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SALA PLENA
Magistrada Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de inconstitucionalidad abstracta
Expediente: 09304-2014-19-AIA
Departamento: La Paz
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Así, la Corte Interamericana de Derechos Humanos señaló los siguientes principios
en cuanto al alcance del derecho a la igualdad: a) Exige que se trate del mismo
modo a quienes se encuentran en iguales situaciones; b) Implica el derecho a que
no se establezcan excepciones o privilegios que excluyan a unos de lo que se
concede a otros en iguales circunstancias; c) La regla de igualdad no es absoluta ni
obliga al legislador a cerrar los ojos ante la diversidad de circunstancias,
condiciones o diferencias que puedan presentarse a su consideración; lo que
aquella regla estatuye es la obligación de igualar a todas las personas afectadas por
una medida, dentro de la categoría, grupo o clasificación que le corresponda,
evitando distinciones arbitrarias u hostiles; d) La razonabilidad es la pauta para
ponderar la medida de la igualdad, con lo que queda entendido que el legislador
puede crear categorías, grupos o clasificaciones que establezcan trato diferente
entre los seres humanos, a condición que el criterio empleado sea razonable;
e) Las desigualdades inconstitucionales son las arbitrarias, y por tales han de
estimarse las que carecen de razonabilidad, las persecutorias, las hostiles, las que
deparan indebidos favores o privilegios; f) Las desigualdades irrazonables y
arbitrarias y por ende, inconstitucionales son las que se basan en la nacionalidad, la
extranjería, la raza, la religión, el sexo, el nacimiento, la posición social, el idioma,
la opinión pública, condición económica, grado de instrucción, origen entre otras; y,
g) Son desigualdades irrazonables y arbitrarias, y por consecuencia
inconstitucionales aquellas medidas que en lugar de eliminar o disminuir las
diferencias entre grupos de personas o personas individuales, las aumentan y las
ahondan.
Como se tiene señalado, la igualdad supone que todos tienen derecho a que la ley
les trate por igual y prohíbe la discriminación. Siendo esto cierto, se sabe también
que no cualquier trato desigual es discriminatorio, solo tiene esa condición el trato
o diferencia no objetiva, no razonable y no proporcionada. Lo que la Constitución
Política del Estado exige de la ley es la neutralidad, el diferenciar sin tomar partido
por nadie y basándose en criterios reales objetivos y proporcionales. En ese
sentido, el art. 14.II de la CPE, prohíbe y sanciona toda forma de discriminación
fundada en razón de sexo, color, edad, orientación sexual, identidad de género,
origen, cultura, nacionalidad, ciudadanía, idioma, credo religioso y otras que
tengan por objetivo o resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o
ejercicio en condiciones de igualdad de los derechos de toda persona; es decir,
que todas las personas son iguales ante la ley. Al respecto, es pertinente señalar
2
que el término persona desde un punto de vista doctrinario engloba a las
personas naturales y a las personas colectivas.
Por otra parte, señaló que el art. 21.4 de la CPE, reconoce el derecho de
asociación pública o privada con el requisito de que sea con fines lícitos. Una
asociación es un ente derivado de un concurso de voluntades que consiste en una
agrupación con vocación de permanencia, de una pluralidad de personas para la
realización de un fin sin ánimo de lucro. De lo referido, se concluye que dentro del
orden constitucional es permitida la reunión y asociación, relacionada a la facultad
de toda persona a comprometerse con otras en la realización de un proyecto
colectivo de carácter social, cultural, político, económico o de carácter religioso a
través de una estructura organizativa reconocido por el Estado, de acuerdo a sus
estatutos y normativa interna; sin embargo, en el marco del principio de reserva
legal, sus limitaciones o restricciones deberán ser establecidas por ley, sin
contraponerse al ordenamiento jurídico.
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de políticas y normas sectoriales que: “…la mayoría de las veces ni el propio
gobierno central cumple”, restringiendo la facultad de realizar políticas propias de
acuerdo a su objeto de creación o constitución, por lo que dicha normativa
transgrede el derecho de libertad de asociación reconocido por los arts. 21.4 de la
CPE; 16.1 y 2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos; 22.1 del
PIDCP; y, XXII de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre.
