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1.

INTRODUCCION
La familia aparece como un grupo natural de personas unidos por una doble
relación consanguínea: la generación, la descendencia que depara los
miembros del grupo y las condiciones de ambientes, jugando un rol fundamental
en el desarrollo de la persona
Por familia se comprende como el grupo primario de la sociedad que puede
tener distintas formas de organización dependiendo de los contextos históricos y
sociales en donde se encuentre. Una de las características que la define son
ciertas funciones que se han mantenido a lo largo de la historia de la
humanidad, cualquiera sea la estructura o nombre que haya tenido.
El tipo '' ideal'' de familia en nuestra cultura ha sido la nuclear. La que ha
fortalecido su rol de agente de socialización. Desde un punto de vista teórico, la
familia nuclear puede ser vista basada en dos funciones elementales: La
socialización de la persona y el establecimiento de la sociedad. La familia realiza
así el nexo entre dos roles afectivos y roles sociales, entre particularidad y
solidaridad social.
Los tipos de familia que nos encontramos en la actualidad son el resultado de un
increíble avance y evolución del ser humano en cuanto a la comprensión de su
naturaleza, de sus posibilidades y capacidades. Podríamos poner muchos
ejemplos de estos cambios que son concebidos en nuestros días, como serían,
la voluntad de una mujer que elije ser madre soltera o la de una pareja
homosexual que desea tener un hijo; situaciones que parecerían inviables hace
no tantos años. También nos encontramos con el tipo de familia formada por
“los hijos tuyos, los míos y los nuestros”, que formarían la llamada familia mixta,
muy actual en nuestros días, pero no tan frecuente en la sociedad de nuestros
antecesores.
Actualmente las familias asumen las mismas responsabilidades de antes en
relación con sus miembros, pero en general por periodos más largos, a causa
de mayor duración de la estancia de los hijos en la escuela y del aumento
generalizado de la esperanza de vida.
También las familias reconstituidas, monoparentales o de otros tipos no
tradicionales, han llegado a ser numerosas, comparadas con las familias
nucleares formadas por una pareja, donde los dos miembros no se casan más
de una vez durante toda la vida.
Todos estos, y muchos otros cambios que operan en la realidad de las familias
en su formación y en su funcionamiento, plantean la necesidad de que el estado
diseñe y ponga a funcionar políticas y programas que, además de ser
progresistas al buen desarrollo de las familias y de los individuos. Es por ello,
que es necesario investigar esta temática en de incrementar la información
existente con respecto a estas nuevas formas familiares potenciando así su
futura validación. A continuación, se dará a conocer sobre el tema y las nuevas
formas de familias en nuestra sociedad.

2.Tipología familiar.
Interrelación entre el triángulo padres-hijos-centro escolar atendiendo a las
diferentes casuísticas
En las últimas décadas nuestra sociedad ha presentado numerosos cambios,
algunos de los cuales han afectado de forma directa a la estructura y la
funcionalidad las familias. Por ello, la tradicional familia de padres e hijos (que
en este ensayo denominaremos nuclear) es, en la actualidad, uno sólo de los
numerosos tipos de estructura familiar que pueden estudiarse sociológicamente.
Según el antropólogo Hernán Henao Delgado y la investigadora Consuelo
Hoyos Botero, la familia actualmente podría definirse como “el fruto de una serie
de circunstancias que dan cuenta de las transformaciones sufridas por dicha
familia y de los aspectos que han posibilitado este cambio”. Teniendo en cuenta
cómo pueden afectar estos cambios a nivel educativo, doy paso a este ensayo,
en el que me centraré en el análisis de los tres tipos fundamentales de familia
(heteroparental o nuclear, monoparental y homoparental) y la consecuente
repercusión que puede tener en nuestros alumnos.
a) Familia nuclear
Como he mencionado anteriormente, se trataría de un núcleo familiar
compuesto por una pareja heterosexual y uno o varios hijos.

