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Vistos:
Doña Graciela Chihuaicura, presidenta de la Asociación Indígena Kona
Rupu Futa Mapu; don Pedro Antimilla, lonko y vicepresidente de la Comunidad
Indígena Carlos Antimilla, y doña Bertilina Huenullanca, presidenta de la
Comunidad Carlos Antimilla, deducen recurso de protección en contra de doña
Luisa Marisol Figueroa Jaramillo y don Edmundo Rodrigo Figueroa Jaramillo,
ambos domiciliados en Los Fiordos N° 7070, Barrio el Olmo, Peñalolén, en
atención a que el actuar ilegal y arbitrario de los recurridos vulnera su garantía
constitucional consagrada en el artículo 19 N° 6 de la Carta Fundamental.
Fundan su recurso en que pertenecen a la Comunidad ancestral Carlos
Antimilla y a la Asociación Kona Rupu Futa Mapu, que agrupa a siete
comunidades Indígenas y busca revitalizar y proteger el territorio ancestral.
Agregan que Kona Rupu Futa Mapu es un territorio ancestral ubicado la zona
cordillerana de la Región de Los Ríos, actualmente su denominación es Coñaripe.
Indican que la significación de kona rupu se refiere al sendero del noble servidor, y
el ancestro en común es el mayor kona Paillalafken, sabio mediador del cielo y la
tierra.
Señalan que la comunidad habita este territorio desde tiempos
inmemoriales, reconocido por el Título de Merced 2429 de 1913, donde existen
espacios sagrados de gran importancia como el Lago Pellaifa (el único e
irrepetible); el Trarilafken (lago que une o amarra algo); la isla millawapi (lugar
sagrado, de unión y vínculo con la naturaleza, donde los habitantes de Kona Rüpu
se reúnen para compartir la visión del territorio); la pampa de Nguillatuwe o lugar
de la junta o juntaero (espacio ceremonial junto al cementerio indígena); el Parque
Nacional Villarrica o Pewengento y cerro Treiwa.
Sostienen que la comunidad sigue haciendo uso de estos espacios de
significación cultural y espiritual, o de la religiosidad, y los ha protegido de diversas
amenazas. Agregan que la comunidad “dio una pelea” de varios años contra la
empresa noruega SN Power, y luego en 2013 contra HidroAconcagua,
continuadora del proyecto hidroeléctrico en los ríos aledaños al lago Pellaifa.
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Refieren que la comunidad “dio una lucha silenciosa”, cuando aún no estaba
ratificado por Chile el Convenio 169 OIT, apoyado por otros actores locales, que al
igual que la comunidad desean un desarrollo sustentable y pertinente
culturalmente para el territorio. Arguyen que la Comunidad ha actuado como un
escudo frente a estos proyectos que pretendían realizarse en el territorio, sin
involucrar a la comunidad y desconociendo el derecho a ejercer consulta indígena
previa.
Manifiestan que dentro del territorio ancestral de la comunidad existe un
espacio de purificación espiritual, el llozko Chankafiel o Humedal Chankafiel.
Indican que el llozko se ubica en la desembocadura del río Pellaifa e incluye la
ribera de la Isla Millawapi. Exponen que el Llozko de Chankafiel se encuentra
gravemente intervenido, amenazado y transgredido, por la tala rasa de bosque
centenario y remoción del mallin y relleno, con el objeto de aperturar caminos de
8,70 a 13 metros de ancho, para un proyecto inmobiliario de parcelación.
Expresan que los trabajos han destruido pitras, arrayanes y canelos centenarios
(que la comunidad denomina árboles mayores); plantas medicinales (lawen)
propias de estos lugares húmedos y protegidos, que crecen en lugares muy
prístinos, filulawen, carrulawen, limpia plata, changausu, feñfeñko, uwa uwa,
pinzafoqui, entre otros, además de hongos comestibles changle, digueñes, pique,
teche. Agregan que los caminos serán rellenados con áridos obtenidos del propio
rio Pellaifa, habida cuenta de que la parcelación de predios rurales de
características agrícolas o boscosas es una figura que constituye un "fraude a la
Ley", y amenazan los espacios culturales mapuches, al convertir el Llosko
Chankafiel en una "zona semiurbana".
Refieren que los recurridos amparan el daño provocado en un Plan de
Manejo, prescindiendo que se trata de un sitio de relevancia espiritual y ecológica,
que permite mantener la salud del territorio y sus habitantes. Indican que el
Llozkontu (red de humedales) son ecosistemas con alta diversidad biológica y
mantienen una función específica en la purificación del agua, al mismo tiempo que
permiten la depuración de enfermedades humanas colectivas o individuales, son
transformadores de energías negativas en positivas. Agregan que los mapunche
mantienen una relación de respeto, resguardo y de no intervención en estos
espacios, en tanto reservorios de Itrofillmogen (biodiversidad) donde se recolectan
medicinas. Aducen que el Chankafiel y otros humedales, están conectados en red
y unidos por una fuerza, un newen, según relatan los longkos de la Comunidad.
Así, el llozko Chankafiel, es una entidad viva conectada estrechamente con los
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de la comunidad indígena Kona Rupu Futa Mapu. Asimismo, constató que existe
la instalación de un nuevo altar étnico del pueblo Mapuche, en el lugar donde
supuestamente se encontraba el lugar de oraciones antiguo.
Se ordenó traer los autos en relación.
CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que, el recurso de protección de garantías constitucionales,
previsto en el artículo 20 de la Constitución Política de la República, es una acción
constitucional, cuyo propósito consiste en obtener de los Tribunales Superiores de
Justicia, una tutela eficaz y eficiente para salvaguardar la integridad de los
derechos fundamentales que aquélla norma contempla. Al conocer un recurso de
protección, es el deber constitucional de esta Corte adoptar, en forma inmediata,
las providencias necesarias para asegurar la debida protección ante una acción u
omisión arbitraria o ilegal, que importe una privación, perturbación o amenaza de
los derechos y garantías que el constituyente establece.
SEGUNDO: Que, como una cuestión previa y fundamental para entrar al
conocimiento del asunto, es menester explicitar que el recurso de protección es
una acción de naturaleza cautelar, urgente y no declarativa, de modo que no es
posible a través de este procedimiento, obtener un pronunciamiento en el que se
dirima la existencia del derecho invocado, su validez y en general, las materias
cuyo fallo requiere una discusión y tramitación en un juicio de lato conocimiento.
En este orden de ideas, la reiterada jurisprudencia emanada de los
tribunales superiores de justicia en sede de protección ha establecido como
doctrina que la procedencia de esta acción de amparo de derechos y garantías
fundamentales, demanda del recurrente la detentación de un derecho indubitado,
puesto que, surgida una controversia ya por lo informado por el o los recurridos ya
porque así lo señalan los antecedentes de convicción allegados a los autos y
considerando además la sumarísima tramitación que se ha dispuesto al efecto, el
resultado es desestimar la acción, siendo necesario el replanteamiento de la litis
esta vez por la cuerda de un procedimiento plenamente contradictorio, que permita
el establecimiento preciso del objeto del pleito y la recepción formal de probanzas.
TERCERO: Que, el acto ilegal y arbitrario que se reprocha consiste en
que el 7 de febrero de 2018, las maquinarias que trabajaban en la construcción de
un camino interior ubicado en el inmueble de propiedad de los recurridos, destruyó
el Rewe del Llozko de Chankafiel, afectando un espacio sagrado de uso
inmemorial, lo que vulnera la garantía constitucional de los recurrentes
consagrada en el artículo 19 N° 6 de la Carta Fundamental.
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bien común, para lo cual debe contribuir a crear las condiciones sociales que
permitan a todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su
mayor realización espiritual y material posible, con pleno respeto a los derechos y
garantías".
SEXTO: Que, en este orden de ideas, debe tenerse presente que el
Estado debe reconocer y proteger los valores sociales, culturales y religiosos de
los pueblos indígenas, lo que importa, por un lado, aplicar la legislación nacional a
dichos pueblos considerando sus costumbres o derecho consuetudinario y, por
otro, conservar sus costumbres e instituciones propias, siempre que ello no sea
incompatible con los derechos fundamentales definidos por el sistema jurídico
nacional ni que se traduzca en no asumir las obligaciones reconocidas a todos los
ciudadanos del Estado, conforme lo dispuesto en los artículos 5 y 8 del Convenio
169 de la OIT, Sobre Pueblos Indígenas y Tribales.
