Вы находитесь на странице: 1из 10

LA ACTUACIÓN DE LA PRUEBA DE OFICIO EN EL NUEVO CÓDIGO

PROCESAL PENAL
Estando en una conversación con un amigo de la Facultad de Derecho, en la que
le refería que el Nuevo Sistema Procesal Penal que se pretende poner en
aplicación en todo el Perú a través del Nuevo Código Procesal Penal
necesariamente debe tener una naturaleza eminentemente adversarial propio del
Sistema Acusatorio; en donde la asignación de funciones a cada sujeto procesal
debe estar predefinida, donde la función de investigación y la carga de la prueba
recaen en el Fiscal y ya no en el Juez, quien debe dejar de investigar y dejar de
disponer la actuación de pruebas con el afán de obtener la verdad a toda costa; es
que en ese momento mi amigo me interrumpe y me dice: ¿Cómo va a poder
lograrse eso si el Nuevo Código Procesal Penal permite que el Juez actué prueba
de Oficio?; la verdad hasta ese momento no había reparado en percatarme de la
existencia de un artículo en el nuevo Código Procesal Penal que estableciera ello;
por lo que de inmediato cogi mi Código y efectivamente pude verificar que existe
tal dispositivo, para ser más preciso está contemplado en el articulo 385 del Nuevo
Código Procesal Penal, es por ello que en base a tal situación es que creí
conveniente efectuar un análisis critico respecto a laActuación de la Prueba de
Oficio establecido en el artículo 385º de la novísima norma procesal peruana en
elparágrafo 2) que establece que: “El Juez Penal puede excepcionalmente,
una vez culminada la recepción de las pruebas, disponer de oficio, la
actuación de nuevos medios probatorios si en el curso del debate resultasen
indispensables o manifiestamente útiles para esclarecer la verdad”.

En ese orden de ideas con respecto a lo conveniente que es la prueba de oficio en


el nuevo Código Procesal Penal (CPP-2004); esto es, aquella prueba que es
introducida en el proceso por el juez, debo decir, QUE NO ME ADHIERO A TAL
CONVENIENCIA.

De ahí que utilizo este mismo medio para expresar y sustentar las razones de mi
posición. Desde hace años, los jueces de nuestro país aunque no lo quieran
aceptar han venido trabajando bajo una legislación, que a mi parecer es absurda,
ya que al mismo tiempo que investigan un delito, aportan y actúan prueba;
finalmente, sentencian, todo ello en uno, dejando que el fiscal, quien
constitucionalmente es el titular de la acción penal, únicamente interponga la
denuncia, y, luego, espere en el mejor de los casos que el juez sentencie, y si el
magistrado no condena, pues, apelará, con la esperanza que a lo mejor en la
segunda instancia se compone el asunto.

Esta situación señores considero que va en contra de la naturaleza en la que


supuestamente se inspira el Nuevo Código Procesal Penal como es el Sistema
Acusatorio Adversarial, modelo que es compatible con las exigencias de un
Debido Proceso y en donde su organización se asienta en la división del poder, sin
confundir las funciones de persecución y decisión. En otras palabras lo que quiero
decir, es que uno de los pilares del sistema acusatorio es la imparcialidad judicial,
que se consagra en el artículo I del Título Preliminar del nuevo Código, en
virtud del cual el Juez es un tercero que busca la solución de la contienda y que
se encuentra equidistante de las partes, encontrándose impedido de sustituirlas,
principalmente en lo que se refiere a la actividad probatoria; por tal motivo
considero que resulta ilógico y poco coherente que posteriormente se incluya en el
mismo Nuevo Código Procesal Penal un artículo como es el 385º en el que se
permita que excepcionalmente el Juez pueda disponer de oficio, la actuación de
nuevos medios probatorios. Señores debemos recordar que si bien es cierto con el
Código de Procedimientos Penales de 1940, (el Juez Penal sustituía las
deficiencias en la aportación de pruebas por parte del Ministerio Público, a
tal punto que permitía la actuación de prueba de oficio), tal situación se debía
a que el mencionado Código se inspiraba en un modelo penal netamente
inquisitivo; en cambio, en un proceso penal de modelo acusatorio el juez está
prohibido de decretar pruebas de oficio, estas deben ser solicitadas por el
acusador, en el orden que mejor convenga para probar su teoría de caso, o por el
defensor, dentro de su estrategia de defensa.

