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BIBLIOLOGÍA

Doctrina de la Biblia

DEFINICION: Este teé rmino se forma de dos voces Griegas: "Biblos" y "Logos" - tratado o estudio acerca de
la Biblia.

LA BIBLIA - PALABRA DE DIOS

 LA NECESIDAD DE UNA REVELACION:

La luz de la razoé n y la naturaleza dan a los hombres la capacidad de descubrir muchos secretos del
universo, pero no los capacita para resolver los problemas maé s profundos de su existencia, tales como: su
relacioé n a Dios, el propoé sito de la existencia, y el destino futuro del hombre. Estas cosas no pueden ser
conocidas sin una revelacioé n especial del creador.

1. ES IMPOSIBLE CONOCER LOS ATRIBUTOS DE DIOS SIN UNA REVELACION.

Hagamos diferencia en primer lugar entre la existencia de Dios y el caraé cter de Dios. El mar, los aé rboles,
los ríéos nos hablan de la existencia de un Dios - creador, pero nada nos dicen de su caraé cter, es decir si
odia el pecado, si es amor, si es perdonador. La razoé n, esa luz o conocimiento natural que todo hombre
tiene, se limita a las cosas del tiempo; necesita de la revelacioé n divina para llegar a conocer todo lo que no
pertenece al reino de su naturaleza; la bondad, la omnipresencia y todos los atributos de Dios, no se
pueden conocer sin una revelacioé n de El Mismo.

2. ES IMPOSIBLE CONOCER O CONCEBIR LA IDEA DE LA TRINIDAD SIN UNA REVELACION.

El hombre ha podido pensar en un Dios o en muchos dioses, pero el hecho de que exista un soé lo Dios en
tres personas es imposible conocer, ni por la luz de la razoé n ni por la naturaleza, sino solamente mediante
una revelacioé n especial de ese mismo Dios-Trino.

3. ES IMPOSIBLE CONOCER LA GRACIA DE DIOS SIN UNA REVELACION.

El mundo no sabe lo que es la gracia de Dios. La gracia es maé s que compadecimiento y longaminidad; es el
favor divino hacia los pecadores, manifestado al enviar a Jesucristo a morir por ellos para que sean salvos.
¿Quieé n podríéa imaginar tal plan maravilloso de salvacioé n para los hombres? Seríéa imposible sin una
revelacioé n divina.

4. EL HOMBRE NO CONOCE EL ORIGEN Y EL PROPOSITO DE SU EXISTENCIA SIN UNA REVELACION.

El hombre necesita luz sobre su pasado, presente y futuro. Mucho se ha especulado sobre el problema del
origen del hombre, pero nadie ha podido dar una solucioé n satisfactoria del enigma. Solamente la
revelacioé n de Dios resuelve el problema revelando la verdad de que el hombre fue hecho por Dios a su

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imagen y semejanza. ¿Coé mo hubiera sido posible conocer una cosa que parece increíéble, una verdad que
hace tanto bien a nuestras almas? Solamente por una revelacioé n de aquel quien hizo al hombre.

5. ES IMPOSIBLE CONOCER EL PROPOSITO DE LA EXISTENCIA DEL HOMBRE EN LA TIERRA SIN UNA


REVELACION.

El hombre fracasa por que se ha equivocado en cuanto a este asunto tan importante. Muchos creen que el
hombre es un accidente de la naturaleza y que su existencia carece de propoé sito verdadero. Cuando el
hombre descubre que su misioé n es glorificar a Dios, toda su vida cambia. Ahora comprende que su
responsabilidad es la de alejarse del mal y obedecer la voluntad de Dios.

6. ES IMPOSIBLE CONOCER EL ESTADO FUTURO SIN UNA REVELACION.

Las opiniones de los hombres han sido muy variadas en relacioé n a esto. Unos han dicho que la vida se
extingue con la muerte (deja de existir); otros han dicho que se vuelve a encarnar (reencarnacioé n); y
otros se han imaginado un cielo de placeres mundanales. Estas teoríéas confunden y sumergen a las almas
sinceras en desesperacioé n. ¿Coé mo hubieé ramos llegado a saber que la vida no termina con la muerte?
¿Coé mo hubieé ramos sabido del juicio de Dios? ¿Coé mo hubieé ramos llegado a saber que "la paga del pecado
es la muerte y la daé diva de Dios es vida eterna en Cristo Jesué s? Sin una revelacioé n el futuro es obscuro e
incierto. La revelacioé n disipa las tinieblas e ilumina el futuro con las promesas de salvacioé n en Cristo.

 II. EL HECHO DE UNA REVELACION.

Los hombres necesitaban una revelacioé n. Dios quiso revelarse para el bien de los necesitados y para Su
gloria. Esa revelacioé n a traveé s de su Palabra escrita es la Biblia. Dios escogioé a hombres para escribir de
una manera permanente esa revelacioé n. (II Ped. 1:21; Ex. 17:14, 34:27; Isa. 8:1; Hab. 2:2; Heb. 1:1-2).

Los escritores de la Biblia son los mejores testigos de eso, porque ellos dicen en estos textos que Dios les
mandoé escribir. Ademaé s, muchas veces usaron expresiones como las siguientes: "Dijo Jehovaé ", "Asíé ha
dicho Jehovaé ", "Empero Jehovaé habíéa dicho". La Biblia del principio al fin da la gloria a Dios. El es el
primero y el ué ltimo. La expresioé n "Gloria a Dios en las Alturas: parece estar en cada paé gina. De El, por El, y
para El son todas las cosas. La Biblia es la Palabra de Dios; es el libro de Dios. Este libro nos revela las
realidades espirituales y las realidades del cielo. Descorre el velo de la eternidad y nos muestra un mundo
que nunca hubieé ramos podido descubrir por nuestro propio esfuerzo. "Cosas que ojo no vioé , ni oíédo oyoé ,
ni han subido en corazoé n de hombre" son las que Dios teníéa guardadas en su secreto eterno, las cuales
son reveladas en la Biblia. Por ellas podemos tener un conocimiento suficiente del caraé cter de Dios para
adorarle como El quiere que le adoremos. Por ella conocemos de donde venimos y a donde vamos. En ella
hay respuesta a todas nuestras preguntas. Es el pan de vida para el hambriento, agua de vida para el
sediento, fuego que quema la impureza, espada que penetra hasta lo maé s profundo del alma.

 EVIDENCIAS DE QUE LA BIBLIA ES LA PALABRA DE DIOS

Ya nosotros los cristianos creemos que la Biblia es la Palabra de Dios. Lo hemos comprobado y no lo
discutimos. Pero con frecuencia nos encontramos con personas que exigen algunas pruebas, el obrero del

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Senñ or debe saberlas a fin de poder guiar a otras almas a la sublime verdad de que Dios se ha revelado a
los hombres y de que esa revelacioé n es LA BIBLIA.

