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DESESPERADA
VEINTE POEMAS DE AMOR Y UNA CANCIÓN DESESPERADA
PABLO NERUDA
POEMA 3: De nuevo se aprecia la fusión del amor del poeta con la mujer y con la
naturaleza. La mujer supone la perdición y la bendición a la vez para el poeta. El poeta pide a la
mujer que sea su guía para que se complementen mutuamente, como si se tratara de una
declaración de amor. “Márcame mi camino en tu arco de esperanza y soltaré en delirio mi
bandada de flechas”.
POEMA 4: En este poema vuelven a aparecer más símiles ligados a la naturaleza. Puede
ser considerado como un poema de transición entre el anterior y el siguiente. Aquí no aparecen
las referencias directas a la amada, sino elementos naturales que sirven de inspiración al poeta.
POEMA 10: El mayor interés de esta composición reside en las preguntas retóricas que
formula el poeta, siente que la amada le ha dejado en la estacada, se siente abandonado, y siente
que el amor se le agolpa precisamente cuando lo pierde. A veces basta perderlo para que nos
demos cuenta realmente de lo que hemos tenido con el amor. Volveremos sobre esta idea en el
poema 20.
POEMA 12: La amada en esta estrofa se consolida como la razón de ser de la existencia
del poeta. Ésta es otra de las composiciones más conocidas del libro, en la que el poeta percibe a
su amada como una realidad difícil de poseer y que genera una enorme tristeza y sufrimiento en
nuestro protagonista.
POEMA 13: El poeta personifica una actitud más activa en su amor. “Marca cruces de
fuego”, “su boca cruza escondiéndose”, “historias que contarte a la orilla del crepúsculo”…No
obstante, el poeta avisa de que la llama del amor puede irse apagando paulatinamente, nos
transmite una sensación de que ése amor puede ser efímero.
POEMA 14: En esta composición el poeta tiene un tono delicado, hasta cursi, si se puede
decir. La amada es su mayor protección, su tesoro oculto. A pesar de ello, la amada se transfigura
con una fuerza superior incluso a la de los elementos, frente a la cual el poeta se muestra
impotente en su lucha. En las cuatro últimas estrofas se transmite un profundo simbolismo
cargado de erotismo.
POEMA 15: Ésta es otra de las composiciones célebres, que poca presentación necesita.
Es tan elogiosa la actitud hacia la amada que sólo puede resumirse con esta frase: “Un silencio
basta para expresar y transmitir el amor sin que sean necesarias las palabras”.
POEMA 16: En este poema se percibe por fin una posesión directa de la amada por el
poeta. La amada ya no es lejana y enigmática, como un fin inalcanzable, sino que se posee a la
amada. Ya llegó el momento en que el poeta no es un amante pasivo que sufre desde una cierta
distancia o que tiene un contacto tortuoso con la amada, a menudo breve, y que es la causa de su
sufrimiento. El amante puede por fin disfrutar de su amor, y no es un mero prisionero angustiado.
POEMA 17: Este poema es antitético al anterior, ya que la amada se aleja de nuevo,
generando en el amante la desdicha y de nuevo la lucha con los elementos naturales. Incluso se
puede apreciar un cierto resentimiento y egoísmo por el alejamiento, al afirmar “Mi vida ante de
nadie, mi áspera vida”, cuando, si uno está realmente enamorado, debería ser al revés.
POEMA 19: Aquí se ensalza a la mujer hasta considerarla como todo un sol vivificador
que puede mantener la vida y la estabilidad de la tierra. Nótese la antítesis de su personalidad con
la de la amada. Mientras ella es todo un sol, él es un corazón sombrío. La idealización para con
la mujer lleva al poeta a infravalorarse hasta el punto de no ser prácticamente nada, salvo un ser
amante que necesita del amor de la amada para ser algo.