LA ACTUACIÓN DE LA PRUEBA DE OFICIO EN EL CODIGO PROCESAL


PENAL – APRECIACIONES DEL ARTICULO 385 DEL CPP.

TITULO : LA ACTUACIÓN DE LA PRUEBA DE OFICIO EN EL CODIGO


PROCESAL PENAL – APRECIACIONES DEL ARTICULO 385 DEL CPP.
EXPOSITOR : JUAN DIEGO CAJAS PEREZ
CORREO ELECTRONICO: caperlegales@hotmail.com
TELÉFONO : 997606705 – 412*700
ÍNDICE:
I. TEMA
II. INTRODUCCIÓN
III. ASPECTOS PRELIMINARES.
IV. LA PRUEBA DE OFICIO
V. ARTICULO 385 DEL CÓDIGO PROCESAL PENAL
VI. ANALISIS DEL CASO – LA ADMISION DE LA PRUEBA DE OFICIO.
VII. EXISTENCIA DE UNA POSIBLE VULNERACIÓN AL PRINCIPIO DE
IMPARCIALIDAD DEL JUEZ.
VIII. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
IX. BIBLIOGRAFÍA

TEMA: LA ACTUACION DE LA PRUEBA DE OFICIO EN EL CODIGO


PROCESAL PENAL – APRECIACIONES DEL ARTICULO 385 DEL CPP.
JUAN DIEGO CAJAS PEREZ
INTRODUCCIÓN
La nueva estructura del proceso penal, nos presenta una distinción clara de las
funciones y roles de cada uno de los órganos y sujetos procesales, reservando la
función de investigación al Ministerio Público y la de Juzgamiento a los órganos
jurisdiccionales.. El Código Procesal Penal, ha procurado garantizar al máximo la
imparcialidad del órgano jurisdiccional, razón por la cual, encargó la Investigación
Preparatoria al Ministerio Público, bajo el control del Juez de la Investigación
Preparatoria, que en si se constituye en un Juez de Garantías, disponiendo a su
vez, que el Ministerio Público, es el responsable de la iniciativa probatoria
tendiente a descubrir la verdad sobre los extremos de la imputación delictiva, al
señalar que tiene el deber de la carga de la prueba. Desde esta lógica, el Código
Procesal Penal, restringe las facultades de investigación con que contaba el Juez
en el Código de Procedimientos Penales, limitándose en el nuevo escenario la
actividad del Juez a la de un tercero imparcial que controla la investigación
preparatoria a cargo del Fiscal y la función de decisión, dejando de lado la doble
función que le imponía el modelo inquisitivo, de investigar y juzgar. A su vez, en el
modelo procesal del 2004, Juez de Juzgamiento, es quien dirige la tercera etapa
del sistema procesal, siguiendo reglas establecidas en nuestro sistema procesal
penal, generando el debate de las partes una sentencia. En el presente trabajo, se
visualizará algunos criterios sobre el derecho y deber que tiene el juez penal, de
incorporar medios de prueba de oficio, todo ello, desde lo estipulado en el artículo
385 del Código Procesal Penal.
El autor espera, que el presente ensayo, sea de gran ayuda a la comunidad
jurídica, a efectos de poder delinear algunos criterios actuales.

ASPECTOS PRELIMINARES.
El Ministerio Público es el titular del ejercicio público de la acción penal, tiene el
deber de la carga de la prueba, por tal motivo debe demostrar la responsabilidad
penal del imputado. Al mismo tiempo, su actuación debe estar basada en el
principio de objetividad, que lo obliga a aplicar un criterio objetivo, a tal punto que
está en la obligación de solicitar el sobreseimiento cuando no cuente con los
requisitos necesarios para proceder con una acusación; y además debe indagar
por los hechos que determinen no solamente la responsabilidad del imputado sino
también los que determinen su inocencia. De conformidad a lo señalado por el
artículo 155.1, las pruebas se admiten a solicitud del Ministerio Público o de los
demás sujetos procesales y la audiencia preliminar constituye la oportunidad legal
para que se admita los medios de prueba ofrecidos por las partes que servirán
para sustentar sus pretensiones, así lo dispone el artículo 352.
Desde el punto de vista probatorio, el Ministerio Público asume una vital
responsabilidad en la búsqueda de la verdad y la justicia material, pero esto no es
exclusividad de este órgano, por el contrario las comparte con la defensa y la parte
civil, desde sus propias perspectivas. La etapa de Juzgamiento no es el escenario
natural para solicitar y disponer la actuación de medios probatorios sean estos de
oficio o a solicitud de parte; por estar reservada para la actuación de las pruebas
que se hayan admitido en la audiencia preliminar a cargo de un Juez distinto al de
juzgamiento. Existe sin embargo la posibilidad de que en el juicio, alguna de las
partes, solicite la practica de pruebas, la cual podrá ser ordenada por el Juez,
previo debate de los intervinientes, en caso se trate de una inspección o
reconstrucción, siempre en cuando no se haya realizado dicha diligencia en la
investigación preparatoria o esta resultará manifiestamente insuficiente e incluso
puede disponer su práctica de oficio . Otra posibilidad que otorga la norma a las
partes de solicitar y al Juez de disponer incluso de oficio, la actuación de nuevos
medios probatorios, en el juicio, esta contenida en el artículo , como una
disposición de carácter excepcional, basado en lo indispensable o
manifiestamente útiles para esclarecer la verdad, con el requisito, que su dictado
no reemplace la actuación propia de las partes.

LA PRUEBA DE OFICIO
La facultad oficiosa del Juez de Juicio, está directamente relacionado con la
garantía de imparcialidad del juzgador, garantía que si bien no se encuentra de
manera expresa en nuestra Constitución, se deduce implícitamente del derecho
fundamental a la tutela jurisdiccional efectiva, reconocido en el artículo 139 inciso
3 de la Constitución, dentro de la cual se reconoce el derecho a un Juez
independiente e imparcial. El Tribunal Constitucional, ha dicho que “El derecho a
ser juzgado por un Juez imparcial constituye un elemento del debido proceso
reconocido expresamente en el articulo 8 inciso 1 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, así como el articulo 14, inciso 1 del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos…”
La imparcialidad es definida como la “ausencia de perjuicios a favor o en contra de
una de las partes o en relación con la materia sobre la cual deberá decidir” o como
“ausencia de prejuicio o parcialidades”
Señala Talavera Elguera, que el código procesal penal, no obliga al juez penal, a
ordenar de oficio la practica de nuevos medios de prueba . Sin embargo, el autor
considera de que en algunas circunstancias, el juez debe de actuar una prueba
necesaria, todo ello de acuerdo las reglas que debe de tener esta figura contenida
en nuestra procesal penal vigente, señalas estas características:
- En primer lugar, debe de tratarse de una prueba nueva, es decir, de un medio
probatorio que anteriormente no hubiera sido ofrecido por las partes para su
actuación en el juicio. Puede tratarse de una prueba sobreviviente o no, no opera
en este caso la restricción contemplada en el artículo 373, inciso 1 del Código
Procesal Penal, en razón de que como consecuencia del juicio, puede surgir la
necesidad de llamar a testigos que antes no fueron considerados por el hecho de
haber sido mencionados en la audiencia como conocedores de un hecho relevante
o para contrastar la credibilidad de algún medio de prueba.
- En segundo lugar, la facultad de ordenar la practica de oficio solo puede ejercida
por el juez, una vez que las partes hubieran ofrecido y practicado sus medios de
prueba aportados en la fase intermedia o al inicio del juicio oral.
- En tercer lugar, debe tratarse de nuevos medios de prueba manifiestamente
útiles para esclarecer la verdad . La dinámica del juicio puede dar como resultado
que muten o surjan hechos nuevos y relevantes para los fines de resolver y de
hacer que aparezcan, por lo tanto, ulteriores medios de prueba útiles. Además, los
medios de prueba que se decida practicar en el juicio deben ser pertinentes,
conducentes y lícitos
- En cuarto lugar, mediante el ejercicio de la facultad o iniciativa de oficio, el
juzgador no puede sustituir a las partes, esto es, no puede ordenar la actuación de
prueba directamente de cargo y de descargo, sino de prueba complementaria o de
prueba sobre la prueba . El código procesal penal, no otorga una facultad
supletoria, sino excepcional para ordenar la práctica de prueba de oficio.