Es cierto que el hombre posee una inteligencia grande y poderosa pero tambieé n es cierto que los
conceptos vertidos en la Biblia revelan una mentalidad maé s elevada que la del hombre. (Isa. 55:8-9). Hay
conceptos como el de la omnipresencia de Dios - el hecho de que Dios estaé en todo sitio al mismo tiempo -
que aué n ahora despueé s de habernos sido revelado, nos es difíécil entenderlo ¡Cuaé nto maé s inventarlo!. En
esta misma forma se puede pensar en otras verdades como la Trinidad, la Encarnacioé n, la Gracia y otras
que estaé n fuera de la mentalidad humana y que nos ensenñ an que el hombre no ha podido producir un
libro como la Biblia y que, por lo tanto, eé ste tiene que ser de origen DIVINO.

Supongamos por un momento que el hombre hubiese podido producir un libro como la Biblia. Entonces
no hubiera querido producirlo, porque la Biblia lo situé a al hombre en una condicioé n muy baja; caíédo en el
pecado y la depravacioé n, imposibilitado de hacer obras para salvarse, porque su justicia es "Como trapos
de inmundicia" y por fin lo declara pecador y destituido de la Gloria de Dios.

1. UNO DE LOS ARGUMENTOS MAS FUERTES PARA PROBAR QUE LA BIBLIA ES LA PALABRA DE DIOS ES
LA PROFECIA CUMPLIDA.

Tanto en el Antiguo Testamento, hay un sinnué mero de profecíéas cumplidas en relacioé n con el pueblo
judíéo, en relacioé n con otras naciones y muy especialmente, en relacioé n con Cristo. Tomando a Cristo como
ejemplo, veamos algunas de Sus profecíéas cumplidas. Se predijo Su venida desde tiempos muy remotos.
(Geé n. 3:15, Deut. 18:15) Isaíéas anuncioé Su linaje. (Isa. 11:1) Miqueas dijo el sitio donde habíéa de nacer.
(Miq. 5:2) En el capíétyulo 53 de Isaíéas se habla tan claramente de Sus sufrimientos como si se hubiera
escrito despueé s de su venida. ¿Quieé n puede profetizar con tanta exactitud a no ser que sea guiado por el
Espíéritu Santo? Tenemos que llegar a la conclusioé n de que "toda Escritura es inspirada divinamente". (II
Tim. 3:16).

2. LA PERSONA Y EL CARACTER DE CRISTO SEGUN LO PRESENTAN LAS ESCRITURAS,


DEMUESTRAN SU ORIGEN DIVINO.

Su persona es ué nica en toda la literatura. Ademaé s, Su nacimiento de una Virgen, hijo de Maríéa y no de Joseé ,
Hijo de Dios e Hijo de hombre al mismo tiempo, poseyendo dos naturalezas y una sola persona. ¿Quieé n
hubiese imaginado una persona con tales atributos? En cuanto a su caraé cter, un hombre que no cometioé
pecado en toda Su vida, el cual pudo decir a Sus enemigos: "¿Quieé n de vosotros me redarguye de pecado?"
La persona y el caraé cter de nuestro Senñ or Jesucristo prueban inequivocadamente que la Biblia es de
origen divino porque lo imperfecto no puede producir lo perfecto.

3. LA UNIDAD DE LA BIBLIA PRUEBA SU ORIGEN DIVINO.

Es un libro escrito por maé s de 30 autores que escribieron en distintas eé pocas cubriendo un períéodo como
de catorce siglos. Sin ningué n plan trazado de antemano y sin embargo todos representan los mismos
atributos de Dios; hablan del estado caíédo del hombre, presentan para la humanidad a Cristo como la
ué nica esperanza de salvacioé n; parecen escritos por una sola persona, y asíé es la realidad, pues Dios les
inspiroé para que escribieran en esa forma, de lo contrario no habríéa unidad en el libro. (II Ped. 1:21)

4. EL EFECTO DE ESTE MARAVILLOSO LIBRO SOBRE LAS VIDAS DE LOS HOMBRES PRUEBA SU ORIGEN
DIVINO.

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Se han escrito muchos libros de moral pero ninguno puede transformar los corazones como la Biblia. Se
cuenta de un increé dulo franceé s que viajaba por el sur del Pacíéfico, detenieé ndose en una de las islas entroé
en conversacioé n con su jefe. Este empezoé a contarle de todos los adelantos que teníéan, haciendo eé nfasis
de que todo lo debíéan a la religioé n de la Biblia. El franceé s por su parte, dijo que ya en Francia no creíéan en
la Biblia. Y le puso algunas objeciones al origen divino de ella. El islenñ o humilde no teniendo argumentos
con que refutar al franceé s, repuso: "Amigo, no puedo contestar a sus objeciones, pero una cosa le direé y es
que si no fuera por este libro, Ud. No estaríéa aquíé vivo porque ya nos lo hubieé ramos comido." Este relato
prueba elocuentemente el poder transformador que tiene la Biblia y ese poder nos indica que la Biblia es
de origen divino.

 LA BIBLIA ES INSPIRADA POR DIOS

Los autores de la Biblia declaran que escribieron guiados por Dios. El apoé stol Pablo dice enfaé ticamente
que toda Escritura es inspirada divinamente. (II Tim. 3:16) A esa influencia divina que cobijoé a los autores
mientras que escribieron la Biblia se le llama inspiracioé n. No debe confundirse la inspiracioé n asíé descrita
con la inspiracioé n de los poetas, pintores o los mué sicos; eso es un don natural que Dios da a ciertas
personas; la inspiracioé n de los autores sagrados no fue natural sino sobrenatural, milagrosa. Nunca hubo
hombres igualmente inspirados antes, ni los habraé en el futuro.

Tratando de definir el teé rmino, diremos que la inspiracioé n bíéblica es aquella influencia inexplicable del
Espíéritu Santo sobre ciertos hombres escogidos, por Dios, para escribir la revelacioé n del caraé cter y Su
voluntad, que los guardaba de error en la comunicacioé n de todo lo que debíéa constituir una parte de esa
revelacioé n.

 TEORIAS SOBRE LA INSPIRACION

(Sal. 12:6, 18:30, 19:7; Prov. 30:5)

1. LA BIBLIA ES UN LIBRO CUALQUIERA.

Esta teoríéa es a veces conocida como la teoríéa natural. Hoy mas que nunca hay muchas personas que
dicen que la Biblia es un producto de la mente humana. Creen que la Biblia debe estimarse por su
antiguü edad, por contener datos histoé ricos de mucho valor y por haber sido el libro que maé s influencia ha
ejercido sobre la humanidad. Por supuesto, circunscribir el valor de la Biblia a soé lo esto, es negar su
inspiracioé n.