Las ventajas que, normalmente, presenta este tipo de estructura familiar


serían las siguientes:
La primera ventaja, compartida con las familias homoparentales, sería la entrada
en el hogar de dos salarios, en caso de que los dos miembros de la pareja se
encuentren en situación laboral activa. Esta condición, en muchas ocasiones,
beneficia a la familia con una mayor fuente de ingresos, la cual podría venir
asociada a una mayor tranquilidad económica que facilitaría una convivencia no
afectada por la ansiedad de una posible falta de recursos para abastecer de las
necesidades que se pudieran presentar.

Por otro lado, la salida de la pareja del hogar al medio laboral tendría la ventaja
del ejemplo recibido por los niños, consistente en ver cómo sus padres, tras los
esfuerzos realizados, han llegado a formar parte del organigrama de una
sociedad que se esfuerza de forma conjunta por avanzar y mejorar en todos los
ámbitos y cómo, tras el esfuerzo que ellos como alumnos realicen en el colegio,
llegarán también a formar parte de ese engranaje por el que sus padres se
esfuerzan.
Por otro lado, debido a esta misma salida del hogar para conseguir recursos
económicos, podemos ver en algunos casos la desventaja de la falta del recurso
más importante del que se puede proveer a los hijos según mi opinión: el tiempo
de calidad dedicado a ellos.
La segunda ventaja, en este caso también común a la familia homoparental, sería
el apoyo mutuo que pueden brindarse los dos componentes de la pareja durante
las situaciones difíciles que su proyecto familiar pueda atravesar.
Este apoyo se haría extensible a la organización de las tareas y, siendo así, al
poder compartir responsabilidades, se podría llegar a solventar el problema que
expuse anteriormente sobre la falta de tiempo en los casos en los que los dos
miembros trabajan fuera de casa, ya que una buena organización por parte de
los cónyuges les permitiría disponer de tiempo para dedicar a sus hijos. Además
de trasmitirles con ello el buen ejemplo de lo que es posible alcanzar
manteniendo el trabajo en equipo.
Por desgracia, en el tipo de familia nuclear debemos contemplar aquellas parejas
cuya mentalidad tiende a mantener la creencia de la prevalencia de la valía del
hombre sobre la mujer y, en base a ello, se realiza una repartición de tareas no
equilibrada, que podría ser germen de un comportamiento que, ya de niño, pero
aún más si es sostenido al convertirse en adulto, le podría conducir a una
inadaptación, teniendo en cuenta los cambios que se han generado en la
sociedad actual, que se revela ante este y otros modos de desigualdad entre
seres que merecen las mismas oportunidades.
Dentro del análisis del tipo de familia nuclear, debo hacer mención a la llamada
familia nuclear reconstituida, que se definiría como aquélla formada tras una
separación, cuando uno de los cónyuges vuelve a casarse y conviven los hijos
del anterior matrimonio.
Este tipo de familia suele encontrar problemas sobre todo cuando los hijos de
uno de los dos entra en la adolescencia, que suele ser la primera etapa de mayor
turbulencia personal con la que el niño se encuentra durante el proceso de
búsqueda de su identidad. Dentro de estas familias la situación puede verse
agravada por las siguientes circunstancias: por una parte, el niño pierde el
estatus privilegiado del que gozaba cuando no vivía la nueva pareja y por otro,
les cuesta aceptar que la nueva pareja ejerza autoridad sobre ellos. Esto es
motivo de desobediencia y de conflictos en el ámbito familiar y escolar.
b) Familias monoparentales
Denominaríamos familia monoparental al conjunto formado por una madre o un
padre y uno o varios hijos.
Esta definición tan amplia incluye tanto a un núcleo formado por un padre o
madre anciano conviviendo con hijo adulto independiente, como al núcleo
formado por un padre o madre joven con un hijo en edad escolar.
Sin embargo, el caso en el que nos vamos a centrar nosotros como educadores
es aquel en el que los hijos son menores de edad o psicológicamente
dependientes del padre o madre.
La monoparentalidad puede deberse a diversas causas, deseadas o no
deseadas.
En España las causas más comunes de monoparentalidad se deben al divorcio o
separación de los progenitores, el fallecimiento de uno de ellos, el rechazo al hijo
por una de las partes o el embarazo de una madre sin pareja (incluiríamos,
además, la inseminación artificial o fecundación in vitro).
