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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTÍN DE AREQUIPA

FACULTAD DE CIENCIAS HISTÓRICO SOCIALES


ESCUELA PROFESIONAL DE TURISMO Y HOTELERÍA

LOS MUSEOS Y EL MARKETING

Trabajo presentado por:


CÁRDENAS ZEGARRA JHAIRO
GARCIA MUÑOZ ANGELA
LUNA MOLLOHUANCA MILEN
NUÑEZ LUNA KEYLA
OJEDA TICONA CLAUDIA

AREQUIPA – PERÚ

2019
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Introducción
La educación y la cultura juegan papeles clave en el desarrollo de un país. No
obstante, instituciones como los museos, al igual que otras empresas, se enfrentan
a dos factores críticos: la crisis económica y la era digital, teniendo así que
reformular o incluso crear estrategias de marketing de las que antes prescindían
por completo.
Ahora están obligadas a estudiar muy bien a su público y optimizar las visitas (por
muy romántica que sea la idea de la cultura, los museos también necesitan de
apoyo económico para sobrevivir.)
Si antes eran los visitantes los que buscaban al museo, en este momento se hace
necesario que sea éste el que busque a su público y le ofrezca alternativas que
otras entidades no cubren (no hay que olvidar que la oferta de actividades de ocio
es abrumadora.)
Ante tal propósito, las nuevas herramientas de marketing digital, así como las
tecnologías de la comunicación de que disponemos hoy en día, ofrecen un sinfín
de posibilidades que, junto a una buena estrategia, pueden convertirse en un buen
cebo para el potencial usuario. A esta idea se suma, además, la de fidelizar al
visitante que ya es habitual: no hay mejor publicidad que la que hace alguien que
ya es seguidor nuestro.
Finalmente, y junto a un objetivo promocional, conviene destacar el uso de las
redes sociales y las nuevas tecnologías con un propósito divulgativo. A este
respecto, me declaro admiradora de la guía del Museo Thyssen en 308 tuits que
ha elaborado su director artístico, Guillermo Solana. Todo un ejemplo de dirigentes
que buscan nuevos modos de interactuar con su público.
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Los Museos Y El Marketing

1 El Público Y El Museo
1.1 Los Museos Y La Civilización Del Ocio
La civilización del ocio supone la apertura a la cultura. El concepto de calidad
de vida, expresado en términos de satisfacción, entretenimiento, estímulo y
sentimiento de bienestar físico y psíquico ha sido asumido por el hombre
contemporáneo, y así los museos deben tenerlo en cuenta a la hora de ofrecer
experiencias que contribuyan a favorecer y potenciar dicha calidad de vida,
pues de ello depende su futuro. Aunque el marketing puede ayudar a generar
una determinada demanda de espacios museísticos, dicha promoción no puede
cambiar actitudes sociales enraizadas o persuadir a la sociedad a realizar
actividades que le resulten poco gratificantes.
La mayor sensibilización frente al valor de la cultura está llevando a una
progresiva cualificación educativa en todas aquellas personas que visitan los
museos. El museo debe avenirse a prestar un servicio público diversificado
teniendo en cuenta las características de sus visitantes. Para ello, el museo ha
de relacionarse estrechamente con los operadores de turismo que ofrecen
servicios de transporte, alojamiento, mantenimiento y animación e integrar a los
museos en los circuitos turísticos.
1.2 Tipos De Público
Puede diferenciarse entre público (quienes frecuentan los museos y se
interesan por sus actividades) y visitante (realiza el gesto de entrar o hacer la
visita, incluso contra su voluntad), como los «visitantes prisioneros» (forman
parte de un viaje organizado, y se sienten obligados a seguir al grupo), los
«visitantes incómodos» (quienes por su posición social piensan que tienen el
deber de visitar un museo) y los «visitantes accidentales» (entran en el museo
por razones ajenas a éste, como para resguardarse del clima). Hay también que
diferenciar entre público real (que frecuenta el museo) y público potencial (que
se autoexcluye, e incluso ignora su existencia y los recursos que éste le ofrece,
o lo imagina anticuado, irrelevante, difícil). El museo necesita atraer a este
público potencial a través de la difusión, mediante los medios de comunicación,
instrumentos publicitarios, señalización en las ciudades, folletos, etc. Dentro del
público real, puede diferenciarse entre público global (acude al museo por
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propia iniciativa, considerándose como el visitante medio) y público


especializado (diferente del tipo medio por razones de edad, sexo, cultura,
condición socio-profesional).
Considerando la edad como elemento diferenciador del público, pueden
distinguirse:
 Niños (4-14 años)
Generalmente visitan el museo en grupo, acompañados por profesores,
o de forma individual con sus padres. Este colectivo es el que ha
disfrutado de una mayor atención en las actividades educativas de los
museos, dando lugar a la creación de museos específicos.
 Jóvenes y adultos
La educación de ambos grupos, dentro del museo, ha de contemplarse
como una parte integral del esquema global de la educación y
aprendizaje para toda la vida. La ayuda que el museo puede ofrecer a
las personas adultas no será la misma que ofrece a los jóvenes, teniendo
que adaptarse a su lenguaje, a su experiencia y capacidad crítica. En
cuanto a los horarios de apertura de los museos, hemos de tener en
cuenta que los jubilados prefieren salir de día, mientras que las personas
que trabajan solamente pueden venir durante las horas de la comida, por
las tardes o los fines de semana. Por otra parte, las instituciones de
adultos y de educación comunitaria deberían recibir con agrado la
oportunidad que se les ofrece de organizar sencillas exhibiciones de vez
en cuando, al igual que desarrollar pequeñas colecciones de su
propiedad.
 Incapacitados físicos y psíquicos
Los museos deben proponerse como objetivo prioritario la eliminación de
cualquier tipo de dificultad que impida a las personas incapacitadas el
tener el acceso a sus edificios y a la contemplación de sus exposiciones.
Así, por ejemplo, para aquellas personas que padecen deficiencias
motoras, han de contar con formas de acceso que les faciliten
cómodamente su entrada al edificio y el recorrido por las diversas salas,
contando con rampas y ascensores que sustituyan las escaleras.
También se ha de tener en cuenta a aquellas personas que poseen
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deficiencias en la comunicación, ya sean éstas del habla, auditivas,


lectoras o de escritura, organizando comunicaciones orales o escritas,
incluyendo el lenguaje gestual. Tanto los ciegos como las personas con
deficiencias visuales han de contar con los medios audiovisuales, del
tacto y de iluminación necesarios para poder gozar de las exposiciones
que se les ofrecen, junto con otros medios como los planos en relieve, la
información en sistema Braille o impresa en caracteres de mayores
dimensiones. Los visitantes que sufren trastornos emocionales o
intelectuales han de ser atendidos de manera especial, tras ser advertido
el personal del museo previamente, intentando que los efectos de
iluminación y exposición de las salas no sea motivo de angustia y
desasosiego, para lo que han de contar con la colaboración de personal
especializado procedente del museo, si lo hubiere, o fuera de él.

Por el tipo de formación educativa y el status sociocultural

 Público especializado
Cuantitativamente escaso, para quien se ofrece el museo como centro
de investigación o «museo-laboratorio». Ofrece obras que presentan
aspectos que pasan desapercibidos o que ignora el gran público para su
análisis comparativo, a través de material fotográfico, documentos,
bibliografía selecta y actualizada y un catálogo científico. Requiere salas
específicas, como la biblioteca, archivos, fototecas y fonotecas,
almacenes y salas de reserva, todas organizadas de manera sistemática
y funcional.
 Público culto y gran público
El primero, formado por universitarios y clases altas sin titulación
profesional; el segundo, por titulados medios y técnicos, trabajadores y
escolares. Para ambos es válido el concepto de «museo educativo».
Éste debe mostrar una imagen sintética —sacrificando la cantidad en
favor de la calidad— para evitar el cansancio, con obras selectas y
elocuentemente presentadas a lo largo de un circuito, de modo que
puedan establecerse confrontaciones, relaciones, divergencias o
paralelismos estéticos, o al menos una apreciación formal más o menos
reflexiva.
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1.3 Interrelaciones Público – Museo