Finalmente, indica que el art. 410.II de la CPE, sitúa a la Norma Suprema en la
cúspide de la estructura normativa, lo que implica el reconocimiento de su
jerarquía frente a cualquier otra disposición legal, constituyéndose en el sustento
o fundamento de las demás disposiciones legales, de donde nacen los niveles
jerárquicos en función al órgano que emite la norma, su importancia y el sentido
funcional de la misma. Por lo mencionado, el parágrafo segundo y el numeral I
del art. 7 de la Ley de Otorgación de Personalidades Jurídicas y el inc. g) del art.
19 del DS 1597, vulneran el principio de supremacía constitucional y jerarquía
normativa que es el que en esencia sustenta el art. 410.II de la CPE, al
desconocer la aplicación y observancia de normas constitucionales en relación a
normas de rango inferior.
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Estado buscando despojarlo de instrumentos necesarios y legales para obedecer
una de sus funciones esenciales cual es cumplir y hacer respetar la Norma
Suprema y las leyes; 2) En el presente caso, el accionante busca únicamente que
determinados grupos de personas, en este caso particular las ONG, eludan el
cumplimiento de la ley; 3) En la acción de inconstitucionalidad interpuesta, se
señala una supuesta contradicción del parágrafo II y el numeral 1 del art. 7 de la
Ley de Otorgación de Personalidades Jurídicas con el derecho a la igualdad, en
sentido de que se estaría imponiendo un requisito adicional y arbitrario en el caso
de las ONG y Fundaciones que pretendan obtener el reconocimiento de su
personalidad jurídica. Asimismo, se denuncia una supuesta “violación” al derecho
a la libertad de asociación, en razón a lo establecido por el inc. g) del art. 19 del
DS 1597, por cuanto determina que la personalidad jurídica de las personas
jurídicas reguladas por la referida Ley de Otorgación de Personalidades Jurídicas,
puede ser revocada por incumplimiento a las políticas y/o normas sectoriales,
previo informe del Ministerio del área, lo cual, a decir del accionante vulnera el
derecho a asociarse, ya que existiría un supuesto propósito de control y
subordinación de las organizaciones sociales, organizaciones no gubernamentales,
fundaciones y entidades civiles sin fines de lucro, ante la autoridad administrativa
que es parte del Estado, la que puede disponer la extinción de la persona jurídica,
que en su criterio, resultaría vulneratorio al derecho de las personas de asociarse.
De la misma forma, habría una supuesta vulneración al principio de supremacía
constitucional y jerarquía normativa, puesto que la norma reglamentaria
impugnada, estaría desconociendo la aplicación y observancia de normas
constitucionales en relación a normas de rango inferior; sin embargo, los
argumentos de la presente acción de inconstitucionalidad abstracta, se orientan a
la búsqueda de crear grupos de intereses privilegiados y queden exentos de
cumplir con el ordenamiento jurídico, cuando por mandato del art. 14 de la CPE,
todos somos iguales ante la ley y debemos cumplir la Constitución Política del
Estado y las leyes del Estado Plurinacional; 4) Es menester aclarar al Defensor del
Pueblo -hoy accionante-, que la acción de inconstitucionalidad abstracta no trata
de violaciones a derechos o garantías constitucionales; las normas por sí solas no
violan o transgreden la Norma Suprema. Para una violación o transgresión de
normas, se requiere la existencia de hechos, y éstos los producen las personas y
cosas, no las normas, por lo que este tipo de acción tiene que ver con la supuesta
contradicción entre normas del ordenamiento jurídico con la Constitución Política
del Estado, que genere una duda razonable de inconstitucionalidad, la cual debe
estar probada y demostrada por la parte accionante, lo que no sucede en el caso,
dado que la presente acción es absolutamente infundada e insustancial; 5) La
primera fuente normativa es la realidad social, independientemente se trate de
una ley o una norma de rango inferior, además tomar en cuenta su
instrumentalidad, ya que sirven para la aplicación, ejecución o materialización de
normas de rango constitucional o legal. En el caso del Decreto Supremo
impugnado, el mismo es fiel a las dos características señaladas, permitiendo el
amplio ejercicio a la libertad de asociación relacionado a varios tipos de persona
jurídica entre las cuales se encuentran las ONG, y a su vez, su emisión
corresponde a los lineamientos y el cumplimiento de la Ley de Otorgación de
