazgos de cerámica datadas en el año 2925 a. C. con utensilios muy toscos de cuencos semiesféricos.
Ollas de color rojizo y negro aparecen en Perú ya en el período un poco más
tardío, hacia el 2000 a. C. La cultura Huari, fue una civilización andina que
floreció en el centro de los Andes aproximadamente desde el siglo VII hasta el
XIII, entre las piezas que destacan se hallan los huacos. Una de las formas más
característica de los incas peruanos fue el aríbalo incaico, utilizado
principalmente para el transporte del agua.37
Una de las necrópolis más estudiadas es la de La Punta del Pi en el Puerto de la Selva que contiene unos setenta enterramientos;
en la necrópolis de Espolla se han encontrado más de doscientas urnas. Las urnas se colocaban en el centro de la fosa y tienen una
dimensión de 25 a 30 centímetros, la mayoría con una tapadera también de cerámica y decoradas con franjas de surcos estriados,
de ahí el nombre de acanaladas. La incineración se extendió por el resto de la península, como se puede ver en las necrópolis de
la Peña Negra de Crevillente, o en la Meseta Central los hallazgos de Las Cogotas de Cardeñosa en Ávila y de La Osera de
Chamartín en Ávila, con más de dos mil enterramientos, donde muchas de sus vasijas se encuentran con incrustaciones de arcilla
blanca que forman decoraciones. En Andalucía occidental el tipo de urnas presenta una decoración punteada mientras que en la
parte oriental son lisas y bruñidas. En toda la península se encuentra la cerámica negra.46
Tartessos
A comienzos de la Edad del Hierro, a la cerámica se añaden pinturas policromas, barnices y se utilizan hornos de doble cámara.
La vajilla presenta toda una variedad de formas y decoraciones que han ido adoptando los artesanos del lugar, a partir de las
aportaciones realizadas por los fenicios, griegos y cartagineses.47 La cultura de los Tartessos se sitúa entre las ciudades de
Huelva, Cádiz y Sevilla y toda la región suroeste de Andalucía; abarca un período que va desde el año 1000 a. C. hasta el
535 a. C., año de la Batalla de Alalia. La señal más evidente en cuanto a la cerámica es el modelado del alfarero y el horno de
doble cámara. La decoración es la del tipo Carambolo, o sea, con la influencia geométrica de imitación fenicia y griega y los
acabados de las piezas con asas, bordes hacia el exterior y de base plana, detalles que caracterizan la producción de Andalucía
occidental. En Carmona se encontraron vasijas decoradas con influencias orientales, probablemente iban destinadas como
ofrendas a los dioses y aparecen figuras realistas de grifos, bueyes y pájaros fantásticos.48
Cultura talayótica
Las Islas Baleares acompañando a la arquitectura ciclópea de los talayots,
navetas y taulas, presentan una cultura determinada donde se encuentran restos
de cerámica, que se divide en dos fases: la primera entre el 1400 a. C. y el
700 a. C., y la segunda entre el 700 y el 123 a. C. ya en la época de la invasión
romana. La cerámica talayótica proviene principalmente de los yacimientos
funerarios donde se han encontrado varios tipos de vasijas, en su mayoría
pequeñas, que tienen una forma cónica, con mango, copas, cazoletas, ollas y
Cerámica griega de la necrópolis del jarrones con dos asas. La realización es tosca, con el sistema de urdimbre y una
Puig des Molins (Ibiza).
textura rústica, que es una consecuencia de la arcilla empleada que contiene una
gran cantidad de cuarzo. Esta cultura talayótica solamente se dio en las islas de
Mallorca y Menorca. Más tarde, la cerámica imita las formas púnico-cartaginesas que se produjeron a partir del siglo III a. C. y
hasta el siglo I a. C. Se encuentran muestras de este tipo de cerámica en la necrópolis del Puig des Molins de la isla de Ibiza.49
Cerámica griega
Los griegos establecieron su comercio con la población ibérica entre el 600-
550 a. C., sobre todo con vajillas seriadas. En general, estas piezas eran
producidas para el gran consumo, y presentaban una decoración sencilla, lo que
demuestra que la economía de la península no era muy buena en comparación
con la de los etruscos que si compraban verdaderas obras de arte en cuanto a la
cerámica griega. En esta importación peninsular destacan los Kílix, de un
tamaño entre 10-15 centímetros de diámetro y con una base de unos 10
centímetros, la mayoría de estas piezas se han encontrado en Valencia y al
sureste de la península. Esta vasija, junto con las cráteras, son las piezas más
Utensilios de mesa iberos y griegos
reproducidas por los alfareros ibéricos junto con pequeños cántaros del tipo
en Castellet de Bernabé de
askos.50 Los vasos griegos encontrados en Ampurias representan más del (Valencia).