2. LA BIBLIA FUE DICTADA POR DIOS.

Es conocida a veces como la teoríéa mecaé nica. Los que asíé creen sostienen que Dios dictoé la Biblia palabra
por palabra segué n aparece en los idiomas originales. Segué n esta teoríéa los autores fueron meras maé quinas
que escribieron aué n sin sentir lo que escribíéan. Esto seríéa un atropello de las facultades humanas y una
violacioé n de la personalidad, lo que Dios nunca haríéa. La primera teoríéa descarta a Dios y da el eé nfasis al
hombre; eé sta por el contrario, descarta al hombre y le da el eé nfasis a Dios. La primera teoríéa carece de
fundamento porque el mismo libro reclama ser inspirado y la segunda, porque estaé a la vista el rastro del
hombre, cada uno con su propio estilo literario y con sus propias palabras.

3. DIOS INSPIRO EL CONCEPTO Y NO LAS PALABRAS.


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Los siguientes versíéculos dan eé nfasis a las "palabras", I Cor 2:13, Juan 17:8, y Ex. 20:1. Dios dejoé a los
escritores libres para escoger las palabras que le eran conocidas y las que acostumbraban usar, o sea Dios
los dejoé usar su estilo individual; sin embargo, fueron palabras de Dios. Leemos una y otra vez, "Asíé dice el
Senñ or" y "El Senñ or habloé , diciendo" o "Asíé ha dicho Jehovaé ".

4. GRADOS DE INSPIRACION.

Unas personas dicen que en partes son maé s inspiradas que en otras. Por ejemplo, que las palabras de
Cristo en los Evangelios valen maé s que los escritos de Pablo o que las cartas de Pablo so maé s inspiradas
que el Antiguo Testamento. "Toda Escritura" es inspirada divinamente.

5. DIOS INSPIRO LA BIBLIA DE UNA MANERA VERBAL.

En los manuscritos originales, el Espíéritu Santo guioé en el escojimiento de las palabras usadas. El Espíéritu
Santo usoé el estilo de cada uno de los autores para cumplir cierto propoé sito pero sin error. Tambieé n
quiere decir que la inspiracioé n incluye todo, que la Biblia es en todo infalible segué n la verdad y final como
la autoridad divina. Esto se respalda en los testimonios de las siguientes personas:

Moiseé s - Ex. 34:27 Zacaríéas - Zac. 7:7

David - II Sam. 23:2, Sal. 45:1 Cristo - Mat. 8:17; Juan 8:47, 12:48, 14:10, 17:8

Salomoé n - Prov. 30:6 Pablo - I Cor. 2:4

Isaíéas - Isa. 6:5-8 Judas - Jud. 17-18

Jeremíéas - Jerm. 1:7, 36:1-2

La inspiracioé n no implica que los escritores fueran impecables, sino que como instrumentos de Dios en la
revelacioé n divina estaban exentos de error en todo lo que debíéa constituir parte de esa revelacioé n.

Como se explicoé antes, la inspiracioé n no implica que los autores escribieran maquinalmente mientras
Dios dictaba. Por el contrario, cada uno conserva su personalidad, su propio estilo y forma, lo que puede
comprobarse en la lectura de los libros, con maé s o menos claridad. En cuanto al relato de críémenes,
hechos inmorales, palabras de hombres impíéos y de Satanaé s, la inspiracioé n no los aprueba, soé lo asegura
un relato veríédico y los incluye para nuestra amonestacioé n.

LA BIBLIA - SU MENSAJE

A pesar de que los libros de la Biblia fueron escritos por distintos hombres, en distintos sitios y en
distintas eé pocas, sin embargo, todos los libros, ya sea en profecíéa, y en tipos o narraciones, unos en verso
y otros en prosa, todos presentan un soé lo mensaje para el hombre; redencioé n en la persona de Jesucristo.
La primera promesa del redentor estaé en Geé n. 3:15, donde se le llama "la simiente de la mujer: En el
mismo capíétulo se verifica el primer sacrificio, al sacrificar Dios dos corderos para vestir con sus pieles a
la primera pareja que habíéa pecado. De ahíé en adelante corre por toda la Biblia una vena de sangre; de
sangre redentora. Los sacerdotes la aumentan con sus sacrificios, los profetas la proclaman con su
mensaje y los salmistas la cantan con sus Salmos. Ese mensaje de redencioé n que la Biblia proclama, es
anunciado en el Antiguo Testamento por medio de las profecíéas y los tipos y en el Nuevo Testamento por
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el relato del cumplimiento de esas profecíéas y tipos de la persona de Nuestro Senñ or Jesucristo; es narrado
en los Evangelios, predicado en los Hechos, explicado y analizado en las Epíéstolas y consumado en
Apocalipsis.

CRISTO EN LA BIBLIA

Para que Ud. Pueda tener una idea maé s clara en cuanto al lugar que Cristo ocupa en cada libro de la Biblia,
le damos a continuacioé n la lista respectiva.

La educación del hombre no está completa si no conoce la Biblia. Ningún creyente


puede vivir una vida llena y efectiva sin un conocimiento sólido de la Biblia.

El mismo Senñ or Jesué s, usoé la Biblia (el A.T.) para hablarles a sus discíépulos quien era El verdaderamente,
despueé s de su resurreccioé n.

«Comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas,


les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían» Lucas. 24:27

Siguiendo nosotros este ejemplo, encontramos en la biblia que ella dice que Jesué s es:

 EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

 Geé nesis: Cristo, el Creador y la Simiente de la mujer: 1:1; 3:15.


