UNIVERSIDAD NACIONAL DE VILLARRICA DEL ESPIRITU SANTO
ESCUELA DE POSTGRADO
MAESTRÍA EN DERECHO PENAL Y PROCESAL PENAL
MONOGRAFÍA
AUTOR: ABOG. ADÁN LEGAL GONZÁLEZ
IMPORTANCIA DE LA VALORACION DE LA PRUEBA EN LA AUDIENCIA PRELIMINAR SUMARIO Con el requerimiento fiscal de “conclusión” culmina la Etapa Preparatoria y se da paso formal a la Intermedia. En consecuencia, todos los actos procesales que dispone el órgano jurisdiccional, con posterioridad a la presentación del requerimiento conclusivo del Ministerio Público (y la querella, según el caso) constituyen actos propios de la Etapa Intermedia. Constituyen los ejes conclusivos que puede desplegar el Ministerio Público al concluir la Etapa Preparatoria y formular su requerimiento (1-acusación y solicitud de elevación de la causa a juicio oral y público, 2-sobreseimiento provisional o definitivo y, 3-salidas alternativas (o alternas) al procedimiento ordinario). Una vez, en audiencia preliminar, se debaten única y exclusivamente las solicitudes de las partes y el diligenciamiento de las pruebas pertinentes a las solicitudes, siempre que las mismas no pretendan abrir anticipadamente un debate sobre el fondo de la causa penal o que se refieran a hechos que oportunamente no fueran sostenidos por las partes en la etapa de investigación. En la práctica no pueden ofrecerse pruebas que analicen la cuestión de fondo y que se pretendan producir en la etapa intermedia, ya que esta es una cuestión extraña a la naturaleza del debate preliminar. Por tal motivo el objeto de esta investigación es proponer que el Juzgado Penal de Garantías excepcionalmente pueda valorar las pruebas al momento de celebrarse la audiencia preliminar y para ello se buscará, con este trabajo, sostener el criterio de que el Juez estudie el fondo de la cuestión y no derivar simplemente a la siguiente etapa como cotidianamente ocurre en la práctica. Y con ello procurar el ideal de justicia pronta y barata.- I. INTRODUCCIÓN El juez debe intervenir activamente en la audiencia preliminar, y el conocimiento del expediente, le permitirá aclarar junto con las partes y los profesionales los hechos litigiosos, la prueba que resulta pertinente y conducente, y desarrollar, en general, las demás actividades previstas; debe tenerse en cuenta que a los efectos de la fijación de los hechos tiene gran importancia el conocimiento que el juez posea en ese momento, sea sobre el derecho o sobre los hechos alegados. Además, la autoridad del juez debe imponer pautas claras que lleven a buen puerto el fin buscado, lo que, lógicamente, insume importante cantidad de su tiempo; y si los jueces no tienen tiempo disponible suficiente se corre el peligro latente de caer en la delegación o en una audiencia meramente formal, desvirtuando así el sentido de la institución. Las actividades propias de la audiencia preliminar exigen también que las partes conozcan el expediente, porque ello les permitirá evaluar la conveniencia o no de las fórmulas conciliatorias, como también definir, en su caso, qué hechos están reconocidos, cuáles controvertidos, cuáles pruebas son pertinente, cuáles conducentes, etc. Urge, por tanto, delimitar cuál es la función de la etapa intermedia, para qué sirve, cuál es el motivo de su realización. No cabe duda que posee una variada gama de funciones que se encuentran íntimamente relacionadas entre sí. La función principal de este estadio procesal es el control de la acusación que comprende esencialmente la decisión jurisdiccional de decidir o no abrir el juicio. No obstante, como tal verificación no implica la observación formal de la acusación sino que abarca las pruebas con las que cuenta el acusador para avalar la acusación, y observando que las mismas deben ser ofrecidas en este estadio, la admisibilidad de las pruebas debe valorarse como función también esencial. Es que la valoración judicial comprende el contenido de la acusación como instrumento formal pero además desde una visión sustancial, punto en el cual las pruebas adquieren un superlativo espacio jurídico. Mientras tanto la función informativa y delimitadora de los hechos, derechos y pena puede decirse que es una consecuencia directa y lógica, ya que de ser admitida la acusación el objeto del proceso, el derecho aplicable y la pena peticionada por el acusador emergen como derivación lógica. La función de depuración de cuestiones extrañas al fondo del asunto que solamente va a ser considerado en el debate no resulta extraño a este enmarañamiento de tramas y contra tramas que se proponen en esta etapa ya que si bien luce como algo accesorio y dependiente de las restantes, puede cobrar vitalidad propia en algunos casos en los cuales podrá afectar la admisión de la acusación. Observando que el debate debe desarrollarse en forma concentrada en una sola audiencia o en varias consecutivas para fortalecer el recuerdo y la memoria que el transcurso del tiempo pueden afectar por la oralidad de su desarrollo, punto que guarda relación con la inmediación, deviene como una cuestión necesaria y hasta imprescindible evitar discusiones y controversias que sean ajenas o extrañas al fondo del asunto. La idea ronda en quitar, previo