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Personalidades Jurídicas; 6) El artículo impugnado del DS 1597, no establece
ninguna disposición o acápite que determine, imponga, coarte, induzca o impida a
las personas el ejercicio libre de asociarse, no existe en su contenido ningún tipo
de limitación o prohibición directa al ejercicio del derecho a la libertad de
asociación; 7) El DS 1597 desarrolla los parámetros que otorga la Ley cuestionada
de inconstitucionalidad, en el sentido de regular a las asociaciones, norma
contenida en el inc. g) del art. 19 del DS 1597, que tiene directa relación con el
numeral 1 del parágrafo II del art. 7 de la referida Ley, aplicable únicamente a las
ONG y Fundaciones en su relación con el Estado y no con otro tipo de personas
jurídicas, además tiene que ver con el respeto de éstas a su propia naturaleza y
objeto; es decir, al ejercicio legal y lícito de sus derechos; 8) Una de las
principales innovaciones de la Constitución Política del Estado de 2009, es la
ampliación del catálogo de derechos fundamentales a sectores absolutamente
olvidados, entre ellos, se encuentra el reconocimiento y garantías del ejercicio
pleno de todas las personas a la libertad de asociación, mandato constitucional
que fue plasmado en la Ley de Otorgación de Personalidades Jurídicas, la cual
para garantizar el amplio ejercicio del Derecho Civil referido a la libertad de
reunión y asociación contenido en el art. 21.4 de la CPE, contempla una gama y
tipología de tipos de personas jurídicas, lo que garantiza ampliamente el ejercicio
de ese derecho, no siendo evidente que estaría siendo transgredido, además de
brindar seguridad jurídica disponiendo una serie de requisitos para su
otorgamiento; 9) Tal como se desprenden de las normas constitucionales
referidas, se debe hacer una clara distinción entre el reconocimiento del derecho a
la libertad de reunión y asociación a las personas naturales, y uno de sus modos
de ejercicio, cual es la creación de personas jurídicas de distintos tipos, objeto y
naturaleza, como las ONG y Fundaciones, ésta que puede ser una sutil
diferenciación, será la que permita establecer la razón de ser del DS 1597 en la
norma que fue impugnada. Asimismo, se debe considerar que el derecho a la
libertad a la reunión y asociación deberá ser entendido como un derecho civil que
reconoce a todas las personas, por su condición de tales, el libre ejercicio de
cualquier tipo de reunión o asociación en el más amplio de sus conceptos,
estando a la vez absueltos de cualquier tipo de coacción que les obligue a reunirse
o asociarse de un modo u otro, sea por personas particulares, jurídicas de
derecho público o privado, grupos sociales o cualquier otra potestad, de tal modo
que ni se pueda obligar a obrar contra su voluntad de reunirse o asociarse
(libertad) ni se le impida actuar conforme a ella sea en público o privado, solo o
asociado, dentro de los límites establecidos o con fines lícitos. Desde el punto de
vista técnico jurídico, el ejercicio del derecho a la libertad de asociación implica el
nacimiento de una persona jurídica, pero que viene a ser un nuevo centro unitario
receptor de derechos y obligaciones, surgiendo un término de referencia de
intereses y relaciones jurídicas; es decir, hay un sujeto jurídico más, con intereses
legítimos, deberes, capacidad de querer y obrar, voluntad y responsabilidad
propias, autonomía patrimonial, distinto a los sujetos físicos que lo componen, y
por tanto, se trata de un sujeto que también debe cumplir con el ordenamiento
jurídico que regula el ámbito de su desenvolvimiento; 10) El Estado tiene la
obligación ineludible de garantizar el libre ejercicio del derecho a la asociación,
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pero siendo que ese derecho es parte de un catálogo de otros derechos civiles, no
es lógico ni razonable que el mismo se constituya en un derecho absoluto, sin
ningún tipo de límites, toda vez que la garantía para el ejercicio pleno de los
derechos fundamentales no tiene carácter absoluto, por cuanto todos los
derechos sin excepción se encuentran razonablemente limitados por normas que
regulan su ejercicio, a fin de conseguir una convivencia armónica de la sociedad
en cuanto al ejercicio de otros derechos fundamentales, no pudiendo considerarse
la existencia de “supra derechos” o de derechos absolutos. Así se encuentra
plenamente establecido en el art. 13 de la CPE; 11) La Ley de Otorgación de