(Jn. 1:1-3; Col. 1:16; Gaé . 4:4).
 EÉ xodo: El Cordero de Dios, inmolado a favor de los pecadores: cap. 12
(Jn. 1:29,36).
 Levíético: Cristo, nuestro Sumo Sacerdote: el libro entero.
 Nué meros: La Estrella de Jacob: 24:17 (Ap. 22:16).
 Deuteronomio: Profeta semejante a Moisés: 18:15, 18. (Jn.6:14; 7:40; Hch. 3:22-23; 7:37).
 Josueé : El Príncipe del ejército de Jehová: 5:13-15.
 Jueces: El Mensajero de Jehová: 6:11-24.
 Rut: El Pariente Redentor: cap. 3.
 1º y 2º de Samuel: El Rey menospreciado y rechazado: 1º Sam. 16 al 19.
 1º y 2º de Reyes: El Rey que reina
 1º y 2º de Croé nicas: El Señor del cielo y de la tierra: la historia entera.
 Esdras: El Cumplidor y Predicador de la Ley: 7:10 (Mt. 5:17-18; Lc. 24:44-45) .
 Nehemíéas: El Intercesor y Edificador: 1:11; 2:20. (Ro. 8:34; He.7:25; Lc. 24: Mt. 16:18).
 Job: El Redentor resucitado y esperado: 19:25-27.
 Salmo 1: El Hombre Bienaventurado.
 Salmo 2: El Hijo de Dios
 Salmo 8: El Hijo del Hombre.
 Salmo 22: El Cristo de la Cruz.
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 Salmo 23: El Pastor Divino.
 Salmo 24: El Rey Triunfante.
 Salmo 72: El Rey Gobernante.
 Salmo 150: El Director de las alabanzas.
 Proverbios: La Sabiduría personificada: cap. 8.
 Eclesiasteé s: El Sabio olvidado: 9:13-16.
 Cantar de los Cantares: El Amado de mi alma: 2:16.
 Isaíéas: El Siervo Sufriente y nuestro Sustituto: 52:13 al 53:12.
 Jeremíéas: el Renuevo justo de David: 23:5-6.
 Lamentaciones: el Varón de dolores: 1:12-18.
 Ezequiel: el Hombre glorificado en el trono: 1:26.
 Daniel: la Piedra que llena toda la tierra: 2:34-35, 44-45.
 Oseas: el Hijo mayor de David: 3:5 (Sal. 39:27).
 Joel: el Señor de toda bondad: 2:18-19.
 Amoé s: el Ejecutor de todo juicio: 1:2; 7:4 (Jn. 5:22; Hch. 17:31).
 Abdíéas: el Rey y Salvador del monte de Sion: 17, 21.
 Jonaé s: el Salvador sepultado y resucitado: cap. 2.
 Miqueas: el Señor de la eternidad: 5:2.
 Nahué m: la Fortaleza en el día de la angustia: 1:7.
 Habacuc: Ancla del justificado por la fe: 2:4; 3:18.
 Sofoníéas: el Juez y Purificador en medio de Israel: 3:5, 15.
 Hageo: el Deseado de todas naciones: 2:7.
 Zacaríéas: el Renuevo y Pastor herido: 3:8; 13:7.
 Malaquíéas: el Sol de justicia: 4:2.

 EN EL NUEVO TESTAMENTO
 Mateo: El Rey de los judíos: 2:2; 27:11.
 Marcos: El Siervo de Jehová: el libro entero.
 Lucas: El perfecto Hijo del Hombre: 3:23-38; 4:1-14.
 Juan: El Hijo de Dios: 1:1, 34.
 Hechos de los Apoé stoles: El Señor ascendido al cielo y dador del Espíritu Santo: 1:9-11.
 Romanos: Nuestra Justicia y Evangelio : 3:21-26. ; 1:16
 1ª Corintios: Primicias de la resurrección: 15:20.
 2ª Corintios: Hecho pecado por nosotros: 5:21.
 Gaé latas: El fin de la Ley: 3:10-11, 13-14, 23-26.
 Efesios: Nuestra Armadura: 6:11-18.
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 Filipenses: Nuestra Suficiencia y Fortaleza: 4:13, 19.
 Colosenses: El Ser preeminente: 1:17-19.
 1ª Tesalonicenses: El Señor venidero: 4:13-18.
 2ª Tesalonicenses: El esperado Juez del mundo: 1:6-10.
 1ª Timoteo: El único Mediador entre Dios y los hombres: 2:5.
 2ª Timoteo: El Galardonador de los fieles: 4:8.
 Tito: Nuestro gran Dios y Salvador: 2:13.
 Filemoé n: Compañero del Padre: 10-19.
 Hebreos: Cumplidor de los tipos: 10:1-14; 12:2.
 Santiago: El Señor de los ejércitos: 5:4.
 1ª Pedro: Tema de las profecías del Antiguo Testamento: 1:10-12.
 2ª Pedro: Señor de larga paciencia: 3:3-4, 8-9.
 1ª Juan: El Verbo de vida: 1:1.
 2ª Juan: Objeto de las contradicciones del Anticristo: 7.
 3ª Juan: La Verdad personificada: 3-4.
 Judas: Seguridad del creyente en Él: 24-25.
 Apocalips: Rey de reyes y Señor de señores: 19:11-16.

Se puede ver claramente que la Biblia es un libro Cristoceé ntrico. Cristo es su plenitud, su centro,
su intereé s, y su finalidad.

LA BIBLIA EN SU TOTALIDAD
 La Biblia es la revelacioé n escrita de la voluntad de Dios para el hombre. (II Tim. 3:16-17; II Pe.
1:21)
 El tema central de la Biblia es Jesucristo. I Tim. 3:16.
 La Biblia contiene 66 libros, escritos por 40 autores, abarcando aproximadamente 1600 anñ os.
 La mayoríéa del Antiguo Testamento fue escrito en hebreo (unos cuantos pasajes cortos en
arameo). El Nuevo Testamento fue escrito en griego. Nuestra Biblia es una traduccioé n de estos
idiomas.
 La palabra “testamento” quiere decir “pacto” o acuerdo. El Antiguo Testamento es el pacto que hizo
Dios con el hombre acerca de su relacioé n antes de que Cristo viniera. El Nuevo Testamento es el
acuerdo que Dios hizo con el hombre acerca de su relacioé n con el Padre despueé s de que Cristo
vino.
 En el Antiguo tenemos el pacto de la ley. En el Nuevo, el pacto de gracia a traveé s de Jesucristo.
(Gaé l. 3:19-25, Gaé l. 3:13-14)
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 COMO SE DISTINGUE LA BIBLIA DE TODOS LOS OTROS LIBROS

1. LA BIBLIA SE DISTINGUE DE TODOS LOS DEMAS LIBROS POR SU PROFUNDIDAD.

Este libro es insondable e inagotable. (Sal.36:6). En un solo versíéculo aparentemente sencillo puede haber
volué menes de sentido. Tenemos por ejemplo a Juan 3:16, I Juan 4:8 y Sal. 23:1. Estos versíéculos han dado
origen a una extensa literatura espiritual que ha sido de bendicioé n para el mundo entero. No hay cita de
libro alguno que pudiera servir de fundamento para tanta literatura como estos versíéculos de la Palabra
de Dios.

2. LA BIBLIA SE DISTINGUE DE TODOS LOS DEMAS LIBROS POR SU POTENCIA.

¿En cuaé les aspectos se manifiesta esa potencia del Santo Libro? Veamos:

A. En su potencia salvadora - la sola lectura de este libro regenera a los pecadores y los conduce del
pecado a la santidad y de la degradacioé n al honor. Ningué n otro libro de caraé cter profano o religioso tiene
en síé el poder regenerador o salvador de la Biblia. Esto ha demostrado la experiencia en todos los campos
misioneros.