debate controversial o mediante acuerdo de partes, todas aquellas cuestiones que puedan entorpecer, dilatar, enturbiar o distraer el concreto objeto de la controversia que debe reservarse para que el juicio sea lo más eficaz posible Lo que se pretende, en definitiva, con la sustanciación de la etapa intermedia y del respectivo control, es evitar la realización de juicios innecesarios, de garantizar el efectivo respeto de los principios constitucionales del procedimiento y de este modo validar la imposición de la pena en la etapa posterior. El control judicial de la acusación se presenta como un medio para evitar la arbitrariedad, parcialidad o ausencia de sustento en la misma, por tanto si la apertura de un juicio oral ya es un reproche público de la imputación de un delito, hecho que es conocido por la publicidad de las actuaciones en el juicio oral, donde queda cuestionada la honorabilidad de la persona, es también razonable que se le permita realizar un juicio valorativo a la luz del órgano jurisdiccional. En la nueva metodología se requiere que las partes expongan en la audiencia, litiguen, se ejerza el contradictorio, presenten prueba si es necesaria, aleguen y el juez decida según lo allí discutido. Es decir, la audiencia preliminar en la etapa intermedia es la sala de trabajo de las partes y del juez, por tanto, cuanto más se litiga en esa audiencia y cuando los jueces de garantías toman sus decisiones sobre la base de lo que se ha discutido delante de ellos, más avanza la cultura adversarial y se dejan atrás las prácticas inquisitoriales. Por lo expresado se tiene que, en muchos materiales de lectura se encuentran una larga discusión que mencionan y refieren a este tema en especial (audiencia preliminar), existe una importante cantidad de profesionales del derecho que mencionan que la misma no cumple con la función para la que, en sus orígenes, identificaba a este instituto. La idea principal de este trabajo es la poder evidenciar mediante una serie de estudios la doctrina, en la jurisprudencia, como así también mediante datos reales recogidos de los Juzgados Penales de Garantías, para que, de una manera palpable se pueda constatar los problemas que se presentan en dicha audiencia, a fin de analizarlos y encontrarlos una solución que ayude y facilite a impedir que la Audiencia Preliminar termine por caer en desuso, convirtiéndose simplemente en una formalidad procesal sin centrarse en la función de control y saneamiento para la que fue establecida. Por tanto, el objetivo general de la presente monografía consiste en establecer la naturaleza jurídica de la Audiencia Preliminar detallando en qué consiste la Etapa Intermedia, cuáles son los fines, objetivos y principios que rigen y así tener un panorama sobre los aspectos que la envuelven y su aplicación en la práctica tribunalicia cotidiana, determinando si el juez en la audiencia preliminar tiene facultad de efectuar excepcionalmente la valoración de las pruebas colectadas en el proceso.- Como objetivos específicos, se tienen, por un lado, conocer los términos, forma de celebración, propósito, carácter, naturaleza y efectos de la audiencia preliminar como instrumento garantista. Y por otra parte, Analizar los principales problemas que presenta la Audiencia Preliminar en la práctica y una vez constatados, realizar una propuesta a fin de contribuir en el buen funcionamiento de la Audiencia Preliminar y el cumplimiento de sus fines. Siendo la pregunta de hipótesis la siguiente: ¿Es factible que el Juez Penal de Garantías efectúe excepcionalmente una valoración de las pruebas colectadas desde la etapa preparatoria, al momento de realizarse la audiencia preliminar? II. DESARROLLO II.1. ETAPA INTERMEDIA II.1.1. Generalidades II.1.2. Naturaleza Jurídica II.1.3. Control de la Investigación II.1.4. Actuaciones procesales propias de la Etapa Intermedia II.1.5. Aspectos que deben distinguirse en la Etapa Intermedia. II.2. LA AUDIENCIA PRELIMINAR II.2.1. Fundamento y naturaleza jurídica de esta diligencia II.2.2. Sustanciación de la Audiencia Preliminar II.2.3. Principales objetivos de la Audiencia Preliminar II.2.4. Decisiones que se pueden adoptar II.3. LA VALORACIÓN DE LA PRUEBA Y LA AUDIENCIA PRELIMINAR II.3.1. Finalidad de la prueba II.3.2. Elementos de la prueba II.3.3. Medios de Prueba II.3.4. Objeto de las Pruebas II.3.5. La actividad probatoria II.3.6. Etapas de la actividad probatoria II.3.7. Prohibición de abordar cuestiones de fondo III. CONCLUSION Y APORTE ACADÉMICO III.1. CONCLUSIÓN Se llega a la conclusión de esta investigación monográfica, respondiendo a los objetivos (principal y específico) presentados al inicio de este trabajo y es cuanto sigue: La Audiencia Preliminar está basada en el principio de control de las pruebas. Sirve de control y crítica del proceso, donde la acusación debe ser probada fuera de toda duda razonable para poder enjuiciar al acusado. De lo contrario hay que descargarlo. En esta fase se controla la legalidad de las actuaciones de la fiscalía y la regularidad del proceso. El juez vigila que las pruebas se produzcan con apego a la ley, sin violar los derechos del acusado, garantizando el