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"Año de la lucha contra la corrupción e impunidad"

UNIVERSIDAD FEMENINA DEL SAGRADO


CORAZÓN
FACULTAD DE INGENIERÍA, NUTRICIÓN Y
ADMINISTRACIÓN

ESCUELA PROFESIONAL DE NUTRICIÓN Y DIETÉTICA

Asignatura: Nutrición y metabolismo de lípidos

Docentes:
Lic. N.D. MSc; Dra. Marinalva Santos Bandy
Lic. N.D.; Mg. Lorena Olivos Consoli

Ácidos grasos esenciales y enfermedad cardiovascular

Integrantes:
Arguedas Lagos, Milagros
Delgadillo Salvatierra, Tania
Jara Yance, Dayana
Zàrate Orihuela, Cecilia

V CICLO

2019

1
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ___________________________________________ Pág. 3
I. PROBLEMÀTICA DEL PROBLEMA _______________________ Pág. 3
II. OBJETIVOS _______________________________________ Pág. 4
III. MARCO TEÒRICO
1. Ácidos grasos esenciales (AGE)
1.1. Generalidades de los AGE _____________________ Pág. 4
1.2. Metabolismo de los AGE ______________________ Pág. 4
1.3. Rol de los AGE en el funcionamiento del metabolismo__Pág.5
1.4 Fuentes dietéticas, disponibilidad y derivados de los AGE __ Pág.5
1.5 Recomendaciones dietéticas ______ Pág.5-6
2. Ácido graso omega 3 ______ Pág. 6
3. Ácido graso omega 6 ______ Pág. 6
4. Enfermedad cardiovascular ______ Pág. 7
5. Relación de ácidos grasos y enfermedad cardiovascular __ Pág.7
IV. PRESENTACIÒN DE LA EVIDENCIA
1. El ácido estearidónico: un ácido graso omega-3 de origen vegetal
con gran potencialidad en salud y nutrición ______ Pág. 7-8
2. Ácidos grasos poliinsaturados en cadena larga omega -3 y
enfermedad cardiovascular ______ Pág. 8
3. Ácidos grasos omega-3 y enfermedades cardiovasculares__ Pág.8-9
4. Contenido de ácidos grasos en semillas de chía (salvia hispánica l.)
cultivadas en cuatro estados de México ______ Pág. 9-10
5. Pautas nutricionales en prevención y control de la hipertensión
arterial ______ Pág.10
6. Efectos de los ácidos grasos omega 3 en terapia cardiovascular
______ Pág.10-12

CONCLUSIONES __________________________________________ Pág. 12

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ___________________________ Pág. 13 -14

ANEXOS _________________________________________________ Pág. 15 -16

2
ÁCIDOS GRASOS ESENCIALES Y ENFERMEDAD
CARDIOVASCULAR
INTRODUCCIÓN
Según la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades cardiovasculares
son la principal causa de muerte a nivel mundial, afectando principalmente a
países con niveles económicos bajos y medios, representando el 80% de las
defunciones.1
Actualmente frente a esta realidad, diversas instituciones a nivel mundial
promueven la actividad física y la mejora en la alimentación, por ello se enfatizó en
el tipo de grasa que compone las dietas; se pudo evidenciar en estudios que los
ácidos grasos esenciales omega 3 y omega 6 tienen efectos positivos en la
prevención y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares.

Por ello, en este trabajo se expondrá a través de investigaciones los efectos de los
ácidos grasos esenciales, especialmente el omega 3, en mejora de la enfermedad
cardiovascular.