Personalidades Jurídicas como su Reglamento, regulan y determinan condiciones
de ejercicio de una de las distintas manifestaciones de la libertad de asociación,
dentro de un panorama diferente y además favorable, referido a la creación y
reconocimiento de todas las organizaciones sociales, no gubernamentales,
fundaciones y entidades civiles sin fines de lucro en su más amplia gama y
multidiciplinidad; es decir, el pleno reconocimiento y garantía para la constitución
de personas jurídicas, relacionado con el derecho fundamental de tipo público,
cual es la libertad de asociación con fines lícitos; 12) Las organizaciones sociales,
las no gubernamentales, fundaciones y entidades civiles sin fines de lucro, son
entidades de interés público quedando plenamente reconocidas, con
ordenamiento interno que se relacionan directamente con la finalidad concreta
acordada por sus componentes, consecuentemente, la otorgación de su
personalidad jurídica y registro, responde a fines estrictamente administrativos
con el propósito de que obtengan y adecúen su funcionamiento al ordenamiento
jurídico vigente; 13) Los requisitos y procedimiento de constitución, así como las
causales de revocación de la personalidad jurídica, son necesarios como deber del
Estado para garantizar los derechos de los ciudadanos bolivianos, asegurando que
las relaciones jurídicas emergentes de las actividades y objetivos de estas
personas jurídicas, sean entre los componentes de las mismas o de éstas con
terceras personas o entre las organizaciones mismas se adecúen al ordenamiento
jurídico y cumplan con el requisito constitucional de plasmar en cada uno de sus
actos fines sustancialmente lícitos; 14) Las políticas sectoriales a las que se
refiere el inc. g) del art. 19 del DS 1597, se encuentran claramente reguladas por
los arts. 334, 335, 336, 337 y 338 de la CPE, que están relacionadas con personas
jurídicas, objetivos o finalidades específicas de las mismas, siendo dichas políticas
parte de la económica del Estado, y en caso de incumplir sus objetivos en relación
a tales políticas, son pasibles a que su personalidad jurídica sea revocada, como
consecuencia ante la transgresión de la normativa que las regulan; 15) La norma
reglamentaria impugnada, no contraviene ni restringe el derecho a la libertad de
asociación, al ser una disposición que regula la licitud de los fines de
determinadas personas jurídicas, cuyo objeto tenga que ver con algunas de las
políticas sectoriales, por lo que dicho Decreto Supremo, tiene fuente plenamente
constitucional, y no existe ninguna contradicción y menos una supuesta violación
de la Constitución Política del Estado, sin perjuicio de establecer lo determinado
en el art. 14 de la Ley de Otorgación de Personalidades Jurídicas, que dispone la
revocatoria de la personalidad jurídica por transgresión a dicha Ley y su
Reglamento; 16) Asimismo, dicha norma no transgrede de ninguna forma los
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principios de supremacía constitucional y jerarquía normativa, puesto que la
misma, no regula ningún derecho o garantía que no esté establecido en el texto
constitucional, más al contrario, la norma reglamentaria impugnada protege las
políticas sectoriales cuando éstas son el objeto principal de distintos tipos de
personas jurídicas conforme al art. 14 de la Ley de Otorgación de Personalidades
Jurídicas, que tiene que ver con determinar la licitud del objeto de cualquier
persona colectiva, es decir, no aumenta ni suprime ningún aspecto que
entorpezca el ejercicio al derecho a la libertad de asociación; 17) El objeto de la
presente acción resulta contradictorio al pretender eliminar el inc. g) del art. 19
del DS 1597, debido a que se crearía una grave desigualdad, siendo que el
universo de las organizaciones, asociaciones o fundaciones que incumplan con sus
objetivos o no los desarrollen, serán pasibles a la revocatoria de su personalidad
jurídica; en cambio las organizaciones, asociaciones dedicadas al desarrollo de
políticas sectoriales, no podrían ser pasibles a ninguna sanción y estarían al
margen del Estado de Derecho; y, 18) El texto de causales de revocatoria
contenida en el inc. g) del art. 19 del DS 1597, en ningún momento refiere que el
Estado determine o restrinja el ejercicio de la libertad de asociación, lo que se
limita es el título de la misma, no se transgreden derechos de terceros, tampoco
el orden ni el interés público.