Las familias monoparentales pueden sufrir pobreza con mucha más probabilidad
que las familias biparentales; no sólo por percibir únicamente una fuente de
ingresos (contando con la suerte de que el tutor pueda conseguir trabajo en una
realidad azotada por la crisis económica), sino también por el tiempo de cuidado
que tiene que emplear un padre o una madre sin ayuda para cuidar a sus hijos.
Además, incluso en el dado caso de que el progenitor pueda tener un trabajo, el
hecho de necesitar más permisos para cuidar a sus hijos en casa o acompañarlos
al hospital en caso de que enfermen, les puede colocar en una situación diana de
posible despido en muchas empresas privadas. Esta situación puede hacer que el
padre o la madre se vea sometido a una mayor situación de estrés que puede ser
trasladada a sus hijos y estos, por extensión, pueden presentar una mayor
predisposición a sufrir ansiedad o sentimientos de culpa, que conlleven una
repercusión negativa a nivel académico.
Por otro lado, el ejemplo de esfuerzo que los niños reciben de forma directa de su
progenitor, vertido todo ello para conseguir sacar adelante a la familia en
situaciones en las que el niño advierte que su padre o madre cuenta con menos
apoyos, puede hacer que se desarrolle en él un mayor sentido de la
responsabilidad y de la solidaridad, obteniendo un ejemplo antagónico al previo,
en el que el niño comprenda que su forma de colaborar con su núcleo familiar es
esforzándose en su ámbito como lo hace su progenitor por él.
Como vemos claramente, no sólo hay que analizar los diferentes tipos de familias,
sino cada caso en particular ya que, a pesar de que a través de este ensayo haga
un análisis de las características que suelen ser comunes, cada caso es único.
Continuando la reflexión sobre esta tipología, podemos encontrar en la actualidad
núcleos encabezados tanto por padres como por madres. La siguiente cita de
Lefaucheur (1988) ubicada en siglo pasado nos muestra cómo tradicionalmente lo
más frecuente había sido encontrar en nuestro país madres con hijos y no con
padres con hijos: “las familias monoparentales siguen siendo historias de
mujeres”. No obstante, y aunque es cierto que el primer ejemplo sigue siendo más
prevalente en nuestro país, debo rebatirle a Lefaucheur que esa afirmación siga
teniendo vigencia en la actualidad, dada la implicación paternal que puede verse
hoy y cada vez más, en nuestra sociedad.
Analicemos el subtipo monoparental en el que la tutora legal es la mujer:
En estas últimas décadas se ha dejado de ver al hombre como al “cabeza de
familia” y se ha luchado por una asimilación y normalización por parte de la
sociedad de un modelo de familia monoparental. Ello facilitado por la realidad
comentada previamente en cuanto a que la mayoría de familias monoparentales
en nuestro país están encabezadas por mujeres. De ahí que se haya acuñado y
en muchas ocasiones se utilice el término familia monomarental.
Cada año crece el número de madres solteras en España. Es cierto que cada vez
es más común que esta situación se produzca de forma voluntaria, eligiendo la
mujer formar una familia sin la presencia del hombre. No obstante, como he
apuntado anteriormente, en la mayor parte de los casos, la instauración de un
modelo monoparental se debe a razones no deseadas, como un divorcio o el
rechazo por una de las partes.
Además de las posibles dificultades que hemos visto referidas a la
monoparentalidad, en este apartado dedicado a la mujer como tutora legal,
debemos añadir el hándicap de que el trabajo de la mujer pueda estar peor
remunerado en algunos sectores, como se ha podido comprobar en el ámbito de
la empresa privada.
b) Familia homoparental
Podemos definir familia homoparental como el núcleo formado por unos
progenitores del mismo sexo con hijos que pueden ser procedentes de una
relación anterior por parte de uno de los miembros de la pareja u obtenidos a
través de un proceso de adopción, de vientre de alquiler, maternidad
subrogada o inseminación artificial.
Las familias homoparentales constituyen una de las mayores controversias
políticas en nuestro tiempo por la duda por parte de algunos sectores sobre el
hecho de que puedan educar de la misma manera que las familias con padres
heterosexuales.