B. En su potencia consoladora. ¿Cuaé l libro puede como este sostener el corazoé n humano en medio de la
prueba, confortarlo en medio de la enfermedad, tranquilizarlo ante la peé rdida irreparable de seres
queridos? ¡Cuaé nto consuelo han llevado a corazones entristecidos los primeros versíéculos de Juan 14!

C. En su potencia alegradora - Sal. 19:8-10. El gozo que imparte en el corazoé n la lectura de las Sagradas
Escrituras es un gozo profundo y duradero.

D. En su potencia iluminadora - Sal. 119:104, Prov. 1:7, II Tim. 3:15. La lectura de la Biblia ilumina la
mente, despierta las facultades y hace sabio al hombre. A tal punto se cumple esta verdad que muchas
personas han aprendido a leer en la Biblia y despueé s de algué n tiempo causa admiracioé n ver a estas
personas, sin ninguna preparacioé n acadeé mica y con soé lo la iluminacioé n de la Palabra de Dios, como se
expresan y con que sabiduríéa hablan de las verdades divinas.

3. LA BIBLIA SE DISTINGUE DE TODOS LOS DEMAS LIBROS POR SU ADAPTABILIDAD UNIVERSAL.

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Los otros libros se adaptan a cierta categoríéa o a cierta raza pero la Biblia se adapta universalmente a
todos los hombres: es el libro del ninñ o, del joven y del adulto; del ignorante, del mediocre y del sabio: de la
raza blanca, negra, amarilla y de todas las razas es el libro para todos los hombres. Es, ademaé s, el libro de
todas las edades, que nunca envejece, nunca pierde actualidad. Es el libro eterno.

4. LA BIBLIA SE DISTINGUE DE TODOS LOS DEMAS LIBROS POR SU AUTOR.

(II Ped. 1:21) Los demaé s libros son del hombre; este es el libro de Dios. Dios es el autor de un solo libro -
LA BIBLIA.

 EVIDENCIAS DE LA CREDIBILIDAD DE LA BIBLIA

 Evidencia Interna – Entendemos por evidencia interna a la unidad de la Biblia en su fondo y


en su forma.

A. La Unidad de su Mensaje.
Todos los autores, a pesar de haber escrito en distintas eé pocas y en distintos sitios, siguen una líénea de
pensamiento, presentan un solo tema y un solo propoé sito. Esto es algo maravilloso y soé lo tiene una
explicacioé n posible: hubo una mente superior a la de ellos que les conectase y que dirigioé a los escritores.

B. La Unidad en su Propoé sito Moral.


La Biblia es una historia de los seres humanos en relacioé n con Dios. La Biblia en todas sus partes, tanto en
la profecíéa como en la historia o la Salmodia. En todo persigue un fin y es el restablecimiento de las
relaciones entre los hombres y Dios. En toda ella se condena el pecado y se ensalza la pureza y la
santidad.

 II. Evidencia Externa - Aquellos aspectos fuera de la biblia que atestiguan claramente la
veracidad de la misma.

A. La Profecíéa.
Uno de los argumentos maé s fuertes para probar el origen divino de la Biblia y para demostrar que es un
libro digno de ser creíédo y digno de confianza es la profecíéa cumplida. Es interesante ver por ejemplo las
profecíéas acerca de Cristo en el Antiguü o Testamento y constan su fiel cumplimiento en el Nuevo. Hay
muchas profecíéas que aué n no se han cumplido pero el hecho de que algunas se han cumplido nos hace
creer que las demaé s se cumpliraé n. Recordemos que la Biblia es un libro principalmente profeé tico y que
eé sto le hace ser un libro distinto a los demaé s.

B. La Preservacioé n de la Biblia.
Ya hemos dicho que la Biblia ha sido atacada como ningué n otro libro. A pesar de eso no ha podido ser
destruíéda, antes cada díéa se traduce a nuevos idiomas y las prensas siguen sacando miles y miles de
ejemplares para satisfacer la demanda cada vez maé s creciente. Eso en síé es un milagro y nos senñ ala que la
Biblia es un libro de origen divino digno de ser creíédo y obedecido.

 III. Evidencia Espiritual - El cambio operado en los hombres que estudian la Biblia. Los
casos abundan en cualquier sitio donde se haya predicado el Evangelio y haya sido recibido.
Los hombres que han venido en contacto con las ensenñ anzas de la Biblia han empezado
inmediatamente un proceso de superacioé n moral. Los resultados son visibles basaé ndonos
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en que los cambios operados por la Palabra son un proceso y no un suceso. Y es maravilloso
el efecto de las doctrinas de este Santo Libro. ¿Cuaé l otro libro ejerce la misma influencia en
el hombre que lee? Ninguno... la Biblia no es un libro, ES EL LIBRO.

 IV. Evidencia Literaria - La seriedad y honorabilidad de los hombres, que como


instrumentos de Dios, escribieron las paé ginas de la Escritura.

Un estudio detallado de los autores de la Escritura revelaraé que fueron hombres de Dios que bajo ningué n
concepto quisieron enganñ ar sino por el contrario, hablaron siendo inspirados milagrosamente para ello.
La autoridad y fe de un documento histoé rico cualquiera depende de su autenticidad, su integridad y su
veracidad. Es auteé ntico si realmente pertenece al autor; íéntegro si ha llegado hasta nosotros como salioé de
las manos del autor; sin cambios substanciales y veraé z si el autor conocioé al autor de los hechos y los
refiere con toda sinceridad. Los libros de la Biblia reué nen estos tres requisitos, luego su valor histoé rico es
innegable y es un libro digno de ser creíédo, amado y obedecido.

LEYES DE INTERPRETACION DE LAS ESCRITURAS

Cualquier libro escrito tiene palabras, ideas u oraciones que necesitan explicacioé n. ¡Cuaé nto maé s la Biblia!
Es un libro escrito con temas que abarcan el cielo y la tierra, el tiempo y la eternidad, lo visible y lo
invisible, lo material y lo espiritual; un libro que fue escrito por personas de varias naturalezas y en
eé pocas remotas, en paíéses distantes entre síé y en medio de gentes de costumbres diferentes y maé s que
eso, en un idioma que no es el nuestro. Es cierto que todos los hombres tienen derecho de leer e
interpretar las Sagradas Escrituras, pero no caprichosamente; lo que ha traíédo por consecuencia tantos
errores y tantas herejíéas, sino cinñ endose a las leyes de interpretacioé n. El estudio de las leyes de
interpretacioé n de las Escrituras se le llama Hermenéutica. En seguida se encuentran algunas leyes de
interpretacioé n.