El museo debe conocer a su público para ofrecerle lo que requiera y hacerlo de
manera convincente. La gran mayoría de las investigaciones sobre el público
se basan en la elaboración de encuestas, y en menor medida en la observación
directa del comportamiento de los visitantes.
 El nivel cultural es el factor más determinante a la hora de valorar la
periodicidad de las visitas.
 Ubicación del museo (museo en zona urbana y museo de sitio —como
un yacimiento). Condiciona la afluencia de público por factores de
tiempo, espacio y posibilidades.
 Exigencias intelectuales y rasgos etnológicos del público, que reclama
de los museos una respuesta adecuada a su formación y sensibilidad,
favoreciendo unas tipologías homogéneas.
 Valores estéticos: Según el tipo de obra expuesta (pintura o escultura, o
artes menores), así será el tipo de público y su afluencia.
1.4 Factores Psicológicos
 En el museo, el hombre experimenta un estado de aislamiento y evasión de
la vida cotidiana en un mundo real, pero visionario; se centra en la
comprensión y el estudio de las obras.
 El público permanece más tiempo (de manera relativa, es decir
considerando como variables el número de obras y el tiempo dedicado a su
contemplación) en los museos pequeños que en los grandes; esto es,
tomando el mismo intervalo de tiempo, en un museo pequeño se ven más
obras que en uno grande.
 Independientemente de cómo se muestre el discurso expositivo, el visitante
impone su propio itinerario.
 La atención del espectador disminuye a medida que se consume el tiempo
y se recorre más espacio en la contemplación de las obras. Llega un
momento en que la capacidad de concentración decae hasta el punto de
descentralizar el objeto de la visita. Por tanto, para prever esta situación, la
obra de arte, aunque autosuficiente para comunicar su mensaje, necesita de
explicaciones que aligeren su asimilación. Estas explicaciones pueden
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ofrecerse mediante la confrontación de obras, material complementario,


paneles con ideas claras.
 La luz natural resulta más espontánea y es más relajante (pues proviene del
exterior, contrarrestando el sentimiento de cerrazón espacial que caracteriza
al espectador de un museo), mientras la artificial es más efectista. Los muros
y suelos no deben ser brillantes para evitar descentrar la atención del
público; en cualquier caso, el cambio de elementos de una sala a otra da
una sensación de variedad y de descanso. La ambientación musical refuerza
la percepción del contenido, especialmente si es contemporánea de los
objetos, ofreciendo una atmósfera audiovisual homogénea.
 Las galerías de arte son más visitadas por las mujeres, y los museos de
ciencias por los hombres. El grupo de edad más numeroso es el que está
entre los 25-44 años.
2 Recursos y economía de los museos
Como entidades institucionalizadas, los museos se pueden dividir en privados
y públicos, además de ser organizaciones sin ánimo de lucro dentro del sector
público y privado. Basan sus actividades económicas en una combinación de
ingresos, incluyendo los obtenidos por las contribuciones públicas o privadas.
Las principales fuentes de esos ingresos son las subvenciones públicas o
privadas, las donaciones, los patrocinios y los fondos de dotación. Otros
provienen de las entradas, las ventas en las tiendas de museos, las ventas en
restaurantes y cafés, las licencias y las tarifas de alquiler y depósito.
La deducción de impuestos y las regulaciones sobre desgravación fiscal en
donaciones y patrocinios, al igual que los niveles de subvenciones públicas y
otros apoyos directos e indirectos al sector, varían significativamente entre
países.
Los gastos del museo parten de tres áreas: personal, instalaciones y activos, y
actividades, de las cuales esta última suele ser bastante más reducida que las
otras dos. Los costos y gastos de los museos a menudo están vinculados a los
activos materiales en forma de colecciones, con tendencia a aumentar con el
tiempo, e incluyen los debidos a la conservación y preservación.
En algunos lugares los gobiernos reclaman un mayor acceso a los servicios del
museo para el público, como condición para mantener su apoyo financiero. Una
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mayor accesibilidad implica una inversión inicial elevada y costos de