ARTICULO 385 DEL CÓDIGO PROCESAL PENAL


Señala le código procesal penal: “…Si para conocer los hechos, siempre que sea
posible, que no se haya realizado dicha diligencia en la investigación preparatoria
o ésta resultara manifiestamente insuficiente, El Juez Penal, de oficio o a pedido
de parte, previo debate de los intervinientes, ordenará la realización de una
inspección o de una reconstrucción, disponiendo las medidas necesarias para
llevarlas a cabo…”. Asimismo , el inciso 2 prescribe: “…EL Juez Penal,
excepcionalmente, una vez culminada la recepción de las pruebas podrá disponer,
de oficio o a pedido de parte, actuación de nuevos medios probatorios si en el
curso del debate resultasen indispensables o manifiestamente útiles para
esclarecer la verdad. El Juez Penal cuidará de no remplazar por este medio la
actuación propia de las partes. La resolución que se emita en ambos supuestos no
es recurrible…”
Señala el Dr. Hurtado Poma, que estamos viviendo la “modernidad líquida” de la
que habla Zigmunt Bauman, es decir, aquella informe y transformable, que
contrapone a la solidez y perdurabilidad que preconizaba la modernidad, la
obsesión a la compulsión; la conciencia de que la solución de un problema no
resuelve todo, pues ella misma genera otro u otros; la incertidumbre, la
precariedad; la inseguridad; la vulnerabilidad; la inestabilidad; la ausencia de
puntos fijos; la inquietud; la desconfianza en las instituciones; y hasta uno mismo
que prefiere la libertad o la seguridad dependiendo del esta do en que estemos;
los sistemas procesales no son ajenos a esto, por eso es imposible afirmar en
cualquier lugar del universo un sistema procesal puramente inquisitivo o uno
exclusivamente acusatorio .
En efecto, por eso, se afirma que el mínimo común denominador de cada sistema
es inestable, que el sistema se encuentra en constante cambio; que los rasgos del
proceso adversarial pueden ser identificados en la Europa Continental, mientras
que en tierras angloamericanas también se perciben bastantes rasgos inquisitivos;
y que la fragmentariedad característica de los procesos continentales comienza ya
a ser utilizada en algunos países angloamericanos .
Pues bien, nuestro nuevo Código Procesal Penal tiene connotaciones inquisitivas
y acusatorias. En ese orden de cosas, lo que se prefiere, señala HURTADO, por lo
menos, es un Código democrático, y eso es suficiente. Por ello, tenemos un
sistema acusatorio ajustado al Perú, a nuestras necesidades, a nuestra cultura y
circunstancias de nuestro Perú profundo y moderno. No es correcto, por tanto,
pretender encasillarnos en que esto es “acusatorio” por ser su naturaleza
acusatoria o “inquisitivo” o “mixto”.
La pregunta que surge como dentro de los procesos penales, la misma que el
autor, ha podido visualizar dentro de la práctica que tengo como asistente del
estudio jurídico donde laboro, es que sin un juez de juzgamiento (que puede ser
un unipersonal o un colegiado), puede actuar de oficio, un debate pericial, debate
que no ha sido ofrecido por ninguna de las partes.
A continuación, se presentará el siguiente caso, que es en donde versará el
presente ensayo.
“…Se le incrimina al acusado Carlos Díaz Paredes el haber agredido a Claudia
Zapata Mendoza el día 30 de mayo del 2009, aproximadamente a horas 19.30
p.m., cuando transitaban por el Estadio Esteban Lujan, en el distrito de Gótica,
cogiéndola por detrás y golpeándole los brazos, haciendo que se caiga al piso,
arrastrándola de la mano por el pavimento, causándole lesiones a la altura del
tórax, brazo derecho y tobillo derecho tal como se advierte del Certificado Medico