setenta y cinco por ciento del total de los vasos encontrados en España.51
Durante más de cinco siglos, los griegos, celtas, iberos y cartagineses se yuxtaponen por toda la península. Las diferencias entre
las diversas regiones son evidentes y se conservan hasta la Edad Contemporánea. La cerámica evoluciona a partir de la llegada de
los recién llegados que se establecen en el territorio y que enseñan nuevas técnicas artesanales, así como nuevos hábitos en la
agricultura y en la cultura culinaria.52
Cerámica ibérica
Los griegos fueron los que denominaron con la palabra Iberia las costas occidentales del Mediterráneo y, por tanto, los íberos
eran sus habitantes. Según las excavaciones arqueológicas la zona comprendía desde Narbona hasta el valle alto del Guadalquivir.
La arqueología agrupa la producción de cerámica en cinco áreas: Murcia, Valencia, Aragón, Cataluña (con el sur de Francia), y
una gran parte de Andalucía y de Castilla-La Mancha.53
Entre los siglos VI a. C. y V a. C. se produce una concentración de poblamientos. Se crean nuevas pinturas para la decoración de
las vasijas, obras en las que se aplican tierras naturales a base de óxidos minerales, la presencia de hierro proporciona colores
anaranjados y rojizos a las piezas. El material de los pinceles es pelo animal, especialmente de la barba de la cabra. Las
decoraciones van desde simples bandas geométricas a motivos florales, hasta figuras zoomórficas de caballos, toros, peces o
perros, y antropomórficas, con damas y guerreros como personajes. En las alfarerías ibéricas, el mismo autor de la vasija era
quien también pintaba la pieza, al contrario de los alfareros griegos que disponían de pintores para realizar las decoraciones de las
piezas de artesanía.54
Hispania romana
Cuando Hispania cae bajo la potestad de Roma, el oficio
de alfarero experimenta un gran desarrollo. No sólo llegan
a la península grandes cantidades de cerámica, sino
también operarios que traen e implantan su técnica y su
saber. A partir del siglo I a. C., procedente de la Magna
Grecia, se introduce en todo el territorio las primeras
vajillas finas y los vasos de colores vivos, piezas que son
Cuenco de terra sigillata del
copiadas en todos los talleres artesanos. Destacan las obras
Cerámica ibérica en siglo I procedente de Linares,
el Museo de barniz negro y barniz rojo, con paredes finas y la
Jaén.
Arqueológico de cubierta vidriada, y los tipos más abundantes son las
Alicante ánforas, lucernas y vajillas. Las vajillas se realizan en
diversas modalidades pero la de terra sigillata es la preferida y se solía realizar con una decoración
en relieve, con galba de color rojo. Los centros de producción en la península se encontraban en
Teruel, Granada, Andújar, Linares Solsona, Mérida y La Rioja.55
Las tuberías de cerámica tienen las siguientes ventajas: primero, en cuanto al trabajo, porque si ocurre
algún desperfecto, cualquiera puede repararlas, y segundo, porque el agua resulta mucho más sana
conducida por tuberías de cerámica que de plomo (...) Y por otro lado, es mejor el sabor de lo que ha
pasado por tubería de cerámica: para que todos, a pesar de tener sus mesas bien provistas de vajilla de
plata, sin embargo, adoptan vajillas de cerámica para beber agua, porque ellas dan mejor sabor.
Vitrubio56
Técnicas de modelado
Véase también: Torno de alfarero
Existen cuatro categorías básicas:
Modelado al vaciado o con el uso de molde: la técnica de vaciado o a molde, es probablemente la más
apropiada para la producción en serie (industrial). La arcilla líquida es vertida en un molde de yeso lo que
permite un ligero endurecimiento. Una vez que el molde absorbe la mayor parte del agua de la capa de arcilla
que queda en contacto con el molde, la arcilla remanente es volcada fuera del molde y se deja secar la pieza.