I. PROBLEMÁTICA DE LA INVESTIGACIÓN

En los últimos años hemos sido testigos del incremento del consumo de
comida rápida a nivel nacional y mundial, el cual surgió como una
ayuda frente a la sociedad agitada en la que nos encontramos, pero
convirtiéndose en una de las principales causas de enfermedades por
malnutrición.
Estas preparaciones en lugar de ser una solución y beneficio para el
consumidor solo traen consigo niveles elevados de grasas saturadas,
grasas trans, azúcar y sal que afectan su salud. Como consecuencia
de esto, las cifras de pacientes que sufren de enfermedad
cardiovascular se ha elevado, convirtiéndose en la causa número 1 de
muerte en el mundo.1
Por otra parte, el estilo de vida que tenemos no ayuda a prevenir este
problema, ya que hemos dejado de lado la actividad física y nos hemos
vuelto sedentarios debido al trabajo, estrés, cansancio o situaciones
que surgen debido al modo de vida que hemos adoptado. De igual
manera nuestros hábitos alimenticios también se han visto afectados,
como ejemplo de esto el consumo de ácidos grasos esenciales ha ido
disminuyendo en comparación a años anteriores debido a muchos
factores como la ubicación geográfica, inaccesibilidad de recursos (sea
de los productos o por falta de dinero), o por una carente educación
alimentaria.
Ante esto, diversas instituciones a nivel mundial con el fin de resolver
este problema investigaron la importancia de aumentar el consumo de

3
ácidos grasos esenciales en la dieta y los efectos positivos que podrían
generarse.
II. OBJETIVOS
- Relacionar el consumo de AGE y la ECV
- Conocer la importancia de los AGE en la ECV
- Conocer alimentos ricos en omega 3 y omega 6

III. MARCO TEÒRICO


1. ÀCIDOS GRASOS ESENCIALES (AGE)
1.1 GENERALIDADES DE LOS AGE
George y Mildred Burr fueron los que descubrieron la esencialidad de
estos ácidos grasos en 1929, por medio de un experimento en la
alimentación de ratas donde se quitaron las grasas en su dieta.
Posteriormente se observó que su ausencia producía que los animales
no tuvieran un crecimiento óptimo, dermatitis severa en especial en la
cola, pérdida de pelaje, emaciación, todo esto conllevo finalmente a la
muerte2.

Los ácidos grasos esenciales son aquellos que nuestro organismo no


puede sintetizar; debido a que el cuerpo no puede introducir dobles
enlaces antes del noveno carbono desde el carbono omega3 y además
por ausencia de las enzimas (desaturasa); por lo tanto, debe ser
obligatoriamente obtenido a través de la alimentación para el
funcionamiento normal del organismo. Estos ácidos grasos son
insaturados que se caracterizan por tener dobles enlaces en sus
moléculas. En el ser humano los ácidos grasos poliinsaturados de las
series del ácido linoleico y linolénico, se deben adquirir principalmente
de fuentes vegetales; en cambio el ácido araquidónico, no se
encuentran en las plantas, por medio del ácido linoleico se sintetizara
en los animales. La deficiencia de estos ácidos grasos esenciales
provocaría que no se sintetice las prostaglandinas, ocasionando que no
cumplan con su función reguladora originando graves desequilibrios en
nuestro organismo4.

1.2 METABOLISMO DE LOS AGE


En este proceso actúan dos enzimas que son la desaturasa, enzima
que introduce dobles enlaces a la cadena (hasta 6 dobles enlaces), las
más imprescindibles son la 5 desaturasa y la 6 desaturasa, siendo esta
última importante punto de regulación del proceso desaturación-
elongación, su actividad será controlada por diferentes metabolitos; y la
elongasa, que alarga la cadena hidrocarbonada (hasta 24 carbonos).
Según estudios realizados, consideran que la relación de omega 6 y
omega 3 en la alimentación debe estar alrededor a 5:1 o 10:1 como
máximo, respectivamente2.

4
1.3 ROL DE LOS AGE EN EL FUNCIONAMIENTO DEL METABOLISMO
Según evidencia epidemiológica y clínica, el EPA (eicosapentaenoico)
produce efectos hipotrigliceridémicos, hipocolesterolémicos,
vasodilatadores y antitrombóticos, de tal forma que el consumo de
este ácido graso está estrechamente relacionado con la protección de
las enfermedades cardiovasculares2.

