EL SECRETO DE LA FELICIDAD (MIENTRAS HACES LO QUE ODIA)

¡Pero MJ, no puedo estar feliz haciendo algo que no disfruto! ¡Quiero correr autos, vender hierba
legal y convertirme en un famoso actor de Hollywood! ¡Me apasiona esto y quiero hacerlo!
Vamos, haz lo que amas!

Si estás en el equipo de los que creen que no puedes ser feliz siendo dueño de algo
completamente ajeno a la gravedad de tu vida, lo entiendo. Si puede reconciliar sus pasiones y
amores específicos con una necesidad o demanda legítima del mercado, por todos los medios,
hágalo. Ciertamente espero que el próximo Michael Jordan encuentre su camino hacia la cancha
de básquetbol. Mejor intentar que no intentarlo en absoluto.

Mi polémica contra los gemelos maravilla (sigue tu pasión y haz lo que amas) no es el monismo
(una única verdad universal) o una condena contra intentarlo, sino el rechazo de estos proverbios
como universales y como el único camino verdadero a la felicidad.

Simplemente no es verdad.

De hecho, ¿quieres saber qué es lo que realmente tiene la llave de tu felicidad? Es la razón por la
que estás leyendo este libro. ¿Dinero? ¿Éxito en el negocio? ¿El respeto? No, ninguno de los
anteriores.

El gran secreto de la felicidad es la autonomía. Libertad. La capacidad de sentirse en control de

su vida, de almacenar opciones, movilidad y cualquier otra cosa que usted mismo determine y
respalde. ¿Recuerda mi momento SIN INSCRIPCIÓN fuera del Bank of America cuando me di
cuenta de que no necesitaba un trabajo durante al menos un año? Fue uno de los momentos
más felices de mi vida porque me dio autonomía.

Verás, cualquiera que te diga que el dinero no puede comprar la felicidad no lo está gastando
correctamente. El dinero compra la autonomía, o compra un pago inicial de la deuda y la anti-
autonomía. No te tomo del pelo. La autonomía es tan influyente que podría hacer que ames la
vida de los pobres y que odies a la riqueza.

En 2014, me encontré con un titular que decía: "El multimillonario que prueba que el dinero no
puede comprar la felicidad”. Antes de hacer clic en el tentador enlace, especulé sobre cómo un
multimillonario podría sentirse de esta manera. Después de unos segundos, supongo que el
multimillonario perdió su autonomía o control de algo, como un divorcio desagradable, juicios o
niños con problemas interminables. Resulta que dos de mis tres conjeturas fueron correctas. Los
psicólogos dicen que los padres nunca pueden ser más felices que su hijo menos feliz.

En The Millionaire Fastlane, definí la riqueza (e, indistintamente, la "felicidad") por tener tres
factores contribuyentes llamados las 3 F: libertad, familia y condición física. Estas 3 F y su
correlación de felicidad no son especulativas. Los científicos están de acuerdo y la evidencia lo
apoya. Por ejemplo, según Roko Belic, director del documental Happy, la autonomía o el
comportamiento y la elección intencionados, representa el 40 por ciento de nuestro cociente de
felicidad, seguido por las circunstancias en un 10 por ciento y la genética en un 50 por ciento.
Basado en esto puede manipular su línea de base de felicidad en un 50 por ciento a través de
elecciones ganadoras y mejorando sus circunstancias.

En otro caso, un informe de The Journal of Personality and Social Psychology citó "autonomía"
como el contribuyente número uno de la felicidad. No respeto, no es un cuerpo asombroso, y no
60.000 seguidores en Instagram: autonomía. Por supuesto, cuando golpea el tablero de su
automóvil porque el tráfico está respaldado, no tiene autonomía. Cuando su trabajo se siente
como una sentencia de prisión obligatoria, la autonomía queda bloqueada y en libertad
condicional para las vacaciones de dos semanas. Para los INSCRITOS, la autonomía no es el
elefante en la habitación; Es el elefante metido en el garaje, esperando el fin de semana.

De acuerdo con los datos de la Oficina del Censo de los EE. UU. Y los Centros para el Control de
Enfermedades, la ciudad de Nueva York fue clasificada como la ciudad número uno donde los
estadounidenses están más tristes. Sí, la casa de Broadway, Central Park y Times Square no está
acariciando la felicidad. ¿Podría la autonomía estar detrás de esta miseria metropolitana?
Considerando el embotellamiento perpetuo y un costo de vida insano que requiere un constante
goteo de raciones de vida, creo que sí.

En otra investigación, la teoría de la autodeterminación psicológica (SDT) es otra teoría que apoya
la autonomía y la conexión como un factor crítico en la felicidad. Estudiado por los investigadores
Richard Ryan y Edward Deci de la Universidad de Rochester, SDT postula que las mejores formas
de motivación y compromiso, incluidas la persistencia y la creatividad, provienen de nuestra
experiencia de autonomía, competencia y afinidad. Específicamente, Deci y Ryan postularon que
estas necesidades, cuando están satisfechas, mejoran la auto-motivación y la salud mental
(bienestar), y cuando se las frustra, hacen lo contrario. Básicamente, mejora intrínseca y
crecimiento (competencia), libertad (autonomía), y la familia (parentesco) son constituyentes
centrales de la felicidad.

Y hay más.

La investigación también muestra que la autonomía tiene un impacto significativo en la salud y la

moral. En un estudio, la psicóloga de Yale Judith Rodin alentó a los pacientes de hogares de
ancianos a ejercer un mayor control sobre sus elecciones, desde el entorno hasta las políticas de
las instalaciones, y como resultado, el 93 por ciento se volvió más alerta, activo y feliz. Algunos
vivieron más tiempo.
Otro investigador, Angus Campbell, autor de El sentido del bienestar en los Estados Unidos
(lectura recomendada) está de acuerdo con el significado de la autonomía y quizás antes lo
supiera. Al comentar sobre un estudio de la Universidad de Michigan, declaró:

Tener un fuerte sentido de controlar la vida de uno es un factor de predicción más confiable de los
sentimientos positivos de bienestar que cualquiera de las condiciones objetivas de la vida que
hemos considerado.

Gran parte de esta investigación también explica por qué ciertos trabajos son increíblemente
satisfactorios y por qué no todos tienen que ser empresarios. Si su trabajo cumple con el
significado y el propósito, al mismo tiempo que proporciona cierta autonomía, conexión y un
sentimiento de competencia, ha alcanzado el oro. Según CareerBliss.com, los tres trabajos más
felices son el director de la escuela, el chef ejecutivo, seguido de un oficial de crédito. Cada trabajo
tiene sus elementos únicos de conectividad y autonomía, mientras que seguramente proporciona
a cada uno un mayor sentido de competencia.

Entonces, tal vez el secreto para el bienestar no son los gemelos maravilla o una nueva Harley,
sino simplemente el crecimiento personal y la autonomía al compartir la conexión con los demás.
Y si no puede encontrar el trabajo que está en su punto álgido, ¿qué mejor manera de monetizar
esas necesidades que el espíritu empresarial? Tal vez puedas cumplir con alegría inventando una
mejor ratonera sin estar enamorado de ellas, y simplemente no lo sabes.

Si no estás contento, ¿qué papel ha jugado la autonomía? ¿Qué elecciones ha hecho (o no ha

hecho) que han erosionado su capacidad de vivir de manera autónoma?