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Fernando Sola
Universidad de Almería
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All content following this page was uploaded by Antonio Pulido on 12 November 2015.
RESUMEN
Andalucía cuenta con siete grandes plantas desaladoras que utilizan agua de mar y una
gran desalobradora, aunque son muchas más las pequeñas plantas que desalan aguas
salobres. En conjunto tienen una capacidad potencial de desalación que supera los 240
millones de metros cúbicos al año. No obstante, la realidad es que ninguna de las
plantas funciona a la capacidad nominal para la que fue diseñada, lo que puede incidir
notablemente en el precio unitario del agua desalada. Como es sabido, las tomas
abiertas, es decir, la captación directa del agua de mar para el abastecimiento de la
planta, suelen ser más costosas que las tomas mediante pozos litorales, ante la
necesidad de pretratamientos costosos del agua captada en el primero de los casos. Por
otro lado, estos mismos bombeos de agua de mar pueden constituir una garantía de
reducción de los riesgos de intrusión marina en el acuífero costero captado, al reducir
de manera considerable la carga hidráulica del agua salada en la franja litoral.
1. INTRODUCCIÓN
Las áreas costeras suelen ser las más vulnerables a los problemas relacionados con
la escasez de agua. Como consecuencia de la bondad climática de las mismas, el
notable desarrollo turístico y la agricultura altamente rentable, la demanda de agua
aumentó de manera exponencial a partir de los años sesenta del siglo pasado. De ahí,
que la gran mayoría de los acuíferos costeros del litoral mediterráneo presenten indicios
más o menos acusados de intrusión marina.
la materia orgánica y otros arrastres, más abundantes en el mar (Pulido Bosch et al.,
2004; Sola, 2012; Sola et al., 2013a y b).
Aunque en las Islas Canarias ya utilizaban plantas desaladoras desde hace varios
lustros, la primera planta desalobradora construida en la península para abastecimiento
urbano fue la de Cabo de Gata, pedanía de Almería. Se clausuró en 1995 por exceso de
boro. La primera gran planta peninsular fue la de Marbella, que se decidió construir tras
un período de gran sequía culminado en 1995. Sin embargo, el año 1996 fue
excepcionalmente húmedo (> 1000 mm), por lo que una vez terminada la desaladora
no se puso en funcionamiento. En España existen actualmente una treintena de plantas
desaladoras de capacidad comprendida entre 20.000 y 125.000 m3/día, aunque
prácticamente ninguna de ellas funciona a pleno rendimiento.
Esta comunicación pretende pasar revista a las plantas desaladoras andaluzas, con
especial énfasis a las que se abastecen de los acuíferos litorales, indicando la
problemática más relevante detectada en estos años de funcionamiento.
La desalobradora del Atabal (Málaga) fue construida para mejorar la calidad del
agua de abastecimiento a la ciudad de Málaga y utiliza los recursos de los embalses de
Guadalhorce y Guadalteba, en el río Guadalhorce, donde la salinidad del agua puede
alcanzar 16 g/l, y del embalse del Conde de Guadalhorce, en el río Turón, además de
sondeos que captan el acuífero aluvial del bajo Guadalhorce (Alaminos et al., 2006). La
capacidad de esta desalobradora es de 50 hm3/año. Tiene un bajo consumo energético,
comprendido entre 0,75 y 1,30 kwh/m3 en función del contenido salino del agua bruta.
Figura 1.- Situación de las principales desaladoras y desalobradoras andaluzas (modificada de Castro, 2015)
En esta planta se planificó una red de seguimiento del contacto agua dulce-
agua salada formada por 12 sondeos piezométricos. Estos piezómetros están
distribuidos en tres enjambres de cuatro cada uno de ellos. Uno, menos
profundo, está puntualmente ranurado en la franja de agua dulce, otro en la de
transición y otro, más profundo, en la de agua salada. Cada piezómetro está
dotado con un sensor de potencial hidráulico, de conductividad y de temperatura
del agua. Junto a esos tres, hay un cuarto piezómetro ranurado en todos los
tramos productivos, cuya finalidad es poder hacer registros de toda la columna
(Jorreto et al., 2005) y tomar muestras sin tener que desplazar a los sensores.
Esta infraestructura de observación, posiblemente única en el mundo, tiene ya un
largo período de registro y densas observaciones objeto de una tesis doctoral de
pronta defensa. Con esta planta parece claro que Almería tendría garantizado el
suministro de agua potable incluso en las condiciones más extremas de escasez.
de un primer sondeo litoral de prueba que resultó negativo, se optó por la toma
abierta. Su proximidad a la central térmica de Carboneras permite la eliminación
del rechazo mezclado con el generado por la desaladora, mitigando el impacto
de las anomalías térmica y salina. Otra curiosidad interesante en relación con esta
desaladora es que en su momento se puso la primera piedra de la desaladora
Carboneras II; en la actualidad la primera funciona a algo más del 15 % de su
capacidad.
Foto 1.- Vista parcial de la desalobradora de Palomares
A ésta hay que añadir las pequeñas desalobradoras privadas del Levante.
Estas plantas aumentan la sobreexplotación y a la vez la salinidad del acuífero, ya
que la salmuera de rechazo se vierte sin ningún tipo de control y al final acaba
retornando. El estudio comparativo llevado a cabo por Muñoz y Fernández Alba
(2008) entre la desalobradora de Palomares y una desaladora convencional,
concluye que las desalobradoras son preferibles desde el punto de vista
ambiental, aunque matizan “siempre que no se sobreexplote el recurso”.
Detectan el aumento progresivo de la salinidad, y señalan el riesgo de impacto de
Reflexiones sobre las plantas desaladoras de Andalucía
Fotos 2 y 3.- Localización de los sondeos litorales perforados (izquierda) y avance de la toma abierta
(derecha) en el delta del río Almanzora (Almería)
3. CONSIDERACIONES FINALES
REFERENCIAS