1.4 FUENTES DIETETICAS, DISPONIBILIDAD Y DERIVADOS DE LOS


AGE
Hace 40 000 años, cuando el hombre era un cazador- recolector su
alimentación se basaba principalmente en carnes magras, peces,
vegetales verdes, frutas, raíces y miel lo que le proporcionaba gran
cantidad de ácidos grasos omega 6 y omega 3 a su organismo.
Cada alimento era fuente de AGE (ácidos grasos esenciales); por
ejemplo, la carne de los animales le proporcionaban ácido linoléico y
ácido araquidónico; la carne de peces y otros derivados del mar le
proporcionaban EPA (àcido eicosapentaenoico) y DHA
(docosahexaenoico); por último los vegetales, ácido linoléico y ácido
linolénico, logrando una óptima relación entre los ácidos omega 6 y
omega 3.

Siglos después el hombre comenzó a modificar los alimentos, con el fin


de su conservación a largo plazo. Comenzaron a utilizar los tejidos
animales y por medio de procesos para la grasa de depósitos y
vísceras, se obtuvieron mayor cantidad de ácidos grasos saturados y
monoinsaturados, a comparación de los ácidos grasos esenciales, que
fue mínima. Además iniciaron los procesos de hidrogenación, con el
motivo de un mejor manejo y estabilidad de aceites de origen vegetal y
animal, lo que causó una disminución de ácidos grasos esenciales y un
aumento en AG con isomería trans, lo cual trae consigo consecuencias
negativas a la salud2.

1.5 RECOMENDACIONES DIETETICAS


Estas recomendaciones están destinadas a la población en general, sin
embargo la idea principal era incluir a aquellos países donde la ingesta
de grasas es por encima del 30% de la energía total, como también
inferior al 15% de la energía total. Una ingesta adecuada de grasas
significaría al menos un 20%, para que se considere un buen estado de
salud. No obstante estos rangos van a variar de acuerdo al estilo de
vida que uno lleve, las personas con un buen nivel de actividad física y
una dieta adecuada y equilibrada supondría una ingesta de hasta 35%
de la energía. Y del mismo modo, las personas que tienen un estilo de
vida opuesta a la anterior, su ingesta de grasa se sitúa de un 15% a un
20%.
Las recomendaciones de basan en una ingesta adecuada de AGE
omega 3 y 6, igualmente de ácidos grasos monoinsaturados, disminuir

5
el consumo de ácidos grasos saturados y la ausencia de ácidos grasos
con isomería trans.
Se recomienda, en particular a los adultos, el consumo de 1 o 2
raciones de pescado, de preferencia especies grasas (atún, salmón,
sardina, etc.) para así obtener DHA y EPA. El aporte de ácido
linolénico, lo podemos obtener en pequeñas cantidades a partir de
aceites vegetales.3 (Ver tabla 1)

2 ÁCIDO GRASO OMEGA 3


Según estudios este ácido graso esencial tiene un rol fundamental en la
prevención de las enfermedades cardiovasculares6.

Entre las series de omega 3 destacan tres ácidos grasos en particular:


• DHA (Docosahexaenoico)
Fundamental para el crecimiento y el desarrollo del sistema nervioso central,
es el principal ácido graso de las membranas fotorreceptoras de la retina,
entre otros.
Sus alimentos fuente son los pescados azules de aguas frías, alimentos
enriquecidos como los huevos, la linaza, ciertos frutos secos (nueces, aceite
de nuez; sin embargo su conversión no es tan efectiva)7.

• EPA (Eicosapentaenoico)
Se puede encontrar en pescados de mar de aguas profundas como el atún,
caballa, sardinas, salmón, arenque y en los mariscos5.
Este ácido graso se forma por la elongación y desaturación del ácido
linolénico8.