SÉPTIMO: Que, de lo que se viene señalando, se desprende que el
ejercicio de ambas dimensiones de la libre manifestación de la religión y de las
creencias debe sujetarse a los límites propios del orden público y la protección de
los demás bienes jurídicos fundamentales.
En la especie, la libertad de culto invocada por los recurrentes se
encuentra garantizada en la Constitución y en los instrumentos internacionales ya
descritos, pero al mismo tiempo encuentra en ellos sus límites.
OCTAVO: Que, asentado lo anterior, conviene tener presente que se
invoca el ejercicio de la libertad de culto en el inmueble de propiedad de un
tercero, por lo que el presente recurso habría de circunscribirse, únicamente, a la
alteración del statu quo vigente por parte de los recurridos, como manifestación de
autotutela, proscrita en nuestro ordenamiento jurídico.
En efecto, no resultan admisibles, en esta sede, las alegaciones que
reprochan la pertinencia del proyecto inmobiliario que estarían ejecutando los
recurridos o las eventuales infracciones a la legislación forestal, pues dichas
controversias debe resolverse mediante el ejercicio de las acciones que el
legislador ha previsto para ello y no por la vía cautelar, tal como quedó asentado
en el considerando segundo de este fallo.
NOVENO: Que, expuesta así la controversia, la viabilidad de la pretensión
de los recurrentes está supeditada a la prueba de las afirmaciones fácticas que
sustentan su acción constitucional, esto es, el uso inmemorial de lo que
denominan espacio sagrado y su delimitación territorial; la ubicación precisa del
Rewe dentro del inmueble y época en que adquirió el carácter sagrado que
invocan; utilización del espacio ceremonial, religioso y espiritual; y la imposibilidad
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las restricciones de que ello no sea incompatible con los derechos fundamentales
definidos por el sistema jurídico nacional y que tampoco se traduzca en no asumir
las obligaciones reconocidas a todos los ciudadanos del Estado”.
DÉCIMO TERCERO: Que, conforme a lo expuesto, la propiedad indígena
cuenta con amparo constitucional y legal, conforme lo dispuesto en el artículo 19
N° 24 de la Carta Fundamental y la Ley N° 19.253. Así, el artículo 12 del citado
cuerpo de normas prevé los requisitos jurídicos y de hecho que deben concurrir
copulativamente para otorgar la calidad de tierra indígena a un determinado
territorio.
En la especie, el terreno de los recurridos no ha sido calificado como
indígena, según el mérito del certificado emitido por la Corporación Nacional de
Desarrollo Indígena, de fecha 24 de octubre de 2017. Tampoco consta que la
Comunidad recurrente haya iniciado el procedimiento administrativo previsto en el
artículo 20 letra b) de la Ley N° 19.253. Por consiguiente, contemplando nuestra
legislación las acciones y procedimientos adecuados para obtener el
reconocimiento de tierra indígena –y mientras ellos no sean ejercidos- no es esta
la vía idónea para resolver las pretensiones que se han ventilado en autos.
Por lo expuesto, normas citadas, y visto, además, lo dispuesto en el
artículo 20 de la Constitución Política de la República y Auto Acordado de la
Excma. Corte Suprema sobre Tramitación del Recurso de Protección de Garantías
Constitucionales, se RECHAZA, sin costas, la acción de protección deducida por
doña Graciela Chihuaicura, presidenta de la Asociación Indígena Kona Rupu Futa
Mapu; don Pedro Antimilla, lonko y vicepresidente de la Comunidad Indígena
Carlos Antimilla, y doña Bertilina Huenullanca, presidenta de la Comunidad Carlos
Antimilla, en contra de doña Luisa Marisol Figueroa Jaramillo y don Edmundo
Rodrigo Figueroa Jaramillo.
Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad.
Redactada por la Fiscal Judicial Sra. María Heliana del Río Tapia.
No firma el Ministro Interino Sr. Fernando León Ramírez, no obstante
haber concurrido a la vista de la causa y acuerdo del fallo por encontrarse con
permiso de conformidad a lo dispuesto en el artículo 347 del Código Orgánico de
Tribunales.
Rol 349 – 2018 PRO.
Juan Ignacio Correa Rosado Maria Heliana de Los Angeles del Rio
Ministro Tapia
Fecha: 02/04/2018 11:48:59 Fiscal
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En Valdivia, a dos de abril de dos mil dieciocho, notifiqué en Secretaría por el Estado Diario la resolución
precedente.
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