1. La misma Biblia es el mejor inteé rprete de la Biblia.

Esta es la regla fundamental, el principio baé sico para entender o interpretar la Palabra de Dios. Sin peligro
de poder anñ adir o quitar lo que sabemos que es condenado por el mismo libro. (Apoc. 22:18-19) Un
pasaje aclara otro, o da la interpretacioé n correcta. Es Dios mismo interpretando SU PALABRA. Por lo
tanto, esta interpretacioé n debe ser preferida y respetada por encima de todas las que el hombre quiere
formular. Ninguna persona estaé tan autorizada para interpretar su documento como su propio autor; por
lo cual Dios, que es el autor de la Biblia, es el mejor que puede explicarla. (Sal. 22:18 y Mat. 27:35, Juan
16:16 y 16:19).

2.Un pasaje debe entenderse literalmente, a menos que el contexto o las condiciones del caso hagan que
tal interpretacioé n sea imposible o poco probable.

En la Biblia, como en cualquier libro, hay dos maneras de expresioé n: literal o figurada. Es literal la
expresioé n: literal o figurada. Es literal la expresioé n donde las palabras se usan en un sentido o significado
recto y absoluto. Ejemplo: "y lloroé Jesué s", "ycerca de la cuarta vigilia de la noche, vino a ellos andando
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sobre el mar". Ahíé no hay nada que interpretar. Cuando dice que "lloroé ", significa que lloroé como lo hacen
todas las personas y cuando dice que "andaba sobre las aguas:, quiere decir que andaba sobre ellas como
anda uno de nosotros sobre la tierra. Es lenguaje figurado aquel en el cual las palabras no conservan su
propio significado. Por ejemplo: "Toda carne habíéa corrompido su camino sobre la tierra". Las palabras
"carne" y "camino" estaé n usadas en sentido figurado; "carne" estaé usada en lugar de "persona" y "camino"
en sentido de "costumbre, modo de proceder o religioé n". El versíéculo quiere decir: Toda persona habíéa
corrumpido sus costumbres, modo de proceder a su religioé n. En muchas ocasiones se ha abusadoa de
esto y se ha creíédo que todo es figurado. Algunas al interpretar el Sal. 8:7-8 en forma figurado han dicho
que los bueyes y las ovejas allíé mencionadas se refieren a los creyentes y las aves y los peces se refieren a
los inconversos; formulando de esto la doctrina de que todos los hombres, quieren o no, estan en las
manos del Senñ or. Todo el error se debe a que el pasaje no es figurado sino literal. Por lo tanto se establece
esta ley de interpretar la Biblia literalmente hasta donde las circunstancias lo permitan. Hay pasajes que
al solo verlos se sabe si son literales o figurados. En otros casos debemos estudiar el contexto y los
pasajes paralelos para saber como hemos de tomas las palabras para una recta interpretacioé n.

3. Entre dos interpretaciones igualmente posibles debe escogerse la maé s natural y evidente.

Esto no merece discutirse. Hay pasajes que cuando se estudian a fondo, ofrecen dos o tres posibles
soluciones. Entre ellas el inteé rprete de la Biblia debe escoger la maé s natural y la maé s evidente, tratando en
todo de conocer el propoé sito del Espíéritu Santo al hablar en tal o cual forma.

4. Claves para la interpretacioé n correcta de una palabra o frase obscura.

Tanto en la Biblia, como en cualquier otro libro, hay palabras y frases cuyo significado varíéa mucho, segué n
el sentido de la oracioé n o argumento en que se emplean. Para determinar cual es el pensamiento que se
propone expresar el autor se necesita, en estos casos, un cuidadoso estudio.

A. Si se trata de una palabra cuyo significado no es claro, debe tomarse en consideracioé n la frase en que
aparece; si es una frase dudosa, debe tomarse en cuenta la oracioé n completa. Pudieé ramos decir que eé ste
es el primer tribunal donde se juzga la palabra o frase dudosa para encontrar su recta interpretacioé n. Por
ejemplo: La palabra FE, ordinariamente significa confianza, pero tiene tambieé n otras acepciones. Leemos
de Pablo, por ejemplo: "Ahora anuncio la fe que en otros tiempos destruíéa". Del conjutno de esta frase
vemos claramente que la fe aquíé significa creencia o sea, la doctrina del Evangelio. Al decir los judíéos: "Su
sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos" usaron la palabra sangre en sentido de la culpa y sus
consecuencias por haber dado muerte al inocente Hijo de Dios.

B. En muchos casos la frase o la oracioé n no dan la luz suficiente para interpretar correctamente, entonces
se apela al contexto o sea a la porcioé n que estaé antes y despueé s del texto incluyendo asíé todos los
versíéculos que tengan que ver con el texto. Por ejemplo: Al decir Pablo, "Podeé is entender cual sea mi
inteligencia en el misterio de Cristo: quedamos un poco dudosos en relacioé n con la palabra misterio. Pero
leyendo los versíéculos que estaé n antes y despueé s de eé ste nos damos cuenta que la palabra misterio aquíé
empleada se aplica a la participacioé n de los gentiles en los beneficios del Evangelio.

C. Cuando los recursos anteriores fallan para poder interpretar correctamente una palabra o frase,
debemos de tratar de explicarla a la luz del objeto y designio donde se encuentra. El propoé sito del libro se
entiende leyendo el libro. En algunos casos el mismo libro dice claramente cual es su propoé sito. Por
ejemplo: El propoé sito de toda la Biblia se encuentra en Rom. 15:4 y II Tim. 3:16-17; el propoé sito de los
Evangleios estaé claro en Juan 20:31 y el de la segunda Epíéstola de San Pedro en II Ped. 3:2. Otro ejemplo:
Las epíéstolas de Pablo parecen estar en contradiccioé n con la de Santiago porque una dice lo contrario de
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las otras. Pablo afirma que el hombre se justifica por la fe solamente, sin necesidad de las obras, (Rom.
2:23), mientras que Santiago afirma que si alguno tiene fe y no tiene obras, su fe es muerta. (Sant. 2:14,
17,20). La presente contradiccioé n que hay aquíé desaparece cuando se toman en consideracioé n los
designios de ambos libros. Pablo escribe para refutar el error de los que confiaban en las obras de la ley
Mosaica para su justificacioé n delante de Dios y hace bien claro que el hombre delante de Dios se justifica
solamente por fe; mientras que Santiago no estaé hablando de la justificacioé n delante de Dios sino delante
de los hombres. Como los hombres no pueden ver la fe, tenemos que mostraé rsela por medio de buenas
obras, que son el fruto de la justificacioé n que hemos alcanzado delante de Dios. Sobre todo en las epíéstolas
es muy necesario conocer el propoé sito inicial con que fueron escritas para una recta y faé cil interpretacioé n
de ellas.