mantenimiento. Se debe tener en cuenta que los costos de las actividades del
museo no se cubren con las entradas.
La gestión financiera de los museos se enfrenta a desafíos más severos a largo
plazo.
Además de los factores internos de complejidad, los factores externos del sector
de los museos son:
 La competencia: la cantidad de museos en un mercado en particular, se
considera un factor externo. El número cada vez mayor de organizaciones
culturales conlleva una mayor competencia para acceder a los fondos, a
menos que el gasto público y privado en este tipo de instituciones aumente
en la misma proporción. También las decisiones más frecuentes a la hora
de proteger el patrimonio cultural en un país o región provocan la
competencia por la financiación.
 Niveles más bajos de ayudas públicas.
 Cambio de las prioridades políticas con relación a la cultura.
Los visitantes son vitales para los museos, y los ingresos obtenidos se han
convertido en una parte cada vez más importante de sus finanzas. Por otro
lado, en muchos países los donantes son fundamentales para los museos
en una perspectiva a largo plazo, pero sus comportamientos o preferencias
son difíciles de predecir. La posibilidad de la donación a un museo depende
de muchos factores, como las regulaciones fiscales, los niveles de ingresos
de los particulares y los intereses personales. Las asociaciones de amigos
y voluntarios son partes interesadas y constituyen un recurso importante, ya
que trabajan específicamente para la promoción y el beneficio del museo al
que pertenecen. Contribuyen económicamente recaudando fondos para
adquisiciones, y también pueden ser un enlace importante para llegar a
donaciones más grandes.
Las fundaciones y los organismos de concesión son importantes actores del
museo, y contribuyen a sus finanzas con dinero generalmente invertido en
compras o desarrollando obras en el museo.
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Los gobiernos exigen a los museos que sean más autosuficientes desde el
punto de vista financiero, pero la identidad social y la función del museo no
están basados precisamente en consideraciones económicas.
Las crisis económicas afectan a los museos desde el punto de vista
financiero, tanto directa como indirectamente. Los museos se enfrentan a
reducciones presupuestarias debidas, normalmente, a los recortes en los
gastos de la administración pública destinados a las artes y la cultura.
Además, pueden sufrir reducciones en los ingresos provenientes del sector
privado, como consecuencia de los recursos pecuniarios para el patrocinio
y el apoyo directo de la cultura por parte de individuos particulares y
compañías.
3 Las nuevas tecnologías aplicadas a los museos
La tecnología aplicada a los museos está siendo analizada con microscopio,
siendo ésta un área que ha crecido vertiginosamente gracias a las nuevas
posibilidades para mejorar la comunicación con el público e impulsar nuevos
modelos de negocio, ayudando también a ampliar los valores económicos y
sociales del patrimonio cultural.
La revolución tecnológica de las últimas décadas afecta a la producción,
gestión, difusión y consumo de la cultura. Las tecnologías pueden mejorar
las prácticas interpretativas de las exposiciones, además de la experiencia
de sus visitantes, promoviendo el compromiso social. Los museos
incorporan e implementan tecnologías de la información y comunicación
(TIC) producidas por empresas externas en sus múltiples formas y para
innumerables propósitos. Las TIC pueden ayudar a los museos, por ejemplo,
a conservar, difundir, comunicar, fomentar y financiar actividades culturales.
Los museos y sus tecnologías deberían permitir y promover el acceso y la
participación en la exploración digital de la información, para lograr un
compromiso más profundo por parte de los usuarios y una mejor
comprensión de los contenidos, de esta manera, las TICs no sólo deberían
servir como herramientas complementarias a la exposición museística, sino
como parte integrante de su enfoque. Estas tecnologías ayudan a lograr una
comprensión completa o al menos mejorada de los discursos más
transparentes.
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Las posibilidades en el uso de las tecnologías son enormes. Por lo tanto, su


