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Por ello al referirnos a los elementos guías en un yacimiento se sabe que muchos
elementos son encontrados en las soluciones hidrotermales, siendo algunos de estos
elementos más móviles que otros, ya sea por causa de las condiciones fisicoquímicas
de las soluciones en que se encuentran, o por su propio estado físico, siendo esta
movilidad de los elementos lo que permite el desarrollo de extensos halos primarios.
El elemento que constituye la parte más alejada del halo que envuelve al cuerpo mineral,
generalmente no es el mismo elemento que comprende el mineral principal del depósito,
sin embargo, es uno que está estrechamente relacionado con éste.
Existen dos razones básicas para elegir el uso de los pathfinder en una exploración
geoquímica:
1) son más móviles que el elemento buscado, de tal manera que forman un halo más
extenso y amplio, por ejemplo, el uso de mercurio o arsénico como pathfinder para oro.
2) los métodos analíticos utilizados para los pathfinder son más simples, menos caros
y más sensibles que los métodos utilizados para analizar el elemento del cuerpo mineral.
Un buen ejemplo es el uso de los elementos fácilmente analizables como el cobre,
níquel o cromo como pathfinder para el platino.
La selección de un pathfinder requiere que el elemento o elementos usados ocurran en
el ambiente primario en estrecha asociación con el elemento que está siendo buscado,
o que sea derivado de él por descomposición radioactiva, tal como el uso del radón
como pathfinder para el uranio. Es también esencial que exista una relación directa e
interpretable entre la distribución geoquímica del pathfinder y la mineralización.
La tabla muestra que para que se forme un yacimiento de cobre se requiere que este
metal se concentre al menos 80 veces por encima del contenido normal en rocas de
este elemento; en los grandes yacimientos cupríferos chilenos que se explotan con leyes
de 1% Cu y más la razón de concentración es >200 veces que el contenido normal de
Cu en roca. Además, hay metales que requieren concentraciones varios miles de veces
más altas que el contenido normal en rocas corticales para ser de interés económico.
Consecuentemente deben existir procesos naturales que permiten la concentración
anómala de elementos en ciertas partes de la corteza terrestre.
Cabe señalar, que si bien existe consenso respecto a los distintos procesos que pueden
originar depósitos o yacimientos minerales metálicos, el origen de un tipo específico en
muchos casos es controvertido y distintos autores tienen diferentes interpretaciones
genéticas.
Fluidos Hidrotermales
La formación de muchos depósitos minerales metálicos involucra la participación de
soluciones acuosas calientes; por Ej. vetas, stockworks de varios tipos, depósitos
exhalativos volcanogénicos, pórfidos cupríferos, etc.
La mayor parte de los depósitos metálicos de la Cordillera de Los Andes son de origen
hidrotermal, por lo que estos procesos son muy relevantes para comprender la
formación de los depósitos andinos en particular.
De este modo los problemas principales son la fuente y naturaleza de las soluciones
acuosas, la fuente de los metales y el azufre transportados por ellas, la fuerza que
mueve las soluciones a través de la corteza, la forma de transporte de los componentes
en solución y los mecanismos de depositación.
Existen evidencias (sobre todo de inclusiones fluidas) que las soluciones hidrotermales
salinas están ampliamente distribuidas en la corteza. En algunos sistemas geotermales
activos se puede observar como afloran aguas calientes en superficie.
3.- Aguas connatas o de formación: aguas que quedan atrapadas en los intersticios o
poros de secuencias de rocas y aguas meteóricas de penetración profunda.
5.- Aguas magmáticas: aguas primarias derivadas de procesos ígneos que dan origen
a rocas intrusivas y volcánicas.
Existen evidencias que distintos tipos de aguas pueden formar depósitos similares y que
aguas de dos o más tipos han jugado roles importantes en la formación de algunos
depósitos minerales.
Los constituyentes mayores son Na, K, Ca y Cl. En cantidades menores (<1000 ppm)
se presentan Mg, B, SO4 -2, Fe, Zn, Cu, He, Pb, Sr. La fuente de estos componentes
en sentido estricto se desconoce, pero en el caso del He, Pb y Sr los estudios isotópicos
entregan indicios de su fuente.
Por ejemplo, experimentos de laboratorio han mostrado que los metales pesados
presentes en una arenisca se fraccionan hacia el agua de mar o una salmuera natural
a 350°C. Esto significa que las rocas de caja de una región podrían constituir la fuente
de los metales concentrados en los depósitos existentes en ella, si por las rocas de la
región circularon aguas calientes.
Existe una relación espacial entre muchos depósitos hidrotermales y rocas ígneas, por
lo existe una fuerte escuela de pensamiento que sostiene que los magmas en
consolidación son la fuente de muchas, sino de todas, las soluciones o fluidos
hidrotermales. Lo seguro es que una masa ígnea constituye la fuente de calor para
establecer sistemas hidrotermales, pero el agua o su contenido metálico puede venir del
mismo magma o de otras fuentes.
La concentración de agua en magmas félsicos parece variar desde 2,5 a 6,5% H2O en
peso con una media de 3% H2O en peso (el contenido es mayor si se considera en
proporción de volumen, dada la relativamente baja densidad del agua).
1 km3 de magma félsico con 3% en peso de agua puede liberar aproximadamente 100
millones de toneladas (1011 litros) de agua.
Pero el agua no es el único componente volátil del magma, este contiene también H2S,
HCl, HF, CO2 y H2. El H2S y HCl pueden ser de particular importancia y son
componentes que se fraccionan o particionan fuertemente en la fase acuosa en
exsolución del magma.
Todos los metales base y muchos otros pueden ser extraídos eficientemente de una
fase silicatada fundida (magma) hacia una fase acuosa, siempre que exista suficiente
agua para ser liberada.
En teoría con un 3% en peso de agua en una fase silicatada fundida, podría ser extraído
aproximadamente un 95% del Cu contenido en un magma félsico.
Algunos autores han postulado origen en fuentes magmáticas más remotas, tal como la
corteza inferior o, más frecuentemente, procesos magmáticos profundos en el manto,
mientras que otros han favorecido la depositación de menas a partir de soluciones de
formación (aguas connatas).
Esto es agua que fue atrapada en sedimentos durante la depositación y que ha sido
movilizada por el aumento de temperatura y presión causado por el enterramiento
profundo.
Este enterramiento puede ocurrir en cuencas sedimentarias y las soluciones de este tipo
se denominan salmueras de cuenca ("basinal brines").
Un gradiente geotérmico normal de 1°C/30m implica que a los 9 Km. de profundidad hay
temperaturas de ~300°C. Las soluciones calientes de esta fuente pueden lixiviar
metales, pero no necesariamente azufre de las rocas a través de las cuales circulan,
para precipitarlos cerca de la superficie en los borde de las cuencas y lejos de intrusivos
o rocas ígneas.
P1 = X1·Ptotal
P2 = X2·Ptotal
Pn = Xn·Ptotal
p = pº + RTln(p/po)
fi = i pi
es decir, como una desviación de la idealidad (representada por la presión parcial),
relacionada a través de un coeficiente de fugacidad (i). Se ha demostrado además
que la “actividad” de una mezcla de gases es igual a la fugacidad. La fugacidad
representaría una “tendencia de escape” del componente en la mezcla, tiene unidades
de presión (bar) y su potencial químico será: