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¿Las políticas públicas en Chile fortalecen el desarrollo

psicosocial de los adultos mayores?

Introducción

Dadas las características de las políticas públicas imperantes en el país de Chile respecto a los
adultos mayores, podemos observar ciertas falencias orientadas al desarrollo psicosocial de los
individuos en dicho estadio del desarrollo, considerando que todas las estrategias de intervención
y prevención se originan y se ponen en marcha en función a la auto valencia de los adultos
mayores, realidad que solo apunta a un porcentaje del total de las personas que viven esta etapa
de sus vidas, las actividades se reducen en cierto modo a solo aquellos adultos mayores
funcionales y autovalentes con capacidad de movilización y traslado por sus propios medios,
dejando de lado a todos lo que por motivos físicos, sociales y económicos no pueden acceder a
dicha movilización, por parte las organización son apuntan al desarrollo psicológico ni a la
plenitud si no más bien se enfocan es aspectos relacionales, que no interiorizan de mayor manera
en las necesidades de crecimiento personal, contención emocional y el sentirse nuevamente parte
de una sociedad que por su parte segrega, abandona y desalienta a las personas adultas mayores
como si la edad fuese un condicionante trágico que atribuye a las personas en este estadio a una
condición subyugada y falta de nuevas oportunidades.

Es por todo lo antes descrito que la necesidad inmediata debiese apuntar a la nueva concepción
de la vejez dónde se considere como un a etapa donde la adquisición e nuevas herramientas
psicosociales ponga a los hombre y mujeres de nuevo en un estatus de productividad y
crecimiento personal.

Desarrollo

En esta etapa que nos da luces de ser el final del camino, debiesen existir la posibilidad de
aferrarse, seguir y vivir todo lo que deseamos y que antes no lo pudimos hacer, sin
preocupaciones ni remordimientos, sin miedos y menos con la incapacidad que nos aporta la
construcción social, dinero no debiese ser un problema, la vida debiese darnos el amor, los
cuidados y la esperanza que merecemos por haber dado la vida entera para construir un país
mejor, una familia, haber entregado tanto que ahora debiese ser la posibilidad se cosechar todo lo
que sembramos en años de existencia forzosa, sistémica y manipulada por el contexto.

Lamentablemente en chile no podemos aspirar a eso, la sociedad nos impulsa a otros lugares, al
abandono, la inutilidad y a la merma psicosocial, en chile se considera a los adultos mayores,
como personas inútiles, pobres, se atribuye factores de vulnerabilidad muchas veces
invisibilizando la esencia humana en cada uno de ellos, convirtiéndolos en personas de las cuales
no se pude esperara más que el estar en sus casas aguardando la temida y muchas veces en
este proceso anhelada muerte.

La senectud enfrenta al ser humano a una serie de sucesos esperados e inesperados (crisis
normativas y paranormativas), las cuales se espera debiesen ser abordadas por los adultos
mayores con resignación y de este modo darles un motivo causal a cada una de ellas, sin reparar
siquiera en nuevas formas de afrontamiento y de trabajo profesional para que estas sean más
llevaderas y enriquecedoras para quienes las padecen, pareciera ser que se cree que el la adultez
mayor se extingue la capacidad de crecimiento personal y de resiliencia.

Generalmente, el estado tiende a descansar de los conflictos psicosociales de los adultos mayores
otorgándoles la responsabilidad a otros tipos de instituciones, siendo principalmente puesta en
manos de las iglesias, siendo estas las encargadas de generar estrategias que permitan la
superación de estas crisis; de este modo las religiones son las encargadas de mediar en las crisis
psicológicas de los adultos mayores, aportar sostén social y muchas veces y de mala manera el
sostén de tipo psicológico que debiese ser proporcionado por las políticas de gobierno.

En Chile no existe un tratamiento psicológico reparatorio ni de contención para los adultos


mayores, ya no que se centra en la característica básica de cualquier desorden mental, es decir a
los adultos mayores casi nunca se les práctica en primera instancia una evaluación de las
características de personalidad de cada uno de ellos antes de ser atendidos por mermas en su
salud mental. Siendo de relevancia ya que en esta arista podemos encontrar teorías opuestas de
algunos investigadores que manifiestan que los rasgos de la personalidad no cambian al
envejecer, pero hay otros teóricos que señalan que las modificaciones se dan con el paso de los
años. Siendo así que R. Cattel propuso la teoría de las ‘cinco grandes’ dimensiones de la
personalidad, entre ellas se hallan la afabilidad y la extroversión las cuales se ven afectadas en la
senectud ya que pueden cambiar, según algunos teóricos.

Los adultos mayores siempre tienen asuntos qué resolver respecto a su vida emocional. Es por
esto que Erik Erikson, con su teoría del desarrollo psicosocial, propuso que en esta etapa de la
vida se presenta la crisis de la integridad del Yo versus la desesperanza. Erikson define a la
integridad del Yo como la aceptación de la vida y de la inminencia de la muerte, a su vez nace la
virtud de la sabiduría. Por otro lado, se encuentra la incesante idea de la desesperanza por no
poder volver a vivir la juventud y hacer todo lo que quisieron, allí surge un sentimiento de
arrepentimiento.

