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Etica Ministerial

Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento encontramos muchas enseñanzas sobre


cómo debe cada ministro de Dios vivir. Cómo debe ser su comportamiento personal, tanto en su
vida privada como en la pública. Tanto en sus relaciones con Dios y consigo mismo, como
también con su familia y con la hermandad en la iglesia local. Sin olvidar su vida pública al
integrar una sociedad que le observa constantemente... muchas veces de manera muy crítica.

Todo aquello que hace el ministro de Dios, aunque no tenga relación con su profesión, siempre
tendrá implicaciones directas tanto en su propio ministerio como en la vida y testimonio de toda
la Iglesia de Cristo.

Si su actividad no es conocida a nivel nacional o mundial, las repercusiones serán cercanas, en


el barrio o localidad donde vive y actúa, y si tiene dimensiones nacionales o internacionales, las
repercusiones serán, dentro y fuera de fronteras, inmensas e incalculables.

Avergonzarse a sí mismo es lamentable. Avergonzar a su familia y amigos es cruel, al no ser


ellos responsables de nuestras actitudes. Avergonzar toda la Iglesia de Cristo por un testimonio
personal "desprolijo, descuidado y manchado" es condenable desde todo punto de vista. Pero,
avergonzar a Dios y Su Santo Evangelio, bueno .. ¿qué diremos? ¡No hay palabras para
juzgarlo! Lo que sí debemos saber todos es que, a pesar de los pesares, siempre hay caminos de
retorno. Siempre hay oportunidades para la confesión .. y el perdón. Siempre hay posibilidades
para la recuperación y la restauración. ¡Siempre! ¡Para todos! ¡Sin excepciones!

I - Definición Leamos Tito 2:9-10; 3:14; 2 Tim 2:15 Cada profesión tiene lo que se ha dado en
llamar una "ética profesional". La ética se define como "la ciencia que expone el fundamento
de la moralidad en las acciones humanas; la ética determina el principio y las reglas de la
conducta de vida" - Larousse. Los profesionales pues, al hablar de su ética, se refieren al
fundamento y a las reglas de conducta de lo que consideran correcto o incorrecto en el ejercicio
de su profesión. Es por ello que existen los tribunales de ética donde médicos, abogados, etc.
son juzgados por actos que posiblemente estén reñidos con la ética profesional. Si esto ocurre a
nivel secular, cuán importante es entonces que nos ajustemos, como ministros del Evangelio, a
elevados principios de conducta profesional, basados en el fundamento sólido y estable de La
Palabra de Dios, El Sano Criterio y La Guía del Espíritu Santo Rom 6:22. No estarían demás
tribunales de ética entre nosotros también. No olvidemos que, aunque el ministro cristiano es
un "profesional", en muchos detalles no lo es. Por ejemplo: en la paga; en las funciones
ejecutivas; en la preparación intelectual, etc. Sin embargo, el ser siervo de Dios implica una
PROFESIÓN (Acción y efecto de ejercer un arte o ciencia, o enseñarla / trabajo que ejerce una
persona y que suele requerir estudios teóricos / conjunto de intereses de la colectividad, de
personas que ejercen un mismo oficio - Larousse).

1 Tim 6:12-14; Heb 3:1; 4:14; 10:23. Definamos 2 Tim 2:15 a) PROCURA Acto de la voluntad
(no acepta pasividad) b) DILIGENCIA Con mucho esmero y cuidado. c) APROBADO Agradar
a Dios (no sólo obedecerle)
A) Fundamentos Al tener toda ética un fundamento, La Ética Ministerial lo tiene en las páginas
y en el "espíritu" de La Biblia, que es la regla de conducta para todo cristiano - 1 Tim 4:16 B)
Principios Los principios que determinan la conducta de un siervo de Dios deben siempre ser:
a) Permanentes (no pueden regirse por "tiempos, lugares o situaciones") b) Consecuentes
(deben estar de acuerdo entre sí ... siempre) c) Conocidos (la sociedad nos ve y escucha más de
lo que creemos) Al ser nosotros obreros de Dios, apartados y equipados para el ministerio,
todas nuestras motivaciones, palabras, actitudes y funciones son por demás delicadas, ya que
nuestro trato permanente siempre es con seres humanos creados a la imagen de Dios y no con
objetos inanimados. Nunca hay detalle, por pequeño o insignificante que parezca, que pueda
resultar inofensivo. C) Prioridades Por ser la labor ministerial la vocación más elevada y el
trabajo de mayor importancia que se le pueda conferir a ser humano alguno, es necesario
CONOCER y RESPETAR SIEMPRE los principios y las normas de conducta que serán las que
lo marcarán como un siervo de Dios con una CONDUCTA INTACHABLE ... o no.

A los efectos de conocer y aplicar el fundamento, las reglas y normas de conducta de la Ética
Ministerial, existe un orden en las prioridades que hay que tener siempre en cuenta. A saber: 1)
La Palabra de Dios 2) El Sano Criterio 3) La Guía del Espíritu Santo Al estudiar y determinar
los principios fundamentales y todas las reglas y normas –

SIGUIENDO ESTRICTAMENTE EL ORDEN CRONOLÓGICO DE ÉSTAS TRES PRIORIDADES - todo


siervo de Dios logrará manejarse sabiamente en el delicado tema de la Ética Ministerial.

QUÉ ES LA ÉTICA MINISTERIAL?

Es el conjunto de normas escriturales que rigen los ministros cristianos tanto en la esfera de las
motivaciones como en la de sus acciones y que determinan su conducta en relación con Dios,
su familia, la Iglesia, los Directivos de la Iglesia, los compañeros de ministerio y la Sociedad.

El ministro debe ser alguien que pueda ayudar a llevar la carga, apoyar también con oración
todas las necesidades que se presenten porque debe tener el corazón puesto en el rebaño.

No se debe estar en el ministerio solo por la lana de la oveja, si no por su alma y para suplir sus
necesidades espirituales.

La ética ministerial nos enseña a convivir y a compartir experiencias sin egoísmo, sin crítica y
murmuraciones de los demás.

Nuestro trato diario con jóvenes, niños, ancianos, personas con problemas, decepcionadas y con
gentes de todas las clases sociales debe ser con respeto y cortesía, por tal razón debemos
conocer y practicar la ética ministeria. (Mateo 7:2), dice la palabra de Dios “Al que honra...”.
Además lo cortes no quita lo valeroso. La ética ministerial se desarrolla mejor a medida que
estamos más cerca de Dios.
Algo que debemos saber: “Humanamente siempre habrá alguien que sepa mas que nosotros,
pero espiritualmente habrá uno que sabe mas que todos, el Señor”.

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