elección debe ir acorde con las características de los museos y otros criterios
tales como tamaño, estructura organizacional, misión y tipos de financiación,
audiencia y colección de bienes culturales. Estas características
combinadas con tecnologías apropiadas, podrán definir el nivel de
integración y éxito de los proyectos de innovación.
La tecnología permite la interacción práctica del visitante con el hilo
conceptual que rodea los discursos de la exposición, posicionando a las
tecnologías como mediadoras y transformando las exposiciones en su
escenario. Por último, la multiplicidad de interfaces denota la gran diversidad
de formatos que las nuevas tecnologías ofrecen para conectar usuarios y
museos, añadiendo valor adicional y calidad de información al objeto central
de observación.
3.1 Tecnologías en los museos actualmente
 Tecnologías informativas y expositivas: Potencien el diseño de la exposición
y la presentación de objetos y contenidos, principalmente durante la visita -
quioscos informativos, guías inteligentes, pantallas interactivas, 3D,
holografía, realidad virtual y aumentada y páginas web.
 Tecnologías que fomentan las actividades de comunicación y marketing:
Promueven un mayor y más profundo compromiso por parte de la audiencia
con el museo, principalmente antes y después de la visita.
 Tecnologías utilizadas en operaciones organizativas de instituciones
culturales: Proporcionar y combinar los elementos necesarios para el
desarrollo de la exposición y otras tecnologías más de gestión administrativa
y de las colecciones
4 Los nuevos sistemas educativos y los museos
Los museos han evolucionado a largo del tiempo, han pasado a ser desde
lugares exclusivos e impersonales donde se exhibían colecciones diversas,
especialmente arte, hasta nuestros días en los que se habla de un museo que
no solo conserva, investiga y comunica sino que también educa, entretiene y
relaja a sus visitantes, estas últimas funciones están relacionadas directamente
con el público, si el museo no cumple con ellas, entonces deja de cumplir con
su misión principal que es, justamente el encuentro directo con el visitante.
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Se pueden identificar a las deficiencias en la comunicación entre el museo y .su


público como uno de los principales problemas que presentan los museos en el
Perú. En muchos casos se piensa solo en los museos como en grandes
depósitos de patrimonio, aburridos, oscuros y alejados de la comprensión del
visitante, 10 que hace que la comunidad a la que pertenece el museo no esté
muchas veces enterada de las actividades y exposiciones que se realizan
dentro de este.
Dentro de la unción comunicadora, la educativa, ha permanecido relegada
durante mucho tiempo en el Perú, pese a los esfuerzos de muchos museos que
a través de programas y actividades para escolares han logrado romper estas
barreras de comunicación.
Para Brown “El concepto de museo es bastante claro en este sentido: "Un
museo es un lugar de aprendizaje, una instituci6n educativa. Exposiciones,
leyendas, clases, y conferencias proporcionan medios de impartir información a
visitantes y a quienes participan en actividades”
Muchos museólogos y pedagogos se han referido al tema, en la Cumbre de los
Museos de las Américas sobre los Museos y Comunidades Sostenibles
celebrada en San José de Costa Rica en 1998 se llegó a la conclusión que «Los
museos educan, reflejan y fortalecen los valores e identidades de las
comunidades a las que sirven» además que los museos deberán ser puntos de
encuentro para las comunidades, que las políticas educativas deberán estar
ligadas con la educación formal e informal.»
Cuando hablamos de educación formal, estamos haciendo referencia directa a
la escuela, donde el alumno recibe una formación reglamentada y guiada por
una curricula y esquemas previamente definidos.
La educación informal, por el contrario, se presenta más flexible ya que no está
sujeta a horarios, ni a esquemas predeterminados, la persona trata de
aprovechar sus ratos de ocio para realizar actividades que le sean placenteras,
pero a la vez útiles a su crecimiento intelectual, como personal. En la educación
informal, el aprendizaje es voluntario y auto dirigido.
Siempre los museos han tenido claro su papel cultural como depositarios de
conocimiento, pero frecuentemente estos conocimientos se han dirigido a un
público erudito, nada despreciable. Pero en el momento en que los museos se
comprometen a ser espacios de instrucción, educación y divulgación orientados
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a público diverso, entre ellos al escolar, se han visto obligados no solamente a