Finalmente la pieza es sacada del molde, se le corrigen las imperfecciones que pueda tener y se la deja secar al
aire libre. Según el tipo de obra a reproducir se puede hacer con un molde de una sola pieza, cuando el modelo
es más complicado los moldes se hacen de piezas que se pueden ir quitando independientemente y sin
romperlas para su posterior utilización, hay que hacer un entalle a las piezas del molde para que una vez
retirado el modelo se puedan ensamblar.62
Finalmente, la arcilla puede pintarse con distintas clases de esmaltes. Los engobes generalmente son aplicados cuando la pieza se
encuentra cruda, en estado de «cuero». Es usual que las piezas decoradas con engobe tan solo pasen por el horno cerámico una
vez. Tanto los esmaltes cerámicos como las calcinas que dan un acabado vítreo necesitan que las piezas hayan pasado una vez por
el horno antes de ser aplicados, y una segunda vez para fijarlos a la cerámica, aunque algunos ceramistas hacen tres o más
horneadas, dependiendo de los resultados que busquen.63
Fases de elaboración
Todas las piezas cerámicas pasan por varias fases durante su
elaboración: preparación del barro, modelado, secado, primera
cocción u horneado (alfarería tradicional) y cocciones de
aplicación de técnicas cerámicas.
Preparación
Primero, la arcilla es amasada para que la humedad y demás
partículas se distribuyan homogéneamente y para sacar cualquier
burbuja de aire que tenga en su interior (lo que puede provocar
explosiones durante el horneado o quema).
Secado y pulido
La pieza se deja al aire hasta que se seca y endurece lo suficiente. Esta fase es denominada «estado de cuero». Las piezas que se
encuentran así son muy quebradizas, por lo que deben ser manipuladas cuidadosamente. Una vez que la pieza se termina, se deja
secar nuevamente para que pierda el resto de la humedad que aún contiene, quedando con un aspecto similar al hueso. Cuando la
pieza está totalmente seca, su color es más claro, y adquiere mayor dureza. En este momento es cuando se le suele pasar una lija
fina y una esponja húmeda con el fin de pulirla.
Horneados
Véase también: Hornos de alfarería y cerámica en España
Luego es llevada al horno, en donde pierde la humedad química y adquiere una mayor resistencia y sonoridad. Puede ser que con
esta cocción la pieza ya se dé por acabada, como es el caso de la alfarería, o que aún requiera de horneados posteriores, como
sucede en la cerámica.64
Pueden requerirse varias sesiones de horno para lograr efectos decorativos especiales, como por ejemplo para obtener la llamada
decoración negativa, utilizada en varias culturas ancestrales, como la Vicús. El efecto de decoración negativa se logra al cubrir
con arcilla algunas partes de la vasija en la fase final de su cocción, de este modo, las partes cubiertas conservan su color original,
mientras que las partes descubiertas se tornan oscuras o negras mediante la reducción.65
Morfología
Tradicionalmente en alfarería se encuentran cuatro modalidades:
Obra hueca: son las obras que tienen un cuerpo alto y abiertas por
la parte superior, que se las puede tapar, suelen llevar algún tipo de
asas para su transporte o para abocar su contenido, por ejemplo las
ánforas, la alcarraza, el cántaro o las botijas.
Obra abierta: son las piezas con la boca más ancha que la base,
como los platos, fuentes y tapaderas para otras obras. Entran en
esta categoría las que tienen unas paredes cortas (3-5 cm), como
pueden ser las cazuelas o los lebrillos y algunas con la base plana
de fondo cóncavo y paredes un poco mayores como los morteros, Museo de Ávila. Diversas formas.
ollas o soperas.
Obra cerrada: son las que tienen los cuerpos totalmente cerrados,
que se debe terminar con el bochado (bochar en alfarería es cerrar una pieza), como las huchas, las alcuzas, las
cantimploras y el botijo.
Obra plana de molde: son las piezas dedicadas especialmente a la construcción y se realizan con el molde
plano, es decir un cajón sin fondo que se coloca sobre el suelo, se rellena con la arcilla, se saca el molde y se
deja secar, por ejemplo los ladrillos, baldosas y tejas. Hay también el «molde de apretón» que consiste en un
molde abierto, normalmente de yeso, en el cual se presiona la arcilla con las manos y queda grabado el dibujo
correspondiente en la pieza.66
Terminología
El vocabulario alfarero abarca una gran variedad de formas con la consecuente riqueza de léxico, ya que, según las regiones o
comarcas, un mismo objeto tiene distinto nombre. Hay vasijas que han ido desapareciendo y otras que, a pesar del paso de los
siglos, siguen haciéndose con la misma forma y en ocasiones similar proceso de elaboración. No obstante, desde la segunda mitad
del siglo XX, las piezas de alfarería, aunque no cumplen con su primitiva función, son apreciadas como elementos decorativos.67
Alfar: Denomina el obrador o taller en el que trabaja el alfarero y también, de un modo más general, la localidad
que ha producido o produce cerámica.68
Vasijas para beber: En el argot ceramista llamadas alfarería de agua, incluyen, desde el sencillo y antiquísimo
cuenco o las ánforas, al 'sofisticado' botijo, que sustituyó a jarros, cantimploras o porrones.