• Ácido alfa linolénico


Los podemos encontrar en el aceite de soja y de canola, en las semillas de
lino, chía y en algunos vegetales de hoja5.

Los principales efectos del omega 3 en la enfermedad cardiovascular son:


• Previenen las arritmias
• Tienen propiedades antitrombóticas
• Mejoran la función endotelial
• Inhiben la formación de la placa de ateroma
• Disminuyen los niveles de triglicéridos en la sangre
• Poseen propiedades antiinflamatorias5

3 ÁCIDO GRASO OMEGA 6


Llamado también ácido linoléico. Este ácido graso se convertirá en ácido
araquidónico, que actúa como precursor de las prostaglandinas7. Para obtener
este ácido graso se debe consumir verduras, nueces, aceites (vegetal,
cártamo, maíz, soja y cacahuete). Para cubrir las necesidades nutricionales es
necesario consumir muchas verduras y aceites vegetales3.

6
4 ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR
Las enfermedades cardiovasculares son enfermedades al corazón y los vasos
sanguíneos, estas enfermedades constituyen la principal causa de muerte en
los países desarrollados debido a una combinación de factores genéticos
(antecedentes familiares) y adquiridos (malos hábitos alimenticios, obesidad,
tabaquismo, etc.)8.

Los principales factores de riesgo son:


- Inmutables: edad, género, raza, antecedentes familiares, antecedentes
médicos personales, etc.10
- De riesgo variable: hipertensión, elevación de colesterol sérico, obesidad,
inactividad física, diabetes mellitus, ingesta de alcohol, tabaquismo, etc.9

5 RELACIÒN DE ÀCIDOS GRASOS Y ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR


Los dos ácidos grasos esenciales ayuda a la prevención de ECV por su efecto
antinflamatorio del EPA y del DHA estos se deben a la inhibición del metabolismo
de los AA3.
Los estudios de cultivos celulares han demostrado que los ácidos grasos n-3
pueden disminuir la expresión endotelial de una variedad de moléculas de
adhesión de los leucocitos inducidas por citoquinas y los productos proteínicos
secretados en la incorporación de leucocitos y la ampliación local de la
inflamación10.
El DHA, a diferencia del EPA, es eficaz a la hora de reducir la expresión endotelial
de la E-selectina y reduce la capacidad de los monocitos para adherirse al
endotelio vascular. La magnitud de este efecto es paralela a la incorporación del
DHA a los fosfolípidos celulares que están involucrados en varios procesos
biológicos entre los cuales son la modulación de la inflamación, la agregación
plaquetaria, la respuesta inmunitaria, el crecimiento y proliferación celular, y la
contracción y la dilatación de las células del músculo liso; estimulando la
producción de prostaglandinas y troboxanos que reducen las respuestas
inflamatorias del organismo, la coagulación y los triglicéridos en plasma
sanguíneo, y con ello el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares 8.

IV. PRESENTACIÒN DE LA EVIDENCIA


1. El ácido estearidónico: un ácido graso omega-3 de origen
vegetal con gran potencialidad en salud y nutrición

“Uno de los mayores indicadores de riesgo para la salud


cardiovascular es el nivel de triglicéridos (TG) en sangre. Un estudio
de 4 semanas con pacientes hipertrigliceridémicos a los que se les
suministró aceite de echium (conocido por su contenido en SDA)
reportó una importante disminución de los niveles de TG en suero.
Adicionalmente, otro estudio comparó el efecto de la suplementación

7
con aceite de echium y con aceite de pescado durante 8 semanas.
Como resultado, los individuos que recibieron el aceite de echium
mostraron niveles menores de TG, colesterol sérico y colesterol LDL
comparados con el grupo control, mientras que en los individuos a
los que se les suministró aceite de pescado se detectó solo una
reducción en el nivel de TG13.”

