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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD DEL ZULIA


FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS
DIVISIÓN DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS
MAESTRÍA EN CIENCIAS PENALES Y CRIMINALÍSTICAS

MARGEN DE LEGALIDAD DE DECRETO PRESIDENCIAL OPERACION DE


LIBERACIÓN DEL PUEBLO DESDE EL CONTEXTO CONSTITUCIONALIDAD Y
DECLARACION DE LOS DERECHOS HUMANOS EN VENEZUELA

(ARTICULO ARBITRADO)

Presentado por:

Castro Gaviria, Demetrio Enrique


C.I: 83.398.228

Martínez Cabrera, Divina Esther


CI: 24.432.702

Maracaibo, Septiembre 2016


MARGEN DE LEGALIDAD DE DECRETO PRESIDENCIAL OPERACION DE
LIBERACIÓN DEL PUEBLO DESDE EL CONTEXTO CONSTITUCIONALIDAD Y
DECLARACION DE LOS DERECHOS HUMANOS EN VENEZUELA

RESUMEN

El objetivo del presente artículo se centra en analizar el margen de legalidad de Decreto


Presidencial Operación de Liberación del Pueblo desde el contexto Constitucionalidad
y Declaración de los Derechos Humanos en Venezuela, basándose en lo establecido
en la Constitución de la República de Venezuela la "Declaración Universal de los
Derechos Humanos", y el Decreto Operación de Liberación del Pueblo, así como
también, los señalamientos hechos por la doctrina, la recolección de datos se llevo a
través de una revisión exhaustiva de documentos que tratan el tema convirtiéndolo en
un artículo de tipo documental, a través de la observación directa documental llevada a
cabo por los investigadores, se puede decir que aunque la OLP aunque se describe
como “estrategias de seguridad del sistema de protección popular de la paz”, los actos
que ésta genera por el contrario contraviene los preceptos de carácter Constitucional y
los acuerdos suscritos y ratificados por Venezuela en cuanto a Derechos Humanos se
refiere.

Palabras claves: Constitucionalidad, Derechos Humanos. Legalidad. Operación de


Liberación del Pueblo

ABSTRACT

He objective of the present article is focused in analyze the margin of legality of Decree
presidential operation of release of the village from the context constitutionality and
statement of them rights human in Venezuela, based is in it established in the
Constitution of the Republic of Venezuela it "statement Universal of them rights human",
and the Decree operation of release of the village, as well as also , the accusations
made by the doctrine, the collection of data is took through a review exhaustive of
documents that try the theme making it in an article of type documentary, through the
observation direct documentary led to out by them researchers, is can tell that although
the PLO although is describes as "strategies of security of the system of protection
popular of it peace", them acts that this generates by the contrary contravenes them
precepts of character constitutional and them agreements subscribed and ratified by
Venezuela with regard to rights human is concerned.

Key words: Constitutionality, rights human. Legality. Operation of the liberation of the
people

INTRODUCCIÓN

El derecho de finales del Siglo XX y principios del XXI se encuentra fuertemente


impregnado de ética y valores, como consecuencia de las respuestas planteadas por la
conciencia internacional de las naciones, donde la legalidad de las acciones judiciales
junto con postulados que emergen del texto político constitucional y los derechos
humanos cobran vida dentro del orden jurídico para la creación de una sociedad global
más humana, solidaria y en paz. Las manifestaciones reales de esta definición
comienzan a percibirse en las nuevas dimensiones ofrecidas en todo el mundo por el
derecho clásico y postmoderno. Para algunos, la legalidad se encuentra en el mundo
del deber ser, es decir, las normas escritas del derecho positivo, que aplican para la
formación y el ejercicio del Derecho Público, convirtiéndose en garantía en el plano de
la integración social de una identidad social determinada por vías normativas.

En cuanto al contenido de la Supremacía Constitucional, ubica a la Constitución


de un país jerárquicamente por encima de todo el ordenamiento jurídico de ese país,
considerándola como Ley Suprema del Estado y fundamento del sistema jurídico, en
este orden cada país a través de su base constitucional, los tratados internacionales
ratificados por el país gozan de igual rango (rango constitucional) o superior a las leyes
e inferior a la constitución, aspecto este que se vincula a los convenios suscritos por
Venezuela para garantizar los derechos humanos tanto de aquellos contemplados en su
propio texto como los que se encuentran desarrollados en tratados, pactos o convenios
internacionales que Venezuela ha suscrito y ratificado.