Vasijas de cocina: principalmente servían para guardar y almacenar alimentos: tinajas para el vino y el aceite,
orzas para la matanza del cerdo, tarros para conservas en dulce, cazuelas, ollas, pucheros, morteros, mieleras y
parras de varios tamaños. La jarra —la más común—
tiene una medida como máximo de 45-50 centímetros.
Las mayores vasijas son las tinajas que llegaban a
alcanzar los cinco metros de altura.
Vasijas de mesa: antiguamente no se acostumbraba a
fabricar la vajilla completa como en la actualidad y sólo
se consideraba vajilla de mesa lo más elemental: platos,
cuencos, escudillas, vasos y copas.
Vasijas para los animales: curiosos y muy variados
recipientes para ordeñar, bebederos y comederos para
gallinas, palomas, etc.
Existen también juguetes, con diferente grado de antigüedad:
siurells, pitos, flautas, zambombas y figuras de belén, además de
miniaturas de casi toda la vajilla. Otra pieza muy típica en barro es
la hucha. Los instrumentos musicales también tienen su representación en la alfarería, como todo tipo de flautas populares, el
cuerno, la ocarina —la más completa suele tener ocho agujeros y la más sencilla uno o dos—, que también se utilizan como
reclamo de caza.69 70
Museos
En Madrid, el Museo Arqueológico Nacional de
España, que dispone de colecciones de cerámica
desde los orígenes más antiguos hasta el siglo XIX.
Destacan las prehistóricas, griegas y árabes.
En la Comunidad Valenciana, hay algunos museos
dedicados a la actividad cerámica, sobre todo en
Valencia y alrededores, pero están más centrados en
la producción de vajillas y utensilios de lujo. En
cacharrería popular destaca el Museo de Alfarería de
Agost, en la comarca del Campo de Alicante.
En Cataluña: el Museo de Arqueología de Cataluña
(Barcelona), que cuenta con una interesante colección
de cerámica árgarica, púnica de Ibiza y romana,
además del material prehistórico. El Museo de Ánforas romanas en el Museo Nacional de
Arqueología de Cataluña (Gerona) en el monasterio
de San Pedro de Galligans. El museo de la Terracotta, Arqueología Subacuática de Cartagena (España)
en La Bisbal del Ampurdán. El Museo de Cerámica
Popular en La Ametlla de Mar. Y, entre otras
instituciones menores, el Centro de interpretación de la Terrissa Terracota (La Galera)71 o el Museo del Càntir
de Argentona.
En la comunidad de Castilla y León: el Museo Arqueológico de Valladolid con una buena colección de cerámica
popular española y propia de Valladolid y el Museo Etnográfico de Castilla y León con sede en Zamora, muestra
objetos correspondientes a la alfarería y cerámica popular de las distintas provincias de la Comunidad
Autónoma. En dicho museo se ha llevado a cabo entre otras una investigación sobre las alfarerías femeninas.72
Otros museos de la Península Ibérica con grandes exposiciones de cerámica: Alcoy, Cartagena, Córdoba,
Cádiz, Cuenca, Denia, Ibiza, Elche, Granada, Jaén, Las Palmas de Gran Canaria, Linares, Lorca, Murcia, Palma
de Mallorca, Reus, Sevilla, Talavera de la Reina, Tarragona, Úbeda, Zaragoza y Muelas del Pan.
En Portugal hay que destacar el Museo Nacional de Arte Antigua, los palacios de Pena, de Ayuda, el Sintra y la
fábrica de Vista Alegre.
En Grecia: Museo Arqueológico Nacional de Atenas.73
En Francia: Musée de Prehistoire Bélesta, Bélesta (Perpiñán);74 Musée des Potiers Gallo-romaines Amphoralis.
Salles-d'Aude.
En Japón el Museo Nacional de Tokio Muestra una gran cantidad de cerámica de todos las épocas.
En Estados Unidos: Hispanic Society of America, Nueva York75
En la Ciudad de México: el Museo de Arte Popular, cuenta con una interesante colección de cerámica de cada
estado de la República Mexicana.