2. Ácidos grasos poliinsaturados en cadena larga omega -3 y


enfermedad cardiovascular
En este último aspecto, la disminución del consumo de sal, azúcar,
cereales no integrales, grasas saturadas y trans y el incremento en el
consumo de alimentos de baja densidad energética, ricos en
antioxidantes, así como de productos del mas, especialmente peces
grasos o azules, son indicaciones básicas para prevenir el desarrollo
de las ECV.
A nivel cardiaco los principales efectos de los AGPICL omega 3
derivan de la capacidad de estos lípidos para aportar fluidez a las
membranas celulares, impactando funcionalmente en múltiples
niveles, por ejemplo: receptores B- adrenérgicos, canales iónicos,
bombas moleculares y enzimas de membrana.

Desde la perspectiva de su acción antiinflamatoria, los efectos se


relacionan con el desplazamiento del ARA desde las membranas,
con la subsecuente reducción de eicosanoides pro- inflamatorios
derivados de este ácido graso.

Se ha establecido que una ingesta importante de pescado y/o el uso


de suplementos nutricionales con EPA +DHA tiene efectos muy
positivos en la disminución del riesgo cardiovascular, principalmente
a través de14:

 Modificación del perfil lipídico


 Optimización de homeostasis de la glucosa
 Reducción de la resistencia a la insulina
 Efecto hipotensor
 Efectos antiinflamatorios
 Protección contra el estrés oxidativo

3. Ácidos grasos omega-3 y enfermedades cardiovasculares

El interés por los beneficios de las grasas omega-3 en la salud


cardiovascular se remonta a estudios epidemiológicos realizados
entre las tribus inuit de Groenlandia, donde se observó una tasa muy
baja de mortalidad por enfermedades coronarias atribuible a su

8
elevado consumo de EPA y DHA a partir de pescado, carne de foca y
grasa de ballena. Esta asociación se ha confirmado asimismo entre
los japoneses y en todo el rango de consumo habitual de las
poblaciones occidentales5. El papel preventivo de los omega-3 en las
diferentes etapas de la vida se trató en otro artículo anterior. El efecto
cardioprotector de los ácidos grasos EPA y DHA se explica por la
alteración beneficiosa del perfil de los factores de riesgo
cardiovascular, como los triglicéridos en suero, la presión arterial, la
disfunción endotelial, la inflamación y la trombosis. En la tabla 2 se
resumen las principales indicaciones de los omega-3 en la salud
cardiovascular.
La hipertensión arterial (HTA) también es un importante factor de
riesgo cardiovascular modificable. En las últimas décadas, se han
publicado numerosos estudios epidemiológicos y clínicos que
sugieren que uno de los mecanismos a través de los cuales el
consumo de AGPI omega-3 contribuye a la reducción de la
morbimortalidad cardiovascular se debe a sus efectos beneficiosos
sobre la presión arterial. La evidencia actual disponible sugiere que el
consumo de altas dosis de omega-3 (≥3 g/día) reduce la presión
arterial –especialmente la sistólica– en individuos mayores e
hipertensos. Por consiguiente, el consumo de AGPI omega-3 puede
tener un papel en el control de los pacientes con HTA leve antes de
comenzar el tratamiento con fármacos, o en aquellos que prefieren
cambios en los hábitos de vida como la dieta. Asimismo, no hay que
olvidar que la dieta mediterránea es una herramienta útil en la
prevención y el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares.
Uno de los mecanismos de acción propuestos es su efecto
antiinflamatorio, que está mediado por el consumo de algunos
alimentos típicamente mediterráneos como las frutas, los cereales, el
aceite de oliva virgen, el pescado y los frutos secos15.

