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Impacto de la contaminación

ambiental en el Perú
BY UPN · PUBLISHED 19 ABRIL, 2016 · UPDATED 30 NOVIEMBRE, 2016

El impacto y consecuencias de la contaminación ambiental alcanzan cifras


alarmantes en el Perú. Tú podrías ser parte del cambio.
La contaminación ambiental del aire por PM10 (combustible, quema de
basura, etc.) produce enfermedades que causan la muerte de más de
1,000 personas al año en el Perú, según el Consorcio de Investigación
Económica y Social (CIES). Ahora, en el verano 2016, solo dos o tres de
cada diez playas en Lima son saludables, siendo el resto no aptas para
ningún bañista.

La contaminación ambiental en el Perú está alcanzando cifras


alarmantes. Los problemas aumentan tras el continuo incremento de la
población, su concentración en grandes centros urbanos y las
actividades ilegales, como la minería ilegal, la quema de basura y la falta
de regulación del smog en los automóviles chatarra.

Consecuencias e impacto
Existen distintos tipos de contaminación ambiental, desde la
contaminación sonora, del aire, del agua, suelo, etc. El impacto y las
consecuencias dependen del tipo y del grado de contaminación. Por
ejemplo, ingresar a playas no saludables produce enfermedades
gastrointestinales, problemas de la piel o hasta conjuntivitis.

Principalmente en las ciudades, la contaminación sonora produce


regulares niveles de estrés en el ciudadano de a pie y la contaminación
del aire produce más de 1,000 muertes al año por enfermedades
respiratorias.

En el interior del país, la minería ilegal contamina y deteriora el suelo, lo


que impacta directamente a las actividades económicas-productoras de
muchas comunidades, perjudicando su salud y sus ingresos. Además, al
año se pierden en el Perú alrededor de 80 a 140 mil hectáreas de
bosques por la deforestación, de acuerdo con el Instituto Nacional de
Estadísticas e Informática (INEI).

El impacto de la contaminación en el país genera problemas particulares,


desde estrés, fatiga, desmayos y hasta el cáncer; o problemas a nivel
macro, desde el deterioro de bosques y cultivos hasta delincuencia
dentro de la minería ilegal.

Si tu sueño es aportar soluciones para que más y mejores proyectos de


inversión se desarrollen sin dañar los recursos naturales ni perjudicar el
ecosistema, además de minimizar la contaminación del suelo, agua y
aire, conoce más sobre la carrera de Ingeniería Ambiental en nuestro
programa Working Adult en UPN, especialmente diseñado para adultos
que trabajan.

Las consecuencias de la contaminación


ambiental: 1,7 millones de defunciones
infantiles anuales, según la OMS
6 de marzo de, 2017 | Ginebra - De acuerdo con dos nuevos informes de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), más de una cuarta parte de las defunciones
de niños menores de cinco años son consecuencia de la contaminación ambiental.
Cada año, las condiciones insalubres del entorno, tales como la contaminación del
aire en espacios cerrados y en el exterior, la exposición al humo de tabaco ajeno, la
insalubridad del agua, la falta de saneamiento y la higiene inadecuada, causan la
muerte de 1,7 millones de niños menores de cinco años.

En el primer informe, titulado La herencia de un mundo sostenible: Atlas sobre Salud


Infantil y Medio Ambiente, se indica que una gran parte de las enfermedades que se
encuentran entre las principales causas de muerte de los niños de un mes a 5 años —
como las enfermedades diarreicas, el paludismo y las neumonías— pueden
prevenirse mediante intervenciones que reducen los riesgos ambientales, tales como
el acceso al agua potable y el uso de combustibles menos contaminantes para
cocinar.

La Dra. Margaret Chan, Directora General de la OMS, señala que “la insalubridad del
medio ambiente puede ser letal, especialmente para los niños pequeños, que son
especialmente vulnerables a la contaminación del aire y el agua debido a que sus
órganos y su sistema inmunitario se están desarrollando y a que todo su cuerpo, en
especial sus vías respiratorias, es más pequeño".

La exposición a sustancias peligrosas en el embarazo aumenta el riesgo de


prematuridad. Además, la contaminación del aire en espacios cerrados y en el exterior
y la exposición al humo de tabaco ajeno aumenta el riesgo que corren los bebés y
niños en edad preescolar de contraer neumonías en su infancia y enfermedades
respiratorias crónicas (por ejemplo, asma) durante toda la vida. La contaminación del
aire también puede aumentar el riesgo de sufrir cardiopatías, accidentes
cerebrovasculares y cáncer a lo largo del ciclo de vida.

Las cinco principales causas de muerte en los niños menores de cinco años
guardan relación con el medio ambiente

En el otro informe, titulado ¡No contamines mi futuro! El impacto de los factores


medioambientales en la salud infantil, se ofrece un panorama general de las
consecuencias de la contaminación del medio ambiente en la salud de los niños,
aportando datos que ilustran la magnitud del problema. Cada año:

 570 000 niños menores de cinco años fallecen como consecuencia de


infecciones respiratorias (entre ellas las neumonías) causadas por la
contaminación del aire en espacios cerrados y en el exterior y la exposición al
humo de tabaco ajeno.
 361 000 niños menores de cinco años fallecen a causa de enfermedades
diarreicas debidas al acceso insuficiente a agua salubre, saneamiento e
higiene.
 270 000 niños fallecen en el transcurso del primer mes posterior al parto por
diversas causas —entre ellas la prematuridad— que podrían prevenirse
proporcionando acceso a agua potable y a instalaciones de saneamiento e
higiene en los centros de salud, y reduciendo la contaminación del aire.
 200 000 defunciones por paludismo de niños menores de cinco años podrían
evitarse actuando sobre el medio ambiente, por ejemplo, reduciendo el número
de criaderos de mosquitos o cubriendo los depósitos de agua.
 200 000 niños menores de cinco años mueren a causa de lesiones o
traumatismos involuntarios relacionados con el medio ambiente, como
envenenamientos, caídas y ahogamientos.

Factores de riesgo ambientales actuales y emergentes para la salud infantil

La Dra. Maria Neira, Directora del Departamento de Salud Pública y Determinantes


Medioambientales y Sociales de la Salud de la OMS, señala que "la contaminación
del medio ambiente tiene un altísimo costo para la salud de nuestros hijos. Toda
inversión encaminada a eliminar los riesgos relacionados con el entorno, como la
mejora de la calidad del agua o el empleo de combustibles menos contaminantes,
reportará mejoras importantes para su salud".

Un ejemplo de riesgo emergente son los residuos eléctricos y electrónicos (por


ejemplo, los teléfonos móviles usados) que, al no ser reciclados adecuadamente,
exponen a los niños a toxinas que pueden afectar a sus aptitudes cognitivas y causar
déficits de atención, lesiones pulmonares y cáncer. Se ha estimado que, entre 2014 y
2018, los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos se incrementarán en un 19% y
alcanzarán los 50 millones de toneladas.

Debido al cambio climático, están aumentando las temperaturas y las concentraciones


de dióxido de carbono, factores que favorecen la producción de polen, que se ha
asociado a un incremento de las tasas de asma en los niños. Entre un 11% y un 14%
de los niños de cinco años presentan síntomas de asma, y se estima que el 44% de
esos síntomas guardan relación con la exposición a riesgos ambientales. La
contaminación del aire, la exposición al humo de tabaco ajeno, y el moho y la
humedad de los espacios interiores agravan el asma en los niños.

En los hogares que no tienen acceso a servicios básicos, como el agua potable y el
saneamiento, o en los que se respira el humo de combustibles contaminantes, como
el carbón o el estiércol utilizados para la cocina y la calefacción, los niños corren un
mayor riesgo de contraer enfermedades diarreicas y neumonías.

Los niños también están expuestos a productos químicos nocivos contenidos en los
alimentos, el agua, el aire y otros productos de su entorno. Los productos químicos,
como los fluoruros, los plaguicidas que contienen plomo y mercurio, los contaminantes
orgánicos persistentes y otras sustancias presentes en productos manufacturados
pueden acabar entrando en la cadena alimentaria. Asimismo, aunque la gasolina con
plomo se ha eliminado casi por completo en todos los países, muchas pinturas
contienen este metal y pueden afectar al desarrollo del cerebro.

Medidas para que los niños vivan en entornos saludables

La reducción de la contaminación atmosférica dentro y fuera de los hogares, el acceso


a agua potable, el saneamiento y la desinfección (en especial en los paritorios), la
protección de las embarazadas frente al humo de tabaco ajeno y las medidas de
higiene del entorno pueden prevenir muchas muertes y enfermedades infantiles.

Es necesario el trabajo conjunto de varios sectores gubernamentales, que pueden


trabajar juntos para aplicar las siguientes medidas:

 Hogares: usar combustibles no contaminantes para la cocina y la calefacción,


sin mohos ni plagas, y eliminar los materiales de construcción contaminantes y
las pinturas que contienen plomo.
 Escuelas: garantizar el saneamiento y la higiene, crear entornos sin ruido ni
contaminación y promover una buena nutrición.
 Centros de salud: garantizar el abastecimiento de agua potable, el
saneamiento, la higiene y el suministro eléctrico sin cortes.
 Urbanismo: crear más zonas verdes y espacios seguros para los peatones y
los ciclistas.
 Transporte: reducir las emisiones y ampliar el transporte público.
 Agricultura: reducir el uso de plaguicidas peligrosos y erradicar el trabajo
infantil.
 Industria: eliminar adecuadamente los residuos peligrosos y recortar el uso de
productos químicos nocivos.
 Sector de la salud: hacer un seguimiento de los resultados sanitarios y educar
a la población sobre los efectos de la salud ambiental y la importancia de la
prevención.

En el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los países están


trabajando para alcanzar una serie de metas que pueden orientar las intervenciones
en materia de higiene del entorno en que viven los niños y poner fin a las muertes
prevenibles de los recién nacidos y los niños menores de cinco años de aquí a 2030.
Además del SDG 3 («Garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos a
todas las edades»), el logro de otros ODS permitirá mejorar el acceso a agua salubre,
el saneamiento y la higiene; llevar a cabo la transición a energías no contaminantes
para mejorar la salubridad del aire, y revertir el cambio climático, unas metas que, sin
duda, tendrán efectos positivos en la salud de los niños.
PARTE UNO > CAPÍTULO 4

Parte uno | El progreso hacia el desarrollo sostenible >> Capítulo 4 | Sociedad y ambiente

4.1. Calidad ambiental de vida

4.1.1. Impactos de la degradación del ambiente y la contaminación en la salud


humana

· La contaminación ambiental tiene una incidencia importante en las EDA e IRA. Estas
enfermedades afectan con mayor preminencia, intensidad y vulnerabilidad a los niños
menores de 5 años. En términos de la evolución de estos indicadores, se observa una
mayor reducción en la incidencia de EDA en el ámbito nacional, algo menor para el
caso de IRA.

· Las variaciones y cambios que presenta el ambiente afectan a las condiciones de


vida de la población; a las diferentes actividades productivas, económicas y sociales.

· Las emergencias por fenómenos naturales se han incrementado entre el 2003 al


2013 en 54,6 %. Las heladas también se vieron incrementadas, y asociadas a vientos
fuertes y granizadas.

· El mayor número de vehículos y la antigüedad de la flota vehicular, especialmente


para transporte urbano de pasajeros, han incidido en una mayor contaminación de la
calidad del aire; sobre todo, en las principales ciudades del país.

La contaminación ambiental tiene una incidencia importante en las enfermedades


diarreicas agudas (EDA) y en las infecciones respiratorias agudas (IRA). Estas
enfermedades afectan en general a toda la población; pero con mayor preminencia,
intensidad y vulnerabilidad a los niños menores de 5 años.

En términos de la evolución de estos indicadores, se observa una mayor reducción en


la incidencia de EDA en el ámbito nacional, aunque menor para el caso de IRA.
Según los casos diagnosticados por los establecimientos de salud del Ministerio de
Salud (Minsa), hay una disminución porcentual de 50,2 % de los casos de EDA y de
28,6 % en las IRA para los menores de 5 años entre el 2003 y 2013. En tanto que,
para la población en general, la disminución ha sido mucho menor: 28,7 % para las
EDA y 2,0 % para IRA. En resumidas cuentas, en este periodo se tuvo una
disminución promedio anual de 6,7 % para EDA y de 3,3 % para IRA.
Las EDA son ocasionadas por virus, bacterias, hongos o parásitos[108]. La EDA
puede contagiarse por una inadecuada higiene o puede ser contraída por la ingesta
de alimentos o agua contaminados. La presencia de esta enfermedad se vincula con
las inadecuadas prácticas de higiene y a la no disponibilidad de fuentes mejoradas de
agua y saneamiento, pues restringe la posibilidad de contar con agua segura para
beber, cocinar y lavar en los hogares, así como para eliminar las excretas.

La disminución de los caso de EDA es significante; de más de un 1 609 000 casos


diagnosticados por el Minsa en menores de 5 años en el 2003, se ha reducido a más
de 529 000 casos en el 2013.
Fuente: Ministerio de Salud (Minsa) – Oficina General de Estadística e Informática, 2003-2013

La relación entre la ocurrencia de EDA y la disponibilidad de fuentes mejoradas de


agua y saneamiento estaría mediada por condiciones del entorno como la
temperatura, humedad y altitud en la que se ubica la mayor parte de la población
departamental. En general, en los departamentos en las que una parte importante de
su población reside en las zonas de selva, donde la alta temperatura y el alto grado de
humedad relativa harían a la población más vulnerable a la proliferación de bacterias y
otros microorganismos (insectos conductores de otras enfermedades también
asociadas a entornos con prácticas de higiene inadecuadas), tendrían mayor
incidencia de EDA[109].

Al año 2013, el 13,7 % de las instituciones educativas del área urbana y el 56,1 % del
área rural no estaban conectados a red pública de agua potable. El 12,5 % de las
instituciones educativas del área urbana carecen de conexión a una red de desagüe, y
el 54,2 % en el área rural[110]. Esto incide aún más para que, entre la población
escolar, se incrementen los riesgos de contraer enfermedades diarreicas agudas y el
cólera.

Las infecciones respiratorias agudas (IRA) son causadas por microorganismos virales
o bacterianos[111], los cuales se multiplican por la variabilidad del clima.

Según datos proporcionados por la Dirección General de Salud de las Personas


(DGSP) del Ministerio de Salud, la infección respiratoria aguda (IRA) constituye un
importante problema de salud pública ya que ocupa, en el país, el primer lugar dentro
de las causas de morbilidad general.

Se estima que tres de cada cuatro consultas que se brindan en los servicios de los
establecimientos de salud corresponden a problemas respiratorios agudos, y estos
constituyen, principalmente, la primera causa de muerte en niñas y niños menores de
36 meses y en personas mayores de 60 años de edad. La neumonía es la
enfermedad que mayor número de muertes causa en los niños menores de 5 años. La
más alta cantidad de casos de neumonía se presentan en la sierra y selva y sur del
país. Por otro lado, se han alcanzado resultados alentadores en las intervenciones
encaminadas a prevenir y controlar la neumonía, especialmente la vacunación; esto
incluye el uso de vacunas contra la infección por neumococo y Haemophilus influenza
de tipo B, el manejo de los casos de neumonía en los centros de salud y los
hospitales a través de la estrategia Atención Integrada de las Enfermedades
Prevalentes en la Infancia (AIEPI).[112]

En general, las IRA en menores de 5 años se han reducido en menor proporción que
las EDA; de más de 4 083 000 casos diagnosticados por el Minsa en el 2003, se ha
pasado a más de 2 915 000 casos en el 2013.

Por otro lado, según el informe de Unicef e INEI, los niños y niñas de la selva se ven
expuestos, tanto a las EDA como a las IRA, en mayor proporción que sus pares de la
costa o sierra.
Las variaciones y cambios que presenta el medio ambiente afectan a las condiciones
de vida de la población; y a las diferentes actividades productivas, económicas y
sociales. En nuestro país, esto se ve claramente en el friaje y las heladas que se han
presentado en los últimos años.

El friaje es el descenso de la temperatura en la selva, producido por una corriente de


aire frio que invade la Amazonía peruana de sur a norte, lo que afecta a los
departamentos de Madre de Dios, Ucayali, Puno, Cusco, Loreto, San Martín y
Huánuco. A su paso crea condiciones extremas de mal tiempo, asociados a desastres
que aquejan la vida de las personas, su entorno y actividades. Los fenómenos
meteorológicos que produce el friaje son el rápido descenso de la temperatura, la
descarga de lluvias y nieve, el aumento de la presión atmosférica y, también, de la
velocidad de los vientos e inundaciones. En condiciones normales, la temperatura de
la Amazonía puede oscilar entre los 36 °C como máximo y 22 °C como mínimo. Esto
varía mucho con los friajes[113]; que puede acarrear una disminución de hasta 15 °C
en solamente unas horas[114].

Los impactos que generan el friaje en la Amazonía peruana son cuantiosos, pues se
produce una alteración del desarrollo normal de las actividades socioeconómicas de
estas poblaciones. Hay un aumento de las IRA, brotes de paludismo, fiebre tifoidea y
otras enfermedades. Asimismo, la infraestructura se ve afectada seriamente, con
daños en las carreteras, puentes y canales de regadío; hay una interrupción del
transporte (aéreo, terrestre y marítimo) hacia estas localidades; a su vez, caída de las
conexiones de comunicación como teléfono e internet, se presentan daños a las
viviendas por las fuertes lluvias y vientos, así como el aislamiento temporal de algunas
comunidades. La flora y fauna también se ve afectada por los trastornos en especies
forestales, vegetación natural y animales silvestres, la pérdida de los cultivos, y la
muerte por frío de ganado vacuno, ovino y camélido[115].

Las emergencias por fenómenos naturales se han incrementado entre el 2003 y el


2013 en 54,6 %, lo que representa el 64,9 % del total de fenómenos ocurridos en el
país en el 2013. Las heladas también se vieron incrementadas: de 73 presentadas en
el 2003 se pasó a 413 emergencias para el 2013, con una subida de 340
emergencias, las mismas que han estado asociadas a vientos fuertes y granizadas.
Fuente: Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), 2003-2013

La población afectada por las heladas durante este periodo ha tenido variaciones
significativas dependiendo de la duración e intensidad de este fenómeno; así, de 25
708 afectados en el 2003 se llegó a 483 281 en el 2007, luego se disminuyó a 280
930 afectados en el 2013.
Las poblaciones que están asentadas a mayor altitud son las más afectadas por las
heladas. Precisamente sobre los 3 800 m. s. n. m. están asentadas las poblaciones
con menores ingresos, quienes sobrellevan los fenómenos climáticos más adversos y
severos; a su vez, es donde se producen las mayores pérdidas económicas. Estos
efectos se hacen más notorios en las zonas altoandinas.

Los departamentos donde se presentan las heladas son Áncash, Apurímac, Arequipa,
Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Huancavelica, Huánuco, Ica, Junín, La Libertad, Lima,
Moquegua, Pasco, Puno y Tacna. En tanto que la incidencia de friaje se presenta en
los departamentos de Madre de Dios, Ucayali y Loreto[116].

El deterioro de la calidad del aire, debido fundamentalmente a las emisiones


provenientes de las fuentes móviles, es otro de los problemas que afecta a las
principales ciudades del país. El principal factor contaminante del aire que se respira
es el producido por el parque automotor, que se expande sin regulaciones adecuadas
y por las facilidades otorgadas para la importación de vehículos usados[117].

El incremento de unidades vehiculares entre el 2003 al 2013 es muy significativo: de


más de 1,3 millones de vehículos en el 2003, el parque automotor se incrementó en
casi el doble. Se llegó a más de 2,3 millones en el 2013, lo que implica una subida de
70,4 % ente el 2003 y el 2013. La densidad de vehículos por cada mil habitantes[118]
se vio incrementado de 49,5 veh./1 000 habitantes en el 2003 a 75,1 veh./1 000 una
década después. El incremento de vehículos y la antigüedad de la flota vehicular,
especialmente para transporte urbano de pasajeros, han incidido en una mayor
contaminación de la calidad del aire en las principales urbes del país.

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