respeto a la Constitución y a las leyes durante el procedimiento. Vigila la legalidad del procedimiento. El fiscal busca evidencias que le ayuden a sustentar una tesis sobre el sospechoso y el hecho, para en primer lugar ver si es o no necesario que se inicie un proceso penal investigativo y luego para ver si acusa o no al imputado por la comisión de un hecho punible. Aquí el fiscal investiga y tiene la opción de acusar o abstenerse de hacerlo, dependiendo de los resultados de la investigación. Mientras tanto el juez es un garantizador de los derechos constitucionales y las normas del debido proceso, es un depurador del proceso que actúa previamente al juicio, sobre todo en la audiencia preliminar analizando todo lo que se ha actuado en la investigación fiscal, para ver si hay o no cuestiones de procedimiento, competencia o prejudiciales que afecten a la validez misma del proceso. El tribunal en tanto es quien resuelve en base a la verdad procesal, a lo actuado y probado en el juicio oral y público, donde la evidencia del fiscal se convierte en prueba, analizando sobre todo si se comprobó o no suficientemente la existencia de la infracción y la responsabilidad penal del acusado. Al culminar la fase de investigación, el fiscal del Ministerio Público debe evaluar si de la misma surge la certeza acerca de la comisión de un hecho punible y la responsabilidad de una persona en él. Es posible que luego de realizado el análisis correspondiente, se determine que todo lo que había de ser investigado se indagó: todas las diligencias pertinentes, eficaces y posibles, fueron realizadas, resultando que de ninguna de estas averiguaciones surgieron suficientes elementos de convicción que hagan posible formular una acusación con bases sólidas en contra de la persona señalada como autor o participe del hecho punible. Y si ello coincide con la imposibilidad de incorporar a la investigación nuevos elementos que hagan posible determinar la participación cierta del imputado en el delito, o incluso la realización del hecho, conllevaría necesariamente a la aplicación de un sobreseimiento. Respondiendo a la hipótesis de la presente monografía, cual fuera: ¿Es factible que el Juez Penal de Garantías efectúe excepcionalmente una valoración de las pruebas colectadas desde la etapa preparatoria, al momento de realizarse la audiencia preliminar? Tenemos que el papel del juez es valorar las pruebas para admitir o desechar los cargos de la fiscalía. El juez es un actor imparcial, el cual oye a las partes, estudia las leyes aplicables, analiza las pruebas y dicta resolución decidiendo si el caso debe ir a juicio oral, pero por otro lado, puede desestimarlo cuando no hay suficientes pruebas que liguen al acusado con el delito por el que se le imputa. Puede abrir la causa a prueba cuando esté en juego la solicitud de sobreseimiento (definitivo o provisional) para que este se sustancie. La Etapa intermedia es el momento para producir prueba y que esta sea excepcionalmente valorada a efecto de determinar la culpabilidad o no del imputado, como por ejemplo para probar las causales del sobreseimiento definitivo que en el fondo lleva un mínimo grado de calidad Probatoria sobre la Inocencia, se puede hacer en Audiencia Preliminar, y más aún si en los artículos que se han analizado anteriormente se permite ofrecer prueba para producir y ser valorada en Audiencia preliminar, cuando sea para resolver algo de la audiencia preliminar como son el sobreseimiento definitivo y provisional, aun es increíble encontrar jueces que no aceptan la idea de que se puede tener audiencia Preliminares en la cual se produzca pruebas y se valore aplicando las reglas del juicio en lo que fueren aplicables. III.2. APORTE ACADÉMICO Audiencia preliminar a cargo de un Juez de Control distinto al de la investigación.- Se propone, manteniendo la estructura actual del proceso penal ordinario, donde primero se resuelve lo atinente al cierre de la etapa preparatoria y apertura de la etapa intermedia y resueltas estas cuestiones se realice una audiencia preliminar, no pudiendo ser el mismo magistrado quien actúe en estas dos oportunidades, de ahí que se propone que un tercero imparcial que deba entender en la audiencia preliminar sea un Juez de Control distinto al que entendió en la Investigación Penal Preparatoria para que de esa forma, se pueda en forma especial y excepcional estudiar -eventualmente- el fondo de la cuestión, es decir, valorar las pruebas colectadas hasta ese momento. De esta manera se filtraría mejor las actuaciones producidas en el juicio y de alguna manera se logrará descongestionar con mayor rapidez las causas penales que se presentan a diario. Y así evitar -como ocurre en la práctica- que el Juez Penal de Garantías (que entiende desde el principio) derive simplemente a la siguiente etapa las constancias procesales efectuadas en el proceso, prescindiendo del control formal y material de la acusación fiscal ya que el Juez tiene por función primordial realizar un control sobre la actuación de la investigación preparatoria y dilucidar si concurren o no los presupuestos para pasar al juicio oral, situación que no acontece en la praxis.-