Ahora bien, el presente artículo tiene como fin analizar el margen de legalidad de
Decreto Presidencial Operación de Liberación del Pueblo desde el contexto
Constitucionalidad y Declaración de los Derechos Humanos, como se ha expuesto en
líneas anteriores se muestra un claro concepto de legalidad, constitucionalidad y
derechos humano, no obstante estos tres aspectos son fundamentales tratarlos dentro
de un análisis de acuerdo con alocución del programa Nº 35 del actual Presidente de
Venezuela anunciando el lanzamiento de una Ley especial la cual denominó Ley de la
Operación Liberación y Protección del Pueblo (OLP), presentándose con carácter de
Ley Orgánica, no obtente dicha ley no ha sido promulgada hasta la fecha, sin embargo
en posterior fechas dos Decretos que salieron a la luz pública como lo es el Decreto
extraordinario Nº 6.194 en la cual decreta el Estado de Excepción de los Municipios
Bolívar, Pedro María Ureña, Junín, Capacho Nuevo y Viejo y Rafael Urdaneta del
estado Táchira en fecha 21 de Agosto de 2015, así como también el Decreto Nº 2014,
mediante el cual se extiende el Estado de Excepción en los Municipios Catatumbo,
Jesús María Semprún y Colón del Estado Zulia en fecha 15 de septiembre de 2015,
bajo el Nº de Gaceta 40.746 respectivamente.

Cabe agregar, la Operación Liberación y Protección del Pueblo (OLP), cuenta con
cuatro pilares fundamentales entre los cuales se distinguen el Plan Patria Segura, el
Movimiento por la Paz y la Vida, la Inteligencia Preventiva Integral así como el
fortalecimiento de la Estructura de aplicación de Justicia, para garantizar “la paz del
pueblo”. Operación que es trabajada en función el Plan de la Patria.

Legitimidad y Legalidad

De acuerdo con los señalamientos hechos por Bobbio (1985) la legitimidad del
poder ejercido por el Estado se fundamentó en su sometimiento a la legalidad, en dos
aspectos: quienes ejercen el poder deben estar autorizados para ello, por el
ordenamiento jurídico, se trata de la legitimidad en el origen del poder; pero además
dicho poder debe ser ejercido conforme a lo establecido en la ley, se exige así que el
poder no sea utilizado de manera arbitraria, se trata de la legalidad en el ejercicio del
poder. Aunado a ello, considera Bobbio (1895), el Estado de Derecho significó así la
opción por el "gobierno de las leyes", opuesto al gobierno de los hombres. Dicha opción
implica tanto gobernar conforme a las leyes como gobernar mediante las leyes, esto es,
normas de carácter general válida para toda la comunidad política.
En razón a lo expuesto en líneas anteriores, la legalidad y la legitimidad son
conceptos que se encuentran íntimamente relacionados con la soberanía. Algunos
estudiosos del Derecho afirman que la norma jurídica es un producto de la soberanía
popular, sin considerar, que el reconocimiento a estas normas también es soberano. En
este sentido, la legalidad se encuentra en el mundo del deber ser, es decir, las normas
escritas del derecho positivo, que aplican para la formación y el ejercicio del Derecho
Público. Y la legitimidad es lo que valida el ejercicio de la norma.

La legalidad es la vigencia de un orden jurídico que funciona como conductor de la


actividad del Estado, permitiendo con ello, ser un Estado de Derecho. De acuerdo a la
exposición hecha por el mencionado autor, la legalidad como marco normativo es un
elemento secundario del Estado, pero esencial a la vez, surgiendo de la soberanía
popular en el país. Por otra parte, la legitimidad es el reconocimiento de los integrantes
de un Estado al orden jurídico vigente, es decir, su sometimiento a la norma. Ligada
estrechamente al sentido de justicia y al reconocimiento de la autoridad a quien se le
reconoce una facultad.