4. Contenido de ácidos grasos en semillas de chía (salvia


hispánica l.) cultivadas en cuatro estados de México

Tres mecanismos principales parecen estar involucrados en el efecto


protector cardiovascular de los AG omega 3: su efecto
antiinflamatorio, su efecto antitrombótico y su acción antiarrítmica;
éstos aumentan el tiempo de sangrado evitando la adherencia de
plaquetas en las arterias, previene la aterosclerosis al reducir las
concentraciones de colesterol en plasma, son útiles en pacientes
hipertensos, ya que contribuyen a bajar la presión sanguínea y
reducen la concentración de triacilglicéridos (TG) en plasma,
disminuyen el colesterol total y el VLDL-C (Very Low Density
Lipoprotein Cholesterol). Los aspectos anteriores ofrecen una
ventana de oportunidad para impulsar el uso de la chía en la

9
alimentación humana; considerando la etapa de la vida, el estado
fisiológico o patológico del individuo se ha estimado una necesidad
energética en la dieta de 1 y 4 % de AG omegas 3 y 6
respectivamente. En este trabajo, el contenido del AG alfa-linolénico
(62,67 %) es comparable con lo reportado por otros investigadores
(51,3-69,0 %). La variabilidad de los contenidos de aceite y perfiles
de AG de las semillas de chía se debe, entre otros factores, a la
elevación de la temperatura asociada al cambio climático de la tierra
y al solvente y método de extracción del aceite.
En otros estudios donde se han evaluados los perfiles lipídico de
aceites vegetales se observaron que el contenido de alfa-linolénico
está por debajo del valor reportado en este trabajo y solo el aceite de
lino mostró un valor de 52,7 %.1 Por otra parte la presencia de AG
omegas 3 y 6 puede dar un valor agregado a este tipo de aceites, ya
que se ha informado ampliamente que son esenciales para la
alimentación humana y efectivos en la disminución de los
padecimientos cardiovasculares16.
5. Pautas nutricionales en prevención y control de la hipertensión
arterial
Reducir la ingesta de grasa saturada es una medida conveniente en
el control de la PA (8,10), pero la proporción de energía que debe
proceder de los diferentes macronutrientes ha sido cuestionada. En
este sentido, Appel y cols. (10) comprobaron que en el contexto de
una dieta saludable la sustitución parcial de hidratos de carbono por
proteínas o grasa monoinsaturada (AGM) puede disminuir la PA y
reducir el riesgo cardiovascular. Aumentar la proporción de AGM y
omega-3 puede ejercer un efecto vasodilatador por acción de las
prostaglandinas. De hecho, las dietas ricas en omega-3 pueden
mejorar la función endotelial y contribuir al descenso de PA (7)
(Tabla I). The American Heart Association recomienda el consumo
de dos raciones de pescado por semana en personas que no tienen
historia de enfermedad coronaria y al menos una ración de pescado
por día en los que tienen enfermedad coronaria. También se han
observado modestos descensos en la PA con aportes más elevados
de ácidos grasos omega-3, por lo que se recomienda el consumo de
1 g/día de ácido eicosapentaenoico más docosahexahenóico para
lograr un beneficio en protección cardiovascular (11)17.

6. Efectos de los ácidos grasos omega 3 en terapia cardiovascular


Esto resultados junto con la evidencia de los ensayos clínicos de un
menor riesgo de enfermedad coronaria en dietas con una relación
alta AGPI/AGS y los efectos de los omega 3 para reducir los niveles
de LDL-C y la relación colesterol total/HDL-C llevó a la conclusión de
que hay una evidencia convincente de un riesgo inferior de