D. La ué ltima cosa que debemos tomar en consideracioé n para la recta interpretacioé n es que la Biblia es un
soé lo libro inspirado por una sola mente, por cuya razoé n sus ensenñ anzas tienen que armonizar sin
contradicciones. Por eso, no se puede formular una doctrina basada en un versíéculo independientemente
de los demaé s que hablan sobre el mismo asunto. El que quiere conocer las ensenñ anzas de las Escrituras,
libre de prejuicios y de previas interpretaciones, ha de comparar los pasajes que hablan sobre el asunto y
entonces, a la luz de todos ellos formular la sana interpretacioé n. Este es lo que se llama "analogíéa de la
Fe.".

5. Figuras Retoé ricas

Hemos establecido ya la regla de que un pasaje debe ser interpretado literalmente a menos que por
medio del contexto estemos seguros de que se trata de lenguaje figurado. El lenguaje figurado consta de
formas poeé ticas o figuras retoé ricas de algunas de las cuales vamos a ocuparnos a continuacioé n.

A. Metaé fota - Alguien ha dicho que metaé fora es una comparacioé n implicada. O, como dice otro autor, es
"una relacioé n de semejanza". En el discurso del Senñ or, en Juan 15:5, tenemos un claro ejemplo cuando
dice, "Yo soy la vid, vosotros los paé mpanos". La comparacioé n clara seríéa: "Yo soy como la vid, vosotros
como los paé mpanos", o para tener la misma fuerza de la semejanza: "Yo soy para vosotros como la vid es
para los paé mpanos". Otros ejemplo son: "Yo soy la Puerta", "Yo soy la luz" etc.

B. Síémil - Esta figura distingue de la metaé fora en que la comparacioé n se establece claramente por el
adverbio "como", por la expresioé n semejante a, o cualquiera otra frase adverbial de comparacioé n. Cuando
el Senñ or pronuncia Su profecíéa contra Jerusaleé n usa esta figura: "Jerusalem, Jerusalem, cuaé ntas veces
quise juntar tus hijos como la gallina junta sus pollos debajo de sus alas". (Mat. 23:37).

Otros ejemplos: "Como el relaé mpago, que sale del Oriente", (Luc. 17:24). "El reino de los cielos es
semejante a la levadura", (Mat. 13:33).

C. Sineé cdoque - Hacese uso de esta figura donde la parte se toma por el todo o el todo por la parte. Por
ejemplo: El salmista pone la parte por el todo al decir: "Mi carne reposaraé segura", queriendo decir: mi
ser, mi todo, reposaraé seguro. Cuando Pablo exhorta que presentemos nuestros cuerpos en sacrificio vivo,
santo, estaé tomando la parte por el todo, queriendo decir que debemos presentar toda nuestra vida y
nuestro ser entero en sacrificio vivo.

D. Metonimia - Cuando se emplea la causa por el efecto o el síémbolo por la realidad. Por ejemplo: Cuando
Abraham dice al rico: "A Moiseé s y a los profetas tienen", se refiere a los libros de Moiseé s y de los profetas
usando a Moiseé s, que es la causa, por sus libros que son el efecto. Cuando Juan dice: "La sangre de

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Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado", estaé tomando el síémbolo por la realidad queriendo decir:
La muerte expiatoria es la ué nica cosa eficaz para satisfacer por el pecado y para limpiar al hombre mismo.

E. Hipeé rbole - Cuando una cosa es presentada mucho maé s grande o maé s pequenñ a de lo que realmente es
apra presentarla maé s viva a la imaginacioé n, entonces, se ha usado la hipeé rbole. Tal fue el lenguaje que
usaron los espíéas a su regreso de la tierra prometida: "Vimos allíé gigantes - y eramos nosotros a nuestro
parecer, como langostas...las ciudades son grandes y amuralladas hasta el cielo". Ese lenguaje es el que
usamos nosotros en la conversacioé n diaria al decir, por ejemplo: "Te lo he dicho mil vece," o "Ya todo el
mundo lo sabe"; expresiones en las que se aumenta la cantidad para dar fuerza a la expresioé n. Tambieé n se
dice: "Espeé rame un segundo", queriendo decir un rato. Aquíé se habla de la cosa disminuyendo su valor
con el mismo propoé sito.

F. Alegoríéa - Esta consta de varias metaé foras unidas, representando cada una de ellas realidades
correspondientes. Por ejemplo: Jesué s hace una expresioé n alegoé rica al decir: "Yo soy el pan vivo que ha
descendido del cielo". Si alguno comiere de este pan viviraé para siempre y el pan que yo dareé es mi carne.
El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna... La expresioé n de esta alegoríéa que empieza en
Juan 6:50 y termina en el versíéculo 65 tiene su explicacioé n en el mismo pasaje y especialmente en los
versíéculos 47, 63-65 y 68.

G. Faé bula - Es una figura retoé rica en la cual se presenta un hecho mediante la personificacioé n de animales
o cosas. Por ejemplo: En II Reyes 14:9, dice: "El cardillo que estaé en el Líébano envioé a decir al cedro que
estaé en el Líébano: da tu hija por mujer a mi hijo." Aquíé aparecen hablando estos dos aé rboles tomando el
sitio o representando a los dos reyes de Israel y Judaé . Otra faé bula nos presenta Jotham en Jueces 9:8-15
relatando como los aé rboles eligieron al escaramjo por rey sobre todos; con cuya faé bula hace comprender
a los que habíéan elegido por rey a Abimelec las consecuencias funestas que les vendríéan.

H. Paraé bola - Es una historia o relato terrenal con un significado celestial o espiritual. Este fue un meé todo
favorito usado por el Senñ or para presentar las grandes verdades del Evangelio. En algunos casos en el
mismo pasaje estaé explicada la paraé bola. Para interpretar una paraé bola debe buscarse el objeto o el
incidente que la motivoé , esto puede ser la clave para entenderla. Al hacerse la interpretacioé n deben
tomarse en cuenta los rasgos principales solamente, pues, los rasgos de menos importancia son adornos
para completar el cuadro.

I. Hebraíésmos - Se entiende por hebraíésmos aquellas caracteríésticas peculiares del idioma hebreo en que
fue escrito el Antiguü o Testamento.

1. Era la costumbre de los hebreos llamar a la persona hijo de la cosa que maé s le caracterizaba, de modo
que al pacíéfico y bien dispuesto se le llamaba Hijo de Paz al iluminado o entendido, Hijo de Luz; a los
desobedientes, Hijos de Desobediencia.

2. Las palabras "amar" y "aborrecer" se usaban para expresar preferencia de una cosa a otra, por ejemplo:
"A Jacob ameé , mas a Esaué aborrecíé" debe entenderse: "Preferíé a Jacob en lugar de Esaué ".

3. Con frecuencia usaban los judíéos el nombre de los padres para designar a los descendientes. Decíéan:
"Maldito sea Canaaé n", por decir, "Malditos sean los descendientes de Canaaé n".