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CPE “Otorgación de personalidad jurídica a organizaciones sociales que
desarrollen Actividades en más de un Departamento”, ese ejercicio soberano
permite al Estado otorgar un reconocimiento jurídico a la capacidad legal que
se da a una entidad civil sin fines de lucro, organizaciones sociales, las no
gubernamentales y las Fundaciones, para poder ser sujeto de derechos y
contraer obligaciones, generándoles responsabilidad jurídica frente a sí mismas
y frente a terceros, lo que tiene relación con el hecho de que la conformación
de estas entidades no queda libre al arbitrio de los particulares, deben mediar
razones de orden público que legitimen su existencia y funcionamiento, y éstas
son establecidas conforme a la naturaleza, roles y características de cada
organización. El art. 4 de la Ley de Otorgación de Personalidades Jurídicas
garantiza la existencia de cuatro tipos de personas colectivas identificadas por
el art. 298 de la CPE, como son las organizaciones sociales, las organizaciones
no gubernamentales, las fundaciones y las entidades civiles sin fines de lucro.
Ahora bien, es evidente que cuando se protege la igualdad entre las personas
jurídicas públicas o privadas, no es un principio orientado en esencia al goce de
las personas jurídicas, sino a los seres humanos, pues las personas jurídicas
deben a éstos su existencia y subsistencia, aún en los casos en que son
creadas por el Estado. Los seres humanos que las conforman deben tener un
tratamiento equitativo en la búsqueda del vivir bien de todas y todos los
bolivianos. En tal sentido, no se vulnera el derecho a la igualdad ni a la no
discriminación, tal como afirma el impetrante, más al contrario se está
fortaleciendo la identidad de dichas personas colectivas en respuesta a su
propia naturaleza y característica, iv) Lo expuesto permite concluir que, acusar
la vulneración del art. 14.II y III de la CPE, no tiene un sustento coherente, ya
que el tratamiento diferenciado a los distintos tipos de organización regulados
por la Ley de Otorgación de Personalidades Jurídicas hace a su naturaleza y
características, y a la potestad soberana del Estado por precautelar los valores
y fines constitucionales a las que todas las personas están sujetas; y,
v) Finalmente, manifiesta que el art. 1 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos refiere que la persona protegida por dicha Convención es
“todo ser humano”, excluyendo de su ámbito de aplicación a las personas
jurídicas o ideales; no obstante, estas personas también merecen protección en
cuanto a los derechos que se les reconoce en la normativa, los cuales no
encuentran su naturaleza en la protección del ser humano, sino en el
cumplimiento de los fines y funciones para los que fueron creadas. La
legislación y doctrina jurisprudencial tanto en España como en Colombia han
reconocido la protección de derechos no humanos, sino fundamentales,
acordes a la naturaleza misma de la persona jurídica. En ese mismo contexto,
la Corte Interamericana de Derechos Humanos reconoció que es posible
proteger derechos de los seres humanos cuando éstos fueron vulnerados por
alguna cuestión en la que la persona jurídica de la que es parte, se vea
afectada, es decir, que los derechos de las personas físicas que son integrantes
de una persona colectiva, pueden en algunos casos ser afectados como
consecuencia de hechos, actos o situaciones en las que intervenga la persona
colectiva de la que forman parte, lo que no implica que la persona colectiva en
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sí misma considerada, sea titular de derechos humanos. De lo descrito, puede
concluirse que solo las personas humanas, físicas o reales, tienen derechos
humanos y las personas colectivas, jurídicas o morales, tienen derechos
fundamentales acordes a su naturaleza, destinados a la protección de sus
funciones y de sus fines; sin embargo, en el presente caso, no existe
vulneración de derechos humanos ni transgresión a los derechos
fundamentales a los que el accionante hace referencia sin fundamento
sostenible, ya que la libertad de asociación está plenamente garantizada y la
distinción en el otorgamiento de personalidades jurídicas responde a
condiciones que hacen a la naturaleza de los diferentes tipos de organizaci ón,
no habiendo establecido el nombrado, la vulneración de los arts. 3 y 6 del
PIDCP ni de las otras citas del bloque de constitucionalidad.