En este sentido, la legitimidad surge del reconocimiento de la conciencia colectiva al


orden jurídico vigente, como lo expresa Burgoa (1994), la legitimidad, en sentido amplio,
denota una cualidad contraria a lo falso o a lo espurio; y aplicada ésta idea a la
Constitución, resulta que esta es legítima cuando no proviene del usurpador del poder
constituyente, que puede ser un autócrata o un cuerpo oligárquico. Fácilmente se
advierte que la legitimidad de la Constitución y de su creador depende, a su vez, de que
sea reconocido por la conciencia colectiva de los gobernados, como ente en que se
deposita la potestad constituyente en forma genuina.

Por su parte, Habermas (1986) afirma, la legitimidad es propia de la política


mientras que la legalidad es del Derecho, De igual modo, considera Sartori (1987) al
hablar de legitimidad política nos referimos a la cuestión de la rectitud o justicia del
poder político, distinguiéndola del problema de la justificación del Estado y de la validez
de las normas, a los cuales, con todo, se encuentra intrínsecamente vinculada.

En este mismo orden de ideas, Bobbio (1985), fundamenta la legalidad en el


lenguaje político ha de entenderse un atributo y un requisito del poder, mediante el cual
se dice que un poder es legal o actúa legalmente o tiene carácter de legalidad, siempre
que es ejercido en el ámbito en conformidad con leyes establecidas o de cualquier
manera aceptadas. Todos estos aspectos deberán ser considerados en la creación de
normas como es el caso del Decreto Presidencial Operación de Liberación del Pueblo
se consolida como testamento histórico e ideológico y centro del humanismo bolivariano
y nace en virtud de amparar los ataques contra los crímenes contra el pueblo en lo que
el presidente considera un ataque propio de una guerra económica hacia su sistema de
gobierno, y tal y como lo expresó en sus alocuciones la creación de la OLP viene a
liberar a la Patria de todos los factores criminales y del paramilitarismo que se ha
apoderado de Venezuela.

Cabria preguntarse si el Texto Fundamental Venezolano garantiza un cumulo de


derechos que protegen la soberanía de la nación, a los ciudadanos y que muchos de
este provienen de la evolución de los tratados internacionales tanto de ámbito universal
y se cuelan hacia las leyes orgánicas y de carácter social que de ella se desprenden a
través de diferentes principios que garantizan los mismos, cuál sería el fin de la Ley de
la Operación Liberación y Protección del Pueblo (OLP). Aunado a lo ya señalado, es
preciso cotejar la legalidad de la Operación Liberación y Protección del Pueblo en aras
del seguridad de la nación disminuyendo los altos índices delictuosos que cubren a
Venezuela en la actualidad, clasificándolo, como la segunda ciudad más violenta del
mundo.

En palabras de quienes desarrollan este artículo, la legalidad es, entonces, todo


lo que se realice dentro del marco de la ley escrita y que tenga como consecuencia
supuesta el respeto por las pautas de vida y coexistencia de una sociedad dependiendo
de lo que cada una de ellas entienda por tal concepto. A diferencia de la legitimidad se
refiere al ejercicio del poder, poder político que es percibido como legítimo porque es
mayoritariamente obedecido.

Constitucionalidad a la luz de la Doctrina Venezolana

A continuación se presenta un análisis levado a cabo por los que desarrollan este
articulo con el objeto de explanaran la visión que aportan los eruditos de los derechos
de Venezuela sobre la jerarquía entre las leyes internas y aquellas de carácter
internacional, y la posición que tienen los tratados frente a la Carta Magna. En la
legislación venezolana la doctrina ha sido amplia en cuanto a la exposición hecha de la
constitucionalidad; el ordenamiento jurídico está integrado solamente por normas
jurídicas válidas; las normas inválidas están fuera del Derecho Venezolano.

De acuerdo con los señalamientos hechos por, Delgado, (2006), para establecer si
una norma pertenece o no al ordenamiento jurídico hay que pasar de grado en grado,
de poder en poder, hasta llegar a la norma fundamental. De este modo todas las
normas están vinculadas directa o indirectamente con la norma fundamental que es la
que da validez y unidad al complejo y enmarañado ordenamiento jurídico.

Por eso, la norma fundamental se coloca, al estilo kelseniano, en el vértice del


sistema, porque con ella se relacionan todas las otras normas. En este sentido, es
acertado el razonamiento de Bobbio, (1985), cuando expresa: "La norma fundamental
es el criterio supremo que permite establecer la pertinencia de una norma a un
ordenamiento, en otras palabras, es el fundamento de validez de todas las normas del
sistema”.

Para el mencionado autor, no sólo la exigencia de la unidad del ordenamiento sino


también la exigencia de fundar la validez del ordenamiento llevan a exigir la norma
fundamental, la cual es, asimismo, el fundamento de validez y el principio unificador de
las normas de un ordenamiento. Y como un ordenamiento presupone la existencia de
un criterio para establecer la pertinencia de las partes al todo y un principio que las
unifique, no podrá existir ordenamiento sin norma fundamental.

De igual forma, considera Ocando (2001) todas las normas están vinculadas
directa o indirectamente con la norma fundamental que es la que da validez y unidad al
complejo y enmarañado ordenamiento jurídico. Por eso, la norma fundamental se
coloca, al estilo kelseniano, en el vértice del sistema, porque con ella se relacionan
todas las otras normas.

En este sentido es acertado el razonamiento de Bobbio (1985), cuando expresa:


"La norma fundamental es el criterio supremo que permite establecer la pertinencia de
una norma a un ordenamiento, en otras palabras, es el fundamento de validez de todas
las normas del sistema. Aunado a ello, agrega el mencionado autor, que, no sólo la
exigencia de la unidad del ordenamiento sino también la exigencia de fundar la validez
del ordenamiento nos lleva a exigir la norma fundamental, la cual es, asimismo, el
fundamento de validez y el principio unificador de las normas de un ordenamiento. Y
como un ordenamiento presupone la existencia de un criterio para establecer la
pertinencia de las partes al todo y un principio que las unifique, no podrá existir
ordenamiento sin norma fundamental".

Para, Delgado (2006), si la norma fundamental del ordenamiento positivo es la


Constitución y si toda norma se fundamenta en otra norma superior, se pregunta ¿en
qué se basa la norma fundamental. La respuesta no se puede encontrar en el
ordenamiento positivo, dentro de él la norma fundamental no tiene fundamento porque
si lo tuviera dejaría de ser fundamental, ya que habría una norma superior de la cual
dependería. Venezuela siguiendo la teoría de Supremacía Kelseniana ubica la
Constitución como la norma máxima y suprema, seguida por los tratados
internacionales y las leyes orgánicas y después por leyes ordinarias, y más abajo sigue
el resto de la legislación (Leyes, reglamentos, códigos, entre otros.)

Estudiando la constitución y el ordenamiento jurídico se encuentra con dos


términos que se podría decir son los fundamentos morales del derecho, y estos son;
Legalidad: Sistema de normas que constituyen el derecho positivo de un país. Y
Legitimidad, que se puede decir es la facultad que tiene una persona para moverse
dentro del marco del derecho, la ley le da la facultad y conforme a ella la persona se
conduce. Entonces, se puede decir que todo lo Legitimo es Legal, pero no todo lo Legal
Es Legítimo.

Constitucionalidad de los Derechos Humanos

La imprevisión explicita es producto de la teoría ilustrada, que acepta el origen


racional de los derechos humanos, y la otra el deseo de los autores de la Democracia
Representativa, que no consideran viable a sus intereses, la participación política del
pueblo para rescatar el ejercicio de su soberanía. Esta nueva tendencia que existe
actualmente hace referencia a, que aquellos instrumentos que versen sobre cuestiones
de derechos humanos prevalecen por encima de la Carta Fundamental, por disposición
de la misma Constitución; esto significa, que las normas internacionales sobre derechos
humanos adquieren una nueva posición jerárquica con la finalidad de expandir todo
aquello que sea referente a la protección y efectivo cuidado de los derechos humanos.
Dicha tendencia ha ido poco a poco implementando significativos cambios en varias
constituciones a nivel mundial.

A lo largo del siglo XX y XXI, según Escalante (citado por Haba, s/f, ) la inclusión
en las constituciones de los derechos humanos se convierte en la separación de la tesis
monista y dualista, hablándose ahora de un derecho universal, y no de un derecho
internacional y un derecho interno, reconociendo a los derechos humanos de manera
constitucional.

En este sentido, la constitución de un derecho universal de los derechos humanos


a través de la complementariedad entre el derecho interno y el derecho internacional no
se refiere a que una norma internacional hará ineficaz una norma constitucional ni a la
inversa, explica Campos (1998), desarrollando esa idea expone lo siguiente: “estas
normas de interpretación obligan a no aniquilar normas internas por efecto de normas
internacionales, ni estas por efecto de aquellas, y lo que es más importante todavía,
obligan a preferir la que rinde resultados más beneficiosos”.