“Una bella ancianidad es, ordinariamente, la recompensa de una bella vida”. Según propone
Pitagoras, lo que nos da para pensar que en esta etapa el ser humano debiese tener la posibilidad
de enmendar y cosechar lo que haya vivido en tiempos remotos. Es decir la integridad del Yo, en
la que la aceptación es la base para una bella ancianidad, para lo que claramente es fundamental
en muchos casos el poder contar con terapias reparatorias desde la psicología, lo que hoy en día
no está al alcancé económico de los adultos mayores de nuestro país, y tampoco en el sistema de
atención pública.

Para lograr la conclusión de la etapa en un buen estado de salud mental y emocional, los adultos
mayores deben desarrollar estrategias de adaptación, las cuales en muchos de los casos es en
compañía de un proceso terapéutico; George Vaillant descubrió que el empleo de mecanismos de
adaptación maduros era el factor más importante en el ajuste emocional a los 65 años, este
método consiste en que los adultos mayores manejan sus problemas sin culpar a nadie y sin
amargura ni pasividad, proceso que sin duda debe ser mediado por un experto que permita al
adulto mayor despojarse de las cargas emocionales y de este modo poder avanzar liberado en
esta etapa del desarrollo del ciclo vital.

Desde la perspectiva evolutiva se puede considerar que los adultos mayores se encuentran en un
proceso de logros alcanzados pero desde ningún punto de vista se evalúa o trata la carga que
pudiese producir en un ser humano el no haber logrado dichos propósitos o bien el no haber
contado con la reparación temprana de los conflictos objétales, diádicos y de desarrollo del yo
maduro, sin duda existen casos de personas adultas mayores que dados a conflictos tempranos
aun no desarrollan un yo maduro, lo que los pudiera mantener en un estado defensivo frente a la
vida.

A consecuencia de estas mermas desarrolladas a lo largo de la vida y en contexto de las


condiciones originadas por la adultez mayor, como lo es el dejar de trabajar, de criar, de participar
activamente de la sociedad, pueden llegar a conformar síntomas que aluden a un estado de
indefección emocional y psicológico, pero que para el modelo de salud imperante es atribuido a la
etapa, al desgaste físico y las condiciones contractuales que debe asumir el individuo, olvidando
un tanto la individualidad de las personas, las necesidades personales y la calidad única de cada
ser humano.

Es por tanto que si en Chile no existe la posibilidad de reparación psicológica en los adultos
mayores difícilmente estaremos frente a un envejecimiento activo, como lo promulga el gobierno,
si no más viene estaremos ante un envejecimiento insano psicológicamente hablando, donde las
personas no se disponen de manera óptima a los últimos años de su vida, sin reparación no hay
cambio ni crecimiento por lo que es de inferir que las persona sestaran viviendo sus últimos años
encarcelados en mecanismos de defensa que no le permitirán hacer frente a la vida de manera
óptima y digna.

Uno de los síntomas que más pueden ver influido el desarrollo del adulto mayor es aquel que se
origina en el mismo aparato psíquico, las demencias (aquellas no asociadas a cuadros biológicos),
las pérdidas de memoria, las depresiones y los cuadros patológicos de la cognición, pueden ser
prevenidos, tanto desde la corriente psicodinámica, como desde otros paradigmas, si los adultos
mayores están en un equilibrio psíquico difícilmente harán síntomas invalidantes, ya que podrán
poseer para ellos la capacidad de comprensión de sí mismos lo que es un claro factor protector en
el desgaste cognitivo; un adulto mayor en equilibrio mental podrá rehacer su vida, crecer y
desarrollarse psicosocialmente de manera adaptativa, lo que evidentemente le permitirá estar en
todas sus facultades de desarrollo psicosocial, recrearse, entablar nuevas relaciones, etc.

Conclusión

Las políticas de estado no hacen trabajo reparatoria de la salud psicológica de los adultos
mayores, por lo tanto estos en muchos casos no solucionan los conflictos intrapsiquicos de la
infancia ni de los tiempos pasados generando que en la adultez mayor se agudicen los síntomas
llegando incluso a conflictos emocionales relevantes que los invalidad aún más en la vida diaria,
las personas debiesen tener siempre la oportunidad de cambiar, de solucionar los conflictos
internos pero para eso es necesario potenciar la labor terapéutica del psicólogo/a para que esté al
alcance de todos, asunto que en nuestro país no sucede´.

Debido a estos conflictos irresueltos en los adultos mayores en que la vinculación social de ellos
se ve dificultada y mermada hasta el punto de inhibir las relaciones sociales y las de pareja,
dejando al adulto mayor en un estado de inutilidad y vulnerabilidad, aun cuando pueden ser
aportes reales a la sociedad Chilena.

La adultez mayor es otra etapa de la vida por lo tanto merece los mismo cuidados que en todas
las etapas del ciclo vital, verlos con los mismos ojos y tratarlos con las mismas expectativas de
cambio y mejoría. Enseñar a los adultos mayores a adaptarse es la clave para lograr la integridad
de su propio Yo y que se este modo logren aceptar todo lo que han vivido como una experiencia
única y valiosa para el mundo.
“Envejecer es como escalar una gran montaña; mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la
vista es más amplia y serena”. Ingmar Bergman

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