Científicamente se ha demostrado que no hay ninguna razón por la que este
tipo de parejas tengan algún problema para cuidar a sus hijos. Incluso la
American Psychological Association también señala que "los resultados de
algunos estudios sugieren que las habilidades como progenitores de madres
lesbianas y padres gays pueden ser superiores a los de progenitores
heterosexuales equivalentes."
Tras leer el artículo publicado en 2012 por Alberto Barrios Flores en la
Universidad de Valencia, debo señalar que el adolescente con este ejemplo de
padres aprende de manera directa un valor por el que se lucha muy poco en
nuestra realidad: la igualdad. Los roles tradicionales de una pareja
heterosexual escapan en la pareja homosexual al tratarse de dos personas del
mismo sexo. Automáticamente deja de existir en el núcleo de esa familia
problemas con los que nos encontramos continuamente en los colegios o
conservatorios como el sexismo, la xenofobia o la falta de respeto e
incomprensión hacia personas diferentes al resto, como puede ser un
inmigrante o una persona con alguna enfermedad física o psicológica.
Ahora bien, el problema con el que se pueden encontrar los hijos de parejas
homosexuales en el ámbito escolar es precisamente el choque con la falta del
valor de igualdad que éstos aprenden en sus casas. Aunque parezca mentira,
hoy en día nos seguimos encontrando con comportamientos de rechazo,
incomprensión y falta de respeto hacia este tipo de familias. Los niños
manifiestan lo que aprenden en sus casas y reproducen casi siempre lo que
sus padres opinan; toman ejemplo de sus actitudes y las llevan a su centro
educativo, ejerciendo una discriminación que puede producir en el alumno
perteneciente a este tipo de familia, efectos psicológicos negativos que podrían
verse reflejados en sus resultados académicos.
3. Conclusión
Si pudiéramos elegir tan solo diez familias al azar, nos daríamos cuenta de que
en cada una de ellas viven familias sorprendentemente diferentes. Quizá cinco
de las diez serían familias que encajarían en uno de los modelos que he
descrito anteriormente, pero, aun así, cada una tendría su color, sus
dificultades, sus crisis y sus obstáculos, pues la sociedad ha ido incluyendo,
con el paso de los años y de forma vertiginosa, diferentes cambios que se
muestran notablemente en las dinámicas familiares. Con esto quiero decir que,
aunque realmente haya modelos de familias que cuenten con más apoyo que
otros o que tengan mayores dificultades, al fin y al cabo, no deberíamos
quedarnos en las formas o modelos de familia, culpando a la estructura en la
que ha crecido nuestro alumno; sino promover una relación entre padres e
hijos basada en el diálogo y no en el miedo, en la comprensión y no en la
imposición y en la libertad de elección en lugar de en obligatorias restricciones.
Eso es lo que considero que va a influir y a ayudar a nuestros alumnos a
madurar como personas por encima de todo lo demás, teniendo como
consecuencia su reflejo en el ámbito escolar.
Finalizo, pues, mi conclusión, intentando sacar esta idea clara: diálogo versus
enfrentamiento y toma de decisiones basadas en el conocimiento. Padres e
hijos deberán inventar un nuevo paradigma de interrelación en este mundo de
vertiginosos cambios, desde cualquier tipo de situación, familia o cultura; en el
que nosotros, como profesores, podremos aportar nuestro apoyo y nuestra
comprensión.
4. Bibliografía
-VÁSQUEZ RÚA Clara Inés. Las nuevas tipologías familiares y los malestares
interrelacionales que se suscitan en ellas. Fundación Universitaria Católica del
Norte Medellín, Colombia, Revista Virtual Universidad Católica del Norte, núm.
14, febreromayo, 2005
-GONZALEZ, Mª del Mar y equipo: El desarrollo infantil y adolescente en
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Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación 2002
-OCÓN DOMINGO José. Familia adoptiva y cambios en la organización
familiar tradicional. Universidad de Granada. Facultad de Ciencias Políticas y
Sociología Granada: Papers 81, 171-185, 2006.
-FRIAS NAVARRO María Dolores, PASCUAL LLOBELL Juan y MONTERDE I
BORT Hector. Familia y diversidad: hijos de padres homosexuales IV Congreso
Virtual de Psiquiatría Interpsiquis. Valencia: Universitat de Valéncia, 2003.

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