presentar su patrimonio sino a hacerlo comprensible. Esto ha implicado saber
transferir todo un conjunto de conocimientos científicos de manera que facilite
llenar el saco del bagaje cultural del que todo ciudadano debería disfrutar.
EI museo se presenta, entonces, como una herramienta útil para complementar
la educaci6n formal recibida en la escuela, pero para ello la vista al museo no
debe ser planeada como una clase, esta debe ser dinámica, entretenida y
motivadora, considerando para ello el perfil del grupo que se pretende llevar al
museo. Se deben considerar no solamente los requerimientos del grupo en
conjunto sino también las necesidades personales de cada participante en la
visita, así como los objetivos pedag6gicos que busca el profesor a fin de adaptar
estos factores a las posibilidades del museo.
Las relaciones museos con los centros de enseñanza:
Las relaciones entre ambas instituciones van convergiendo cada vez más. La
organización de encuentros, las visitas preparatorias organizadas por los
museos, las propuestas didácticas enviadas a los centros han facilitado la
comunicación entre museo y escuela. Algunos Departamentos de Didáctica de
las Ciencias Sociales han actuado como mediadores para acercar los puntos
de vista y las necesidades mutuas, como también algunos museos han
organizado seminarios permanentes de educación.
La interacción entre museos y escuela ha de ser, sin embargo, más profunda.
En estos momentos existe un cierto desencanto en el cuerpo docente motivado
por múltiples factores y en los museos una falta de recursos para avanzar en
mejorar las propuestas o analizar y proponer de nuevas. Es necesario prever
también que la entrada de nuevos docentes en la enseñanza reglada formados
en unos planes de estudio donde no se ha profundizado en las bases
disciplinares mínimas de las distintas áreas que ha de tener un docente, sobre
todo en enseñanza primaria, crea unos déficits conceptuales importantes. Los
actuales planes de estudio de las Facultades de Educación adolecen de una
formación en las disciplinas referentes de cada área de conocimiento. Creo que
es necesario una reflexión sobre la necesidad de exigir en los distintos cursos
de formación de maestros, principalmente en primaria, una profundización en
los conceptos principales de las distintas disciplinas referentes que inciden en
el área de sociales, principalmente en geografía historia, además de incidir en
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las estrategias de enseñanza-aprendizaje. No es lo mismo aprender para


