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En todas las lenguas hay formas distintas de transmitir una información, es decir, en todas las
lenguas hay “variación”. Sin embargo, no todas las formas tienen la misma consideración: a
menudo se piensa que unas son más correctas que otras, más elegantes, etc. En esta situación
cobra importancia el concepto de “norma”.
Ya he recogido la mesa
Ya recogí la mesa
Ya he recogío la mesa
En los tres primeros ejemplos podríamos considerar que las dos primeras frases se adaptan a
la norma. La única diferencia entre el uso de un tiempo verbal u otro tiene que ver con
variedades dialectales (el uso del tiempo “he recogido” solo se usa en algunas zonas de los
países hispanohablantes). En cambio, la tercera frase presenta un uso del tiempo verbal que
no se adapta a lo que dice la norma.
Igual ocurre en los otros dos ejemplos donde el segundo caso es contrario a lo normativo.
DEFINICIÓN
La vida social conlleva normas, reglas en los distintos ámbitos de la convivencia. Del mismo
modo que sabemos que se debe conducir por la derecha o llamar a la puerta antes de entrar,
también debemos conocer la normalización lingüística. Esta normalización la lleva a cabo la
Real Academia junto con otros agentes de normativización.
La norma impone un modelo de lengua que, por alguna razón, se considera preferible a otros
modelos posibles. Dicho con otras palabras, especifica lo que está bien y lo que esta mal; pero
también nos ayuda a distinguir lo que es elegante de lo que no es, lo que es vulgar y lo que es
culto; en definitiva, lo que es preferible o desaconsejable en distintas situaciones de
comunicación. No todos los hablantes cumplen con las reglas, ni siquiera los que han recibido
muy buena instrucción gramatical y conocen las reglas. A su vez, existen “modelos” del uso de
la lengua; estos modelos son denominados “estándares” o “variedades estándares”.
Dentro de las características de la norma lingüística podemos señalar:
- Se basa en apreciaciones subjetivas respaldadas por razones de distinta índole:
históricas, sociales, económicas, culturales, etc.
- Surgen de cierto acuerdo entre las personas, es decir, es convencional.
- Es arbitraria: A veces se fija por tradición literaria, otra por sentido lingüístico, por el
nivel del análisis lingüístico,...
- Es un fenómeno más social que lingüístico.
- Está sujeta continuamente a cambios.
Pero, ¿hay una norma o varias normas? Por encima de las diferencias nacionales o regionales
existe, con mucha vitalidad, un español estandarizado, resultado de la convergencia lingüística
panhispánica que vincula toda la geografía hispanohablante.
La cohesión lingüística también es compatible con el hecho de que la valoración social de
algunas construcciones pueda no coincidir en áreas lingüísticas diferentes. Existe una
pluralidad de normas en español, y por lo tanto, se consideran plenamente legítimos los
diferentes usos de las regiones lingüísticas, con la única condición de que estén generalizados
entre los hablantes cultos de su área y no supongan una ruptura del sistema en su conjunto;
esto es, que ponga en peligro su unidad. Con esto se consigue un carácter policéntrico de la
norma: hay unidad en la diversidad.
Es decir, la base de la norma del español da lugar al español estándar culto, que se caracteriza
por ser una variedad compartida por todos los hispanohablantes, por permanecer inmune a las
modas efímeras en el uso lingüístico y porque sigue, principalmente, las normas y directrices
de la RAE y de las Academias americanas, así como el uso de los escritores e intelectuales
prestigiosos.
Los signos de puntuación nos ayudan a delimitar las frases y los párrafos, a establecer
jerarquías entre las proposiciones para estructurar el texto y para eliminar ambigüedades.
La puntuación varía según el estilo de escritura; sin embargo, las diferencias de estilo no
eximen de cumplir ciertas normas mínimas y de evitar errores que generalmente se consideran
inaceptables. De ahí la importancia de conocer y aplicar las normas básicas de la puntuación.
- Simples: Son aquellos que van pegados al elemento que va delante de ellos y que están
separados por el elemento que les sigue. Constan de un solo signo. Son: punto, coma, punto y
coma, dos puntos y puntos suspensivos
- Dobles: Van pegados al elemento que les precede y al que le sigue. Constan de dos signos,
uno de apertura y uno de cierre. Son: signos de interrogación, signos de exclamación,
corchetes y paréntesis.
EL PUNTO (.)
Lo utilizamos para cerrar un enunciado. Puede ser de tres tipos:
- Títulos y subtítulos.
- Cabeceras de tablas, gráficos, etc.
- Nombres de autor que aparecen solos en una línea
- Direcciones electrónicas
- Índices
- Eslóganes publicitarios
- Pies de imágenes descriptivas (etiquetas).
LA COMA (,)
Sirve para delimitar unidades del discurso menores que el enunciado (oraciones, sintagmas,
palabras, etc.)
- Opcional: La usamos en este caso para aportar matices expresivos o contribuir a la claridad
del texto. Este tipo de uso no altera el sentido de la frase.
- Obligatoria: Este tipo de coma cambia las relaciones sintácticas de los elementos en juego y
eso hace que cambie el sentido de la frase. Dentro de los usos obligatorios los que más nos
interesan son:
- Acotar incisos: Si ponemos el inciso al principio, la coma iría después. Si el inciso está
en medio de la frase iría enmarcado con dos comas.
