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ISO 14001: Beneficios de los Sistemas de Gestión

Ambiental
Cada vez más empresas buscan nuevas formas de generar valor añadido, y una de esas
formas puede ser, sin duda, la implantación de un sistema de gestión ambiental.

Los sistemas de gestión ambiental están basados en normas de referencia. La más


extendida es la norma ISO 14001 . También existe el reglamento europeo EMAS , basado
en la norma ISO 14001 pero con requisitos adicionales (entre otros, la declaración ambiental
pública)

Así como los sistemas de gestión de la calidad (ISO 9001) han conseguido un nivel de
expansión muy grande en las empresas, los sistemas de gestión ambiental, pese a que van
creciendo año a año, lo hacen a un ritmo mucho más lento. Esto sucede porque muchas
organizaciones lo ven como un coste y no detectan la cantidad de beneficios que les puede
aportar. Si bien es cierto que inicialmente implantar y certificar un sistema de gestión según
ISO 14001 supone un coste importante, a medio y largo plazo los beneficios llegan, incluso
en empresas muy pequeñas o con unos procesos muy simples, aunque en éstas, una vez
implantado es fácil que se llegue a un estancamiento de la mejora continua que estos
sistemas buscan.

Tener un sistema de gestión ambiental certificado supone para la empresa una serie
de beneficios de mercado, económicos, de mejora de la imagen de la empresa y también
de su situación reglamentaria, como, por ejemplo:

 la eliminación de barreras en mercados internacionales (ISO 14001 es un referencial


reconocido internacionalmente)
 el cumplimiento de requisitos de algún cliente, (por ejemplo, para suministrar
productos al sector de la automoción es bastante habitual que se exija al proveedor
tener una certificación ambiental)
 la posibilidad de captar clientes sensibles al tema ambiental
 reducción del gasto en energía eléctrica, combustibles, agua y materias primas
 ahorro en el tratamiento de emisiones, vertidos o residuos mediante planes de
reducción
 la posibilidad de obtener méritos (puntos) en concursos públicos (en algunos casos
la certificación es requisito obligatorio)
 aseguramiento del control y cumplimiento del gran número de requisitos legales
relacionados con temas ambientales
 disminución de importes de determinados seguros
 determinadas exenciones legales (por ejemplo, exención de presentación de avales
financieros en la futura ley de responsabilidad ambiental )

Para que estos beneficios lleguen, es importante que el sistema de gestión esté bien
planteado desde el inicio, habiéndose identificado exhaustivamente todos los aspectos
ambientales de la organización, y estableciendo unos criterios que permitan evaluarlos de
manera objetiva, y que sean sensibles a las mejoras que se vayan produciendo a lo largo
del tiempo. Así obtendremos aquellos aspectos ambientales significativos sobre los cuales
la norma nos obliga a establecer procedimientos de control operacional.

El control operacional es esencial para el funcionamiento del sistema en el día a día de la


empresa: cada operación debe estar planificada para realizarse dentro de condiciones que
permitan el control (o la reducción) de los impactos adversos que tenga asociados. Es
importante no olvidar las operaciones de mantenimiento, ya que generalmente llevan
muchos aspectos ambientales ligados. En organizaciones que ya dispongan de un sistema
ISO 9001 certificado, el control operacional ambiental debe relacionarse con todo el
capítulo de “realización del producto” del sistema de gestión de calidad.

Así mismo, también es importante no confundir el “control operacional” con el


“seguimiento y medición”. En el control operacional hay que planificar (establecer pautas
a seguir, establecer límites de control de parámetros...) Y en el seguimiento y medición se
comprobará que no incumplimos lo que planificamos en el control operacional mediante
mediciones y/o comprobaciones.

Otro punto necesario es implicar a los proveedores y subcontratistas, comunicándoles los


procedimientos/requisitos aplicables en cuanto al control operacional cuando trabajan en
las instalaciones de la empresa (ya sea vía cláusula contractual o de especificaciones
técnicas, o bien mediante entrega de documentación).

En esencia, el sistema de gestión ambiental debe proporcionar una sistemática de trabajo


estandarizada orientada a obtener los resultados ambientales planificados. Para ello, una
cuestión vital es que el personal se implique, y esto se consigue evitando que el sistema de
gestión suponga una carga adicional de trabajo. Simplemente, debe formar parte de su
pauta de trabajo habitual. Si se consigue esto, el control operacional establecido funcionará,
y esto permitirá que el sistema siga rodando.

Para minimizar los costes iniciales de implantación, también es posible recurrir a las
subvenciones que periódicamente se conceden.

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