Por otra parte, Campos (1994) señala la finalidad que tienen los tratados que
versan sobre derechos humanos es hacer efectiva la protección de dichos derechos en
el ámbito interno de cada Estado que es parte de los tratados. Un Estado democrático
debe tener un sistema que abarque una fuente interna de cada Estado y otra fuente
internacional de manera retroalimentativa.

Así mismo, Ayala (1996) explica que entre el derecho internacional y el derecho
constitucional en derechos humanos, debe existir una vinculación dinámica que permita
el reforzamiento de las mismas entre sí, obteniendo como resultado beneficios para
ambas disciplinas, de manera que los tratados internacionales estén incluidos en la
mayoría de las Cartas Fundamentales de los distintos países siendo una operación
compleja de inclusión de los mismos prevista en las mismas constituciones y en textos
internacionales, que debe tener con anterioridad la aprobación de los órganos
legislativos internos de cada país y el cumplimiento de los términos establecidos por las
normas internacionales (Barbagelata, s/f,).
Por su parte, Hernández (2004), afirma es de competencia de cada Estado y de
las organizaciones internacionales, revisar cuáles son los órganos que se encargan de
negociar, celebrar, aprobar y ratificar los tratados internacionales, lo relativo a la
interpretación de estos y el orden jerárquico de aplicación en caso de diferimiento
normativo.

El Tribunal Supremo de Justicia a través de la Sala Constitucional ha expuesto en


reiteradas ocasiones que los ciudadanos, además de los derechos fundamentales,
gozan también del derecho a una protección especial que se deriva directamente de los
derechos humanos que les son inherentes como persona.

De igual forma Gimbernat, (1998) plantea, la constitucionalidad de los derechos


humanos deben entenderse dentro de un movimiento impulsado por ciudadanos que a
lo largo de la historia han procurado restablecer los derechos de las personas y la
dignidad de la misma condición en cada individuo, teniendo como declaración
precursora de dichos movimientos la Carta Magna de Juan sin Tierra de 1.215.

Siguiendo a Gimbernat, (1998), la universalización del valor de los derechos


humanos procede del siglo XVIII, con el surgimiento de la democracia y el Estado se
presentaron ideas y propuestas que tuvieron como resultado, la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano en 1.789, siendo el primer pilar de lo que luego
será un gran proceso de transformación y mejora de los derechos humanos.

Según, Pacheco, (1993), a raíz de esto, los individuos mantuvieron constante


lucha por tomar posición frente al Estado, para racionalizar el poder, de una manera
constante a través de instrumentos para la protección efectiva de los derechos
humanos. Esta forma de procederse se debe a los individuos y a la voluntad política de
los gobiernos, tomando como guía una tesis humanitaria y de aplicación extensiva por
parte de las convenciones y los órganos encargados de tener un criterio amplio a favor
del individuo.

Por su parte, Armijo (2003), tanto los derechos fundamentales como los humanos
tienen la peculiaridad de un doble carácter. En primer lugar, son derechos subjetivos,
derechos de los individuos no sólo en cuanto a que son inherentes a todos en sentido
estricto, sino en cuanto garantizan una determinada protección individual. Pero, al
mismo tiempo, son elementos esenciales de un ordenamiento objetivo de la comunidad
nacional e internacional, que exige conjugar, a un tiempo, sus dimensiones personal y
colectiva.

Este fenómeno de universalización y de internacionalización de los derechos


humanos de acuerdo con Pacheco, (1993) trajo como consecuencia darle un marco sin
límite alguno a las prerrogativas del hombre, cuyo ejemplo se encuentra en la
Declaración Universal de 1948. A raíz de esto, hubo una asunción de una corriente
destinada a garantizar derechos fundamentales por medio de la constitucionalización de
los mismos, solidificándose en las Cartas Magnas las potestades del ser humano, vistas
como imprescindibles y pensándose con posterioridad que tales garantías otorgadas
debían gozar de vigencia espacial y temporal.