Ejemplo:
Como le he dicho, mi amigo es de Colombia
Mi amigo, como le he dicho, es de Colombia
- Para delimitar una construcción absoluta: Son aquellas que no tienen un verbo en
forma nominal pero sí sujeto.
Ejemplo:
Recogidos los paquetes, nos fuimos
- Ante oraciones coordinadas adversativas introducidas por pero, aunque, sino (que),
mas.
Ejemplo:
Puede hacerlo si quiere, pero luego no diga que no se lo advertí.
- Entre el sujeto y el predicado. Ejemplo: *Los alumnos que no hayan entregado el trabajo, no
pasarán la asignatura.
Delimita unidades del discurso menores que un enunciado. Señala una pausa mayor que la de
la coma pero menor que la del punto.
El punto y coma es, de todos los signos de puntuación, el que presenta un mayor grado de
subjetividad en su empleo, pues, en muchos casos, es posible optar, en su lugar, por otro signo
de puntuación, como el punto y seguido, los dos puntos o la coma; pero esto no significa que
el punto y coma sea un signo prescindible.
Usos:
- Para separar oraciones yuxtapuestas o coordinadas. Ejemplo: No sé dónde estamos; tampoco
sé cómo saldremos.
Detienen el discurso para llamar la atención sobre lo que sigue, que siempre está en estrecha
relación con el texto precedente. Se escriben pegados a la palabra o el signo que los antecede,
y separados por un espacio de la palabra o el signo que los sigue.
Normalmente usamos minúscula tras los dos puntos a no ser que detrás comience una unidad
con sentido independiente. Como consejo, debemos evitar el uso repetido de dos puntos en el
mismo enunciado.
Usos:
- Preceden a una enumeración de carácter explicativo. Ejemplo: Ayer me compré dos libros:
uno de Cervantes y otro de Paul Auster.
- Cuando, por interés, se anticipan los elementos de la enumeración, los dos puntos sirven
para cerrarla y dar paso al concepto que los engloba. Ejemplo: Natural, sana y equilibrada: así
debe ser una buena alimentación.
- Preceden a la reproducción de citas o palabras textuales, que deben escribirse entre comillas
e iniciarse con mayúscula. Ejemplo: Ya lo dijo Ortega y Gasset: “Yo soy yo y mis circunstancias”.
- Sirven para separar una ejemplificación del resto de la oración. Ejemplo: De vez en cuando
tiene algunos comportamientos inexplicables: hoy ha venido a la oficina en zapatillas.
Son signos dobles. En cuanto a su ortografía, van pegados a la primera y a la última palabra del
periodo que enmarcan y se separan con un espacio de las palabras que los preceden y que les
siguen. Si lo que sigue es otro signo de puntuación, va pegado a ellos.
- Los enunciados que piden confirmación van entre interrogaciones, mientras que los que se
refieren a la confirmación, no.
Ejemplos:
Son las 7, ¿no?
Son las 7, sí
- Las estructuras con valor introductorio quedan fuera de los signos de interrogación.
Ejemplo:
En cuanto a Juan, ¿se casa o no?
- El punto de estos signos es igual a un punto normal por lo que no es necesario poner un
punto detrás de estos signos. La frase que le sigue irá en mayúscula. Si no queremos que la
frase siguiente vaya en mayúscula, tendremos que poner una coma detrás del signo de
interrogación o exclamación.
Ejemplo:
¿Sabes algo de Mónica? No la he visto desde el lunes.
¿Cómo te llamas?, ¿eres de aquí?
- Hay que evitar meter un signo dentro de una oración que ya contenga otro, de tal manera,
que abra con uno y cierre con dos. Se puede hacer pero no está recomendado su uso.
Ejemplo:
¡Pero Julia, ¿dónde vas con eso?!
- No se puede poner oraciones separadas por punto dentro de los signos de interrogación o
exclamación.
Ejemplo:
*¿Qué haces. Vienes o no?
NEGRITA
Su uso depende de la interpretación que el autor o editor le atribuyan aunque en general suele
servir para destacar o para resaltar algo.
Su uso, en general, debe ser moderado.
Usos más comunes:
CURSIVA
En cuanto al uso de cursiva con los signos de puntuación, nos cabe la duda de si los signos de
puntuación van en cursiva y siguen la misma grafía que la palabra con la que van o no. En
principio, la norma dice que sí deberían ir en cursiva pero en algunos manuales de estilo
veremos que esta norma no se sigue.
Cuando tengamos una palabra en cursiva que acompaña a signos de interrogación o
exclamación, éstos irán en cursiva si solo hay una palabra y esta va en cursiva, pero si hay
palabras en cursiva y en redonda no los pondremos en cursiva.
COMILLAS
Las comillas siempre van pegadas a la palabra de inicio y de fin del enunciado que enmarcan y
van separadas de un espacio del resto del enunciado.
- Punto, coma, punto y coma y dos puntos van siempre detrás de las comillas.
- Los signos de interrogación y exclamación van dentro de las comillas cuando solo afectan al
enunciado entrecomillado. Si no, van fuera. Ejemplo: Me dijo: “¿vas a venir el lunes a
trabajar?”. ¿Vas a ir con ese “caballero” al cine?
- Las llamadas a notas o superíndices van fuera del entrecomillado si se refieren a todo el
enunciado y dentro si solo se refieren a una palabra. En inglés en cambio, van siempre fuera.