4. La palabra hijo se usaba como en otros idiomas, para designar un descendiente maé s o menos remoto.
Asíé es que los sacerdotes, por ejemplo, se llamaban Hijos de Levíé.

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DISPOSICIONES NECESARIAS PARA EL ESTUDIO PROVECHOSO DE LAS ESCRITURAS

Ya hemos estudiado que la Biblia es la revelacioé n de Dios. Por ella podemos conocer Su caraé cter y saber
como adorarle en una forma correcta y agradable ante Sus ojos. Es el privilegio de toda persona que lea la
Biblia. Pero nos damos cuenta que muchos la leen y no sacan el verdadero provecho de ella. La razoé n es
que no leen el Santo libro con el verdadero espíéritu con que debe leerse. Estudiemos a continuacioé n
algunas disposiciones necesarias para el estudio provechoso de las Escrituras.

1. SE NECESITA UN ESPIRITU RESPETUOSO.

Por ejemplo, un hijo irreverente, ligero y fríévoro, ¿queé caso haraé de los consejos, avisos y palabras de su
padre? La Biblia es la revelacioé n omnipotente. Es el milagro permanente de la soberana gracia de Dios. Es
el coé digo divino sellado con la sangre de Cristo. Ante tal maravilla, el hombre irreverente se hallaraé como
el ciego ante los majestuosos Alpes de Suiza, o peor aué n, como el insensato que echa lodo sobre el
monumento artíéstico, al que todo el mundo admira. He aquíé el Espíéritu, a la vez reverente y humilde con
que contemplaban la Palabra de Dios, los cristianos del primer siglo. "Damos gracias a Dios sin cesar de
que habiendo recibido la palabra de Dios que oíésteis de nosotros recibíésteis no palabra de hombre, sino,
segué n es en verdad, la palabra de Dios." (I Tes. 2:13) Ahora, fíéjese lo que dice Dios: "A aquel mirareé que es
pobre y humilde de espíéritu y que tiembla a mi palabra." (Isa. 66:2) Estudie la Biblia con este sentimiento
de humildad y reverencia y descubriraé , como el Salmista, "las maravillas de su ley."

2. LA BIBLIA DEBE ESTUDIARSE CON ORACION.

En nuestra oracioé n debemos pedir la asistencia del Espíéritu Santo para poder comprender las lecciones
que Dios ha querido ensenñ ar por medio de Su Palabra. La oracioé n del salmista debe ser nuestra oracioé n:
"Abre mis ojos y mirareé las maravillas de tu ley". (Sal 119:18) El Espíéritu Santo debe ser nuestro maestro
(Juan 14:26, 16:13). La oracioé n, ademaé s prepara nuestro Espíéritu para poder oir con claridad la voz de
Dios por medio de Su Santa Palabra. Hemos de encontrar pasajes difíéciles de interpretar, pero, por medio
de la oracioé n podemos pedir sabiduríéa del Senñ or, segué n El nos lo ha prometido para obtener la
interpretacioé n correcta. (Sant. 1:5)

3. SE NECESITA UN ESPIRITU DOCIL PAR AEL ESTUDIO DE LA BIBLIA PROVECHOSO.

Pues, ¿queé se aprenderaé en cualquier estudio si falta la docilidad para disponer nuestra manera de pensar
y aceptar lo que es correcto? Cuando se carece de esta docilidad pasaraé lo que dice Pablo del "hombre
animal": "El hombre animal no percibe las cosas que son del Espíéritu de Dios, porque le son locura y no
las puede entender, porque se han de examinar espiritualmente." Sacrifíéquese, pues, las preocupaciones,
las opiniones preconcebidas e ideas favoritas y empreé ndese el estudio en el espíéritu doé cil del verdadero
discíépulo para ganar a Cristo. (Fil. 3:8) Debe tenerse siempre en cuanta que la obscuridad y aparente
contradiccioé n que se pudiera encontrar no reside en el maestro, ni en su infalible libro de texto, sino en el
corto alcance del discíépulo. (II Cor. 4:4). Pero el discíépulo humilde y doé cil que, abandonando a este
maestro que ciega los entendimientos adopta a Cristo por su maestro, veraé y entenderaé la verdad, porque
Dios promete "encaminar a los humiodes por el juicio y ensenñ araé los mansos su carrera". (I Cor. 2:14, II
Cor. 4:3-4, Sal. 52:9)

4. ES PRECISO SER AMANTE DE LA VERDAD.

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¿Quieé n se cuidaraé de buscar con afaé n y recoger lo que no aprecia o estima? Es de necesidad imperiosa
para el estudio de la Sagrada Escritura poseer un corazoé n amante de la verdad. Y teé ngase presente que el
hombre no posee por naturaleza tal corazoé n, sino al contrario, un corazoé n que huye de la verdad
espiritual y abraza con preferencia el error. "La luz vino al mundo pero los hombres amaron maé s las
tinieblas que la luz". Dice aué n maé s, que la "aborrecieron" y en su creciente ceguedad pasaron del
aborrecimiento a la persecucioé n y de la persecucioé n a la crucifixioé n del Maestro. Al que estudia la Biblia
con el supremo deseo de encontrar en ella la verdad, "el Padre de Gloria daraé espíéritu de sabiduríéa y de
revelacioé n" para su conocimiento. (I Ped. 2:1-2, Ef. 1:17, Juan 3:19-20, Sal. 25:14, Juan 7:17)

5. DEBE SER PACIENTE EN EL ESTUDIO.

¿Queé adelanto haraé una persona impaciente e inconstante en cualquier trabajo que emprenda? Para el
estudio provechoso de la Biblia se necesita esta virtud. Al decir Jesué s: "Escudrinñ ad las Escrituras" (Juan
5:39) se vale de una palabra que denota el trabajo del minero que cava y revuelve la tierra buscando con
diligencia el preciso mineral. Las Escrituras, necesariamente eben ser ricas en contenido e inagotables,
como las entranñ as de la tierra. Y por lo mismo, sin duda, Dios ha dispuesto que en algunas partes fuesen
profundas y de difíécil penetracioé n. Por otra parte, el fruto de la paciencia es deleitoso y cuanto maé s
paciencia se ha empleado para encontrar un tesoro, tanto maé s se aprecia y tanto maé s felicidad produce.
En el estudio de las Escrituras debemos manifestar esa "nobleza" que manifestaron los cristianos de
Berea de quienes nos dice la Biblia que "fueron maé s nobles que los que estaban en Tesaloé nica, pues,
recibieron la palabra con toda solicitud, escudrinñ ando cada díéa las Escrituras". El estudio paciente de las
Escrituras nos haraé exclamar como el salmista: "!Cuaé n dulces son a mi paladar tus palabras! Maé s que la
miel a mi boca." (Hech. 17:11, Sal. 119:103)

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