Aunado a ello, agrega el mencionado autor, que con el transcurrir del tiempo y
luego de la creación de más textos y organizaciones que protegieran los derechos
humanos de los individuos surgió la necesidad de incluir en las Cartas Fundamentales,
ciertas prerrogativas con la finalidad de velar por el resguardo de los derechos humanos
de los ciudadanos. Al ser incluidas dichas normas en los derechos humanos en las
constituciones y tratados.

En los años 90 ya se hablaba de una supraconstitucionalidad como resultado de la


necesidad de jerarquizar las normas. En este orden de ideas, las normas constitucionales
y supraconstitucionales son un orden jurídico imperativo para los Estados y sus
habitantes. La supraconstitucionalidad reconoce atribuciones del Estado y derechos
inalterables de los individuos, es una norma jurídica e imperativa de enunciación de los
derechos de los individuos impuesta por los ciudadanos de un Estado.
La especificidad del “Estado constitucional democrático de los Derechos
Humanos” formalizado en los artículos 2 y 3 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (1999), consiste en que las cláusulas relativas a los principios
de la democracia representativa y del Estado de Derecho en su versión clásica inicial
(legalidad, separación de poderes, autonomía del Poder Judicial), así como la cláusula
ética y jurídica del reconocimiento, respeto y garantía de los derechos humanos como
finalidad, justificación y límites del poder estatal, tienen un valor supraestatal,
supraconstitucional y supranacional.

Operación de Liberación del Pueblo

La OLP activada por el gobierno nacional desde el 13 de julio de 2015, mediante


alocución presidencial puesta en marcha en aras de capturar a los sujetos solicitados
por la violencia venezolana por el acometimiento de diferentes delitos, así como la
presunta desmantelación de peligrosas bandas criminales y la incautación de armas de
fuego. Ahora bien, la realidad de ello es que no existe tal Ley que regule sobre la
Operación Liberación del Pueblo, solo es mencionado mediante Decreto con carácter
extraordinario, publicado en gaceta oficial N° 40746 de fecha 15 de septiembre de
2015, y el decreto N° 6194 de fecha 21 de agosto de 2015, decretando en estado de
Excepción a ciertos municipios respectivamente.

Con referencia a la Operación Liberación del Pueblo, estos decretos asignan a dos
instituciones a saber cómo la FANB y las policías atribuyéndole la responsabilidad de
garantizar la paz, la consolidación y liberación de todos los espacios de la violencia
apegados a la constitución y al respeto de los Derechos Humanos. Es de especial
interés tomar en cuenta que la OLP se pretende desarrollar en tres fases que incluye la
fase de preparación, ejecución y consolidación.

Es preciso puntualizar dos aspectos importantes que se resaltan en el decreto N°


40.746 de fecha 15 de septiembre de 2015, en referencia a la operación liberación del
pueblo, en primer término en el artículo 5 up supra señala lo siguiente; envía a
suspender de manera temporal el porte de armas de fuego desde los Municipios
Machiques de Perijá hasta el la Cañada de Urdaneta en aras de resguardar de la
integridad física de los ciudadanos, preservando la paz y el orden público, medida que
no es aplicable en el porte de armas de los funcionarios de la fuerza armada nacional y
los cuerpos de seguridad del estado.
En segundo término, contemplado en el artículo 6 del precitado decreto expone; a
los fines de fortalecer el programa desplegado por la OLP para el mantenimiento y
preservación de la paz social y del orden público, las autoridades competentes deben
en ejercicio de sus funciones coordinar y ejecutar su cumplimiento con estricta sujeción
a la garantía de los derechos humanos no limitados ni restringidos constitucionalmente.

De la afirmación anterior, se hace indiscutible la discusión sobre el margen de


legalidad que posee el precitado decreto en virtud del cual no existe un instrumento
jurídico normativo que muestre su objetivos, alcance, principios que rigen la Operación
Liberación del Pueblo entre un sinfín de elementos a considerar al momento de
dictaminar una ley que va en teoría en mejora de los ciudadanos pero que en la práctica
se traduce en violaciones fragantes a la Constitución y al Tratado de los Derechos
Humanos respectivamente.

Afirmaciones estas que poseen validez dado al alto índice delictivo y cuya
pretensión es ejercer el control social de los ciudadanos, pero que son ejecutados
mediante operativos masivos para capturar a aquellos sujetos considerados como un
peligro inminente a la sociedad, ante el acometimiento de hechos punibles, situación
ésta que parece buscar los lineamientos generales emanados por el presidente pero en
la aplicación y ejecución de ese despliegue se han incurrido en atropellos y violaciones
que vulneran la tutela del derecho a la vida de los ciudadanos transgrediendo los
derechos que constitucionalmente le son conferidos.