Véase también
Alfarería y mitos creadores
Alfarería de corral, campo y ribera
Cerámica
Ceramología
Rehidroxilación
Sinterización
Terracota
Notas
1. No existe acuerdo entre los ceramólogos –ni entre los académicos– sobre «qué fue antes: el huevo o la gallina»
(alfarería o cerámica, o viceversa); lo que por el momento hace irresoluble dicha interferencia semántica,
convertida en una discusión bizantina.
2. Julio Casares, en su Diccionario ideológico (1959) abre llave en cerámica con cinco voces: cerámica, plástica,
alfarería, alfaharería y pichelería. Fernando Corripio, en su Diccionario de ideas afines (1985), enumera como
sinónimos: alfarería, objetos de barro, loza, porcelana, arcilla cocida..., además de: arte, industria, taller, nave,
obrador, artesanía, pichelería, cocimiento, fabricación y elaboración.
3. Según Heródoto, su nombre provenía del griego κέραμος, (kéramos, barro o arcilla). Para Pausanias, el origen
del término era el héroe Céramo, hijo de Ariadna y de Dioniso.
4. Abierta contradicción, pues como ya se ha referido, la raíz original de alfarería es el barro, la tierra, en tanto que
cerámica hace referencia al barrio ateniense donde trabajaban los artesanos del barro. También se observa una
tendencia general en Occidente por evitar la palabra alfarería y en su lugar usar cerámica. Así, por ejemplo, el
tomo XLII de la obra Summa Artis -Historia General del Arte. Espasa-Calpe: séptima edición 1982; primera
edición 1948- se titula «Cerámica española», sin más. Las cien primeras páginas están dedicadas a cacharros
de barro primitivos.
5. Consiguiendo progresivamente que estos términos más precisos y antiguos tiendan a desaparecer en aras de un
genérico "cerámica".
Referencias
8. Cerámico en el DRAE (http://recursosdidacticos.es/g
1. «La alfarería está condenada a desaparecer; los oodrae/definicion.php?palabra=cer%C3%A1mica&le
jóvenes no saben lo que es un botijo.» (http://www.ln ma=no)
e.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009041600_36_74
6396__Aviles-alfareria-esta-condenada-desaparecer- 9. Díaz de Santos 2005 (ed.). [[1] (http://books.google.e
jovenes-saben-botijo) La Nueva España. s/books?id=TuWaxjnVOqIC&pg=PR17&lpg=PR17&d
q=passeri+arqueologo&source=bl&ots=HNnReJ6oYf
2. Real Academia Española y Asociación de &sig=qHfJkcod1X9TUFBYfOEcQNtquIM&hl=es#v=o
Academias de la Lengua Española (2014). nepage&q=passeri%20arqueologo&f=false)
«alfarería» (http://dle.rae.es/alfarer%C3%ADa). «Tecnología de los materiales cerámicos»].
Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Consultado el 25 de agosto de 2012.
Madrid: Espasa. ISBN 978-84-670-4189-7.
10. Caro Bellido, Diccionario de términos cerámicos y de
3. La Etnografía es el estudio descriptivo de las alfarería, p. 70.
culturas, de su religión, creencias, mitos, etc. Su
relación con la Antropología es precisamente porque 11. Guillermo Fatás, Diccionario de términos de arte, pp.
es la base de la investigación antropológica. No es 18/75.
posible la Antropología sin la colaboración de la 12. La alfarería está condenada a desaparecer; los
Etnografía. Bronislaw Malinowski (Los argonautas jóvenes no saben lo que es un botijo. (http://www.lne.
del Pacífico Occidental, 1922). es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009041600_36_746
4. Corredor-Matheos, J. Cerámica popular catalana. 396__Aviles-alfareria-esta-condenada-desaparecer-j
Edicions 62, Barcelona (1978) pp. 28-31. ISBN 84- ovenes-saben-botijo)
297-1391-3 13. Diccionario Enciclopédico Abreviado Espasa-Calpe,
5. Corominas, J. Diccionario crítico etimológico de la tomo II, Madrid, 1957; p. 737.
lengua castellana. Madrid, Gredos (1954). 14. En la red. (https://www.google.es/webhp?tab=mw#hl
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Enlaces externos
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Sitio del Museo de Alfarería de (http://www.museoagost.com/cms/index.php?lang=es)Agost.
Sitio del Museo del Càntir de (http://www.museucantir.org/inici_cas.htm)Argentona.
Sitio del Museo de cerámica de (http://www.museoceramica.com/)Chinchilla de Montearagón.
Sitio del Museo del Cántaro de (http://www.valorialabuena.com/museodelcantaro)Valoria la Buena.
Centro Cerámica Triana en (http://www.af6.es/centro-ceramica-triana-2/)Sevilla.
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