10
enfermedad coronaria y ECV cuando los AGPI sustituyen a AGS
(101) (Ver tabla 3).
 Consumo de ácido graso omega 3 y presión arterial
La tensión arterial (BP) diastólica y sistólica aumenta con la edad en
comunidades desarrolladas económicamente y muestran una
asociación continua de riesgo de ECV sin que exista un umbral, la
BP elevada es una enfermedad que empeora por si sola y se
vincula directamente con el índice de masa corporal, existe también
una fuerte asociación entre la BP elevada y la hiperlipemia. Hay
evidencias de que la pérdida de peso produce un descenso de la
BP, existe evidencia de que la sustitución de ácidos grasos
saturados por poliinsaturados y la modificación de hábitos
alimentarios y de estilo de vida tiene efectos positivos sobre la BP.
Sin embargo hay evidencia insuficiente de que la sustitución de
ácidos grasos saturados por poliinsaturados, por si sola, sea
suficiente para disminuir la BP, hay evidencia de que le ácido
linoléico puede contribuir a prevenir un aumento de la BP. Las altas
ingestas (>2g/día) de omega 3 reducen claramente la BP y existe
una evidencia posible de que las ingestas habituales a niveles a
niveles inferiores tienen el mismo efecto. Cuando la edad supera los
sesenta años, la BP sistólica aumenta más que la diastólica debido
al aumento de la rigidez arterial, esta rigidez es un fuerte indicador
de ECV, hay evidencias de que los omega 3 disminuyen la rigidez
arterial.
 Beneficios de una dieta rica en omega 3 frente a una
suplementación con omega 3
Los omega 3 aportados por los alimentos funcionales (leches
enriquecidas por ejemplo) suponen un beneficio añadido al alimento
que garantiza el aporte correcto de omega 3 diario y a la vez
proporciona los efectos positivos derivados de su consumo pero no
es comparable a los efectos positivos asociados a llevar una dieta
rica en omega 3 de manera natural, lo que significa un cambio en
los hábitos alimentarios, el consumir pescado tres veces por
semana, alimentos bajos en grasa trans, consumir productos
frescos, no llevar una vida sedentaria, realizar ejercicio. Este estilo
de vida tiene más efectos positivos que el consumir solo alimentos
con un valor añadido como es el estar enriquecidos con omega 3,
siendo estos últimos una ayuda pero no una solución, hay que
modificar el estilo de vida y adoptar un estilo alimentario
mediterráneo, y hacer que el balance de la ingesta alimentaria sea
equilibrado disminuyendo eficazmente los factores de riesgo
asociados a las ECV.

11
 Alternativas para incrementar la ingesta de omega 3
Una dieta como la Mediterránea es considerada como una dieta
baja en grasas saturadas que proporciona protección frente las
enfermedades cardiovasculares, y reduce el aporte de grasas
“malas” a favor de las buenas, en las últimas décadas los efectos
de la dieta mediterránea se ampliaron más allá de las ECV
incluyendo efectos sobre la mortalidad general y el predominio de
ciertos desordenes metabólicos (hipertensión arterial y obesidad).
La leche es un vehículo eficaz para absorber grasas, existen
estudios que demuestran que usando leche enriquecida con omega
3, ácido oleico, vitaminas E, B6 y ácido fólico en individuos sanos
(100) se disminuyen los factores de riesgo de aparición de ECV. El
estudio fue realizado en individuos de 25 y 45 años de edad que
bebieron 500ml/día de leche semidesnatada enriquecida con
vitamina A y D durante cuatro semanas , con la misma grasa total
que la leche enriquecida pero con diferente perfil de ácidos grasos,
después de ese tiempo los sujetos sustituyeron la leche
semidesnatada por 500ml /día de leche enriquecida y continuaron
ocho semanas más, las muestras de sangre se tomaron cada 4
semanas, las cantidades de ácido oleico , DHA y EPA en la leche
enriquecida fueron de 5, 12 , 0,2 y 0,13 g , mientras que en la leche
semidesnatada fueron de 1,82 de oleico por cada 500ml y
cantidades inapreciables de EPA Y DHA. Los resultados del estudio
demostraron que el consumo durante 8 semanas de 500ml de leche
enriquecida con omega 3 produjo un aumento del 30% en los
niveles plasmáticos de DHA y EPA, una disminución del colesterol
total en plasma (6%) y colesterol LDL (16%), y un descenso de los
niveles plasmáticos de homocisteína (13%) todos ellos factores de
riesgo en ECV. La ingesta de alimentos enriquecidos con omega 3,
EPA y DHA, es una opción disponible que puede ayudar a disminuir
los factores de riesgo en ECV, sustituyendo a los suplementos sin
originar cambios en los hábitos alimentarios del consumidor18.