Siguiendo en el mismo orden referente al margen de legalidad, desde la aplicación


de la OLP, las ejecuciones de carácter extrajudicial, detenciones arbitrarias y
allanamientos ilegales se han incrementado dando inicio a la violación de los derechos
humanos por parte de los policías y militares que actúan en los referidos operativos,
procediéndose manera irregular contraviniendo las normas de carácter constitucional,
penal y de Derecho Humanos respectivamente.
En este sentido, los funcionarios muchas veces realizan el operativo sin una orden
judicial sin tomar en cuenta lo que contempla la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (1999) específicamente en el artículo 21 que reza; la ley
proveerá las condiciones jurídicas y administrativas para garantizar que la igualdad ante
la ley sea real y efectiva.

En los mismos términos, el artículo 46 de la Carta Magna establece el derecho al


respecto a la integridad física, psíquica y moral de toda persona, e incluso los derechos
humanos se extienden a la persona que esta privada de libertad. De este elemento se
desprende uno de los variados aspectos negativos de la OLP en virtud de la cual se
hace proceder a las autoridades para llevar a cabo un procedimiento, incumpliendo lo
establecido en el artículo 25 de la CRBV (1999), el cual establece; los actos dictados
por el Poder Público que viole o menoscabe los derechos garantizados por la CRBV y
la ley es nulo, los funcionarios públicos que en el ejercicio de sus funciones ejecuten
actos contrarios a la constitución y a los derechos inherentes del individuo acarrea
responsabilidad, penal, civil y administrativamente según sea el caso.

De lo expresado, se desprende lo que contempla en la Constitución de la


República Bolivariana de Venezuela (1999) no es tomado en cuenta en la OLP puesto
que dichas garantías no son tomadas en cuenta por los funcionarios que atacan a un
individuo que presuntamente haya cometido un hecho ilícito, sin tomar en cuenta los
tratados Internacionales de los Derechos Humanos, existiendo registros donde existe
una marcada serie de violaciones por parte del equipo que conforman la OLP, siendo
operaciones arbitrarias que contempla el procedimiento trayendo como consecuencia
impunidad a las personas que se han visto afectadas a raíz de la entrada en vigencia
de esta llamada operación por la paz.

De las pruebas se sostiene que la ONG tiene en su poder un registro de más de


1500 casos de violencia contra los Derechos Humanos, cometidos por policías y
militares ante la inminente cantidad de ejecuciones extrajudiciales que atentan contra el
derecho a la vida o en su defecto el derecho al debido proceso, siendo justificables las
desviaciones cometidas por parte de los efectivos y funcionarios policiales bajo el
manto de enfrentamientos.
En palabras de los investigadores, la Operación Liberación del Pueblo, no se
consolida como una política de seguridad ciudadana ni está orientada a preservar la
paz de los ciudadanos, por el contrario va de la mano con actuaciones arbitrarias sin
algún instrumento jurídico que sustente tales acciones, de lo expuesto, dicho decreto de
estados de excepción no se constituye como un plan, porque los estados de excepción
fue realizado un instrumento jurídico que tutele las situaciones que se les presentaban a
los Municipios in comento propiamente.

En efecto, no existe un documento jurídico con las características de ley orgánica


que explane sobre sus objetivos, alcance, límites, propósito y duración, ni ante cual
órgano se rigen, en consonancia no está acorde a los lineamientos de rango
constitucional ni menos al tratado existente con los Derechos Humanos, de lo que bien
podría inferirse “de lo que no distingue el legislador, no puede distinguir el intérprete”
por lo que sin duda no existe marco de legalidad alguno.

En síntesis, la OLP aunque se describe como “estrategias de seguridad del


sistema de protección popular de la paz”, como se mencionó en líneas anteriores, los
actos que ésta genera por el contrario contraviene los preceptos de carácter
Constitucional y los acuerdos suscritos y ratificados por Venezuela en cuanto a
Derechos Humanos se refiere, además violentan los preceptos constitucionales tales
como el debido proceso, la tutela judicial efectiva y el a la defensa entre otras garantías
fundamentales.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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