Legal, En primera instancia, se condena al acusado a la pena privativa de libertad
de un año y seis meses, y además al pago de la reparación civil. El sentenciado
apela la sentencia, sosteniendo que en la tramitación del expediente se habría
ocultado documentos importantes, ya que únicamente se ha tomado como
referencia un certificado médico legal, luego de haber transcurrido ocho días de
los presuntos hechos que se le incrimina a su patrocinado, donde se ha
determinado una incapacidad de 5 x 12 días; siendo que la propia agraviada al
deponer en el juicio de primera instancia señalo que luego de ocurrido el hecho
recién dos a tres días después acudió al medico, pero para denunciar un hecho
distinto, esto es, de agresión de tipo sexual; y que de las indagaciones efectuadas
por su persona se ha llegado a determinar de que la misma agraviada presentaba,
por los mismos hechos, otro certificado médico legal practicado a los dos días esto
es el 01 de junio del 2009, donde se le diagnóstico una incapacidad menor;
Finalmente se oralizaron los certificados médicos legales N° 3072 y 3073,
practicados el 01 de junio del 2009; con el cual se demuestra que la agraviada
pasó reconocimiento medico dos días después, sin embargo, ello no fue
presentado como evidencia por el Ministerio Publico, sino que se presentó aquel
practicado después de OCHO DIAS…” (Tengamos presente siempre que en este
caso, la defensa técnica ofreció un peritaje de parte, el mismo que fue admitido,
sin embargo no ofreció el debate pericial. Dicho peritaje de parte, cuestiona el
resultado de las lesiones consignadas en el Certificado Médico Legal que fue el
sustento para sentenciar al acusado, es decir, que el diagnostico señalado solo
consistirían en faltas). “…la agraviada se sometió a dos verificaciones medicas el
día 01 de junio del 2009, esto es un día después de los hechos, donde se
consigna que ambos reconocimientos son por agresión sexual, teniendo el
signado con el numero certificado médico legal 3072-LS, que da resultado
NEGATIVO, por no haberse sometido ésta al examen respectivo de indemnidad
sexual; y, el otro el certificado médico legal 3073-L, donde en la data se consigna
que la agresión sexual fue realizada por un vecino de fecha 30 de mayo del 2009
a horas 19.30 horas; habiéndose determinado una atención facultativa de dos por
siete…”. Que, durante el desarrollo del Juicio Oral de primera instancia, no sólo se
recibió la declaración del medico legista Paolo Torres, sino también se examinó al
perito de parte, el doctor Jorge Montes, quien había argumentado de que las
lesiones que presenta la agraviada constituía falta y que además cuestionaba el
hecho de la lesión del tobillo, determinado por el perito oficial de que éste lo haya
diagnosticado, que el esguince que la agraviada presentaba era de naturaleza
leve moderado, por lo que requería una incapacidad mayor de diez días…”
“…Sin embargo, al haber afirmado el Dr. Paolo Torres durante su examen en el
Juicio Oral de que “la valoración del esguince es de libre opinión del Perito, ya que
no se encuentra regulado por el Instituto de Medicina Legal”, habiendo sido parte
del cuestionamiento por parte del perito de parte de que para poder determinar
una lesión se necesitaba mínimamente de una RADIOGRAFIA; sin embargo y
pese ante evidente contradicción el ad quo le otorga valor probatorio al Certificado
Medico Legal N° 3196 practicado después de ocho días…” (Hay que recordar el
Ad quo, no actuó el debate pericial, debido a que NO FUE OFRECIDO por
ninguna de las partes).