enseñar que aprender para pasar un examen, como ocurre en el bachillerato.
Antecedentes de estudios de visitantes escolares.
En el Perú el programa se realizó en los museos de Antropología y Arqueología,
en el Museo de Arte de Lima y en el museo de Ciencias Naturales Javier Prado
(Pareja y otros, PNUD 1980: 59). Fue dirigido por un grupo conformado por dos
psicólogas y una educadora. Esta fue la primera experiencia de este corte en el
país y tuvo como principal objetivo el desarrollar actividades que estimularan al
niño en tres aspectos básicos: el intelectual, el afectivo y la socializaci6n;
además de probar la hipótesis del proyecto global que señalaba que los niños
aprenden mejor en una visita motivadora que una normal, esta hipótesis ya ha
sido probada y es algo aceptado por todos los que de algún modo se
desenvuelven en el mundo del museo y de la enseñanza.
Las actividades fueron diseñadas de tal modo que la curiosidad y la energía
innata de los niños los llevarán a descubrir los aspectos que les interesaba de
la colecci6n; los guías se limitaban a encaminarlos 0 a sugerirles ideas, pero no
interferían con la percepci6n y los descubrimientos que realizaba el niño por
iniciativa propia. Lo lamentable es que esta experiencia quedara olvidada luego
de finalizado el proyecto y no se realizaran más investigaciones y sobre todo
trasladar estos programas a otros museos del país.
5 El museo es una sociedad posmoderna
Las sociedades cambian continuamente. De una sociedad simple y primitiva,
pasamos a la moderna, donde las creencias tradicionales se sustituyen por la
visión racional del mundo. Luego vienen las sociedades posmodernas, cuya
característica principal es el uso extensivo de las tecnologías para procesar,
almacenar, transmitir información y conocimientos.
Inmersos en una cultura postmoderna en la que sólo cuenta el momento
presente, vemos como ésta nos ofrece la posibilidad de adentrarnos en la
dinámica del deseo, la evasión y el consumo como realidades que nos seducen
y nos acercan a la experiencia de lo efímero. Aparentemente, la sociedad se va
moviendo según la lógica de los gustos del momento, sin preocuparle
demasiado todo aquello que haga referencia al pasado y a la tradición. No son
estos momentos para detenerse a rememorar o reinterpretar tiempos pasados
sino, más bien, de consumir el presente antes incluso de que lo hayamos
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imaginado. Se trata, por tanto, de producir para consumir en el mismo instante,


sin esperar a mañana. Y siempre, considerando como un valor inapreciable la
propia individualidad hedonista y consumista, que sólo desea gozar a solas lo
que con tanto ahínco se ha intentado conseguir.
Las insatisfechas promesas del estado de bienestar que la sociedad
democrática proponía como objetivo principal a conseguir con el esfuerzo de
todos y las inalcanzables utopías que las religiones del futuro nos proponían
como fruto de una fe que se confía y se deja moldear por "alguien" distinto a
uno mismo, han conducido al hombre postmoderno a desconfiar de toda
ideología de la historia para centrarse, de manera narcisista, en el propio yo y
en todo aquello que propicie su bienestar y satisfacción. Esta visión un tanto
negativa de la sociedad postmoderna podría llevarnos a caer en el escepticismo
y en un cierto pesimismo respecto del futuro del hombre y de la cultura. Si lo
que importa es el culto del instante fugaz y transitorio, podemos preguntarnos
qué futuro pueden tener las instituciones culturales del pasado y, entre éstas,
qué le estará reservado al museo.
Afortunadamente, la sociedad postmoderna nos presenta otros aspectos que
nos hacen vislumbrar un futuro más esperanzador y que Lipovetsky (1993), ha
definido como la "cultura de la conservación", que se manifiesta en la
revalorización del patrimonio artístico, en la vuelta a las tradiciones culturales y
religiosas y en el interés por la ecología y el medio ambiente. Hoy son
innumerables las personas e instituciones que proclaman la urgente necesidad
de proteger y conservar el patrimonio histórico y cultural que nos ha sido dado
como herencia que hemos de cuidar y gozar. Y, al mismo tiempo, dicho
patrimonio se está convirtiendo en un producto de consumo cultural de masas
que, siguiendo unas pautas de marketing, se ve sometido a la dinámica propia
del espectáculo, de la publicidad y del entretenimiento, dentro de un clima
festivo y lúdico propio de una época donde el ocio viene valorado como un bien
extremadamente importante. Hemos ampliado el marco cronológico del
patrimonio y también el carácter de los objetos, donde ya cabe casi todo, ya
sean obras de hace cien años o, simplemente, provengan de las últimas
décadas.
Ante un contexto socioeconómico postindustrial y pos capitalista, el museo ha
ido adquiriendo una nueva dimensión propia de la cultura postmoderna,
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resultante de dicho proceso social, que se ha significado fundamentalmente en