CONCLUSIONES
1. Mediantes los estudios pudimos observar que los ácidos grasos esenciales
y sus derivados (DHA y EPA) tienen un efecto favorable en la prevención y
tratamiento de la enfermedad cardiovascular, por ello se debe priorizar su
ingesta.
2. Se ha visto que alimentos naturales ricos en omega 3 al igual que los
enriquecidos ayudan a aumentar el DHA y el EPA como también disminuir
el colesterol.
3. Podemos afirmar que las principales fuentes dietarias de los ácidos omega
6 y omega 3 son los aceites vegetales como el olivo o soya y los pescados
azules y grasos, respectivamente.

12
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content/uploads/2017/02/MAQUETA_OMEGA_3.pdf

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ANEXOS

Tabla 1. Ingesta adecuada de ácidos grasos en adultos.


(Estimando una dieta de 2 000 kcal)

ÁCIDOS GRASOS1 g/día Energía (%)


Ácido linoléico 4,4 2
Ácido α-linolénico 2,2 1
EPA + DHA 0,65 0,3
DHA (cantidad mínima) 0,22 0,1
EPA (cantidad mínima) 0,22 0,1
Isómeros trans (límite superior) 2 1
Ácidos grasos saturados - <8

Tabla 2. Evidencia científica de los AGPI omega-3 sobre la salud


cardiovascular
NIVEL DE GRADO DE
INDICACIÓN RECOMENDACIÓN RECOMENDACIÓN
EVIDENCIA
Consumir pescado
Reducción de
o marisco al menos
episodios
3 veces por
cardiovasculares
semana, dos de
asociados al C
1-/2++ ellas en forma de
consumo de
pescado azul, para
pescado y aceites
reducir el riesgo de
de pescado ricos
enfermedades
en EPA + DHA
cardiovasculares
Efecto beneficioso
Ingerir 2-4g de
dosis-dependiente
aceite de pescado
de los AGPI
que contenga EPA
omega-3 de
+ DHA para reducir
cadena larga en la A
1++ los triglicéridos en la
hipertrigliceridemia,
hipertrigliceridemia
un discreto efecto
grave resistente al
reductor de la
tratamiento
presión arterial y
convencional
posibles efectos

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beneficiosos en
reestenosis arterial
postangioplastia y
sobre el ritmo
cardiaco
Aumentar la ingesta
de ALA* para
reducir el Riesco de
Protección de la C
2++ ECC mortal,
ECC mortal
preferentemente
incrementando el
consumo de nueces

*La evidencia existente emitir recomendaciones sobre la ingesta de ALA per


se, separada del consumo de alimentos que lo contienen, fuente: FESNAD,
2015.
AGPI: ácidos grasos poliinsaturados; ALA: ácido alfa-linolénico; DHA: ácido
docosahexaenoico; ECC: enfermedad cardiaca coronaria; EPA: ácido
eicosapentaenoico.

Tabla 3. Resumen de la evidencia epidemiológica para la relación entre las


grasas de la dieta y la enfermedad coronaria.
C

:

A
u
m
e
n
t
o

d
e

r
Riesgo, convincente C↓: Disminución del riesgo, convincente C-NR: No relación,
convincente P↑: Aumento de riesgo, probable P↓: Disminución del riesgo, probable P-
NR: No relación, probable
Fuente: eboración propia a partir de los datos extraídos de: Major types of
dietary fat and risk of coronary heart disease: a pooled analysis of 11 cohort
studies. Am. J. Clin. Nutr., 89: 1425-1432.

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