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Jankelévitch
Georg Simmel, filósofo de la vida
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TEORÍA SOCIAL
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T E O R Í A S O C I A L
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Pedagogía escolar
Georg Simmel
indiice
Para hacer más ligera la lectura, hemos recurrido a siglas que especiíica-
mos en la bibliografía, en donde también figuran las referencias de las
obras traducidas al castellano.
,, VLADIMIR JANKÉLÉVITCH
65; SPV\ 64) ¿Veía, acaso, en esa jerarquía, que de hecho Sim-
mel hubiera refutado, un intersticio donde emanciparse de un
pensamiento del que seguía siendo deudor?
A decir verdad, la alquimia del encuentro del joven Vladi-
mir con la obra de Simmel proviene de una lógica mucho me-
nos freudiana. Ciertamente, en un principio el atractivo de lo
nuevo se traducía por una apología ditiràmbica. Sus artícu-
los, «verdaderamente maravillosos», le hacían el efecto de ser
«puras obras de arte» (Corr. 47). Insiste Jankélévitch:
«Los dos filósofos más grandes del siglo XX dieron, cada uno en su
lenguaje, la formulación de esta fatal y fundamental decepción que
[...] representa toda nuestra medianía creativa, fienri Bergson
describe, en La evolución creadora, el impulso formativo, a cada ins-
tante fascinado por la tentación del torbellino en un mismo lugar
e inmovilizándose, complaciente, en esos mismos organismos que
son obra de su genialidad. Bajo el nombre de «tragedia de la cul-
tura», Georg Simmel estableció la ley muy general que norma
esta ironía metafísica: el espíritu inventor produce obras que lo
desmienten [...] [éstas] se vuelven ingratamente en su contra; el
pensamiento creador llega a ser irreconocible en sus progenito-
res; los signos no expresan ya el sentido, ni los aódigos la necesi-
dad de justicia; la revolución,finalmente,se reseca en burocracia
y en neopatriotismo» {D: 356; la cursiva es nuestra).
GEORG SIMMEL, FILÓSOFO DE LA VIDA ^RJ
Ambivalencia y disonancias
III. Reminiscencias
CÉCILE R O L
,, VLADIMIR JANKÉLÉVITCH
Notas
Bibliografía
Otras siglas
GSG: Georg Simmel Gesamtausgahe, con indicación del número
del tomo
RIS: Jankélévitch, Samuel, (1908), «Du rôle des idées dans l'é-
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RMM: Revue de MétaphysUjue et de Morale.
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Schwab, Françoise (1998), «Préface», en PhM, pp. 5-29.
GEORG SIMMEL,
FILÓSOFO DE LA VIDA
Vladimir Jankélévitch
[...] el contenido en ta pecho
Y la forma en ta espirita.
GOETHE
La «autotrascendencia»
Aplicaciones
te por el arte, la vida por la vida, ella les opone un lema, que es
al mismo tiempo un doble programa: la Vida por el Arte y el
Arte por la Vida.
2.° La vida reLigiosa, como la vida estética, la vida moral o
la vida intelectual, tiene por forma cierto a prion puramente
subjetivo, ese a priori abstracto de los contenidos que puede ca-
lificar y que se expresa inmediatamente en una forma de Sehn-
éucht que es la necesidad religiosa, o «religiosidad». La religio-
sidad o, como también dice Simmel, la «Glasubigkeit», la
«tendencia a creer», anteriores a las religiones positivas y a las
creencias particulares, no son solamente cualidades inmanen-
tes a nuestra vida espiritual; la religiosidad es cierta actitud de
toda la conciencia, cierta manera de vivir su vida y de colorear
el conjunto de una personalidad." Un hombre religioso no
siente las cosas, no actúa, no organiza su existencia de la mis-
ma manera que un hombre no religioso; la Stümnung, el ritmo
de su yo, es algo único. Su conciencia funciona por así decirlo
religiosamente, así como nuestro cuerpo funciona orgánica-
mente o, como un gran artista, Goethe, por ejemplo, vive,
siente, actúa y respira en la atmósfera sui gèneris creada por
las categorías estéticas.'" En pocas palabras, la Glauhigkeit es
en cierto modo una tonalidad (KLingfarbe, «urspriüigíiche Ton-
biQung) que especifica la vida entera, así como la moralidad, la
intelectualidad o el genio artístico. La religiosidad es, enton-
ces, originalmente distinta a los dogmas sólidos en los cuales
se ha cristalizado en el curso de la historia, a las creencias po-
sitivas en las que la vida se ha coagulado, perdiendo su inge-
nuidad y su frescura intuitivas.
Va-Mitteldtellung relativista se afirma en el ámbito religioso
tanto como en el ámbito estético, moral o intelectual. La idea
de una objetividad religiosa absoluta, de una realidad tras-
cendente a nuestra vida individual, no ofrece, digan lo que di-
gan los dogmáticos confesionales, ningún sentido psicológico
y humano, pero no por eso la religiosidad es simple ilusión
GEORG SIMMEL, FILÓSOFO DE LA VIDA „_
0/
La tragedia de la cultura
la vida que absorbe, por así decirlo, los dos términos antitéti-
cos y que vincula la forma a la conciencia en el instante en que
la aisla de la misma. Al dar a la forma la plasticidad y la movi-
lidad de la vida, Simmel rompe con el racionalismo integral
para acercarse a Bergson; al conceder a la forma una perenni-
dad relativa, repudia el heracliteísmo absoluto; y, al sintetizar
en un acto simple la forma y la superación de toda forma, al
reencontrar un absoluto metafisico en el dinamismo latente
que sólo persiste a través de las metamorfosis del sujeto del
objeto, Simmel toma posición entre dos dogmatismos que su
critica moral y epistemológica babia previamente opuesto el
uno al otro. Su relativismo primitivo se había visto satisfecho
por ese doble repudio; pero, a medida, que el pensamiento
simmeliano maduraba, la Vida se le presentaba cada vez más
claramente como la intermediaria destinada a conciliar las
dos exigencias contradictorias y a resolver, a la vez, la negati-
vidad estéril del puro relativismo. Goethe muestra en el genio
un plano de proyección óptimo en donde el equilibrio de las
acciones recíprocas acontecía con la más armoniosa agilidad;
y en esa zona metafísica creyó encontrar lo absoluto.
La Metafísica de la Selbéttranjzendenz, en tanto forma in-
mutable e indestructible de nuestra naturaleza, es, por tanto,
efectivamente, la liltima palabra y el pensamiento supremo de
Georg Simmel. Y eso es lo que queríamos demostrar.
Conclusión
Notas
TRADUCCIÓN D E A N T O N I A GARCIA C A S T R O
INTRODUCCIÓN D E CÉCILE R O L
ISBN 978-84-9784-210-5