II. CONCLUSIONES
“Artículo 7. (Estatutos).
(…)
10
b) El inciso g) del art. 19 del DS 1597 de 5 de junio de 2013 -
Reglamento Parcial a la Ley de Otorgación de Personalidades
Jurídicas-, que refiere:
(…)
“Artículo 14.
(…)
(…)
(…)
11
(…)
Artículo 410.
(…)
“Artículo 3.
Obligación de no discriminación
12
2. El ejercicio de tal derecho sólo puede estar sujeto a las
restricciones previstas por la ley que sean necesarias en una
sociedad democrática, en interés de la seguridad nacional, de la
seguridad o del orden público, o para proteger la salud o la moral
pública o los derechos y libertades de los demás.
(…)
“Artículo 3
(…)
Artículo 22
(…)
Artículo 26
Todas las personas son iguales ante la ley y tienen derecho sin
discriminación a igual protección de la ley. A este respecto, la ley
prohibirá toda discriminación y garantizará a todas las personas
protección igual y efectiva contra cualquier discriminación por
motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o
de cualquier índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición social”.
“Artículo XXII.-
13
Toda persona tiene el derecho de asociarse con otras para
promover, ejercer y proteger sus intereses legítimos de orden
político, económico, religioso, social, cultural, profesional, sindical o
de cualquier otro orden”.
14
puedan resultar contrarias a la Constitución Política del Estado.
(…)
15
jurídica de personas colectivas, mismo que establece que los estatutos
de las organizaciones no gubernamentales y fundaciones, deberán
mencionar en su contenido, adicionalmente a lo requerido en el
parágrafo II.1. “La contribución al desarrollo económico y social”, texto
que atenta contra los derechos a la igualdad y a la libertad de asociación,
y los principios de supremacía constitucional y jerarquía normativa.
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a todos en las mismas posiciones jurídicas ni que tenga que
procurar que todos presenten las mismas propiedades naturales
ni que todos se encuentren en las mismas situaciones fácticas. El
principio general de igualdad dirigido al legislador no puede exigir que
todos deban ser tratados exactamente de la misma manera y tampoco
que todos deban ser iguales en todos los aspectos. Entonces, el medio
idóneo para que el legislador cumpla con el mandato de este principio es
aplicando la máxima o fórmula clásica: 'se debe tratar igual a lo igual
y desigual a lo desigual'. En eso consiste la verdadera igualdad. A
quienes presentan similares condiciones, situaciones, coyunturas,
circunstancias, etc., se les puede tratar igualmente; pero, cuando existen
diferencias profundas y objetivas que no pueden dejarse de lado, se debe
tratar en forma desigual, porque solamente de esa manera podrá
establecerse un equilibrio entre ambas partes. La Ley es la que tiene que
establecer los casos, formas y alcances de los tratamientos desiguales.
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personas que en atención al territorio que ocupan y/o a actividades
comunes e intereses afines que desarrollan, se organizan y/o impulsan
iniciativas de interés común…”. Por su parte, las organizaciones no
gubernamentales, fueron definidas por el citado precepto legal como:
“…aquellas entidades de derecho privado que poseen una naturaleza de
servicio social de asistencia, beneficencia, promoción y desarrollo
económico y social, conformadas por personas nacionales y/o extranjeras,
que con el debido reconocimiento del Estado, realicen actividades de
desarrollo y/o asistencias sin fines de lucro y cuyas actividades sean no
financieras con fondos y/o financiamiento propio y/o de cooperación
externa en el territorio del Estado”. Asimismo, sobre las fundaciones,
señala que: “Son aquellas entidades de derecho privado que al
constituirse afectan de modo duradero su patrimonio de constitución a la
realización de fines especiales de interés general sin fines de lucro y cuyas
actividades sean no financieras y que para desarrollar sus actividades
obtienen el reconocimiento del Estado”.