ANALISIS DEL PRESENTE CASO – LA ADMISION DE LA PRUEBA DE OFICIO.


Se puede apreciar, desde un primer momento, que existen dos peritajes, uno por
el Instituto de Medicina Legal y otro por la defensa técnica (peritaje de parte) en la
cual el peritaje ofrecido por la defensa, cuestiona el diagnostico señalado por el
medico legista, diagnostico que esta señalado en el certificado medico legal.
El certificado medico legal, fue ofrecido y admitido en su oportunidad, esto es en la
audiencia de control de acusación, al igual que el peritaje de parte, el ministerio
publico ofreció como prueba que se actué la declaración del medico legista, a
efectos de que ilustre al juez penal, sobre el contenido de su certificado medico
legal, sin embargo, la defensa técnica no propuso el debate pericial entre el
medico legista y el perito de parte. El Juez Penal, observó que existían dos
apreciaciones totalmente distintas con relación a las lesiones que se
diagnosticaban en el certificado medico legal, dado a que, según el medico legista,
las lesiones, por haberse otorgado mas de 10 días era delito, sin embargo, el
perito de parte, señala que las lesiones consignadas en el certificado medico legal,
ameritaban una atención facultativa de menos de diez días, constituyendo
solamente FALTAS CONTRA LA PERSONA. Sin embargo, pese a esta
observación, el juez penal, no realizó un debate pericial entre ambos profesionales
de la salud, por que, este debate no fue ofrecido por las partes.
Al respecto, manifiesto lo siguiente:
Lo que se debió en todo caso haberse propuesto se practique como PRUEBA
NECESARIA, un DEBATE PERICIAL entre estos dos especialistas, ya que
existían dos versiones distintas; justificando el ad quo su decisión de no haberlo
efectuado en el sentido de haber afirmado que siendo contradictorios ambas
pericias, debió ofrecerse un debate pericial, sin embargo no fue ofrecida en su
oportunidad cuando el juzgador pregunto a las partes si existía prueba nueva que
ofrecer.
Esto constituye una falsa percepción o desconocimiento de la normatividad
procesal vigente, ya que antes del termino de la actividad probatoria, la judicatura
debió en caso proponer DE OFICIO -en el caso de que las partes no lo hubiesen
hecho-, se actúe un debate pericial como PRUEBA NECESARIA (Articulo 385º del
NCPP); ya que ello surgió como consecuencia del debate pericial, lo cual de
haberse dado se pudo haber determinado si la lesión mas grave como sería el
esguince en el tobillo, ameritaba a priori un diagnostico sin radiografía previa y si
la atención medica superaría o no los diez días.

EXISTENCIA DE UNA POSIBLE VULNERACIÓN AL PRINCIPIO DE


IMPARCIALIDAD DEL JUEZ.

Considero, que de haber el juez, realizado de oficio el debate pericial, no se


hubiera violentado el principio de imparcialidad, dado a que la finalidad del
proceso penal, es llegar a una sentencia, que acabe con la incertidumbre jurídica,
Sin duda, hay compromiso con la sociedad y piensa en el futuro de su decisión;
por consiguiente, este juez no puede ser un simple operador, ni tampoco mirador o
pasivo observador .
Comparto la idea de que el Juez, tiene que ser dinámico y no puede decir “no
estoy para subsidiar al fiscal, ni al abogado del imputado”. Tiene que analizar,
interpretar y tomar posición para impartir justicia. Por eso, quienes redactaron este
corpus iuris pensaron en ello y de ahí la cantidad de normas que culminan y
encumbran al juez para realizar “pruebas de oficio”, solo en el supuesto necesario,
sin que se pueda subsanar errores de los sujetos procesales (fiscal o defensa del
acusado).
El juez, por tanto, debe cumplir su función de “averiguación de la verdad”, solo y
únicamente, cuando la “verdad” se le presenta parcial y deformada, por actuación
dolosa o bajo culpa inexcusable de cualquiera de los sujetos procesales o de
ambos. Solo en esta situación, podría rechazar una teoría del caso que gana con
la mentira, con la mejor exposición, con el que es más avispado criollamente
hablando. En suma, el juez debe procurar el valor justicia y el orden justo, con
imparcialidad y objetividad; y si el proceso es adversarial, no puede salir de la
mesa del proceso, por algo está allí el entender la facultad del juez en el
ofrecimiento de pruebas de oficio, por estas razones de orden filosófico a nuestro
modesto entender .