sus aspectos arquitectónicos. En este aspecto, Zunzunegui (990: 59 ss.),
expone una tipología de museos en la que distingue claramente cada uno de
ellos. Por una parte, el museo tradicional es aquel que considera el espacio
arquitectónico como un "recorrido indicativo" que se organiza alrededor de la
Gran Galería y de las salas en fila de, mientras que el museo moderno lo
contempla como el espacio que posibilita el desarrollo imaginativo sin mediación
alguna, siendo ambos opuestos. Por otra, el museo no tradicional niega la idea
de recorrido y en él no se da diferencia entre dentro y fuera, mientras que en el
museo no moderno o postmoderno el continente se convierte en una obra más
de la exposición.
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Conclusiones

1. La complejidad de la gestión financiera de los museos se relaciona con los


numerosos objetivos y demandas de sus actividades, y con los flujos de
ingresos que no se siguen para los modelos de ganancias.
2. Las tecnologías están cambiando la manera en que las instituciones del
patrimonio cultural producen, presentan, representan, analizan y se evalúan
a sí mismas
3. Las tecnologías móviles facilitan el acceso a los museos y a sus
exposiciones, a través de diferentes niveles de accesibilidad, desde dónde
y cuándo se quiera o necesite.
4. Las tecnologías crean continuidad y fidelización conectándose con los
visitantes y ayudando a promover una relación personal más profunda y más
fuerte entre ellos
5. Para concluir, con este tipo de museo postmoderno, lo que se pretende es
llegar a la sensibilidad estética del público que contempla la obra,
golpeándole en su propia intimidad con el objeto de crear dentro del visitante
una cierta desestabilización de sus esquemas actuales mediante la
formulación de preguntas que van más allá de lo que simplemente se ve,
para adentrarse en el mundo de lo sensible y ofrecerle la posibilidad de
escoger diversas alternativas a la hora de realizar su recorrido por el museo.
Estaríamos delante de lo que se ha denominado "sensibilidad postmoderna"
en la cual, se rompen los esquemas tradicionales y, en un esfuerzo de
legitimar el arte contemporáneo, se va más allá considerándola como el
lugar donde es posible reinventar y reencantar el mundo. Ya no se pretende
reconstruir el pasado, sino que se mira con ilusión hacia el futuro desde el
presente imaginado y recreado a través de la propia experiencia sensitiva.
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Bibliografía

 https://herodotoycia.wordpress.com/2017/09/29/publico-y-museos/
 https://evemuseografia.com/2018/08/14/museos-y-retos-economicos/
 https://www.uv.es/museos/Presentaciones/Rausell.pdf
 http://www.revistacultura.com.pe/revistas/RCU_22_1_la-importancia-de-los-estudios-
de-publicos-en-la-gestion-de-museos.pdf
 http://www.revistacultura.com.pe/revistas/RCU_20_1_los-museos-como-instrumentos-
educativos.PDF
 http://www.ub.edu/histodidactica/index.php?option=com_content&view=article&id=15:
los-museos-espacios-de-cultura-espacios-de-aprendizaje&catid=10&Itemid=103
 https://evemuseografia.com/2017/07/13/museos-y-adaptacion-tecnologica/
 https://www.upo.es/diario/cursos-verano/2017/07/las-nuevas-tecnologias-estan-
presentes-en-los-museos-y-son-una-marca-diferenciadora-en-muchos-de-ellos/
 Hernández, F. (1994). Manual de Museología. Madrid: Editorial Síntesis,
S.A.

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