Por otra parte, el accionante también denuncia que el citado art. 7.II de la
Ley de Otorgación de Personalidades Jurídicas, en la frase “… organizaciones
no gubernamentales y fundaciones…” y su numeral 1 en la expresión: “La
contribución al desarrollo económico y social”, desconoce la libertad de
asociación, prevista en el art. 21.4 de la Norma Suprema, que prevé que las
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bolivianas y los bolivianos tienen derecho, a la libertad de reunión y
asociación en forma pública y privada, con fines lícitos. Sobre el particular, la
SC 0405/2010-R de 28 de junio, citando a la SC 0112/2004 de 11 de octubre,
ha definido respecto a dicho derecho que es "…la facultad que tienen las
personas de poner en común sus bienes, sus valores, su trabajo, su
actividad, sus fuerzas individuales o cualesquier otros derechos para un fin
desinteresado o no, intelectual, moral, económico, artístico, recreativo o de
beneficencia. La libertad de Asociación es el derecho del individuo de unirse
con otros en forma voluntaria y durable para la realización común de un fin
lícito”.
Por consiguiente, se concluye que la previsión de la norma impugnada no
es contraria a la libertad de asociación, en el entendido que al disponer
que en los estatutos de las ONG y fundaciones, se consigne la
contribución al desarrollo económico y social del país, como un requisito
para el reconocimiento de la personalidad jurídica, de ninguna manera se
limita o restringe la facultad de asociación de las personas colectivas
cuyos objetivos converjan en actividades conducentes al interés general.
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igual a todos, gobernantes y gobernados. Dentro del orden jurídico, la
Constitución Política del Estado ocupa el primer lugar, constituyéndose en
la fuente y fundamento de toda otra norma jurídica, por lo que toda ley,
decreto o resolución debe subordinarse a ella. Lógicamente, la propia
Constitución Política del Estado debe prever mecanismos e instituciones
que garanticen su cumplimiento, sino su primacía quedaría como una
declaración formal, porque siempre podría existir una autoridad u órgano
de poder que incumpla sus preceptos. Por ello la Constitución Política del
Estado determina los órganos que controlarán la observancia de sus
normas, eso es lo que se llama el control de constitucionalidad’.
(…)
(…)
20
oponerse a otra de superior rango. Ese principio fundamental está
consagrado por el art. 228 de la Constitución.
(…)
Ahora bien, las normas del art. 410 de la CPE, a tiempo de recepcionar el
principio de jerarquía normativa, lo proyecta concretizando su ámbito de
aplicación, al precisar el orden de prelación o subordinación en el que se
encuentran cada una de las normas jurídicas; así, la Constitución Política
del Estado es la primera y más importante, debiendo subordinarse a ella
cada una de las demás; luego, se ubican los Tratados Internacionales,
inmediatamente por debajo las leyes nacionales, estatutos autonómicos,
cartas orgánicas y el resto de la legislación departamental, municipal e
indígena; finalmente, por debajo se encuentran los decretos, reglamentos
y demás resoluciones emanadas de los órganos ejecutivos del gobierno
central y de las entidades territoriales autónomas.
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(arts. 145 y 158.I.3 de la CPE); por lo que las leyes asumen su
cualidad de preeminencia por sobre otros instrumentos
normativos, de su fuente emisora, el Órgano Legislativo, cuya
característica esencial es la de representar a la población y la
sociedad, así como todos los intereses que en ella proliferan.
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debidamente tasadas.
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realicen actividades distintas a la finalidad señalada en sus Estatutos; es
decir, que dentro del ámbito de las facultades reglamentarias que son de
competencia del Órgano Ejecutivo, se expidió el DS 1597 con el propósito
de reglamentar la Ley de Otorgación de Personalidades Jurídicas a favor de
personas colectivas de derecho privado. Consiguientemente, a través del
mencionado Decreto Supremo no se modificó el contenido de la referida
Ley, y menos se creó una situación diferente a la establecida por la misma,
limitándose a su reglamentación, respetando el texto legal y
subordinándose al nivel superior en el que se encuentra dicha norma legal.
POR TANTO
24
Fdo. Tata Efren Choque Capuma
MAGISTRADO
25