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

La norma procesal penal, si bien es cierto, faculta al juez penal, utilizar la figura
procesal de la prueba de oficio, cuando observe que una diligencia no se halla
realizado en la investigación preparatoria y/o que alguna diligencia en la
investigación preparatoria sea insuficiente, ordenará la realización de una
inspección o de una reconstrucción, disponiendo las medidas para llevarlas a
cabo.
Pero el tema aquí planteado, incumbe netamente su aplicación en el segundo
párrafo.
El juez, en aplicación de lo dispuesto por la normatividad procesal vigente, debe
actuar una prueba de oficio, cuando del desarrollo del juicio oral, se pueda
evidenciar alguna situación que le genere confusión, todo esto, a efectos de mejor
resolver el caso debatido.
En efecto, tal como lo señala el articulo 385 del Código Procesal Penal, “…EL
Juez Penal, EXCEPCIONALMENTE, una vez culminada la recepción de las
pruebas podrá disponer, de oficio o a pedido de parte, actuación de nuevos
medios probatorios si en el curso del debate RESULTASEN INDISPENSABLES O
MANIFIESTAMENTE ÚTILES PARA ESCLARECER LA VERDAD…”.
En los casos, en las cuales el debate, surja como consecuencia de lo actuado en
el juicio oral, y a efectos de poder esclarecer la veracidad de lo afirmado por las
partes, ya que el proceso penal lo que busca es la averiguación de la verdad, el
juez penal debe de actuar como prueba de oficio ciertas figuras, que en el
presente caso es un DEBATE PERICIAL, a efectos de poder calificar de una
manera más objetiva lo diagnosticado por ambos peritos, en el caso planteado,
Además, considero que esta figura del debate pericial no solo debe ser actuado en
los delitos de lesiones, puesto que debería de aplicarse en los casos en los que el
debate surja como consecuencia de lo actuado en el juicio oral, a pesar de que no
haya sido ofrecido por las partes, esto es, que puede ser un delito de peculado, en
la cual la prueba de privilegio es una pericia valorativa contable y que puede ser
cuestionada con una pericia de oficio, entre otros casos, claro esta, cuidando
siempre no remplazar el juez por este medio la actuación propia de las partes.

BIBLIOGRAFÍA
CÓDIGO PROCESAL PENAL, Jurista Editores, Edición Setiembre - 2011.
CORTE EUROPEA DE DD.HH. Sentencia del 1 de Octubre de 1982, Caso
Piersack v. Bélgica, párrafo 30
DAMASKA Mirjan R. “Las Caras de la Justicia y el poder del Estado". Análisis
comparado del proceso penal. Editorial Jurídica de Chile, 2000.
FIGUEROA ACOSTA, Ramón Alberto. En IUSTITIA, revista N°4, noviembre de
2005. Universidad Santo Tomas de Bucaramanga.
HURTADO POMA, Juan Rolando, Fiscal Adjunto Superior Penal del Distrito
Judicial de Huaura, Articulo de Derecho Procesal Penal.
MAIER, Julio. Derecho Procesal Penal. Tomo I. Editores del Puerto. Buenos Aires.
1997.
TALAVERA ELGUERA, Pablo, La Prueba en el Nuevo Proceso Penal – Manual
del Derecho Probatorio y de Valorización de las pruebas en el proceso común.

Вам также может понравиться