POEMA 20: Qué se puede decir de estos versos. Con permiso del soneto quevediano
sobre el “Amor constante más allá de la muerte” que publicamos hace un tiempo en nuestro blog,
el destino ha querido que nos encontremos con otro de los grandes poemas que mejor describen
el amor de la literatura en español. Comienza con ese ritmo monocorde, misterioso y embriagador
del primer verso que se repite a lo largo del poema. “Puedo escribir los versos…” La aliteración
clara de los fonemas “r” y “s” contribuyen a darle más sonoridad y profundidad.
El antiguo amante intenta en vano buscarla, y se da cuenta, amargamente, de que por muy
denodados que sean sus esfuerzos, ella no volverá. Es más, aun regresando, el poeta cierra
cualquier posibilidad de reencuentro de forma lapidaria “…nosotros, los de entonces, ya no
somos los mismos”. A pesar de que en su hondura más íntima, “se muera por volver” (no dejen
de escuchar esa canción de Chavela Vargas).
El poeta se resigna a aceptar que ella será de otro, que no será suya. Cínicamente se
contradice diciendo que ya no la quiere, pero sí la quiere porque todavía no la ha olvidado. El
verso de “Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido”, equivale a toda una literatura. El amor
es efímero, intentamos aprehenderlo todo lo que podemos disfrutando de él al máximo cuando
lo poseemos, sabiendo que puede escaparse en cualquier momento…Y cuando estamos solos
pensamos en aquel amor pasado que jamás volverá, y tardamos en olvidarlo, si lo hemos amado
realmente, más de “19 días y 500 noches” (véase Sabina). Mucho más.
La melancolía invade al poeta hasta el punto de dudar sobre sus verdaderos sentimientos
hacia aquel amor pasado. “Ya no la quiero, pero tal vez la quiero”…Para finalizar diciendo que
ya no tendrá más dolor por ella, siendo de nuevo cínico, porque un amor perdido no se olvida
realmente hasta que llegue otro amor más fuerte que lo sustituya (un corazón solitario dixit).
En cualquier caso, no se deja de percibir que ése amor ha sido tortuoso y destructivo para
el poeta, como si él no hubiese podido estar a la altura de las circunstancias que solicitaba el
amor. Quizá fuese demasiado amor para él, o quizá ella fuese un naufragio. Pero sin duda Neruda
nos dejó una experiencia del amor plasmada en verso que es tan auténtica que cualquier persona
que haya amado alguna vez se siente identificada con esos versos en los que muchas veces lo
sencillo y lo transparente es más que suficiente para transmitir emociones que lo artificioso y
barroco.
Figuras literarias
Ejemplos:
1.2- Personificación
es un recurso que consiste en atribuir cualidades o acciones humanas a seres que no
lo son, como las plantas, los animales, los objetos, etc..
Ejemplo:
1.4- Hipérbole
Exagerar lo que se está interpretando.
Ejemplos:
- Llueve a cántaros
- Te llamé un millón de veces
- ¡Lo sabe todo el mundo!
- Eres lo más grande del cosmos.
- Cubre la gente el suelo, debajo de las velas desaparece, la mar la voz del cielo,
confusa y varia crece, el polvo roba el día y lo oscurece. (Fr. Luis de León).
- Que no hay puñado de tierra, sin una tumba española. (Quevedo).
1.5- Metáfora
Esta designa una realidad con el nombre de otra con la que mantiene alguna relación
de semejanza.
Ejemplos:
- Nuestras vidas son los ríos que van a dar al mar que es el morir.
- La cebolla es escarcha cerrada y pobre.
- El manto blanco de la montaña. (nieve = manto blanco).
- El tiempo es oro
- Tus ojos son dos luceros
- Tus labios son rubíes
- El blanco algodón que surca el cielo
1.6- Anáfora
Repetir una palabra o conjunto de palabras al comienzo de una frase o verso.
Ejemplos:
1.7- Onomatopeya
Consiste en escribir el sonido.
1.8- Aliteración
Repetir y/o combinar sonidos a lo largo de una misma frase. Su objetivo es conseguir
un efecto lírico sonoro y se usa en básicamente todos los trabalenguas.